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Para tener una buena vida 2.0 por liaran_chan

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Notas del capitulo:

Hola.

Disculpen la demora pero me enferme y por indicaciones medicas no podia estar cerca de una computadora así que lentamente y poco a poco hice este capitulo espero les guste y lo disfruten, el como saben fue llevado a cabo con la ayuda de mi beta Jeni, gracias chica.

Ahora si a leer

Capitulo XIV. Giros inesperados

 

 Una vez Albus Dumbledore abandono su estudio, Lucius se tomó un tiempo antes de salir de la habitación, debía serenarse y recuperar el color de su cuerpo así como meditar y trazar el siguiente paso a seguir.

 

Como veía las cosas el camino que tomara marcaria su rumbo y el de su familia; y el que su esposa estuviera embarazada era un peso extra sobre sus hombros, tenía que asegurarse estar en el bando ganador cuando la guerra se desatase. Aunque por lo visto, su antiguo señor aun no tenía planeado nada, el equipo del ministerio había comenzado a buscar al hombre como si cazaran una rata, el viejo come caramelos solo quería asegurarse que Harry estuviera de su lado y el joven héroe, aparte de su hijo ante sus ojos el muchacho no tenía ningún otro objetivo. Ante ese último pensamiento, un nudo en la garganta se le formo a Lucius Malfoy por lo que otro sorbo le dio al vino que tomaba, degustándolo en su paladar antes de digerirlo.

 

Por unos instantes el sonido del reloj era la única muestra de vida en esa habitación, ya que el Lucius meditaba en silencio qué camino seguir, llegando a la conclusión que permanecer neutral por el momento seria su mejor estrategia, donde el grado de dificultad radicaba en asegurarse que a pesar de que tomara partido en el último momento, debía ser bien recibido en cualquier equipo. Ese gran detalle, hacía que patriarca de los Malfoy analizara detenidamente como jugar en todos los equipos sin verse sospechoso.

 

Con Dumbledore y Susan Bones, Lucius sabía que la política seria su mejor herramienta para moverse en sus escuadras; aunque evitar ser relacionado con el espectro de Voldemort, portarse bien ante sus ojos, alejándose de la magia oscura ayudaría a este fin, razón por la que sus elfos domésticos de manera discreta y sigilosa comenzaron a vender sus artículos de magia oscura en el mercado negro, con la consigna que por ningún motivo revelaran el origen de los artículos o cualquier tipo de información que pudiera vincularlo con él.

 

En cuanto el bando del Lord, la caza contra sus regidores estaba a la orden del día con tantas redadas que hacían los aurores, por lo que pocos eran los que se arriesgaban a reunirse. Lucius sabía que por esa misma razón nadie notaria sospechoso que solo fuera una que otra vez a esas reuniones clandestinas, sirve que también le ayudaba para saber de qué forma ayudar a su pequeño yerno. Ahora solo rogar a todas las deidades mágicas que el loco, no se apareciera en su puerta exigiendo su lealtad con la cabeza del niño como presente. Un suspiro de frustración salió ante esa idea, ya que sabía que si Lord le exigía esa cabeza no tendría muchas alternativas para librarse de eso.

 

Lo que le llevo a pensar que aunque Harry era un mocoso, aun así tendría que enseñarle varias formas para defenderse ya que estuviera a su lado o en contra tenía que darle herramientas al hombre que velaría por su hijo en su ausencia.

 

Aun sabiendo todo el peso que cargaba sobre sus hombros y lo mucho que le desgastaba ser jefe de familia, Lucius Malfoy, salió de su despacho con el porte y la gracia de un rey, como si sus temores resientes no hubieran tras tocado cada uno de sus sentidos. Aunque a pesar de su perfecta finta, Narcisa Malfoy supo que algo inquietaba a su marido, también entendió que eso debía a la presencia de  Harry en su casa, por lo que en cuestión de segundos dedujo que el problema radicaba en donde estarían las lealtades ante el regreso del señor tenebroso. Y también temió por su familia, solo rogaba a los dioses mágicos que cuando ese momento llegara sus hijos se encontraran lejos de ese caos.

