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Para tener una buena vida 2.0 por liaran_chan

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Notas del capitulo:

Hola.Con ustedes el nuevo capitlo espero que les guste de la misma forma que lo fue para mi pensarlo y escribirlo.

Capitulo II.  ¿Problemas maritales?           

 

Tuvo que transcurrir algunos minutos para que la conmoción de que Harry Potter se encontraba en Slytherin pasara, siendo eso algo inaudito para muchos, Severus Snape, por ejemplo esperaba que el sombrero seleccionador de repente dijera: “me equivoque y el señor Potter no pertenece a Slytherin sino a Gryffindor” y aunque no lo admitiera en voz alta el director Albus Dumbledore, también esperaba lo mismo pero no paso. 

 

Así que, una vez que se calmó la casa de las serpientes por su nuevo hijo, la profesora McGonagall retomo la lectura de los siguientes nombres, a los que pocos prestaron atención y es que aunque guardaban silencio, los ojos de todos estaban en el “niño que vivió” y los movimientos de este. Harry era consciente  de que las miradas de todos lo estaban acechando pero eso no le importo, porque estaba junto a su rubio, su dragón, su todo. Así que la opinión del resto del mundo fue simplemente irrelevante para el viajero del tiempo.

 

Tan concentrado estaba en estos pensamientos Harry, que al sentir la banca moverse por que Blaise Zabini había tomado lugar junto a él: brinco, lo que trajo la sonrisa burlona de sus acompañantes.

 

— ¿Estás bien?— preguntó en un leve susurro Draco, con una sonrisa de diversión por su reacción pero al mismo tiempo sus ojos lo miraban con preocupación por desconocer el origen de sus pensamientos, ya que había notado que estaba perdido en ellos.

 

Hay cosas que nunca cambian, puedes reírte de mí pero no dejas de preocuparte por lo que me pase pensó Harry al ver sus gestos, que para muchos hubieran pasado inadvertidos pero para él, que vivía adorando cada milésimo movimiento suyo era más que obvio.  Y por unos instantes Harry deseo con todas sus fuerzas que Draco fuera ese chico de veintitantos al que tenía el lujo de llamar novio, porque si hubiera sido él, podría calmarlo con un suave beso, esconderse en sus brazos y que resto del mundo pasara; pero no era él, no era su novio, era un niño de once años que no tenía mucho tiempo de conocer. Por lo que calmarlo con un suave beso no era una opción.

 

De ahí, que Harry mato sus ganas cerrando por unos segundos sus ojos, para luego sonreírle  dulcemente —Si, no te preocupes— dándole un pequeño apretón a su mano  —Solo divago en mis pensamientos, nada de importancia.

 

Draco no estaba del todo convencido con esas palabras, pero sus réplicas  se vieron interrumpidas porque el director se había puesto de pie, mirando con expresión radiante a los alumnos con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí.

 

— ¡Bienvenidos! —dijo—. ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están: ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!— dicho esto, el hombre mayor se volvió a sentar.

 

El gran comedor estallaron en aplausos y vítores ante sin igual discurso, una vez la pantomima seso, Harry vio con fascinación como el banquete aparecía, así que sin perder tiempo comenzó a servirse un poco de todo aunque claro lo hizo con la elegancia propia de su nueva casa. Actividad que imitaron el resto de sus acompañantes y comenzaron a disfrutar de las delicias de ese banquete.

 

Los hijos de Salazar se distinguían de las demás casas por ser más distinguidos y refinados en todas sus actividades, más a la hora de la comida, donde los modales impecables de todos se presumían. Esa era la razón por la que ellos preferían degustar sus alimentos en un ambiente de calma y tranquilidad, por lo que todas las conversaciones se postergaban hasta que todos estaban disfrutando de la sobremesa.

 

Y esa conducta venía desde que Salazar Slytherin enseñaba en Hogwarts, por lo que no era de extrañar que siempre el barón Sanguinario, fuera el último fantasma que se acercaba a platicar con los representantes de la que fue su casa.

