Taehyung salió de la cocina buscando con la mirada al joven de mirada profunda. Lo encontró atendiendo a algunas clientas con esa sonrisa característica en su rostro. El chico sintió la mirada y ambos ojos se cruzaron por un instante de tiempo, para Taehyung ese momento era insignificante aunque para Jungkook se había convertido en un momento lleno de ilusiones.
Después de que terminó con aquellas clientas el jefe lo llamó con su mano. El menor comprendió dicho gesto y se acercó al castaño.
–Voy a comprar unas cosas que hacen falta. Debes acompañarme –Le dijo mientras miraba la libreta que Jin le había dado.
Namjoon estaba limpiando una mesa e instantáneamente dejó lo que estaba haciendo para escuchar las palabras de Taehyung. No podía creer que ese chico fuera a acompañarlo a hacer las compras cuando normalmente lo hacía de manera solitaria.
Jungkook asintió con una gran sonrisa al mayor y se fue corriendo para cambiarse por algo más cómodo. Al poco rato volvió con la ropa que Taehyung le había prestado y ambos salieron del lugar.
Namjoon miró a Yoongi con una sonrisa que dibujo los hoyuelos que tenía en su rostro. El rubio también le contestó con una sonrisa más leve al ver que Taehyung por fin comenzaba a interactuar con alguien más.
Ambos caminaban en silencio cuando el menor decidió romper aquel momento tan incómodo.
–¿Por qué me ayudaste si no me conocías? –Preguntó mirando al suelo.
A pesar de todo, ese chico le gustaba. Y el poder trabajar a su lado lo hacia más que feliz, pero también lo hacia sentir ansioso.
–Ya te dije. Eras un cliente mío –Le contestó un poco fastidiado.
–Si fuera yo, creo que no podría confiar en un chico que me viene a comprar café de vez en cuando –Respondió.
Taehyung no contestó ante tal respuesta aunque después de algunos minutos volvió a retomar la palabra.
–Había una persona muy importante en mi vida –Tenía un nudo en la garganta pero prosiguió.
Era la primera vez que hablaba de Hoseok ante un desconocido.
–Esa persona sería capaz de ayudar hasta un desconocido sin importarle su sexo o edad –Continuó mientras recordaba su sonrisa y las lágrimas estaban a punto de caer de su rostro.
Jungkook lo escuchaba atentamente sin buscar su mirada. Simplemente veía como unos niños corrían detrás de algunos árboles que se encontraban en la zona.
–Simplemente hago lo que esa persona haría –Finalizó.
El menor no sabía como responder ante tal confesión. Esa persona había sido muy importante en su vida y el pelinegro se moría de curiosidad por saber porque si era tan importante no estaba a su lado.
El resto del camino continuaron en silencio. Taehyung se sentía extraño porque hace tiempo que no caminaba a lado de una persona. Jungkook se sentía nervioso debido a los sentimientos románticos que aún guardaba hacia el mayor.
Después de comprar lo que necesitaban ambos subieron al camión que los llevaría de regreso. Jungkook extrañaba sus audífonos porque no le gustaba mucho el silencio que reinaba en algunos transportes. Miraba de reojo a Taehyung que se encontraba viendo el paisaje detenidamente. Sabía que su cuerpo estaba junto a él pero le parecía que su alma volaba en una dirección distinta.
Llegaron a su parada y ambos bajaron con todas las bolsas que traían en sus manos. Habían demorado más de lo esperado así que lo más probable era que fueran las tres o cuatro de la tarde. Debían apresurarse para ayudar a los chicos porque esa hora era la más pesada y siempre era mucha carga para todos.
Caminaban apresuradamente por todo el camino cuando una pequeña figura se fue acercando a ellos a lo lejos. Jungkook creyó que era su imaginación pero después confirmó que el chico que corría hacia ellos era su mejor amigo.
–¿Fueron de compras? –Los saludó perdiendo casi el aliento.
–Sí, fuimos a comprar algunas cosas que hacían falta –Sonrió el pelinegro.