 

Y con la misma rapidez con la que Narcisa Malfoy descubrió los secretos tras la máscara de perfección Malfoy, Harry también pudo mirar tras de ella, no por nada fue novio de Draco por unos años. Pero a diferencia de la mujer, Harry si tenía un plan de acción para su dilema, le daría las últimas gotas de agua para que la dinastía Malfoy se decidiera a tomar un bando y este fuera el suyo, pero aun no aun había varias cosas que pulir. Para empezar tenía que hablar con su aliado y refinar unos detalles, porque el viajero del tiempo era consciente que estaba poniendo mucha carne al asador y esta estaría cruda si no tenía prudencia, paciencia y mantenía todo bajo control.

 

*******************

Aunque los pensamientos de guerra se olvidaron cuando el cumpleaños del heredero Malfoy llego, ya que el banquete y la fiesta que había organizado Narcisa para su vástago hizo que incluso a Lucius se le olvidara que luego de la visita de Albus había comenzado a entrenar a Harry como cualquier noble hijo de sangres puras.

 

Ese día desde muy temprano Draco empezó a recibir felicitaciones y lujosos presentes, desde los amigos y socios de su padre hasta sus admiradoras pasando por sus inseparables amigos.

 

A eso de las 11 de la mañana oficialmente disfruto de su cumpleaños, ya que los miembros del Olimpo llegaron a esa hora para iniciar la fiesta, donde nadaron, jugaron quidditch, comieron golosinas y pasteles al por mayor, para felicidad de Crabbe y Goyle, rieron e hicieron travesuras como niños de su edad ya que sabían que cuando dieran las 17 horas eso terminaría.

 

Y es que a esa hora, los elfos tenían la encomienda de recordarles el banquete que se daría en su honor donde varios miembros de la alta sociedad mágica se presentarían, por lo que tenían que lucir como jóvenes de nobleza  y no simple magos “X” como lucían en ese momento.

 

Esa reunión Lucius la aprovecho para seguir relacionándose con el bando de la luz y el ministerio, la ministra Susan Bones en ese momento cruzaba unas palabras con Harry, Lucius pensó que la mujer también quería tener al niño de su lado, por lo que creyó prudente intervenir. Días después se daría cuanta que Harry era quien abordo a la mujer y estaba hablando con ella de su encargo.

 

Durante el banquete de celebración Draco tuvo que soportar algunos pretendientes, aceptando de vez en cuando bailar con algunos de estos para dolor de muela de Harry Potter; pero para su tranquilidad, su dragón de ojos plata bailo más piezas con él y nunca repitió baile con ninguna pareja que no fuera él.

 

Así que en general fue una fiesta tranquila.

 

 

*******************

 

Unos cuantos días después y a muchos kilómetros de ahí, en lo profundo de los bosques, ahí, donde la mano de Dios se ha olvidado de sus hijos y solo la gloria de la muerte se vive; un ente deambulaba por los alrededores siguiendo el llamado de la oscuridad misma. Suave e imperceptible para cualquier ser vivo era ese vociferado, pero alguien cuya existencia estaba ligada a los confines del inframundo le fue fácil interpretar su voz. El llamado era constante, era como si el propio dios de la muerte quisiera regalarle vida a su hijo maldito.

 

Los susurros cesaron.

 

La batalla entre la vida y la muerte había terminado. Un alma más sería reclamada por las tinieblas, pero como si fuera una cruel broma del destino, en el último momento, esto no paso. Un aliento de vida llegó al cuerpo que se estaba despidiendo del mundo de los vivos; ya que justo cuando el alma estaba por abandonar su morada actual, el ente, ese ser que deambula entre los vivos y muertos arrebato ese cuerpo, proclamando lo como suyo.  Burlándose así de su destino.

 

Lord Voldemort estiraba sus manos, asimilando el cuerpo que había conseguido, sonriendo con burla, disfrutando la victoria que tenía.

 

—No está mal— pronuncio con un tono de voz ronco y varonil, el tipo de voz ideal para un hombre viril de 36 años.

 

Se rio ante esto, no solo había ganado una vida, sino un cuerpo en plena juventud. Pero festejo antes de tiempo, ya que en medio de sus risas un tos infernal lo consumió, se dobló por esto, mientras sentía como esa tos quería que expulsara sus entrañas por la garganta, comenzó a sentir la vista cansada y borrosa, mientras su cuerpo comenzaba a calentarse y doblarse por la ola de calor que lo apodero.

 

Una blasfema salió de sus labios en medio de su ataque de tos.

