Narra Panza
Por la tarde de hace 3 días conocí a una bella chica gatuna, me agradaba mucho a decir verdad… amaba mi talento en el idioma francés, no la culpo… Soy un profesional, pero ayer mismo me mando a volar pues mi hermana me mandó una carta y esta se molestó mucho al creer que era una novia escondida.
Que mal me sentía, era la dama de mis sueños
-¿Cómo la olvidare?- dije en vos baja- era mis suspiros al amanecer, mi vida al atardecer y mis sueños al anochecer- seguí hablando entre susurros, por un momento me perdí entre mis pensamientos y mi cuerpo sintió como un calor lo recorría, reaccioné… Espanto estaba ahí, me había colocado su chaqueta de cuero, hacía frio.
-¿Qué haces aquí Panza?-
Deje de mirarlo y me centre de nuevo en el piso
-Solo pienso… ¿Acaso soy muy idiota como para que las chicas me desprecien?- mire a Espanto a los ojos- ¿Tendré alguna peste?
El solo se dedicaba a observarme, recorría mi persona con los ojos… claramente vi como cambió su seño de seriedad a uno más tierno… uno más dulce
-Tú no tienes nada amigo- pasó su brazo alrededor de mi pescuezo –Tal vez solo necesitas tiempo para darte cuenta de que lo tuyo no son las relaciones en serio.-
Sonrió y sentí como un algo… un aquello… el me comprende lo se… Hace poco nos hicimos amigos… no, súper mejores amigos, nos contábamos de todo… hasta de lo que no deberíamos.
Somos súper, súper, súper cercanos. Tiene una bellísima novia, debería pedirle su consejo un día.
Se hiso presente la noche. Cerca de las tres de la madrugada me levanté pues tenía ganas de ir a mi-arbolito, mire a todos lados, Demóstenes y Cucho estaban despiertos junto de donde dormía placido mi amigo Espanto.
-¿Qué hacen?- dije alarmado, los otros se miraron juguetones y solo atendí a encoger los hombros.
-Estamos viendo como duerme Espanto- Decía el rosado con ese acento suyo tan marcado
-Sí, si… du.du.duerme como un b.b.bebe- decía el menor
Me acerque al par- Dejen de hacerlo, se despertara- Cucho saco un marcador para proceder a dibujar en la cara del dormido, tomé el objeto de sus manos pero este se aferraba fuerte también y silenciosamente empezamos a forcejear para obtenerlo.
Cucho se colocó del lado de la cabeza de Espanto y yo estaba del lado de las piernas, en un intento por acercarme puse mi pie a un costado de mi amigo, el rosado soltó rápido el plumón y caí…
Solo sentí algo muy suave debajo mío y húmedo en mis labios, abrí los ojos, estaba… ¡¡Estaba besando a Espanto!! Me levante y quede enzima suyo, me tape la boca con mis manos en forma de puño y salí corriendo de ahí… mi sonrojo era impresionante… solo fue un accidente… ¡Un accidente!
Pase el resto de la noche cerca de un restaurante husmeando sus botes de basura para encontrar algo de comer y poder olvidarme de aquello. Algo si es seguro, no era mi primer beso ni mucho menos de él… supongo… Aquí lo malo es que… ¡Fue a Espanto! ¡Mi amigo!
Puse mis manos en mis orejas, cerré los ojos y mire al cielo:
-¡Esto no puede ser!- Oí un sonido desgarrador, salté del susto, trate de ir hacia el lugar de los hechos, llegue a una esquina de la crea, vi una gata color café claro, sin duda era la novia de espanto, estaba llorando… me pregunto…
-¡No es posible, como me dejas así imbécil!-
Al escuchar eso vino a mi mente “Espanto terminó con ella”
-Eres un Idiota Hall, Imbécil, Yo te amaba-
Quedé en shock… ¿La novia de espanto llamando a un tal Hall? ¡Lo engañaba! Me acerque hasta pararme justo donde estaba ella, me miró y se le notaba frustración, así que quise aumentarla aún más:
-¡Asquerosa gata de callejón!- Mi enojo crecía a medida que decía aquellas palabras, sin mencionar las ideas, corrían como agua en mi cabeza
-¡Eres una sucia arrastrada, mentirosa! ¡No mereces el amor de Espanto!- Sus ganas de aniquilarme eran gigantes, se le notaba en los ojos, trató de tomarme por el cuello, corrí a tomar por saco del sitio, me persiguió alrededor de dos cuadras, la perdí, llegue al callejón cansado y molesto, eran casi cerca de las cinco.
