"El chico que buscaba a dios por su control de la T.V perdido"
*Konoha -Tres años antes-
El día estaba especialmente cálido hoy, perfecto para celebrar una boda, pero no cualquier boda, hoy el ninja mas reconocido de todo Konoha contraería nupcias con la princesa del clan Hyuuga, si, ese ninja era nada mas y nada menos que Naruto Uzumaki, y la bella chica Hinata Hyuuga.
En el templo de la aldea la gente se reunía para arreglar el lugar, colgando farolillos de colores y bellos ramilletes de flores blancas que impregnaban el lugar con su deliciosa fragancia.
-que bueno que hoy florecieron los cerezos.- habló la guapa ninja rubia a su amiga pelirrosa Sakura.
-es verdad, eso le dará un toque mas lindo a la boda.-sakura sonrió con alegría, hoy se cumpliría el sueño de Hinata, casarse con el hombre de sus sueños, que hermoso debía de ser eso. –me pregunto que estará haciendo la feliz pareja.-
Mientras la timida Hinata repasaba los votos que recitaría frente a los dioses, el blondo se encontraba…pues…durmiendo plácidamente en su horrible departamento.
Shikamaru llegó a la puerta del apartamento de su amigo rubio, junto con Rock Lee y Chouji con la intención de cerciorarse de que el blondo estuviera preparándose para la ceremonia que empezaría en unas horas mas.
-hey, Naruto.- el Nara toca la puerta con la pereza que le caracteriza. –Naruto, ¿estas listo ya? Tch…que pereza hacer esto, se supone que si el tonto va a sentar cabeza tiene que ser responsable ya; de verdad que me compadezco de Hinata.-
-¡Naruto! ¿qué estas esperando? Tu boda esta a punto de empezar- hablo Rock Lee.
Nada ni nadie contestó.
-yo creo que seria mejor si derribamos la puerta.- propuso Chouji a tiempo que sacaba un puñado de papas fritas y se las metía a la boca.
-emm…no creo que sea una buena ide…-
-¡¡¡Ohhh!!! Es una excelente idea Chouji- grito Rock Lee con un brillo en los ojos.
-no hagan…-
_apártense todos, la derribare.- el de corte de coco posiciono su cuerpo a modo de pelea.
-oigan…no creo que..-
-¡¡¡aquí voy!!!- el de cabeza de coco corrió hacia la puerta con la intención de derribarla, no escuchando las vagas protestas de Shikamaru.
-¿…chicos…?- la puerta del blondo se abrió, saliendo el rubio con cara de cansancio.
Todo ocurrió en cámara lenta, el momento en que el puño de Rock Lee se estrelló contra el abdomen del blondo, aventándolo lejos con una fuerza terrible, haciendo que Naruto terminara estrellándose contra la pared de su casa, derribándola y cayendo al vacío entre pedazos de concreto. (N/A: ya que el departamento de Naruto esta en el segundo piso)
***
En la torre del hokage, Kakashi revisaba unos papeles con cierta preocupación, a su lado, un ambu se encontraba de pie, mirando los movimientos de su superior debajo de la blanca mascara.
-esto no puede ser…-susurró el peliplata a tiempo que acariciaba el puente de su nariz.
-sospechamos que alguien del clan Otsutsuki logró sobrevivir.- habló el ambu con neutralidad, con sus ojos fijos en las fotografías que acompañaban los documentos; en las imágenes se veía como un pequeño objeto se desprendía de la luna, las fotos se repetían, pero con posiciones diferentes.
-¿hacia donde se dirige el objeto?- pregunto Kakashi.
-la tierra.-
El peliplata se rascó la cabeza con evidente nerviosismo. –reúne a los demás, haremos una expedición cuando el objeto choque con la tierra.-
-pero hokage-sama, el objeto se dirige a las afueras de Konoha, en menos de dos hora ara impacto con la tierra.-
Kakashi abrió grandemente los ojos. -¿…que?- se levanto de su asiento y corrió hacia la salida. -¡alerta al pueblo entero, yo iré al templo!-
-¡si señor!- grito el ambu antes de desaparecer.
