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Para tener una buena vida 2.0 por liaran_chan

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Notas del capitulo:

Hola amogos, del mundo del yaoi

Espero les guste este cap donde no solo pongo en predicamentos a Lucius sino que además aprendemos un poco más de tradiciones magicas, espero les agrade mi visión y dejen comentarios

Capitulo. XIII Comienza el verano y las penurias de Lucius

 

Harry Potter con sus 25 casi 26 años que había vivido, tomando en cuenta toda su vida, el uso de trasladores era demasiado frecuente para él. Pero, a pesar de esto, aún no los utilizaba como se debía. De hecho, siempre que los manejaba terminaba cayendo de manera abrupta. El chico de los ojos verdes se justificaba, diciendo que  ese instrumento era para viajar como último recurso, más que nada, cuando la muerte lo asechaba; por obvias razones en eso momento lo que más le interesaba era sobrevivir, el aterrizaje pasaba a segundo plano.

 

Por eso cuando uso el traslador con los Malfoy ya estaba imaginándose caer de manera apresurada y vergonzosa frente a su rubia adoración, cosa que por cierto para su felicidad no paso, ya que Lucius Malfoy lo tomo del hombro mientras le daba las indicaciones de cómo debía de hacerlo, evitando así la vergüenza de su vida. También ese simple gesto le demostró al moreno que su actual tutor era mejor padre de lo que era Arthur Weasley, quien a sabiendas de que Harry no sabía usar medios mágicos para trasladarse, solo lo dejaba a su suerte, a la bendición de Merlín. Una razón más para creerle a Draco cuando le dijo que: “Algunas familias eran mejores que otras”.

 

Estaba pensando en eso Harry cuando la tersa, asombrada y escandalizada voz de Draco Malfoy cubrió el recinto — ¡¿QUÉ?! — El heredero de los Potter pudo ver como su adorado rubio gritaba esas palabras al mismo tiempo que manoteaba y se alejaba de su madre.

 

Narcissa Malfoy no se mostró sorprendida por eso y repitió sus palabras con la misma calma y paciencia que al principio, como si no le afectara la negativa de su hijo —Vas a tener un hermanito, serás hermano mayor Draco.

 

La cara del menor de los rubios mostró sorpresa, de hecho abrió grande los ojos, luego negó con la cabeza como si no creyera lo que estaba escuchando, para ese entonces tenía sus iris cerradas —No, no, no es verdad— pronuncio de manera atropellada —¡Estas mintiendo! — le reclamo mientras la miraba con unos ojos de reproche acusándola de traidora.

 

—No hijo, de hecho tengo casi dos meses de embarazo, es un hecho que serás hermano mayor— explico Narcisa con la misma gracia de al principio.

 

Para ese entonces, Draco tenía los brazos cruzados, los labios apretados y los ojos mirando amenazadoramente como si retara a su madre a afirmar lo del bebé, por eso al escuchar la respuesta grito un —NO, NO LO QUIERO— pronunció berrinchudo, pataleando y aventando todo antes de salir corriendo.

 

El arrebato de Draco duro unos cuantos segundos, por lo que cuando Narcissa reaccionó el pequeño rubio salía de la habitación —Draco— llamó suavemente la mujer en un intento de tenerlo, aunque sin mucho éxito.

 

— ¡Draco Lucius Malfoy Black regresa en este mismo instante! — llamó Lucius a su heredero cuando vio el desplante que le hizo a su esposa.

 

Lucius vio el intercambio de palabras entre Narcissa y su retoño, manteniéndose al margen durante la conversación al ver la insolencia de Draco tuvo que intervenir, solo que su amenaza al parecer no causo el efecto deseado por que su hijo ni se inmuto y Narcissa hizo que desistiera hacer algo más, cuando le tomo su mano junto con un movimiento negativo de cabeza, que solo se pudo interpretar como que le diera tiempo a Draco de asimilar la noticia.

 

Al ver el berrinche de Draco, Harry por primera vez se sintió fuera de lugar ya que no sabía que se supone que debía hacer en ese momento, menos cuando observo como Lucius y Narcissa conversaban con la mirada —Ahhh— balbuceo nervioso, lo que hizo que los mayores recordaran que se encontraba en la habitación con ellos —Felicidades por su nuevo bebé, creo que…

 

Narcisa le sonrió ante sus palabras de felicitación por su embarazo y se acercó a él estrechándolo en brazos —Bienvenido a casa— le dijo dándole un suave beso en su mejilla —Ven te llevo a tu habitación, me imagino que vienes cansado del viaje— le indico mientras lo guiaba a donde estaban sus aposentos, mostrándole al joven viajero del tiempo lo que era la templanza y casta de los Black, que a pesar de todo nunca deben perder el glamur.