 

— Espero que este año nuevamente hagan que Slytherin se lleve la copa de la casa— les pidió, a lo que todos respondieron con una sonrisa de autosuficiencia, que presagiaba que iban a continuar con ese legado.

 

Una vez termino de hablar el fantasma, el heredero de los Malfoy regreso toda su atención a Harry — Y bien ¿En que estabas pensando que te tenía tan ausente?— le cuestiono con unos ojos de “ni pienses en mentirme porque lo sabré”.

 

El aludido paso un poco de saliva ya que esa mirada sin duda era atemorizante así que sin más le confesó la pena que lo aquejaba —Hay muchos que no están conformes con que este en Slytherin— enseñándole con los ojos las personas que lo miraban con reproche, varios jóvenes de Gryffindor, algunos tejones y otros cuantos de Ravenclaw —Así que estoy pensando en cómo lidiar con eso— le explico intentando restarle importancia.

 

Draco tomo su mano y le dio un pequeño apretón —Tranquilo, no estás solo, estas bajo la protección del Olimpo.

 

—De hecho Potter— le hablo un chico castaño de unos 16 años aproximadamente, quien en su pecho traía la insignia de perfecto —Estas bajo el resguardo de toda la casa, nadie te hará nada si no quiere vérselas con nosotros.

 

Palabras que fueron confirmadas por el asentamiento de cabeza de todos los miembros de la mesa, al parecer la conversación que estaba teniendo Harry con Draco fue de dominio público. Harry se sintió enternecido por eso, por saber que no estaba solo y que no tenía que luchar sin ayuda. Saber que contaba con más personas hizo que una resplandeciente sonrisa saliera de sus labios.

 

Luego de esa señal de apoyo, las conversaciones de los miembros de Slytherin se hizo dispersa ya que todos hablaban entre todos, bueno así fue hasta que nuevamente el profesor Dumbledore se puso nuevamente de pie, lo que origino que todo el salón permaneciera en silencio.

 

—Ejem... sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo unos pocos anuncios que haceros para el comienzo del año. Los de primer año debéis tener en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y unos pocos de nuestros antiguos alumnos también deberán recordarlo— los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos Weasley.

 

»El señor Filch, el celador, me ha pedido que os recuerde que no debéis hacer magia en los recreos ni en los pasillos.

 

»Las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso. Los que estén interesados en jugar para los equipos de sus casas, deben ponerse en contacto con la señora Hooch.

 

»Y por último, quiero deciros que este año el pasillo del tercer piso, del lado derecho, está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa.

 

Ante lo último, hubo unas cuantas risas, otros simplemente se quedaron pasmados sin saber cómo tomar eso; los orgullosos hijos de Salazar Slytherin lo tomaron como lo que era, una advertencia que los libraría de la muerte.

 

Una vez el silencio retumbo en el gran comedor el director retomo la palabra —Y ahora, es hora de ir a la cama. ¡Salid al trote!

 

Los alumnos de las diferentes casas empezaron a salir, los perfectos guiaban a los alumnos. Pero para sorpresa de Harry nadie de su mesa se había levantado, hasta que ya no había nadie y lentamente fueron saliendo, por lo que interpreto el moreno que no les gustaba las conglomeraciones.

 

Cuando solo quedaban los novatos de Slytherin, el mismo chico que le informo a Harry que estaba bajo la protección de los de su casa se presentó —Buenas noches. Soy Antony Lauhjalot, uno de los perfectos de la casa, ahora les pido que me sigan para llevarlos a nuestra sala común, donde hablaremos con más calma.

 

Harry camino a lado de Draco, detrás de ellos venían sus guardaespaldas y el resto del Olimpo; aparte de ellos, solo había otras tres chicas más: Tracey Davis, Millicent Bulstrode y Daphne Greengrass. Chicas con las que Pansy ya comenzaba a relacionarle, feliz de tener compañía femenina.

 

El perfecto los guío hacia las mazmorras, llevándolo hasta un pasillo escondido donde se encontraba la entrada a la sala común, ahí susurro la contraseña —Basilisco— lo que hizo que la entrada se mostrara —Recuerden bien la contraseña, sino no podrán ingresar a la sala común.

