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Tobe ¿En qué líos te metes? por StilissMetrix

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Notas del capitulo:

Espero les guste el nuevo capítulo. En el capítulo anterior, Tobe fue secuestrado y posteriormente rescatado por Garu, su enemigo, freando así una deuda de vida. ¿Qué es lo que pasará en este nuevo capítulo?

El viento soplaba ligeramente mientras un ave azul se acicalaba las plumas y trinaba alegremente en la rama de un árbol de cerezo. Esta hermosa vista por desgracia, no era disfrutada por el único observador que era nada más y nada menos que Tobe. Sus pensamientos viajaban en dirección al evento previamente vivido, más exacto, el rescate. Aún recordaba la sensación de las manos de Garu en su cintura, cargándolo al estilo princesa… sacudió violentamente su cabeza ante aquello. Esos pensamientos le abrumaban.

-¡Deja de pensar en ello Tobe!

Se reprendió a sí mismo. Odiaba recordar aquello. Cruzado de brazos y con sus piernas en posición de loto, intentó despejar aquellas ideas de su cabeza, pero tal parecía que entre más lo intentaba, más aferradas se hacían. Gruñó frustrado. Sus ninjas entraron a sus aposentos mostrando respeto.

-Tobe… esperamos no estés molesto por lo sucedido… ya sabes.

-No descuiden.

Dijo más para sí que para ellos, pero su cabeza estaba más concentrada en los pensamientos extraños que le abrumaban. Su estómago gruñó un poco. Tanto pensar le dio hambre. Se levantó dispuesto a dar un paseo para así poder aclarar ideas.

-¿Tobe? ¿A dónde vas?

-Iré a buscar algo de comer, muero de hambre. Ustedes pueden hacer lo que gusten, les dejo el día libre.

Todos los ninjas se miraron confundidos. No estaban seguros de dejar solo a su líder y más con ese sujeto tras él. Pero sabían que se dirigía a la aldea y al menos ahí estaba Garu. Esperaban que el ninja del corazón le ayudara de ser necesario.

Una vez que llegó a su destino se dispuso a buscar un lugar apropiado. A lo lejos vio un puesto y procedió a sentarse. Mientras esperaba su orden, sus recuerdos del rescate volvían a su mente así como las sensaciones extrañas que le abrumaban al recordar la cercanía del otro ninja y también la humillante forma de su rescate, aunque también aquello le hacía ponerse nervioso en más de un sentido que no sabía cómo definir.

Cuando su orden estuvo lista, procedió a comer sin más. A la distancia logró ver algo que le llamó la atención. Era Garu y parecía que venía huyendo de aquella niña súper acosadora.

-“Pobre, creo que ya siento pena por él”.

Terminó su comida, pagó y se marchó en lo que pensaba en lo que veía y lo que sentía. No pudo evitar pensar en el sujeto que le secuestró.

-Namu…

Por un instante se preguntó si así es como se sentía Garu con las constantes abrumaciones de esa niña y con su constante presencia para retarlo.

-“Será que… ¿Se siente igual?”

Al pensar eso no pudo evitar pensar también en que ahora le debía la vida por rescatarlo. Al llegar a su hogar vio con horror como estaba casi en ruinas y sus ninjas en el suelo inconscientes y heridos. Corrió con el miedo y la ira fluyendo.

-¿Qué pasó aquí?

Preguntó a uno de sus guerreros caídos mientras lo levantaba del suelo con cuidado. El ninja le miro entre consternado y aliviado.

-Vinieron a atacarnos. Lo buscaban… al no estar se retiraron… por fortuna usted no estaba en el momento del ataque…

Tobe se sintió culpable. Lo buscaba ese desgraciado. Odiaba ese tipo.

-Ya todo está bien. Procuren curar sus heridas. Los que estén en mejores condiciones ayuden a los más graves.

Dictó y los que estaban sin muchas heridas graves ayudaron a levantar a sus compañeros más heridos. Tobe se recluyó en su habitación sin permitir el paso a nadie.

Se sentía furioso, pero más que furioso, se sentía impotente.

-“¿Por qué no me deja en paz?”

Fue ahí que se dio cuenta que él hacía lo mismo con Garu. Molestarlo a cada rato, fastidiarlo en retos donde él quería ser el vencedor y superarle.

-“¿Acaso… yo soy igual?”

Fue ahí que su mente comenzó en un shock de ideas y una búsqueda de respuestas a sus preguntas.

-“Es verdad… me la paso fastidiándolo tanto… soy casi como esa niña… no puedo creerlo…”

Fue entonces que algo le pasó en la mente.

-“Es verdad… le debo la vida… si puedo pagar mi deuda con él… ¿Pero cómo?”

Y recordó a Pucca y cómo Garu siempre parecía querer deshacerse de ella.

-“Cierto, Pucca. Ella siempre le está acosando. Si logro ayudarlo a que ella le deje tranquilo, habré pagado mi deuda con él y ya no le deberé nada… pero ¿Cómo? Es más fácil hacer parecer que Garu tiene una pareja a que esa niña deje de quererlo, y aún así ella es demasiado insistente pare permitir que la “competencia” se quede con Garu… ella me complica las cosas. ¿Qué debo hacer?”

