—Suga hyung, ¿Has visto mi gorra de París?
JunKook sabía que JiMin era muy cercano a Suga, incluso luego de que estos terminasen su larga relación, pero algunas veces…
—¡Suga hyung, Suga hyung!, vayamos a practicar la nueva coreografía, sé que te cuesta una parte.
…Era un poco…
—Hyung, duerme conmigo, tuve una pesadilla…
…Irritante.
Vale, JunKook sabía se sobra que estar enamorado de JiMin era casi una pérdida de tiempo y de sentimientos, se notaba desde lejos que el bailarín del grupo seguía prendado de YoonGi, o al menos eso pensaba.
Con algo de rabia y a la vez tristeza dejó caer el gorro que llevaba puesto en el aeropuerto para ocultar su mala cara de sus queridas fans, acababan de llegar de una de sus muchas presentaciones fuera del sector y estaba fatigado tanto mental y físicamente.
Al ser el menor del grupo, muchos esperarían que fuera una explosión de ternura y pasividad, pero JunKook no quería eso, quería ser un maknae juvenil pero masculino, adorable pero viril y simplemente eso le llevaba más energía de lo pensado.
—Hey, Kookie, ¿Estás bien? Te noto algo pálido…—Jin tocó suavemente la frente del menor con el dorso de su mano y luego la alejó con una clara mueca de preocupación. — Quizá enfermaste.
—Estoy bien, sólo es cansancio, ¿Crees que pueda dormir? —El mayor no dudó en aceptar y luego fue en busca del líder para avisarle del estado del menor, y por lo que había alcanzado a escuchar, tendrían por lo menos una semana libre luego de su última presentación.
Una semana para vaguear más de lo que alguna vez imaginó.
JiMin venía saliendo de su alcoba, la cual compartía con TaeHyung y Suga, bailando una canción femenina que estaba de moda, “tan alegre como siempre”.
—Oh, Kookie, que bueno que estás aquí. —JunKook le dedicó una pequeña sonrisa y le hizo un gesto para que continuara, ya sabía que algo le pediría. — ¿Me puedes acompañar a una tienda? Necesito comprar algunas cosas y nadie quiere acompañarme.
—JiMin no, JunKook está algo pálido y sería bueno que descansara un poco. —La expresión alegre del más bajo cambió drásticamente y luego suspiró.
—Es más importante tu salud, mejor ve a dormir. —JiMin le revolvió los cabellos y corrió en dirección a Suga, seguramente pidiéndole lo mismo que a él, sólo que el mayor aceptó luego de golpear al bailarín por invadir su espacio personal. — Lo siento, sé que estás celoso, pero ahora me preocupa que te enfermes o que tu anemia vuelva por un mal descanso, ¿Si? De verdad lo siento, Kookie.
—No, está bien. Supongo que así deben ser las cosas…
El resto de la tarde pasó muy tranquila y relajante, J-Hope había salido con su familia en un paseo, en el cual estaba TaeHyung como invitado, RapMon estaba terminando una melodía que tenía en mente desde hace algunos días, Jin se dedicó a leer algún libro que sus fans le habían obsequiado, Kook dormía plácidamente sobre su cama y los otros dos, ni rastro.
Ya entrada la madrugada, JunKook se levantó en busca de un vaso de agua y escuchó la puerta principal siendo abierta y unas inconfundibles risas.
—Ya…silencio, JiMin, vas a despertar a medio edificio…—Se notaba que Suga arrastraba las palabras, estaba medio ebrio.
—Es que es gracioso, hyung…tengo tantas cosas pensadas para esa noche, que ya quiero que llegue…será todo muy romántico, te lo prometo. —JunKook contuvo la respiración durante unos segundos, ¿Acaso esos dos se reconciliaron? ¿Tendrán una noche romántica?
Joder, ni siquiera quería pensar en qué harían en la habitación ahora que TaeHyung no estaba.
El menor de los chicos no era de lágrimas, pero en ese momento simplemente no lo pudo evitar. Una cosa era pensar que no se es correspondido, y otra muy diferente era verlo y oírlo con tus propios medios. Era desgarrador, la peor sensación que pudo haber sentido.
Desearía no sentir.