 

Como buenos caballeros, los niños de Slytherin dejaron entrar primero a las cuatro señoritas, seguidas de estos.

 

En la Sala Común de Slytherin, ya se encontraba el profesor Snape junto a una joven, por lo que Harry no pudo apreciar mucho de la decoración de la sala, solo que las  ventanas dan a las profundidades del lago de Hogwarts. El hombre les hizo un gesto para que se acomodaran enfrente de él.

 

—Para los que no me conocen soy el profesor Severus Snape, jefe de la casa de Slytherin y profesor de pociones— indico con voz calmada —Espero de ustedes nada menor de la excelencia. Slytherin va por su séptima victoria consecutiva para obtener la copa de la casa, así que no hagan nada estúpido para que la perdamos— los chicos frente de él asintieron — Si se creen lo suficientemente listos para hacer algo indebido espero sean meramente  astutos para cubrir sus huellas.

 

Ante esas palabras una sonrisa socarrona se quiso formar en los labios de Harry Potter, aunque pudo mantener su máscara de tranquilidad.

 

—Como ya se habrán dado cuenta Slytherin no tiene el mismo grupo de personas que el resto de las casas, por lo que las habitaciones están diseñadas para dos personas, escojan con quien quieren compartir habitación durante el tiempo que dure su estadía en Hogwarts— indico el profesor Snape.

 

Draco le tomo la mano a Harry para indicarle que ellos dormirían juntos, cosa que hizo gritar en su interior al ojiverde por semejante dicha. En lo que los demás se juntaban de dos en dos entre ellos para mostrar como ocuparían las habitaciones.

 

—Ahora antes de que se vallan a dormir, vamos a cantar el respetable himno de Slytherin, deben de aprendérselo ya que es el que cantamos en cada victoria— les indico antes de sacar su varita y que la letra se mostrara:

 

«Con orgullo acepto:

Defender con honor mi casa,

Ser leal a mis prefectos y obedecer a mis maestros

Y nuestro jefe de casa.

Slytherin ganará la copa de las casa.

Y de ira llenarán a todos los demás.

Jamás debo olvidar que estoy en la mejor casa,

Porque en nuestra casa solo entran grandes magos,

Astutos e ingeniosos,

Orgullosos porque ha sido fundada

En la lengua pársel

¡Slytherin!»

 

El profesor Snape primero canto el himno mostrándoles la melodía antes de invitarlos a que lo siguieran, Harry se sorprendió por lo entonado que era el maestro, ya que no cantaba nada mal. Cantado el himno, el profesor Snape se retiró de la sala común no sin antes recordarles que era un orgullo pertenecer a la casa de Slytherin por lo que debían portar el uniforme con el respeto que correspondía.

 

Apenas salió, Lauhjalot guío a los chicos a donde estaban sus habitaciones además de informarles que el día de mañana a las 7:45 les daría sus horarios, acto que también imito la señorita que acompañaba al profesor y que Harry alcanzó a escuchar que se llamaba Vanesa Carrow.

 

Para el viajero del tiempo dormir en la misma habitación que Draco Malfoy, no fue fácil, menos al verlo pasear de ahí para allá con una pijama que lo hacía ver adorable, por lo que para salvar su salud mental y prevenir ser hechizado se acostó temprano.

 

Fue hasta el siguiente día mientras esperaban que Pansy y las demás chicas se terminaran de arreglar para ir juntos, que Harry Potter pudo apreciar la sala común, ya que cuando lo hizo en su vida pasada no le prestó mucha atención por temor a ser descubierto. Notando que esta tenía un techo bajo parecido a una mazmorra, iluminado con lámparas verdes y muebles del mismo tono, con vidrios que permitían que la luz se filtrara por las ventanas, formando diversas formas en la sala, ya que se encontraba debajo del Lago Negro; reflejando el agua. Los muebles de la sala común eran grandes sofás de cuero en color negro con botones plateados, además de copas de madera oscura. Los Slytherin si saben cómo vivir la vida pensó Harry al ver lo elegante del lugar.

