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Rebeldía por Nina Nairashiki

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Notas del fanfic:

Basado (únicamente basado ¬¬) al capítulo de “Star vs las fuerzas del mal” el capítulo de reformatorio santa Olga para princesas caprichosas (¬¬ dios, que largo nombre ¬¬)

 

En fin, no me ha gustado realmente la serie, pero, no negare que me llamo la atención aquel capitulo que vi y que, sin lugar a dudas me dio la loca idea de hacer este fic, como dije, solo estoy basándome a esa idea, lo demás, es producto de mi imaginación… posiblemente hayan “violaciones”  y bueno, lo demás se irá viendo… hasta orgias porque no? ¬u¬

 

Ho, como es “basado” a una serie de magia… habrá magia también ¬////¬ espero les guste…

 

Notas del capitulo:

Sé que debería de estar avanzando el otro fic que tengo aquí, pero realmente, deseaba poder escribir esta historia que comienza… curiosa XD… no se dejen llevar XD las apariencias engañan, en especial la de Akira XD… ya verán a lo que me refiero

 

Aquí habrá mucho lemon… (o eso espero yo) de todos modos, ténganme algo de paciencia, nunca he escrito lemon yuri… así que, acepto comentarios, ideas, sugerencias, críticas constructivas y demás, siempre estoy abierta a cosas nuevas XD “solo no sean groseros QnQ” bueno… sin más que decir XD

 

¡A leer!

Se encontraban tranquilamente en el carruaje, no más de 10 princesas recién llegadas, por supuesto, de diferentes lugares, reinos, mundos… dimensiones… claro, todas las dimensiones compartían un mismo lugar… un “reformatorio” que era mayormente conocido por ser un “internado”; un internado infernal para princesas desastrosas, para todas aquellas “salvajes” que no saben cumplir correctamente con su deber

 

Y mientras un grupo esta que muere de nervios por llegar, pues lo último que deseaban era caer en aquel tan susodicho internado, otras parecían molestas con la situación, incluso hubo una que tuvo que ser sedada para que no tratara de escapar atacando al grupo de 5 guardias que las custodiaban… mas parecía una mala broma, asimilando que son peligrosos criminales a punto de entrar a la prisión más peligrosa del mundo… aunque desgraciadamente no había mucha diferencia entre uno y otro, solo que eran chicas y que todas o al menos la gran mayoría portaba una corona…

 

Lo extraño para todos era una chica, tranquila y serena, sentada correctamente aun en el transporte que no paraba de saltar por cada bache en el camino, una jovencita de apenas 16 años, piel ligeramente acanelada, cabellos largos y negros con destellos azules que llegaban hasta debajo de sus caderas pero que estaban atados en las puntas, de ojos azules como el cielo y mirar tranquilo que solo se dedicaba a ver el desértico lugar oscuro rodeado de montañas… la joven chica vestía apenas un vestido blanco bastante sencillo, con un pequeño collar oculto tras el apenas ligero escote en forma de V y suspirando perdida en sus pensamientos, la más extraña de todas las presentes ya que era la más “educada” en el lugar, sin mencionar que se mostraba tranquila con la situación, ni siquiera se veía preocupada por el lugar al que iba a llegar

 

Por fin el transporte se detuvo bruscamente, algunas, las más agresivas princesas rugieron de enfado, tratando de maldecir a su suerte y mandar al diablo al conductor que ignoró sus palabras insultantes, los guardias bajaron y comenzaron a ordenar a la princesas a bajar, una tras otra, las que más temblaban parecían alternarse con las agresivas que veían y trataban de atacar a los guardias, aquella princesa tranquila bajo con el cuidado y la elegancia de una verdadera princesa, subiendo su tranquila mirada para observar el gran castillo mucho más grande de lo que hubiera imaginado, con lo que se podía alcanzar a percibir, un campo de energía, suponía ya que era para que nadie intentara salir o entrar con magia… claro, era lo mínimo que se podría hacer si el 60% de las princesas presentes tienen magia y algunas tan poderosa que no la saben manejar…

 

