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Te Protegeré (The classic love) [KaiSoo] por ThernonSeria

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Notas del fanfic:

Es una historia, que personalmente, me sastifació en muchas maneras. No sólo se trata de los problemas, si no que también del amor que, aún de tanto daño y años, prevalece con más fuerza que antes. 

Notas del capitulo:

El primer capítulo está dividido en dos partes, sin embargo aparecerán como cap 1 y cap 2. 

Viajó durante más de cinco horas. El vuelo había tenido contratiempos y, sin embargo, pudieron arreglárselas para comenzar a volar. Los pasajeros no estaban satisfechos con los contratiempos y menos con la azafata que había armado escándalo en las cabinas. A nadie le alegraba la idea de viajar con una persona "loca" y es obvio que a Kyungsoo no le agradaba la idea que digamos. Se supone que debieron expulsarla del avión y llevarla presa, no obstante, hicieron las cosas a su manera y la dejaron continuar con su empleo.

Había bufado muchas veces, incluso le pidió a su compañero de lugar que le pidiera una copa de champaña para relajar las tensiones de su cuerpo. Su hermana le pagó el pasaje a Corea del Sur cuando supo que Kyungsoo ya había culminado sus estudios en China. Sooah casi lo deja sordo cuando pidió explícitamente su presencia para el funeral de sus padres, además lo necesita para su pronta boda con un empresario al cual ni siquiera tiene osadía de conocer.

Su cumpleaños número veinte y tres se aproxima y Sooah ha querido que lo festejara en la lujosa mansión, con el propósito de mantenerlo bajo sus alas aun cuando Kyungsoo fuera mayor. Es por eso que, luego de haber aterrizado, espera en el aeropuerto junto a su amigo con el cual ha compartido varios años de amistad. Según Sooah, el señor Lee está ansioso por conocerlo y recibir la autorización para hacerse cargo de él. A Kyungsoo le parece muy osado aquello, de todas formas debe obedecer a Sooah si no quiere terminar de patitas a la calle.

Pero y si fuera así, él solito podría buscarse un departamento y vivir una vida sin lujos, sin hermanas protectoras y sin hombres ejercidos en empresas. Kyungsoo prefiere dormir bajo un puente a tener que convivir con personas de ese tipo (incluso su hermana se comporta como toda un reina).

—Oh, ahí llega mi hermano. Nos vemos, Kyungsoo. —Sonríe con felicidad hacia el joven que tuvo la amabilidad de estar junto a él, para después besarle la mejilla y dejarlo tomar su camino.

—Hasta pronto, Yixing.

Lo ve alejarse muy sonriente junto al tipo que lo abraza con alegría. Esa imagen es tan adorable que le dan ganas de salir corriendo y buscar a su hermanito para darle un gran abrazo y de paso contarle lo que sucedió con Sohyun, su exnovia, en el extranjero. A Sooah no le puede decir nada, le tiene más afecto a Jungkook, su hermanastro. También quiere mostrarle sus comidas culinarias, además explicarle sus conocimientos de repostería que aprendió. Jungkook siempre ha estado para cuando lo necesitaba y él quiere estar junto a su hermano menor.

Cuando Kyungsoo decidió irse a terminar sus estudios lejos de sus padres, Jungkook estuvo dándole ánimos desde que desapareció de la vida en Seúl, y Sooah sólo le enviaba dinero y besos cariñosos (afecto de hermana mayor rencorosa).

Es un chico duro de roer, también muy terco e inestable, todo porque sus padres lo han creado así. Durante el año en que tuvo una relación con una chica menor, Sohyun; supo que tendría que existir amor en una relación para que pueda funcionar. Y después de haber estado en una relación con un chico del reformatorio, comprendió que amar es difícil sino es con esa persona.

Es por eso que perdió un año valioso en algo que no valió la pena, viviendo celos innecesarios y peleas estúpidas. Sabía que esa relación no duraría eternamente, pues el amor que sentía por Sohyun no era verdadero y sólo era parte de un me gusta sexualmente. Nada más que sólo atracción se podría decir.

Y todo eso, incluidas las veces que se relacionó con mujeres mayores. Fue muchas veces hostigado por ellas, diciéndole que estaba perdiendo su vida en buscar amor donde no lo hay, y hasta cierto punto esas mujeres tenían razón. Kyungsoo está seguro que su corazón no está preparado para encapricharse y según Sooah, es mejor disfrutar la juventud.

