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Incomplete [VKook/Taekook] por knvlchan

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Algunos días habían pasado de aquel incidente que habían vivido en aquella calle. Cuando regresaron al café ninguno mencionó nada de lo sucedido. Pero ahora Jungkook sabía porque Taehyung sufría tanto.

 

 

 

–Lo conocí cuando tenía quince años –Le dijo todavía sollozando.

 

Taehyung sostenía su cabello con las manos que tenía recargadas en sus rodillas.  Ambos se encontraban sentados en la fuente. El aire comenzaba a soplar con fuerza y el chico solo escuchaba como Taehyung se desahogaba con él. Lo miraba incapaz de abrazarlo, desde la distancia intentando consolarlo aunque fuese solo de esa manera.

 

 

–Él me enseñó lo que es el amor… Y-yo aprendí tantas cosas a su lado –Dijo con una leve sonrisa y mirando hacia el cielo mientras limpiaba sus lágrimas.

 

Sus ojos brillaban con la luz del día, aunque fuese por haber estado sollozando durante todo ese rato. Las lágrimas parecían cristales impregnados en su piel y su cuerpo se veía tan frágil en aquella posición.

 

El menor lo miró con tristeza, de alguna manera intentaba situarse en su posición pero las enseñanzas de su madre y de su padrastro le hacían ver las cosas completamente diferente.

 

–Lo siento Kookie. No debías verme en este estado –Pronunció ya más calmado.

 

–No te preocupes por mí. A mi igual me viste en un estado que no quería –Recordó cuando el mayor lo vio durmiendo en la calle.

 

–Supongo que hemos visto cosas que él otro no quería –Sonrió con un deje de tristeza en sus ojos.

 

–Supongo… –Asintió el pelinegro.

 

Taehyung cerró los ojos mirando hacia el cielo una vez más. El aire soplaba suavemente ondeando su cabello. Un poco de su fragancia llegó a la nariz de Jungkook y olía muy bien.

 

–¿Cómo lo haces? –Preguntó con los ojos aún cerrados.

 

–¿El qué? –Cuestionó el menor.

 

–Puedes sonreír a pesar de todo –Soltó Taehyung.

 

–Extraño a mis papás pero me gusta pensar que a ellos no les gustaría verme triste –Sonrió también mirando hacia el cielo –Además… Quiero creer que ellos me cuidan desde allá –Señaló las nubes.

 

–Que bella teoría –El castaño dijo ladeando su cabeza hacia él.

 

Jungkook también buscó su mirada, y repentinamente los recuerdos de su joven jefe llorando en las noches entre sueños vinieron en su mente. Ahora, eran menos frecuentes pero eso no quitaba que el chico todavía tuviera pesadillas.

 

–Creo que yo también debería pensar de esa manera. ¿Cierto? –Le preguntó al menor sacándolo de sus pensamientos.

 

–Pienso que eso sería lo correcto –Le afirmó.

 

–Supongo… –Suspiró.

 

–Supongo… –Repitió.

 

 

 

La conversación que había tenido con su jefe Taehyung aún resonaba en su memoria. Intentaba concentrarse de todas las maneras posible en su trabajo pero era imposible cuando se encontraba pensando en manera de apaciguar el corazón del chico que le gustaba.

 

Rápidamente tomó el café que Yoongi le ofreció entre sus manos para servírselo a un cliente que ya se veía algo molesto por la tardanza. No fue su intención pero lamentablemente tropezó con sus propios pies y terminó tirándole el pedido en la ropa del señor.

 

La taza se rompió en varios pedazos que le hicieron algunos cortes en las manos porque habían caído sobre él. Aún se encontraba en el suelo cuando se asustó al ver al señor enfurecerse y golpear la mesa. Rápidamente se levantó avergonzado y rezando porque eso no saliera peor.

 

–¿¡Acaso eres idiota!? –Le gritó al chico.

 

–Lo siento mucho –Hizo varias reverencias.

 

La gente comenzaba a verlos mientras susurraban entre ellos. Yoongi y Jimin también tenían las miradas sobre ambos, y justo cuando el primero iba a acercarse a ellos, una presencia lo detuvo porque salió de su escondite.

 

Jungkook miró a todos lados buscando por una ayuda que pensaba que nunca llegaría, sin embargo sintió como su corazón se le salió del pecho cuando vio como su jefe se aproximaba a ellos. Tragó saliva mientras seguía disculpándose con el señor que le seguía gritando cuando sintió como una mano tocaba su hombro para después hacerlo discretamente hacia atrás.

 

–Disculpe a mi empleado. Podemos ofrecerle una nueva bebida gratis –Hizo una reverencia en tono de disculpa.