 

Apenas ellos salieron, la calma de la habitación se vio interrumpida por la risa estruendosa de una persona —Por eso los Malfoy nunca tenemos más de un hijo— comento divertido el hombre.

 

—Padre— le reprocho Lucius al cuadro de Abraxas Malfoy que en este momento se burlaba de su suerte.

 

Una vez termino de reírse de su hijo, el mayor miro al actual patriarca de los Malfoy —Ahora que no está Narcissa me vas a decir, ¿Cuál es la verdadera razón por la que la embarazaste? —  le cuestiono con una mirada amenazante, mostrándole así que no estaba nada emocionado con ser abuelo de nuevo sino que al contrario, quería saber el trasfondo oculto que traía ese bebé.

 

Lucius soltó un suspiro, sabiendo que sería en vano mentirle a su padre así que opto por hablar con franqueza —Porque esa es la única forma que la dinastía Malfoy no se extinga.

 

— ¿QUEEEÉ? — Grito el cuadro de Abraxas en lo que su acompañante comenzaba a retirarse de la habitación — ¡Lucius Abraxas Malfoy Stan* ven en este instante, ¿Qué demonios significa eso?!

 

Si Abraxas Malfoy hubiera estado vivo, es probable que toda la templanza de su estirpe hubiera caído al vacío; ya que apenas escucho las palabras de su hijo grito indignado, en vida Lucius hubiera apostado que su padre lo hubiera zangoloteado al tiempo que exclamaba su indignación, de ahí que el hombre decidiera huir.

 

Pero al igual como lo hizo su heredero, Lucius Malfoy se pasó por el arco del triunfo el llamado de su padre; la razón esté estaba más interesado en ver como se encontraba su esposa después del desplante de Draco, que explicarle al retrato de su progenitor que su hijo estaba más interesado en revivir la dinastía Potter que mantener el legado Malfoy,

 

Por otro lado, Narcissa como buena madre le enseño su habitación a Harry Potter, quien apenas cruzo el umbral de la puerta se topó con una foto donde su padre abrazaba cariñosamente a Lili Potter mientras que esta sostenía a un bebé, de quizás algunos días, por lo pequeño que se veía.

 

Al ver la imagen unas cuantas lágrimas se escaparon de sus ojos, como si no diera crédito a lo que veía se acercó a la fotografía tocándola con cuidado, como si temiera que desapareciera —¿Cómo…

 

Narcissa le regalo una sonrisa al tiempo que sutilmente se retiraba una lágrima del ojo, que amenazaba por salir al ver la acción del moreno —Recordaba que tus padres publicaron en la sección de sociales del profeta tu nacimiento, así que pedí unos cuantos favores para que me regalaran la foto del artículo, pensé que te gustaría tenerla.

 

—Yo,.. — Balbuceo el menor sin saber que decir, término por correr junto a la mujer para abrazarla—Gracias— exclamó feliz,

 

Entre las pérdidas que tuvo  Harry Potter, durante  la guerra se cuentan las fotos y recuerdos que tenía de sus padres, por lo que verlos ahí fue sin duda una de las mejores alegrías que haya vivido, claro, después de la primera vez que Draco y él hicieron el amor.

 

Narcissa le respondió el gesto, antes de retirarse dirigiéndose a sus aposentos donde se permitió sentir la frustración y dolor de la negativa tan evidente de Draco por su embarazo, las lágrimas rodaron por sus mejillas de manera silenciosa, las cuales a los pocos segundos fueron retiradas por suaves caricias y besos de Lucius.  Hecho esto, se sentó junto a ella abrazándola protectoramente para después colocar sus manos en el vientre de la mujer, acariciando al niño no nato que ahí vivía, diciéndole mudamente que el cuidaría de ambos.

 

En lo que esto pasaba, Draco se encontraba hecho un mar de llanto mientras su gatita intentaba animarlo, restregando su cabeza cerca de su hombro haciendo ruiditos lastimeros para que el joven la mirara; después de su constante insistencia Jade consiguió que Draco la acariciara y con eso el pequeño rubio se calmara un poco. Aunque la verdadera tranquilidad de Draco llegó cuando, sin previo aviso, Harry Potter se coló en su habitación para acariciarle el cabello con suma ternura, en un gesto no solo dulce sino también íntimo.

 

De esa forma estuvieron unos instantes hasta que Harry sintió que Draco ya estaba lo suficientemente sereno para hablar.

 

—Tranquilo, todo va estar bien— le susurro sin dejar de acariciar su cabello.

 

 En ese momento Draco tenía su cabeza recargada en las piernas del moreno, por lo que cuando este escucho las palabras de Harry se levantó alterado de su regazo.