 

Una vez bajaron las chicas, todos juntos fueron a desayunar, donde recibieron sus respectivos horarios. Durante este tiempo Harry se dio cuenta que su vida era más tranquila con los hijos de Salazar, ya que ninguno lo veía como pieza de museo o espécimen de zoológico, de hecho los incautos que querían verlo así eran intimidados o castigados por sus compañeros.

 

Durante la primera semana de clases Harry a veces se sentaba con Draco, Blaise o Theodore, con el fin de fortalecer su relación con estos, aunque esto no evitaba que el ojiverde se mostrara galante o coqueto con su adorado rubio. Además, en este tiempo, Harry demostró su superioridad en cuanto a sus habilidades mágicas, realizando los ejercicios a la primera, de hecho, cuando era necesario él les ayudaba sus compañeros de casa.

 

En la clase de la profesora McGonagall, Crabbe y Goyle estaban teniendo problemas para transformar sus cerrillos en palillos, dado que él iba por su segunda caja de cerrillos les enseño como lo deberían de hacer, lo que desconcertó a la profesora, ya que pensaba que platicaban en clase pero al percatarse que el moreno estaba apoyando a sus compañeros, premio a Harry con 10 puntos.

 

De hecho, Harry estaba ganando varios puntos por contestar correctamente a las preguntas de sus profesores o al realizar las actividades que les solicitaban, algo que sin duda alguna era un orgullo para sus compañeros de casa. Al mismo tiempo que era la razón por la que Hermione Granger lo envidiaba, ya que la joven, se había autoimpuesto ser la mejor alumna que había pisado el colegio pero siempre se veía opacada por el desempeño del moreno.

 

Para alegría de los estudiantes el viernes llego, lo que significaba que por dos días se iban a olvidar de hacer deberes y por fin tendrían su primera clase con su jefe de casa. Estos dos temas, eran los dos que se expandían en la conversación de los niños de primero durante el almuerzo, hasta que una preciosa lechuza blanca atravesó el recinto y se paró enfrente de Harry Potter.

 

—Hola hermosa, ¿A ver qué traes ahí?— le pregunto con voz cariñosa Harry a su lechuza, al tiempo que le retiraba la carta que traía para él.

 

—Tienes una lechuza muy hermosa, Harry— le felicito Pansy al ver su magnífica ave.

 

El aludido asintió con su cabeza en lo que empezaba a leer la nota que le habían mandado, aunque ya tenía una idea de quién era.

 

Querido Harry:

Sé que tienes las tardes de los viernes libres, así que ¿te gustaría venir a tomar una taza de té conmigo, a eso de las tres? Quiero que me cuentes todo lo de tu primera semana. Envíame la respuesta con Hedwig.

Hagrid

 

Mientras Harry leía su correspondencia, era observado por sus acompañantes ya que era inusual que él recibiera correspondencia o la mandara, ya que todos sabían que Harry ni siquiera había mandado una nota informando a que casa fue sorteado. Aunque todos manejaban su curiosidad de formas diferentes, Draco, levanto la ceja en un gesto inquisitivo. Theodore escondía su incertidumbre detrás del libro que estaba leyendo, Blaise estaba ansioso de que Harry les mostrara el contenido de la carta, Pansy a discreción intentaba leer el mensaje sobre el hombro del moreno aprovechando que estaba alado de él, en lo que Crabbe y Goyle comían como si no hubiera ocurrido nada extraño aunque de manera reservada miraban de reojo la nota.

 

Harry sonrió al ver que a Hagrid no le molestaba ni tenía inconveniente en que estuviera en otra casa, cosa que sin duda alegro su corazón por eso sin pensarlo cogió una pluma de su mochila afirmando su asistencia «Sí, gracias, nos veremos más tarde», esto en la parte de atrás de la nota, y la envió con Hedwig. La lechuza se elevó de forma magistral entre las demás aves, atrayendo la mirada de varios ante la gracia con la que volaba.