-¡hagan una fila jovencitas!-  ordena uno de los guardias enmascarados, las princesas no tienen más opción que obedecer y una vez todas enfiladas comienzan a caminar hacia el interior del castillo que esta cuidadosamente custodiado por otros 2 guardias fornidos, todas ven con miedo a los guardias hasta que entran y detrás de estas las gigantescas y pesadas rejas negras se cierran de golpe, sellándose a sí mismo para imposibilitar el poder salir o entrar, todas giran su mirada asombrada y algo asustadas, el ruido ha venido de su espalda y pueden ver como las rejas se han solidificado al punto de no poder ser abiertas, muchas comienzan con los murmullos, otras gritan de terror, las demás solo regresan su vista al frente y continúan con el camino que les es enseñado por el guardia

                                     

Al entrar al castillo pueden ver la recepción gigantesca y bien decorada, con tapices caoba, una alfombra roja aterciopelada, adornada con dorado en sus puntas y un candelabro de cristal colgando a mitad de habitación, solo se quedan las princesas observando el lugar que es decorados por bustos de personas que no conocen o jarrones y una que otra planta para dar algo de “colorido” a la oscura escena que no es para nada ayudada con la poca iluminación de aquellas nubes negras con truenos y relámpagos haciéndose notar cada cierto tiempo

 

-así que… ustedes son las nuevas princesas incorregibles he?-  se hace notar una voz suave y sedosa, pero que demanda orden y autoridad… todas las chicas ahora se enfilan en horizontal, cada una al lado de la contraria, observándose entre sí, viendo que, desde las sombras de la habitación sale por fin una hermosa mujer de no más de 30 años

 

De hermosa piel blanca, cabellos rubios atados en una coleta alta y así mismo en un chongo, apenas dejando caer 2 mechones rubios a los lados de sus mejillas, de ojos carmesí intenso y labios rojos cual pasión, vestida de traje rojo por igual, un saco rojo y una camisa blanca adornada por un lazo rosa en su cuello y una falda muy pegada a su buen cuerpo perfectamente moldeado para su edad y por supuesto, unos grandes tacones de color negro casi de charol reluciente, sin lugar a dudas la imagen mas imponente que se pudiera apreciar, una mujer que, si no fuera por su mal genio, seria sin lugar a dudas alguien a quien desear con lujuria

 

-mi nombre es Sasha, como ya han de suponer, soy la directora de esta institución-  menciona sacando de uno de sus bolsillos una regla de madera con la cual golpea elegantemente su mano creando escalofríos a todas las presentes, comienza desde un lado de la fila, camina observando a cada una de las nuevas princesas que han llegado, sonriendo de un modo prepotente y oscuro al observar como todas tiemblan y otras más, parecen desinteresadas por su presencia

-me llamaran señorita Sasha o directora Sasha ¿Queda claro?-  pregunta de un modo suave pero claramente amenazante, solo unas cuantas le han respondido, las otras, se han quedado calladas, así que, con una voz algo más fuerte y aun más amenazante de lo que ya se mostraba vuelve a inquirir su pregunta, recibiendo un asentimiento de parte de todas las presentes sin excepción

 

-muy bien… en esta sagrada institución, ustedes dejaran de ser las mocosas mal criadas que son, se volverán las princesas que exige la sociedad y tendrán la obligación de regir su reinos con soberanía, seguridad, convicción, sabiduría y sobre todo, elegancia… las princesas son elegantes, finas, recatadas y no dicen palabrotas-  comienza a enumerar, pasando ahora de chica en chica, observando fijamente a los ojos a cada una de las presentes

-no son bruscas, no son desorganizadas, no apestan, no sudan, no reniegan, no replican y por sobre todo… no son… sal-va-jes-  deletrea con enfado llegando por fin hasta la última de la fila, una chica rubia lacia y algo esponjada, de piel blanca como la nieve y ojos esmeralda brillantes que en ese momento se perlaban por las lagrimas que se negaban a caer, vestida con una pequeña falda negra y mallas blancas, con zapatillas para valed rojas con sus correspondientes listones y una camisa sin mangas de color blanco además de un listón morado en su cabeza a forma de diadema atado en un moño que queda en su lado izquierdo, la joven cierra sus ojos aterrada, sintiendo como la directora gusta de amedrentarla pica su mejilla, con la punta brillando en carmesí de fuego, comienza a crearle una severa herida y la pobre, que no para de temblar aterrada se hace para atrás lo mas que puede

 

