En un mundo donde existe la magia y criaturas fantásticas, es común ver un clima tan cambiante y sin sentido, de repente a Fairy Tail lo azoto una tormenta de nieve, esto sin duda alegro mucho a Gray, en parte porque este era su estado climatológico favorito, pero más entusiasmado estaba porque en estas circunstancias Natsu no se podría ir y se quedaría por esta noche.
“Que sea un mago de fuego no significa que no soporte el frio, al contrario soporto muy bien las bajas temperaturas” Dijo con calma, Gray noto indignación.
Le informaron que debía quedarse en el castillo, Freed le explico que no era no una tormenta normal, por causas de seguridad los caminos son cerrados y nadie tiene permiso de salir de casa para nada, una persona normal moriría congelado al instante, probablemente Natsu solo llegaría a la mitad de su camino.
Una vez que Natsu acepto por completo quedarse, Freed les ofreció tomar el Té en el jardín que hay dentro del castillo, tiene techo de cristal así que se podía ver el cielo estrellado, sino fuera por la ventisca claro.
Un jardín hermoso, deliciosos postres y un sonido que se asemeja a la lluvia, sería un momento muy romántico para una bella pareja, pero Freed tenía un trabajo y ese era no dejar solos a esos dos, no debía, sabiendo de los sentimiento del Principe, es peligroso que algo llegara a ocurrir entre ellos dos.
Pero Freed es una persona importante y necesaria en lo se refiere a los asuntos del reino, y justo ahora había surgido un problema que requería su solución y presencia cuanto antes, ahora se arrepentía de su idea de ir al jardín, todo era muy bonito pero la presencia de un tercero lo cambiaba todo, pero ahora eso ya no era problema.
El consejero salió disparado a ver qué pasaba y solucionarlo lo más pronto posible y volver con los chicos, solo esperaba que Gray pensara muy bien lo que hacía, que no olvidara quien es y cuál es su deber. Tal vez estaba exagerando pero en cuestiones de amor solo hace falta una acción y poco tiempo para caer en el.
Gray estaba muy feliz y aun no sabía porque, pero en ese momento no le importaba, ahora que Natsu poco a poco volvía ser él y Freed se había ido dejándolos solos, podría provocar que Natsu explotase de nuevo, había comprendido que cuando se molestaba drenaba un poco de magia, así había sucedido en su primer encuentro, es por eso que sintió la necesidad de verlo de nuevo, nunca había sentido esa sensación con nadie más y le atribuyó a que Natsu era la primera persona que le había discutido con rabia y pudo sentirla, le agradaba la sensación que le transmitió aquella vez, estaba seguro que había leído en alguna parte sobre este fenómeno, pero como no le importaba nada ahora, lo dejo a un lado.
Sería muy raro insultarle sin razón aparente, así que opto por preguntarle más de su vida, concretamente sobre Erza, ya que había notado un ligero temblor en Natsu al mencionar su nombre. Es lo que provoca Erza en la mayoría de la gente, recordó una ocasión en que un Joven que lo recuerda su nombre, Lok la acosaba, y cuando este le robo un beso Erza lo golpeo hasta la inconciencia, no se volvió a ver a Loki jamás.
“Cuando Erza aún estaba aquí yo tenía cuatro años pero la recuerdo muy bien, yo le llamaba bruja malvada, no se contenía para nada en ese entonces conmigo, y un día sin decir nada se marchó de Fairy Tail, ¿Cómo está?”
“Una vez Erza me conto…”
Hermosa y poderosa, la Maga más fuerte actualmente y apodada como Titania, ella era Erza Scarlet, su apellido no era suyo, la habían nombrado así por su brillante cabello rojo, trabajaba para el rey de Fairy Tail como guardaespaldas, pero un día desapareció sin decir su paradero, esto se consideraba como traición pero el reino no hizo nada en contra de ella, así Erza inicio su viaje tranquila, es lo que quería tranquilidad, estar sola y preocuparse solo por sí misma, así fue hasta que se encontró con chiquillo de seis años, pensó en ignorarlo pero el aura que emanaba le llamo la atención y le siguió por un tiempo. Al poco tiempo descubrió que se llamaba Natsu Dragneel.
