Las siguientes tres semanas fueron un asco para Suga, sus preciadas vacaciones de fin de semestre acababan precisamente aquel domingo y Yoongi no sabía que le jodía más, el volver a clases o el hecho de que pasó casi quince días encerrado en su departamento a la espera de que las feas marcas que habían en su cuello desaparecieran. Y es que el solo saber que ahí estaban le causaba una inmensa repulsión, un gran rechazo, y lo que menos deseaba era mostrar lo mucho que le hacía enojar toda esa situación a sus amigos, simplemente sería victima de sus burlas… una vez más. En fin, ya estaba resignado y supo al tercer o cuarto día que con maquillaje no podía disimular las marcas, así que solo dejó que los días se llevaran los tonos rojizos y violetas sobre la pálida piel de su cuello, y de todo su cuerpo, en realidad.
Ya que Min Yoongi pasó tiempo de sobra en su casa, decidió gastar calorías en algo más que no fuese levantarse para ir al baño. Así que decidido a saber sobre aquella estúpida noche interrogó a cada uno de sus amigos, los resultados fueron más inútiles de lo que pensaba, por lo que todo apuntaba a que debía esperar el inicio del nuevo semestre para comenzar a averiguar aquello que sus amigos no pudieron brindarle, alguna pista importante. NamJoon y Hoseok estaban tan ebrios aquel día que no recordaban nada, el más alto mencionó que le vio besándose con un chico, en cambio Hoseok mencionó que solo recordaba las espaldas difusas de ambos pues el mundo estaba de cabeza. Jin confesó no haberle visto con chico alguno y le creía, Jin era el tipo de amigo que le hubiese regañado por lo borracho que estaba y le habría llevado a otro lugar a enfriar su mente. Por último estaban sus dongsaengs más pequeños: JungKook y Taehyung, quienes habían confesado saber sobre el chico que abusó de su ebriedad, mas su decepción fue grande al saber que los menores se referían a que lograron ver su rostro, pero no sabían su nombre, o su facultad, ni siquiera sabían si pertenecía a la universidad. Simplemente no sabían nada de él, y realmente pensaba que era humillante su última opción: ir con un rastro de semen en su ropa interior a algún laboratorio tipo “CSI” para que averiguaran quien era el jodido cabrón que le había taladrado el trasero.
*
Bien, el nuevo semestre comenzaba una vez más y lo único que motivaba a Yoongi a ir el primer día de clases, y al segundo y también el tercero, y ¿por qué no? el semestre entero también, era, sin duda, hallar al jodido cabrón (alías oficial dado por YoonGi) que llevaba maldiciendo las últimas tres semanas, solo quería saber quién era y hacer su vida un infierno.
La rutina comenzaba nuevamente: él yendo a la universidad en su auto, encontrarse con Hoseok, oír sus burlas, todo para el menor era un chiste, al menos así era desde aquel día, más bien desde aquella “noche negra” como dramáticamente apodó Suga. Ninguno de sus amigos dejaba de mofarse de él y ahora no solo le decían que era un amargado, sino que era un amargado pasivo y realmente no pensaba vivir con esa etiqueta para toda la vida, no señor, no él, Min YoonGi.
Luego de estacionar su auto y entrar al campus, Yoongi y Hoseok junto a NamJoon que se les unió en la entrada, se dirigían a su salón de clases, mas a penas el más bajo de todos dobló en la esquina del último pasillo supo que su día sería una mierda cuando una masa con patas y que corría hacía él le arrolló haciendo que ambos cayeran contra las duras y frías baldosas del suelo. El muy inútil que se estrelló contra él solo miraba hacia atrás a pesar de que aún se encontraban hechos un lío y prácticamente enredados el uno con el otro. El chico ni le miró, solo pataleaba y aleteaba tratando de ponerse de pie y cuando lo logró su cara fue de espanto cuando vio que al fondo del pasillo venía corriendo y carcajeándose un agitado TaeHyung. El pelinegro ya de pie recogió sus cosas con evidente nerviosismo y se echó a correr gritando con voz suplicante un “Déjame en paz, por favor” dirigido a TaeHyung, cosa que Yoongi tardó en darse cuenta. En menos de un parpadeo el animal que le lanzó al suelo había huido despavorido. Por otra parte, TaeHyung iba trotando alegremente, pasó por al lado del rubio(que aún permanecía en el suelo) con la intención de continuar su persecución, mas su labor se vio interrumpida cuando un molesto YoonGi sujetó con fuerza el tobillo de V haciendo que casi tropiece, pero logrando detenerlo.