 

— ¿Es que no lo ves?, TODO ESTA MAL. — le dijo sumamente alterado, luego respiro pausadamente unas cuantas veces para calmarse, después de todo Harry no tenía la culpa de nada, al contrario lo estaba cuidando.

 

El chico de los ojos verdes se mantuvo callado a la expectativa de lo que le fuera decir Draco, permitiéndole tranquilizarse y aclarar sus pensamientos.

 

Un tiempo después Draco comenzó a hablar.

 

 —Ahora que madre espera otro hijo, mi tiempo en la familia termino… Me van a remplazar— pronuncio lo último dolido y es que saber que no era el digno heredero era un gancho al hígado a su orgullo, moral y estima.

 

—Draco ellos no…— intento explicarle Harry, pero se vio interrumpido por la voz del rubio.

 

—Si lo es— le reprocho muy seguro de sus palabras, soltó un suspiro con desgano antes de aclarar el porqué de esto —Los Malfoy nunca tienen más de un hijo, de hecho entre los demás sangres puras se creé que es una maldición dentro de mi familia… Lo cierto, es que, cada generación Malfoy tiene el deber de mantener el patrimonio de la familia unido— Draco se detuvo, apretó los puchos y mirando al piso antes de continuo su relato con pesar —a menos que el heredero no sea digno y sea necesario que alguien más ocupe su lugar…

 

Harry se puso de pie cuando vio el suspiro que soltó Draco, del tiempo que tenía de conocerlo sabía que ese gesto solo significaba que el chico le iba a decir algo realmente serio; al escuchar las razones del llanto de su amado solo pudo abrazarlo, aunque esto solo duro unos segundos por que la voz de Narcissa se escuchó:

 

— ¡Draco, cielo! Eso no es verdad— pronuncio maternalmente la mujer, lo que hizo que Harry soltara el abrazo y permitiera que Narcissa Malfoy lo estrechara en su cuerpo  —Tu padre y yo te amamos mucho— le dijo acomodándole su cabello —Eres el mejor hijo del mundo.

 

Al ver que Lucius ingresaba en la alcoba de Draco, Harry supo que era el mejor momento para dejar la habitación y se dirigió a la suya, Aprovecharía ese tiempo de soledad para escribir y mandar la carta que tenía pendiente.

 

Draco se dejó mimar por su madre pero aun así no quito el dedo del renglón y pregunto:

 

— ¿Entonces por qué me quieren cambiar?

 

—Nadie te quiere cambiar Draco, eres nuestro mayor tesoro— le respondió Narcissa haciendo que el joven lo mirara a los ojos, para que viera la verdad en ellos.

 

Lucius que hasta ese momento estaba callado, poso sus manos en los hombros de su joven heredero, lo que hizo que el menor levantara su vista y lo viera — ¿Hijo de dónde sacas eso de que te vamos a remplazar?, ¿Quién te dijo que cuando los herederos no son dignos se tiene otro hijo?

 

Draco se mordió la parte inferior del labio muestra de que estaba nervioso —Los cuadros— expresó y al ver que su padre quería más que eso, explico más a detalle —Los abuelos Armand, Nicholas, Brutus y Septimus Malfoy.

 

Cada uno de los mencionados venía siendo tátaras abuelos de su Draco, pero Narcissa había educado a Draco para que se refiriera a todos sus antepasados como abuelos.

 

Lucius relaciono que cada uno de los hombres nombrados eran sin duda alguna los Malfoy más extremistas, con reglas por demás inverosímiles y estúpidas, por lo que de cierta forma, no le extraño que ellos fueran los causantes que Draco creyera eso.

 

Al escuchar la respuesta de su hijo, Narcissa supo que esa platica iba a ser más larga de lo que planeo al principio así que invito a los dos varones a sentarse con ella en la pequeña sala de la habitación.

 

—Draco, cariño ¿Cómo es que tus abuelos te dijeron eso? — pregunto la mujer una vez los tres estuvieron cómodos.

 

—Tenía como cuatro o cinco años más o menos— comenzó a decirles Draco un tanto nervioso —Acababa de hacer un dibujo, quería mostrárselo pero no los encontré, entonces fui a la habitación de los abuelos para presumírselos, ellos se burlaron y se rieron de mí. Fueron crueles conmigo. — reconoció —Recuerdo que me solté a llorar y el abuelo Armand dijo que eso solo confirmaba que yo no era digno para ser el heredero, que si lo fuera no haría esas cosas de niñas y que no le sorprendería que en un futuro Lucius tendría otro descendiente, ya que solo era una burla para los Malfoy… El resto de los abuelos solo apoyaban sus palabras— término repitiendo cada una de las palabras que los mayores le dijeron.

