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El cereal de Pandora por Kai s bitches

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Notas del fanfic:

Fic participante en el Desafío de Festivales organizado en el grupo de facebook Por el harem de Kai

 

El cereal de “pandora” 


 

Era una mañana de sábado después de un concierto los 5 miembros de la banda dormían en el departamento de uno de ellos, el líder. El vocalista fue el primero en despertar en ese incómodo y pequeño sofá con los otros cuatro -quinto era Koron- quien se arrulló entre las piernas del bajista, si el pequeño perrito, mascota del "chaparrito" de la banda tenía que ir a todos lados, porque pobrecito no podía estar sólo.

Mientras que el señor sonrisas bonitas dormía en su gran cama King size como toda una persona millonaria.

Ruki se levantó con lentitud y en silencio para no despertar a los otros cuatro que estaban reunidos completamente con Morfeo, además de la gran resaca que traían.

Su estómago gruñó, el hambre era poderosa después de la desvelada de un gran concierto.

Fue a la cocina a buscar aunque sea algo para hacerse un sándwich con mucho queso, pero por desgracia sólo había un pedazo de jamón y una rebanada de pan.

—Buenos días. — La voz somnolienta del bajista lo distrajo de su búsqueda respondiéndole el saludo.

— ¿Buscas algo de desayunar? — lo miró abriendo uno de las puertas de la cocina. —Sí y al parecer no hay nada ¿cómo es posible eso? Kai sabe cocinar y no tiene nada en su refrigerador ni recalentados que vergüenza. —Fanfarroneó el más bajito mientras que al ver la puerta que abría el rubio, vio una caja de color rojo vino.

—Rei ¿qué es eso? —Señaló la caja haciendo que el bajista prestará ahora su atención en eso y no en el trasero de Takanori.

—Es el cereal de Kai. —Tomó la caja leyendo está poco a poco. —Aumento de grasa corporal, bajos en azúcar, vaya el líder tiene buenos gustos para los desayunos de un hombre espalda de gladiador. — le dio la caja a Ruki quien miró la portada del cereal. — ¿Qué no esta marca tiene un comercial con un perro? —Volvió a mirar el producto "Consome Panchi para los campeones como tú". "Ahora con forma de dinosaurios".

Su estómago gruñó de nuevo. Lo malo de todo esto, era que NADIE absolutamente NADIE podía comer el cereal del líder, era lo que más se prohibía en su casa y si lo haces te espera algo peor que el inframundo y los círculos del infierno juntos -aunque sean lo mismo pero vamos es peor que ir a sentarse en las piernas de Santa Claus-

Pero el estómago de Ruki se encogía cada vez más y más.

—Supongo que romper las reglas una vez no estaría mal ¿o sí?

— ¿Qué? ¡No! Ruki, comer el cereal del líder es algo prohibido ya todos lo sabemos además. —Le quitó la caja. — ¡Tiene dinosaurios! — Le devolvió la caja tomando un sorbo de su café que quien sabe cuándo lo hizo.

—Tengo hambre Rei ¿sabes? Este cereal tiene aumento de masa muscular, imagina que tan fuerte te pondrás si comes un poco. —Movió la caja haciendo que el cereal sonara en el oído del rubio. — Oh no, nonono no pienso pecar contigo imagina lo que me pasaría a mí A MÍ. —Ese pequeño gritó alteró a los guitarristas que entraron a la cocina preguntando que porqué tanto ruido.

—Nada, sólo que el señorito tiene hambre y quiere comer el cereal de Kai. —Los otros dos miraron al vocalista con miedo e incluso sorprendidos.

—Ya sé que es pecado lo que pienso pero en verdad tengo hambre y no quiero estar esperando a que el otro se despierte y nos haga algo de desayunar, si quieren cometer un suicidio conmigo háganlo hay mucho cereal—.

