Yoongi asintió levantándose del lugar donde se encontraba y Jimin solo los miró cuando pasaron junto a él. Ambos se dirigieron al cuarto de vestuarios para poder hablar con tranquilidad.
Jungkook se sentó en el suelo indicándole al rubio que repitiera su acción. El mayor resopló pero imitó lo que había hecho el pelinegro sentándose a una distancia prudente. El menor sintió que estaba muy lejos y se movió ligeramente para acortar la distancia.
–Estoy preocupado por Taehyung-hyung –Soltó el chico.
Yoongi lo miró con vacilación. Por un lado quería explicarle lo que ocurría con el castaño pero sabía que a pesar de ello, sus labios debían permanecer sellados ante tema tan delicado. Dejó que el pelinegro continuara con su historia.
–Sólo quiero confirmar algo –Musitó –Él está sufriendo todavía por esa persona, ¿cierto?.
Dedujo que el menor no sabía la historia completa pero tenía una idea muy vaga de la situación. Jungkook tragó saliva cuando por fin sacó lo que tanto había guardado en su corazón porque hace tiempo que lo presentía.
No quería preguntar directamente pues decidió esperar a que el mayor le explicara a detalle la situación por sí mismo aunque no podía evitar sentirse ansioso cuando pensaba acerca del tema.
Sin embargo resultaba casi imposible no imaginarse la situación cuando había mencionado querer cuidarlo por alguien y de alguna manera siempre se veía lejano a los chicos. Sabía que existía un lazo muy fuerte entre ellos, así como el que tenía con Jimin pero había algo diferente.
El aura que rodeaba a Taehyung era solitaria, como si se hubiese encerrado en su propio mundo negándose a salir de él. Algo que percibía mucho más fuerte cuando lo veía tener aquellas pesadillas, era doloroso verlo de esa manera peor lo único que podía hacer era acallarlas de alguna manera.
–Estás en lo correcto –Respondió el rubio.
–Quiero esperar, es solo que no puedo evitar preocuparme –Confesó.
–Y estoy agradecido que pienses de esa manera –Acarició su cabello.
El mayor dudó antes de continuar pero de todos modos se armó de valor para hacerlo.
–Es lo mismo con Park –Resopló.
–¿Park? –Cuestionó el menor.
–Los golpes… –Habló.
El pelinegro lo miró sorprendido, no esperaba que el chico estuviera preocupado por su amigo. No le respondió y solo asintió con su cabeza, dando a entender que era la misma situación para ambos. Los dos debían esperar a que alguno pronunciara palabra frente a ellos del tema.
Los chicos comenzaron a limpiar el lugar después de que terminara su jornada. El menor era el que más se apresuraba en hacer las cosas para poder ver a Taehyung. No había dejado de pensar en él durante todo el día y lo único que quería saber era si se encontraba bien.
Cuando al fin terminaron de hacer las cosas el pelinegro fue el primero en despedirse. Estaba indeciso si correr o caminar era lo más adecuado pero concluyó que caminar era lo más prudente. Caminaba con un paso acelerado porque lo único que estaba en su mente era el dueño del lugar.
Tecleó los números lo más rápido que pudo para entrar a la casa del chico. Entró con mucho cuidado al lugar que estaba en completo silencio. No se oía que alguien estuviera dentro así que buscó en la habitación del mayor para asomarse un poco.
Se sobresaltó cuando oyó la puerta contraria abrirse quedándose inmóvil. De la otra habitación salió el mayor algo agotado. El chico ni siquiera notó su presencia así que intentó gatear lentamente hacia la sala para poder saludarlo debidamente. No quería ser muy ruidoso pero para su mala suerte su pie chocó con una mesa que estaba cerca de la pared.
El menor se quedó pasmado al ver como un florero vacío caía de la mesa que había movido. No se había dado cuenta de la existencia del mismo ni tampoco de la mesa. Cerró sus ojos esperando el impacto del objetó sobre su cabeza pero algo lo protegió del golpe.
Taehyung se despertó con un mejor humor y pensó que saldría a comprar algo de cenar para Jungkook. Era su manera de agradecerle que en las mañanas el joven le hacia su desayuno.
