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"Como Romeo y Julieta" por inocence

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Llegó cansado a su casa, de alguna manera u otra el haber conocido al tal Yu Kanda, había hecho que se irritara en cierto grado, pero al ver a su querido padre hizo que su semblante cambiara, después de todo no tenía por qué molestarse por un idiota como Kanda.

-hola mi querido Allen- le saludo su padre, quien llevaba puesto un delantal rosa con decorados de encaje en las mangas, luego procedió a quitárselo para abrazar a Allen quien respondió de igual manera.

-hola Mana- respondió el albino cuando se soltó del abrazo-¿estabas cocinando?

-dos cosas: primero llámame padre- puso cara de tristeza- y segundo, te estaba preparando el almuerzo.

-bueno, gracias.

-bien ahora a comer, mientras lo hacemos cuéntame cómo estuvo tu día- Mana y Allen se dirigieron a al comedor donde un gran banque les esperaba.

-otra vez has hecho demasiada comida-Allen  se sentaba a la mesa mientras su padre hacia lo mismo.

-eso no es cierto, siempre acabas con todo-dijo Mana.

-bueno, creo que tienes razón, pero…- Allen entristeció un poco- no deberías esforzarte tanto, en tu estado de salud…

-no deberías preocuparte tanto- interrumpió el mayor- te esfuerzas mucho en tus estudios, también está tu trabajo de medio tiempo, yo estaré bien- le dedico una sonrisa- ahora dejemos temas tristes y cuéntame cómo te fue hoy.

-en las clases todo fue estupendo, pero no podría decir lo mismo de lo que paso después…-el albino siguió comiendo.

-¿Qué paso?

-hoy conocí a la persona más arrogante y engreída que pueda existir- Allen exagero un poco con ese comentario.

-¿y cómo es esa persona? ¿Acaso te hizo algo?

-no, pero como antes dije, es un engreído, prepotente, y cree que puede tratar como quiere a las personas, es un verdadero idiota- exclamo el albino.

-seguramente es alguien de alto estatus económico.

-¿eh? ¿Cómo lo sabes?- cuestiono el menor.

-demasiado fácil, no hay pobre sin quejarse; ni rico sin ser arrogante.

-tienes razón Mana, pero yo aún no encuentro razón para quejarme de la vida.

-yo tampoco, tengo un hijo ejemplar; ¿Qué más puedo pedir?

-¿tal vez buena salud?- dijo con un poco de sarcasmo el albino- demonios, ya es tarde.

-tienes que ir al trabajo- mana recogía las platos y Allen se alistaba para ir a trabajar.

-descansa por favor- pedía el albino el hombre que tanto cariño y amor le había dado.

-está bien-contesto el más alto- nos vemos luego.

-probablemente llegue tarde hoy.

-cuídate.

-eso hare-Allen corría presuroso hacia el lugar donde trabajaba, al llegar se puso el uniforme, que por alguna extraña razón parecía más un vestido de maid que un uniforme, y también se ponía una peluca de cabello castaño, largo el cual ató  en dos colas bajas, que caían por detrás de sus orejas, recorriendo sus hombros hasta su pecho.

-bueno, a lucir alegre y atender a los clientes-se dijo a sí mismo…

Por otro lado, un muy molesto japonés echaba pestes y maldiciones en su idioma, porque su (según él) nube negra; o sea su tío Tiedoll, lo había votado de su casa (mansión) para que acompañe a su disque amigo Lavi, a quien cada 3 minutos desea descuartizar.

-¿Por qué tengo que ir contigo?- se quejaba el pelilargo.

-porque tu tío quiere que salgas a divertirte alguna vez en tu vida-decía despreocupado el de cabellos rojos- además no quería ir solo.

-no hay nada divertido en ir a un maid café (café de sirvientas)- reprochaba Kanda- y podías ir tu solo.

-vamos Yu, sé que a ti también te gustaría que jóvenes bellezas te atiendan y te llamen “amo”- Lavi parecía no percatarse del aura asesina que rodeaba a Kanda, realmente estaba muy distraído como para notarlo, o tal vez simplemente no aprecia su vida- ah, quiero presentarte a alguien.