 

Lucius y Narcissa abrazaron a su hijo, frotándole la espalda intentando consolarlo, ya que incluso el menor temblaba un poco, en lo que calmaban a su vástago los mayores analizaban las palabras de su retoño, ya que sabían que ahí había gato encerrado.

 

Una vez el pequeño rubio estuvo más tranquilo Narcissa hizo la pregunta que revelaría el misterio —Cariño, ¿Qué habías dibujado?

 

—Era un dibujo de nosotros tres… y un bebé— dijo en un murmullo lo último, como si no quisiera decir eso.

 

Lo que hizo recordar a los adultos que hubo un tiempo en que Draco les pedía que le regalaran un hermanito para jugar y que de la noche a la mañana, sin explicación aparente dejó de solicitarlo, diciendo que no lo necesitaban ya que él era digno; tuvieron que pasar varios años para entender el porqué de las palabras del menor. Analizar eso, hizo que Lucius sintiera empatía con su hijo, ya que el creció con el peso de ser el “digno heredero” de los Malfoy, por lo que no disfruto su infancia; de joven, pensaba que si tenía hijos jamás les haría eso. Solo que no contó con la intervención de los cuadros de sus ancestros hicieran lo que él siempre quiso evitar.

 

—Draco, hijo quiero que escuches atentamente— pidió haciendo que el pequeño rubio lo viera a los ojos —nadie, absolutamente nadie te va a cambiar. Tu hermanito solo es un pequeño milagro “de las pociones”— término eso en su mente Lucius sin que ninguno de sus oyentes se diera cuenta —y eso no va a cambiar en nada lo que tu madre y yo sentimos por ti, ya que tú siempre serás nuestro mayor orgullo.

 

Draco se sintió más tranquilo con eso, esperando que realmente lo que le decía su padre fuera verdad, solo que el gusto le duro poco menos de unos segundos, ya que su pequeña Jade se le ocurrió subirse en el regazo de Narcissa, lo que ocasionó que Lucius la tomara como si esta fuera radioactiva.

 

—Tenemos que deshacernos de esta cosa, con el embarazo te va hacer daño…

 

Draco le quito su gata a su papá, resguardándola en sus brazos para luego mirar al mayor con profundo odio.

 

—Eres un mentiroso, todavía tu porquería no nace y ya quieres quitarme mis cosas, ¡Quieres deshacerte de nosotros!— le reprochó en un grito al tiempo que su magia reaccionaba por su ira y hacia que varias cosas empezaran a levitar y otras a romperse, muestra inequívoca que el pequeño rubio estaba por demás alterado.

 

Al ver eso Narcisa dejo salir su magia, dado que estaba embarazada, tenía un aura más dulce y tranquila sumado al hecho a que era su madre, la magia del menor reaccionaba a la de la mujer, lo que hizo que poco a poco se fuera estabilizando y le permitiera acercaba a él.

 

Narcissa le acaricio su rostro con ternura cuando estuvo frente al menor de los Malfoy.

 

—Nadie te va a quitar ni tus cosas ni tu lugar dentro de la familia, Draco. Escúchame bien: tú eres el heredero. Cuando tu padre muera tú serás el patriarca de la dinastía Malfoy y si Lucius sigue con sus idioteces tomaras tú lugar como primogénito antes de lo pensado— las palabras de la mujer fueron suaves con un timbre tranquilo, por lo mismo, escalofriante y con una amenaza latente. Lucius trago saliva al escuchar la advertencia.

 

Dicho eso, Narcissa tomo a su pequeño para llevarlo a la cocina para prepararle una infusión con el fin de estabilizar la magia así como su estado de ánimo. Al pasar junto a Lucius, Narcissa le dio una mirada de más le valía arreglar el desastre causado si quería compartir lecho con ella, aunque el aludido supo que  la amenaza no solo era por compartir cama, más bien era de si quería dormir dentro de la mansión.

 

El tiempo fue siguiendo su curso y antes de que Lucius se diera cuanta ya había llegado un elfo doméstico ante él indicándole que la comida estaba por ser servida en el comedor principal.

 

La comida en familia fue estresante para Lucius, ya que su esposa e hijo lo ignoraban deliberadamente, cuando esté hablaba con Harry los otros dos se aliaban para llamar la atención del moreno y dejar al otro hablando solo. 

 

Temiendo porque Narcissa literalmente lo corriera de la mansión, Lucius pasada la comida fue a hablar con Draco a su habitación, llegando en el momento oportuno, ya que cuando iba a tocar la puerta el grito de angustia de su hijo se hizo escuchar. Por lo que con varita en mano y dispuesto a cualquier cosa, Lucius entro a la alcoba del niño, solo para ver como su hijo intentaba rescatar a su gatita del estambre mortal que la tenía atrapada.

