Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

My BOSS- AKAKURO por Kitori Keira

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Lemon|

En Wattpad, bajo el mismo nombre|

|Una sola parte|

Notas del capitulo:

Un nuevo os akakuro para ustedes e.e

La brisa y las gotas de lluvia chocaron contra mis pies desnudos, gracias a la manta que traía encima, mientras le veía totalmente mojado por la lluvia. Sus ojos mostraban necesidad, suplica, deseo; las mismas cosas que sentía dentro de mi. Su cabello rosa estaba pegado a su frente y su boca pronunció mi nombre.

-Por favor, Tetsuya. Te necesito....-sus ojos estaban cristalizados y no por la lluvia. Los míos siguieron ese camino y mi corazón quemó en mi pecho. ¿Cómo llegamos a esto?

Hace un mes que había salido de la universidad y aún no encontraba un trabajo. Mi desesperación estaba al límite y las palabras de mis papás diciéndome que estudiar contabilidad y administración de oficina era algo inútil, llegaron a mi memoria. Pero era algo que quería hacer, una fantasía que salía mucho en mis películas favoritas. Soltando un suspiro, fui a la última empresa no tachada que había en mi lista.

Akashi'sCompany

A estas alturas no tenia ni las mínima esperanza de conseguir el empleo, aunque si hubiera sabido que esto me llevaría a la experiencia más placentera de mi vida, definitivamente esta hubiera sido mi primera opción.

Al entrar, me llevaron hasta una sala de juntas, donde habían aproximadamente diez personas delante de mí, dejándome en último, ya que al parecer no aceptarían a más personas ese día, lo que provocó un suspiro de suerte a mi favor. Al cabo de unos minutos, fui testigo de como cada persona que entraba a aquella oficina aterradora, (que supongo que ahí se encontraba el supremo jefe de todo esto), salían temblando, otros llorando y mi cuerpo se comenzó a llenar de puro miedo al descubrir que era mi maldito turno. Mi nombre fue dicho y al ponerme de pie, me comencé a preocupar de mi apariencia. Mi plan era ir a mi última opción mañana al medio día, pero Kise me obligó a ir hoy, y solo tenía una ropa casual, nada de gabanes ni camisas de botones. ¡Incluso tenía un sombrero! Ya entiendo porque se burlaron de mí, al entrar.

Cada paso que daba, me acercaba cada vez más a mi perdición. Me abrieron la puerta y de inmediato sentí el cambio de ambiente. La oficina era completamente en negro, y lo que no, era en metal. Mis ojos admiraron las obras de arte colgadas en la pared, la gran vista y al joven chico frente a mí, el que no me prestaba atención en absoluto. Me obligaron a permanecer de pié junto a un sofá negro gigantesco comparado a mi tamaño y cuando dejó su teléfono sobre el escritorio, tragué saliva y sus ojos se encontraron con los míos. Con cuidado, observó mi cuerpo poniéndome aún más nervioso y sin esperar mi resumé, dijo las palabras que desde hace un maldito mes quería escuchar. Aunque no podía dejar de sorprenderme.

-Contratado.-mis ojos casi se salen de sus órbitas. ¿Contratado? ¿Yo? ¿Esto es enserio? ¿No estaba soñando? Sus ojos me observaron como diciendo que desapareciera de su vista, pero yo aún estaba atónito.

-¿Q-Qué quiere decir?-él rodó los ojos.

-¿No es para eso que estás aquí? ¿para el trabajo? Pues ya lo tienes. -yo no podía aceptar eso.

-Pero ni siquiera ha hablado conmigo. No sabe si soy un estafador o algo.- su risa sarcástica no se hizo esperar. Sus ojos bicolor me atraparon.

-¿Lo eres?- yo negué rápidamente.-Entonces no tengo nada de que preocuparme. Además, viniste en ropa sexy y casual a una entrevista de trabajo.-Mis oídos no dejaban de repetir la palabra "sexy" de sus labios.- Hay que tener pantalones para llegar a mi empresa vestido así y eso me gusta.- mi cuerpo se estremeció y fue cuándo me di cuenta de lo hermoso que era. -¿Cuál es tu nombre?

-Kuroko Tetsuya.-él sonrió y no podía verse más sexy.