Es por eso que con Kim Sohyun sólo logró entablar una amistad luego de ese fracasado noviazgo. Porque su corazón seguía encerrado en la capa cegadora de Jongin.

—¿Hermano de Sooah? —Un hombre de traje negro con gafas del mismo color y de cabello platinado, tocó su hombro con seriedad. Asiente indiferente pero a la vez curioso. —Vengo por usted. Su hermana tenía asuntos que atender.

El menor conocía a Sooah y sabía que "asuntos que atender" se refería a satisfacer a su prometido en todos los sentidos. Pues una vez, antes de que sus padres tuvieran ese accidente automovilístico ella había confesado estar obsesionada con el sexo que tenía junto a su hombre. Le relataba todo con detalles y en ese momento Kyungsoo creía que debería hacer oídos sordos, pero después terminó aferrándose a esas imágenes y luego sintió repulsión al pensar en su hermana con su prometido haciendo eso.

—¿Qué tipos de asuntos? —cuestiona, el hombre arquea una ceja en diversión, Kyungsoo sonríe con sorna.

—¿Es necesario que responda a eso? —Se voltea y le pide que lo siga.—No me gustaría dejarlo con un trauma.

—Sooah ya me lo ha dejado desde que tenía quince, y por lo tanto, lo que sea que ella llame "asuntos" debe ser algo muy familiar a lo que me decía en esos tiempos.

—Perfecto. Por cierto, soy Oh Sehun. —Y el menor iba a responder a ello, pero el hombre continuó. —Sé su nombre, no hace que me lo recuerde.

—Um —Caminaron por los pasillos del aeropuerto, Kyungsoo cargando su equipaje ya que Sehun había ignorado ayudarlo. —¿Eres algún tipo de eso Hombres de negro?

El hombre se voltea a mirarlo cuando han llegado hacia un automóvil lujoso, sacándose las gafas con diversión. Le sonríe un poco y vuelve a su rostro esparcido de seriedad.

—He visto millones de veces esa película, no estaría mal compararlo si se viste así.

Esboza una sonrisa con dificultad.

—No se parece nada a lo que dijo su hermana.

—¿Qué dijo de mí?

—Que no tiene sentido del humor, carece de amabilidad y que es mujeriego. —Arquea una ceja con confusión, el menor muerde su labio. —¿Lo de playboy es verdad?

—Claro que sí. Esto es carne coreana y china, por lo que muchas mujeres se mueren por éste bombón —No olvidemos del ego calándose desde el interior corazón de Kyungsoo.

Sehun chasquea la lengua y le abre la puerta con una media sonrisa, el más bajo ingresa hacia el interior del auto para después dejarse caer libremente en la comodidad del asiento. El hombre se pone detrás del volante y le dirige una mirada inocente por el retrovisor antes de ponerse en marchar, Kyungsoo le sonríe y luego juguetea con su celular.

Hace siete años no pone un pies en su país natal, siete años sin ver a sus amigos de la infancia y fueron tortuosos esos años sin la compañía de sus amados y altaneros amigos, incluso pensó buscar a Jungkook y fugarse juntos. Observa por la ventana el paisaje de la cuidad de Seúl, expresando en sus muecas faciales cuán hermoso era lo que sus ojos veían.

—No me has respondido.

—¿Hm?

—¿Qué eres exactamente? Si no me lo dices tendré que decir "Él es mi hombre de negro" a las personas que me pregunten por ti.

—En realidad soy el asistente del señor Lee, pero su hermana me ordenó ir a recogerlo —dice, cálido.

—¿Como un guardaespaldas? —enarca una ceja por el asentimiento del alto, bufa y lo observa en silencio. —Entonces... Si quiero salir a algún lado ¿tendré que ir contigo?

—O con mi esposo.

—¿Disculpa?

—El señor Lee es mi jefe, sigo órdenes de él cuando se trata de trabajo ¿Puedo tuitearte? —Kyungsoo asiente.

—¿Cómo se llama? Sooah se olvidó ese pequeño detalle.

—Lee Taemin, pero sabes... no lo llames así cuando se trata de trabajo. Si lo llamas por su nombre, le afecta la vena colérica. Pero su hermano es muy carismático, él es genial.

Kyungsoo sonríe con carisma. —¡Genial! Me gustan las personas así.

—¿Eh?

—Lo que oíste. —murmuró divertido.

Sehun sólo asintió girando en la calle horizontal de la ciudad, dejando atrás una hilera de árboles.

—Está bien.

—Sí.