Los siguientes días, todos y cada uno de los Bangtan notó el radical cambio que tuvo su bebé.
Estaba más distante, solía hablar mucho con chicos de otros grupos o incluso ex compañeros de escuela, pero con ellos no tanto como solía hacerlo, mucho menos hablar con JiMin o Suga, eso era casi un milagro.
—Estoy preocupado…—Murmuró Jin mientras se acomodaba en los brazos de RapMon, estaban en la sala viendo una película, sin embargo la mente de Jin estaba muy lejos de los problemas que la protagonista tenía.
—¿Por JunKook? Pues no eres el único, bebé. No sé qué pasó realmente, tuvimos esta gloriosa semana sólo para nosotros y él…no lo sé, tengo el presentimiento de que algo le pasó o alguna mala noticia recibió. Lo más preocupante es que incluso dejó de jugar con V, y eso que le encantaba hacer esos vídeos para subirlos.
—Siento que todo pasó el día que JiMin y Suga salieron, se notaba que llegaron ebrios…¿Crees que ellos…? Tú sabes…
—No, de todas las teorías que podamos sacar, pienso que esa es la menos probable…¿Y si tratas de hablar con JunKook?
—Iré a verlo, no tardo. —Jin besó rápidamente los labios de su líder y se encaminó a la habitación que compartía con el maknae y J-Hope. Encontró rápidamente a su Bangtan menor escuchando música con audífonos y a HoSeok durmiendo, también con audífonos. — Kook…¿Podemos hablar?
—No estoy de ánimos, hyung, quizá otro día..
—No, entiende que estoy preocupado y me dirás qué es lo que te pasa en este mismo instante. —La voz de Jin sonó firme, como pocas veces se le escuchaba, así que al menor no le quedó de otra que suspirar y sentarse en su cama, haciéndole espacio al mayor.
—Yo…Bueno, tú sabes que estoy enamorado de JiMin…—Susurró el nombre y luego miró a su durmiente compañero, agradecido por los audífonos en las orejas de este. — Y al parecer él y Suga volvieron, los escuché la otra vez planear una cena romántica y que tenían muchos planes y yo…
—Mi Kookie…—Jin ni siquiera dudó en abrazar al menor, que retenía como podía los hipidos y temblores de su cuerpo, se prometió no llorar nuevamente, pero ahí estaba, siendo consolado por su “madre” adoptiva.
Conforme con haber calmado un poco al menor, y dejarlo durmiendo con un sutil rastro de lágrimas en sus mejillas, salió de la habitación para contarle a NamJoon.
Lo que ambos no contaron, era que J-Hope estaba despierto y escuchó toda la conversación.
Más días pasaron y con ellos, más presentaciones de sus nuevas canciones, por lo menos eso era lo que distraía al más joven del grupo en no hacer una tontería como faltarle el respeto a Suga o insultarlo.
—Hey JiMin…creo que tenemos un problema. —Ambos chicos se alejaron un poco de los demás y luego J-Hope susurró con el timbre de voz algo serio. — ¿Qué pasó con lo de confesarte a JunKook y que creías haber caído por él y todas esas cosas lindas que dijiste? Amigo, si ibas a volver con Suga mejor ni ilusionabas a Kookie.
—Espera, espera, ¿De qué me estás hablando? —JiMin apenas y podía procesar la información recibida, ¿Desde cuándo había vuelto con Suga?
—La otra noche sin querer escuché a JunKook hablar con Jin hyung, al parecer te escuchó ese día que llegaste ebrio hasta casi morir, algo sobre tu reconciliación con Suga, era algo de una cena romántica y quizás qué cosas más. JiMin, yo sé que eres guapo y todo, pero los sentimientos de las personas son más delicado que eso, sobre todo para JunKook, joder, eres su primer amor y no es correspondido.
—¡Que si es correspondido! —Ese grito llamó la atención de todos los Bangtan, pero luego se hicieron los desinteresados. — Ah, no recuerdo qué fue lo que dije exactamente, pero si fue por lo de la cena que tengo preparada para él y para mí, lo pudo haber malinterpretado…yo no volveré con Suga, y sé que él tampoco volverá conmigo.
