Llegó más temprano de lo usual a Gyeyang, el tren había sido bastante rápido y casi no había hecho paradas durante el camino. Bajó tranquilamente de la estación para buscar un taxi que lo llevara al lugar que deseaba ir.
Hacía frío porque faltaba relativamente poco para que comenzará la época de invierno, y aunque todavía no llegase el castaño sentía que ya se encontraban dentro de ella. Le dio indicaciones al conductor de su destino para después pagarle con una pequeña billetera color café que tenía.
Pronto se encontró el pequeño camino de cemento que lo guiaba a una especie de capilla que se encontraba del otro lado. Durante la época de primavera, el paisaje hubiese estado rodeado de flores amarillas pero en esta época solo algunas se dejaban ver.
El lugar estaba en Incheon y se encontraba cerca de un mar. Era una zona que se había vuelto especial para los chicos con el tiempo debido a que en su época de estudiantes era visitado frecuentemente por ellos. Llegaron a participar como representantes de su escuela en concursos regionales siendo los más talentosos y resultando victoriosos numerosas veces.
Podría decirse que este lugar guardaba los recuerdos más preciosos que habían creado durante sus días de juventud. Precisamente ese era el motivo por el cual desde un principio todos lo habían acordado mutuamente, aquel lugar sería su lugar de descanso en algún futuro.
Tenían la ideología que todo sería armonía aunque fueran tiempos diferentes. Debido a que el cielo seguiría siendo el mismo a pesar de todo y los recuerdos seguirían plasmados en el sitio, al igual que también lo estarían en sus corazones.
Camino hasta aquel lugar cuando un ligero aroma a almizcle inundó por completo su nariz. Entró con cuidado sacándose los zapatos en el proceso mientras buscaba un encendedor en su bolsillo.
Prendió el incienso que cargaba consigo inundando el cuarto con aquel aroma suave y enigmático olor. Sin embargo cuando observó la fotografía del chico se quebró por completo en lágrimas. Con trabajos colocó el objeto en el centro donde un plato reposaba porque las lágrimas le impedían ver correctamente.
No importaba cuánto tiempo pasase, aquel chico resplandecía en aquella fotografía. Su rostro con el pasar de los años seguía siendo el mismo y el único que cambiaba con el tiempo era Taehyung. Sus recuerdos seguían estancados justo como la sonrisa del chico mientras las estaciones seguían pasando como si no supiesen de su dolor.
Taehyung se limpió las lágrimas con dificultad haciendo una reverencia perfecta al mismo tiempo. Cerró los ojos, apretando sus labios con firmeza y mordiendo el labio inferior con fuerza. Sintió como el aire hacia sonidos tranquilizadores por fuera soplando susurros suavemente.
–Lo siento –Pronunció con dificultad.
Su boca estaba seca y los labios los sentía partidos debido al frío.
–Quise venir antes… Y-yo tan solo no pude –Siguió hablando.
Justo como explicaba el chico, el mes anterior había sido la fecha de conmemoración de Hoseok pero él no había podido visitarlo porque una noche antes Jungkook había llegado a su hogar.
Los chicos por lo regular lo visitaban en diferentes días para no dejar descuidado el negocio por lo que solamente Taehyung lo visitaba específicamente ese día. Precisamente por eso aquel día ellos se habían sorprendido tanto de verlo ir a trabajar y sobre todo porque traía consigo a un chico nuevo.
Por respeto ninguno mencionó nada al respecto, el castaño además estaba consciente de que ellos esperarían hasta que él fuera el primero en visitarlo antes de hacerlo ellos. Deseaba haberlo hecho antes pero también quería que Jungkook se adaptara al lugar pues él no tenía la culpa de sus problemas, también lo había incitado a retomar sus estudios porque así lo sentía correcto.
Frente a su retrato había tantas cosas que quería explicarle pero le resultaba imposible saber como comenzar. Como solía hacerlo, junto a su presencia se quedaba en silencio, sin oportunidad de articular palabras porque no sabía como expresarse.
Se preguntaba, ¿cuándo sería todo menos doloroso?. Pero su corazón era muy necio y él mismo presentía que quizás nunca dejaría de sentir ese opresión en su pecho. Lo que él no sabía porque tal vez se había negado a ver las cosas claramente o realmente no se había dado cuenta, algo era diferente esta vez.
Todo se debía a ese chico que llegó de manera silenciosa a su vida. Su aparición fue tan repentina que el chico ni siquiera se había dado cuenta de sus propios cambios. Quizás el castaño todavía no lo había notado pero al menos el aire que le rodeaba sí lo había hecho. Incluso los demás chicos ya lo habían hecho, aunque sería un proceso mucho más difícil que el mismo notara los cambios.