«

«

«

«

«

Tardaron alrededor de dos horas en llegar al barrio de la cuidad, y por lo que ha visto sabe que, aunque hallan casas lujosas y edificios empresariales, el lugar era aterradoramente peligroso. Sin embargo, podría adaptarse ya que recuerda muy poco de Seúl.

La casa era grandísima, tenía una fuente en el centro y a su alrededor había miles de flores que le daban un aspecto más primaveral. Algunos guardias custodiaban la entrada, usando handies para comunicar su llegada. Las rejas sobrepasaban los dos metros y casi podía jurar que uno de los hombres era igual de alto que éstas.

Kyungsoo mira por la ventana en cómo el agua cae de la estatua del niño desnudo que lucía sólo una túnica cubriendo su espalda. Tose dramáticamente provocando una carcajada leve en Sehun. Se sorprendió que aquella estatua tuviera su intimidad más larga y grande que la de Yixing; él era más del tipo salchicha. Limpia rastro de saliva que se escurrían por las comisuras de sus labios y se irgue con decisión sobre el asiento al sentir el vehículo deteniéndose.

Y no se equivoquen, su amigo "el chino" había concursado por webcam con su novio, por lo cual logró ver su intimidad.

La puerta fue abierta por fuera, abre los ojos al darse cuenta de que el hombre alto (supone que mide más de dos metros) está esperando a que moviera su cuerpo y salga hacia afuera. Su mirada era pesada y moribunda, mandíbula tensa y labios apretados; manos cruzadas por detrás y gafas cubriendo sus ojos. Kyungsoo es invadido por la incomodidad pero él es fuerte y hombres así no podrían hacerlo intimidar fácilmente.

—Hola —Saluda amablemente, él lo ignora—. Maleducado.

—Le cortaron la lengua —Oye a Sehun decir por detrás, y sus ojos se abren arduamente, mirando vacilante el cuerpo del hombre.

—Lo... siento. No quise ser así. —Inclina su cuerpo, recalcando sus modales. Luego de hacer su venía de disculpa, sacude la cabeza mientras persigue a SeHun.

El hombre de "negro" al que le cortaron la lengua venía detrás, enviándole a sus fosas nasales el olor inmundo a cigarro. Trató de no girarse y pedirle que no hiciera más aquello, que no soplara su aliento por donde él estaba, sin embargo bufa y sube los pequeños peldaños que había de escaleras.

Frunce el ceño un poco más y tensa su gesto cuando dos hombres salen por las puertas marrón brilloso. Su mente estaba jugando un papel importante en estos momentos, pues estaba pensando que era una Mansión de mafiosos. No le gustaría enterarse de que Sooah está aliada con un tipo al que le tenían que decir «Bambino». Claro que no le interesa cuánto dinero posean, sólo no le agrada ese tipo de hombres y menos que su hermana esté allí.

Pero ojo, es sólo una idea que se plantea en su mente al ver a todos esos hombres, pero quiere creer que es eso, sólo una simple idea irreal que su cabeza creaba con el fin de hallar alguna lógica a los hombres de negros.

Los mira con una ceja alzada y luego continúa la persecución que le hacía a Sehun. Entró a la casa con un poco de sorpresa, que va, estaba fascinado por ver muchos elementos lujosos. Una hermosa araña se intercalaba en el centro del techo, expresando finés y elegancia al lugar. Había un plasma enorme cerca de una chimenea y hacia conjunto con las dos largas escaleras. Parecía ser un palacio, imitando a los que poseen en Inglaterra para la realeza.

Mordía su labio con efusividad, moviendo los ojos desde las escaleras hacia Sehun y el que supuso es el esposo. Se detiene unos segundos para grabarse los detalles del lugar, y después de esconderlo en sus pensamientos, sonríe hacia el chico con cara de ángel. Se podría decir que los dos hombres eran un poco parecidos, incluso pensó que eran hermanos por lo que se esforzó para no mostrar asco ante ese pensamiento incesto. Ugh.

—¿Dónde está Sooah? —Se acerca hacia los inquilinos que estaban en posición sargento, uno al lado del otro, y a los segundos se incorporaron las otras dos personas.

—En sus asuntos —El esposo de Sehun hace una venía y se planta frente al más bajo. —Soy Xiao Luhan.

—¿No eres de por aquí? —Luhan asiente con diversión, el más bajo esboza una gratificante sonrisa pues le había caído muy bien aquel hombre. —Perfecto. Al menos eres gentil y bonito.