—Entonces demuéstraselo, JunKook ese día lloró hasta quedar dormido y quizás cuantas veces más lo hizo. JiMin, sabes que te apoyo, pero si vuelves a hacer a Kook llorar no te creeré nada, incluso yo mismo dudo si realmente ya no sientes nada por Suga.
—Lo mío con Suga fue lindo, sí, no cambiaría nada de lo que alguna vez tuvimos, pero yo no lo amo y sé que Suga siente lo mismo que yo. JunKook es…increíble, incluso he llegado a pensar que mis sentimientos por Kook son más fuertes de lo que imaginé.
—Como dije, demuéstraselo a él.
JiMin se quedó pensativo lo que quedaba de tarde, ¿JunKook lloró por su culpa? Estaba claro que eso jamás se lo perdonaría, ¿Cuántas veces lo hizo? No quiere ni saber, ¿Y si comenzaba a odiarlo? Eso…lo destrozaría.
Debía actuar rápido, no quería perder a JunKook.
Quería ser egoísta y tenerlo para él sólo.
(…)
—¡JunKook, vamos a grabar un vídeo! —TaeHyung llegó corriendo y, literalmente se lanzó sobre el cuerpo del bebé Bangtan, la tarde había sido tranquila y habían terminado de grabar temprano, se merecían ese descanso. — Anda, yo sé que tú quieres.
—De acuerdo, vamos a grabar. —JunKook se relajó por completo y luego tomó por el brazo al chico más hiperactivo del grupo y se lo llevó a su habitación entre bromas y risas.
La melodiosa risa del menor de los chicos trajo consigo la paz que todos necesitaban.
—Bendito Tae…¿Cómo es que siempre logra hacerlo reír? —Preguntó al aire HoSeok mientras terminaba de comer un chocolate que tenía escondido de los demás, menos de su querido V.
—El poder de TaeHyung para hacer reír a las personas es increíble. —Jin le quitó un poco del chocolate a J-Hope y luego le sacó la lengua. — Deberías aprender a compartir, niño.
—Sólo lo hago con mi amor, envidioso. Mejor ve y dile al líder que te de chocolates para que no robes los míos.
—Mejor le diré que me dé otra cosa. ¡Niños, no vayan a la habitación de NamJoon en un buen rato!
Tanto J-Hope como Suga y JiMin que (quienes oían sin querer su conversación) se estremecieron ante la imagen mental que les provocaron aquellas palabras.
—Suga hyung, es hora…J-Hope, gracias. —El nombrado sonrió y luego se fue tarareando una canción hasta la habitación donde la risa de los dos menores resonaba en toda la casa.
A la hora después, tanto J-Hope como V y JunKook venían saliendo de la habitación y se encontraron con unas notas sobre la mesa, cada una con un nombre de ellos escrito.
—¿Qué es esto? —Preguntó el menor de todos, los dos mayores sólo se miraron cómplices.
—¡Búsqueda del tesoro! —Gritó V y con todo el ánimo reunido comenzó a abrir su nota, claramente la suya y la de su novio eran sólo un distractor pero seguirían al pie de la letra lo que decía.
JunKook aún algo desconfiado abrió su carta y era una especie de acertijo, y según lo que alcanzó a ver en las cartas de sus mayores, todas eran diferentes por lo que supuso que era una búsqueda individual.
“Este objeto es una caja,
Que a todos lados nos transporta,
Aunque sólo sirve de arriba hacia abajo,
Tu siguiente pista podría estar allí oculta”.
Era una rima cursi y demasiado obvia, tanto que le hizo reír, se despidió de sus hyungs y salió del departamento en dirección al ascensor del edificio, aunque lamentablemente estaba averiado desde hace un par de días.
Una nueva carta estaba pegada junto al cartel de “Averiado” y ya más emocionado por el juego, abrió la carta.
“Muy listo, niño.
Como notaste, el elevador está averiado,
¿Qué harías en casos como este?
Ahora es tu turno de averiguarlo”.
—Pff, escaleras, ¿Qué más? —Se auto respondió riendo, las pistas eran casi absurdas, pero le había tomado gustito seguirlas.
No esperó mucho más tiempo y se dirigió casi saltando hasta las escaleras, en las paredes había un camino de flechas que le llevaban hasta la parte superior del edificio, y agradecía que vivieran en un piso alto, así no tendría tanto que subir.