El niño seguía su camino a paso feroz, se podía sentir su rabia a kilómetros y por eso mismo no notaba nada a su alrededor, pasaron diez días que no se daba cuenta que le seguían, mismo que Erza decidió confrontarlo, sentía mucha curiosidad por el chiquillo, le recordaba a alguien además.
Solo parándose en frente y bloqueándole el camino el niño noto a Erza, Titania no alcanzo a decirle nada y Natsu ya se le venía con un puño de fuego con el objetivo, dicho por el, de apartarle de su camino, Erza se sorprendió del tipo de magia de Natsu pero eso no la distrajo y de un solo golpe derribo al niño dejándolo inconsciente.
No era su intención golpearlo tan fuerte así que lo cargo y lo llevo hasta una posada, un pueblo estaba cerca y no tuvo que caminar mucho, dejo en el suelo al niño y lo ato con cadenas especiales para que no escapara mientras iba a conseguir algo de comida para ambos.
Lo que paso después ya se contó, pasaron los años en los que Natsu pensaba que Erza era un monstruo con piel de humano, había sido él el que le rogo por su entrenamiento pero no sabía que iba a ser tan sufrible, creía que Titania disfrutaba el torturarlo, que no tenía un poco de compasión o simpatía por los demás hasta que Erza tuvo un problema del que no sabía cómo salir parada.
Era un día en el que Natsu tenía que descansar para recuperase del entrenamiento del día anterior, Erza le había dicho que saldría de compras para la cena, pero ya se había tardado más de lo usual, así que desganado y un poco adolorido se levantó de la cama y fue a dar un pase a ver si la veía, después de todo es Titania, no tiene por qué preocuparse tanto.
Caminaba por el centro de la pequeña ciudad comiendo una fruta, mirando los puestos alrededor hasta que se topó con ella, la fruta se le cayó al suelo por el shock de ver a Erza Scarlet acompañada de un joven, este le decía unas cosas que no alcanzaba a oír por la distancia pero fuera lo que fuese Erza sonreía y asentía en señal de que lo escuchaba.
Natsu estaba molesto, llevaban solo un mes de haber llegado a aquel lugar y Erza ya tenía un pretendiente, aunque eso no era lo que le molestaba, lo que no le parecía es lo rápido que aquel desconocido se había ganado la sonrisa de Erza, el que llevaba años con la pelirroja y lo único que recibía de ella son ordenes, regaños y golpes, no era justo.
Vio que ambos se despedían y Natsu regreso a la posada, llegando primero que Erza, ahí la confronto, le pregunto por el tipo con el que la vio, fue entonces cuando vio la otra faceta de Titania, como era en realidad.
Le conto que ese chico con el que la vio se llamaba Eve Tearm, le confeso su amor por ella y desde entonces no para de seguirla e invitarla a lugares bonitos y todas esas cosas, Natsu aún no entendía, parecía que Erza en realidad no quiera todo eso, y estaba en lo correcto, Erza le confirmo que no sentía nada por el chico, pero no sabía cómo hacérselo entender.
“Actua como siempre lo haces…” le sugirió Natsu con deje de reproche de que siempre lo maltrata.
“No puedo hacer eso, no quiero lastimarlo…en ningún sentido”
Natsu pensaba otra vez en lo injusto que era Erza con él, y ella le conto que hace unos días hubo un incendio en el pueblo, una casa se quemaba y no llegaba la ayuda, Erza que estaba cerca sin dudar se metió a la casa por los familiares del chico que seguían dentro atrapados, logro salvarlos a todos pero la casa fue consumida por el fuego, todo el dinero, mercancía de su tienda de víveres, muebles, ropa todo hecho cenizas.
“Hemos perdido todo!!!” lloraba el padre de la familia, todos los demás miembros asentían en favor.
Erza se acercó al más pequeño y le dijo lo siguiente:
“¿Qué tienes a tu lado? Esta mi hermano, respondió el chiquillo. ¿Y atrás? Mi mami abrasándome!, contesto feliz, y ahora tienes una sonrisa, ¿Ven? No lo han perdido todo.”
Erza se fue sin decir nada más y sin esperar agradecimiento, la familia dejo de llorar por lo perdido y lloro de felicidad al seguir estando juntos y con bien.