-Tetsuya, entonces. Llámame Seijuro.-él extendió su mano hacia mí, la cual estreché justo antes de que él, me jalara hacia su cuerpo. No me había dado cuenta de cuando se había parado de su silla y caminado frente a mí. -Eres muy hermoso, justo el tipo de secretario personal que busco. -me estremecí al sentir nuestros pechos unidos. Su mano izquierda delineó mi rostro. -Te deseo...-mis ojos demostraron mi sorpresa.

-Lo s-siento, creo que rechazaré el empleo, no soy de esos.-dije refiriéndome a la orientación sexual, la cual este chico me acaba de hacer dudar por un segundo. Él me soltó lentamente, con una sonrisa triunfal en su rostro. ¿Qué mierda...?

-Eso no es lo que dicen estás fotos. Vaya, este se parece a mí sin ropa.- mi rostro comenzó a cambiar de colores. ¡Tenía mi iPhone sin contraseña en sus manos! ¡Maldito empresario billonario tonto! ¡Y maldito Kise por enviarme esas fotos!

-¡E-Eso no es mío! ¡Un amigo me las mandó!- él comenzó a reírse.

-Si, claro y yo nací ayer.

-¡Es la verdad! ¡Además, no se porque le tengo que dar explicaciones! ¡devuélvamelo!-me aproximé hacia él, pero levantó su brazo, haciendo que maldijera mi estatura. Me acerqué completamente a él y no supe cómo terminamos así. Su brazo rodeó mi cintura rápidamente y nuestros labios se chocaron. Los latidos de mi corazón se descontrolaron, oí como mi iPhone caía al suelo, y esa mano volvió a mí rostro. Nuestros labios se movían lentamente y jamás pensé en sentir esa calidez que se instaló en mi pecho. ¿Qué derecho tenía este chico en hacer que me sintiera así? Por falta de aire, nos separamos y él apretó mi cintura.

-Tu cintura es tan pequeña que podría morir...-no entendía porque decía eso ahora. Eso hacía que muchas veces me confundieran con una niña y claramente no me gustaba. -Quiero que trabajes para mí, y no aceptaré un no como respuesta.-tragué saliva, aún en sus brazos...


*****

-Así que sí aceptaste. ¡Dime más, desconsiderado!-rodeé los ojos y Kise me mostró su lengua.

-No acepté, ¿bien? Prácticamente me obligó ha hacerlo.- esta vez Kise resopló.

-Si, claro. Tremendo papasote te da un empleo y te "obligó" para que lo aceptaras.

-No me creas si no quieres.- dije para mirar hacia otro lado, pensando en lo que había ocurrido. Él usó un truco sucio, pero aún así, esas palabras salieron de mi boca ¿no?

Mi mente ahora estaba confundida. Me gustó ese beso, no puedo negarlo. Entonces, ¿eso significaba que era gay? Es cierto que nunca he estado con alguna chica, en realidad me parecen un poco complicadas, pero si es así, ¿por qué no sentí esta atracción antes? ¿Sera que sólo me gusta, mi ahora jefe? Solté un suspiro de pesadez y junto con Kise, me fui de ahí.

****

Varias semanas han pasado y mi trabajo ha sido más normal de lo que esperaba. No ha habido ninguna insinuación de parte de Seijuro hacia mí y eso lejos de aliviarme, me asustaba. ¿Ya no me deseaba? ¿O era sólo para que yo aceptará el trabajo? Mi corazón era el confundido ahora.

Kise estaba frente a mí, sacándome fuera de mi departamento para que según él, llegar temprano a la oficina y seducir a mi jefe para darle su merecido por prácticamente ignorarme luego de aquel beso apasionado que dejó mis labios rojos y adoloridos.

-No quiero, Kise-kun. Además de ser temprano, ya quedó claro que no está interesado en mí. Tú mismo lo viste con aquel chico de cabello verde. Debe haber sido su novio, no hay duda.- Kise chistó su lengua y por unos segundos pareció pensar en algo para luego obligarme a ir igual. No sin antes darme unas "lecciones"

Llegué súper temprano a la oficina, tanto que Seijuro no había llegado, ni si quiera la recepcionista. Cuando me encontraba en el elevador recordé que faltaban unos papeles con la firma del jefe, así que pasé por mi escritorio antes de ir a la oficina de ya saben quien, la cual obviamente estaba vacía. Recorrí todo el camino, y deje los papeles en orden sobre su laptop. Y porque soy un chico especial, también recordé que Seijuro me había dicho donde estaban los papeles para cerrar el contrato con otra empresa muy importante, así que rebusqué sus cosas, encontrando unas esposas de metal que removieron algo dentro de mí al imaginarme a cierto pelirosa encima de mí tratando de esposarme a la cama y no escuché la puerta abrirse ni tan siquiera sus pasos acercándose hacia mí. Sentí unos brazos rodearme la cintura y una respiración en mi cuello, que hizo que mi estómago se apretara.