 

–¡No necesito nada de sus porquerías! –Gritó el señor.

 

–Entonces le pido de favor que se retire del lugar. Esta incomodando a mis demás clientes –Argumentó el mayor todavía tranquilo –Y si gusta puede mandarnos la cuenta de la tintorería a este lugar

 

–Estúpidos de mierda –Volvió a gritar el señor antes de salir con más blasfemias.

 

Internamente Jungkook estaba teniendo conflictos, aunque estos no se debían a la reacción del señor que le había gritado sino por como Taehyung reaccionaría ante su error.

 

Justo cuando pensó que su mundo se había acabado, el mayor se acercó con tranquilidad y una sonrisa llena de calma.

 

–Ten más cuidado para la próxima vez –Dijo acariciando su cabello.

 

El pelinegro se sonrojó por la amabilidad del mayor, y eso sólo lo hacía sentir más culpable de lo que ya se sentía. Agachó su rostro y jugueteando con sus dedos hasta que notó un ligero dolor en su mano derecha.

 

Levantó su mano, haciendo que Taehyung se percatara del ligero pequeño hilo de sangre que escurría de su dedo. El mayor reaccionó tomándolo con ambas manos para revisar su dedo detenidamente. Yoongi y Jimin, quienes seguían observando la escena se sorprendieron por su actuar.

 

Taehyung no dijo nada, simplemente lo tomó de la otra mano y lo llevó a su oficina con las manos aún entrelazadas.

 

–¿Puedes limpiar este desastre? –Le preguntó a Yoongi antes de entrar.

 

El rubio solo afirmó y observó como ambos chicos entraban por aquella puerta.

 

Cuando entraron a la habitación no sabía si esto hacía sentir peor a Jungkook de lo que pensaba. El mayor no le había dicho nada por su gran error. Y no podía evitar sentirse cada día más culpable junto a su presencia.

 

Por el contrario de Jungkook, el mayor estaba más preocupado por el chico a su lado. Estaba herido y parecía a punto de llorar, quizás por el dolor creía. Desde aquel día, no podía evitar mirarlo con mucha ternura porque aquellas palabras que pronunció el menor aún resonaban dentro de su mente.

 

Con aquellos pensamientos en mente, buscó entre sus cajones algo que sirviera para curarlo pero no encontró nada útil. Miró con recelo un cajón que se encontraba cerrado con llave. Jungkook no lo sabía pero ese cajón le pertenecía a Hoseok y conociéndolo tendría algo con que curar al menor.

 

Tragó con saliva mirándolo, ¿debía abrirlo?

 

Nuevamente miró a Jungkook, que se veía tan vulnerable con aquella herida en su dedo y temeroso por la situación. Suspiró, decidiendo que primero buscaría a Jin para ver si de casualidad él tenía algo para ayudar al pelinegro.

 

Entró a la cocina pero percatándose de una escena que quizás no debía ver. Namjoon abraza a Jin de manera muy cálida y todo ese momento parecía muy íntimo entre ellos dos. Decidió salir lentamente de la escena para no interrumpirlos. Sonrió para sus adentros porque siempre se había imaginado que esos dos terminarían juntos pero ninguno daba un paso más adelante o eso creía.

 

Con mucho pesar entró a la habitación encontrándose con esos ojos negros otra vez.

 

–Lo siento. No quiero causar molestias –Habló avergonzado.

 

–No causas molestias. Es sólo que no sé que hacer –Dijo algo serio.

 

Buscó nuevamente en su cajón la llave para abrir aquel otro cajón. La llave se veía algo oxidada pero entró con bastante facilidad. Giró la llave para encontrarse algunos documentos y algunas fotos. Intentó evitar mirarlos por mucho tiempo cuando encontró aquel caja de curitas que tanto buscaba.

 

Hoseok tenía la costumbre de guardar una caja de esos curitas. Como en sus tiempos libres le apasionaba bailar siempre terminaba herido. Le gustaba usarlos en los pequeños cortes que se hacía.

 

Buscó el alcohol en un mueble y mojó un algodón.

 

–Dame tu mano –Le dijo estirando la suya.

 

Jungkook le dio su mano y el mayor comenzó a limpiar la herida con sumo cuidado. El pelinegro dio algunos respingos porque el alcohol ardía al entrar en su herida.

 

–Es para desinfectarte. Sopórtalo un momento –Habló Taehyung.

 

El chico solo asintió mientras miraba el rostro del mayor. No podía evitar ver la mirada de su jefe, quién estaba tan concentrado curando su mano. El roce de pieles lo ponía muy nervioso y comenzaba a sudar de las manos por lo mismo.

