Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Máscara de encantos por deep desire

[Reviews - 64]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Heeey! :( realmente lamento estar perdida últimamente, por las no actualizaciones constantes y por todo eso :c pero prometo volver a la normalidad dentro de una semana, porque luego de estos días, mi vida vuelve a ser libre de nuevo y podré descansar tanto psicologica como físicamente :( así que muchas gracias por aquell@s que continúan leyendo la historia a pesar de todo!! tienen mi amor <3 :(

Capítulo 11


 


Kise Ryota


 


 


Observo fijamente la estructura de la casa… ha cambiado mucho desde la última vez que los visité. Todo se ve distinto, sólo sirve para dejar en claro que no pertenezco aquí, un recordatorio de lo que dejé de lado para sobrevivir en un mundo lleno de sangre y malos tratos, pero no me arrepiento de nada.


Gracias a lo que hice mi familia pudo vivir mejor, mis padres tienen una buena vida y mis hermanas pueden hacer lo que quieren, estudiar en las mejores universidades y sin preocuparse de nada. Yo soy feliz por ello… pero he cometido un error… y todo se está yendo al carajo ahora. No sé cómo enfrentaré a mis padres para pedirles que se vayan de aquí.


Acomodo la capucha de la sudadera para que tape más mi rostro. No quiero que las personas me vean y me reconozcan. Sé que han pasado años desde la última vez que vine, pero mi rostro no ha cambiado mucho. Suspiro y levanto la cabeza para dirigirme a la entrada de la casa. Llamo al timbre una vez y de inmediato se escucha la voz de mamá del otro lado.


– ¡Ya voy! –exclama con amabilidad.


Se me retuerce el estómago, estoy nervioso, no debería estarlo pero es inevitable. No he visto a mi familia en mucho tiempo y no he hablado con ellos tampoco. Mi plan había funcionado a la perfección… hasta ahora.


Su rostro me trae tantos recuerdos cálidos que apenas nuestras miradas se conectan me dan ganas de llorar.


– Mamá –murmuro con labios temblorosos.


– Ryota –susurra llevándose una mano a la boca.


Se acerca y me abraza con fuerza. Sus brazos rodean mi cintura y entierra su cabeza en mi pecho. Ahogo un gemido de dolor cuando me aprieta la cintura, las heridas todavía están frescas y duelen, pero no me importa. Es mi mamá.


Correspondo su abrazo con la misma necesidad y no tardo en dejar las lágrimas salir. A pesar de ser frío, despiadado y sin corazón, cuando se trata de mi familia, todo cambia.


– Hijo –solloza contra mi pecho.


Se separa de mí para mirarme fijamente. Sus ojos llorosos me hacen llorar con más razón todavía. Trato de secarme las lágrimas pero es inútil cuando no paran de salir. Ella se acerca y me quita la capucha para mirarme detenidamente. Se queda observándome por varios minutos, toca mis mejillas, me toca el cabello, pasa sus manos por mis hombros y aprieta mis brazos. La conozco y no puedo evitar sonreír un poco. Está midiendo todo lo que he cambiado y todo lo que se ha perdido de mi vida.


– Estás tan grande –dice luego de un tiempo.


Suelto una carcajada y la atraigo abrazándola nuevamente. Puedo irme por años y lo único que siempre va a decir es que he crecido cuando sigo teniendo la misma estatura que siempre.


– Te extrañé mucho, mamá –digo dándole un beso en la cabeza.


– Yo también, hijo. Todos te extrañamos en casa –dice masajeando mi espalda– Vamos, entra a casa, estaba preparando el almuerzo, escogiste buena hora para llegar ¿Tienes hambre? ¡Estás tan delgado! –exclama tironeándome dentro de la casa.


Cierro la puerta con el pie mientras me arrastra hasta la cocina. Comienza a hablar buscando algo entre las repisas. Se mueve con tanta confianza y familiaridad en este lugar que realmente me siento horrible. El pecho se me aprieta mientras veo todas las fotos familiares en los pasillos.


Jamás me perdonaran haberlos puesto en esta situación.