-¿Qué hace un chico cómo tú con eso? Más bien, ¿qué haces en mi oficina? ¿buscabas algo? ¿o es que quieres que use ese juguetito contigo?- mi respiración se cortó y me tardé mucho tiempo en responder. Tragué saliva y mordí mi labio. -El contrato lo dejé en tu escritorio ayer, no hay nada que buscar aquí. Vete, tengo cosas que hacer.-se separó de mí para luego sentarse en su silla, dejándome nervioso y de pié. ¿Esto de verdad estaba pasando? ¿Por qué las palabras de Kise diciéndome que la mejor manera de seducirlo era contestarle sus provocaciones, vinieron a mi mente? ¿Y porqué demonios me parecía una buena y tentadora idea? Miré hacia otro lado, trgando saliva, para después pronunciar las palabras que jamás pensé que le diría a alguien, mucho menos a mi jefe.

-No sería mala idea, si quisieras usar eso en mí.-dirigí mi vista hacia él, quien miraba sorprendido y con una especie de sonrisa maligna en sus labios. -Pero, como usted dijo. Tiene cosas que hacer, así que si me disculpa, me debo retirar.-me di la vuelta y caminé hacia la puerta, donde me giré para verlo. Su rostro estaba entre el enojo y deseo, sonreí para mis adentros.-Que tenga un buen día, jefe.-dije lo más seductoramente posible y para rematar, le vi a los ojos, haciendo un gesto que me mostró Kise antes de salir de casa.

 

¿Era posible que yo, Kuroko Tetsuya, acabara de hacer semejante cosa? Y lo peor, que me gustara y me emocionara hacerla. Vi como mordió su labio, antes de salir de allí y correr hacia el elevador, donde me recosté de la pared metálica, con el corazón a mil por hora. Estaba jugando con fuego. Pero sólo sabía, que no me arrepentía del todo...

****

-Kuroko-kun, el jefe le llama.-me avisó una chica y yo luego de despedirme colgué el teléfono. Aprovechando el viaje, tomé unos papeles que ya había arreglado y caminé hasta su oficina. Entre sin tocar y ahí se encontraba él. Akashi Seijuro, un pervertido billonario y mi jefe. Jefe al que he estado seduciendo y dejándolo con las ganas desde hace unas semanas. Me miraba divertido y serio, cosa que me decía que algo tramaba y sabía con certeza que para mí, bueno no iba a ser.

-Buenas Noches, Tetsuya.-recitó con voz burlona y sí, era un poco tarde. -¿De casualidad harás algo este fin de semana?- le vi, incrédulo. ¿Me iba a invitar a un hotel o que mierda? Revisé mi vacía agenda mentalmente y negué. Él sonrió satisfecho. -Ibas a ir igual.

-¿Iba a ir? ¿A dónde?- me miró directamente.

-A Osaka, viaje de negocios.-¿EEEH? ¿viaje de negocios?

-¿Por qué yo?-me miró como si fuera obvio.

-Eres mi asistente personal, y como tal, me debes acompañar a todos los viajes de negocios.- mordí mi labio y recordé algo.

-¿No que iba a ser en la misma empresa?

-Lo cambié y ya basta. Prepárate para viajar mañana mismo.-yo rodé los ojos.

-Bien.-él se acercó a mí amenazadoramente.

-No me ruedes los ojos. -los rodé de nuevo. Su mano rápidamente apretó mi entrepierna, sacándome un gemido y haciendo que una sonrisa triunfadora saliera en su rostro. -Parece que cierta persona necesita un castigo.-acercó su rostro hacia mí, lamiendo mi mejilla con su lengua. -Eres tan dulce.