-…- no contesto, a Kanda poco le importaba de quien se trate, lo único que quería ahora era encontrar un modo de hacerle la vida imposible al enano que había osado retarlo.

-bueno, Yu ya llegamos-Lavi señalo la entrada del lugar, Kanda solo lo siguió, no tenía ningún interés en lo que ocurría ni siquiera noto cuando una de las maid que atendía se acercó  ellos.

-hola Hana-chan, ¿Cuánto tiempo sin vernos?-Lavi parecía conocer a la muchacha que los atendía; era una joven de piel blanca, a la vista suave, su cabello era castaño y se encontraba atado en dos colas bajas que caían por detrás de sus orejas, el vestido maid le quedaba perfectamente, marcaba su estrecha cintura y dejaba apreciar  sus bellas y largas piernas. Y si, en efecto se trataba de Allen.

-Lavi-sama…-contesto con voz suave- no exagere, usted viene a menudo.

-deja la formalidad, solamente llámame Lavi- le respondió a la joven- y esta es una ocasión especial, he traído a un amigo conmigo ¿podrías atenderlo como me atiendes a mí?

-¿está seguro? Yo siempre lo atendido únicamente a usted.

-no te reocupes-le dijo el pelirrojo.

-bueno…¿Qué le sirvo señor…-Allen se quedó estático, la sonrisa que tenía en su rostro se desvaneció de un momento a otro al ver que el acompañante de Lavi era nada más y nada menos que el amargado, antisocial y engreído que Lenalee y Lavi le presentaron ese mismo día.

Kanda que pensaba en como vengarse del moyashi, no presto atención a la conversación que Lavi tuvo con la chica que se acercó a ellos, tampoco tenía planeado contestar a la pregunta que le hizo, pero eso cambio cuando se fijó en la mirada de la joven, sobretodo en esos bellos ojos grises casi plateados, que lo miraban un poco sorprendidos; se le hacían muy familiares, ya los había visto en algún otro lugar pero no podía recordar donde.

-nada-respondió secante a la pregunta de “Hana”, ella solo  inclino su cabeza un poco y se retiró después de tomar el pedido de Lavi. Prácticamente salió corriendo del lugar, ¿por qué? Era la pegunta que se hacía una y otra vez, nunca nadie se había dado cuenta de que en verdad era un hombre, solo las otras trabajadoras, su jefa y Mana lo sabían; pero se sentía inseguro, a pesar de haberlo conocido ese día, le daba mala espina presentía que su disfraz no lo confundiría, Lavi no lo descubrió porque es lento y un idiota, pero Kanda era mucho más astuto, tal vez ya lo había descubierto y lo peor era que habían tenido un pequeño pleito con él al conocerse.

*¿Por qué? Si me descubrió estaré en graves problemas…*

-Hana, tienes que seguir atendiendo a los clientes- una compañera de trabajo le hablaba sacándolo de sus pensamientos.

-sí, claro ya voy-respondió un poco aturdido.

*por favor…*- Allen comenzó a rezar a todos los dioses que conocía-*por favor que no se dé cuenta…*

-parece que te gusto mucho Hana- Lavi comenzaba a molestar a Kanda, mientras este lo ignoraba tratando de recordar donde había visto esos ojos.

-no molestes, conejo tonto- le dijo.

-ahh-suspiro- no te culpo, ella es una verdadera belleza, y la menor de todas las trabajadoras de aquí, creo que incluso es menor que nosotros-el pelirrojo llevo sus manos por detrás de su cabeza.

-oye- le hablo- ¿no crees que se parece a alguien?- pregunto Kanda.

-¿se parece a alguien? Qué raro, no lo había notado, pero si tú lo dices así debe ser, después de todo es extraño que te fijes atentamente en alguien- Lavi tan despreocupado como siempre.

*esos ojos… ¿Dónde lo he visto?* Kanda seguía preguntándose lo mismo, era cierto que no le prestaba atención a las personas que se le acercaban pero había  algo en lo que se fijaba bien, en los ojos, siempre se fijaba en los ojos de las personas y estaba seguro que ya los había visto, no se detendría hasta recordar donde.

