Lollipop
II
Culpa
— ¡Bienvenido Sei-nii! — Dije tan pronto la puerta se abrió, él no esperaba que estuviese en casa ese día, era una sorpresa. Corrí tan rápido como pude para abrazarlo, escuche su risa y más alejada escuche también la risa de Kuroko.
—Estoy en casa Kouki. — Alce mi rostro y sonreí, la sorpresa había sido todo un éxito, mis brazos rodearon su cintura y lo abrace tan fuerte como pude.
Seijuro revolvió mi cabello y yo, como si fuese un pequeño cachorro buscaba por más calidez, sus manos siempre fueron amables, siempre me cuidaron, sus manos me brindaban una calidez inmensurable, más que cualquier otra cosa lo único que deseaba era seguir sintiéndolas acariciando mi cabello.
—Creo que me siento desplazado. — Menciono Kuroko desde el final del pasillo, observando con una pequeña sonrisa, ese inocente acto. —Kouki-chan quiere más a Akashi-kun. — Tetsuya fingió llorar y Seijuro a mi lado sonrió con un ligero toque de orgullo.
No recuerdo que es lo que distrajo a Tetsuya, fue quizás la olla del estofado que hervía o el sonido de la lavadora al detenerse.
Mi mente se quedó en blanco cuando Akashi tomo mi rostro y se acercó rápidamente para darme un beso, un beso especial, un beso que sólo es para Akashi.
Sus labios estaban secos pero eran cálidos, muy cálidos. Sentía que había dejado fuego sobre los míos, quemaban y de alguna manera me sentía bien con eso. Esa sensación duraba por algunos segundos y cuando se iba me sentía extraño, incompleto y anhelante por el próximo beso.
— ¿Te gusto? — Seijuro siempre me preguntaba eso después de besarme, de tocarme o de llevarme al máximo placer.
Yo era pequeño y no entendía porque lo hacía, yo sólo le respondía con la verdad:
—Sí, me gusto. — Asentí, Seijuro solía hacer un guiño con su ojo derecho y justo después alzaba su dedo índice para ponerlo ligeramente sobre sus labios, era nuestro secreto.
—Pensé que tú mamá no tendría trabajo hoy. — Seijuro tomo mi mano y avanzo después de dejar su mochila en la pequeña mesa de madera cerca de la puerta principal. — ¿Iban a ir al cine?
Mamá había prometido llevarme al cine, estuve diciéndolo por todo una semana, contento con esa noticia, pero por un contratiempo de último minuto eso sería imposible.
Ella era una buena madre, siempre trabajo para darme todo lo que yo quisiera y por mi futuro, pero en ese proceso ella me descuido demasiado, no le recrimino nada, no puedo hacerlo cuando ella incluso llego a desmayarse por la falta de sueño.
—Mamá no pudo llevarme. — Le dije, antes de conocer a Seijuro me hubiese sentido decepcionado, hubiese aceptado el quedarme con Kuroko con una sonrisa fingida y cuando mamá ya no estuviera, entonces me habría soltado a llorar, Tetsuya era el único que conocía esa faceta en mí, porque él era quien me consolaba
Eso solía ser antes, porque todo lo que podía pensar era en lo afortunado que era de poder verlo.
—Eres realmente un niño bueno Kouki. — Estoy seguro que mis mejillas se sonrojaron, sentía mi rostro muy caliente, Seijuro se sentó en el sofá y yo me acomode a su lado, podía sentir su dedo pulgar haciendo pequeños círculos en mi mano.
Yo me reí por la extraña sensación.
— ¿Qué película iban a ver? — Seijuro tomo uno de los mandos del videojuego y me dio el otro, sonreí alegremente cuando le quito la pausa al juego que Kuroko y yo estábamos teniendo antes de que él se fuera a preparar la cena.
—Buscando a Dory.
— ¿Te parece ir conmigo el sábado próximo? — Grite emocionado, no por la película si no por pensar que pasaría más tiempo con Seijuro y por primera vez fui yo quien lo beso.
Un beso rápido.
El dijo que nadie debía saber, Tetsuya no estaba en la sala, pero podría llega en cualquier momento.
Mi corazón latía muy rápido.
Muy, muy, muy rápido.