-Eso no es lo único que tengo que sabe dulce...- y de nuevo no sé porqué mierda he dicho eso. Es algo extraño si lo piensas. Fuera de esa oficina soy el Kuroko de siempre. Inexpresivo, súper sincero y seco. Pero cuando entro a esas cuatro paredes, todo cambia y no puedo evitar contestar todas sus provocaciones, por más guarras y pervertidas que sean. Sus ojos brillaron y antes de darme cuenta, ya me estaba besando apasionadamente. Nuestros labios parecían encajar a la perfección y eso me asustaba. No quería sentir esto por él, no quería sentir esto por un hombre. Entonces, ¿por qué mi cuerpo reaccionaba así? ¿Por qué salía de mi boca un sonoro gemido con cada caricia que Seijuro me daba?-¿Qué piensa hacer conmigo?-sonrió de esa manera única.

-Soy tu jefe, Tetsuya.-sus ojos mostraban lujuria pura mientras me acorralaba contra su escritorio. ¿Por qué mi corazón estaba latiendo tan rápido, si yo mismo me había buscado esto? -Y mi deber es atender a mi travieso empleado favorito...-volvió a besarme descontroladamente.

Cerré mis ojos y disfruté de ese beso que tanto anhelaba secretamente. Sus manos heladas recorrieron mi espalda bajo mi camisa de botones haciendo que temblara. Y cuando estaba a punto de meter la mano dentro de mi pantalón, alguien tocó la puerta. Seijuro maldijo por lo bajo y acomodándose la ropa, se sentó gritando a quien fuera que había tocado la puerta para que entrara. Por ella se asomó una cabellera castaña, dejando ver el rostro apenado de Denise, una de las asistentes. Seijuro al verla, rodó los ojos.

-Despedida.- los ojos de Denise y los míos mostraron la sorpresa.

-¿Q-Qué?

-Estás despedida. ¿Qué no escuchaste?-a la pobre de Denise se le cristalizaron los ojos y estaba a punto de salir corriendo hasta que le dije que esperara afuera. Akashi me veía desde su escritorio. Cuando ella cerró la puerta le vi a los ojos.

-¿Qué crees que haces? No la puedes despedir así como así.- él se quedó inexpresivo.

-¿Acaso eres el jefe aquí? No me gusta que me interrumpan mientras estoy a punto de tener sexo con alguien y punto.-no podía creer lo que estaba escuchando.

-¿Apunto de tener sexo con alguien? ¿Qué soy para ti? ¿Un simple polvo de una sola noche? Pues te informo que no soy así.-esta vez sus ojos mostraron incredulidad.

-Sí, eso eres para mí, un simple polvo. Aunque me has resultado más difícil de lo que pensé. Además, eso no era lo que gemías hace un minuto.-decir que me ofendí con eso era muy poco.

-Pues guarda esos gemidos muy bien en tu cabeza porque no los vas a volver a oír, ¿entiendes? Renuncio y le dejo mi puesto a Denise.-sus ojos mostraron todo el enojo y la sorpresa que tenía.

-No, no lo harás. Seguirás trabajando para mí te guste o no.- yo no podía estar más enojado. ¿Quién se creía?

-Pues mira como lo hago.-tomé un papel y un bolígrafo, y sin ver escribí lo más grande que podía la palabra "renuncio" dejando mi firma debajo y se la tiré en el pecho.

-Esto no te servirá.

-Oh, por supuesto que lo hará. Tiene mi firma.-con fuerza dejé caer mi mano contra el escritorio.-Si buscas a una puta, tengo varios nombres de bares que te puedo recomendar, Sr. Akashi.-odio puro mandaba hacia mí. Y sin más, salí de su oficina.

****

Varios meses han pasado y yo había conseguido un trabajo gracias a Kise de esos de servicio al cuarto, aunque eso no era lo único que hacía, ya que también me involucraba en las cuentas del hotel y eso me gusta bastante. Tarareaba una canción de iKON, mientras llevaba una cena italiana a unas de las suite del hotel, y cuando había terminado, la chica que de quedaba ahí ( lo que me pareció muy extraño ya que era mucha comida), terminó dándome una generosa propina de cien dólares, cosa que noe servía de mucho ya que aquí se usaban los yenes, pero luego recordé que a Kise le gustaba comprar muchas cosas por internet que muchas veces venían de América, y decidí guardarlos para dárselos luego.


Mientras iba por los pasillos sentí una mirada sobre mí, cosa que ignoré y seguí mi camino buscando a mi loco amigo.

 

Quité mi chaqueta al llegar a casa y cuando estaba viendo mi serie favorita comenzó a llover. Genial, mi clima favorito para ver mi película favorita junto a un bowl de helado de vainilla. Ahí pensé en él.