Ruki tomó un plato hondo y se sirvió el cereal con calma; como si fuese una película de suspenso o terror se mordían las uñas viendo como cada hojuela de maíz caía en el plato absorbiendo la leche que le caía poco a poco, hundió la cuchara y tomando unos cereales en forma de T-Rex y un Pterodáctilo, comenzó a comerlos.

Tres gritos agudos como de damiselas en apuros sonaron en la cocina y el vocalista con calma seguía comiendo.

Los ladridos del chihuahua alteraron a los cuatro miembros. —Buenos días cosa guapa ¿dónde están los demás?

Los ojos de todos se abrieron a la par al escuchar la melodiosa voz del baterista, Ruki le dio el plato a Reita, él se lo dio a Uruha, Uruha a Aoi y volvió a las manos de Ruki, haciendo eso bastante tiempo y escuchando cada vez más cerca los pasos del líder.

Ruki tiró al lavaplatos el cereal lavando rápido el plato tirando los pedacitos de dinosaurios a la coladera, Aoi guardó el cereal todo en un segundo y los cuatro tenían una taza de café fingiendo indiferencia.

—Buenos días chicos. —Kai saludó con ánimo y su sonrisa iluminaba todo la cocina, pasó como si nada por el lugar y aún ellos con el cuerpo tenso miraban al líder tratando de no ser descubiertos por el mismo.

Como era de esperarse rodeó la cintura de Reita y dejó un beso en su mejilla seguido de una nalgada.

—No dormiste en mi cama tontito, me las pagarás. —Susurró en su oído y se sirvió café.

— ¿Por qué las caras tan largas? ¿Aún tienen sueño? —Preguntó riendo, los demás le siguieron pero con risas más cínicas dejando al final un silencio sepulcral.

—No es nada, sólo seguimos cansados por el día de ayer. —Compuso Uruha calmando el notorio ambiente tenso que seguía en pie.

Al líder le pareció no importarle, ya era normal que se sintieran así, los cuatro decidieron salir de la cocina con calma aparentando que todo estaba bien y al cerrar la puerta corriendo por sus cosas para irse de aquel lugar antes de que se diera cuenta que…

—Oigan… ¿Pueden venir un segundo por favor? — Ese tono de voz… Esa forma gruesa en sus cuerdas vocales. Estaban en problemas, en unos graves y hojuelozos problemas.

Como si la mano del mismísimo Lucifer los jalara al abismo entraron a la cocina con calma recargándose en la puerta. —Hemos hablado ya muchas veces de lo que son cosas personales y mi comida. —Suspiró el líder paseándose lentamente por la cocina. —Y creo que ya saben cómo soy cuando se trata de mi batería y mi cereal favorito ¿verdad?

Los cuatro sintieron su piel de gallina y querían huir de la misma escena pero sabían que no tendrían escapatoria alguna.

—Anden respondan. — La voz autoritaria del baterista los volvió a asustar, todos con la mirada baja. —Kai primero te pedimos una disculpa de todo corazón. —Ruki se acercó lentamente y quedó más adelante que los demás. —Así que como vocalista de la banda tengo que hacerme parte de la responsabilidad de lo que acaba de ocurrir. —Alzó su mano con autoridad bajándola a los pocos minutos y con el dedo índice señaló a Aoi quien logró ahogarse con su propia saliva.

—Él fue Kai, ya sabes que aún no te quiere y prefiere hacerte enojar y por eso comió de tu cereal.

El segundo en guitarra se alteró y miró al líder quien tenía sus ojos clavados en él con los brazos cruzados, el único acto de valentía que tuvo fue ahora señalar a Reita. —Aunque sea tu "ratoncito" yo lo vi comiendo de tu cereal acabándose la caja completa y queriendo culpar a alguno de los dos. —Miró a Reita con burla mientras el rubio pasaba la vista hacía el guitarrista y luego a su pareja; el nerviosismo que tenía encima le hizo sacar otro pequeño gritillo y abrió la nevera para sacar un pedazo de queso... "Oh queso Oaxaca eres tan dulce y hermoso". Pensó el bajista comiendo pedazo por pedazo el queso.

