Jugueteaba distraídamente con las fichas de uno de sus pacientes a la vez que pensaba en todas las cosas que debía hacer y que debería dejar de perder el tiempo, pero no podía concentrarse demasiado en lo que hacía, estaba frustrado, lo habían regañado un montón de veces y por más que lo intentaba volvía a desconcentrarse y equivocarse en algunas cosas. Se había tenido que quedar haciendo horas extra en varias ocasiones para poder terminar correctamente su trabajo, pero cuando había decidido retomar lo que estaba haciendo, el sonido de su celular lo saco de sus pensamientos, miro la pantalla de su celular y sonrió con nostalgia, allí estaba la razón de su poca concentración, pero por más que el aparato vibrara en su mano no era capaz de contestarle, sabía que estaba siendo cobarde, pero no podía enfrentar a Wonsik, no con su mente echa un lío ¿Qué le diría una vez hablara con él?, sabía que el menor le pediría una explicación y él no sabría qué excusa darle para que sonase medianamente convincente, ni si quiera él tenía una excusa para justificar por qué no contestaba sus llamadas, o quizás muy en el fondo si lo sabía, pero no quería admitirlo. Tenía miedo, tenía miedo de volver a sentir todas esas sensaciones que le provocaba Wonsik, él se había esforzado en creer era algo que estaba superado y que ahora que estaba con alguien más no sentiría nada más por él, pero sentía pánico de darse cuenta que estaba equivocado.
No quería agregar más cosas al lío que tenía en su mente en esos momentos.
-El sonido me está crispando los nervios, mejor deja de ignorar ese teléfono y contesta– Dijo Byunhee, su compañero de práctica, por lo que decidió contestar.
-Pensé me seguirías ignorando –
-No te estoy ignorando – Murmuro y su compañero lo miro alzando una ceja – Estoy ocupado –
-Lamento interrumpirte, ¿Hay alguna hora en la que pueda llamarte? –
-Realmente estoy muy ocupado estos días, no creo sea posible –
-¿En serio? – Wonsik suspiro - Hay algo de lo que quiero hablar contigo, llámame cuando tengas tiempo, claro, si es que tienes tiempo para hablar conmigo, por lo visto prefieres ignorarme– Dijo Wonsik antes de colgar. No lo culpaba por enojarse, ¿Cómo iba a hacerlo? Él había estado las últimas semanas ignorándolo y sabía que era demasiado evidente, no era normal que alguien estuviese ocupado las 24 horas del día y por más ocupado que estuviese siempre tendría un pequeño momento para hablar con alguien si así lo deseaba.
-Qué bueno que ese chico no puede verte, seguramente se sorprendería de lo muy ocupado que estás – Dijo sarcástico.
-Qué fastidioso eres, me recuerdas a un amigo – Dijo Taekwoon frunciendo el ceño, Hongbin y Byunhee tenían un carácter realmente similar, tanto que le frustraba.
-¿Acaso tu noviecito no te deja hablar con nadie más? ¿Por eso ignoras tanto a ese chico? –
-¿Qué te hace pensar eso? – Preguntó sorprendido, era la primera vez que Byunghee cuestionaba de ese modo sus acciones. Él no ignoraba a Wonsik porque alguien se lo hubiese prohibido, si no que era todo lo contrario, no quería mandar al diablo lo poco que llegaba con Jaehwan, ahora que todo parecía ir de maravilla con él.
-Vamos, de las veces que ha venido a buscarte nos mira con ganas de matarnos, he llegado a pensar que un día de estos me saltará encima gritando que eres suyo –
-Estás exagerando –
-La verdad es que sí – Byunghee sonrió y Taekwoon le miró frustrado – Aunque en verdad nos mira como si quisiera alejarnos de ti –
-Mejor sigue en tu trabajo – Dijo Taekwoon centrando su atención en lo que le faltaba por terminar.