Salió de la habitación algo desorientado, producto de haber dormido tanto. Inmediatamente oyó un golpe seco frente a él, miró al joven que se encontraba en el suelo y el florero a punto de caerle encima.
Todo fue tan rápido, pero el mayor había podido responder con rapidez.
–¿Qué haces ahí? –Pronunció el mayor envolviéndolo entre sus brazos.
El florero cayó a su lado rompiéndose en pedazos. Taehyung cubrió su propio rostro y el rostro de Jungkook. Debido a esa cercanía podía oler el aroma de Taehyung y eso puso muy nervioso al menor.
–Quería saber si te encontrabas bien –Se sonrojó porque aún se encontraban abrazados.
Taehyung se separó del cuerpo, consciente de que la cercanía había sido muy repentina para ambos. Después se levantó y ayudó al chico a incorporarse.
–¿Te encuentras bien? –Preguntó el mayor.
Jungkook solo asintió.
Después ninguno dijo nada. Solo que Jungkook miró hacia la dirección de donde había salido el castaño. El chico también lo notó pero no pronunció palabra hasta que el menor habló.
–Ese cuarto… –Dijo.
Jungkook no había querido preguntarle. Justo hace algunas horas decidió que esperaría que el chico le explicara o por lo menos le tuviera la confianza necesaria pero su boca lo soltó inconscientemente. Se culpó a si mismo pero el daño estaba hecho, agachó su mirada pero luego se armó de valor porque las palabras ya estaban dichas.
Apretó sus labios intentando mirarlo a los ojos pero fue demasiado para él. Simplemente volvió a mirar al suelo esperando a que el chico lo regañara o ignorara. Lo que pasara primero.
Sin embargo dentro de Taehyung habían varios estragos mentales, por un lado quería contestarle que no era de su incumbencia porque todavía era un tema muy delicado para él mencionárselo. Por otro lado, era extraña la sensación porque junto a su presencia era débil.
Es como si quisiera protegerlo, contarle todo, confiar en él. Jungkook era ese tipo de persona que querías simplemente porque existía. Es lo mismo que le paso a Taehyung porque al ver su rostro tan frágil lo hizo dudar de sus anteriores pensamientos y solo atinó a decirle suavemente.
–Ese cuarto es muy importante para mí –Dijo con algo de dificultad.
El pelinegro no preguntaría más, por hoy había sido suficiente con su error y agradecía profundamente que Taehyung no se enojara por su curiosidad.
–Yo limpió el desastre que provoqué –Le sonrió.
Otra sonrisa que por primera vez Taehyung notó diferente. Es decir, lo había visto sonreír algunas veces y también había notado esa mirada profunda que tenía. Sin embargo, esta vez todo era diferente. Quizás se estaban volviendo más cercanos sin que el mayor se diera cuenta pero tampoco sabía si eso le gustaba o no.
Todavía se preguntaba como lo lograba. Como ese chico podía seguir sonriendo a pesar de todo lo que había sufrido y porque él no podía ser igual. Dejo que el chico limpiara las cosas para luego él meterse a bañar e irse a dormir.
Con las luces ya apagadas, Jungkook se recostó en el sillón para dormir por fin después de su día tan ajetreado. Por primera vez sintió que su vida no era tan mala, es cierto que extrañaba a sus padres pero también sabía que por ellos debía salir adelante.
Además aún estaba Jimin su amigo de la infancia y ahora también estaba Taehyung, el chico que le había ayudado en sus momentos más difíciles. Cerró sus ojos después de sonreír internamente porque creía que tal vez sus padres lo observaban a lo lejos y ellos lo habían puesto a lado del mayor para que lo cuidara.
Nuevamente a la medianoche un ruido lo despertó. Esta vez no se sorprendió porque conocía de quién provenían los ruidos. Se levantó del sillón para acercarse a la puerta del chico que probablemente tenía una pesadilla.
Abrió la puerta con lentitud y entró a la habitación con bastante sigilo. Efectivamente Taehyung se estaba retorciendo en la cama, sudando y agarrando las cobijas con fuerza. La luz de la luna lo permitió visualizar el rostro del castaño a todo su esplendor.
