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Heterocromía por Palabras de un Aprendiz

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Notas del fanfic:

  Intento de Riren, disfrutenlo.

Notas del capitulo:

  Una mirada puede decir más que cualquier cosa, sacar una sonrisa donde hay lagrimas, pero también hay sonrisas que despiertan un hambre bestial...

  Hoy debía irse solo a casa, su mejor amigo no había ido a la escuela pues era muy sensible a los cambios temporales y se enfermaba de nada, y su hermana estaba trabajando por lo que deberia tomarse el autobus o volver a pie. Optó por la segunda opción, siempre que se subia a algún vehículo con personas sentia las miradas quemarle la nuca como brasas calientes, sentia como esos ojos lo devoraban lentamente, desnudandolo y tocandole donde él no lo deseaba, por más que siempre se colocaba su parche siempre se concentraban en sus ojos...

  Ese día por el calor decidió no llevar el parche, ato su cabello que estaba bastante largo en una coleta que no impedia que unos cuantos mechones cayeran sobre su rostro, sus mejillas teñidas de un colorcito rosa por el calor que azotaba su cuerpo, ese día de verano era el más caluroso del año. Acómodo mejor su mochila listo para emprender el viaje de camino a su cómodo y pequeño departamento mientras caminaba despacio por toda la sombra que encontraba a su alrededor volvía a sentir esas miradas en su nuca, susurros de hombres y mujeres lo ponian nervioso, silbidos le molestaban los oidos, esas palabras dichas con lascivia pura le daban asco. Evitar todo contacto visual le servia pero de vez en cuando levantaba su cabeza volviendo a ser el objeto de miradas enamoradas, pervertidas, lujuriosas. Unos tipos a su lado se lamieron los labios cuales lobos hambrientos al notar semejante belleza suelta y sin protección...

-Oye hermosura...-pregunto el que parecía el lider, un chico rubio, de 1,88 m, mirada fría que ahora era de pura lascivia mientras devoraba con la mirada a ese dulce ser que lo miro curioso por fin prestandole atención.

-¿Me hablas a mí?-preguntó el chico colocandose un mechón de pelo detrás de su oreja, un acto sin indole sexual, pero que para el tipo significo una provocación que sería correspondida sin esperar.

-¿Cómo te llamas amorcito?-mientras acariciaba la mejilla del más bajo, sintiendo la suavidad de esa piel mientras veia como las mejillas del chico se sonrojaban, un ardor se estaba instalando en su pelvis con solo tocarlo ya se sentia exitado.

-M-me lla-llamó... Eren Jaeger señor...-contesto alejandose un poco de esa mano áspera y grande, mirando fijamente a los ojos a ese tipo gigante que se maravillo con esa mirada bicolor; Un ojos verde esmeralda que parecía una gema en el mar y el otro de un hermoso ambár que parecía alimentarse y brillar más con la luz del sol.

-Me llamo Raito amorcito... Pero podrías decirme "Rock"-sonrió de manera perversa al solo imaginarse a ese pequeño siendo sometido bajo su cuerpo, no es que le gustaran los tipos ni nada pero ese chico... Ese demonio disfrazado lo estaba invitando plenamente olvidarse de todo prejuicio, a revolcarse sobre los malos comentarios de las personas junto con ese cuerpo juvenil y lleno de sensualidad.-¿Te parece si te invito un trago Eren?-pregunto rodeando con su brazo la cintura del mencionado viendo como éste negaba rápidamente con la cabeza intentando soltarse de su agarre.

-Mi hermana se preocupará si no me ve en casa...-dijo forcejeando ese agarre que se intensificaba a cada segundo, el miedo se instaló en su pecho, ese tipo quería hacerle daño y la calle en la cuál estaba no había personas como para gritar y que lo ayudaran, se había alejado mucho del centro solo por evitar esas miradas que lo desnudaban y violaban sin su permiso, ahora tenía a un tipo tan cerca de su cuerpo y él sin nada que poder hacer, indefenso...- Mikasa...-pronunció bajo siendo arrastrado por Raito y dos tipos más que tenian pinta de ser matones o malas personas, forcejeo y hasta mordio la mano de Raito sacandole sangre, lo segundo a ello fue un golpe en su boca y en su estómago, tosio mientras daba bocanadas desesperadas de aire sintiendo su cuerpo caer pesado sobre una superficie dura que hizo que le doliera la espalda, dio un gemidito quedito por el dolor sintiendo un peso en su pelvis mientras su vista nublosa trataba de fijarse en un punto especifíco de aquel callejón maloliente donde estaba paralizado sintiendo esa fuerte presión en sus muñecas a la vez que una húmedad se deslizaba por su cuello hasta su clavícula y allí convirtiendose en una mordida que le dolió, lo hizo llorar y quejarse, mientras dos manos más se deslizaban dentro de su camiseta toqueteando a su antojo su vientre, su pecho y sus pezones. Las lagrimas mojaban las mejillas de Eren se sentía asqueado, asustado y le dolía el cuerpo, intento gritar pero fue un grito ahogado que múrio en unos labios que devoraron su boca sin permiso, adentrando una lengua caliente que violaba y quitaba la virginidad de su boca, recorriendo toda su cavidad en un intento desesperado de saciarse de esa dulzura que era endemoniada.