Hana se acercó lentamente con el pedido de Lavi en una bandeja, hacia todo lo posible para verse natural mas no podía ya que Kanda no dejaba de observarla  como si lo analizara y en uno de sus intentos para quitarse de encima la mirada de Kanda, se acercó un poco más al mayor y la regalo una de sus características sonrisas mientras Lavi pensaba en quien sabe qué y no les prestaba atención; pero fue un grave error por parte de Allen porque  al abrir los ojos Kanda pudo observarlos mejor debido a la cercanía.

Esos ojos grises, si como podría olvidarlos, esos eran los ojos de aquella persona que  había osado desafiarlo aquella tarde después de clases; en ese momento lo recordó, ahora tenía el motivo perfecto para hacerle la vida imposible, y comenzaría con su plan esa misma noche…

-ah, que dolor- se quejaba Allen- sigo sin entender como las mujeres pueden aguantar tal martirio- arrastraba una bolsa de bausa para depositarla en un contenedor- las mujeres sí que son fuertes ¿Cómo diablos pueden aguantar los tacones?- Allen se quitaba los molestos zapatos y se agachaba para frotar sus descalzos pies tratando de calmar un poco el dolor que sentía.

-no creo que una “señorita” haga ese tipo de cosas o diga esos comentarios- Kanda apareció de quien sabe dónde, al parecer estaba esperando a que el moyashi se encuentre solo- o tal vez no es una.

Allen sintió que su corazón se detenía del susto, se le helo la sangre  pensó que el peligro había pasado cuando Lavi y Kanda se marcharon pero se equivocó; respiro, alzo la cabeza, trato de relajarse y hablo-ho…hola ¿Qué ha-hace por aquí?

-¿Por qué te pones nervioso?- pregunto con sarcasmo- ya sé que no eres una chica.

-n-no sé de qué habla- trato de sonar seguro.

-deja de fingir – se acercó peligrosamente a él, poso su mano en la mejilla del albino y comenzó a acariciarlo-eres el niño que me desafío esta tarde, te llamabas ¿Allen?

-de verdad creo que se está confundiendo-Allen se ponía más nervioso de lo que ya estaba, Kanda lo miraba de una forma que le hacía sentir temor.

-bueno, entonces creo que deberé comprobarlo-Kanda se inclinó un poco y con su otra mano roso la pierna derecha de Allen levantando un poco la falda del vestido; esta acción provoco en Allen un ligero temblor que Kanda obviamente noto-¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?

-suélteme por favor-pidió Allen intentando empujarlo pero sin éxito alguno ya que Kanda es más alto y más fuerte que él.

El más alto se alejó un poco de él, para observar mejor  la reacción del albino, este aprovecho eso para darle una bofetada y luego salir corriendo del lugar. Una vez lejos del alcance de Kanda, controlo su respiración puesto que se haba agitado por correr.

*¿Qué le pasa? Ese hombre es un pervertido, será mejor que me aleje de él, solo espero que no vuelva al maid café*. Allen se recostó en una pared y se quitó la peluca, después de descansar un poco regreso a su casa.

Al llegar abrió la puerta, entro y prendió las luces. *aun no es tarde, Mana debe seguir despierto*

-Mana-lo llamo- Mana estas despierto?-no obtuvo respuesta, se asustó y corrió hasta la habitación del mencionado-Mana.

Lo vio sentado en el suelo apoyándose en el borde de la cama, respiraba con dificultad-A-Allen llegaste-le dijo.

-Mana estas bien??-pregunto acercándose a el- que te paso??

-no te preocupes es porque estoy cansado, dormiré y mañana estaré mejor-contesto. Allen sabía que si insistía más Mana esquivara todas sus preguntas con cualquier cosa.

*será mejor que no le diga nada de lo que me sucedió, estoy seguro que no es porque este cansado, Mana mañana quieras o no te llevare con un médico *. Allen salió de la habitación y se dirigió a la suya, entre sueños tendría oportunidad de pensar sobre todo lo que le pasaba.

Por otro lado…

*no creas que has escapado de mí, continuare con esto el tiempo que yo quiera, no podrás librarte…* pensó Kanda.

 

continuará...


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