La situación se muestra tensa, la chica no para de gemir suavemente por el dolor y el miedo, ya comenzando a llorar, por su parte, la directora sonríe al ver que está consiguiendo su cometido, o solo hasta que su mano es apartada con delicadeza de la mejilla de la contraria, no es una mano agresiva, sino que, subiendo con cuidado su mano, como si fuera tomada por alguien caballeroso, puede ver a su costado, la chica más tranquila de todas, la que menos miedo muestra pero la que más se ve “educada” la observa tranquila, ni siquiera muestra un resquicio de enfado, eso le extraña a todo el mundo, sin embargo, la joven de largos cabellos negros observa a la directora y menciona con una suave sonrisa, mas por amabilidad que por felicidad. Es ella quien sujeta la mano de la directora con gentileza propia de una dama y en especial de una princesa

 

-la señorita está asustada, no creo que sea pertinente asustarla más señorita directora-  menciona con suavidad, evocando cada palabra con elegancia y respeto a la mayor que la mira fijamente sin cambiar su expresión neutro

-usted que es la directora tiene el deber de corregirnos y es bien agradecido, pero me parece innecesario asustar a quien se muestra ya aterrada-  responde de nuevo, de un modo suave, ganando ahora una ligera mueca de enfado por parte de la rubia mayor

 

-¿acaso me estas retando mocosa?-  pregunta con amenaza y entrecerrando suavemente sus ojos hacia la pelinegra que se inclina levemente y con su mano libre toma parte de su vestido para no arrastrarlo (ya que la derecha aun sujeta con suavidad la mano de la directora), regresando su mirada gentil y tranquila a la mayor que no para de observarla con amenaza

 

-todo lo contrario majestad, es solo que, las princesas y futuras reinas que estamos aquí presentes debemos aprender no solo la etiqueta de nuestro reino y su soberanía, sino también, a proteger a nuestro reino y si bien, las presentes no son nada de nadie, lo correcto es que una princesa y futura reina siempre proteja a los que lo necesitan, no importando si es otra princesa la que necesita nuestra ayuda-  responde por fin, bajando lentamente su mano y separándola de la mano de la directora, ambas se observan, la princesa ha colocado ambas manos extendidas con suavidad frente suyo en su vientre, colocando una encima de la otra con suavidad y sonriendo tranquila y gentil a la mujer que se ha quedado callada pero que le sonríe de medio lado

 

-muy bien dicho… así me gusta-  responde dando un paso hacia atrás y regresando a su lugar, por su parte, la princesa que aun se encuentra “fuera de la fila” gira para observar a la chica que, gracias a su magia se ha curado la mejilla lastimada y observa con miedo aun a la rubia mayor

 

-¿te encuentras bien?-  pregunta suavemente, con preocupación y gentileza en su voz, ganando su atención de la directora a la misma chica que le llama, asintiendo suavemente, sobando su mejilla ya sana y dando un leve gracias

-no tienes que decirlo-  responde cerrando sus ojos y sonriendo más ampliamente con esa gentileza que embelesa a unas cuantas y que fastidia a las demás que solo giran sus ojos

 

-¿ya ha terminado señorita?-  se hace notar de nuevo la directora, la pelinegra gira su mirada encontrando la mirada algo seria de la directora y asiente regresando con cuidado a su lugar para no molestar a nadie más, dando una pequeña reverencia, ahora, con sus 2 manos tomando su vestido he inclinándose levemente

 

-pido una disculpa por mis insolencias, puede continuar por favor señorita directora-  menciona suavemente regresando una vez más al a misma pose, con sus manos entrelazadas frente de su vientre y sonriendo tranquilamente

 

-bien, ahora, vallan a registrarse, se les ira asignando un numero de habitación-  ordena la mujer, la fila regresa y de a poco comienza a avanzar, la chica rubia, que había quedado al final de la fila ahora es la primera, detrás de ella está la pelinegra que le ha ayudado y ambas escriben sus nombres únicamente

 

“Dalia” es la primera y se le entrega la habitación 318, “Akira” es la pelinegra que escribe su nombre y le es entregada la habitación 319, así siguiendo hasta acabar con las otras, una vez que todas han pasado regresan a la formación, ahora, conforme a las llaves que poseen, cada una se divide en 3 grupos. Alumnas que tienen por habitación el número 300, las que tiene el 200 y las que tienen el número 500 en adelante