Al encontrar la siguiente pista, era una hoja diferente, una partitura, sin embargo también tenía escrito una frase como las otras.
“Ya has llegado hasta aquí,
No desesperes más,
El tesoro será algo que anhelas,
Y te complaceré porque eres el motivo de mi diario suspirar”.
—¿Pero qué…? —La sonrisa de JunKook se desvaneció poco a poco, ¿Algo que él anhelaba? Pues eso era realmente imposible de complacer, lo que él quería era el amor de JiMin. Sólo para él.
Notó que las flechas seguían apuntando hacia arriba así que supuso que su última pista estaría en el tejado del edificio.
Al llegar a la puerta para ingresar, los nervios le golpearon fuertemente, allí estaba la carta que decía “última pista” y nuevamente era una partitura, sólo que esta vez había parte de una melodía de alguna canción.
Creyendo que sólo era algo al azar, abrió la carta y sus ojos se abrieron tan grande como podían.
“En ti veo reflejado un futuro sin final,
Atte, Park JiMin” .
JunKook abrió la puerta con las manos temblorosas y al instante una melodía bastante conocida llenó sus oídos, y su vista fue deleitada con la hermosa sonrisa que JiMin le proyectaba, sólo a él.
No hay Suga.
No hay nadie más.
Sólo a él le sonreía de esa manera.
Eres algo impresionante de admirar,
Porque tu brillo, es como un espejo,
Y no puedo evitar notar,
Tu reflejo en mi corazón.
Si alguna vez te sientes solo y el resplandor me hace difícil de encontrarte,
Quiero que sepas que siempre estaré
En paralelo al otro lado.
JunKook esta vez se permitió sonreír, era endemoniadamente tierno y le encantaba, ni siquiera tuvo que dudar cuando tomó la mano de JiMin cuando éste se la extendió. En cada verso, cada nota, todo era perfecto.
Lo mejor era la mirada que le dedicaba al cantarle, esa mirada llena de amor que siempre esperó y sólo deseaba con todo su corazón que no fuese un sueño más. Necesitaba saber que todo aquello era real.
Es como si fueras mi espejo,
Mirándome fijamente.
No podría crecer más con cualquier otra cosa a mi lado,
Y ahora está claro,
Como esta promesa que nos estamos haciendo,
Dos reflejos convertidos en uno.
Porque es como si fueses mi espejo,
Mirándome fijamente.
JiMin le volvió a sonreír y cada vez se acercaba más al tembloroso cuerpo del menor, invadiendo su espacio personal, cada vez más cerca del final de la canción.
El tan esperado final.
—Tú eres, tú eres el amor de mi vida…—JiMin terminó de acortar el espacio sobrante de sus labios en un tierno y caso primer beso.
Algo dulce por los labios de JiMin, algo salado por las lágrimas de JunKook; perfecto para ambos.
—Eres un imbécil, ¿Lo sabías? —Susurró JunKook en cuanto se separaron, tratando de limpiar las traicioneras lágrimas que se le habían escapado, dios, odiaba llorar.
—Preparo algo tan lindo, ensayé varios días, sufrí cuando me ignorabas…¿Y me dices que soy un imbécil? —JiMin no podía creer lo que el menor de los Bangtan le decía, ¿Acaso había hecho algo mal?
La gloriosa risa de JunKook lo trajo a la realidad. — Si, luego de todo lo que hiciste es lo único que puedo decir.
—No lo puedo creer…—El bailarín del grupo no pudo terminar de quejarse puesto que los labios de JunKook cubrieron cualquier rastro de palabras. Ah, se podría acostumbrar a eso.
Cinco pares de ojos estaban escondidos detrás de la puerta, todos con una victoriosa sonrisa en los labios, incluso J-Hope y V chocaron sus manos. El plan había salido perfecto.
—Por cierto, sí tengo algo más que decir. —JiMin lo observó detenidamente y luego el menor se acercó a su oído, logrando abrazarlo por los hombros para sentir mejor su calor, era agradable y era suyo. — Yo también imagino un futuro sin final junto al amor de mi vida, hyung.