 

—Valla, valla, valla. No me digas que en realidad creíste que ibas a poseer un cuerpo moribundo, sin pagar un alto precio por eso.

 

Tom Riddle miro con odio al osado cuadro que le hablaba.

 

— ¿Qué mierda me pasa? — le exigió saber sintiendo su cuerpo más caliente y más enfermo.

 

—Te estas muriendo, por supuesto y por nada menos, que una insignificante fiebre de dragón— Riddle lo miro con cara de que broma es esa, lo que hizo que el hombre del cuadro se burlara más de él. —Oh, no sabías— expreso con ironía y burla —El cuerpo que posees ahora es de un squib— le termino de decir con una sonrisa triunfal,

 

Que fuera squib explicaba porque una enfermedad tan patica como fiebre de dragón fuera la causante de su muerte, ya que los squibs al no tener defensas mágicas la enfermedad drenaba sus signos vitales llevándolos al lecho de muerte. Mientras que a los magos con una simple poción, la que por cierto, era de conocimiento básico para todo niño de 13 años; se curaba de esta en cuestión de minutos, a lo mucho un par de horas si el mago en cuestión tenia los niveles bajos de magia o se tardó mucho tiempo en tomar el medicamento. Razón, por lo que la furia del señor de las tinieblas se desato cual tormenta, mientras gritaba con orgullo;

 

— ¡Eso jamás! Soy Lord Voldemort. El mago más poderoso de todos los tiempos— expreso con arrebato y furia, el mismo arrebato que hiciera que la magia que lo acompañara se manifestara rompiendo varias cosas a su paso y milagrosamente también, restableciendo su salud. Bueno, en realidad ese estallido de magia solo hizo que la fiebre de dragón junto con sus molestos síntomas se quedaran quietos unos instantes.

 

Tom Malvoro Riddle desde que se dio cuenta que era diferente a los demás por contener magia en sus venas, jamás antes de ese día, agradeció tanto poseerla tanto como en esos instantes, ya que su magia era lo que en ese momento le estuviera permitiendo tener una segunda oportunidad de vida, aunque sabía la magia actual que poseía no era ni una cuarta parte de la que tenía antes de ingresar a su nuevo cuerpo, al parecer si había pagado un alto precio por su nuevo cuerpo.

 

Una pequeña crisis de tos, fue lo que le hizo recordar al señor tenebroso que antes de preocuparse por incrementar sus niveles de magia, tenía primero que recuperar su salud, para su fortuna el anterior dueño de la casa no solo era un insignificante squib sino también era un hombre culto, que poseía una buena biblioteca mágica y un surtido aceptable de ingredientes de pociones.

 

—Mi descendiente no era tan estúpido, de hecho, incluso intento hacer la poción contra la fiebre de dragón pero sin magia, ni el mejor pocionista lo hubiera logrado— le hablo de nuevo el viejo cuadro cuando observo que Tom, se movía en los estantes de ingredientes.

 

Tom se volteó rápidamente al escuchar eso, buscando la evidencia de dichas palabras, encontrando un caldero con un intento de poción, junto con los ingredientes y una barita por demás vieja y sosa, pero Voldemort no tenía tiempo para exigencias, así que un sutil movimiento retiro esa mierda que se encontraba en el caldero y puso manos a la obra para preparar la poción.

 

Y mientras Lord Voldemort trabajaba el cuadro de la casa seguía hablando con él, descubriendo que ese hombre era uno de los descendientes directos del famoso mago oscuro Herpo el Loco, solo que su linaje después de él fue maldecido por la madre magia por lo que todos sus descendientes ninguno heredero magia. De ahí, que el  viejo cuadro estaba fascinado en enseñarle a un mago tan oscuro los secretos que aun escondía su linaje. Voldemort no podía estar más satisfecho con su suerte, lo que interpreto como que la magia misma deseaba que el gobernara y llevara a los magos a la grandeza.

 

************************

 

Lejos de ahí, Harry Potter despertó de un sobre saltado, sosteniendo su frente más por instinto que por otra cosa mientras de sus labios no paraban de salir maldiciones en contra del señor de las tinieblas. La razón, el joven mago sabía que su peor enemigo se había recuperado y no solo eso, sino que de alguna forma su presencia era más nítida, como si ya contara con un cuerpo. Maldijo la suerte que acompañaba al hombre mientras cerraba los ojos cansado de pelear con el cabrón del destino.

