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B: Project Koudou Ambitious - "Corazón de estrellas"- por SophieLestat

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Notas del fanfic:

Basado en personajes del anime B: project koudou ambitious.

Me encanta shippearlos, no pasaron ni cinco minutos y tuve que escribir sobre ellos.

Notas del capitulo:

Perspectiva diferente del capítulo 5 del anime.
Si, si... Perspectiva fujoshi xD


Tras la pérdida de memoria de Korekuni Ryuji. Todos están preocupados por él, especialmente su compañero Kitakado Tomohisa, quién irá descubriendo cosas de si mismo que aún no conoce con la ayuda de un infantil e inocente Ryuji.
Todo da a demostrar que desde niños se han querido y necesitado el uno al otro, ya que ambos conforman a Kitakore y han estado por años compartiendo el mismo destino, pero... ¿Será solo eso lo que ambos sienten? ¿Afecto entre compañeros?, ¿Cariño de amigos?

Ryuji estaba siendo interrogado con mucha rudeza por ese reportero, él detestaba cada vez que hablaban de su padre, no quería oir nada que tuviese que ver con él, pero que fuera famoso no le facilitaba las cosas. Tomo y Yuuta salieron a buscarlo luego de que huyera de la sala de ensayos, entonces vieron al reportero acosándolo en uno de los pasillos. De pronto Ryuji comenzó a correr despavorido para alejarse de ese hombre que le instigaba a hablar de su padre y el amorío que tenía con un montón de mujeres.

-          ¡Korekuni san! -Exclamó Yuuta y lo siguió. Ryuji corría sin mirar hacia donde iba, solo quería estar solo, esconderse de todo el mundo, ir hacia algún lugar en donde pudiese oír sus pensamientos y nada más. Al estar tan ensimismado, se volvía muy descuidado, Yuuta lo seguía con agilidad, más atrás venía Tomohisa san, su compañero en KITAKORE. Cuando ambos alcanzaron a Ryuji, éste cayó por las escaleras, Tomo corrió para detenerlo, pero fue demasiado tarde, vio cómo su querido Ryuji yacía inconsciente en el suelo y un charco de sangre teñía las baldosas del suelo y el cabello de Ryuji.

-          ¡Ryuji…! -Gritó horrorizado el albino.

Los demás fueron informados del accidente sucedido y Korekuni Ryuji fue hospitalizado de inmediato. Intentaron avisar a los padres de este, pero ninguno de ellos podía venir a estar con su hijo, aun así, Tomohisa no se separó de su lado esa noche. Estaba sentado al lado de Korekuni en una silla mientras enredaba y desenredaba los dedos en su blanco cabello, estaba preocupado y se sentía muy culpable.

-          Si hubiese venido más rápido, esto no habría pasado… Perdóname, Ryuji. -Decía mientras miraba el adormecido rostro de su compañero.

-          Debes despertar pronto, ¿Está bien? -Su corazón tambaleó al ver las manos del pelinegro recostadas a cada lado sobre la cama del hospital, deseó tocarlas, en verdad lo quiso, fueron como impulsos, pero los detuvo, miró hacia otro lado, se levantó de la silla y suspiró de cansancio. Entonces se dispuso a dormir sobre un sillón que había dentro de la sala del hospital.

Al dia siguiente, todos los demás vinieron a visitar a Ryuji, al cabo de unas horas, él despertó, el doctor les dio una cruda noticia. Les informó que a pesar de que Korekuni Ryuji no corría peligro vital, estaba sufriendo amnesia que lo había retrocedido a sus siete años de edad a causa del fuerte golpe que se había dado en la cabeza, no sabían por cuanto tiempo sería, pero había que estimularlo para que pudiese recordar y que, lo mejor para eso era que siguiera con su vida normal.

Todos estaban tristes y preocupados, Kitakado Tomohisa solo estaba en silencio, cabizbajo y no parecía querer hablar al respecto. Al final decidieron que irían a la sesión de fotos que tenían prevista para ese día.

Le pidieron a  Ryuji que fuera por su ropa, fue allí cuando se puso un vestido de chica, todos quedaron impactados y el director le pidió posar ante las cámaras. Era verdaderamente femenino y adorable, lucía perfecto en cada foto que le tomaban. Tomohisa-san sonreía y hablaba con Tsubasa sobre lo lindo que lucía.

-          Me sorprende ver a Korekuni-san asi… -Decía ella mientras se sonrojaba y le miraba atenta a cada pose que hacía el pelinegro.