Algunas lágrimas resbalaban de su rostro y decía cosas incoherentes. Distinguió las palabras Hobi y te extraño que salían de sus labios. Por fin comprendió que Hobi en realidad era un apodo hacia alguien muy especial para él. ¿Sería la misma persona de la cual le había hablado anteriormente? No lo sabía pero tenía la sensación de que así era.
Se acercó a su pecho para palmearlo con suavidad. Jungkook era muy bueno tranquilizando gente o eso es lo que le decía Jimin. La presencia del menor logró que el chico se relajara por completo.
Miró su rostro una vez más, y vio como una lágrima caía de su frágil rostro resbalando por toda su mejilla. Tomó el valor suficiente para limpiar aquellos rastros de lágrimas con sus dedos de manera delicada. Taehyung se sobresaltó un poco pero siguió dormido.
Jungkook se paralizó por el movimiento del mayor pero cuando vio que seguía profundamente dormido siguió con su labor. Ese chico era completamente perfecto viera por donde lo vieras.
No sabía si era correcto pero le gustaba mirar ese rostro cuando la luna lo tocaba. Sabía que había suficiente y tuvo que salir del lugar una vez más. No tenía idea de cuantas veces tendría que hacer esto aunque no le molestaba en absoluto. Si podía tranquilizar el corazón del joven a pesar que solamente fuese momentáneo. Él lo haría sin dudarlo porque después de todo, lo veía como su ángel guardián.
Antes de cerrar la puerta por completo miro al chico recostado en la cama. Algunas sabanas se enredaban suavemente entre sus piernas y él parecía tan indefenso en aquella posición. Quería abrazarlo pero mejor escondió esos deseos antes de cerrar la puerta.
El sueño de Taehyung no había sido agradable, en él se repetían los sucesos de aquel accidente como si de una película se tratase. Desde que le anunciaron la noticia hasta el momento del funeral.
Después todo se volvió oscuro, un pequeño halo de luz se asomó a lo lejos. Distinguió a la perfección el contorno de aquel cuerpo. Al final de ese camino se encontraba Hobi, quién solo le sonreía.
Ambos se miraron como dos almas que se reencuentran después de mucho tiempo. Taehyung le sonrió pero Hobi no le devolvió esa sonrisa. Simplemente acercó su mano para acariciar su cabello pero detuvo su toque. Estaban en planos diferentes y no podía tocarlo, ambos lo sabían.
Hobi después esbozó una sonrisa cuando miró algo hacia atrás. Taehyung también intentó voltear hacia la misma dirección pero el castaño hizo con un gesto que no lo hiciera. Él se quedo confundido ante aquella expresión pero no dijo nada, mientras pudiera verlo nada le importaba.
Obedeció la orden de Hoseok y se quedo inmóvil. Fueron algunos segundos los que se miraron. O eso sintió Taehyung porque para él nunca era suficiente verlo, el tiempo siempre jugaba en su contra y pasaba demasiado rápido. Los ojos de Taehyung reflejaban una tristeza total cuando lo miraba.
Con su rostro intentó decirle lo mucho que lo extrañaba pero Hoseok le brindaba una mirada de completa paz y tranquilidad. Sentía las lágrimas que caían de su rostro pero ni siquiera le importaban. Quería tocarlo aunque sabía que no podía hacerlo. Era doloroso tenerlo frente a él y no poder sentir su calor.
Después de un rato, Hoseok comenzó alejarse del lugar. Taehyung le gritó que se detuviera pero parecía que no lo escuchaba. La velocidad de Hobi era más rápida de lo que las piernas de Taehyung podían resistir.
Comenzó a llorar a gritos persiguiéndolo pero él solo se alejaba del menor como si no lo escuchara. Al poco rato cayó de rodillas intentando levantarse nuevamente pero alguien lo abrazo por la espalda.
Sintió la calidez de esa persona e intentó mirar quien era pero no alcanzó a distinguir su rostro. El cuerpo lo abrazó con mucha fuerza y Taehyung respondió ante tal acción tomándole de la mano. Lloró más fuerte aún gritando el nombre de su amado, después aquel cuerpo lo apretó con mucha más fuerza. Tal vez Taehyung no lo sabía todavía pero ese chico también sería su ángel guardián.