Sin darme cuenta me estoy agarrando la cabeza con ambas manos, tirando de mi cabello con desesperación y culpa. Mamá me toca suavemente haciéndome volver a la realidad. Me mira preocupada, pero jamás abandonando la calidez en su mirada.


– ¿Qué sucede, Ryota? –pregunta frunciendo el ceño, dejando a ver las arrugas que han ido apareciendo con los años.


– Nada, mamá –tomo sus manos entre las mías y beso sus nudillos– Es sólo que realmente los extrañaba –le ofrezco una de mis mejores sonrisas y ella duda un momento, entonces sonríe y me hala una oreja suavemente.


– No me mientas, cariño, todavía sé cuándo mientes y cuándo no, recuérdalo.


– No miento…


– No diré nada más –responde sonriendo. Me deja un vaso con leche y un plato con galletas enfrente– Come mientras me hablas de tu vida –se gira para seguir cocinando. Tomo una galleta y comienzo a comer… no recuerdo cuándo fue la última vez que comí… ¿fue ayer? ¿o antes de ayer? – ¿Tienes novia? –me atraganto con las migajas y debo tomar un sorbo de leche para dejar de toser.


Me llevo una mano al estómago… realmente eso dolió.


– ¡¿Qué… Qué cosas preguntas mamá?! –exclamo frunciendo el ceño por el dolor punzante– Todavía soy muy joven para amarrarme así.


– Querrás decir viejo –se burla mirándome de lado para luego seguir cocinando– Deberías estar casado.


– ¡Casado! –exclamo indignado– No me voy a casar así no tenga cincuenta años –doy un mordisco a otra galleta y le frunzo el ceño mirándola revolver cacerolas.


– Ajá… lo que digas, hijo, lo que digas.


– Eres mala –hago un puchero acabándome las galletas– ¿Tienes más galletas? –apenas termino la frase hay otro plato enfrente mío con más galletas– Te amo –digo atacando el plato nuevamente.


– Lo sé, Ryota, yo también te amo –dice mirándome con un deje de preocupación.


Ignoro su mirada porque no quiero que me pregunte cosas de las que no me siento muy cómodo hablando… pero mi mamá, es mi mamá… y por algo es que soy hijo de ella…


– ¿Qué ha pasado? –pregunta luego de varios minutos en silencio.


– Nada –respondo automáticamente.


– Por favor, di la verdad –suspira. Deja de hacer lo que estaba haciendo y gira a mirarme– Es algo malo ¿no?


– No.


– ¿Qué ha pasado?


– Nada.


– Ryota.


– Nada, no ha pasado nada, mamá –respondo exasperado.


No puedo decirle que debe irse de aquí porque van a matarlos para tratar de llegar a mí y matarme también. No puedo decirle que he ganado dinero matando personas. No puedo decirle que escapé de la cárcel hace menos de veinticuatro horas. No puedo. No soportaría ver su mirada de dolor, no soportaría escucharla llorar y lamentarse de haber hecho las cosas mal conmigo.


Mis padres… mi familia piensa que siempre he estado estudiando y trabajando a la vez. Piensan que tengo un gran empleo que genera grandes cantidades de dinero que les doy sin siquiera ocuparlo… piensan que soy una buena persona, cuando en realidad soy todo lo que ellos odian.


Y ahora estoy entre la espada y la pared.


Debo decirles qué es lo que soy para que entiendan la situación y huyan lejos de aquí, donde nadie los encuentre y donde nadie los reconozca. Si ellos se quedan aquí entonces yo… tendré que entregarme voluntariamente ante los mafiosos que me quieren muerto… pero si lo hago, entonces ellos querrán matar a mi familia para asegurarse de no dejar ningún cabo suelto.


He pensado en todas las opciones posibles… y lo único que puedo idear con tan poco tiempo es un escape para ellos. Quizá un viaje a otro país. Les regalo un viaje a otro país para que desaparezcan de aquí por unas semanas… el tiempo suficiente para arreglar todo este enredo.


Puedo matarlos a todos, deshacerme de ellos y eliminar cualquier amenaza para mi familia… puedo hacerlo.