Desde que Wonsik se había ido a Londres parecía ser como su mundo se desmoronaba por completo, le había realmente difícil fingir que todo estaba bien, aunque su mentira no había durado mucho, en su momento lo había hecho para no preocupar a su familia, pero era imposible disimular todo el dolor que sentía, el hecho que el rubio se fuera a Londres parecía haber sido el causante de que alegría se esfumara, había bajado su rendimiento en la universidad, le costaba trabajo levantarse, no comía lo suficiente y le costaba conciliar el sueño (Sabía que hubiese sido peor de haber seguido viviendo en el departamento de ambos, por lo que Wonsik le había dicho que volviese a casa de sus padres, así no se sentiría tan solo), lo extrañaba de una manera en la que nunca pensó extrañaría a alguien, pensó que un año no se le haría tan difícil, pero se había equivocado. Siempre agradeció el esfuerzo que su familia había hecho para enviarlo a Londres con él, había conocido el entorno en el que vivía y a alguna de sus amistades y eso era suficiente para estar tranquilo, sentía que todo su esfuerzo había valido la pena y eso lo tranquilizaba.
Lo difícil había sido volver de Londres, nuevamente había vuelto a experimentar ese sentimiento de desolación que parecía estar volviéndolo locos, todo eso lo estaba soportando por Wonsik, porque era su futuro y su sueño ¿Pero que había de él?, se preguntaba si alguna vez Wonsik pensó en cómo se sentiría.
Los meses iban pasando y el parecía estar mejor, en una de sus conversaciones por teléfono con Wonsik este le había pedido que por favor no descuidara su salud, que él quería que estuviese bien y la verdad era que él también quería estarlo, no le gustaba ese estado depresivo en el cual parecía estar sumido desde hace meses, pero Jaehwan había aparecido en su vida como un rayo de luz en la oscuridad, lo hacía olvidar sus penas mientras estuvieran juntos y de apoco su ánimo había mejorado considerablemente, le gustaba estar con él, le gustaba esa actitud tan espontanea que tenía y como parecía aligerar todo con una de sus sonrisas y bromas. Realmente le gustaba ese chico y cuando este a modo de broma había dicho que deberían salir, él había aceptado intentarlo.
No podía evitar sonreír al recordar cómo había conocido a Jaehwan, había sido en un trabajo de medio tiempo que había conseguido para promocionar una marca de caramelos, ese chico siempre iba al supermercado en el que trabajaba y lo había visto un par de veces a lo lejos, le llamaba la atención lo bullicioso que era, pero no fue hasta que se acercó a comprar de los caramelos que el ofrecía y con una facilidad impresionante se encontraba hablándole como si lo conociese de toda la vida, había seguido yendo a comprar aquellos caramelos y un día se atrevió a invitarlo a salir.
Se habían seguido viendo luego de eso, a pesar de que él había cambiado de trabajo. Había descubierto que Jaehwan estudiaba arte y que su facultad estaba realmente de la suya, por lo que se habían juntado un par de veces luego de terminar sus clases. Llevaba un mes saliendo con Jaehwan y desde hace meses que no sentía tanta felicidad, le gustaba todo aquello que estaba sintiendo, aunque aún no quería apresurarse en tener una relación formal, Wonsik había sido la única excepción que había hecho y por el momento no deseaba hacer ninguna más, una vez le habían dicho que él tenía fobia de tener novio, aunque Wonsik había desmentido aquella teoría, aunque en el fondo no habían estado tan equivocados, él solía decir que no quería enamorarse, que no le gustaba lo que eso parecía hacerle a las personas, generando decepciones y guiándolos a tomar malas decisiones, en su relación con Wonsik se había dado cuenta que no era así, que también entregaba cosas maravillosas, pero él había decidido que no se volvería a enamorar, no quería volver a experimentar lo que había sentido cuando Wonsik ya no estaba a su lado, si bien Jaehwan no parecía conforme con eso, había aceptado. No obstante desde que había comenzado su práctica, se habían distanciado un poco, ya no podían verse con tanta frecuencia, debido a que a veces él quedaba demasiado agotado como para salir, pero Jaehwan lo comprendía y eso le gustaba, aunque le había omitido que gran parte de su cansancio no solo se debía a su práctica, si no que a que Wonsik estaba en la ciudad y él no sabía que era lo que debía hacer.