 

 — ¡Por favor no te mueras!, JADE — le rogó y llamo desesperado.

 

 El mayor corrió a donde estaba Draco, viendo como este había cortado el estambre que la torturaba, pero un hilo se le apretó en el cuello y la estaba asfixiando el menor en su histeria por ver a su mascota muriéndose no supo que hacer, Lucius con movimiento de varita le retiro el estambre del cuerpo. Al ver que aún no reaccionaba, le reviso sus signos vitales como si fuera un bebé, notando que Jade no estaba respirando, por lo que sin detenerse a pensarlo, solo le dio respiración de boca a boca, lo que luego del segundo intento hizo reaccionar a Jade, quien abrió sus ojos y un quedito miau le agradeció por salvarla.

 

Draco abrazo eufórico a su padre por salvar a su minina y sin más la tomo en sus brazos reconfortándola, lo que también hizo que sus lágrimas se fueran deteniendo y que hasta ese momento se dio cuenta que derramaba.

 

—Gracias por salvarla papá— le dijo con una suave sonrisa, meciendo a su gatita para tranquilizarla.

 

Lucius se sentó en la cama e invito al menor a que se le uniera, palpando el sitio junto a él.

 

 —Draco sé que no soy la mejor persona del mundo, pero jamás haría algo para lastimarte. Haría cualquier cosa para que ti, para que no sufras. Y si para eso tengo que resucitar a tu bola de pelos, lo haré sin pensarlo.

 

Draco le regalo una sonrisa a su papá y se recargo en su torso dejando que el mayor lo abrazara, muestra clara que ya estaba perdonado. Así estuvieron disfrutando del silencio sin importar que el tiempo pasara. Bueno así fue, hasta que la curiosidad de Lucius Malfoy no pudo más y tuvo que externar la pregunta que desde que recogió en el andén a su hijo atormentaba su existir.

 

—Draco— le llamó a lo que el menor, solo hizo un sonido gratular dándole a entender que lo escuchaba — ¿Por qué siento la magia de Harry en ti? — le preguntó casual, como si el tema fuera tan trivial como el clima.

 

El menor de los rubios se enderezo con las mejillas en un suave tono rosa, miro a su padre abochornado, a lo que Lucius levantó la ceja elegantemente indicándole que no le estaba preguntando sino que le exigía una respuesta.

 

—Harry, él… Bueno, lo que pasa…  es que él…

 

—Draco— amonestó Lucius, deteniendo los balbuceos del niño y pidiendo claridad en sus palabras.

 

El llamado de atención fue lo suficiente claro para el joven rubio, quien respiró con calma antes de soltarle la bomba a su padre.

 

—Harry me regalo una reliquia familiar en San Valentín— le confesó con las meguillas más que sonrojadas y unos ojos brillantes de emoción.

 

Lucius no pudo creer lo que escuchaba y veía, por lo que cerró sus parpados en un intento de borrar la realidad que vivía; pero eso no paso. Al abrirlos encontró a su hijo con la misma ilusión que al principio, mientras veía con entusiasmo una bella pulsera que sostenía en sus manos.

 

—Draco— le llamó Lucius para que centrará su atención en él—Júrame por las barbas de Merlín y todos nuestros ancestros, que sabes qué significa eso. Y que las clases de costumbres que tú madre y yo te dimos no fueron en vano. — pidió un tanto conmocionado.

 

Draco miró a su padre a los ojos con solemnidad, antes de pronunciar fuerte y claro:

 

—Te juro por las barbas de Merlín y la magia de mis ancestros que corren por mis venas que sé qué significa esto— le aclaró sosteniendo la pulsera en su mano derecha.

 

Ante las palabras dichas, la magia de la pieza reaccionó brillando mostrando las runas que traía ocultas, como si la misma magia de todos los Malfoy la hubiera escaneado y ahora estuviera revelando los secretos que tenía ocultos.

 

Lucius respiró un poco más tranquilo al escuchar eso. Aunque eso no le quito el peso que traía en sus hombros, por lo presenciado, sabía que Harry Potter quería algo serio con su hijo y que sus intenciones eran verdaderas, nada que ver con un enamoramiento tonto de adolescentes o pasajero. La reliquia en sí, era la prueba latente de este hecho, pero que el pelinegro le haya anexado runas, enfocadas en la seguridad de Draco, solo reafirmaban que Harry Potter amaba de forma pura e incondicional a su heredero. Soltó un suspiro desolado, ya que eso no era la causa de su angustia, despues de todo lo venía venir desde que el moreno rescato a su hijo en el partido de quidditch.