‘’Naruto, Sakura…¡tengo que salvarlos!’’ se dijo Kakashi a tiempo que salía de la torre y corría por los tejados a toda velocidad.
***
-¡¡¡Que vivan los novios!!!- fue el grito de alegría que dio la gente al ver a la pareja ataviada entrar al gran santuario; como si hubiera sido ensayado, una suave brisa movió las ramas de los cerezos, haciendo que varios pétalos de sakura cayeran como lluvia sobre Naruto y Hinata.
Todos los espectadores estaban felices, habían visto al rubio crecer y superarse y ahora lo acompañaban en un momento importante.
-Naruto-kun.- la azabache llamó a su prometido en un susurro.
-¿eh?- un extraño quejido salió de los labios del blondo a modo de contestación.
-¿te encuentras bien?- pregunto la chica con preocupación al ver a su futuro marido completamente indispuesto.
-si, fantástico.- Naruto le regaló una deslumbrante (y fingida) sonrisa, aunque por dentro se moría literalmente del dolor, ‘’maldito Rock Lee…’’ pensó el rubio mientras le lanzaba una mirada de furia total al cabeza de coco, viendo como este lloraba a moco tendido a tiempo que Tenten le pasaba pañuelos desechables, portando una cara que solo decía trágame tierra. ‘’cuando te cases me vengare…lo juro, aunque lo siento por Tenten…’’
El anciano sacerdote ingreso en el santuario, dando comienzo a la boda. Al momento de llegar a los votos, Hinata se puso tan nerviosa que tuvo que repetir las frases casi tres veces.
-tranquila Hinata, hazlo con calma.- le susurró el blondo, tratando de apaciguar el evidente nerviosismo en la chica, pero solo logró aumentarlo. Naruto tomó la mano de su prometida con cariño. –no te alteres, yo estoy aquí contigo.-
-N-Naruto-kun…- susurro la azabache, sintiendo como sus mejillas se coloreaban de un lindo color rojo.
-Recuérdalo, yo siempre estaré ahí, cuando sientas que ya no puedas seguir mas regresaré por ti para llevarte en brazos.-
Hinata sonrió con ternura.
-vamos, digamos los votos juntos.-
Ambos comenzaron a recitar los votos que Hinata no pudo decir sola, haciendo que todos los presentes suspiraran ante la escena, pero antes de terminar la ultima estrofa el Hatake hizo acto de presencia, deteniendo súbitamente la ceremonia.
-¡Kakashi-san!- Naruto y Hinata no salían de su asombro.
-¡¡¡Todos corran hacia un lugar seguro, un objeto no identificado va a estrellarse cerca de Konoha!!!-
La gente se alarmó de sobremanera, acatando la orden del Hatake y corriendo despavoridos de un lado a otro; naruto soltó la mano de Hinata y se acerco corriendo hacia su ex sensei. –Kakashi-san ¿pero que esta pasando, porque no nos lo dijiste antes?-
-¡porque apenas me informaron!- gritó el peliplata con la preocupación en su voz.
Entonces el suelo tembló y una luz mucho mas brillante que el sol apareció en los cielos, rompiendo la atmosfera y calentando el lugar de sobremanera.
-…ya es tarde…-susurró el Hatake.
El blondo reaccionó de golpe, se giró para buscar a Hinata, viendo como el clan Hyuuga se la llevaba para ponerla a salvo. -¡¡¡HINATAAAAAAAA!!!- gritó a todo pulmón.
-¡¡¡Naruto-kun!!!- fue lo ultimo que escuchó antes de que un estruendo les rompiera los oídos a todos.
Y entonces Konoha explotó.
*Londres -actualidad-
Lunes en la mañana, el metro se encontraba algo saturado, el blondo se encontraba revisando el papeleo que le tocaba, junto a él un chico aparentemente de su misma edad veía su celular con algo de aburrimiento.
