Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Máscara de encantos por deep desire

[Reviews - 64]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hey! ¿Cómo han estado? pues espero que les esté yendo bien en todo ;) les traigo un nuevo capítulo de este fic, les quiero agradecer por sus alentadores reviews!!


Disfruten la lectura!

Capítulo 2

 

 

 

Aomine Daiki

 

 

 

 

 

Dos días. Sólo dos días más dentro de esta pocilga y seré libre. Estoy ansioso de que el día llegue. No es que me queje de este lugar, a decir verdad, esta mierda de prisión tuvo sus buenos momentos, pero nunca tanto como para querer quedarme toda la vida. Ni de broma.

 

Conocí a sujetos que fueron agradables, pero eran más enfermos que todos los enfermos. Cada vez que llegaban nuevos reclusos se reunían planeando cómo los iban a asustar, las bromas que les harían y cuáles servían para ser las putas y cuáles servían para hacer de sus chaperones. Dividían a los nuevos en esas dos categorías.

 

Yo sólo me mantenía aparte, no participaba, pero tampoco decía nada para que no lo hagan, eran cosas de ellos, para qué meterme en problemas para salvarle el trasero a otro. Si no querían ser utilizados, entonces debían ganarse el respeto de los demás. Como yo. Que en mi primer día me peleé con la mayoría de estos imbéciles. Me mandaron de inmediato a una celda aparte, para no crear más problemas, me quitaron la comida y me daban castigos con duchas frías. Aparte de eso no hubo mucho más.

 

Cuando volvían a liberarme junto al resto, me amenazaban para que no volviera a crear problemas, pero no era mi culpa si los veteranos seguían buscando molestar.

 

Las peleas y los castigos siguieron por semanas, cerca de un mes entero estuve peleando en busca de mi tranquilidad. Hasta que golpeé al líder dejándolo inconsciente y con varias costillas rotas. Ese día dejaron de fastidiarme, me tomaron respeto y me incorporaron al grupo.

 

De eso ya van cuatro años y medio. He estado en este maldito lugar cuatro años y medio. Sin sexo. Ha sido difícil. Muy difícil. He tenido que guardarme estas incontrolables ganas de tener una mujer a mi lado, con unos generosos pechos en los cuales perderme. No hay muchas mujeres que formen parte del grupo que nos controla, de las que hay, ninguna despierta mi interés porque de otra forma, ya habría conseguido varios revolcones a estas alturas.

 

Sin embargo ya no vale la pena lamentarse por ello, estoy muy ansioso de salir ya de esta porquería para joder con alguna que otra mujer. Es lo único que quiero, y va a ser fácil encontrar a una. Las mujeres se interesan por los hombres que han estado en la cárcel, es como una especie de fetiche.

 

Llego a mi celda luego de haber comido un puré de patatas que parecía más agua que nada. La comida es otra cosa más que es un asco aquí dentro, pero no hay de otra más que comerla o te mueres de hambre solo.

 

Suspiro mientras subo a la litera de arriba, me dejo caer sobre la cama dura y observo el techo poniendo las manos detrás de mi nuca. No tengo compañero de celda porque decidieron que era lo mejor luego de todos los problemas que les he causado. Me cedieron ese pequeño privilegio de estar solo por cuatro años sin que nadie me moleste mientras duermo.

 

Llegué a este lugar por un delito que no cometí. Me acusaron de robo y asesinato. Supuestamente maté a un sujeto desconocido robándole todo el dinero que tenía en su cuenta bancaria.

 

Me culparon de asesinato. Ni siquiera conocía al sujeto que murió, sólo sé que era un amigo de Satsuki, uno millonario.

 

Lo que sucedió al final, fue que yo no tenía los recursos para tener un buen abogado, así que mi defensa era débil, se aprovecharon de eso y aquí estoy. He pagado ya todo lo que querían que pagara, aunque siempre fui inocente. Ahora llegó la hora de salir y cobrar venganza contra esos malditos bastardos.

 

Sé que Satsuki tiene mucho que ver en todo lo que me sucedió. Ella era… digamos que era una amiga, que siempre estaba al pendiente de todo lo que yo hacía. No le gustaba que tuviera parejas distintas todas las noches, porque creo que estaba enamorada de mí. Una vez se quiso propasar de la confianza que le tengo e intentó dormir conmigo, pero la rechacé, porque realmente no me despertaba ese interés. Luego de esa vez lo intentó más veces hasta que terminó llorando porque no quería entender lo que le decía y tuve que ser un poco más cruel. Se enfadó conmigo y prometió que me iba a arrepentir de eso, pero no me he arrepentido de nada, sólo he guardado estas ganas de vengarme que son irresistibles.