 

-valla, parece que iremos juntas-  le responde Akira a Dalia apenas ve que la rubia continua temblando como gelatina, al llamarla desde atrás puede ver como la rubia pega un pequeño salto asustada y gira a verla, pequeñas lagrimas se asoman pero lucha por mostrar una sonrisa que por desgracia es deformada por sus miedos, Akira toma su hombro con suavidad y le regala una sonrisa gentil para tratar de calmarla de su mar de nervios en el que se encuentra

-tranquila, ya verás que todo estará bien… por cierto, soy Akira, pero todos me conocen por Kira-  sonríe divertida, logrando calmar a la chica frente suyo

 

-m-me llamo D-D-D-Dalia-  responde entre tartamudeos, Kira sonríe y asiente susurrando un “mucho gusto” por desgracia no pueden hablar más ya que por fin han llegado a sus respectivos dormitorios, dándose cuenta que están casi pegadas a pared, ya que los números se dividían en 2, los pares y nones, viéndose unos contra otros, cada habitación se encuentra de lado a lado, comenzando desde el 300 pegado a pared y los números cercanos a 400 cercanos al pasillo, arriba de cada pasillo se podía observar el numero centenar 300 estaba al lado de 400 y 400 de 500 así sucesivamente, lo que parecía curioso era que, aun para la cantidad de habitaciones las puertas estaban pequeñas y sus entradas eran aun así, suficiente para que se pasara con holgura, sin mencionar que cada habitación tenía una pequeña reja en la parte superior para ver hacia el interior

 

-nos quieren asesinar-  dijo una chica mientras observaban las puertas pequeñas que mas parecían puertas para celdas, Kira asintió mentalmente observando por igual y ya suponiendo que si las puertas eran pequeñas, las habitaciones lo serian por igual, sin embargo, siendo todas forzadas a entrar a sus correspondientes habitaciones, Kira y las demás nuevas pueden darse cuenta que no es lo que se pensaba, sino que, cada habitación es tan grande como la alcoba de una verdadera princesa

 

-pues… pequeño no es-  responde con sorpresa en su rostro pero mostrando aun así, la tranquilidad que debía de mostrar una princesa, siente como su puerta es cerrada de golpe detrás de ella, al girar puede ver a uno de los guardias viéndola con burla y luego siguiendo para cerrar las demás puertas, prefiere dejar de lado ese momento y comienza a observar la habitación, elegante sin lugar a dudas, con un tocador bastante grande, una cama gigantesca como la que tenía en su hogar, con cortinas integradas, un balcón que daba a una grandiosa vista, piso de loza blanca con acabados en azul y dorado, un candelabro de cristal algo más pequeño que el de la entrada pero aun así bastante elegante y bonito debía admitir, un guardarropa, un escritorio, una estantería llena de libros, prefirió encaminarse primero a ese lugar, tomando el primero que encontrara y leyendo apenas el inicio

*bueno, por lo menos tendré algo de entretenimiento*  pensaba al ver los títulos de los demás libros, puros libros aburridos pero uno que otro con sus intereses… ese lugar estaba bien…

 

Se alejo unos momentos y camino por sus alrededores sonriendo de medio lado, no con esas sonrisas gentiles, sino con burla y oscuridad

 

*con que… internado Santa María ¿he?... veamos si pueden conmigo*  ríe para sus adentros

-acepto el desafío querido internado-  susurra suavemente, riendo de un suave modo nasal

 

Notas finales:

Sé que el capitulo esta algo chiquito pero bueno… no sabía que mas ponerle al primer cap y no quería que fueran cosas aburridas… de por sí, se me lio un poco la cosa con esto de las descripciones de los lugares, pero espero haberme dado a entender un poquito por lo menos XP… sobre las estaturas… no pongo eso porque la verdad soy muy mala para calcular… total que tal vez ponga a un enano o gnomo y a un árbol por estaturas… no, me salto esa parte por mucho TT.TT bueno… con respecto a la idea, espero sea de su interés… porque voy a tratar que al siguiente cap haya algo de lemon XD bueno… espero les haya sido de interés

 

¿Les ha gustado?

Que tengan un buen día

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