Aquel día había llegado más cansado de lo habitual, había tenido que asistir a una extensa reunión, donde para su mala suerte lo habían vuelto a regañar por los errores que había cometido hacia un tiempo, por lo que lo único que quería era llegar a su casa y dormir. Cuando llego a su casa no había nadie, por lo que fue directamente hasta su habitación, prácticamente lanzándose sobre su cama desecha, se había levantado tarde por lo que no había podido hacerla. Cerró los ojos por unos segundos disfrutando del aroma que estaba impregnado en sus sabanas, era el perfume de Wonsik, de eso estaba seguro y el saber porque aquel aroma estaba en sus sabanas, en aquel momento no le importaba en lo absoluto.
Siempre amo aquel perfume y el volver a sentirlo lo hacía extrañarlo, en esos momentos más que nunca deseaba tenerlo cerca, quería que lo abrazara y le dijera algo que le confortara, se sintió algo bobo al estar anhelando con fuerza a su ex novio en vez de llamar a Jaehwan y decirle que lo fuese a ver, que había tenido un día difícil, pero no lo haría, le gustaban los abrazos y mimos de Jaehwan, pero no tenían el mismo efecto que los abrazos del rubio. Con Wonsik se sentía seguro, este siempre solía encontrar las palabras adecuadas para consolarlo, siempre decía lo que él deseaba escuchar para sentirse mejor y si eso no resultaba, sus besos y caricias siempre le hacían sentir mejor. Sonrió sinceramente al recordar aquellos momentos, sabía que posiblemente no se repetirían porque él había decidido seguir con Jaehwan, pero no podía evitar sentir una calidez inundar su cuerpo al pensar en ello, con aquel pensamiento fue que se quedó profundamente dormido.
Al despertar parecía tener un peso menos, se fijó que en su escritorio había un regalo y una nota frente a este.
“Pensé que nunca podría verte ni hablar contigo si eso dependía de las veces que me contestaras las llamadas, por lo que decidí ir a verte, incluso me quede dormido esperándote, pero creo que he tenido demasiada mala suerte.
Te traje un regalo de Londres, quería entregártelo personalmente, pero comencé a pensar sería imposible. Espero que te guste.
Wonsik. “
Taekwoon abrió el regalo sintiendo como los ojos se le llenaban de lágrimas, ese idiota, claro que le gustaba el regalo, era un disco que venía deseando desde hace años y que cada vez que lograba encontrar una tienda donde lo vendieran, se encontraba agotado, también venía un llavero y unas figuritas que le habían gustado cuando había estado en Londres. No pudo evitar sentirse culpable, Wonsik siempre estaba pensando en las cosas que lo hacían feliz y él estaba siendo demasiado egoísta.
Vio la hora en su celular y a pesar de ser un poco tarde, se decidió a llamarlo, de lo contrario jamás le agradecería por el regalo.
-¿Diga? – Respondió somnoliento Wonsik
-Wonsik, disculpa por despertarte, quería darte las gracias por el regalo. Me encanto, no sabes lo feliz que me hiciste –
-Sabes que me encanta hacerte feliz – Taekwoon agradeció que Wonsik no pudiese verlo, porque estaba seguro que su rostro estaba completamente rojo y que el rápido latir de su corazón podría escucharse a lo lejos, odiaba la facilidad con la que un par de palabras por parte de Wonsik lo hacían reaccionar de aquella manera.
-Muchas gracias, sólo te llamaba para agrade… - No había podido terminar de hablar porque Wonsik lo había interrumpido.