¿Qué estaría haciendo? ¿Comiendo? ¿Tomando algún trago? ¿Acostándose con alguien? Eso último, no lo deseaba ni de broma. ¿O acaso estaría haciendo esto mismo y pensando en mí? Pronto me encontraba en la ventana de mi habitación, la cual daba a la calle y dejaba ver la lluvia con mejor ángulo. Pronto, gotas similares rodaron por mi rostro. ¿Por qué todo fue así? ¿Por qué no pudimos conocernos mejor en vez de estar con ese ridículo juego de provocaciones? Yo definitivamente amaba a Seijuro, mi antiguo jefe, sólo que ya era demasiado tarde para decírselo. Mis ojos tristes observaron a un pobre gatito, totalmente mojado que trataba de taparse bajo unos arbustos. Mi corazón se estrujó al verlo y rápidamente tomé una manta, la cual enrolle en la parte superior de mi cuerpo, para después salir corriendo, dejando mi puerta abierta. Pero cuando salí, me llevé una gran sorpresa.

Seijuro sostenía al pequeño gatito en sus brazos, mirándome fijamente.

-S-Seijuro...

-Perdóname, por lo que más quieras. -mi corazón volvía a estrujarse. ¿Por qué volvía ahora? ¿por qué estaba frente a mi casa? Mis lágrimas salieron.

-Y-Yo...-él interrumpió rápidamente.

-Sé que dije algo que nunca debí haber dicho. Sé que me excedí ese día con Denise. Es sólo que por fin había avanzado un poco contigo y ella interrumpió nuestro momento. Yo ya no podía aguantar querer hacerte mío. Y todavía no puedo olvidarte.-su rostro mostraba tristeza pura, y sus ojos ya no eran bicolor, ahora eran del mismo tono de su cabello. -Lamento todo lo que dije con mi alma. Aún ahora no dejo de pensar en ti. Traté. Traté de sacarte de mi mente, créeme que lo intenté. Pero fracasé totalmente. Tú siempre estuviste aquí.-señaló su cabeza.-Y aquí...-señaló su corazón. Mis ojos comenzaron a lagrimar.

La brisa y las gotas de lluvia chocaron contra mis pies desnudos, gracias a la manta que traía encima, mientras le veía totalmente mojado por la lluvia. Sus ojos mostraban necesidad, suplica, deseo; las mismas cosas que sentía dentro de mi. Su cabello rosa estaba pegado a su frente y su boca pronunció mi nombre.

-Por favor, Tetsuya. Te necesito....-sus ojos estaban cristalizados y no por la lluvia. Los míos siguieron ese camino y mi corazón quemó en mi pecho. ¿Qué debía hacer? mis sentimientos estaban aclarados, entonces, ¿por qué esto parecía una de esas escenas típicas de las novelas, dónde los dos se aman pero no quieren aceptarlo? yo le amaba. Siempre lo supe.

-¿M-Me amas...?-esa pregunta pareció sorprenderle, pero luego mostró una pequeña sonrisa.

-Más que a mi alma...-el pequeño gatito que había en sus brazos, saltó y corrió entre mis piernas mojadas, hasta que entró por la puerta de mi casa, y mi vista le siguió. Cuando volví a moverla hacia el frente, sentí unos brazos rodearme con necesidad. Mi corazón saltó en mi pecho. ¿Cuánto hace que no sentía el calor de sus brazos?

Nuestras ropas totalmente mojadas, iban cayendo al suelo, dejando solo mi parte superior, mientras nuestras manos acariciaban el cuerpo del otro. Mi corazón latía fuerte, y sus labios cubrían perfectamente los míos. Sin pensarlo, enterré mis manos en su cabello, dándole un jalón, cuando sentí como succionaba mi cuello, probablemente dejándolo completamente rojo. Aunque poco me importó. Llegamos a mi cama en un santiamén, y me dejó con cuidado sobre ésta. ¿Esto de verdad estaba pasando? Mis mejillas se sonrojaron, cuando me observó desde arriba.