— ¿Saben qué? No pienso seguir discutiendo por el cereal, así que ya pensaré en cómo hacerles pagar por lo que le hicieron a mis dinosaurios. —Salió de la cocina dejando a los cuatro en silencio... Otra vez.

— ¡Oh por el amor a Satán! —Exhaló el vocalista. —Ahora nos hará sufrir en el infierno ¡Uruha, mátame mátame qué parezca suicidio! —Takanori salió corriendo llegando al baño y metió su cabeza al WC provocando que el mismo se ahogara, los otros tres comenzaron a alterarse y trataron de sacar su cabeza pero se había quedado atorada en la tapa del mismo, al no poder sacarlo los tres tomaron el pequeño cuerpo y comenzaron a jalarlo con fuerza.

 

¡Una… Dos… Tres!

 

Su cabeza no quería salir, jalaban con fuerza, tenían que tirar de la cadena del agua para que el pobre vocalista no se ahogara. Entre tanto movimiento que había en ese pequeño lugar y entre las patadas que daba Ruki, Reita recibió una en su pecho haciéndolo perder el equilibrio y caer en la bañera provocando que su trasero se mojara debido a la gotera que tenía.

La puerta del baño se abrió y el baterista al ver aquella pequeña escena decidió romper el silencio tosiendo, todos lo voltearon ver.

—En cuánto terminen de arreglar este problema, vayan al comedor, les tengo una propuesta. —Cerró la puerta lentamente.

( . . . )

La reunión por un cereal se hizo corta, ahora los cuatro –que por cierto sólo dos no estaban involucrados pero estaban en la escena del crimen– iban en el carro buscando un supermercado.

“—Tienen que ir a buscar ese cereal, sólo hay 10 paquetes en todo Tokio. —El líder les dijo... Más bien ORDENÓ. "—Ese cereal es importante porque como no sé quién se comió los de dinosaurios, ahora estos son de cocodrilos sabor chocolate. No de elefantes, ni de letras... Cocodrilos.

— ¿Y qué nos darás a cambio, Kai?

—Unas vacaciones a Disneyland todo pago por el apreciado líder".

 

Querían negarse prefiriendo un castigo de otra forma... Pero era Disneyland, todo niño... O más bien, adultos que en realidad son niños soñaban con ir a ese maravilloso parque, terminando por aceptar.

 

Tenían las caras de perro arrepentido en todo el camino, maldiciendo al vocalista amante de los brillos rosas. Para la mala suerte de ellos, el auto comenzó a detenerse y alcanzaron a frenar. —La gasolina. —Maldijo Aoi estrellando su cara contra el claxon del vehículo. Bajaron dejando al segundo en guitarra muerto en el volante.

—El supermercado está a... ¿¡Media hora!? —Uruha le quitó el celular al rubio y cambió la ruta. —Estamos a dos horas caminando, imbécil.

—Ah ¡Ya sabía! —El castaño blanqueó los ojos y comenzó a caminar. —Si aguanté las pirámides en México, aguanto esto.

( . . . )

Ya iban rodando en el piso, les quedaba una hora de camino, ninguno aguantaba, Ruki se dobló el tobillo mientras peleaba con una araña que cayó en su hombro, Reita venía cargándolo, Aoi y Uruha venían a paso lento sintiendo como sus pulmones iban a salir de su interior.

—Esto hace que extrañé mucho las pirámides, volvamos a México.

—Reita tu tienes toda la culpa. —Le gritó Aoi.

— ¡Yo no tengo nada que ver! Este idiota fue el que nos metió en esto. —Ni sus luces daba el pequeño vocalista, ya estaba tirando saliva en el cabello rubio del bajista.