-Ho cielos- Mire hacia donde Espanto… un pequeño color carmesí apareció sobre mis mejillas, la vergüenza… regresé a mi cama.
Se dieron las 800 horas, Benito consiguió una pizza que se la cayó al repartidor, el aroma era esquicito, nos sentamos juntos como la gran familia que somos a desayunar y como era de esperarse, Cucho y Demóstenes empezaron con sus cosas.
-Oye espanto- Decía el más alto- ¿No soñaste nada raro esta noche?
El solo encogió los hombros –Pues sí… soñé que besé a una persona pero… no tengo muy en claro a quién.
-¿Y no.no lo sentiste mu.muy real?
-Pues la verdad podría decir que fue tan real que hasta sentí lo húmedo de sus labios.
Mi cara estaba al rojo vivo, esos hambreados, algún día me las van a pagar. Cucho me observa muy fijamente, claramente pude diferenciar lo que decía “Si no nos obedeces te delatamos”
No me importarían aquellas palabras si Espanto no fuera mi amigo, pero es todo lo contrario. A mi… un amante de las bellas damas rebajándome a seguir las ordenes de un par de tarados y solo por haber be…
-Oye Panza- Di un pequeño brinco del susto. Espanto me tomaba del hombro, sentí un pequeño retortijón en la barriga.
-Vamos a dar unas vueltas por la calle- sonreía vacilón el tipo.
-C…claro- Me miró muy raro al oír esa respuesta
-Pensé que hablaba con Panza pero creo que me contestó Demóstenes- Todos rieron y pedazos de pizza salían volando de todas direcciones.
Reí nervioso –Claro, vamos-
Salimos a caminar por las calles del barrio, eran los momentos de silencio más incomodos del mundo… al menos para mí… él se veía tan tranquilo, tan decidido… tan grande… tan valiente… tan… tan… hay… (Suspiré)… tan… Me separé de él y tropecé con una piedra, me dolía el juanete y solo sentí como mi espalda topó con la pared, iba lentamente resbalando para casi parar en el suelo pero algo me detuvo… Espanto me estaba sosteniendo para que no callera por completo, abrí los ojos y con lo primero que me topé al hacerlo fueros esos ojos azul-verdosos tan profundos y misteriosos…
Desvié la mirada hacia el piso, tomo mi rostro con una de sus manos y nuevamente nos miramos a los ojos…
-Panza oye… ¿Estas bien niño?- salí de mi trance para darme cuenta de que estaba sentado en el piso con un enorme chichón en la cabeza
-¿Qué pasó?- sentía un dolor punzante e incesante en mi cráneo
-pues creo que te resbalaste con una piedra y te golpeaste contra un tipo para caer de cara al piso-
Me sentí como un idiota al haber pensado que lo que vi fue la realidad… Pero fue tan real… ¡Que mierda es lo que estaba pensando!
Espanto me ofreció su mano para levantarme, una vez arriba seguimos caminando, tenía que sacarme esa imagen de la mente… repentinamente vino a mí lo que pasó anoche en la calle, la novia de Espanto… pero… ¿debería decirle?
-Oye Espanto te puedo hacer una pregunta-
-Claro- decía mirando el cielo
-¿Cómo te va con tu novia?- junté mis manos recargándolas en mi barriga
-mmm… pues mira…. mmm…. La verdad es que no tengo novia- Me desconcerté mucho al oír aquello
-¿Cómo que no tienes novia? Si yo claro te vi que abrasaste a la rosa del barrio chino- volteó su mirada a donde estaba yo
-Pues nunca me dejaste explicarte con certeza que era lo que estaba pasando, hace tiempo, cuando te dije que ella estaba conmigo no lo dije porque fuera mi novia sino porque tenía un problema… sí estuvo enamorada de mi pero yo no de ella.- se rascó la cabeza- sabes que en mi vida nadie ha ocupado el lugar de Eleonor- limpió una lagrima que corría por su mejilla
Sí, Eleonor, como olvidar las historias que nos contaba de su motocicleta… Don gato lo llamó raro un día por eso… ¡El raro soy yo por andar pensando esas cosas! Pero ahora tengo de enemiga a la rosa china por lo que le dije ayer… menudo trauma debe tener esa señorita por lo que le pasó y por lo que le dije, la culpa sube de inmediato a mis pensamiento… no debería de juzgar a una persona sin conocer la situación que padece.