-          S-si. -Respondió Tomohisa.

-          En verdad le queda bien, es muy adorable y tiene una linda sonrisa.

-          Lo sé, él solía ser de esta manera… -Dijo nostálgico el peliblanco.

-          ¿Ah…? ¿Se conocen desde muy pequeños verdad? -Le preguntó Tsubasa, a Tomo se le dibujó una sonrisa en su rostro y le respondió suavemente:

-          Sí. Somos amigos de la infancia, su madre solía vestirlo como niña, de hecho, al principio yo… Jajaja olvídalo. -Se retractó el albino con una sonrisa y llevó su mano hacia la cabeza.

-          ¿Qué…? Tomohisa-san, es mala educación decir las cosas a medias. -Le replicó la chica.

-          ¡¿Qué…?! Está bien, no es p-para tanto… -Respondió nervioso, luego prosiguió:
Yo al principio en verdad pensé que era una chica, fue muy gracioso, luego de eso estuve enojado un tiempo cuando me enteré que era un chico al igual que yo, pero solíamos jugar todo el tiempo.

Ryuji al ver como los dos estaban tan cercanos, se sintió muy mal y enojado, salió corriendo hacia afuera. Tsubasa, Tomohisa y los demás salieron tras él. El albino corrió con todas sus fuerzas, no permitiría que nada le pasara otra vez a su querido amigo y compañero, un nudo se le formó en la garganta por cada paso que avanzaba y no lograba alcanzarlo.

-          ¡Ryuji! Vamos, Ryuji, ¿Dónde estás? -Gritaba preocupado por las calles. Estaba oscuro, la luz de la luna llena teñía los edificios de un color azulino, se sentía cierta desolación en el aire, ya que no andaba casi nadie en la calle a esas horas, y él solo quería encontrarlo pronto. Los demás también habían salido a buscarlo, pero por alguna razón, se sentía inquieto por ser él quien lo encontrara. Una presión en su pecho se apoderaba de su cuerpo, tenía miedo y estaba muy frustrado. Corría entre las calles, gritando de lado a lado, avanzó varias cuadras hacia diferentes direcciones, sentía como si se le acabase el aire, pero sus piernas seguían corriendo sin detenerse. Al cabo de unos diez minutos, logró divisar la silueta de Ryuji en la lejanía de un parque, parado junto a una pileta. Cuando lo vio, sintió como si el alma le hubiese vuelto al cuerpo.

-          ¡Ryuji! -Le gritó. El pelinegro le escuchó, se sintió indeciso entre huir o esperar a que se le acercara Tomo.

-          ¡D-déjame en paz! ¡Quiero estar solo! -Replicó entre rezongos Ryuji.

-          Vamos, Ryuji, ¿Qué sucede? ¿Por qué huyes de esa manera? Es peligroso… ¿Algo te molestó?

-          ¡¿Ah…? ¿Por qué lo preguntas? ¡¿Qué no es obvio?! ¡Solo estás viéndola a ella, ya no quiero estar en ese lugar, tampoco quiero ser idol ni quiero ver tu cara! -Exclamó aún más fuerte y enojado Ryuji. Entonces Tomo terminó de acercársele.

-          ¿De qué estás hablando Ryuji? Anda, hace frío, vas a pescar un resfriado vestido así, toma. -Dijo el albino quitándose su chaqueta y poniéndola en los pequeños hombros de Ryuji.

-          Tomo… -Dijo de pronto Korekuni, quien miró tiernamente a su querido compañero, entonces sus ojos se llenaron de lágrimas.

-          ¿Q-qué sucede R-ryuji? -Preguntó nervioso Tomo. Entonces el pelinegro se empinó y se acurrucó entre sus brazos

-          ¡T-tú…! -Exclamó sorprendido el albino, pero no pudo alejarse, en realidad estaba tan feliz en ese momento que no sabía qué hacer.

Sus delicados brazos se sentían tan suaves y tibios, Ryuji seguía llorando en su hombro, Tomohisa se sentía tremendamente confuso en ese momento, es como si algo malo estuviese pasando, sentía que debía alejarse de su compañero, era incorrecto, infame, impropio. ¿Cómo podía sentirse de esa manera, cuando su amigo estaba enfermo y se comportaba como el niño afeminado que era a sus siete años? Tomohisa quería alejarse, pero a la vez se sentía tan eufórico de tenerle entre sus brazos y lo sentía tan indefenso, pensamientos subidos de tono se gestaban en su mente, no quería tenerlos, pero no dejaba de sentirse de esa manera.

