Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Daddy issues por -oOYUKI-NII-Oo

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: " Daddy Issues"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Hurt/Confort

RatingT

∞ N/ASpiderMan ni Deadpool me pertenecen, esto no es más que un hobby, todo es creación de Stan Lee y MARVEL.

∞ Resumen: Y entonces Tom Holland contesta al fin a Ryan Reynolds en Twitter y todo se descontrola.

∞ Advertencia: Insinuaciones sexuales y bisexuales. Angust

Por ti yo esperare, a ti te espere

No puedes dejarme y de mañana volver.

De pronto gire, atrás yo mire y cuando te vi solo me lamente

Yo sé que aquel recuerdo de ayer, no será duradero por siempre.

Heriste mi ser, sin fuerzas llore, lamento todo lo que paso ese día

¿Por qué no regresaras?

:.:.:.:.::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.:.:.:.:.

Backstage 10

.:.:.:.:.::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::.:.:.:.:.

 

 

Tian mira por segunda vez a Haz, tiene ojeras profundas y su ceño esta fruncido. Honestamente quiere preguntar que es aquello que le molesta, pero realmente no tiene ganas de tener una discusión a esas horas de la mañana, pues sabe que solo existe alguien que haga que Harrison se altere de esa manera, como un planeta orbitando por la luz del sol.

—Lo que sea que tengas dentro de esa cabeza tuya puedes ir a resolverlo, nadie te obliga a estar aquí —. Tian dice, cerrando el script entre sus piernas y girando en la silla de rueditas tras el escritorio. Haz apenas y eleva los ojos de su posición boca abajo en la cama. Tian chasquea la lengua irritado.

—En realidad no hay mucho que pueda hacer. Tom se ha encerrado en su habitación desde que regresamos a Londres.

—Regresaron hace dos semanas. Y créeme Harrison, no te veías como perro apaleado hace dos semanas —. Tian dice, encogiendo las piernas sobre la silla, su mano comenzado a jugar con una hebra suelta de su camiseta —. Mi habitación no es lugar para que te escondas, ¿sabes?

—No me estoy escondiendo. He venido a pasar tiempo contigo.

—Patrañas. Tal vez no sea Tom, pero se cuándo mientes Osterfield. Así que no me trates como un principiante.

—No lo hago, no lo hago. —. Haz asegura, rodando sobre sí mismo en la cama, ignorando como Tian pone los ojos en blanco, y se muerde el labio.

Tian es así, sensible para los papeles clásicos pero fuerte para enfrentar a más de mil personas dentro de un teatro. Sus grandes ojos miel escondidos tras unos lentes de pasta gruesa, y ese tic de halar los hilos sueltos de su ropa cuando se está poniendo nervioso. Tom es un tema espinoso, algo que le hace sentir inferior no importa cuando es que Haz diga que nada pasara ni ahora ni eventualmente entre la amistad que los tres han llevado por tantos años pero que parece más estrecha entre Holland y él.

Haz estira su mano hacia el castaño, Tian duda, su propio brazo tembloroso, antes de estirarse por completo hacia él.

— Te he extrañado un montón —. Haz dice, sus dedos entrelazándose con los de Tian.

Lo jala, la sillita chirrea con sus viejas rueditas por el piso de madera, Haz se deshace de la distancia, Tian que está familiarizado con los movimientos, con la fuerza y con el cuerpo de Haz se deja llevar. Sus rodillas contra el colchón y baja las piernas por completo, se impulsa con las puntas de sus pies y cae sobre Haz. Escondiendo su rostro en la curvatura entre el cuello y el hombro.

—Tomare eso, como un “yo también Haz, me volvía loco sin ti a mi lado”

—No exageres Harrison —. Murmura con una voz ahogada Tian. Sus brazos pasando por debajo de los de Haz, y dando un suspiro profundo ante el olor a ropa limpia y hombre que tiene Osterfield.

Haz hace un ruidito, al sentir el aliento tibio contra la piel de su cuello, sus manos puestas sobre la espalda de Tian, y siente que puede olvidar, ahí, entre los brazos de su novio, todo ese desastre andante que es Tom y sus ojos hinchados.