Pero…


– Oh dios, mira esto ¡Ryota! –exclama mamá llamando mi atención nuevamente.


Dirijo la mirada hacia el lugar donde ella está mirando. Se me caen todas las ideas que tenía para tratar de ocultar lo que hago. Las malditas noticias, olvidé ese pequeño gran detalle de mierda.


– ¿Ese… eres tú? –murmura mirándome con temor.


Muestran imágenes de mí siendo perseguido ayer, luego otras en donde me llevan a la comisaría. Yukio aparece hablando para aclarar la situación, diciendo que necesito de un juicio limpio independientemente de los crímenes que he realizado. Me muestran inconsciente, cubierto de sangre y siendo arrastrado por policías.


Aprieto las manos en puños. Mamá apaga la televisión y se tapa el rostro con ambas manos. Trago saliva tratando de apaciguar el dolor en mi garganta.


– Mamá… yo…


– No –dice llorando. Solloza con fuerza. Trato de tocarla, pero sólo se aleja, negándose a estar cerca de mí.


– Lo siento –murmuro con la vista borrosa por las lágrimas acumuladas– Perdóname, mamá.


– No… mi bebé… por qué… –dice entre sollozos– Por qué…


– Lo siento –es lo único que puedo decir.


A lo lejos escucho la voz de papá acercándose, un par de voces femeninas también le siguen. Cierro los ojos levantando la cabeza. No podían llegar en un mejor momento.


Apenas papá me ve se detiene asombrado, pero apenas escucha a mamá llorar, su semblante cambia a uno de preocupación. Mis hermanas aparecen sonriendo, totalmente ajenas a mi presencia… no sé si alguna se acuerde de que tienen un hermano.


– Ryota –dice Yuu, la mayor


– Hermano –susurra Shiori, la menor.


– ¿Qué ha pasado? –pregunta papá mirándome con desesperación al ver que mamá no dice nada y sólo llora sin consuelo contra su pecho.


– Yo… perdón –digo. Aclaro mi garganta tratando de encontrar un tono de voz más firme. Me levanto sacando un sobre con papeles que dejo sobre la mesa– Realmente no esperaba que todo resultara así… –trago saliva evitando mirarlos a los ojos, sólo quiero llorar, pero no debo… es mejor que piensen que no me interesa lo que sientan… de esa forma les será más fácil dejarme ir. A mamá le costará más creerme porque me conoce mejor que nadie… pero entenderá a su debido tiempo– Deben abandonar la casa en menos de dos horas –digo– Dentro de ese sobre hay pasaportes y todo lo que necesitan para salir de aquí. Vivirán otra vida en otra ciudad. No se preocupen, es sólo algo temporal, por un mes. Necesito que se vayan o sino… –trago saliva mirando a papá. Mamá ha dejado de sollozar y me mira con dolor. Aparto la mirada buscando la máscara de frialdad que necesito– Si no se van en el plazo que les doy, lamentablemente tendré que matarlos –mis hermanas sueltan un grito de horror y papá me mira sin poder creérselo. Mamá solo niega con la cabeza negándose a creer.


Enciendo la televisión con el control remoto y le subo al volumen para que escuchen atentamente los noticieros.


“Si ven a este hombre no duden en llamar a la policía. Es altamente peligroso. Se le atribuyen más de treinta asesinatos en menos de cinco años. Es uno de los criminales más temidos del último siglo ya que se trata de un sicario despiadado con un rostro que encanta a cualquiera de las víctimas…” –la mujer sigue hablado pero silencio el volumen y espero a que vuelvan a mirarme.


Sonrío con frialdad en mis rasgos. Mi pecho duele como nunca antes lo ha hecho de tan solo ver las expresiones de temor y miedo en sus rostros.


– Así que… creo que mejor empiezan a moverse –saco el arma que llevo y la levanto en el aire haciendo que todo dentro de mí se derrumbe y ya nada vuelva a ser lo mismo.


Después de esto… ya nada me va a importar menos que la vida.

Notas finales:

De nuevo gracias por seguir apoyando la historia! y no olviden dejar un review :( besos y nos leemos próximamente <3


https://www.facebook.com/DeepdesireFic


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).