-          Tomo… -Dijo suavemente el pelinegro.

-          ¿Q-qué sucede Ryuji? -Preguntó él mientras con una mano acarició su cara y pasaba sus dedos por las lágrimas de su amigo.

-          Mmmm, nada…

-          No debes llorar, ¿De acuerdo Ryuji? -El pelinegro parpadeó y sonrió hermosamente, Tomo quedó completamente congelado al verle.

-          Dime, Tomo… ¿Quién tiene la sonrisa más bonita, Tsubasa chan o yo?

-          ¿A-ah? Qué clase de pregunta es esa… -Refunfuñó nervioso Tomo una vez más.

-          ¡Responde!

-          T-tú sabes quién…

-          ¿Quién?

-          T-tú, tonto, ya sabes eso… Y será mejor que volvamos, deben estar preocupados…

-          ¿Qué? ¡No quiero! Quiero que estemos solos un rato más… -Respondió el pelinegro cruzándose de brazos.

-          P-pero R-ryuji… -Le reprochó el albino, entonces Korekuni se subió al borde de la pileta de un salto y abrió los brazos.

-          ¡Mira, puedo volar! ¡Mírame Tomo!

-          ¡Ya basta, te puedes caer! ¡No juegues de esa manera! -Le replicó alarmado Tomohisa, mientras se acercó hacia él para detenerlo de hacer cosas peligrosas.

-          ¡Si haces algo como esto puedes volver a golpearte la cabeza, tonto!

-          ¿Qué si lo hago? Tal vez si me golpeo de nuevo recordaré lo que olvidé… -Dijo entre risas mientras se tambaleaba, entonces Tomohisa lo agarró de la cintura y lo jaló para intentar bajarlo.

-          ¡Ya basta Ryu!

-          ¡No quiero, no quiero! -Continuaba Ryuji, pero entre tanto forcejeo perdió el equilibrio y por poco cae en el agua, pero Tomohisa lo empujó hacia el lado contrario.

-          ¡Ten más cuidado te dije! -Exclamó inquieto el albino mientras lo jalaba hacia su lado, pero entonces ambos perdieron el equilibrio y Ryuji cayó de golpe encima de Tomo, ambos plantados en el suelo. Las miradas de ambos se encontraron una vez más, el fino cuerpo de Ryuji recostado sobre el suyo puso nervioso inmediatamente a Tomo, su corazón comenzó a latir a mil por hora, como una bomba a punto de estallar, su cara se volvió completamente roja, Ryuji no se quitó de encima, solo le miraba atentamente, de pronto acercó una de sus manos hacia el rostro de Tomo, tocando sus labios.

-          S-sangre… -Expresó de pronto algo asustado.

-          ¡L-lo siento Tomo! -Agregó instantes después y se puso a sollozar. Tomo solo le miró con dulzura y sin saber lo que estaba haciendo acercó su cara hacia la de él, por unos momentos sintió el impulso de besarlo, pero contuvo aquel deseo al percatarse de aquellos ojos magenta repletos de inocencia que le miraban llorosos.

-          Está bien Ryu, no tienes de que preocuparte, no duele, para nada. -Le dijo y sonrió Tomo. El chico le miraba apenado, pero aquellas palabras lo terminaron de convencer de que no había de que preocuparse. Al final Ryuji accedió a volver con los demás, ambos se fueron caminando hasta el salón en donde estaban tomando la sesión de fotos, aunque definitivamente para Kitakado Tomohisa las cosas no iban a ser fáciles de ahora en adelante, ya que había descubierto que sus sentimientos por Ryuji iban más allá de una simple amistad, y eso le asustaba tanto como que su amigo no recuperase la memoria. ¿Cómo iba a vivir desde ese momento? ¿Cómo iba a seguir hacia delante y fingir que nada pasaba con él? Ahora ya sabía la verdad sobre lo que siempre había sentido por Ryuji, probablemente podría negárselo a todo el mundo, incluso al mismo Ryuji, pero ya no podría ocultarlo de si mismo.

Notas finales:

Shippear debería ser considerado un deporte olímpico(? okno  ; w ;

Prometo actualizar mas seguido (si claro) Pasense por mi cuenta de wattpad si quieren https://www.wattpad.com/user/sophielestat


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