 

Una vez respondió, Harry fue consciente de la mar de preguntas que genero su pequeña nota  y sin afán de torturarlos más con la intriga, prosiguió a revelar el secreto de la nota —Me la envió Hagrid, invitándome a tomar el té con él— explico con simpleza.

 

— ¿Quién es Hagrid? Y ¿Por qué te invita a tomar el té?— quiso saber el rubio, en un tono demandante, exigiendo una respuesta.

 

—Hagrid es mi amigo… y el guardabosque del colegio— hizo la aclaración Harry al ver los ojos grises que presagiaban una tormenta, en la que él sería la única víctima.

 

Draco abrió grande los ojos al entender de quien le estaba hablando, así que con una voz por demás indignada — ¿Qué tienes tú que ver con ese idiota? eh— inquirió en lo que su dedo le picaba acusadoramente  el pecho al moreno.

 

A la vista de todos, para sorpresa de propios y extraños: Draco Malfoy, estaba montando una escena de celos en pleno gran comedor. Escena que solo presenciaron sus compañeros de casa más cercanos al rubio, ya que la dignidad de un Malfoy no permitía gritar, pero eso no era impedimento para que su voz se mostrara atemorizante.

 

Harry quiso reír al entender el trasfondo de esa pregunta, pero sabía que si en sus labios aparecía el umbral de una sonrisa moriría a punta de maldiciones cortesía de la varita de Draco, así que para calmar la tempestad que se estaba formando en su prospecto a novio, levanto las manos en son de paz  —Nada de lo que te estás imaginando, Hagrid es mi amigo como ya te dije. De hecho él fue el que me acompaño a comprar mis útiles.

 

Draco entrecerró los ojos molesto, no muy convencido por la explicación — ¡¿No vas a ir…! o sí? — pregunto, aunque lejos de ser una pregunta era una orden que debía ser cumplida; ya que el heredero de los Malfoy no le estaba dando permiso para que fuera y el “o sí” solo había sido por protocolo.

 

Y Harry lo sabía, motivo por lo que temía su reacción ante su respuesta  —Ya confirme mi asistencia— le dijo con voz calmada.

      

— ¿Qué has dicho? — pregunto Draco en un siseo propio de cualquier serpiente mientras lo veía con ojos entre cerrados como dándole a entender que podría retractarse y no pasaría nada.

 

—Que voy a ir— repitió.

 

Draco apretó los puchos y le miro con ojos amenazantes — ¡Piensas ir a tomar el té con ese bruto salvaje, que ni siquiera creo pueda tener los modales suficientes para eso! Que no ha de saber sujetar una taza o tener una conver…

 

Reprochaba Draco pero sus palabras se vieron interrumpidas por Harry —Suficiente, no voy a permitir que sigas ofendido a Hagrid, voy a ir a tomar el té con él te guste o no— sentencio con una voz que no aceptaba réplicas.

 

— Has lo que quieras— le dijo indignado Draco y Harry solo rodo los ojos ante la infantil conducta dando por terminada la conversación.

 

Mientras ellos discutían el resto de sus amigos los miraban en silencio, después de todo la tensión que generaban era por demás sofocante tanto que incluso la magia que emanaba de ellos era electrizante.

 

Pansy y Theodore se miraron entre ellos preocupados, analizando la conducta del ojiplata y es que la escena de celos que le monto era más que evidente ¿Pero Draco ya había asumido el rol de pareja de Harry? No es que fuera descabellado, ya que el moreno desde que conoció al rubio ha dado señales de que lo desea para novio, pero no pensaban que Draco lo fuera aceptar tan rápidamente.

 

 ¿Acaso el famoso niño que vivió había robado el corazón de Draco Malfoy  y realmente lo que veían era una disputa conyugal? Esa era la pregunta que giraba en las cabezas de ambos chicos mientras miraban el rostro berrinchudo de su amigo y como él otro miraba el techo como pidiendo paciencia a una deidad.

 

 

Notas finales:

Entonces la pregunta magica creen que HArry valla a ver a Hagrid luego del berrinche de Draco?


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