 

Qué clase de amiga se dice ser cuando me ha mandado a la cárcel. De hecho, incluso declaró en contra mía en el juicio. Dijo que yo siempre había odiado a su amigo porque estaba interesado en ella, y me puse celoso. Entonces lo maté, dejando todas mis huellas en el lugar, y de paso, robándome todo su dinero transfiriéndolo a mi cuenta bancaria.

 

Si yo hubiera matado a alguien jamás sería tan imbécil para dejar todas mis huellas en la escena del crimen, se supone que yo quiero escapar. Fue tan ridículo que el juez me declaró culpable. La verdad es que la ley es la más incompetente que hay. El sistema de leyes es una mierda. Todo se mueve a base de dinero, el que tiene más dinero es el que manda y siempre gana. Sin importar si los hechos son ridículamente falsos.

 

No hubo caso en querer luchar contra el juicio. A pesar de todas mis insistencias y réplicas al juez por su incompetencia, no obtuve nada más que una advertencia por mi comportamiento alborotado. Me sentenciaron a cinco años y medio ya que no quise declararme culpable. Satsuki estuvo satisfecha con el resultado y me lo hizo saber cuando me visitó a la semana siguiente de mi encierro. El problema para Satsuki, es que voy a salir antes, porque me he comportado demasiado bien, por tanto me redujeron la condena en un año.

 

Así que sólo quiero salir.

 

Esa mujer va a saber lo que es bueno cuando me vea en la puerta de su casa. Voy a encargarme de que pague bien por todo lo que hizo, quizá la haga desaparecer del mapa. Puede haber sido mi amiga de la infancia y todo, pero lo que hizo no tiene mi perdón. Lo siento, pero así soy yo.

 

Sonrío entusiasmado por la idea que se reproduce en mi mente.

 

Joder, ya quiero salir.

 

El sonido de las llaves que ya conozco me alerta de que viene un guardia. La puerta de barrotes se abre y un alboroto de risas y palabras arrastradas se abre paso entre mi nube de planes.

 

Me levanto mirando qué es lo que sucede. Ahí es cuando lo veo. Mí puerta, de mí celda privada está siendo abierta para dejar entrar a otro sujeto.

 

– Ay, pero cariñooo~ –dice el sujeto de espaldas a mí. Aún no lo ingresan a la celda porque él está riendo a carcajadas molestando al guardia que ya veo que lo golpea– No te enfades, no te enfades, lo que sucede es… –más carcajadas descontroladas– Es que me siento taaaaan relajado que no puedo parar~ ¿Qué me dieron? –vuelve a reír. Se apoya en los barrotes todavía dándome la espalda.

 

No puedo moverme. Estoy… sorprendido de que ése guardia, el que tanto me odia, el que siempre me ha tratado como el culo, no le diga nada al sujeto ese que está muerto de la risa. Ni siquiera lo golpea. Sólo lo observa con el ceño fruncido, pero una mirada extraña.

 

– Oye, vamos, vamos, qué quieres de mí –dice el sujeto de nuevo. Arrastra las palabras como si estuviera borracho– No sé qué me pasa, me siento muuuuy relajado… ¿Dónde estamos, Dave?

 

– Es tu nueva habitación –responde el guardia, al que recién, luego de cuatro años y medio, sé cómo se llama. Dave. El maldito Dave que siempre me anda buscando la bronca para que cree problemas y así él se carcajea golpeándome– Vas a compartir con un imbécil por dos días porque luego él se va. Tendrás la celda para ti solo desde ese entonces. Ahora date la  vuelta, voy a quitarte las esposas.

 

– Heh~ –dice el sujeto sonando divertido– Pero yo no quiero entrar ahí~ –Dave suspira y lo agarra de un brazo para girarlo con cuidado.

 

¡¡No puedo creerlo!! ¡Qué mierda es esto! Lo trata como si fuera una celebridad.

 

Es increíble. Joder. Maldito idiota.

 

El sujeto que estaba de espaldas a mí, ahora está de frente a mí. Su mejilla está apoyada contra el barrote y se ve aburrido. Hace un puchero como si fuera un niño. Levanta su mirada floja. Nos miramos sin pestañear. El cabello dorado cae por su frente de forma descuidada. El color y la forma de sus ojos… es un color dorado que no he visto antes en ningún hombre. Mucho menos mujer.

 

Su rostro es demasiado provocativo para pertenecer al de un hombre. Abre la boca de forma sugestiva, ahogando un siseo de dolor cuando le quitan las esposas, sin dejar de mirarme. Me guiña un ojo y sonríe de medio lado luego de que lo dejan libre.