— ¡Jodido engendro! ¿Ves lo que has causado? — Gruñó enrabiado Yoongi, quien se veía mucho más pequeño tirado ahí en el suelo. Su voz molesta causó una suave risilla tanto en NamJoon como en Hoseok, también les había hecho reír la expresión de pánico que Tae tenía en aquel momento al notar el aura oscura que rodeaba a su pequeño y enojón hyung.
— Su…Suga hyung ¿Qué haces ahí? — Trató de hacerse el desentendido. — Vamos, vamos, ponte de pie. —Taehyung se inclinó hacia abajo y le tomó suavemente del brazo pero el mayor le apartó frunciendo aún más su boca.
— Yah, relájate, fue un accidente. —NamJoon habló y dio por acabado de forma anticipada el regaño que sabía que Suga le lanzaría encima a V. Con total facilidad le jalo con cuidado del brazo y le puso de pie. — Tú… — Apunto al menor de todos, Hoseok y Yoongi siguieron el curso del dedo de Rapmon. — No vayas como loco por ahí, vete a clases. —Señaló ahora en dirección al salón del chico, en menos de tres segundos desapareció de la vista de todos con una expresión agradecida.
Lo que restó del camino hacía el salón del música fue en completo silencio por parte de Hoseok y NamJoon, pero lleno de maldiciones y gruñidos provenientes de Suga, es que este último no aceptaba su mala suerte. No llevaba ni cinco minutos en su primer día de clases y ya sabía que su semestre sería una total mierda, solo le faltaba que un pájaro le cagara encima y listo, sería la guinda del pastel.
Sin mucho que acotar los tres entraron al salón y se ubicaron en sus puestos que acostumbraban casi al final de la sala, solían ser ruidosos por lo que no quería llamar la atención ni mucho menos interrumpir la clase cuando no ponían atención del todo. A la espera de que el docente llegase finalmente YoonGi dejó de lanzar improperios contra el “jodido cabrón”, contra el chico que le lanzó al suelo también, contra TaeHyung también. Contra todos a decir verdad.
— Joder, ya era hora. — Dijo Hobi riendo sonoramente haciendo referencia de que al fin se había callado. Recargó su rostro en la palma de su mano derecha y guardó silencio por un par de segundos. — Por cierto… ese chico que te tiró no lo había visto por aquí, ¿será un transferido a mitad de año? —Habló al aire, mas aún así captó totalmente la atención de los otros dos a su lado.
— Ahora que lo dices, tampoco lo había visto. Dudo mucho que sea transferido, posiblemente sea de otra facultad… quizá. —Respondió Rapmon de forma pensativa y luego miró YoonGi. — Si fuese un sunbae de la facultad de Artes lo conoceríamos, ya sabes… conocemos a todos acá, solo me queda pensar que puede ser un kohai y uno muy grosero por cierto, ni se disculpó con nuestra dama. — Bromeó haciendo que Hoseok riera y que YoonGi frunciera el ceño notablemente. — Aigo… la juventud de hoy en día. — Murmuró en un tono decepcionado.
— Déjame decirte, querido Nam… ese pensamiento que tienes de ese mocoso es lo que sentimos Jin y yo respecto a todos ustedes, manada de idiotas, de verdad, día y noche. —Decidió no ladrarle a NamJoon por llamarle “dama”, mas aquello solo avivaba su molestia contra el tipo ese. — En fin, cuando le vea encajaré mi patada en su trasero.
— Eres cruel, hyung. — Dijo Hoseok fingiendo un exagerado llanto por lo dicho por Suga.
— No te descargues con el chico, Tae lo estaba acosando, evidentemente no fue su culpa, además… ¿No es castigo suficiente el que Tae le esté molestando? —Terció nuevamente Rapmon. Todos se quedaron en silencio. Era verdad. Asintieron sintiendo un poco de pena por el chico, incluso YoonGi sintió compasión.
— Aún así… preguntémosle a Tae en el almuerzo quien era. — Dijo animado el chico de la gran sonrisa.
La conversación se vio por finalizada pues el profesor llegó azotando sus libros contra el escritorio frente a todo el salón a modo de saludo. Los tres suspiraron, finalmente las vacaciones habían acabado y era hora de aguantar profesores que al parecer no les tocaba su ración de sexo en semanas, pues eran el triple de amargados que Suga, y era raro que el mismo rubio aceptara eso.