 

Lo que no espero y realmente lo descontrolo, fue presenciar como ante el juramento de su heredero donde llamó, sin ser consiente, a la magia que corría en sus venas de sus ancestros, estos entendieran que Draco estaba pidiendo su aprobación ante el artículo que posaba en sus manos. Cosa que hicieron, analizaron la pieza, revelando sus secretos. Y él, al ser el patriarca y cabeza de la familia se enteró del resultado, uno que lo atormento. Ya que los ancestros estaban por demás satisfechos y alagados con el presente dado, ante sus ojos, ese era el único galardón digno de una casta como la de los Malfoy, por lo que ante las más viejas y puras tradiciones de magos ahora su hijo estaba comprometido con el último Potter.

 

Lucius analizaba la situación, ante sus ojos la idea de que Harry le pidiera a Draco un compromiso a tan temprana edad, era por demás descabellada, por lo que algo estaba mal y tenía que saber qué.

 

— ¿Padre? — le llamó Draco sin entender el repentino mutismo del mayor o por que la joya brillo, lo único seguro que tenía es que su padre lo sacaría de la duda.

 

La voz de su hijo, saco a Lucius de su mar de divagaciones pero eso no quitaba que aún tenía preguntas que hacer, por lo que sin perder tiempo interrogo a su heredero.

 

— ¿Draco, a qué te comprometiste a darle respuesta? — preguntó el mayor sin mucho tacto.

 

Ante esa interrogación, todo el rostro de Draco se volvió rojo, al mismo tiempo que miraba sus manos y se mordía su labio nervioso, lo que hizo, que Lucius ya no estuviera tan seguro de escuchar la contestación.

 

—Él me pidió ser su novio— le confesó en un susurro luego de unos segundos en silencio.

 

“Solo le pidió ser su novio” se repitió mentalmente Lucius, varias veces, en varios tonos de voz. Desde el incrédulo hasta él satisfecho al ver que aún no le pedían a su bebé en matrimonio. Pero eso no quitaba, que estuvieran comprometidos así que se propuso a indagar como iban las cosas entre ellos.

 

— ¿Y ya sabes qué contestarle? — le volvió a indagar Lucius en un tono casual.

 

— ¡PAPAAAÁ!— gritó escandalizado Draco, cuando escuchó la pregunta, para luego cubrirse nuevamente el rostro abochornado.

 

Lo que fue el reflejo más que evidente de que respuesta iba a dar, la cuestión ahora era saber cuándo además de que tenía que hablar con Harry Potter lo antes posible para que se hiciera responsable de sus actos.

 

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No fue hasta el día siguiente después de terminar el desayuno que Lucius pidió hablar en privado con Harry.

 

— ¿Ocurre algo señor? — se atrevió a cuestionar Harry luego de unos minutos en mutismo dentro del despacho del mayor.

 

Lucius fijo sus ojos  grises en el menor, manteniendo el porte y templanza comenzó a hablar.

 

—Eso es lo que quiero averiguar— menciono antes de comenzar con su interrogatorio —Es de mi conocimiento que le regalaste una reliquia familiar a Draco, ¿por lo que quiero que me digas que intenciones tienes para con él?

 

El viajero del tiempo sin duda se sorprendió de que Lucius conociera ese detalle y su instinto de sobrevivencia le decía que por su bien, tenía que hablar con la verdad con el hombre si quería salir vivo de ahí o sin rastros de tortura en su a ver.

 

—Me siento atraído por Draco y quiero formar parte de su vida, por eso le pedí ser mi novio— respondió  con calma, aunque sus ojos eran los reflectores de todo el sentimiento que profesaba.

 

El hombre se puso de pie —Entiendo— pronuncio no muy convencido — ¿Sabes qué significa que le entregaras una reliquia familiar a Draco? — le cuestiono mirando un poco por la ventana para decirle lo último viéndolo directamente a los ojos, de manera intimidatoria.

 

Harry levanto una ceja ante la pregunta sin dejarse amedrentar para responder con tranquilidad —Si, que con ella Draco se compromete a darme una respuesta a mi pregunta— termino de aclarar al ver que el mayor esperaba más que un sí o un no.

 

Lucius rodo los ojos ante la escuálida respuesta, pensando que el niño no tenía la culpa de ignorar todas sus tradiciones y solo conocer un poco de ellas, ya que las nuevas generaciones las estaban modernizando de manera incorrecta.

 

  —En parte tienes razón, aunque para eso no se creó esa tradición. Esa singular tradición se formó para fortalecer las relaciones entre los sangres puras, el entregar una reliquia familiar a otra familia se usa solo para propuestas matrimoniales, como símbolo de la fusión de las dos castas. Esa es una tradición milenaria entre magos engatusar a una familia para obtener infinidad de beneficios desde prestigio, poder mágico, riqueza, una posición social o la belleza de los descendientes; la reliquia familiar simbolizaba el compromiso para responder y la seriedad de dicho compromiso— Lucius detuvo su discurso.