-... Eres hermoso...-exclamó Raito mirando el estado de su nueva presa, indefenso, llorando, temblando y listo para ser devorado, se sintió un verdadero cazador orgulloso de su premio, lo disfrutaria y como no era una "mala persona" lo compartiria con sus amigos que ya demostraban un estado de exitación muy notable, estaban igual o peor que él, deseaban y necesitaban sentir la calidez de esa carne posiblemente virgen, completamente inexplorada y que ellos mancharian y marcarian con todo el gusto el mundo.

-... Dejenme ir... Por favor...-jadeo una vez sintió su boca liberada, hillilos de saliva escurrian por su barbilla, sintió un fuerte jalón que provenia del cierre de su pantalón, esas manos tocandole la entrepierna, metiendo unos dedos por los costados de la prenda toqueteando su miembro dormido y sus testículos, temblo y una chispa dentro de sí le hizo dejar de forcejear dejandole oir esas risillas de maldad pura provenir de esos animales que tenían las peores intenciones para con él.

  Recordó las clases de defensa personal que le dio su hermana Mikasa, apreto los puños y encesto una fuerte patada a la ingle del tipo llamado Raito, en ese momento de sorpresa tomo su mochila sacando una pequeña picana eléctrica que acercó sin temor alguno a esos tipos que se retorcieron sintiendo las descargas altas torturar sus nervios.

  Su cuerpo temblaba por completo, el terror le salia por cada poro del cuerpo, debia escapar antes de que se les pasára el efecto de la patada y la picana. Se acómodo la ropa tan rápido como sus nervios reventados se lo permitieron y salió corriendo de aquel lugar, empezando a correr sin rumbo alguno, alejandose de esos tipos mientras las lagrimas calientes nublaban su vista, haciendolo chocar con cuánto peatón se encontrara en su desesperada carrera de escapar del pánico que le venía pisando los talones. Su mente se concentró en un solo objetivo, encontrar un lugar seguro donde pedir ayuda, llamar a su hermana y tratar de olvidar que casí lo violaron...


                                                             ***


-¿¡QUÉ DEMONIOS QUIERES DECIR CON ESO!?-el grito se oyó por todas partes, retumbando en las amplias paredes que eran pulcramente blancas, como esas paredes de los hospitales para enfermedades mentales. La causante del grito fue una joven de unos 22 años, mientras golpeaba por quinta vez el enorme escritorio de madera de roble donde del otro lado estaba sentado elegantemente un hombre con expresión algo aburrida, molesta, irritado estaba ya por escuchar todos esos grito que le daban jaqueca.

-Ya te dije Petra, el contrato entre nosotros se anulo, no te ajustas a mis gustos, te quejas demasiado. Eres una buena sumisa, pero no te adaptas a mis gustos...-

-¡Tus gustos son enfermizos! ¡Son raros y completamente degradantes!-exclamo molesta, sintiendo las lagrimas mojar sus mejillas sin importarle que la miraran, esa expresión fría y tosca terminó de romper los pocos restos de su corazón. Ya todo estaba pérdido, no volveria a tener una oportunidad así con ese hombre, ni ahora ni en mil años.-¿Qué hice mal Rivaille?-

                                                    

                                                                ***


  Eren solo entró a la primera puerta accesible que se mostró en el camino, su paso acelerado, su estado deplorable y su manera de pedir ayuda lo hacian excelente expresión de una pelicula de horror. Una mujer se acercó angustiada al ver a ese muchachito en estado de completo shock, la joven pidió ayuda mientras sentaba a Eren en unos sillones intentando calmarlo, pues éste no dejaba de balbucear cosas.

  El desorden de afuera le estaban molestando, primero Petra, ahora quién sabe por cuál cosa estaban haciendo ruido esos inútiles que trabajaban en su empresa. Se levantó de su cómodo sillón para ir a ver a que se debia tanto desorden, un grito basto para callar a todos hasta a un shockeado Eren que clavo sus ojos bicolor en aquel hombre de porte intachable, mirada tan fría que le helo la sangre.

-¿¡Qué demonios sucede aquí!?-pregunto notando a ese desorden andante, esos ojos rojos de tanto llorar, esa mordida que sangraba en su cuello y esos ojos... Esos ojos que despertaron un deseo casi canibal en su cuerpo, sus nervios se tensaron levemente mientras un calor naciente se acómodaba muy tranquila en sus caderas, recorriendo su ingle y haciendole dar un leve jadeo, imperpectible para todos, y en su mente un solo pensamiento- "Así que eras tú la razón por la que nunca me divertía con Petra..."-
sin poder evitar esa mirada de pura lujuria hacía esa bestia sumisa que temblaba en brazos de su secretaria Khrista.

Notas finales:

  Disfruten.


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