Se quedó durante un rato más haciendo una silenciosa ceremonia oyendo como los árboles murmuraban fuera de la capilla. Las lágrimas se habían aplacado pero aún sentía esa incomodidad en su corazón.
Al final salió de la pequeña capilla aún sintiendo las lágrimas secas en sus mejillas. Miró hacia atrás esperando la respuesta de alguien pero por supuesto eso era algo que no pasaría. Se retiró del lugar sintiendo como una suave brizna lo mojaba dulcemente como si le hiciese una despedida.
Aunque le dejó una nota a Jungkook para que no lo esperara para el desayuno, sabía que debía ir a trabajar para no preocuparlo. El chico no sabía sobre sus problemas internos, ni tampoco esperara que lo hiciese por lo que tenía que regresar como si nada.
Cuando Jungkook despertó se encontró con un pequeño papel sobre la mesa. Suspiró porque esta vez desayunaría solo, así que terminó tomando un vaso de leche antes de ir a su escuela porque odiaba la sensación de soledad.
Como se lo esperaba el pelinegro, el día había sido muy largo sin haber visto a Taehyung durante toda la mañana. Así que se encontraba esperando que las clases pronto acabasen para ir a trabajar con Jimin a su lugar favorito,Le Beau Rose .
Cuando por fin acabaron, corrió hacia la salida de manera desesperada. Entre risas, Jimin lo alcanzó tomándole de la mano para hacerlo juntos. Jungkook lo miró con una sonrisa mientras pensaba que su amigo a veces era demasiado con él.
No le tomó mucha importancia por lo que terminó entrelazando sus dedos con el castaño. Tampoco esperaron mucho tiempo porque el autobús que los llevaría al café llegó casi al instante.
Durante el camino Jimin compartió sus audífonos con el menor para ir escuchando música juntos. El chico como recompensa, buscó recostarse en su hombro para dormir un rato mientras Jungkook miraba el paisaje que recorrían en el camino.
No tardaron mucho tiempo en llegar, cuando lo hicieron fueron recibidos por Yoongi mientras observaba como su amigo Jimin lo veía de manera atenta. Quizás fuera su imaginación pero intuía que algo pasaba entre ellos aunque no tuvo tiempo de imaginar que podría ser cuando el rubio habló interrumpiendo sus pensamientos.
–Taehyung te busca –Le dijo a Jungkook antes de regresar a su lugar.
Jimin suspiró antes de dirigirse a cambiarse de ropa. Cosa que Jungkook también imitó porque estaba algo ansioso por lo que le diría el mayor.
Cuando termino de hacerlo, se paró frente a la puerta tocando tres veces. Escuchó una respuesta afirmativa en su interior, así que antes de girar la perilla respiró profundamente y tomó el valor para entrar a la oficina con mucha inquietud.
Del otro lado del escritorio se encontraba Taehyung leyendo algunos papeles que estaban regados por toda la mesa.
–Toma asiento –Le indicó señalando con una mano.
Ya había pasado un mes desde que entró a trabajar a Le Beau Rose por lo que Taehyung le había llamado para entregarle su primer sueldo. Lo recordó después de la nota que había leído del mayor en la mañana, así que nada más al entrar a su oficina un mar de nervios lo inundaron por completo.
Nunca había entrado a ese lugar ni tampoco había recibido un sueldo por algo que hiciera bien. Aunque en realidad el sueldo era quincenal, el pelinegro le había pedido al mayor que lo guardara para no sentir la tentación de gastarlo en algo inútil.
Tomó asiento frente a su jefe mientras lo miraba leer algunos documentos. La luz que tenía adentro del cuarto era muy tenue pero le hacía sentir una sensación de calidez. Miró su rostro detenidamente, realmente el castaño se veía muy bien leyendo lo que sea que estuviera leyendo.
Algunos segundos después notó el rostro del mayor pálido y cansado. Imagino que se debía al cansancio acumulado de los últimos días aunque tenía esa pequeña sensación de que no era realmente por eso. Después de un rato Taehyung sintió la mirada del chico y alzó su vista para mirarlo también. Jungkook solo atinó a sonreírle tímidamente para luego voltearse hacia otro lado.
–Aquí tienes –Dijo acercándole un sobre.
Jungkook lo tomó con ambas manos mientras hacia una pequeña reverencia al joven frente suyo. Observó el sobre entre sus manos con algo de emoción e imaginaba que podría hacer con el, pensamientos que posteriormente fueron esfumados por completo después de recordar que tenía que ahorrar para buscar un apartamento donde vivir.
