-¿Podré verlo?
-Por el momento es mejor dejarlo descansar, ayer tuvo otro episodio y se encuentra con las defensas bajas, no ha querido tomar las vitaminas desde hace ya algunos días.
-¿Y es que el enfermero no ha podido con él?- lanzó una mirada fúrica hacia donde se encontraba el pelirrojo, quien solo se sintió apenado por no hacer bien su trabajo.
-Gaara hace todo lo que está en sus manos, joven Uchiha, no se desquite con él, de hecho, mi llamada fue para informarle de los avances que hemos tenido con su primo, en los cuales, Gaara ha sido parte clave, ya que sin él no habríamos podido obtener tanta información, si me permite- hizo una seña invitando a Itachi a tomar asiento. –De igual forma, tengo algunas preguntas que hacerle para poder atar cabos y descubrir qué nivel de gravedad tienen las alucinaciones del paciente.
-¿A qué se refiere? Doctor Yamato…
-No puedo asegurar nada todavía, pero creo que Sai tan solo sufre el mismo cuadro de depresión por el que usted pasó hace algunos años, pues sus alucinaciones hacen referencia a cosas con las que convivía en su infancia, sin embargo- Itachi tragó seco –a diferencia de usted, el chico asegura haber tenido contacto más de una vez con un tal Capitán Susano ¿sabe usted de quien se trata este personaje?
Itachi no creía lo que escuchaba. Aun no terminaba de asimilar la confesión de Naruto, y ahora Sai se mostraba inquieto. Jamás había creído en las coincidencias, y que ahora los dos adolescentes sacaran a la luz el mismo tema que lo atormentaba no le parecía para nada una.
-Hace muchos años, mi hermano, se hacía llamar capitán Susano cuando jugábamos a los piratas- el doctor hacía anotaciones en una libreta –yo le contaba historias sobre Naruto Uzumaki, el capitán Garfio y los indios picaninny, conoce el resto.
-¿Sabe que su primo es sonámbulo?- Itachi asintió sin unir una idea con la otra – ¿alguna vez intentó suicidarse, dormido o despierto?
-Jamás, el que saltó por la ventana fue Sasuke.
El doctor se levantó, dio unas vueltas por la oficina y se detuvo tras Itachi, colocó una mano en su hombro logrando percibir la tensión en sus músculos.
-Sé que hablar sobre esto es difícil para usted, y no puedo imaginar lo terrible que es rememorar todo aquello ahora que logra rehacer su vida, pero entienda que es necesario para poder darle esa oportunidad a Sai, el chico no ha tenido las cosas tan fáciles desde que ingresó aquí, duerme poco, y come nada, de no ser por Gaara, tal vez habría perdido la poca cordura que le queda hace ya varios años- el pelirrojo suspiró profundo al oir su nombre- y durante seis años, nunca había intento suicidarse hasta ahora…
-¿Qué dice?
-Logramos detenerlo cuando intentó saltar del último piso, no parecía atormentado por aquellos personajes de historias, todo lo contrario, parecía perseguir alguna alucinación, intentaba subir al barco del capitán Susano, ¿Cuál era su nombre?
-Jolly Roger, igual que Sasuke.
-Con esta información, podría decir que Sai solo esta relacionando sus alucinaciones con aquello que perdió, es decir, el problema recae en que no es consciente de que Sasuke ya no existe, y cuando su mente pierde lucidez, él sigue siendo ese chiquillo de once años que jugaba a los piratas con su primo doncel.
Itachi se quedó callado intentado digerir la información, Deidara vino a su mente, su adorado rubio tenía razón, Sai seguía perdido y lo peor del asunto era que no lo sabía, su mente viajaba entre el pasado y el presente, y ya no reconocía en donde vivía realmente.
-¿Se curará?
-Es cuestión de tiempo, el chico no es un peligro, pero todo puede resultar un peligro para él si no logra adaptarse a su presente. Sus momentos de lucidez cada vez son mayores, sin embargo cuando pierde la consciencia realiza cosas que me preocupan cada vez más, y aun no estamos seguros de qué es lo que detona esos momentos.
-¿Dejaría que hable con él? Solo unos minutos…
…Y ahí estaba Itachi, sentado en el pasto en el jardín del hospital psiquiátrico junto a Sai y Gaara, los tres comían un cono de helado pues Sai le había hecho prometer a su médico que le regalaría un helado si salía a caminar, y como su adorado primo lo visitaba, y además Gaara estaba presente, no se negó.
-He oído cosas buenas de Gaara- rompió el silencio Itachi igualmente, tanteando por donde ir con su primo, y al ver la reacción de Sai supo que había dado en el clavo.
-Sí, huele a sandía y a cereza, y si tomo las pastillas me regala un dulce.
-Eso no suena muy profesional que digamos.
-El me cuida siempre que enfermo, soy yo quien se porta mal con él. Pero lo compensé hablándole bien de él al capitán Susano cuando vino a visitarme, él, al contrario dijo que parecías un viejo aburrido. Pero descuida, le dije que se callara o desharía todos los moños de sus osos de peluche.
Ni Itachi n Gaara omitieron ese comentario, ahora las palabras del médico adquirían algo de sentido, estaba completamente seguro de que aquel sujeto al que se refería Sai era Sasuke. Sonrió débilmente sintiendo algo de pena por su primo, al menos él no sufría la pérdida del doncel.
-¿Itachi? – el aludido se volvió -él está ansioso por verte de nuevo, a ti y a Naruto.