Jimin tomó algunas bolsas del chico y se unió a la caminata.
–¿Qué tal tus clases? –Jungkook le preguntó al castaño.
Se sentía mal por empezar una platica con Jimin frente a su jefe pero quería saber el estado de su amigo. Hace tiempo no platicaba y realmente estaba preocupado por él ahora que ya no estaba a su lado como solía hacerlo.
–No te preocupes por mí Jungkook. Yo estoy bien, nadie me molesta –Le contestó a su amigo.
Pero esa voz lo hizo dudar, seguramente aquellos tipos lo seguían molestando por su orientación. Desde que un ex-amigo lo había expuesto ante todo el colegio, algunos chicos la habían tomado contra él. Y Jimin era el tipo de chico que se tomaba todos los comentarios muy a pecho.
La edad que tenía Jimin era para que ya estuviera graduado pero se atrasó dos años por falta de dinero. Este año sería su último año y no quería que sufriera mucho sin su presencia.
–Jimin, no debes esconder nada. Yo no quiero que me ocultes nada –Le advirtió al mayor.
Jimin dio un gran suspiro.
–Me molestan pero no te preocupes por mí. Primero quiero que superes tus problemas y después preocúpate por mí –Argumentó el chico.
Taehyung comenzaba a sentirse incomodo porque la conversación de los chicos debía ser más reservada. Aunque comprendió al menor porque no había visto a su amigo en mucho tiempo.
–Hoy los ayudaré –Sonrió el chico mientras corría hacia el negocio de Taehyung.
–Él es mi mejor amigo. Desde que éramos unos niños –Soltó Jungkook antes de echarse también a correr detrás de él.
Taehyung sonrió ante la acción del menor. A pesar de que eran unos completos extraños por alguna razón ya sabían mucho uno del otro. Y quizás su presencia no era tan incómoda después de todo.
El castaño ayudó bastante a los chicos, pero había causado unos cuantos problemas durante su estancia. Yoongi se molestó varias veces con él pero a Jimin le importaba muy poco lo que ese chico pensara de él. De alguna manera el ambiente se volvió más ameno gracias a la presencia de aquellas peleas entre Yoongi y Jimin y las risas de los demás.
El dueño no pudo evitar reír ante algunas situaciones que se suscitaban y por supuestos que esas acciones no pasaron desapercibidas por sus amigos. Incluso Yoongi parecía que regañaba a propósito al menor para ver una vez más la sonrisa de Taehyung.
La jornada de trabajo terminó, así que Jungkook ayudó a Yoongi a sacar la basura de la tienda mientras los demás chicos limpiaban y ordenaban el lugar.
–¿Piensas quedarte mucho tiempo? –Le preguntó el mayor acomodando algunas cosas en el bote de basura.
–Aún no lo sé. Quiero ganar algo de dinero y después veré que puedo hacer –Respondió sinceramente mientras el menor le pasaba unas cuantas bolsas a Yoongi.
–Me gustaría que tu amigo y tú se quedaran más tiempo –Suspiró el chico de cabello rubio agarrando las bolsas que le pasaba el menor.
–¿Puedo saber el motivo? –Preguntó el pelinegro repleto de curiosidad.
Terminaron de acomodar todas las bolsas en su lugar correspondiente.
–A Taehyung le faltaba un chico como tú. No se que tengas pero tu presencia de cierta manera lo tranquiliza –Contestó el chico lanzando un resoplido.
El rubio se asomó a la otra calle y veía como el sol estaba a punto de ocultarse.
–¿Tranquilizar? –Volvió a preguntar.
Yoongi lo miro muy seriamente y dudó si podía confiar en ese chico.
–Ese chico ha pasado por algunas cosas y a pesar de la imagen que da en el exterior es una persona muy vulnerable por dentro –Respondió tomando su hombro.
Ambos volvieron a entrar a la tienda del joven dueño.
Jimin ayudaba a Jin a lavar algunos trastes mientras que los otros dos chicos barrían el lugar.