( . . . )

Llegaron con tiempo al supermercado, se sentaron en la puerta y descansaron bastante tiempo, Aoi ya había llamado a la aseguradora para que pasaran por su auto, le pusieran gasolina y lo trajeran al centro comercial.

—Separémonos y quien encuentre el cereal grita la señal. — Los tres miraron al rubio con confusión.

— ¿Y cuál es esa señal? —Preguntó el primero en guitarra, Reita pensó unos minutos e imitó a una cacatúa pidiendo comida. Salieron corriendo y cada quien fue a un lugar del supermercado buscando una caja color verde con cocodrilos. Un sonido de una cacatúa -o intento de- se escuchó en el pasillo de galletas, tres de los miembros corrieron hacía allá y vieron que el bajista encontró la caja, celebraron y se imaginaron por un momento los cinco con sombreros del ratón carismático y con miles y miles de fotos con Pluto y Goofy.

Claro hasta que una señora de avanzada edad le quitó la caja de las manos y se la llevó.

— ¡Oiga usted! — Reita le gritó alterando a la viejita y volteó a verlo. —Oh, hola jóvenes ¿qué es lo que necesitan?

La anciana era tan adorable que no podían pedirle que si les daba ese cereal, se hicieron para atrás empujando a Aoi hacia la señora.

— ¿Qué hacen? —Susurró a los tres. —Tienes suerte con las señoras grandes pídele el cereal y huimos. — Le respondió el vocalista y esté respiró profundo.

—Hermosa señora muy buena tarde. —La saludó caballerosamente. —Disculpe pero ese cereal es mío.

—Este se lo voy a dar mi nieto, ah que le encanta este cereal y prometí comprarle uno.

—Temo que no podrá dárselo discúlpeme pero esto es de asunto de vida o muerte. —El pobre Shiroyama se estaba asqueando pues la dentadura de la mujer se movía haciendo que un poco de saliva cayera en su cara. Harto de eso, tomó la caja y se la arrebató, se iba a dar la vuelta hasta que un golpe en su cabeza lo hizo caer al suelo. Otro golpe y otro y otro más, la señora le estaba pegando con su bolsa de mano. —Usted es un jovencito grosero ¡no sabe tratar a las damas! —Le reclamaba mientras seguía pegándole con la bolsa.

— ¡Ayuda! ¡Reita toma la caja y corre a pagarla! —Lanzó la caja hacía donde estaban los tres y Uruha tomó la caja, pero al caer en sus manos, un cuerpo cayó encima del más alto mordiendo su cuello, la misma ancianita planeaba quitarle la caja, Reita fue más rápido y se la quitó corriendo junto a Ruki hacía la caja, al llegar las filas eran enormes, por lo que aprovecharon su "lado famoso" y se comenzaron a colar entre ellas recibiendo los insultos de los que estaban formados.

—Por favor a la fila como los demás.

—Pero... Señorita ayúdenos ¿no sabe quiénes somos? ¡Somos the GazettE! ¡the GazettE!

La cajera se quedó callada mascando su chicle y haciendo bombas.

—... Ñah, no tengo idea de quienes sean a la fila o llamo a seguridad.

Reita y Ruki se miraron, jamás habían sufrido tanto en un día, pero al ver a Aoi y Uruha acercase siendo perseguidos por la viejita los hizo ponerse más nerviosos.

Sin pensarlo dos veces corrieron a la salida siendo llamados por la cajera y seguidos de los guitarristas.

— ¿¡Dónde está el auto!? —El rubio preguntó sin dejar de correr, saliendo del estacionamiento.

— ¡Ahí está! —Señaló el pelinegro y corriendo a toda velocidad hacía el.

—Las llaves están pegadas. —Los policías se acercaron cada vez más y más.

—Háganse para allá. —Dijo el rubio quien con su codo rompió el vidrio obviamente dejándole unas cortadas en su piel. Los más altos se impresionaron al ver aquella acción. — ¡Entren de una maldita vez! —Pudieron reaccionar antes de que los oficiales llegaran y entraron al auto.