 

 Mirando como el niño estaba abochornado por su ignorancia queriéndose mimetizar con el asiento, satisfecho con eso, Lucius le siguió explicando.

 

—Cómo has de imaginar muchas brujas y magos a quienes se les proponían no estaban dispuestos a enlazarse con un mago decrepito, horrendo, pobre o peor aún con bajo nivel mágico solo porque este solicitara su mano en matrimonio y los obligaba a aceptarlo; así que como medio de defensa para las familias nobles dentro de los patrimonios de los sangres puras se crearon diferentes encantamientos que analizan la seriedad, el trasfondo y los sentimientos que involucra el solicitante. Esto con el fin de que el heredero se enlazara con el candidato que fuera su mejor opción.

 

Harry abrió los ojos entendiendo lo que Lucius le trataba de decir entre líneas.

 

— ¿Me está tratando de decir que la magia de la mansión analizo la reliquia familiar que le di a Draco?

 

—No solo eso joven Potter— pronuncio en regaño por lo corto de sus pensamientos — le estoy diciendo que la magia de mis ancestros han visto con buenos ojos su propuesta y han aprobado su compromiso. Por lo que usted y Draco están comprometidos en matrimonio por la más antigua de las tradiciones mágicas.

 

Harry se puso de pie alterado —Yo, no…—pero la voz de Lucius detuvo sus futuras quejas antes de salir de sus labios.

 

—Espero joven Potter, que su negativa no sea por el compromiso— le indico de manera amenazadora parándose frente a él, retándolo a intentar llevar la contraria.

 

—Yo…— comenzó en un balbuceo, después inhalo y exhalo aire al ver los ojos de Lucius que le exigían que dejara su conducta de Hufflepuff —No es eso— dijo con desgano y derrotado, dejándose caer de nuevo en la silla —Draco me va a odiar, le dije que no lo iba a obligar a estar conmigo y ahora es mi prometido, solo por mi ignorancia de las viejas tradiciones— explicó mientras se movía el cabello producto de su frustración.

 

Lucius sonrió con agrado a eso.

 

—Draco ignora el compromiso, el piensa que solo le pidió ser su novio y seguirá siendo así hasta que sea más grande.

 

—Sí, señor— respondió mansamente Harry, entendiendo que Lucius le demandaba guardar el secreto.

 

—Ahora usted y yo tenemos que hablar de todas las tradiciones y costumbres mágicas para evitarnos sorpresas como estas— un movimiento de cabeza fue su respuesta y Lucius comenzó a doctrinarlo sobre el mundo mágico.

 

Cuando por fin salió Harry de hablar con Lucius se topó con Draco, este le preguntó el porqué de dicha platica a puerta cerrada y no le quedo de otra más que admitirle a su chico de ojos grises, que Lucius lo regaño por pedirle ser su novio sin su autorización y usar una vieja tradición. Lo que también hizo que Draco lo golpeara por eso, producto del bochorno aunque estuvo feliz de que su prospecto a novio ya le pidiera permiso a su papá lo que le animo a darle una respuesta pronto.

 

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Los siguientes días los Malfoy junto con Harry fueron a conocer las bellezas de la de Francia tanto del mundo mágico como del muggle, lo que también permitió que Narcissa comenzara a comprar diferentes cosas para su nuevo bebé, actividad en la que hacia participe a su hijo mayor, quien poco a poco fue asimilando el hecho y luego de unos días el chico lo acepto como miembro de la familia.

 

Lo que le permitió a Harry ver uno de los enlaces mágicos más tiernos y dulces que existían entre los magos: el enlace entre hermanos.  Donde la magia de Draco se proyectó en la mano que tocaba el estómago plano de su mamá, cubriendo todo el vientre de esta mientras pequeñas lucecitas salían a recibir la magia del rubio, lucecitas que lentamente se unieron formando hilos blancos que atravesaron los dedos de Draco y Harry pudo ver como los hilos se fueron dirigiendo hasta el corazón de su amor, lugar donde la magia se unió.

 

Mientras esto pasaba, Draco sentía la magia más pura, inocente y bondadosa que existía; acariciar su cuerpo, dándole un sentimiento de paz y tranquilidad que nunca antes había experimentado, por lo que solo pudo prometer desde lo más profundo de su ser, que él se encargaría de protegerlo y cuidarlo. Lo que hizo que un destello de luz cubriera la habitación y lágrimas de dicha salieran de los ojos de Narcissa. La mujer unió sus manos a las de Draco.

