Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Máscara de encantos por deep desire

[Reviews - 64]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡LO LAMENTO! lamento no haber actualizado antes :((( realmente el internet me falla bastante, pero ahora que he vuelto, actualizaré dos capítulos seguidos, este y otro que será publicado... el miércoles! lo lamento mucho :c no crean que me he olvidado :c ni siquiera lo piensen <3 que esta historia no esta ni de lejos olvidada ¿vale? son solo problemas que me pasan a menudo :(

Capítulo 16


 


Aomine Daiki


 


 


Tres días… para cualquiera que tuviera tres días como plazo para encontrar a alguien, debiera de ser fácil. Sobre todo si sabe por dónde partir, en cambio yo… es como si tuviera los ojos vendados… literalmente.


No tengo dónde empezar, ni cómo contactarme con el rubio chillón. Es como el dicho de buscar una aguja en un pajar. Mínimo una semana para encontrarle. ¡Pero no tres días! Con tres días no logro ni encontrarle el rastro ni la primera pista para empezar. Es una misión imposible.


No sé si todavía se encuentra en esta ciudad, o si ya la abandonó. Lo más lógico hubiera sido abandonar el país… pero él no lo haría, le gusta el peligro, lo vi en sus ojos. Jamás abandonaría una batalla huyendo. Por esa razón es que me he mantenido vagando por las calles sin rumbo fijo a ver si logro encontrar algo.


Ryota Kise. Resumido en una palabra: caos… perfección… no puedo quitar su rostro de mis recuerdos. De tan solo pensar en que debo de capturarlo para llevarlo a su muerte, hace que algo se instale en mi pecho como una punzada de dolor, de alguna forma me encariñé con su presencia egocéntrica y molestosa. No me gustaría encontrarlo. No quiero encontrarlo. No quiero ser el causante de su perdición.


De tanto caminar, ya me duelen los pies y no he encontrado nada. Sólo encontré las calles más apartadas sin ninguna pista de él… y ya son cerca de las diez de la noche.


Puedo decir con toda seguridad que el primer día ha sido un fracaso. Podría dedicarme a buscar en la madrugada, que es cuando todos los ilegales se movilizan… pero prefiero dormir todas estas horas y comenzar a eso de las cuatro de la mañana. Algo me dice que a esa hora podría tener algo de suerte… dependiendo del lugar donde comience.


***


La alarma suena y suena sin detenerse. Los pitidos son insoportables, se esparcen por todo el departamento resonando entre las paredes y devolviéndome el sonido más fuerte todavía si es que eso es posible.


Abro los ojos a regañadientes. Me contengo para no agarrar el maldito reloj y estrellarlo contra la pared. En cambio lanzó las sábanas lejos y me levanto de un salto para no arrepentirme luego. Acaricio mi cuello en dirección a la ducha. Saco una toalla blanca del estante y me encierro en el baño un par de minutos.


En la ducha trato de no quedarme dormido, pero no puedo dejar de bostezar. Los ojos me arden de sobremanera como si no hubiera dormido más que un par de minutos en lugar de horas.


Una vez estoy vestido, agarro las llaves, mi cartera y salgo del lugar rápidamente. Los ecos de mis pisadas son lo único que se escucha mientras camino por las calles, la capucha de la sudadera no es suficiente para cubrirme del frío viento que se ha levantado, pero al menos el frío ayuda para despertar completamente.


Levanto la cabeza al cielo oscuro estrellado. Todavía faltan un par de horas para que amanezca. Sólo las almas vagas son las que se encuentran por las calles en este momento.


Suelto un suspiro resignado. Esto no tiene ni pies ni cabeza.


Bostezo ruidosamente ocultando las manos en los bolsillos del pantalón, las pequeñas lágrimas de sueño nublan un poco mi visión haciendo que vea borroso. No sé cómo mi atención es llamada hacia el edificio de departamentos, creo que quizá fue porque me pareció ver una sombra caer desde lo alto hasta el suelo.


Apresuro el paso hasta el lugar donde supuestamente la sombra cayó y me lo encuentro en medio de la vereda. Una persona real. Un chico de cabello rubio y apariencia desgastada. El sufrimiento en su rostro parece ser el de una persona a punto de morir.


He quedado en shock justo aquí, mirándolo de pie inmóvil. Ni siquiera se da cuenta de que estoy a un par de metros, parece sumido en la desesperanza y consumido por la angustia.


Luego de un par de segundos mirando su rostro de perfil, me atrevo a dar un paso después de otro, lentamente, esperando por el momento en que se dé cuenta de mi presencia y quiera correr lejos.


Sin embargo parece fuera de sí. Abstraído en un lugar en que yo ni nadie parece tener alcance. Su mirada está perdida en algún lugar de la pared y la cuerda sigue enroscada en sus manos. Siento que si paso una mano frente a su rostro, no me vería hasta luego de unos segundos.