—Enciende mi amor, enciende, enciende. —El motor sonó y gritaron de alegría y a toda velocidad huyeron.

( . . . )

 

— ¿Está bien tu codo? —Preguntó el bajista, el contrario negó con la cabeza.

—Descuida Ruki, come esto te hará sentir mejor—. Uruha le ofreció una especie de “verdura” color verde y partida en forma de flor, la tomó y comió de esa poco a poco. —Que increíble ¿No? Hay venta de plantas medicinales mexicanas en Japón.

— ¿Desde hace cuánto que te gusta tanto México? Piensa en los demás países de Latinoamérica por favo-

Una patrulla con su sirena encendida les daba señal que se detuvieran, a lo que obviamente tenían que hacerlo.

—Buenas tardes caballeros. —El oficial les dijo desde fuera de la ventana del auto. —Me informaron que cuatro chicos robaron un cereal de hojuelas conforma de cocodrilos y que iban en un carro negro ¿Los han visto?

Los tres se quedaron callados y se miraron. —No oficial, no sabemos de eso. —Un golpe en la ventana trasera sonó haciendo llamar la atención del oficial de tránsito, Ruki bajó la ventana… Pero ese no era el problema, el verdadero fue que no estaba en sus 5 sentidos, reía como si estuviera loco, se movía de un lado a otro tarareando de seguro una balada de Backstreet Boys. —Joven ¿Se encuentra bien? —Pregunto el policía y mientras trataba de acercarse a la ventana, Ruki le dio un puñetazo, alterando a los de adentro.

— ¡Déjame pervertido! —Gritó el vocalista saliendo del auto.

“Ahora no por favor”. Pensaron mientras Ruki comenzaba a bailarle al oficial de forma inapropiada.

—Uruha… ¿Qué le diste a Ruki? — El bajista le arrebató la bolsa “Lophophora williamsii planta medicinal”. Buscó en internet aquella planta.

—Takashima Kouyou e diste a Ruki un PEYOTE y aunque sea una planta medicinal tiene lcaloides psicoactivos QUÉ DIABLOS PASA CONTIGO.

El segundo en guitarra miró al rubio pasando su vista hacía Takanori quien tenía la caja de cereal para Kai, los policías miraron el auto negro con sospecha, Uruha se bajó del carro y caminó hacía el vocalista quien aún bailaba restregándose la caja en el paquete, lo cargó y al meterlo al auto Aoi aceleró evitando las patrullas.

Ahora ellos mismos saldrían en la radio… Y no como la banda, sino como unos ladrones de una caja de cereal.

 

( . . . )

 

—Disculpe las molestias joven, pero ¿ellos son sus amigos?

Los cuatro venían esposados y agarrados de cada uno de los policías, el auto se descompuso de nuevo y se dieron por vencidos.

—Tendrá que alguien pagar la multa y el cereal, señores, que suerte que sólo fue comida, sino ya estarían en prisión… Ah llevar al hospital al chaparrito de allá, el peyote ya le causó bastantes problemas… A mis pantalones.

—Yo pago la multa señor, yo los mandé a comprar el cereal pero no pensé que fuesen a causar tantos líos. —Kai miró a cada uno con una sonrisa divertida, oh así que eso una dulce venganza. Les quitaron las esposas y entraron al departamento, al irse los oficiales, los cinco se miraron y Reita traía en sus manos la caja de cereal provocando que el baterista riera.

—Aun así no habrá viaje a Disneyland porque tendré que pagar las multas, el cereal y el hospital a Ruki ¿Quién diablos le da peyote a alguien que se lastima el codo porque darle un cristalazo a una ventana?

Kai seguía riendo, mientras los cuatros miembros restantes morían de vergüenza, todos sabían que el líder era capaz de subir aquella anécdota a su Instagram.

Moraleja: Jamás debes de tocar las cosas del líder, como su batería y su preciado cereal de dinosaurios.


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