Salió de la habitación no sin antes mirar al chico que seguía leyendo aquellos documentos. De no ser porque lo había visto tener pesadillas y llorar durante las últimas noches a escondidas, pensaría que era una persona fuerte y sin nada que temer. Ahora solo lo veía frágil e indefenso, con ganas de protegerlo de todo mal aunque fuese tan sólo por un segundo.
Como el menor lo había presentido, Taehyung se encontraba cansado. Años anteriores faltaba cuando iba a visitar a Hoseok porque siempre terminaba muy cansado emocionalmente. En su intento de no preocupar a Jungkook, fue a trabajar pero se sentía débil mientras lo hacía.
Arregló algunos papeles mientras releía otros, sabía que aún tenía muchas cosas por hacer hacer y no llevaba ni la mitad pero su cuerpo no se sentía nada bien. No tenía muchas fuerzas por lo que decidió que arreglaría solo alguna parte antes de retirarse.
Definitivamente no podía trabajar de esa manera porque ni siquiera tenía conciencia de que las cosas las estuviera haciendo bien. De alguna manera sabía que los chicos lo comprenderían, el único problema era Jungkook quien no sabía nada y podría imaginar cosas que no. Suspiró porque se sentía inútil de esa manera pero al final no podía hacer nada. Era débil, él mismo lo sabía porque si se trataba de Hoseok él siempre era frágil de mente.
Salió del cuarto bastante agotado. Los chicos notaron enseguida el rostro pálido de Taehyung pero ninguno se sorprendió. Al menos los mayores, porque tanto Jimin como Jungkook se notaban preocupados por el chico.
Yoongi y Namjoon se acercaron inmediatamente a él porque Jin se encontraba dentro de la cocina preparando algunos postres. Taehyung sentía que todo le daba vueltas así que con bastante dificultad logró pronunciar palabra.
–No me siento muy bien, creo que por hoy los dejo chicos –Les explico a los mayores.
–No te preocupes Taetae, nosotros cuidaremos el lugar –Contestó el más alto acariciando su cabello.
Era raro que Taehyung no se hubiera tomado el día libre justo en su conmemoración, y todavía más raro que trajera a ese chico a su lado. Todo eso había recaído un mes después. Aunque todo esto lo había hecho porque quería que Jungkook se adaptara lo más pronto posible al lugar, sin embargo su cuerpo ya no lo soportaba.
El chico ya había recogido sus cosas por lo que solo le quedaba despedirse de los demás y retirarse del lugar. El corazón de Jungkook se estremeció porque quería ayudarlo pero tenía deberes.
Afortunadamente sus palabras fueron escuchadas porque Namjoon le dijo –¿Puedes acompañarlo a casa? –Cuando el castaño se metió a despedirse de Jin.
–Por supuesto –Sonrió ante la orden.
Al poco rato salió el mayor con la misma expresión de antes. Jungkook le avisó que lo acompañaría a casa y el chico solo asintió ante sus palabras. Caminaron en silencio porque el pelinegro no quería perturbar la tranquilidad de aquel joven. Cosa que él agradecía porque no tenía muchas ganas de hablar con alguien.
Durante el camino, el menor intentó relacionar algunas cosas pero tampoco quería decir algo en concreto. Sabía que Taehyung había tenido una persona muy importante en su vida pero por alguna razón ya no estaban juntos, esto afectaba de sobremanera al castaño aunque no sabía el verdadero motivo.
Pronto llegaron a la casa del mayor y se despidió de él apresuradamente porque tenía que volver al café. De esta manera Taehyung se quedó completamente solo.
Entró a su cuarto para dormir durante un rato pero no lograba conciliar el sueño. Decidió que mejor iría al cuarto que antes compartía con Hoseok para descansar un rato ahí.
Abrió la puerta un poco indeciso y se recostó. La cama con el tiempo había perdido el aroma que Hobi había impregnado en ella. Se lamentó que no existiera algo que guardara su esencia por más tiempo.
A pesar de ello, se sentía cómodo y daba la calidez que siempre había sentido en ella. Cerró los ojos para dormir un rato porque eso era lo que más le faltaba en estos momentos para sentirse mejor.
Cuando Jungkook regresó al café, vio que Yoongi estaba desocupado haciendo algunas cosas en su celular. Se asomó curioso al ver que tenía una aplicación que se parecía mucho a lo que usaban los artistas para componer. El mayor sintió al chico frente a él y al instante giró su rostro ante su mirada expectante.
–Hyung, ¿podemos hablar? –Preguntó apenado.