-Taekwoon, no hay nada que agradecer y antes de que me cuelgues, creo que es importante que nos veamos, necesitamos hablar –
-Te llamaré –
-Taekwoon… - Le llamo a modo de reclamo. Claro que sabía que no lo haría, si había alguien que lo conociese a la perfección además de sus familiares, ese era Wonsik.
-Realmente lo haré, te lo prometo. Tengo cosas que hacer estos días, pero la próxima semana tengo más tiempo-
-Confiaré en tu palabra, ¿No me fallaras? –
-Dejaré de evitarte –
-Eso me tranquiliza, esperaré tu llamado entonces. Buenas noches –
-Buenas noches- Susurro antes de cortar la llamada. Había decidido que no podía seguir evitando a Wonsik, tenía que enfrentar sus miedos y las sensaciones que el verlo le produjeran.
Al día siguiente había quedado de juntarse con Hongbin, se había atrasado terminando un papeleo que tenía pendiente y al llegar al lugar donde había quedado de juntarse con este, se sorprendió al ver a lo lejos que un chico estaba con él, se comenzó a sentir ansioso, el chico estaba de espaldas, por lo que no podía ver con claridad de quien se trataba y cuando estuvo más cerca de ellos sintió como un escalofrió lo recorría por completo al sentir como el chico se reía. Taekwoon podría reconocer esa risa a kilómetros de distancia y sintió que todo su mundo temblaba por completo cuando Wonsik había mirado en su dirección sonriéndole, le faltaba el aire y parecía que todo lo que intentaba creer se estaba desmoronando a sus pies, pero no podía pensar en nada más que en esa sonrisa tan sincera y la felicidad que demostraba su rostro al verlo.
Esbozo una tímida sonrisa a la vez que quedaba frente a ellos. Observo fijamente a Wonsik por unos cuantos segundos, su cabello ya no era rubio, si no que ahora lo llevaba de color negro y estaba peinado hacia el lado, llevaba una camisa de líneas que no le quedaba demasiado ajustada, pero lo que más le llamo la atención era que a pesar de que estuviese sonriéndole en esos momentos, se veía cansado y deprimido y él no podía evitar pensar que era por su culpa.
-Taekwoon – Murmuro Wonsik abriendo sus brazos, invitándolo a abrazarlo y como si fuese un imán, él no tardo en corresponder el gesto. Era tan cálido, no importaba los años que pasaran, siempre se sentía tan bien entre sus brazos, no se había dado cuenta hasta ese momento de lo mucho que había añorado estar así y se arrepentía no haberlo visto antes. – Pensé que ya no alcanzaría a verte –
-¿Qué haces aquí? – Preguntó curioso, sin intentar sonar demasiado pesado.
-Tengo algo que hacer cerca de aquí y Hongbin me dijo que lo acompañase hasta que llegaras, así aprovecharía de verte un poco, aunque ya es hora de que me vaya –
-Oh – Fue todo lo que pudo salir de sus labios y por unos segundos lamento no poder estar junto a él por más tiempo y se sintió ridículo.
-También estoy ocupado, para que no sientas que eres el único que no tiene tiempo - Dijo bromeando a la vez que hacia un gesto con la mano, restándole importancia y Taekwoon agradeció que no se lo reprochara, aunque sabía que no salvaría de que Hongbin si lo hiciera cuando Wonsik se fuera – Esto no cuenta como nuestra salida, así que esperaré tu llamado, no seas tramposo –
-Te llamaré -
-Nos vemos entonces – Dijo para luego despedirse de Hongbin dándole un beso en la frente y a él solo le hizo una señal con la mano, se sintió descolocado por unos segundos, tenía una guerra interna en su cabeza, porque no, no podía estar deseando que Wonsik también se despidiera de él con un beso, aquello era absurdo y más absurdo era sentir que nada entre ellos había cambiado en lo poco que había durado aquel encuentro.
Lo había visto alejarse, sintiendo cada vez más ganas de concretar aquella salida y poder estar con Wonsik un poco más, sabía que su mente sería un verdadero caos luego de eso, pero no importaba, nada importaba mientras él estuviese allí.