—¡Oye, yo fui amable contigo! —se quejó Sehun.

Kyungsoo se ladea un poco para poder mirar al hablante, le sonríe en broma y después niega.

—Sólo te reías torcidamente y luego volvías a tener el rostro tensionado. Al menos tu esposo es muy simpático y más sonriente que tú. —Luhan se ríe con sorpresa por la sinceridad y confianza del chico bonito, como le decía Sooah. —En fin, ¿cuánto tarda mi hermana en hacer sus "asuntos"?

Los esposos quedaron con las palabras en la punta de la lengua al ver a la mujer bajar por las escaleras con rapidez, saltando a los brazos de su hermano sin detenerse a pensar en sí caerían juntos. Y así fue, ambos yacían tirados en el piso mientras se abrazaban con nostalgia y alegría. Sooah no ha visto mucho a su hermano y ahora en que lo tiene en sus brazos no lo puede dejar y menos cuando se convirtió en un hombre muy hermoso.

A los segundos Kyungsoo reacciona, dándose cuenta de que se encontraba de espaldas al piso, con el dolor apuntándose en su espina dorsal gracias al peso de su hermana. Por lo que pudo notar, ella había subido unos kilos, sin embargo nadie le quitaba ese cuerpo femenino con curvas extremadamente sensuales.

Le ruega con la mirada a Luhan, oyendo los insistentes te quiero mucho, hermanito que Sooah le murmuraba con emoción. El hombre de negro, y con un handies en la mano, el chico sin lengua, sostuvo de los brazos a la mujer y la impulsó con fuerza para levantarla. Luhan se acercó al menor y lo ayudó a levantarse, después golpeó al sin lengua por ser descortés.

—¡Ay mi niño, estoy muy feliz de que estés aquí! —Vuelve a abrazarlo, ahogándolo en un fuerte abrazo.

—No es como si tuviera opción. —Bufa en resignación en cuanto al abrazo de Sooah. Ella los estruja con emoción y luego esparce muchos besos por las mejillas regordetas de su hermanito. —Ya, es suficiente. He salido de China para no quedarme con Sohyun y sus besos de novela... Y ahora me encuentro a una doble.

—Sabes que te quiero.

—No lo creo.

—Eres mi hermano lindo.

—No me convencerás. Ya no me vendo a tus halagos.

—Hay una cocina grandísima, muchos condimentos y utensilios.

—Bien. Has logrado que caiga. —Esboza una sonrisa y él es quien procede a estrujarla en sus brazos. —Te extrañé demasiado, Sooah. Y bueno, um, esto es complicado ¿Dónde está?

—Está duchándose, en seguida bajará. —dice, chillando de emoción. —Te llevaré a tu habitación para que arregles tus cosas... —confundida mira hacia atrás. —¿Dónde están tus equipajes?

El menor mira a su alrededor, rascando su nuca. Un clic es lo que suena dentro de su mente, dándole el paso a la inocencia... Pues había olvidado decirle a Sehun que guardara su equipaje dentro del coche, ya que se había encismado en una conversación con este que ni idea de sus maletas. Se encoge de hombros y tuerce una sonrisa lastimera, rogando a sus padres que la hermosura de Sooah no le dé el sermón del año.

—¡¿Qué tienes en la cabeza?! ¿Cómo se te ocurre olvidar tus cosas? ¡Kyungsoo! —En lo último suspira, abriéndose paso por las escaleras. Sooah le dirige una mirada cargada de odio a Sehun. 

—Yo no fui.

—¡Conociéndote, serías capaz de dejar a una anciana morir!

—Es que habíamos estado hablando que ni cuenta de cosas pequeñas.

—¡Me vale, me vale! —alegó, voltea hacia el menor. —Sígueme, Dulzura.

—¿Ahora soy tu dulzura? —ríe, sube los escalones con vagancia. —Ajá. Sooah, ese apodo de fruta sueles decírmelo cuando quieres hablarme de sexo.

—¡Cállate!

Tks... Recuerdo esa vez donde...

—Ya fue suficiente —espeta, cubriéndole la boca con su mano llena de anillos mientras las risas de los otros dos coreaban—. Si ven a Taemin, díganle que estoy arriba con Kyungsoo.

Camina detrás de la mujer, virando los ojos con cada insulto que la mujer suelta al ver cómo unos chicos jóvenes —guardias— desvestía al muchacho de pies a cabeza. Se decía despedir a los chicos jóvenes, en realidad tendría que pedir la autorización de su esposo antes de hacer algo. Kyungsoo solamente niega con una risa, poniendo cara de pena hacia los chicos que recibieron el peor insulto del año.