Dimos varias vueltas, las conversaciones me hicieron olvidar mis pensamientos absurdos de cosas sin sentido.
Ya eran cerca de las 4 de la tarde, tomamos caminos diferentes, tenía hoy una cita con la nena más guapa del mundo… la Fifí. O gatita blanca de ojos azules y piel de seda, tu aroma tan peculiar cual rosa en primavera. Era conocido de muchas chicas en este barrio pero la que más me cautivaba sin duda era ella que hace tres días llamó para quedar una tarde en el parque, hoy sí que es mi día, los planetas se vuelven a alinear, el destino me sonríe.
Estábamos sentados en el parque, ella llevó comida y bebida, hablamos de muchas cosas interesantes, una que otra vez intentaba tirarle una frase de ligoteo, tenía que ser mía, por un momento ella y yo nos acercamos lo suficiente para darnos cuenta de que casi nos damos un beso… quería que pasara, la tomé por la cintura, cerré mis ojos, me acerque lentamente, abrí los ojos un poco… Vino a mi mente… ¡Claramente vi que iba a besar a Espanto! Me separé bruscamente, aún lo veía, era tan claro que pasa…cerré los ojos…
-Panza… Panza ¿qué pasa?- miré a la chica que estaba junto a mi…
-¿Qué?... ¿Qué fue lo fue me pasó?- ella me miró y simplemente se alejó muy lentamente… la cague y ni siquiera sé cómo, trate de seguirla pero tomó un taxi y desapareció entre los otros taxis de la calle.
Madre mía, perdí a la chica y todo por andar pensando mierda y media… que tendré… que me pasa.
Tomé rumbo al callejón, estaba muy decepcionado de mí mismo,
-era el mejor don juan del rumbo y últimamente he estado fallando en todo… y eso empezó desde que me hice mejor amigo de… - dije- mejor no lo nombro… no sea que se me aparezca de repente-
Me sentía observado, de algún lugar de la calle me seguían… no se quien pueda ser, miré de reojo detrás mío… había un señor bajito con gabardina azul mirándome… no se parecía en nada al oficial matute… corrí lo más rápido que me dieron mis patas para perderlo de vista, llegue al callejón, al fin… nada pasaría ahora que estoy con Don y toda su pandilla.
Claro… nada, Demóstenes y Cucho se vieron mutuamente al ver que yo llegué… seguramente están preparando sus diabólicos planes para usarlos en mi contra.
Don gato estaba dando su nueva cuartada. Si hubiera llegado antes... Me acerque para oír mejor.
-Y eso mis canchan chanes es lo que vamos a hacer mañana…- me vio y se me quedó observando unos instantes- Panza… vaya horas de llegar… creíamos por un momento que no regresarías para aportar valores monetarios y poder comprar la cena de hoy- su mirada enojada demandaban todo mi dinero, me apresure a sacarlo
-Tengo un dólar que me encontré en la tarde de ayer- Dije mostrándoselo
-A sí- SE sacó su sombrero y lo puso frente a mí, deje caer mi dinero a su cochino sombrero- Escucha panza… yo no sé que tiros traes con los policías pero últimamente te están llegando muchos correos de ahí- Sacó de su chalequito una carta, me apresuré a tomarla, la junta se acabó corrí de inmediato al lugar más apartado del callejón.
Olí esa carta… cupcakes de fresa, sin duda era de mi hermana, la abrí lo más sutil que pude para no maltratar las hojas y poder seguir practicando mi escritura para escribirle devuelta.
Cuando la tuve en mis manos la tarjeta era pequeña, le di vuelta y solo decía… “Date vuelta” que miedo… tenía miedo de mirar atrás… ¿Y si era una trampa de alguno de ellos? Así que solo tomé fuerzas y mire atrás…