Hoy 14 de marzo se cumplía un mes desde que comenzarán a salir y también se celebra el día Blanco
Claro que no está demás decir que también era época de exámenes, una época de más fastidiosa para el rubio, no tanto por el mismo, si no por el par de idiotas a los cuales y no faltaba más a petición de su novio debía de enseñar cada fin de entrenamiento.
Y hoy no sería la excepción, muy a su pesar, se quedó en los vestidores tratando de que ocurriera un milagro y ese par de revoltosos entendiera por lo menos un par de fórmulas.
- Y dos triángulos son semejantes si tienen dos ángulos iguales, la siguiente fórmula comprende que dos triángulos son semejantes si tienen los lados proporcionales y la última es dos triángulos son semejantes si tienen dos lados proporcionales y el ángulo comprendido entre ellos es igual.
Kageyama y Hinata se le quedaron viendo totalmente confundidos, esto sacó un suspiro de pesar en el más alto.
- Esto es imposible - dando la espalda al par y recogiendo sus cosas - Vamos Yamaguchi, es suficiente por hoy. - dándole la señal de que se irían a casa
- AAAH! !?? PERO SI AUN NO HEMOS TERMINADO LOS EJERCICIOS! !
- GWAAA ! QUE INJUSTO - solo recibiendo regaños del dúo de fenómenos
- Pero, Tsukki!
- SU MAJESTAD! - llamando la atención del moreno y ganándose una mirada furiosa de parte de este - Tal vez lo haya olvidado pero hoy es el día Blanco - un poco en burla - Y no planeo perder mi tiempo enseñándoles.
Kageyama se dio cuenta en ese momento, lo había olvidado por completo y no tenía nada preparado para su pelirrojo.
- Ah! Si claro, yo tampoco - fingiendo para no quedar como un idiota - vamos Hinata.
- GWAA! Lo había olvidado - con una enorme sonrisa en el rosto y brillo en sus ojos - Kageyama, iremos a algún lugar genial !?
- Pff~! Claro que sí, no seas tonto - el moreno tenía que idear algo rápido
- Woow ! Genial - el pelirrojo se veía muy ilusionado
- Como sea, vamos Yamaguchi - saliendo de los vestidores
- Tsukki, Kageyama lo había olvidado, no es cierto? - riendo un poco
- Deja que se las arregle el solo - quitándole importancia
- Tsukki - balanceándose de manera adorable frente al más alto, dándole una sonrisa tímida - y donde iremos nosotros?
- No seas desesperado Yamaguchi - claro que tenía algo preparado, no era un idiota, por lo menos no como el Rey, pero no le diría sus planes aún
- lo siento, Tsukki
En ese momento el rubio lo tomo de la mano y continuaron su camino hacia un pequeño centro recreativo.
- Wa~ genial! Tsukki podremos ganar algunos premios?
- Jump! Por supuesto... - sabía que su novio era malísimo en las máquinas, pero él se encargaría de ganar todo lo que su pecoso quisiera
- Oh! Tsukki! Mira! Mira! - señalando una máquina con muchos peluches de Gudetama - son adorables
- Fácil - acercándose al juego
Yamaguchi estaba muy feliz de haber venido a un lugar así con Tsukishima, hay momentos en los que su novio puede ser muy atento con él.
Ni bien el rubio comenzó el juego, hizo un par de movimientos y la garra atrapo el peluche más potoncito de todos, salió por la parte de abajo, dándolo por concluido y ganado.
- Ten...
- Gracias Tsukki - Yamaguchi se veía muy contento abrazando el peluche, así se la pasaron la mayor parte del tiempo, hasta que se hizo tarde y emprendieron paso a la casa del mayor.
- Wa~ son todos tan lindos, gracias Tsukki - el moreno cargaba unos cuantos peluches, mientras el más alto llevaba una bolsa con diferentes clases de premios.
El rubio solo saco sus llaves del bolsillo y abrió la puerta de su casa.
- Estoy en casa - comunicando su llegada
- Perdón por la intromisión - pero ninguno obtuvo respuesta alguna - Uh! Qué raro, habrán salido?
- Claro que salieron Yamaguchi, si no habrían contestado, no hagas preguntas estúpidas...
- Ah! Lo siento Tsukki
- Vamos - lo invito a pasar y dirigirse hacia su habitación, abriendo la puerta de esta y dejando las cosas en su escritorio.
