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Máscara de encantos por deep desire

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Notas del capitulo:

Bueno, he vuelto al fin! qué emoción :c no, broma... en fin, lo prometido es deuda y como les dije, hoy se publican las tres capítulos prometidos... el asunto es... bueno, disfruten y les digo en las notas finales juju :* <3

Capítulo 18


 


Aomine Daiki


 


 


Quería decirle que se quedara, que no se fuera, que huyéramos juntos… era ridículo de tan solo pensar que yo quería pedirle eso a él. No sé qué me está pasando, pero no puedo estar tranquilo viendo cómo se marcha en manos de un hombre que lo va a llevar a matarlo.


No puedo dejarlo ir así como así. No puedo dejar que piense que yo lo he planeado todo, traicionándolo para liberarme de él así de fácil. Puedo tener una deuda y todo eso, pero… no me importa si se trata de la vida de él.


Sé que es un sicario y quizá ha matado a tantas personas que realmente merezca este final, pero estoy más que seguro de que no ha matado a inocentes. Es una buena persona. Debajo de esa máscara sólo hay debilidad y tristeza.


Necesito encontrarlo. Así que no necesito de más motivación para encontrar mi chaqueta y salir. Una vez abajo tomo un taxi siguiendo el recorrido que hace la caravana de autos que pertenecen al sujeto que se llevó a Ryota.


Una vez se detienen, espero pacientemente a que salgan del vehículo. Pago la tarifa del taxi y bajo ocultándome detrás de un árbol. Observo a Kise bajándose del auto con parsimonia, luego estirándose como si pudiera tocar el cielo con los dedos. La sonrisa floja en sus labios me hace enfadar. No entiendo cómo puede estar tranquilo cuando sabe que se encamina a un lugar de donde bien podría no salir. Debería de por lo menos mostrarse más nervioso, puede que no vuelva a ver a su familia de nuevo y no se ve afectado por ello tampoco.


Me pregunto dónde está el sujeto que se puso a llorar en mi departamento, deshaciéndose en preocupaciones con respecto a su familia… no lo veo por ningún lado.


Una vez ingresan a la mansión, llena de guardias apostados en cada lugar visible, las puertas se cierran, dejándome totalmente sin palabras… por un momento creí que esto sería más fácil. Jamás pensé que la persona detrás de esta búsqueda era un maldito adinerado.


Con esa cantidad de cámaras y seguridad, jamás podré entrar a ese lugar. No vine con un plan más allá de querer rescatarlo… pero ahora veo que necesito de uno urgentemente.


Afortunadamente mi plan no tarda mucho en llegar. Y ese plan es el que cae en frente de mí, en aproximadamente veinte patrullas de policía, con hombres que se movilizan sigilosamente, escuchando atentamente las instrucciones de la persona que se detiene frente a los portones negros, que se ciernen en altura impidiendo la entrada a nadie.


– ¡Nadie se escapa! –exclama el sujeto de baja estatura y un cuerpo bastante firme debajo del chaleco antibalas– ¡Y la prioridad es Kise Ryota, no lo olviden! –.


Hablan un par de detalles más en voz baja, me oculto firmemente detrás del árbol, observando la escena en silencio, esperando hasta que logran abrir las puertas a la fuerza, dejándolas abiertas con amenazas de la ley.


No espero mucho tiempo para entrar a una patrulla abierta y colarme en el vehículo, que tiene un conductor demasiado novato, el que ni siquiera nota mi presencia en los asientos traseros. El auto se pone en movimiento mientras entran las patrullas una por una, estacionándose a la entrada de la mansión.


El muchacho sujeta el volante con tanta fuerza que sus nudillos se tornan blancos, y mira la escena fuera de la casa con miedo. Me incorporo en el asiento mirándolo con curiosidad… un muchacho de no más de veinte años. Niego con la cabeza al pensar que ése pude haber sido yo en su lugar… de haber sido policía, no hubiera estado muerto de miedo en la patrulla, mirando cómo mis compañeros dan todo de sí en la misión que se está llevando a cabo frente a mí.


– Oye, chico –gruño mirándolo por el espejo retrovisor. El tipo salta en su asiento mirando por el espejo, cruzando su mirada con la mía– Si te vas a quedar aquí y te dices llamar policía, entonces dame tu chaleco y espera aquí a que tus mayores vuelvan, en caso de que tengas que llamar refuerzos.


– ¿Q-Quién eres tú? –pregunta con desconfianza.


– No tengo tiempo para esto. Olvidé mi uniforme y acabo de notarlo. Si llego allí sin nada de protección me van a matar –lo apresuro con un gesto de la mano.


Sé que no se cree que yo sea un policía, pero su miedo a morir al parecer es más grande, así que solo me entrega el chaleco y yo me lo pongo rápidamente. Al menos ahora no parezco un total intruso, puedo mezclarme entre los demás y pasar desapercibido.


Rápidamente bajo de la patrulla, corriendo agachado para que no me vean llegar tarde a la formación que se ha hecho frente a la puerta de la casa.