 

Solamente oía sus respiraciones en la habitación porque estaban en completo silencio. El castaño sentía como el chico lo miraba haciéndolo sentir incómodo porque no quería lastimarlo por estar concentrado en aquellos negros que sentía atravesándolo en cada acción que hacía.

 

–Deja de verme, ¿acaso te gustó? –Mencionó en broma.

 

Sin embargo Jungkook no le respondió. Estaba embelesado con aquella figura que lo curaba con tanta gentileza. Taehyung alzó una ceja esperando que el chico lo negara rotundamente pero no paso.

 

–¿Jungkook? –Preguntó.

 

–¿Sí? –Le respondió cuando al fin volvió a la realidad.

 

–Olvídalo. Hoy andas muy distraído –Mencionó mientras le ponía aquel curita con delicadeza.

 

–Lo siento… –Se disculpó.

 

–No es necesario que te disculpes –Le mencionó.

 

Cuando hubo terminado el chico salió de la habitación y Taehyung una vez más se quedó solo. Miró el cajón que había abierto, con la inquietud de indagar sobre el interior donde se encontraban los objetos personales que tenía Hoseok. Borrando aquellos pensamientos de su mente, al final decidió cerrarlo con llave y otro día, quizás los vería con más calma.

 

Jungkook salió de la habitación muy avergonzado. Causó muchos desastres en un solo día y se sentía muy culpable. Yoongi se acercó hacia él muy serio. Pensó que lo regañaría pero ese no fue el caso.

 

–Jimin está preocupado por ti. Es mejor que vayas con él –Le dijo.

 

El menor asintió torpemente y fue a buscar a su amigo.

 

–¿Te regañó? –Fue lo primero que salió de la boca de Jimin.

 

El menor negó con su cabeza.

 

–¿Te encuentras bien? –Miró su mano más aliviado.

 

Volvió a asentir.

 

–Jungkook, siempre me causas dolores de cabeza –Soltó agarrándose la cabeza.

 

–Lo siento Jimin –Se disculpó.

 

Ese día se había disculpado muchas veces.

 

–Tonto –Respondió el castaño antes de abrazarlo.

 

Jungkook también lo abrazó cuando sintió una mirada. Levantó su rostro y se encontró con Yoongi observándolos con algo de recelo. Soltó a su amigo con una sonrisa. Quizás era su imaginación pero tal vez su amigo tenía oportunidad con el pálido.

 

El resto del día terminó sin complicaciones. Los chicos se encontraban una vez más limpiando el lugar. Jungkook tomó dos bolsas de basura para irlas a tirar al bote y el rubio lo siguió con otras dos bolsas.

 

–Me sorprendes. Tu presencia ha cambiado varias cosas en este lugar –Soltó al mayor mientras tiraba las bolsas en el bote.

 

Jungkook aún tenía las bolsas en sus manos. Lo miró porque no sabía como responder ante sus palabras. Bajó su rostro porque recordó el desorden que había causado más temprano.

 

–No me malinterpretes. Es bueno lo que has hecho –Intentó animarlo.

 

Tomó las bolsas del joven y también las echó al bote, después levantó su rostro mirando fijamente al menor. Jungkook pensó que si Jimin tenía que salir con alguien, Yoongi sería perfecto para él porque a pesar de no demostrarlo, era un chico bastante amable.

 

–Yo me he enterado acerca de lo de Hoseok –Soltó el pelinegro.

 

–Entiendo. Tarde o temprano te enterarías –Afirmó el mayor.

 

–Quiero ayudarlo pero creo que solo provocó desastres –Argumentó Jungkook cabizbajo.

 

–Con lo que has hecho creo que ha sido suficiente. Lo veo sonreír más seguido y eso me agrada –Respondió.

 

Después le dio algunas palmadas en su espalda. Se dirigió a la entrada del café y el menor lo siguió. No sabía lo que había hecho, solo sabía que había recibido ayuda de Taehyung desde que llegó a ese lugar.

 

–Acerca de … –Habló el mayor antes de entrar al lugar.

 

–¿Qué pasa hyung? –Cuestionó el pelinegro.

 

–¿Él te gusta? –Preguntó mirando hacia la dirección donde se encontraban Jimin y Taehyung limpiando mesas.

 

Jungkook miró automáticamente a Taehyung.

 

–¿Taehyung-hyung? –Soltó sorprendido de haber sido descubierto.

 

–Me refería a Jimin pero creo que ya no es necesario que me lo digas –Le mencionó sonriendo.

 

El menor sólo se sonrojo más porque ni siquiera a lado del pálido sabía ser discreto frente a sus sentimientos que tenía hacia el castaño.

 

Cuando terminaron de limpiar y arreglar el lugar cada uno de los chicos se fue por su respectivo camino.