–Se tardaron mucho –Se quejó Jimin corriendo a abrazar a Jungkook.
El chico casi pierde el equilibrio pero no lo hizo porque Yoongi lo tomó antes de caer.
–Ve a casa o tu mamá se preocupará por ti –Lo regaño Jungkook con el chico todavía en brazos.
Jimin se separó de sus brazos.
–Le avise a mi mamá que estoy contigo. No te preocupes Kookie –Le dijo acariciando su cabello.
Los demás chicos se rieron exceptuando a Taehyung que simplemente sonrío ante el espectáculo que ofrecían.
–Hasta parecen pareja –Se burló Jin quien ya había terminado de secar y guardar los últimos platos.
Ambos chicos voltearon en seguida.
–¡No lo somos! –Gritaron al unísono.
Cosa que hizo reír nuevamente a los mayores.
–Este niño –Dijo Jimin señalándolo.
Luego miró discretamente a Taehyung cosa que el mayor alcanzó a notar.
–Ya tiene alguien que le gusta –Soltó con una sonrisa antes de que Jungkook lo fulminara con la mirada.
Los chicos se quedaron sorprendidos ante tal confesión. Después de aquella conmoción siguieron limpiado lo que restaba del lugar. Gracias a los dos nuevos chicos el día había sido más memorable que otros.
–Estoy cansado –Advirtió Taehyung con un bostezo y retirándose del lugar.
Jungkook también se despidió de los chicos y lo siguió para no perderlo de vista.
–¿Por qué esos dos se van juntos? –Dijo Namjoon señalando a Jungkook y a Taehyung que ya se encontraban alejados de su conversación.
–Por lo que sé ellos vivirán por un tiempo juntos –Argumentó Jimin.
–¿¡En serio!? –Se sorprendió Yoongi.
–¿¡Qué!? –Gritó Seokjin.
El castaño entonces les explicó que su amigo viviría momentáneamente con Taehyung debido a cierta situación familiar, sin explicarla realmente por respeto a Jungkook. Los chicos parecían sorprendidos porque no era común que Taehyung ofreciera su casa a un desconocido y mucho menos, después de que ese lugar era muy especial para él.
Por otro lado, Jimin sentía por primera vez que Jungkook era muy afortunado después de todo lo que había vivido los últimos días. Los chicos sentían que en realidad el afortunado era Taehyung porque estaba haciendo cosas que antes no hubiese hecho.
–Nosotros también debemos irnos –Sugirió el mayor de todos.
–Yo me voy por este lado –Mencionó Jimin señalando la dirección contraria a la que Jungkook había ido.
–Yoongi también vive por allá –Soltó Namjoon riéndose por la situación.
Ambos se miraron incómodos pero al final se fueron juntos a petición de los chicos. Al final resultó que Yoongi vivía cerca de la misma dirección que Jimin.
Jungkook caminaba a paso lento siguiendo silenciosamente al mayor. Taehyung tenía sus manos en los bolsillos en la chaqueta negra que solía usar frecuentemente. El pelinegro a veces lo miraba discretamente porque quería entablar alguna conversación con él sin embargo las palabras no salían de su boca.
–No vayas tan lejos –Dijo el mayor en forma de orden.
Rápidamente Jungkook lo alcanzó para poder caminar a su lado. Lo miró de reojo y el castaño lo sintió inmediatamente. Fueron tres segundos que se quedaron en ese estado cuando el menor optó por evadir su mirada.
–Deberías terminar tus estudios –Mencionó Taehyung cuando ya estaban cerca de la casa.
–No tengo dinero para estudiar y para comer –Se excusó el menor.
–Puedes quedarte en esta casa el tiempo que quieras –Sugirió el castaño.
–Sí, no te preocupes por mí. Ahorraré algo de dinero y veré que puedo hacer en un futuro –Sonrió.
Taehyung digitó la contraseña de la casa dejando pasar primero al pelinegro.