-Joder, eres tan hermoso...-un escalofrío trepó por mi espalda al oír esas palabras. ¿Yo hermoso? ¿no se veía a un espejo o qué? si yo era hermosa, él era, definitivamente el hombre mas sexy que había visto. Sus manos desabrocharon los botones de mi abrigo, y luego su boca se encargó de mi otra camisa. Cuando el aire tocó mi piel, mis pezones de alzaron vergonzosamente, y él los introdujo en su boca, sacando uno de esos gemidos que hace tanto que no salían de mi boca. Mi cuerpo se estremeció por el placer que sentía y su mano comenzó a masajear mi miembro ya erecto. Mi espalda se arqueó ante la nueva sensación y mi labio fue preso de mis propios dientes. Él me veía desde abajo, esos ojos, esa mirada que tanto extrañé. Grité su nombre cuando sentí una intromisión en mi parte baja, un grito de placer. Era mi primera vez haciendo eso, y aunque se supone que me doliera, yo no sentía nada de eso en absoluto, solo el placer que Seijuro me estaba dando en esos momentos. Mi piel estaba erizada por todas las sensaciones que estaban en mi cuerpo y supe que no iba a poder aguantar más.

-S-Seijuro....agh....n-no puedo m-más...-su mirada volvió a encontrarse con la mía, mientras succionaba mi prepucio con una lentitud que podría catalogarse como crueldad hacia mi persona. Su mirada decía hazlo, y la obedecí con mucho gusto. Fui testigo de como sus mejillas se llenaban y de como él tragaba todo para después hacer un camino de besos húmedos hasta mi boca, de la cual se apoderó sin piedad alguna. Sus dedos seguían bombeando en mi interior y yo no sabía en dónde más meter mi cara que debía estar completamente roja. Mis gemidos pronto inundaron todo el cuarto, mi cuerpo comenzaba a temblar y él solo me decía que lo dejara salir. Mordió mi labio con desden, y vi como se preparaba para entrar en mí.

-Tetsuya, no sabes todo lo que esperé y sufrí para poder hacer esto...-algo dentro de mi se movió, y mis brazos lo atrajeron hacia mí, besándolo lo más apasionadamente que podía, tratando de transmitirle todo lo que sentía en ese momento. Su miembro entró completamente, haciendo que gritara y algunas lagrimillas escaparan. Él paró, completamente preocupado y excitado, pero yo quería mas.

-Muévete, jefe....por favor...-le miré a los ojos y el gruñó.

-¡Agh, Dios! ¡no puedo con esa mirada! -sus brazos tomaron mis muslos, mientras él me apoyaba contra la pared de mi habitación, haciendo que su miembro llegara más profundo dentro de mí, tocando algo en especial allá dentro que hizo que gritara tan fuerte, que de seguro se escucharía en toda la casa. Agradecí el vivir solo. -Aquí es ¿no? tu próstata. -mis emociones ya no podían más. Sus penetraciones pronto tomaron un ritmo rápido, un ritmo que me gustaba completamente y yo solo pude gemir su nombre, mientras rasguñaba su espalda. Él decía que gritara mas alto, para que el mundo se enterara que yo le pertenecía, haciendo que mi amor por él creciera.

 

Con sus manos, trataba de separar mis nalgas, apretándolas y jugando con ellas. Mi mente estaba en blanco y sé que la suya también. No sé cuanto estuvimos allí, solo sé que de un momento a otro me corrí en nuestros abdómenes, haciendo que inconscientemente apretara mi trasero, provocándole el mismo destino a él, solo que dentro de mí. Y se sintió terriblemente delicioso. Busqué sus labios con desespero a pesar de estar cansado y nuestras salivas se mezclaron haciendo un juego excitante. Dejé caer mi frente en su hombro segundos después, mientras nuestros pechos subían y bajaban desenfrenadamente.

-J-Jefe... -él alzo mi rostro con una mano, y con la otra me sostenía.

-Aún no hemos terminado, Tetsuya...-mi rostro demostró el asombro que sentía y él sonrió malvadamente. -Es hora de la segunda ronda...

-¡¿EEEEEEH?!

Y mientras nos uníamos en cuerpo y alma, comprendí mi labor en esta vida. Amarlo. Yo nací para amar a Akashi Seijuro. Nací para gritar su nombre cada vez que me corriera. Nací para besar sus labios, mientras le decía que era lo más importante en mi vida. Entendí que el amor no siempre era amor al principio, ya que muchas veces comenzaba con su amiga, la lujuria. Aprendí que el amor no tiene genero, raza ni edad. Aprendí a amar a un billonario mujeriego pervertido y malvado joven empresario. Nací para ser el asistente personal de Akashi Seijuro.

Nací para atender a mi jefe...

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado tanto como a mi cuando lo escribi...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).