 

–Hoy iremos a la tienda de conveniencia –Habló Taehyung.

 

–¿Tienda? –Preguntó el menor.

 

–Siempre haces el desayuno. Hoy quiero cenar así que yo la haré–Argumentó.

 

Ambos caminaron por aquella tienda que solía visitar Taehyung cuando tenía hambre. Entraron y el mayor se apresuró a elegir algunos ramen.

 

Taehyung quería agradecer los desayunos que ahora comía gracias a Jungkook. Su presencia había cambiado algunas costumbres en su vida. Y últimamente recordaba mucho lo que el menor le había dicho días atrás.

 

Por supuesto que extraño a mis papás, es solo que me gusta pensar que a ellos no les gustaría verme triste, además… Quiero creer que ellos me cuidan desde allá

 

Estaba seguro de que Hoseok pensaría lo mismo de él. No le gustaría verlo en estado tan sensible y lamentable. Quizás continuaba viviendo porque no podía morir pero también debía hacerlo por la vida que le fue arrebatada a Hobi.

 

Para Jungkook era un simple desayuno sin embargo para Taehyung era algo más. Era lo que tenía que repetirse a diario para continuar existiendo en la tierra. Sus papas solían decirle que el que vive come. Él hace tiempo había dejado de vivir aunque siguiera comiendo pero Jungkook comía porque quería seguir viviendo.

 

Llegaron a casa y preparó lo que había comprado. Jungkook por su parte se metió a bañar. Cuando salió los platos ya estaban servidos con el ramen que comerían.

 

–Gracias –Sonrió el chico.

 

–Preparó un ramen muy delicioso –Se enorgulleció Taehyung.

 

Era la primera vez que lo veía alagarse a sí mismo por lo que esa imagen le gustó mucho.

 

–Gracias por la comida –Pronunció el menor antes de probar bocado.

 

Taehyung también probó de su propio ramen.

 

–Es cierto. Es delicioso –Se relamió los labios.

 

–Te lo dije –Sonrió el mayor.

 

Taehyung lo presintió. Lentamente estaba cambiado su actitud. No sabía el porque pero cuando estaba frente a ese chico es como si volviera a ser el que solía ser. Tampoco estaba seguro de que le gustaran esos nuevos cambios pero se sentía cómodo. Es bueno, ¿verdad Hoseok? pensó mientras miraba al chico.

 

Jungkook también lo notó. Aquellas sonrisas cada vez se hacían más comunes. Ese chico realmente le gustaba mucho pero tenía miedo de romper esa magia que tenían juntos. Se lamentaba porque la imagen de Hoseok venía a su mente y aunque no lo conocía todavía, sabía que ese chico había sido como un ángel para el mayor.

 

El castaño empezó a recoger las cosas que habían utilizado para lavarlos. El menor insistió en hacerlo pero se lo negó rotundamente. Cuando terminaron, ambos fueron a dormir a sus respectivos lugares.

 

La oscuridad inundaba una vez más la habitación. Cerró los ojos después de su día tan ajetreado. Estaba muy cansado por todo lo que había sucedido. También estaba muy agradecido por lo que el mayor había hecho por él.

 

Cerca de la medianoche unos quejidos lo despertaron. Sabía lo que significaba, el mayor estaba teniendo pesadillas nuevamente. Entró con sumo cuidado a la habitación observando al chico sollozar entre sueños.

 

Acarició su pecho y limpió las lágrimas que habían caído de su rostro. Después de un rato se calmó. Vio que estaba completamente destapado y las cobijas yacían en el suelo. Las levantó con mucho cuidado para cobijarlo. La noche era fría y temía que el castaño se enfermara.

 

Nuevamente Taehyung dio algunos saltos indicando que su pesadilla continuaba. Volvió acariciar su pecho para tranquilizarlo pero no se esperaba que el mayor tomara su mano. Se asustó cuando sintió el toque y como reacción aventó su mano, sin embargo Taehyung no la soltó.

 

Aquella acción provocó que el mayor se despertara confundido. Miró el rostro del pelinegro todavía muy somnoliento, percatándose de lo asustado que se veía cuando ambos ojos se encontraron. Notó como su mano agarraba fuertemente la de Jungkook, así que la soltó intentando captar lo que estaba pasando a su alrededor.

 

–Lo siento –Dijo el menor con una reverencia antes de salir corriendo de la habitación.

 

Taehyung aún seguía confundido. ¿Qué había sido todo eso? Después se percató de su propio cuerpo. Sintió algunos rastros de lágrimas secas cerca de su rostro. Tocó debajo de sus ojos porque aún se sentía húmedo. Después miró hacia la puerta que el menor había dejado entreabierta.

 

¿Qué viste Jungkook? Se preguntó.


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