Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aquel nectar de tus labios. por Almaschmetterling

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:




Kuroko no basquet y sus personajes pertenecen a Tatoshi Fujimaki y yo solo los uso para mis cochinadas.



Use un poco de Omegaverse solo porque necesitaba hacer una raza debíl 










Notas del capitulo:

Tenia la idea escrita cuando mi noteboolk fallo  y bueno todo murio, despues lo que murio fue mi inspiración espero que les guste. A mi no me gusto mucho seriosly 

No sabía cómo se había metido en ese lio junto y había terminado al lado de ese príncipe arrogante y amante de la tortura y los esclavos quien daba la impresión a simple vista de ser un hombre que siempre hacia lo que quería no importando los sentimientos de los demás.

Había  seres en este mundo que eran los Omegas, la especie más baja en este mundo.

Eran débiles y tratados peor que animales en algunos reinos, tenían capacidad de concebir bebés como mujeres pero ni a las mujeres se les trataba tan duro como a los Omegas que incluso eran azotados  por simple diversión.

El plan del grupo de Seirin un grupo de amigos que les gustaba hacer obras buenas de rescatar a los Omegas que eran vendidos como esclavos en el reino de Rakuzan (No solo sexuales si no simplemente esclavitud en general, puesto que eran considerados inferiores a los simples humanos por parecer más débiles físicamente) era infiltrar a un grupo de Omegas que poseían poderes especiales y uno de ellos en especial debía distraer al príncipe del reino.


Kagami un chico normal (Un Beta) pero bastante fuerte de Seirin ya se había infiltrado como un supuesto cazador de esclavos Omegas, había sido difícil, puesto que había que convencer al rey quien cuando te miraba directamente podía leer tu mente con facilidad. El de cabello bicolor sabía que la mayoría de ese reino eran Alfas con poderes especiales por eso se creían los dueños del mundo pero con un buen engaño pudo llevar a los Omegas de Seirin  que tenían los poderes especiales para liberar a los demás.

Según le habían contado a Furihata Kōki (el encargado de distraer al primogénito del rey) el príncipe de Rakuzan era un tirano que torturaba a Omegas solo por la diversión de verles sufrir, incluso exigía que les dieran latigazos cada vez que tomaba el desayuno, lo cual despertó una ira en este ¿Qué tipo tan execrable era ese que trataba a las personas así? En realidad no tenía ningunas ganas de verle la cara más que para darle unos buenos puñetazos en la cara, era lo único que le inspiraba aquel sujeto, le daba asco el solo tener que enfrentarlo. Pero tenía que hacerlo, había sido escogido por el rey de Rakuzan (Sugerido por Kagami) para que fuese el esclavo que le llevase comida a su hijo. El plan no podía fallar tenía que distraer al príncipe. Del rey se ocuparían los demás.

Kōki haciéndose el inocente vino a buscar la comida a la cocina donde un hombre con unos músculos enormes y piel morena le había dado lo necesario. Este hombre estaba allí porque quería, era uno de los guardaespaldas, mientras que Omegas que estaban en la cocina seguían preparando la comida. Furi guardo sus pensamientos, tenía que bloquearse, temía que el príncipe de Rakuzan leyese sus pensamientos al igual como podría hacerlo el padre.

Entro al dormitorio de manera tranquila llevando el alimento. Allí estaba sentado con gesto de molestia quizás porque se había retrasado, sin embargo el castaño a pesar de su gesto apenas verlo se estremeció, tanto de buena como de mala manera, esos ojos parecían atravesarle la carne a pesar de que no estaba viéndole fijamente. Era un hombre hermoso, un Alfa de cuerpo bien formado, según tenía entendido ese hombre se ejercitaba bastante a menudo.

—Reo, en serio, ya estoy bien ¿No deberías decirle a mi padre que me deje de una vez poder levantarme de aquí?

—Lo siento Sei-chan, pero su padre me ordeno que lo retuviese aquí hasta que sanase por completo. —El soldado llamado Reo miro al recién llegado acomodándose la melena. — ¿Y tú qué haces parado ahí? ¡Ven a darle la comida a Sei-chan Omega tonto! Cada vez los Omegas vienen con menos inteligencia al parecer.

Furihata tuvo ganas de golpear a esa persona, pero tenía que fingir ser un chico bueno. En realidad que lo era, siempre ayudaba a los demás sin pedir nada a cambio pero esa persona le enojaba se acercó con la comida tranquilamente pero cuando su mirada y la del príncipe se cruzaron su cuerpo tembló por completo como un animal asustado ante esa mirada tan potente sobre él. El príncipe en cambio sonrió amplio ese chico se veía de algún modo bastante apetitoso.  Le gustaban esos ojos castaños que parecían de algún modo bastante lindos.

— ¡Hey! ¡Vas a derramar toda la comida si sigues temblando así! —Le regaño el de melena negra al pobre Omega castaño.

Furihata se obligó a calmarse y le dejó con cuidado la bandeja con comida para que quedase en el regazo del príncipe. Pero cuando lo hizo no pudo dejar de mirarlo fijamente en todo momento así como este al mismo Furihata.

—Ya terminaste, vete ya. —El soldado le hizo un gesto de que el castaño se retirase del lugar.