–Puedes trabajar a medio tiempo en mi tienda junto a tu amigo –Sugirió el mayor.
Jungkook lo miró atentamente. ¿Sería correcto? Pensaba, después de todo apenas y se conocían pero parecía que Jungkook estaba aprovechándose de él.
–No te preocupes por mí –Mencionó el pelinegro.
–Es algo que quiero hacer por ti. Aunque a decir verdad, lo estoy haciendo por otra persona –Argumentó el mayor.
Jungkook entonces comprendió que realmente lo estaba haciendo en nombre de esa persona muy importante para él.
–Supongo que tendré que aceptar –Afirmó el menor.
Taehyung se dirigió a su cuarto a preparar las cosas para bañarse. Jungkook no quería quedarse como idiota en el sillón mientras esperaba a que el castaño terminara así que comenzó a limpiar el lugar.
Cuando fue el turno de Jungkook intentó hacerlo rápidamente pues quería dormir lo máximo que pudiera. Los días en el trabajo eran pesados porque no estaba acostumbrado a tantas cosas. Nunca había vivido solo y la falta de sus padres la sentía cuando estaba a solas.
Salió del baño y se dirigió al sillón. Observó nuevamente aquel cuarto que permanecía cerrado. Taehyung no mencionaba nada acerca de esa habitación por lo que Jungkook decidió tampoco mencionar nada de aquel lugar. Se recostó en el sillón, miró como la luz de la luna traspasaba la habitación y cerró los ojos.
La soledad y la luz de la luna lo hicieron recordar que aún extrañaba a su mamá y su padrastro. Cerró los ojos pero una pequeña lágrima se asomó en su ojo izquierdo. La limpió con su mano e intentó dormir nuevamente. Quizás su vida se había vuelto más difícil pero no se rendiría porque eso es lo que sus padres hubieran deseado.
Cerca de la medianoche un ruido lo despertó. A lo lejos escuchaba unos gritos y poco a poco fue recobrando la conciencia. El lugar estaba oscuro aunque algunos rayos de la luna iluminaban la habitación. Cuando despertó completamente se dio cuenta que los sonidos eran sollozos.
Escuchó atentamente para indagar de donde provenían exactamente. Se dio cuenta que los lamentos tenían origen en la habitación del castaño. Se levantó sin hacer ruido y caminó descalzo hacia el cuarto. Pegó su oreja en la puerta para escuchar y oyó como el chico parecía quejarse en sueños.
Jungkook comprendió que el chico estaba teniendo pesadillas y gritaba algunas cosas sin coherencia. Abrió la puerta lentamente pero no estaba muy seguro de si podía entrar a la habitación.
Taehyung daba algunos pequeños saltos y seguía lanzando algunos quejidos. Hobi no te vayas logró distinguir entre palabras. Lentamente se fue acercando al mayor para tranquilizarlo. Palmeó su pecho con toques suaves y acarició su cabello.
No sabía si era correcto haber entrado e invadido su privacidad pero su jefe se veía completamente indefenso en aquellos momentos. Llegó la calma pues Taehyung parecía dormir completamente sereno después de que el menor lo hubiese apaciguado.
Observó su rostro atentamente porque el castaño era una persona preciosa. Algunos cabellos inundaban la pequeña cara de Taehyung. Sus pestañas eran largas pero muy bonitas. Los labios tenían un color rojo con un toque de suavidad. Su piel era prácticamente perfecta y Jungkook tenía muchas ganas de tocarlo.
Se contuvo porque sabía que ya había cruzado bastante la línea. Antes de retirarse acarició una vez más su cabello y salió del cuarto en silencio. Jungkook pensó que detrás de ese porte tan serio que reflejaba el mayor había rastros de tristeza en su interior.
¿Cómo no se había dado cuenta antes?. Dentro del menor surgieron deseos de protegerlo como agradecimiento por todo lo que había hecho por él. ¿Sería correcto? No lo sabía pero tampoco quería dejarlo perderse en su soledad. No lo haría porque él era una persona que le gustaba mucho.