Me acerco lo suficiente como para poder tomarle de un brazo en caso de que quiera huir lejos. Ahora que lo he encontrado, no sé qué diablos hacer… ¿Debería de llevármelo a la fuerza? ¿Decirle la verdad y convencerlo de que venga conmigo y se entregue? No creo que vaya a ser tan fácil… pero él no tiene nada que perder. Sólo la vida… pero todo el mundo tiene la vida por perder, la pregunta es cuándo, cómo… dónde.


– Oye –murmuro sacándome la capucha de la sudadera para que me pueda ver el rostro– Oye, rubio –digo un poco más fuerte.


No reacciona. Frunzo el ceño y le doy un golpe levemente fuerte en la espalda para hacerlo espabilar.


Y funciona porque empieza a parpadear. Se ve algo confundido. Mira sus manos y suelta la cuerda para luego mirarme y quedarse estático. Su mirada pasa del susto a algo cercano a la felicidad. Su rostro de ilumina al identificarme y estoy seguro de que planea tirarse a mis brazos antes de empezar a gritar entusiasmado.


– ¡El chico de cabello azul! –exclama sonriéndome completamente animado, como si no hubiera estado sufriendo minutos atrás.


– Daiki –gruño mirándolo de mala manera– Me llamo Daiki.


– ¡Cierto! –exclama nuevamente. Se acerca y me abraza colgándose de mis hombros mientras apoya su cabeza en el hueco de mi cuello– Había olvidado tu nombre por completo, cariño –murmura con un tono más suave y tranquilo.


Demasiados cambios de humor me tienen mareado. No respondo su abrazo porque no recuerdo que en nuestro único día conociéndonos desarrolláramos una amistad así de profunda y confianzuda. De hecho no recuerdo haber entablado una conversación tranquila o normal con él. Lo único que recuerdo son peleas infantiles y más peleas.


– Ryota Kise –digo mirando la calle iluminada delante de mí– Toda una celebridad en tan poco tiempo fuera de las rejas –.


Espero a que me suelte porque usualmente los abrazos de saludos siempre terminan a los pocos segundos, pero este chico no me ha soltado. De hecho, con cada segundo que pasa, cada segundo que trato de llenar con palabras para que no se torne incómodo, este rubio me sujeta con más fuerza si es que eso es posible. Siento en que en cualquier momento me va a terminar faltando el aire.


– Oye… deberías soltarme –murmuro frunciendo el ceño– Se supone que no congeniamos ¿Recuerdas?


– No importa lo que ocurrió adentro. Importa lo que ocurre ahora –responde aflojando un poco su agarre pero sin soltarme– Hueles tan condenadamente bien –murmura olfateando la piel descubierta de mi cuello, haciendo que me retuerza un poco por la sensación cálida– No me había percatado de que extrañaba este olor. Creo que podría hacerme adicto a este olor –sus manos sujetan mi cabello y separa su rostro de mi cuello para mirarme a los ojos.


Estoy más tenso que una maldita cuerda de guitarra. Sólo puedo mirarlo con el ceño fruncido, como siempre acostumbro cada vez que una situación desconocida me enfrenta. Sus manos tiran de mi cabello suavemente, es una caricia suave que me relaja de cierta forma, pero no por completo.


– Creo que estás actuando y diciendo cosas muy raras, rubio –murmuro sin mover las manos de mis costados. En cambio él mantiene sus manos en constante movimiento. Ahora está tocando mis brazos y paseando sus dedos por mi abdomen.


– Hmm… tienes razón, cariño –susurra mirando el lugar donde sus manos se han detenido, justo en el borde de mi jeans oscuro– Pero desde que he salido he estado pensando en ti.


– Pues yo no –gruño.


Sé que estoy mintiendo, pero él no tiene porqué saberlo. Sólo estaría aumentando su ya gigante ego. Sí, pensé en él… pensaba en él cada vez que mi mente no estaba ocupada, pero es porque de alguna extraña forma creamos un lazo. No fue una amistad, sino que un ¿Compañerismo?


– Mientes –susurra con una sonrisa divertida y una mirada incrédula– Sé que pensaste en mí, Daiki –me guiña un ojo tocando mi cabello con una de sus manos mientras que apoya la otra sobre mi pecho– Eres demasiado caliente –susurra. Se acerca a mi oreja para respirar en ella a propósito– Quisiera tenerte en mi cama por siempre –.


Trago saliva con fuerza como reacción a sus palabras. Qué debería de responder en esta situación, no tengo idea, pero definitivamente esa voz ronca y sus manos intrusas están empezando a activar algo en mí.


Por supuesto que sé que es un hombre. Él también lo sabe. Ambos estamos conscientes de la situación, no hace falta decirlo. Él empezó esto y al parecer quiere algo. Es eso… o simplemente estoy cayendo en sus palabras.


Todo esto es demasiado confuso. ¿Debo dejarme llevar? ¿O debo ser cauteloso?