Pasados dos días de aquel incidente ante Erza se presentó un joven de cabello rubio y cara de niño, aunque era alto, después de decir su nombre dijo que estaba enamorado de Erza y le invito a un lugar a tomar el té, Titania iba a rechazar la oferta pero recordó al chico y no pudo hacerlo, no parecía mala persona asi que le dijo que solo por esta vez iría con él, pero Eve no se conformaría solo con una vez, él había quedado prendado de la pelirroja y no la dejaría ir tan fácilmente, era un chico muy optimista en realidad.
Después de aquel primer salida, le siguieron invitaciones a paseos por el campo, cenas con la familia y demás situaciones que para Erza eran incomodas, cada vez se le hacía más difícil rechazar al chico y si lo evitaba este no para de buscarla por la ciudad el día entero, ya no sabía qué hacer, Natsu ya le había preguntado varias veces cuando se irían y por qué seguían aquí si nunca se quedaban en un mismo lugar más de diez días.
“Si no puedes golpearlo lo hare yo, solo un pequeño susto bastara” sugirió Natsu arremangándose la camisa.
Pero Erza se negó otra vez, dejaron el tema a un lado con la esperanza de que el sueño les diera una idea.
Al día siguiente, Erza le dijo a Natsu que iría con Eve a un paseo por el pueblo, mientras Natsu continuaría con su entrenamiento, pero en vez de eso Natsu siguió nuevamente a Erza y Tearm, a él le sirvió dormir y se le ocurrió una idea.
Después de estar pensando en todo lo que había vivido con Titania se dio cuenta que ella no era tan mala con el después de todo, cuando no podía moverse le llevaba la comida hasta la cama, curaba con cuidado sus heridas y aunque nunca le sonriera con alegría le había dicho varias veces que estaba orgullosa de él, no podría decir que era como una madre para el porqué Erza se veía muy joven, era más bien como una hermana, así pensaba de ella inconscientemente, es por eso que se sentía incómodo cuando los confundían por una pareja, ella joven y el con su estatura superior al promedio daban esa impresión.
Y fueron por esos recuerdos que se le ocurrió la idea que estaba a punto de llevar a cabo.
Intercepto a la pareja en una calle poco habitada, ellos se detuvieron ambos no sabían que quería el chico, porque les había bloqueado el camino.
“Oye tú, deja de acosar a mi mujer!”
Si, esa escena cliché la había leído en un libro, y la pondría en práctica, la pareja estaba shockeada, él quería reír pero puso la cara más indignada que pudo.
“Si como lo oyes, ¡Erza ve aquí!” le hizo seña de que confiara en él y obedeciera, ella acepto y fue hacia Natsu.
Y una vez a su lado, Natsu tomo del rostro a Erza y acercándose el a ella le dio un corto beso en los labios, ambos tenía la boca muy bien cerrada para no hacer más incómodo el acto, por fortuna Erza entendió rápido de que iba el plan.
“¿Lo entiendes ahora verdad?”
Expreso con arrogancia y abrazándola por la cintura para acercarla a él, en ese momento algo dentro de Tearm se quebró, pero aún se negaba a perder, todavía no había intentado todo.
“Te reto a un duelo…”dijo determinado a luchar contra Natsu.
“¿Ves esto?” mostrando su puño de fuego a todos los espectadores que se había acercado, “Solo con esto te reduciría a cenizas”
Su voz sonó como la de un malvado brujo, dio tanto miedo que alguno huyeron, Eve se puso a temblar, y no decía nada.
“Vámonos…” dijo toda vez que Eve no reaccionaba.
Jalo a Erza de su mano dispuestos a irse de una por todas de aquella ciudad, ninguno de los dos miro hacia atrás, el chico había quedado tan asustado que no intentaría buscar a Erza de nuevo, se equivocaban en algo, Eve Tearm sonreía pero sus ojos lloraban.
Aunque no lo viera, gracias a su súper sentidos, Natsu escucho sollozos provenientes del joven, ahora no sabía si lo que había hecho había sido lo correcto, pero lo descarto totalmente a ver el alivio en el rostro de Erza, su bienestar en cualquier ámbito era más importante que el sentir de cualquier otra persona desconocida para él, es una debilidad de Erza que acaba de descubrir, ella es amable con todos, y eso le trae problemas a veces, pero ella es así y vive feliz con eso.
A partir de ese momento su lazo se hizo más fuerte, Erza seguía torturándolo con el entrenamiento pero se le veía más seguido sonreír.