*
Como era costumbre de todos, se reunieron en cuanto el segundo receso se hizo presente, almorzaban los seis juntos cada vez que podían, casi a diario. Se sentaban en una mesa alejada del escándalo de la cafetería de la universidad y conversaban de trivialidades y en su mayoría, cosas estúpidas y sin importancia. Los seis se hallaban comentando sus primeras clases y el día en general, Hoseok mencionó algo en específico, el incidente con Suga, y no perdería la oportunidad de saber que sucedía con el chico desconocido en el pasillo.
— Tae ¿Nos dirás por qué molestabas a aquel muchacho hoy en la mañana? —Consulto NamJoon aprovechando que J-hope había sacado el tema a relucir, llevó su gran sándwich a la boca dando un gran bocado al mismo cuando acabó su consulta.
Lo dicho por el más alto de todos llamó la atención específicamente en Jin y JungKook ya que ellos no habían presenciado el asunto temprano por la mañana, desconocían de qué hablaban. Las palabras de Rapmon fueron suficientes como para activar un resorte en el trasero de TaeHyung y hacer que brincara de su asiento para comenzar a buscar a alguien entre aquella gran multitud que se acumulaba más y más en la cafetería.
— ¿De quién habla? — Consultó JungKook estirando su cuello, mirando hacía todas partes, sin saber precisamente a quien buscaba.
— Oh amigo, ni te imaginas. — Murmuró con diversión Tae mientras intercambiaba una rápida mirada cómplice con el menor de todos soltando una melodiosa risilla en el proceso. JungKook le observó un tanto sorprendido.
— ¡Oh, oh! —El maknae contuvo el deseo de sonreír con amplitud, y simplemente asintió captando enseguida a quien se refería. — Luego te ayudo ¿si? — TaeHyung asintió y JungKook siguió comiendo su postre.
Los cuatro mayores que estaban en la mesa intercambiaron miradas suspicaces entre ellos, no pudieron evitar sentir que ambos maknaes se traían algo entre manos y no sabían si preocuparse o dejarles ser para luego reparar o enmendar sus desastres. O solo jugaban, o se avecinaba una tormenta.
— Tae… ¿Y el chico? — Insistió Rapmon al ver que TaeHyung había olvidado responder.
— Pues… —El chico de la sonrisa cuadrada volvió a sentarse finalizando por ahora su búsqueda. — Es un chico que queremos que sea nuestro amigo, solo eso. — Comentó de forma desinteresada y JungKook le dio la razón solo asintiendo.
— Casi me mata. — Gruñó Suga bostezando, segundos antes NamJoon le había pisado para evitar que se durmiese echado en la mesa. El platinado frunció el ceño recordando su cuerpo estampado en el suelo horas antes.
— No nos parece conocido, chicos, ¿es transferido? — Preguntó Hoseok.
— No sabemos nada de él, hyung, lo hemos visto… ¿Dos veces? Creo que es de la facultad de ingeniería, realmente desconozco todo de él, pero me parece un chico interesante.
— ¿Cómo es que desean ser amigo de alguien a quien no conocen? — Comentó SeokJin interviniendo por primera vez en la conversación.
— De alguna manera hay que comenzar. El chico es bastante torpe, despistado, ¡Quizá no tiene amigos! Y tal vez estamos haciendo una buena acción al querer acercarnos a él, ¿y si se siente solito? —Dramatizó su explicación JungKook formando un puchero que no iba para nada con su porte.
Jin sonrió con dulzura y orgullo, sus pequeños estaban madurando (o eso creía). Llevó su mano hacía la cabellera del menor de todos y le acarició a modo de felicitaciones por su noble acción, le dedicó una sonrisa exclusiva para él y le obsequió al pequeño las cerezas que le quedaban. Los ojos de JungKook brillaron y las devoró contento en apenas un segundo.
— Cuando logren entablar amistad con él preséntanoslo, Tae. — Pidió Hobi alegre de que quizá pudiesen tener un nuevo amigo. Todos asintieron menos Suga quien solo enseñó una sonrisa sarcástica.
— Si, Tae, preséntanoslo… ¡Para partirle el culo con mi zapato! —Refunfuñó YoonGi alzando su pie por el costado de la mesa dejando ver uno de sus Timberland negros.
— Ya quisieras. — Dijeron al unísono los dos menores comenzando a reír luego sonoramente.
Y una vez más todos se miraron entre sí refutando el pensamiento de que aquellos dos demonios, sin duda, algo se traían y nada bueno saldría de ello.