– No voy a caer –digo sonando más firme de lo que en realidad me siento.


Lo tomo de las caderas y lo empujo hasta separarlo de mí para poder verle el rostro. El cabello le tapa los ojos porque mantiene la cara hacia el suelo, entonces comienza a reírse suavemente… y es donde sé que al menos todavía tengo los instintos buenos.


– Creí que ibas a ser más fácil de manipular –se ríe mirándome al fin. Una mirada fría y una expresión inescrutable– Pero parece que has aprendido de los errores. No confíes en extraños.


– Técnicamente no somos extraños, rubio –respondo sin inmutarme por su cambio repentino de humor. De verdad, me estoy empezando a marear. Sólo le falta llorar para completar la escena.


– ¿Cómo me encontraste? –dice ignorando mis palabras– ¿Me estás siguiendo? ¿Para quién trabajas? Espera… –frunce el ceño estudiando mi rostro con detenimiento. Mantengo la expresión neutra. Todavía no sé cómo abordarlo. ¿Debo decirle?– ¿Sólo caminabas por la calle y cruzamos caminos así nada más? Se supone que ya saliste de prisión.


– Hmm… –saco mis manos de sus caderas ya que no me había dado cuenta de que todavía seguía tocándolo– Sí –es todo lo que respondo.


– “Sí”… –repite frunciendo más el ceño y dando un paso atrás– “Sí” qué.


– Sí, sólo caminaba y sí, salí hace días.


– Eres un pésimo mentiroso. No servirías para ser estafador, tienes un corazón demasiado blando –dice alejándose otro paso de mí.


– No estoy mintiendo –rebato molesto. Doy un paso adelante y él retrocede. A este ritmo voy a perderlo sin darme cuenta, ya veo que sale corriendo y se me escapa.


– Dime la verdad y puede que así no salga corriendo –dice calmado. Se cruza de brazos esperando a que hable.


No sé si deba hacerlo o no, pero creo que si no le digo la verdad él igual sabrá que le estoy mintiendo. Es muy perceptivo. Si luego de escuchar mi verdad, huye, entonces no me quedará de otra que darle caza y llevarlo a la fuerza… ¿Seré capaz de ello? Con cualquier otro idiota lo sería… pero específicamente con este idiota… no estoy muy seguro.


– Está bien, está bien –levanto las manos rindiéndome. Suelto un suspiro y lo miro a los ojos– Necesito llevarte con vida al sujeto que me prestó dinero. Si te llevo, mi deuda estará pagada y no iré a la cárcel por haber matado a una chica, si no te llevo, iré a la cárcel y le deberé millones de dólares al viejo mentiroso –.


Se cubre la boca con una mano y mantiene la mirada en el suelo. De pronto sus hombros comienzan a sacudirse y no sé si está llorando o está riendo, pero empieza a doblarse sobre sí mismo hasta que suelta una risita.


– Bien, entonces tengo el camino más fácil –responde incorporándose totalmente serio– Llévame con tu hombre –sonríe con una mirada pícara.


– No es mi hombre –mascullo molesto.


– Lo sé –se ríe– Porque eres mi hombre –responde serio nuevamente.


– ¿Qué? –lo miro sin comprender sus palabras.


– Eres mi hombre. Estoy pagando por ti. Te he comprado ahora, así que me perteneces –me guiña un ojo para luego acercarse a mí y colgarse de mi brazo– Llévame a donde el viejo mentiroso, cariño.


– Espera, espera, baja un poco tu velocidad –lo detengo. Trato de quitármelo del brazo, pero es imposible, parece pegado con pegamento– Explícate.


– No tengo ánimos de explicar nada, mejor llévame a algún lugar antes de que la policía nos dé caza. Estoy en graves problemas y tú eres mi cómplice ahora, así que vamos, vamos~ –tironea de mi brazo hacia adelante, pero retrocedo y lo llevo en la dirección contraria– ¿A dónde vamos?


– Ya verás –gruño caminando relajadamente.


Me pongo la capucha de la sudadera nuevamente y guardo mis manos en los bolsillos, sin embargo, el rubio inquieto saca mi mano derecha de su lugar y entrelaza sus dedos con los míos sonriendo de medio lado mientras caminamos en la oscuridad.


– Es para no perderme –responde a mi pregunta silenciosa.


Suelto un sonoro suspiro y él sólo se apoya en mi hombro soltando una risita divertida.


Sin duda tiene una personalidad que se acopla a cualquier situación, pero no sólo eso, tiene ese rostro bonito que le consigue lo que sea, y con aquella manipulación de sus emociones, es el mejor en lo que sea que haga. Es como si usara una máscara para cada situación, pero siempre una máscara que te embauca hasta que te quita todo.

Notas finales:

Y bueno, como ya dije, el próximo capítulo será el miércoles :( espero leerlxs en los review! besooos y abrazos para ustedes :) mis fieles lectorxs <3


https://www.facebook.com/DeepdesireFic


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).