Takano Masamune pov.
No me voy a presentar a vosotros como cualquier persona lo hace. Me parece absurdo empezar diciendo mi nombre, mi edad, mis pasatiempos, etc. Lo único que debéis saber de mí, es que soy una persona muy ambiciosa. Todo lo que quiero lo consigo, es lo que siempre he pensado y seguiré haciéndolo.
Desde muy pequeño fui criado para tener lo que quisiera. Mis padres al ser parte de la mafia japonesa, pudieron satisfacer cualquier necesidad que me naciese. Y no es lo de menos, al fin y al cabo soy el futuro sucesor de la mafia más grande de todo el continente asiático.
Muchos piensan que soy arrogante, hasta incluso un poco borde. Y no van por mal camino. En lo particular, desde siempre me ha gustado presumir lo que tengo. No sé, es una manía que con el tiempo se ha ido afianzando en mí.
Algunos piensan que por ser el hijo de mafiosos, mi vida ya está resuelta. ¡Qué ilusos! Si supiesen que para mantener una red tan grande como la que tiene mi familia tengo que conocer aspectos básicos de administración y contaduría.
Por esa razón entré a la universidad a estudiar una Contaduría. Tengo que saber administrar todo el dinero que entre por venta de armas, drogas, etc. Mi vida universitaria la inicié este mismo año y por mis influencias, logré conseguir una beca.
Desde que empecé a leer a Horacio, me entró un gusto enorme por el "Carpe diem". La filosofía de "aprovechar el presente". Y mi manera de aprovecharla es muy diversa. Desde ir de bar en bar, llegando a mi límite. Hasta acostarme con cualquier persona que se me insinuase.
Y en una de esos ligues, conocí a mi actual pareja, Yokozawa Takafumi. Es un chico algo tsundere, pero en la cama es demasiado bueno. Se nota la experiencia que tiene en todas las prácticas eróticas que hemos realizado. No puedo decir que lo amo en su totalidad. Hay varios vestigios de mi pasado que aún el día de hoy me atormenta.
Pues veréis, toda la vida he amado a Onodera Ritsu. Más nunca pude confesarme. Siempre sentí miedo a que me rechazara. Por ese motivo decidí quedarme en el puesto de su "mejor" amigo. No podía perderlo. Así suene masoquista, debo ocultar ese sentimiento por él. Muchas veces cuando tengo relaciones con Takafumi, pienso que es Ritsu a quien me follo, y eso me pone aún más.
Onodera Ritsu estudia enfermería. Aún desconozco el por qué de esa decisión. Lo único que el castaño se atreve a decirme cuando le pregunto la razón de su decisión, dice que le gustaba ayudar a las personas que se encuentran mal. Me dijo que si me llegaba a lastimar en alguna de esas riñas que tienen las diferentes mafias, él se encargaría de curarme. ¿Por qué tenía que envenenar mi corazón de esa manera? ¿Por qué tenía que darme ilusiones?
Me partió el alma al saber que Ritsu empezó una relación con un senpai de él. El nombre de ese bastardo es Ijuuin Kyo. Es estudiante de medicina y nunca espera para hacerle una insinuación a MI pequeño. Cuando Ritsu me lo presentó estuve a punto de matarlo. Sin embargo, Takafumi me detuvo, diciéndome que me calmara, que Ritsu estaba en buenas manos.
-¿Por qué dices eso?-pregunté confundido.
-Ijuuin Kyo es mi primo, lo conozco desde que somos críos y es un hombre muy caballeroso-sonrió mi pareja. Me limité a sonreír forzosamente. Ese tipo no me convencía del todo. Por su cuenta, el bastardo ese, no dudó y besó a Ritsu descaradamente delante de nosotros. Al terminar su beso, me miró con una sonrisa victoriosa. El muy cabrón, sabe que me gusta Onodera.
-Un gusto conocerte Masamune-dijo extendiéndome su mano. Como acto de "respeto" apreté su mano con furia. Ese idiota sonrió y dijo.
-No te preocupes, que no dejaré que nadie le haga algo a MI cosita-dijo mientras le pegaba una nalgada a Ritsu.
-¡KYO!-exclamó el castaño con un sonrojo. La furia se estaba apoderando de mí. Sabía que una aura negra me rodeaba. El novio de Ritsu sonrió.
-Guárdate esos gritos cuando estemos en mi cama-le sonríe pícaramente. Yo estoy a punto de irle a golpear pero Takafumi me detiene.
-Creo que es mejor dejarlos solos. Ya sabes, para que se diviertan un poco-me comentó.-¡Hacéis una bonita pareja!-exclamó mi pareja.
-Gracias, vosotros igual-sonrió Ritsu mientras se iba con Ijuuin.
Fuimos caminando hasta llegar a mi casa. Ahí como siempre empezamos a beber alcohol y a ingerir drogas. Cuando ya estábamos al tope Takafumi se fue a servirme otra copa. Desde la cocina empezó a comentarme.
-Masamune, ¿estás celoso de Kyo?-preguntó con voz seca.
-N-No, ¿por qué lo dices?-pregunté nervioso.
-Me pareció muy rara tu actitud frente a él, ¿acaso te molesta que esté con Onodera?
-¿Cómo puedes creer eso?-pregunté.-Es solo que tengo un mal presentimiento hacia él-agregué.
-Tranquilo que no creo que lo folle muy duro-sonrío.
-Puedes dejar de hablar de ese bastardo. No me lo imagino en ese tipo de situación con Ritsu-dije.
-Masamune, es normal que las parejas tengan sus relaciones. Y como veo que va la cosa, ellos no tardarán en dar ese paso-afirmó con tranquilidad.
-Él no se merece a Ritsu. Ritsu debe estar con alguien que lo ame de verdad. Se nota a leguas que ese primo tuyo solo quiere sexo con él y luego lo va a dejar-dije.
-No creo, Kyo es un amor. ¿Podrías dejar esos celos que tienes por mi primo? Onodera se le veía feliz a su lado-agregó.
-Tienes que entender que me preocupo por él. Hemos sido amigos desde que éramos críos-dije.
-¿Puedes dejar de hablar de ese estúpido? Me da rabia que se haga el idiota-espetó.
-¿De qué cojones me estás hablando?-pregunté con rabia. No me gustaba que se metiera de esa forma con Ritsu. Esa actitud hipócrita me chocaba.
-Sé que te gusta la puta de Onodera-afirmó mientras me daba el vaso con la infusión.
-¡No lo trates así!-espeté
-Eres tan iluso Masamune. ¡Onodera no te quiere!-dijo con rabia. Me quedé en silencio y bebí un buen trago de mi vaso.
-No te metas con él, te lo advierto-dije con una voz seca.
-He oído que él se acostó con un profesor-dijo, poniéndome furioso.
-¡NO MÁS!-dije. En ese momento me empecé a sentir mareado. Apoyé mi cabeza en mis manos. Sentía un dolor de cabeza intenso. Takafumi con "preocupación" llamó a alguien. A los pocos segundos sentí cómo perdía la consciencia y antes de que me derrumbara vi cómo Takafumi esbozaba una sonrisa de triunfo.
-Veo que hizo efecto-dijo mientras veía cómo paulatinamente todo lo que me acorralaba se tornaba de un color negro.