- Quieres entrar al baño primero?
- Ah! Esto... si, por favor - de todas maneras no era la primera vez que se quedaba a pasar la noche en la casa de su novio
- De acuerdo, te dejare ropa de cambio - saliendo del cuarto
- Gracias - se recostó en la cama abrazando el peluche - hoy fue muy divertido...
- Ya está lista la bañera
- Oss! - se paró rápidamente y se dirigió al baño, no tardaría mucho tiempo, se colocó el polon y los shorts sueltos que le dejo el rubio y regresó a la habitación - Listo Tsukki
- Ya era hora Yamaguchi
- Lo siento Tsukki - el rubio paso de él, le llevo menos tiempo en la ducha, para cuando el moreno lo esperaba sentado en la cama, se veía feliz
- que haces?
- Esperándote Tsukki - este solo rodó los ojos y apago la luz, se dirigió a la cama y le hizo una señal al pecoso para que se arrimarse, levanto las sábanas y se metió bajo ellas
- Que esperas? - Yamaguchi casi se quedó frío, en serio solo iban a dormir? Era el día Blanco y Tsukishima no pensaba hacer nada?, ni un movimiento? Esto decepcionó un poco al pecoso y más porque hasta ahora no lo había hecho con el rubio.
El pecoso solo se tapó junto a él y le dio la espalda se acurrucó en el peluche y trato de encontrar el sueño, casa que no pudo porque de un momento a otro pudo sentir con Tsukishima se movía en la cama y abrazaba su cintura con sus manos heladas.
- Tsukki - intento llamar la atención del otro volteando a verlo, pero este lo calló con un beso y rodio más sus brazos en él.
Los besos de Tsukishima realmente sabían bien, hacían del pecoso más sumiso aun, las manos del mayor se movían diestras por el pecho de Yamaguchi haciendo estragos en la piel expuesta, atrayéndolo más
Odia sentir su trasero rosar la entrepierna del mayor que iba despertando a medida que sus manos apoderaban terreno, jugando con los pezones del pecoso, sus respiraciones se volvían pesadas al contacto y podía sentir los labios ajenos delineando su nuca.
En ese instante una de las habilosas manos llego al elástico del short, adentrándose sin permiso bajo ellos y bajo la ropa interior, dando suaves caricias en el miembro ya erguido, para después tomarlo desde la base y comenzar un lento vaivén que dejaba sin aliento al moreno.
- Ah! Umm... Tsukki - las sensaciones lo embriagaban, el movimiento placentero, los besos, esa mano juguetona que yacía en uno de sus pezones casi torturando al pobre y lamidas que recibía lo estaban llenando por completo, hasta el punto de querer vacearse, el líquido viscoso vertiéndose en un espasmo delicioso directo en la mano que lo complacía.
Tsukishima podía ver a su novio temblando de placer bajo suyo, respirando entrecortado y aun con el peluche entre sus brazos fuertemente agarrado - te dije que no fueras impaciente - relamió sus labios mientras que llevaba su mano a la parte posterior del short, justo entre ese redondo y firme trasero que siempre llamaba su atención.
Pasó un dedo, aún que con la esencia de su novio entre él y aquel se quedó frotando, acariciando, casi tentado el pequeño y virginal hoyito que ahí se hallaba.
- Mmh! - el menor no podía creer dónde estaba siendo tocado, es cierto que ya se lo imaginaba pero la realidad lo estaba golpeando - Tsukki
- Seré gentil, dime si te duele - el mayor se veía tan seguro de sí que no pudo más que asentir, pronto sintió una fuerte intromisión a la cual dolo pudo cerrar fuerte los ojos y tapar su rostro con el peluche, mientras este entraba y salía lentamente de él.
- Tadashi, relájate - su novio lo había llamado por su nombre, no lo podía creer, lo hacía tan feliz que no se dio cuenta cuando un segundo entró en él y comenzó a estirar su entrada de una forma extraña para él, pero ya no se sentía tan mal, es más podía decir que le estaba comenzando a gustar.
Pronto su miembro volvía a despertar con las caricias y besos que recibía, su entrada se sentía húmeda, algo pegajosa y hasta movía un poco sus caderas para obtener más de ese contacto.
