Estaba feliz con la llegada de Carolina, pero algo incomoda por cómo estaban las cosas.
En la escuela nadie a excepción de nuestros amigos sabía de lo nuestro, Carolina es popular y cada vez que la veía siempre un chico la estaba coqueteando, lo que me hacia poner celosa porque todos los chicos querían salir con ella. Pero lo que más me incomodaba era ver todos los días a mi ex amor Angelina Bautista, ella seguía siendo la misma y dudo mucho que algún día cambie.
Estaba sentada en mi pupitre sin saber qué hacer, las clases siempre me aburren y me duermo cada vez que el profesor habla, para colmo ni Carolina ni mis amigos vinieron ese día. Anoche no pude dormir nada, no sé porque pero cada vez que me proponía irme a dormir sentía un escalofrío que recorría todo mi cuerpo, así que solo me acosté en el sofá (ya que en mi cama me sentía incomoda) y me puse a escuchar algo de música para ver si con eso me dormía, pero nada, la mañana llego y yo aun seguía despierta.
Me apoye en el pupitre y cerré mis ojos, estaba incomoda en esa posición pero no tenia de otra. En la escuela pude dormir tranquilamente (claro que los profesores me despertaban a cada rato, pero yo no les asía caso) pero ¿Por qué en mi casa no?, ya estaba algo harta de mi situación, llevaba casi una semana en esa condición y al parecer esto no terminaría muy pronto.
Toco el timbre para el receso, todos salieron excepto yo y unos dos chicos que estaban charlando detrás de mí, no me importaba de que estaban hablando hasta que uno de ellos dijo
–oye que te tal esta esa chica llamada Carolina Herrera –eso enseguida capto toda mi atención
–ni idea, lo único que sé es que ella nunca ha salido con nadie–hablo el otro con calma
–creo que ya es hora de que ella tenga una pareja ¿No lo crees?–
–sí es verdad y que mejor opción que yo–dijo el otro algo presumido
–oye tranquilo a mí se me ocurrió la idea, así que yo voy a salir con ella primero –hablo el otro con mucha confianza
–sabemos de antemano que te vas aburrir rápidamente de ella y la dejaras igual que a las otras –
–mira quién habla sabemos que vos aras exactamente lo mismo que yo planeo –
–que te parece si hacemos un trato, a partir de ahora quien la vea antes que él otro saldrá con ella primero –
–no me parece mala idea –eso me hizo enojar y si no fuera por el sueño que tenia, me levantaría y les daría una buena golpiza.
Seguían con su plática tranquilamente, sin notar que yo ponía mucha atención a cada palabra que decían. Me hice la distraída y tire apropósito un lápiz que se dirigió justo a donde estaban ellos, me levante pesadamente y al sé el lápiz, claro que sin antes ver a esos dos tipos. Uno es rubio con ojos color miel y me ganaba de altura por media cabeza, el otro es pelinegro con ojos café y era de la misma estatura que el otro. Si los había visto antes y ellos me conocen muy bien a mí, no sabía cual eran sus nombres (eso era lo que menos me importaba) y cada vez que los veía siempre andaban con una chica diferente (y ese es el motivo)
La clase transcurrió tranquilamente y yo ya tenía un plan en mente para que esos dos no se le acerquen a Carolina. Ese día el director estaba enfermo y como les tenía tanta confianza a esos dos (y no sé porque) les pidió que le hicieran el favor de cerrar la escuela al anochecer y ellos con gusto aceptaron.
Al terminar las clases yo me fui a mi casa y cuando anocheció volví de nuevo a la escuela. Mi plan ya estaba por dar inicio, espere a que todos salieran excepto esos dos. Ellos estaban charlando en la terraza y sin que se dieran cuenta, tome las llaves de la escuela que estaban encima del escritorio del director. Fui hacia la terraza y me pare en la puerta.