Su rostro me dijo que no se espero ese beso, sin embargó él sonrió ligeramente de lado y se relamió los labios, su mano subió hasta mi rostro y la deslizo por mi mejilla, metiendo sus dedos entre mi cabello, los latidos de mi corazón retumbaban en mi oído y pensé que iba a salirse de mi pecho, la mirada carmín de Seijuro me hipnotizaba, no podía moverme, y no en realidad no quería hacerlo.
Cerré mis ojos esperando pacientemente. Un tercer beso.
Amaba…
Amo sus besos.
II
— ¡¿Cómo haces eso?!
—No es nada difícil. — Seijuro se inclino hacia mí, mostrándome el mando del videojuego, los botones que debía presionar y el orden. — ¿Ves?
Asentí, veía fascinado como sus dedos se movían sobre el control, escuchaba su voz y al mismo tiempo no lo hacía. Su tono de voz suave y masculina me llevaba a un estado de fascinación.
Seijuro era genial, Seijuro era amable, Seijuro sabía muchas cosas.
—Kouki-chan. — Mi momento a solas con Seijuro termino cuando Tetsuya se sentó junto a nosotros.
Me sentí un poco triste, pero esa sensación desapareció cinco minutos después cuando Tetsuya y yo formamos un equipo para derrotar a Seijuro. Recuerdo que nos tomo doce intentos, pero finalmente logramos vencerlo.
Extraño (un poco) esos días.
Cuando el “Game Over” apareció en la pantalla, Tetsuya se puso de pie.
—Hora de cenar. — Anuncio, repentinamente mi estomago pedía por comida. Gateé sobre el regazo de Seijuro para tomar su mano derecha, lo sentí tensarse y no supe porque, yo sólo quería saber la hora. Ahora que lo pienso no es difícil saber porque reacciono de esa manera.
—Quiero tomar un baño. — Le dije, eran casi las nueve en punto. Mamá llegaría muy tarde y a mí me tocaba quedarme a dormir con Tetsuya, no era la primera vez que eso sucedía, estaba tan acostumbrado a esta rutina que varios cambios de mi ropa estaban en el armario de Tetsuya.
Tetsuya quiso responderme o eso imagino, porque el tono de llamada de su teléfono lo distrajo, vi atentamente como contestaba aquella llamada, se alejo un poco… Esa era una mala costumbre en él, caminar mientras hablaba por teléfono.
— ¿Kouki? — Seijuro llamo mi nombre, aún seguía sobre su regazo así que solo hice mi cabeza hacia atrás hasta toparme con su pecho y vi perfectamente su rostro. — No me tientes. — Susurro suavemente y mi cuerpo se estremeció.
—Akashi-kun…
— ¿Qué sucede? — Seijuro me levanto con facilidad y suavemente me dejo a su lado en el sofá.
— ¿No te molesta si salgo media hora? ¡Pueden tomar un baño mientras esperan! —No sé qué paso con esa llamada, las mejillas de Tetsuya estaban ligeramente rojizas.
—Adelante. — Permitió, Tetsuya dio un pequeño salto, sólo tomo sus llaves y salió corriendo a quien sabe dónde. Era la primera vez que veía ese tipo de actitud en Tetsuya y fue un poco gracioso.
Seijuro seguramente si sabía a dónde iba Tetsuya.
—No cenen sin mí. — Grito al salir de casa.
— ¿Sei-nii?
—Vamos a bañarnos…
II
— ¿No has escrito nada?
—No tengo nada que escribir. — Me alce de hombros, las hojas que ella medio están intactas sobre la pequeña mesa. El lapicero encima de ellas no se ha movido para nada en esos tres días.
—Cariño, sé que piensas que…
—No, no sabes que es lo que pienso. — Negué sus palabras, si todos ellos pudieran leer mis pensamientos, si pudieran entenderme, entonces no me tendrían en este lugar, encerrado como un prisionero.
—Él te lastimo… — No la escucho, ella no sabe lo que dice. — Te quito tu niñez, la oportunidad de crecer sanamente…
— ¿Cuándo podré verlo?
No tenía interés en sus palabras vacías y de falsa comprensión, ya una vez me había mentido, no volvería a creer en ella.
Fue por su culpa, que yo estuviera aquí, fue su culpa que mamá llorara, fue su culpa que Tetsuya y Seijuro se pelearan, fue su culpa que Seijuro estuviera pasando un mal momento…
Fue su culpa.
Continuara…