 

En lo que el chico de los ojos platas sentía como un cálido fuego marcara su muñeca en la parte interior de su mano derecha y la magia así como llego de improvisto, se fue. Al retirar su mano del cuerpo de su mamá, Draco, miro la zona donde había checado el calor marcándolo solo para ver unos pequeños puntitos en su mano.

 

—   ¿Qué es esto? — pregunto confundido.

 

—El bebé acaba de aceptar la promesa de protección que le hiciste— le explico Narcissa con una sonrisa por demás feliz, al saber que su dragón cuidaría de su hermanito.

 

—Los puntitos que vez es su firma mágica, lo que significa que el trato está cerrado. Tú hermanito es todo un negociador, acaba de concretar su primer contrato mágico— comento Lucius orgulloso y satisfecho, primero porque sus hijos ya se hayan aceptado, segundo por la muestra tan temprana de magia en su hijo no nato y tercero, porque este, desde muy pequeño sabía que quería.

 

 La familia disfrutaba de ese acontecimiento, cuando un elfo domestico se presentó ante Lucius para informarle que tenían una visita inesperada, nada más y nada menos que: Albus Dumbledore y pedía hablar con Lucius Malfoy de un asunto sumamente importante.

 

Lucius se imaginaba de que, así que le indico al elfo que lo llevara a su estudio y que le ofreciera algo de tomar como todo buen anfitrión, hecho esto, volteo a ver a su protegido.

 

—Tranquilo Harry, mientras tú lo desees esta será tu familia, nadie te sacara de aquí.

 

Ante esas palabras el mayor se retiró, no sin antes ver como si esposa e hijo abrazaban al último Potter. Al llegar a su estudio se topó con que Albus se encontraba en la sala de estar de su oficina bebiendo té.

 

 — Buenas tardes, Dumbledore ¿A qué debo… su singular visita?— le cuestionó con la frialdad que lo caracterizaba.

 

Albus se puso de pie ante su anfitrión —Buenas tardes Lucius, Me enteré que posees la custodia del joven Harry Potter— le expreso mirándolo por debajo de sus lentes de media luna, yendo directo al grano con sus palabras.  Después de todo nunca era bueno irse por las ramas con un Malfoy.

 

Lucius alzo su ceja de forma inquisidora —Si tengo o no la custodia del joven Potter, eso es algo que la usted no debería importarle.

 

—Me temo que te equivocas Lucius, cualquier cosa que le pase a Harry es de mi interés— le refuto. —De hecho, por eso he venido. Harry necesita regresar al cuidado de sus familiares, ya que la sangre de su tía le brinda una protección contra Voldemort.

 

Lucius intentó no estremecerse ante el nombre de su antiguo amo, lo que casi logro, pero su cuerpo le traicionó en un movimiento casi imperceptible para cualquier ojo humano, pero Albus si lo noto y el pequeño brillo en sus ojos se lo hizo saber a Lucius.

 

Por lo que para tener el control de la situación el patriarca de los Malfoy saco su as de debajo de su manga.

 

 — ¿Y de que le va servir que su sangre lo cuide del Señor Tenebroso, si los asquerosos muggles lo matan de hambre? —preguntó con desdén.

 

Como bien supuso Lucius, el viejo director ignoraba esto y se lo hizo saber de inmediato no solo con sus gestos sino también con sus palabras.

 

— ¿De qué estás hablando? — cuestionó el anciano confundido.

 

Una risita sarcástica salió de los labios del hombre rubio.

 

—Lo bueno es que cualquier cosa que le suceda al joven Potter es de tu interés y por lo visto lo conoces muy bien— le dijo con ironía Lucius.

 

Albus se apeno un poco con esas palabras pero lo disimulo muy bien, termino el resto del té que había en su taza antes de dejarla en la mesita de la habitación, sabia que era en vano seguir hablando con Lucius.

 

—Gracias por la bebida, por lo visto ya no hay más que hacer aquí— habló el anciano en despedida —Solo una cosa más, dime Lucius, ¿Qué harás cuando tu antiguo señor recupere su gloria y te pida la cabeza del niño?

 

 Sin poder evitarlo, el color del rostro de Lucius Malfoy desapareció.

 

—Eso supuse— le dijo ahora divertido Dumbledore antes de usar la chimenea, pensando que la visita no fue una derrota absoluta.

 

El verano apenas comenzaba y Lucius ya tenía que ir pensando que hacer para resguardar a su fututo yerno y no morir en el intento.

 

 

 

Notas finales:

*Stan es el apellido que se me ocurrió para la madre de Lucius, ya que no hay registros de quien sea.

 

Nos leemos pronto si MErlin quiere 


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