–que te parece si salimos con unas chicas esta noche –dijo el rubio
–no me parece mala idea y que te parece si.....–pero antes de que continúe
–hola chicos–ellos sé voltearon sorprendidos
–¿Qué haces aquí Giovanni? –pregunto el pelinegro
–vengo a solucionar un problema que tengo con ustedes dos–
–¿Qué problema? –hablo el rubio
–¿Se acuerdan de la pequeña charla que tuvieron el día de hoy? cuando estábamos solo los tres en el salón de clases– ellos me miran extrañados
–si ¿Por qué? –
–bueno, esa pequeña charla me molesto mucho y vengo a pedirles que no se le acerquen a Carolina–
–¿Por qué haríamos eso? no me digas que a vos te gusta –hablo el pelinegro algo molesto.
Asé varios años atrás el y yo tuvimos una pequeña pelea por una chica, que ya no vive acá. El quería salir con ella, pero ella quería salir conmigo (ni yo ni el sabíamos de eso hasta el día de su partida) y yo viendo lo mujeriego que es la apartaba de él. Ella y yo nos hicimos amigas, yo la protegía de los otros chicos, era tímida, pero tenía una reputación de meterme en muchas peleas (la mayoría con chicos) y casi siempre salir ganado, casi toda la escuela es consciente de eso, mas el que nadie porque una vez se quería propasar con ella, yo lo aparte de ella y le di un puñetazo en el rostro. Eso basto para tirarlo al suelo y hacerle sangrar la nariz. Desde ese entonces nos tenemos algo de rencor uno al otro.
–si ese fuese el caso ¿Qué pasaría?–él y yo nos miramos desafiantes
–nada solo decía –dijo con algo de rabia
–solo les pido que no se le acerquen a ella–
–¿Sino que aras? –esta vez fue el rubio quien hablo
–are algo así– sin decir más cerré la puerta y la eche llave
–¡oye! ¡¿Qué haces?! –hablo algo exaltado el pelinegro, tratando de abrir la puerta
Yo simplemente me aleje y deje las llaves de nuevo en su lugar. Salí de la escuela y mientras caminaba mire hacia la terraza, me despedí y con una sonrisa dije
–hasta mañana –
Hacia algo de frio esa noche y lo último que pode escuchar fue mi nombre departe de esos dos.
–¡¡GIOVANNI!! –
Con una sonrisa en mi rostro me dirigí hacia mi casa y espero que esta vez pueda dormir tranquila. Pero para mi mala suerte eso no paso y estuve despierta toda la noche, otra vez.
Al día siguiente estaba muy cansada, me vestí para irme a la escuela y cuando llegue vi como esos dos se estaban disculpando con el director. Yo solo seguí mi camino, vi a Carolina que estaba charlando con sus amigas y note que esos dos la estaban viendo. Me puse en medio de ellos y ella, no me gustaba que la miren de esa manera, así que los mire con una mirada amenazante. Ellos no pusieron objeción y voltearon, pero yo los seguía viendo
–¿Qué ocurre Giovanni? –voltee mi mirada y vi que era Carolina
–nada mi amor– respondí con una sonrisa
Empezamos a caminar juntas y cuando ya nadie nos veía entrelacé nuestras manos. Ya no podía contenerme, sonreí victoriosa sabiendo que ellos ya no pondrán a Carolina a una de sus listas.
–¿Por qué sonríes tanto? –
–es que hice una de mis travesuras anoche–
–¿Y cuál fue?–dijo algo confundida
–Eso ya no importa ahora –dije abrazándola por la cintura y depositando un beso en su mejilla
Yo la lleve a su salón y luego me dirigí al mío. El día transcurrió normalmente y cuando les conté a mis amigos lo que hice con esos dos, ellos con una sonrisa me dijeron “Celosa”. Es cierto, soy muy celosa y siempre protejo lo que es mío. Sé que suena algo posesivo pero no me importa, yo protegeré a Carolina y no me importa lo que cueste (y claro que también a mis amigos).
Seguramente mañana será un mejor día que el anterior ¿O estaré equivocada?