Pensó y pensó hasta que finalmente algo se le ocurrió.

-“¡Eso es! Si logro averiguar lo suficiente para conocer los puntos débiles de Pucca, tal vez… para eso debo aprender de ella… la única forma que se me ocurre es fingir que quiero ser amigable… eso funcionará.”

Con eso en mente, se dispuso a descansar para poder iniciar su pago de deuda al día siguiente, porque no quería seguir debiéndole la vida a Garu, o eso es lo que él decía al sentir esas abrumaciones, todo era solo por la deuda de vida.

Al día siguiente, Tobe fue de nuevo a la aldea. Sus ninjas notaban los extraños cambios de humor y su comportamiento errático en ocasiones. Estaban convencidos que todo ello se debía a Garu y el día del rescate. Quizás era la humillación de haber sido rescatado por un enemigo, o tal vez la deuda de vida que ahora tenía con el mismo enemigo. Pero fuera lo que fuera, Tobe parecía comenzar a actuar de forma diferente, más distraído y contrariado, algo que les preocupaba.

Tobe llegó al fin y buscó con la mirada a su “víctima”. La encontró cerca, junto a su amiga, la cual no recordaba ni cómo se llamaba.

-Pucca, que agradable sorpresa.

Las dos niñas se pusieron a la defensiva al ver al ninja que siempre causaba problemas. El chico en cuestión levantó sus manos en rendición y solo dijo calmadamente.

-No vengo a pelear. Sé muy bien lo fuerte que eres y no vale la pena siquiera intentarlo. Solo que estuve pensando por mucho tiempo y… creo que quiero cambiar las cosas. Para empezar, me gustaría que nos lleváramos mejor.

-No confiamos en ti.

Pucca asintió de acuerdo.

-Además. ¿Cómo sabemos que no es otro de tus planes para fastidiarnos y provocar a Garu a una de tus absurdas peleas?

Quiso replicar que no eran absurdas, pero se contuvo ya que se suponía que venía a arreglar las cosas.

-Lo juro. Mis intenciones son buenas.

Las dos niñas se miraron escépticas y luego le regresaron la mirada en claro signo de que no creían nada en sus palabras. Justo en ese instante aparecieron un grupo de ninjas rodeándolos, algo que sorprendió a todos. Tobe no podía creer que ese canalla se atreviera a buscarlo incluso en la aldea y peor, poner en peligro a otras personas que no tenían nada que ver.

-¡Lo sabía! ¡Dile a tus ninjas que nos dejen tranquilas!

-No son quienes creen. No bajen la guardia.

Tobe se puso en modo defensivo y estaba más que dispuesto a pelear si era necesario. Su mano estaba empuñada en su espada pero antes de hacer nada el grito de las chicas le desconcentró para luego posar su mirada en ellas ahora siendo apresadas por esos ninjas. El que parecía ser el líder le dijo desafiante.

-Si no quieres que las dañemos será mejor que te entregues.

Tobe bufó a sus palabras. No le creía capaz.

-Sí, claro. Inténtalo.

No es que no le preocupara la seguridad de las enanas, pero bien sabía de la fuerza monstruosa de la de rojo. Además, no pensaba ceder ante sus enemigos.

-¿Quieres probarnos?

Y en un movimiento, los ninjas parecieron moverse dispuestos a lastimar con sus espadas a las rehenes. Tobe sabía que Pucca se liberaría, pero claramente debía tener alguna distracción por lo que fingió rendirse viendo como la niña hacía exactamente lo que pensó que haría, y todo sin que el enemigo se diera cuenta.

-Bien…

Dejó lentamente su espada al tiempo que se inclinaba al suelo sin quitar la vista a su enemigo, luego sonrió.

-Pero antes creo que debes ver lo que pasa a tus espaldas.

El otro no entendió pero un ruido le hizo voltear solo para recibir la patada más dolorosa que había sentido en su vida. Tobe estaba por celebrar la fácil victoria cuando un ninja llegó por detrás aprovechando que Tobe había soltado su arma. Con la espada, colocó el filo en el cuello mientras sostenía al ninja de la cicatriz.

-Vendrás quieras o no. Él te espera.

Susurró lo último al oído de Tobe. También, lejos de los demás oídos, susurró otras cosas que sin duda provocaron un terrible escalofrío en el ninja y su cara se volvió de pánico. Su cuerpo comenzó a temblar involuntariamente.

 

Notas finales:

Las cosas se complicaron para Tobe. En un intento de pagar su deuda intentando liberar a Garu de Pucca mediante conocer los puntos débiles de ella, llegaron los ninjas de Namu, el secuestrador de Tobe... pero ¿Qué es lo que quiere de Tobe? ¿Qué hara para poder escapar? ¿Vendrá alguien a su rescate? ¿Pucca le ayudará o no moverá ni un dedo para salvarlo? Todo esto y más en el siguiente capítulo.

Namu=Madera o árbol en Coreano.


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