El hombre de pie frente a la puerta se gira con una mueca de fastidio. En el frente de su ropa se lee “K. Yukio”.


– Entonces entraremos por las malas –dice– La primera línea –ordena señalando a los cinco primeros de la fila horizontal– Quiero que vayan y corten todos los neumáticos de cada vehículo habido y por haber. Estos malditos no pueden escapar con lo que me pertenece.


– ¡Sí, señor! –corean y corren a cumplir las órdenes dadas por Yukio.


No sabía que la policía actuaba de esta forma. Siempre creí que eso era para los equipos de SWAT o demás cosas… pero depende de la persona que lidere la situación. Por lo que puedo ver este sujeto está determinado a llevarse a Kise…


“Lo lamento amigo, pero ese chico es mío”


Golpean la puerta hasta que logran derribarla de sus goznes. En la prisa, me acerco a un sujeto y le quito el arma junto a las esposas que cuelgan de su cinturón. Una vez dentro de la casa es todo un lío.


Los matones que ya estaban tardando en llegar, están esperando reunidos detrás de la puerta. Una muralla de idiotas grandotes llenos de músculo y nada de cerebro tratan de detener a los policías recién entrando.


La pelea entre los oficiales de policía y los matones es dura, desde el primer segundo, pero no me quedo a verla. Lamentablemente tengo algo que cumplir, así que rápidamente me quito el chaleco antibalas para tratar de fingir al menos que no entré con la policía y no me maten de inmediato.


Los balazos resuenan y algunos realmente cortan el aire cerca de mis oídos, pero me apresuro a colarme rápidamente por entre la pelea para llegar a lo que tratan de cubrir. No sé ni siquiera por dónde camino, sólo sé que ser sigiloso es la única solución para tratar de llegar con vida a donde sea que lo tengan a él.


¿Qué más tengo que perder con mi vida? No tengo familia con vida por la cual valga la pena sacrificarse. No tengo amigos. No tengo vida tampoco. No tengo nada. La única cosa que puedo tener es él. Simplemente lo siento en algún lugar de mí.


Nada que perder.


Es por esa razón que no me veo tan sorprendido cuando uno de los guardias me agarra desprevenido en uno de los pasillos.


– ¿A dónde crees que vas, pequeña sabandija? –dice con una sonrisa burlona. Me dobla en peso como por cien kilos y en altura como por unos veinte centímetros.


No respondo nada porque detrás de él vienen otros cuatro sujetos luciendo igual que él. Esto es como una colmena. Sabes cuando llegas al centro porque empiezan a salir a montones.


He llegado a donde quería.


– A buscar a Ryota, imbécil –respondo sonriéndole con sorna.


– Ah, mira a este –se burla llamando a otro de los gorilas.


He guardado el arma en mis calzoncillos, difícilmente será encontrada si me revisan por encima de la ropa, así que apenas empiezan a joderme con sus comentarios, no dudo en joderlos a ellos con mis respuestas. Solo si consigo provocarlos lo suficiente me llevarán a Ryota… en el mejor de los casos, si es que simplemente no me llevan a otra habitación y me encierran ahí hasta que las cosas se calmen con la policía y los disparos a distancia.


Hay un momento en donde me sueltan la ropa y me empujan hacia atrás. No espero mucho más para darles una sonrisa y salir corriendo en dirección a la habitación de donde salieron.


No sé si sentirme aliviado o jodido cuando estoy dentro. Aliviado porque precisamente es a él a quien encuentro atado a una silla, de manos y pies y una mordaza en la boca… mordaza que jamás me había alegrado tanto de ver en una boca… jodido porque la habitación está llena de gorilas, quizá no iguales a los que me retenían fuera, pero por cada uno de los cinco que salieron, hay dos. Lo que hace diez sujetos rodeándome.


El desconcierto y la confusión en el rostro de Kise es comprensible. Qué hago aquí, ni siquiera yo lo sé. Qué planeo entrando solo, para ser reducido de inmediato en el suelo, tampoco lo sé.


– ¿Y quién mierda es este? Estoy en medio de una conversación con mi invitado –gruñe un hombre que ni siquiera había visto.


El traje blanco en contraste con el tono moreno de su piel. El cabello gris trenzado a juego con su cara parecida a la de un animal rabioso, su sonrisa no hace más que darle el toque desquiciado.


Kise me mira con molestia, con ira, como queriendo echarme la bronca por haber llegado aquí. Por lo menos debería de verse más aliviado de verme, no sé, ¿Sentirse algo feliz? No es mucho.


Amarran mis muñecas fuertemente para levantarme en vuelo del suelo y arrojarme a una esquina. Tratan de amordazarme, como al rubio bonito, pero todo lo que logran es ser golpeados por mí, porque maldición si no me entrené bien en prisión.


– Que alguien por favor lo golpee, estoy perdiendo la paciencia –masculla el sujeto dándome toda su atención. Kise voltea a mirarme también, aun sin comprender la situación. No hay mucho que comprender tampoco, solo estoy aquí haciendo una estupidez sin sentido, pero a la mierda.