 

– Eso dolió, Dave~ –le reprocha el rubio al guardia– Debes tener más cuidadooo~ –pone las manos sobre sus hombros. El guardia luce avergonzado.

 

– Lo lamento –responde el hombre.

 

– ¡No jodas! –exclamo bajando de un salto– ¿Eres idiota o te haces? ¡Tratando a este imbécil como si fuera una princesa! –niego con la cabeza y me cruzo de brazos. Estoy muy molesto– ¿Qué mierda es esto? ¿Un hotel ahora?

 

– Tú, guarda silencio si no quieres pasar tus últimos días en la celda de castigo –gruñe lanzándome una mirada furiosa.

 

– Mmm~ –se gira el rubio mirándome con su mirada floja– No peleen~ –sonríe bostezando ruidosamente. Se estira como si estuviera en su propia casa, le da unas palmadas en la mejilla al guardia y entra a la celda.

 

Me da una palmada en la espalda cuando pasa por mi lado. Sube a la cama de arriba de la litera que es mía y se recuesta. No pasan ni dos segundos cuando ya está roncando con un sueño profundo.

 

– No le hagas nada –advierte el guardia cerrando la reja– Deberías tener cuidado con él. Te ha llegado competencia –sin más se va silbando una melodía demasiado alegre.

 

Chisto molesto. Frunzo el ceño. Me cruzo de brazos. Observo el cuerpo que duerme despatarrado sobre la cama de arriba. La cama que yo ocupo. La que tiene mí almohada especial.

 

– Oye –gruño– Levántate –.

 

Nada.

 

Ni siquiera un movimiento.

 

Una de sus largas piernas cae por el borde. El uniforme naranjo le queda como si hubiera sido diseñado para él especialmente. Tiene una pulsera negra alrededor de la muñeca izquierda. En su brazo derecho, tiene una venda que va desde la muñeca hasta el codo. Su mejilla derecha tiene un feo moretón que está tornándose azul.

 

– ¡Oye, te estoy hablando! –grito golpeando la cama– ¡Despierta, maldición! –.

 

¡Ni siquiera se mueve!

 

Le doy un golpe en el hombro, pero ni se inmuta. Le doy un par de bofetadas, pero tampoco hay respuesta.

 

No lo voy a dejar salirse con la suya.

 

Me acerco y estoy a punto de levantarlo para cambiarlo de cama, cuando su mano me sujeta la muñeca firmemente.

 

– No te atrevas a hacerlo –murmura con el rostro sereno, aún con los ojos cerrados– Si quieres irte con todos tus dedos, aleja tus sucias manos de mí.

 

– ¡Sucias las tuyas! –le gruño. Me zafo de su agarre con fuerza– Aléjate de ahí. Ésa es mi cama.

 

– Buenas noches~ –dice girándose hacia la pared.

 

Me da la espalda y se acomoda. No pasa ni un segundo cuando vuelve a roncar otra vez.

 

– ¡Oye, maldito! –mascullo.

 

Estoy por darle un golpe en la espalda cuando el guardia pasa haciendo sus rondas. Me lanza una mirada de advertencia y espera hasta que me alejo del nuevo preso.

 

– Ya me alejé –mascullo mirándolo por entre los barrotes.

 

– No le hagas nada, te dije. Es una advertencia por tu seguridad, Daiki –se acerca sonriendo– Ese chico… –mira al rubio con un brillo raro en sus ojos– Es diferente a todos estos bastardos de prisión.

 

– Yo te voy a enseñar lo que es diferente –mascullo alargando los brazos por entre los barrotes. Lo sujeto de las solapas de su uniforme y lo aporreo contra el metal– Ya vas a ver. Todos estos años fastidiándome. Me las vas a pagar.

 

– No te preocupes, ya te vas a ir –dice riendo.

 

Se deshace de mi agarre y me da un golpe en el estómago con su garrote.

 

– Ve a dormir. Y recuerda, no le hagas nada a tu compañero –.

 

Continúa su camino vigilando el resto de las celdas. Chisto manteniendo mi ira bajo control. Agarro los barrotes hasta que mis nudillos están blancos.

 

Veo al sujeto rubio durmiendo en la litera y mascullo un par de maldiciones. Me recuesto en la cama de abajo mirando la de arriba con furia. De esta no se va a librar el cabrón. Me las va a pagar cuando despierte. Ya va a conocer a Aomine Daiki.

Notas finales:

Espero que les haya gustado! No olviden dejar su review y nos leemos pronto c:

 

Besoos, l@s quiero <3

 

https://www.facebook.com/DeepdesireFic


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).