 

Después de eso, por obvias razones el pequeño pelinegro no pudo conciliar el sueño, sumado al hecho, de que su cabeza no paraba de rumiar que listo o no tenía que mandar toda la artillería a la guerra, si quería tener la mínima posibilidad con el cambio tan abrupto que había tomado el juego.

 

Así que sin fijarse en la hora le mando una lechuza a Severus Snape, notificándole que el Lord ya tenía un cuerpo sólido por lo que tenían que darse prisa por destrucción de los horrocrux que tenían a su alcance además de informarle que haría a Lucius su aliado, lo que le llevo a hablarle del nuevo acontecimiento, que ahora era prometido de Draco bajo las más nobles y antiguas tradiciones mágicos, por lo que la lealtad del hombre estaría de su lado.  Además dentro de la carta le pedía su ayuda para que se pusiera de acuerdo con Lucius y tuvieran una charla a puerta cerrada, en donde se le permitiera estar presente, dicha reunión seria para notificarle por lo que ya no fue necesario aclarar por qué Narcisa no podía enterarse en este momento de lo que planeaban. Escrito esto llamo a un elfo domestico de la mansión ordenando que su carta se enviara a la brevedad posible; dada la indicación Harry intento dormir sabiendo que esa noche no podría hacer más.

 

Mientras que por otro lado, la pobre lechuza voló lo más rápido que podía para llegar a su destino, llegando a una casa humilde de dos niveles, donde toco con insistencia la ventana que lo separaba de su destinatario. La ventana fue abierta solo para dar paso a una maldición que por poco le dio a la incauta ave que le toco ser mensajera, indignada dejo la carta sobre el hombre que aun medio dormido sostenía su varita mágica.

 

Severus Snape se incorporó un poco sobre la cama, prendió una vela para iluminar un poco la habitación, esto, sin moverse mucho para no despertar al cuerpo que descansaba sobre él. Conforme leía el contenido del pergamino todo rastro de sueño se perdió, así como la calma que sentía aquel hombre, ya que sin duda no eran buenas noticias las que estaba recibiendo.

 

Por inercia reviso su antebrazo notando que la marca de la serpiente estaba más nítida, no tenía la gloria que lucio cuando se la hizo pero tampoco se notaba tan acabada como se veía esa mañana cuando se bañó; lo que solo le hizo reafirmar su peor temor y es que el Lord tenebroso esa vez había conseguido volver antes de lo planeado.

 

Eso pensaba el profesor cuando el silencio fue roto por una somnolienta voz.

 

—Sev— le dijo un hombre que aún lo usaba de almohada, pero se despertó al sentir el ambiente pesado que de la nada se formó en la habitación.

 

Severus enfoco su vista en su acompañante.

 

 — El señor tenebroso ha recuperado su cuerpo— le indico porque estaba despierto y le compartió el contenido de la carta sin minimizar la noticia — Es tiempo que dejes las sombras y salgas a la luz.

 

— ¿Estás seguro? — cuestiono con aplomo, confiando en el criterio de su amante.

 

—Sí, tiempos difíciles se aproximan— pensando que la guerra estaba más cerca de lo que hubiera deseado y la astucia de su compañero seria vital para inclinar la balanza.

 

Unos minutos estuvieron en estresante silencio, meditando lo que incierto futuro les aguardaba.

 

—Durmamos, mañana comenzamos con los preparativos para mi regreso— le pidió, un beso en la frente fue su respuesta de Severus seguido de una cucharada de poción para dormir sin sueños, poción que siempre se encontraba en el mueble de noche del profesor.

 

************************

La respuesta de Severus llego esa misma mañana en el desayuno, con el camuflaje de un libro que le iba a prestar de pociones, en el interior traía la nota de que se verían dentro de dos día para lo acordado.

 

Para los nervios de Harry Potter, Severus llegó en la fecha estipulada dirigiéndose con Lucius, para hablar con el hombre en la privacidad de su despacho mientras Harry y Draco repasaban los temas que verían en el siguiente año bajo la tutela de Narcisa.

 

Durante la reunión Severus se movió cual serpiente precisa y letal dentro de la conversación, guiando está hacia el tema del compromiso de su ahijado con Harry, una vez que se tocó esta cuestión le pidió a Lucius que él quería hablar unas palabras con el niño apoyándose en su derecho como padrino y también para saber cómo iba la relación con los niños, a lo que Lucius no se negó ya que el tema también era algo que le interesaba y dada la negativa de Draco de compartir con él como iban las cosas se las sacaría al otro involucrado.