Tsukishima estaba en su límite, tener al moreno así, temblando de placer entre sus brazos, su entrepierna lo estaba molestando desde hace un buen rato y su novio parecía estar bien preparado, así que salió de él, recibiendo un pequeño quejido del menor.
El rubio destapó las sábanas sobre ellos y se colocó entre las piernas del menor arrancando de un tirón shorts y ropa interior, dejando a su novio totalmente expuesto a su merced, la vista era exquisita, la mirada avergonzada y esas mejillas sonrojadas, sus piernas largas, esa entrada húmeda rogando ser atendida de la forma más obscena.
No aguantaría más, el mayor dejó libre su latente erección frente a la vista de su novio que más que nada lo miraba deseoso, lo tomó por las rodillas abriendo camino y acomodándose mejor ante el, obteniendo una mejor vista de su miembro y dándose cuenta que Yamaguchi aún tenía el peluche entre sus brazos, lo arrebató de ellos, lanzándolo a quien sabe que parte de la habitación.
- Es mejor que sólo me prestes atención a mí - el moreno sintió un escalofrío pasar por su espina que lo encendió más, Tsukki celoso de un peluche, que lindo.
El rostro de Yamaguchi hizo un gesto muy adorable y el rubio sabía perfectamente en que estaba pensando su novio, así que lo tomó de las caderas acomodando su entre pierna en las nalgas del menor, le dio unos cuantos roses entre ellas, publicando un poco su miembro, lo tomó perfilándolo en la entrada del moreno y lo introdujo sin ninguna clase de miramientos.
Yamaguchi dio un grito delicioso a los oídos del mayor, el dolor lo había tomado por sorpresa, incluso incrustaba las uñas en los brazos de su novio, intentaba recuperar el aliento pero era difícil.
El mayor se acercó a sus labios casi rosándolos, golpeando su aliento - Eso te pasa por pensar cosas innecesarias - susurró para luego atrapar los labios del menor en un beso intenso, sus lenguas jugaban, inspeccionando la cavidad ajena.
Después de unas cuantas caricias el pecoso ya se había acostumbrado a la presencia en su interior, decidió mover un poco las caderas iniciando así que el rubio comenzará un lento vaivén que se sentía delicioso para ambos.
La entrada del menor era caliente y estrecha, era difícil dar estocadas rítmicas pero Tsukishima quería más, abrazo la cintura de su novio y comenzó embestidas más profundas y en momentos más rápidas que los dejaba sin aliento.
Continuaron así hasta que el rubio encontró el punto exacto en el que Yamaguchi se estremeció de una manera increíble, esto tenía que aprovecharlo.
- Tadashi, aquí te gusta? - dando otra embestida profunda en ese punto y poniendo una sonrisa sádica a los ojos del menor
- Ah! Si... si me gusta.. amh - sabía cómo seguirle el juego a su novio
- dime, quieres más?
- Si, por favor... Mmh... por favor Kei - sé lo suplico de la manera más erótica posible, eso era jugar sucio, como era que el menor le ganará en su propio juego, esta no se lo perdonaría, el rubio comenzó a dar embestidas más certeras y rudas en el interior del pecoso, el calor se intensificaba y sus respiraciones eran más entrecortadas.
Estar dentro de su novio se sentía increíble, entraba y salía de el de una manera exquisita, tomó el miembro hasta ahora desatendido del menor y comenzó a masturbarlo siguiendo el ritmo que marcaba las estocadas, Yamaguchi podía sentir oleadas de placer venir de todas partes de su cuerpo y su voz salía sin ningún pudor llenando la habitación de una melodía sumamente lasciva.
Tsukishima podía sentirse apretado por su novio que se vendría de un momento a otro, derramándose en su mano y manchando un poco su vientre, el interior del menor aprisionaba más ese enorme miembro que lo embistió unas últimas veces antes de por fin derramar su semilla dentro de él.
" rico " es único que tenían en la cabeza ambos después de por fin recuperar el aliento, definitivamente lo harían muy seguido, el rubio salió con cuidado del pecoso y este tenía una pequeña sensación de vacío.
Ambos se acurrucaron entre los brazos del otro dedicándose unos cuantos besos y unos " Te amo ", Tsukishima pensó que mañana se ocuparían de limpiar no había prisa... después de todo ese era un bendito día Blanco.