-al jefe se le agotaron las ideas.- habló el chico, llamando la atención de Naruto. –al parecer traer un perro al set no fue tan buena idea, dice que busquemos algo interesante, algo que llame al público, como por ejemplo las crónicas de un vagabundo o las consecuencias de leer ‘’50 sombras de Gray’’ a tan temprana edad.- el chico castaño golpeó el hombro de Naruto. –lo siento amigo pero hoy te toca hacer el reportaje.-
-chuta…- se quejo el rubio. –¿cual era la segunda opción?
- ¿las consecuencias de leer ‘’50 sombras de Gray’’ a tan temprana edad?-
-me voy por esa.-
Ambos chicos siguieron en sus asuntos, el castaño revisaba su celular mientras el blondo veía el paisaje desde la ventana del metro
Hace ya tres años desde que ocurrió la tragedia, la gran explosión en Konoha. Nunca se supo quién la ocasionó ni que fue lo que cayó a la tierra, sólo recuerda que cuando despertó después de la tragedia se encontraba en una habitación un poco parecida a su antigua vivienda, en una ciudad diferente con gente completamente desconocida.
Al principio el rubio creyó que era algún jutsu y trató de destruirlo, sin éxito; poco tiempo tardo para darse cuenta que esto era la vida real, la explosión había provocado que Naruto cayera en una época diferente.
Le costó horrores adaptarse, pero con ayuda de sus "padres" (N/A: extrañamente Naruto encontró a sus papás en esta época...ellos no saben nada de la explosión.) compró un departamento y consiguió empleo como reportero en un noticiero que no es muy popular, pero le pagan bien.
El chico suspiró agotado, desde el primer instante que piso el suelo de Londres hasta ahora, Naruto no a dejado de buscar a sus amigos, especialmente a ella, a Hinata; algo muy en el fondo le dice que ellos están en la misma época que el, posiblemente al otro lado del mundo, pero prometió que los encontraría y un Uzumaki nunca desiste de sus promesas
-...yo siempre estaré ahí, cuando sientas que ya no puedas seguir mas regresaré por ti para llevarte en brazos...fue la promesa que le hice...- susurró el rubio contra el cristal, viendo como el baho empañaba el vidrio, recordando lo último que le dijo a su novia y prometida, sintiendo como una terrible tristeza invadía su corazón, deseando salir en forma de lágrimas.
Y entonces le vio.
Fue casi como un destello fugaz a causa del constante andar del metro, pero era imposible no verlo.
No muy alto, de cabellos largos y ondulados de un extraño color caramelo y cortado en capas desiguales, en la cabeza llevaba un casco amarillo intenso con una lámpara amarrada con cinta adhesiva; portaba una playera ancha gris oscuro muy percudida con el dibujo de un enorme bizcocho, una sudadera color verde y unos shorts rojos de agua, unas largas medias peludas y unos converse negros eran el toque final de su extrañísimo aspecto.
Naruto había conocido en toda su carrera de ninja y reportero a personas muy raras y safadas, Rock Lee y un tipo extraño que amaba comer talco de bebé eran un ejemplo, pero este chico sobrepasaba a todos y con creces, al parecer tenía una seria obsesión por los rosarios y amuletos para la buena suerte, pues cargaba casi una docena de ellos colgados en su cuello y enredados en sus brazos.
El metro se detuvo, abrió sus puertas de metal y el chico entró a toda velocidad, esquivando a las personas y entregando unos folletos amarillos a la gente, entre ellas a Naruto y su compañero.
"Se Busca", era lo único que se leía con letras grandes junto con una foto de un santo de la iglesia católica.
-ja, pero que chico tan raro.- rió su compañero, Naruto echó un vistazo al folleto de su amigo, se apreciaban las mismas letras, sólo que la foto era del dios hindú Shiva.
El chico, así como entró, salió del metro para ir y sentarse en los asientos de espera.
-un buen reportaje...un buen reportaje...¡un buen reportaje!- el rubio se levantó de un salto, sorprendiendo a su amigo. -Robert, tu sigue, yo llegare más tarde.-
-¿hey pero a donde vas?-
-por el reportaje de hoy.- fue lo único que dijo el blondo antes de salir disparado del metro justo cuando las puertas se cerraron.