 

Harry fue llamado por un elfo doméstico, al llegar al estudio fue recibido por los adultos quienes traían unas copas en las manos —Pasa Harry, tu padrino quiere que le expliques como se originó tu compromiso con Draco— indico el jefe de la casa.

 

En cuestión de segundos Harry supo que esa es la escusa con la que lo trajo y que era el momento de hablar con la verdad con Lucius, por lo que hechizo la puerta para que no los interrumpieran además de evitar que alguien espiara su conversación; esto lo hizo en cuestión de segundos y de manera discreta.

 

—Me temo Lucius, que el asunto a tratar es más delicado que eso— comenzó Snape a lo que él aludido levanto la ceja y miraba a Harry sin entender bien el porqué de su presencia ahí.

 

—El asunto está relacionado conmigo Señor Malfoy— comunico el chico al sentir la mirada del adulto en él, entendiendo que el hombre no vislumbraba el motivo de su estadía  —Y antes de que le explique el por qué necesito que acepte realizar un encantamiento inquebrantable de que la información que le revele no saldrá de sus labios.

 

Lucius levanto la ceja al escuchar eso — ¿Qué significa esto? Qué clase de broma es esta — exigió saber.

 

—No es ninguna broma, pero los temas que vamos a tratar son muy delicados por lo que no pueden caer en manos equivocadas, por cuestiones de seguridad para su familia— pronuncio Harry con la solemnidad, que en ese momento se veía como el hombre que era.

 

Lucius miro confundido eso para después observar a Severus sin entender del todo el porqué de esas palabras, el hombre asintió y eso animo al hombre hacer el juramento,

 

—Saca tu varita— le indico a Severus lo que le hizo entender a Harry que el hombre había aceptado,  pero el entusiasmo de Lucius se fue al ver al niño por lo que preguntó escepticismo — ¿Un juramento inquebrantable, muchacho? Estas seguro que tu magia puede aguantar dicho enlace— levanto la ceja antes de proponerle —Si el problema es la difusión de información, te ofrezco mi palabra de mago de que no saldrá nada de mis labios.

 

Severus intento disimular la sonrisa burlona que se le escapaba de sus labios cuando escucho las palabras de su amigo, mientras que el aludido, es decir, Harry Potter le respondió con toda la dignidad del mundo y sin inmutarse por las palabras del otro.

 

—Le sorprendería de lo que es capaz mi magia y en cuestión a su oferta tengo que declinar, ya que como le dije con anterioridad es cuestión de seguridad por la que vamos a realizar el juramento.

 

Las palabras dichas por el muchacho incrementaron la curiosidad del hombre por lo que sin decir más, extendió su mano con la del menor para comenzar el juramento. Una vez ambas manos estuvieron entrelazadas, Severus, quien  hacía de testigo,  apuntaba con su varita a ambas y daba inicio al hechizo de juramento.

 

— ¿Juras, Lucius Malfoy, no revelar ni hablar de nada de lo que se hable o se te muestre este día?

 

—Lo juro— exclamo sin una pizca de duda en sus palabras.

 

— ¿Juras, que bajo ningún medio mágico o muggle revelar la información que se te proporcione este día?

 

—Lo juro— volvió a decir sin dudar Lucios.

 

Ante este último juramento, un hijo dorado se terminó de formar entre ambos muestra clara que el juramento estaba terminada y el enlace mágico estaba realizado.

 

Unos minutos estuvieron en silencio antes de que Harry viera prudente y comenzara hablar.

 

—Aunque parezca difícil de creer vengo del futuro, de algo así como catorce años de adelanto… y para hacer las cosas más fáciles, será mejor que vea  mis recuerdos— explico Harry con una actitud tan madura que desconcertó aún más al mayor.

 

 Movido por la incertidumbre Lucius apunto con su bastón a uno de los libros del estante, haciendo que apareciera otra habitación, en esta había un pensadero, Harry nuevamente saco un hilito plateado y lo introdujo en aquel objeto.

 

 —Lo que le voy a mostrar son mis años en la escuela y los que viví en guerra, le sugiero que haga todas sus preguntas cuando los recuerdos terminen.