Me levanto apoyándome en la pared. Cuatro sujetos se acercan juntos para tratar de sujetarme y poner el maldito trapo en mi boca, pero solo es un intento fallido. Cuatro sujetos no son nada para contenerme.


Maldición, ni siquiera una cuerda amarrada a mis muñecas es suficiente para contenerme, porque luego de tirar fuertemente, no sé si el nudo se deshace o simplemente la cuerda se rompe, pero soy libre.


– No se atrevan a desafiarme, pedazos de mierda –gruño mirándolos con una sonrisa y una mirada desafiante, invitándolos a hacerlo, porque esto no ha terminado– Todos van a terminar en el suelo retorciéndose de dolor –hago crujir mis nudillos.


Es así como todos los restantes se acercan en conjunto, haciendo un círculo alrededor mío. Mi sonrisa no se va de todos modos. Fui golpeado varias veces antes de poder hacerme una reputación dentro de prisión. Estos imbéciles con traje y corbata no son nada más que simples idiotas buscando una paga por hacer nada. Con suerte, dos de cada cinco han estado en al menos una pelea en sus vidas, pero nada más… y creo que eso es mucho decir también.


Veo la mirada preocupada de Ryota por entre los guardias, le guiño un ojo haciendo que su bonito rostro se frunza. Me alegra saber que no lo han golpeado y solo lo tienen atado a una silla como siempre deseé verlo.


– Basta, basta –interrumpe el sujeto de traje blanco. Mueve una de sus manos a su boca, dejando ver la cantidad de anillos que lleva encima. Con esa cantidad de oro creo que puedo vivir toda una vida, y este Tony, se los trae encima como si fueran una baratija cualquiera– Déjenlo. Me ha llamado la atención. Quiero escucharte. Qué haces aquí, anda habla no tengo todo el día.


– Vine… –cruzo miradas con Ryota y él de inmediato niega con la cabeza. Frunzo el ceño volviendo la mirada al sujeto– A pedirte dinero –.


No puedo creer que aquella excusa tan patéticamente idiota haya salido de mi boca. Creo que hasta yo puedo golpearme por ello.


El sujeto eleva las cejas sorprendido. No se cree ninguna de mis palabras. Miro a Ryota que pone los ojos en blanco como si fuera el idiota más grande del mundo… de cierta forma me siento así.


– ¿Y por eso todo este alboroto? –pregunta incrédulo. Ríe como un desquiciado para luego tomar a Ryota de la barbilla forzándolo a que lo mire a los ojos. Me tenso de inmediato, apretando la mandíbula, diciéndome que debo contenerme, de otra forma puedo llegar a empeorar las cosas– ¿No estás aquí por este niño bonito que me ha dado los peores problemas en menos de un día?


– No, ya te dije. Quiero dinero –otra vez. Suelto un suspiro frustrado. De verdad que soy idiota. Desde venir aquí sin un plan hasta decir semejantes tonterías.


– ¿En serio no vienes por él? –pregunta mirándome divertido, sin dejar de tomar al rubio fuertemente de la barbilla.


– Ya dije que no.


– Eres un policía y tu quieres que yo crea que eres un idiota –dice riendo divertido– No creas que te dejamos llegar aquí tan fácil así como así ¿Eres el que dirige la operación? –.


– Espera… ¿Qué? –mi mente realmente trabaja muy duro para asimilar sus palabras ¿De verdad piensa que soy un policía? ¿Acaso es más idiota que yo?


– Dime… ¿Eres el tan temido Yukio del que Ryota me avisó? –Ryota niega fervientemente con la cabeza, tratando de hablar por entre la tela en su boca, pero es fuertemente golpeado por el puño lleno de anillos del sujeto. 


Kise gira su cabeza hacia la izquierda cerrando fuertemente los ojos, quedándose en esa posición lo necesario para recomponerse. De inmediato veo la sangre fluyendo de los cortes que los anillos han abierto en su delicada piel.


– No soy quien crees que soy –digo acercándome confianzudamente a él, sin importar que los guardias de inmediato se pongan alerta queriendo sacar sus armas– Soy Aomine, imbécil, y a este rubio bonito de aquí no lo vuelves a tocar si no quieres que me encargue de ti.


– ¿Ah sí? ¿Y cómo planeas encargarte? –se burla riendo.


Llego junto a Kise tomándole fuertemente del hombro para que se mantenga quieto. En realidad no tengo ni puta idea de qué mierda estoy haciendo. Lo más probable es que termine muerto antes de siquiera tratar de hacer algo. Mi mente está en blanco por el pánico que ha tardado en llegar a mi sistema y trago saliva sin dejar de fruncir el ceño, a ver si de esa forma me veo más seguro de lo que sea que haré ahora.


Me metí a la guarida del lobo por Ryota. No voy a morir aquí y él tampoco. 

Notas finales:

Y.... bueno... solo quedan dos caps más... uno y el epílogo, lamento no haberles avisado antes, es solo que se me olvidó :c espero que disfruten la lectura y lamento mucho la tardanza!! <3 les quiero mucho :*


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