Con cautela se acercó al chico quién mascaba un chicle de forma algo escandalosa.
-hola.- saludo con naturalidad pero sin dejar a un lado su amabilidad, él extraño se volteó hacia él con los ojos muy abiertos, como tratando de devorar todo lo que había a su alrededor con la mirada, se giró rápidamente y tomó uno de sus muchos folletos de la mochila rota para luego ofrecérselo al rubio. -no gracias, me diste uno hace rato.- el chico se le quedó mirando largo rato para luego guardar el volante en su mochila, sacar otro chicle y metérselo a la boca.
-y dime...¿porqué estas repartiendo estos folletos?- preguntó el rubio señalando su volante.
-porque lo estoy buscando.- fue la contestación del chico sin dejar de mascar.
-¿a quién, a San Nicolás?- Naruto arqueó la ceja.
-no, a él, a dios lo estoy buscando a él, perdí mi control sabes, y por lo que se, el es el único que sabe en donde esta.-
El rubio arqueó aún más las cejas, todo esto le resultaba demasiado extraño, pero interesante en cierto sentido. -¿tu control, el de la televisión?-
-no...mi control para poder regresar a casa, sin el no puedo volver.- habló el chico a tiempo que se levantaba, tomaba su mochila u se alejaba de Naruto con paso rápido. -por eso debo de repartir folletos...muchos folletos...-
Naruto se quedó mirando completamente sorprendido, wow...ese sería un muy buen reportaje...el chico que busca a dios por su control de la T.V perdido...
-Tengo que hacer un reportaje de eso...- susurró el chico con un brillo en los ojos.
***
-No.- fue la seca respuesta de su jefe.
Naruto casi se cae de espaldas de la impresión, ¡¡¡esto no podía ser posible!!! Aún no había terminado su relato y el jefe ya le había dado su última palabra, y eso era un rotundo NO..."fruta bida..." Pensó el blondo.
-P-p-pero jefe...jefesito...esa sería una historia increíble, "el chico que busca a dios por un control" ¿acaso no se oye de película?-
El hombre suspiró. - ¿lo a encontrado?-
-¿d-disculpe?-el blondo levantó las cejas, dudoso.
-a dios, que si ya lo encontró el chico.- el jefe vio como el rubio no contestaba. -no, pues cuando lo encuentre vienes y yo con gusto te dejo sacarlo en tu reportaje, mientras tanto apegate a las normas, nada, pero te digo nada de religión en las noticias, ahora sal de aquí, tengo cosas más importantes que hacer que perder el tiempo con cuentos de locos fanáticos.-
Naruto salió de la oficina con los ánimos por los suelos, rayos ¿por qué ese señor no se daba cuenta que ese podría ser el mejor reportaje de la historia? El rubio suspiró agotado, tenía algo de hambre así que decidió salir a la calle por algo de comer, haber discutido con su jefe le había abierto el apetito.
Llegó al puesto ambulante más cercano y se acercó para pedir su comida cuando algo llamó inevitablemente su atención, en las paredes de la calle se encontraban pegados los mismos folletos que el chico raro del metro repartía.
-él...¿cómo llegó hasta aquí en tan poco tiempo...?- susurró el blondo sorprendido.
Se acercó al vendedor del puesto ambulante y le preguntó. -disculpe ¿usted sabe a donde fue la persona que pegó esos carteles?-
El vendedor de volvió a ver los mencionados carteles antes de contestar. -a si, el chico medio loco, se lo llevó la policía después de sorprenderlo haciendo eso.-
El rubio se sorprendió bastante ante eso, dio las gracias y se alejó caminando.
Algo en ese chico le intrigaba mucho, tenía unos deseos enormes de saber quién era y porque hacia todo eso.
-para saberlo tengo que hablar mejor con él ¿no?- susurró el chico antes de correr a la comisaría. Esta decidido, investigaría sobre el extraño chico que busca a dios, así y tal vez logre encontrar alguna pista sobre el paradero de sus amigos, y sobre todo, la localización de Hinata...
¿Lo logrará...?
Continuará....