—Luhan te dará algo con lo cual puedas cubrir tu cuerpo para el entierro.

—No es necesario, tampoco es obligatorio que asista al velorio el "hijo rebelde" de los señores Do.

—Pero la hija prodigio debe estar allí, y aunque hayan hecho de tu vida un desastre, y del otro estúpido, siguen siendo sus padres.

Abre la puerta de color blancuzca y se adentran en ella, luego quedan a solas como sabían estar desde pequeños. Kyungsoo mira la habitación con maravilla, pues nunca en su vida había visto muchas cosas caras en una habitación. Dios, había una computadora y un televisor un poco más pequeño que el plasma de la sala.

Un balcón que daba la mejor vista hacia el lado contrario a la entrada, el césped bien cuidado y la gran piscina. Unos cuantos jardineros los saludaron y a la tardía de unos segundos, se cohibieron al ver la mirada mordaz de Sooah. Rodea a la mujer y se deja caer en la cama, suspirando relajadamente al sentirse descansado.

—Sabía que te gustaría —dice ella, cerrando las puertas del balcón.

—No las cierres. Ya soy bastante grande ¿no crees? Y sé protegerme y no, no soy gay —Sooah arquea una ceja en duda, el cuerpo tan delicado de su hermano le decía otra cosa, aparte hace unos años creyó que tenía un encuentro carnoso con algún chico—. En serio, no lo soy.

Vuelve a aclarar al sentir la mirada inquisitiva y confusa de la mujer.

Ahg, tienes razón. De todas formas necesito ser así porque conozco tu comportamiento.

—Pero sé cómo comportarme... ahora me independicé y crecí —murmura, alza la cabeza de la almohada para mirarla—. No te preocupes, los esposos me cuidarán bien.

—Eso es lo que temo, cariño. —Se arroja encima del menor y lo abraza protectoramente.

—Sooah, aún no conozco a tu futuro esposo, y si quieres que lo haga, déjame duchar siquiera.

Ella se irgue y después de besar la coronilla del chico, salta de la cama para irse directo a la puerta. El más bajo lucha por contener una carcajada, pues su hermana limpia una lágrima para retirarse de la habitación con un «¡Apresúrate, enano!»

Cierra los ojos y deja que la paz reine por un segundo allí, reconfortándolo de energía para llevar un día activo y merecedor. Le encantaría recorrer la cuidad y de paso encontrarse con Yixing. No le había dado su número telefónico pero acertó en que vivía en la misma calle o eso es lo que entendió. Se le complicaba hablar en mandarín, sin embargo logró mantener una conversación en ese idioma y en inglés, pues el chino no sabía mucho coreano que digamos.

Flojamente se quita las zapatillas, luego como un perezoso sostiene el borde de su camiseta y la tira hacia arriba, quitándosela rápidamente. Su chaqueta queda arriba de la lámpara, su camiseta en el piso y las zapatillas llegaron a meterse debajo de la cama. Desordena su cabello, pues fue tan tonto que olvidó pedirle a Sooah ropa ya que no podría vestirse con lo mismo.

Desabrochó el cinto, golpeándose con la hebilla en el abdomen. Arroja la prenda cerca del balcón y se mete dentro de las sábanas de color carmesí, suspirando cansinamente.

Escucha el rechinido de la madera siendo abierta forzadamente, sin embargo tararea una canción para no oír nada más del exterior. Necesita dormir un poco antes de torturar su paz en el velorio de sus padres, de todas las peores personas que estuvieron a a su lado, ellos obtuvieron el título de los mejores. Otro ruido se percibe, y con un agitado bufido, chasquea la lengua.

—Uh, lo siento. —Escucha aquel tono de voz pacífico y suave. Se sienta como un resorte. —Quería darte la bienvenida como se debe, enano.

«Oh, no, mierda»

Notas finales:

¡Hola, preciosuras! E aquí mi próxima historia y a decir por mi alegría, me gustó mucho escribirla. Ya tengo varios capítulos adelantados y como éste tiene 3k de palabras, el próximo será más corto.

Cuando estoy tan emocionada me dispongo a escribir extensamente, explicado todo y a la vez haciendo nada.

En fin; gracias a los que terminaron de leer el capítulo y nos veremos en los días en que pueda darme un tiempo en actualizar.

 

 

 


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