Kōki tenía que inventar algo para quedarse allí. Sin embargo tanto su boca como su cuerpo no respondían, todo su cuerpo había caído ante la magnificencia de esa mirada tan poderosa de aquel hermoso príncipe. Furi sabía, tenía muy en claro que estaba mal, pero su corazón empezó a latir como si hubiese una banda de metal pesado haciendo sonar la canción más pesada de su repertorio musical. Se sentía atraído a aquel pelirrojo como la mosca a la miel.

— ¿Este chico es estúpido o qué? Que te muev—Akashi hijo hizo un gesto con la mano para que el soldado guardara silencio.

—El me alimentará ¿Cierto? —Furihata asintió obediente a sus palabras. —Además necesito tiempo a solas con él.

Reo no pregunto nada, entendió lo que seguramente el príncipe quería, seguramente iba a jugar con el cuerpo del castaño hasta aburrirse. Así que salió de la habitación, en un par de horas volvería para saber si el príncipe ya había saciado sus necesidades. Lo que no contó es con un golpe hecho por detrás de Kagami a este que lo dejaría inconsciente para así no tener ningún soplón mientras seguían liberando a los Omegas prófugos.

El pelirrojo sonrió cuando Furihata tomo uno de los cubiertos tratando de hacerlo comer como había dicho.

—No necesitas hacer eso, de hecho solo lo dije para poder sacar a Reo un rato… ¿Cuál es tu nombre?

—Furihata Kōki, Akashi-sama. —Tenía que fingir ser un buen Omega sumiso, aunque imposible no ser sumiso de aquel pelirrojo tan sensual quien comía tranquilo y quien le hacía con un gesto de la mano que se sentase a su lado. El chico obedeció con algo de timidez, mirándolo tan tranquilo e incluso al ser amable con el Kōki pensó que no era tan terrible como se lo había imaginado ¿Qué no lo era? ¡Era un príncipe esclavizador y tirano como su padre!

—Me gusta tu nombre, aunque no me digas Akashi-sama, dime Seijūrō, Kōki.

Su nombre sonaba tan sensual en su boca y con ese timbre de voz ¡No! Basta estaba mal. Pero  era inevitable no ver a aquel pelirrojo de una manera. Estaba mal, no quería enamorarse de esta persona. Pero todo lo de él le atraía demasiado.

No se dio cuenta que el príncipe término de comer  puesto que se había quedado embobado mirándole como idiota. Y este sonriente ante eso tomo el rostro del castaño y lo beso de pronto, dejando a Kōki en shock, ese beso había despertado una corriente eléctrica en su ser, haciendo que todo su cuerpo se estremeciese. Era como si sus labios calzaran perfectamente con los ajenos, eso no podía ser, eso no tenía lógica apenas si se conocían.

¿Era acaso justo este hombre su Alfa destinado?

No podía ser la vida más injusta entonces, pues este hombre era justo lo que más odiaba en un Omega: Un tirano.

Apenas si se separaron el castaño sin dejar de temblar por las emociones fuertes sentidas se alejó del pelirrojo.

— ¡Lo siento! ¡Yo debo irme! —Se excusó dirigiéndose a la puerta casi tropezando torpemente.

— ¿Saldrás por la puerta y le arruinaras el plan a tus amigos? —El pelirrojo hablo rápidamente haciendo que Furi se detuviera de improviso.

— ¿Qué? ¿A qué se refiere? —Furi temió lo peor

El pelirrojo se acercó a él y  lo tomo suave del brazo.

—No me creas estúpido Kōki, si crees que no sé cuál era el plan de ese tal Kagami Taiga me estas subestimando demasiado.

—S-su padre…

—Mi padre no tiene ni idea, porque el que lee las mentes no es él, soy yo.

Volteo al castaño que de nuevo temblaba esta vez horrorizado. Sin embargo Akashi solo acaricio su rostro con mucha suavidad.

— ¿Po-Porque no se lo ha dicho?

—Porque estoy cansado, pensé en un principio que era normal y hasta divertido dominar Omegas, pero no. Hace tiempo que en realidad prefiero que ellos sean libres. Pero hay uno en especial que creo que no podré dejar ir.

Furi trago saliva pero miro desafiante al Alfa quien solo sonreía tranquilamente

— ¿Acaso tu no sentiste lo mismo que yo cuando te besé? ¿Cuándo nuestras miradas se cruzaron? Quiero volver a tomar esos labios dulces tuyos como el néctar.

El corazón de Kōki de nuevo empezó a latir demasiado ruidoso para su gusto.

—Eres mi destinado. Estoy seguro de ello y por eso no puedo dejarte ir.

Furihata supo en ese momento que tampoco quería irse. Mientras otros Omegas estaban siendo liberados, el había quedado prisionero por su propia cuenta, su corazón estaba aprisionado por  voluntad propia.

—Yo no me iré Seijūrō.

Ante eso el príncipe de Rakuzan lo beso de nuevo saboreando el néctar de sus labios otra vez.

Tiempo después cierto castaño celebraba su boda junto a aquel Alfa que creyó egoísta y sin embargo resulto ser la persona más dulce para él, él amor de su vida y próximamente un padre amoroso con sus hijos.

Fin.
















Notas finales:

Hasta la proxima.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).