 

El rubio asistió, cuando se aproximaban Lucius al pensadero observo— ¿¡No, vas a venir!?— exclamó sorprendido el hombre al ver a su amigo no los acompañaría.

 

—Lo vi una vez y con esa fue suficiente— explico el maestro, intentando no recordar lo visto y mantener la calma.

 

Lucius Malfoy se quedó sorprendido al ver la cara del mayor, que aunque aparentemente seguía igual de frio que siempre, se notaban que en sus ojos negros varios sentimientos se atravesaban, lo que hacía sentirse preocupado. Y no tuvo que pasar mucho tiempo para entender el porqué de esa reacción, ya que Harry solo le mostro cuando Voldemort recupero su cuerpo en cuarto año, la noticia de cuando lo encarcelaron, la batalla con Draco en el baño y como se desato la guerra, así como el recuerdo de Draco, de como el señor tenebroso disfrutaba de torturar a su esposa y a él enfrente de su primogénito, los demás recuerdos, pasaron sin mucha gloria ya que en su mente aun pasaban los últimos minutos de vida de su amada esposa.

 

Aunque el último recuerdo donde Draco da la vida por Harry para que este regresara en el tiempo, sin duda si llamo la atención del patriarca de los Malfoy; una vez terminaron de ver los recuerdos Severus Snape los esperaba con una poción calmante y una copa de wiski de fuego, las cuales el rubio tomo como agua y en un pestañeo, ya que su máscara de calma se había perdido varios segundos atrás.

 

Por unos segundos nadie dijo nada, ya que todos aún estaban perdidos en lo observado; después de un largo y prolongado silencio,

 

Lucius se levantó acercándose a Harry.

 

—Gracias— pronuncio el hombre con respeto haciendo una inclinación —Nuevamente te reitero el apoyo incondicional de mi familia y cuanta en nosotros aliados, para que esa tragedia nunca se realice— exclamó sabiendo que en el niño encontraría el boleto para librar a su familia del monstruo que era Voldemort.

 

Una vez reafirmo su lealtad, Harry Potter, le contó a Lucius los avances que había hecho para vencer a Lord Voldemort incluyendo sus avances con el basilisco Salazar, enfocando su charla en la destrucción de los horrocruxes. 

 

—Debemos destruir la diadema a como dé lugar— enfatizo la importancia de eso Lucius, cuando se enteró que ese objeto aún se encontraba en el baúl de Harry.

 

—Es bueno escuchar eso, ya que tenemos que deshacernos de los trozos del alma de señor tenebroso a la brevedad posible, más ahora que ha recuperado su cuerpo— recalco Snape —Lucius necesitamos el diario del Lord— le pidió al hombre.

 

Lucius se puso trasparente al escuchar eso.

 

— ¿Aún lo tienes, cierto? — pregunto Harry un poco esperanzado y también temeroso.

 

—No— respondió con franqueza —Me deshice de todo los artículos oscuros.

 

—Mierda— Exclamo Severus al escuchar eso, ya que se imaginaba que sería difícil encontrarlo ahora.

 

—Hay cosas que no se pueden cambiar, siendo que son cruciales que ocurran porque marcaran la historia— comento sabiamente Harry recordando una de las últimas cosas que le dijo Draco, casi como si estuviera en trance.

 

Los adultos entendieron el punto y nuevamente el silencio reino, cada uno perdido en sus pensamientos hasta que Severus habló —Es más que evidente que no podemos destruir el diario aun, pero aún nos queda el anillo, el relicario y la taza— razono, ya que estos tres objetos estaban a su alcance.

 

Esas palabras trajeron una ola de calma y tranquilidad los cubrió, la cual se expandió en la comida, cosa que ocurrió cinco minutos después cuando Dobby anuncio que la comida ya está servida y que la señora Malfoy junto con el  joven Draco ya los esperaban en el comedor.

 

—Sera mejor que dejemos esto por el momento y continuemos cuando la comida haya terminado— comento con calma Lucius en lo que invitaba a sus acompañantes al comedor.

 

Mientras Lucius abandonaba su estudio se dio cuenta que el equipo que supuestamente estaba menos equipado para la guerra venidera, que era el de Harry Potter resulta que estaba más preparada para ese suceso e incluso tiene un plan de ataque, lo que sin duda le dio un giro inesperado a los planes de Lucius.

Notas finales:

Nos leemos pronto si Merlin quiere


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