—¿Es grave cierto? —. Pregunta Tian desde su refugio, sin tener que verle la cara a Haz y con la tranquilidad que los dedos presionando contra los puntos de su espalda le da. Haz asiente lentamente —. ¿No puedes decírmelo? — Haz niega esta vez apretando los ojos —. Bien, entiendo. Solo tengan cuidado, ambos. Recuerda lo que nos decían en la escuela, el mundo de los actores es peligroso y cruel.

—Estaremos bien Scott —. Dice Haz.

Tian no quiere decirle que eso suena mucho a mentira, así como tampoco quiere mencionar sobre Andrew Garfield preguntando por Tom.

Tom coge la cajita de Taco bell casi con rabia, como si la franquicia hubiese inventado a propósito un taco de galleta y chocolate solo para molestarle.

Tom ama la galleta crujiente de los conos de helado con chocolate hershey´s endureciéndose sobre los pliegues rugosos al final de las bolas sabor zarzamora. Pero aquí está en uno de los tantos establecimientos de la franquicia con una combinación horrenda que le recuerda al Deadpool de los comics, y con Ryan metido hasta el último nivel de sus células y una que otra de sus neuronas, a las que le han parecido una buena idea ir a comprar algo que le haga recordar al hombre que se está esforzando por olvidar. Su subconsciente solo quiere joderlo y Tom trata de tomárselo con calma y no como algo personal, aunque sea su propia cabeza la que le esté poniendo a prueba.

Respira profundo cuando nota que la chica del mostrador le está mirando temerosa y él sonríe, una mueca de labios estirados y dientes perfectos porque no quiere le odie, con todo eso del nuevo año tan cerca y con un frio que cala hasta el culo.

Tom piensa sobre las normas laborales y que debería de estar en la biblia como regla universal no tener que trabajar el 30 de diciembre, pero se lo guarda porque ese pudo ser él, haciendo horas extras en una tienda de auto servicio para pagar su carrera en comunicaciones, su segunda opción en la universidad, en lugar de sus talleres de actuación, y se recuerda la buena suerte de haber nacido en el núcleo Holland con Nikki de fotógrafa y Dominic escribiendo libros de aventuras.

Deja 10 libras en el bote de las propinas y le desea un feliz año nuevo a la chica, que le mira como si fuera un milagro de navidad, aunque esta ya haya pasado. Tom sonríe de nuevo, esta vez más brillante y fuerte como si Colgate le hubiera brindado un poder especial a esa mueca y la chica siente que ha valido la vida entera estar parada nueve horas tras una barra con olor a crema con queso, y le desea un feliz año nuevo adelantado a Tom, con mucha efusividad cuando le ve desaparecer por las puertas eléctricas. Pantuflas de Husky y chaqueta esquimal morada.

Haz le está esperando en el coche con la calefacción puesta, porque después de todo, ir por una orden de taco bell dulce es solo el capricho de Tom.

Tom que está comportándose como una embarazada teniendo los más inoportunos antojos a la una de la mañana. El mismo que trata de no quejarse en voz alta, sobre los códigos de la amistad que incluyen llevarlo hasta el otro lado de la ciudad y aguantarse sus rabietas de niña con corazón roto, porque en realidad a Harrison no le hace mucha gracia tener que estarle transportando como si fuera una bomba nuclear que explotara ante cualquier mal movimiento.

Porque Tom es eso, un conjunto de químicos volátiles que reventaran a la primera de cambio. Ha pasado la mitad de diciembre en el bosque jugando al tiro con arco. Como si las dianas no tuvieran suficiente con las flechas cargadas de amargura, ahora deben de soportar a Tom rábico e irritante cada que sale un artículo de Ryan y su perfecta familia por cadena internacional.

Porque, por favor, está en la puta Inglaterra, podrían disminuir las cosas de la farándula a nivel local.

Pero la presentadora de la BBC no piensa igual y pasa el resumen, con video incluido, de uno de los momentos más importantes de Reynolds para su carrera, poniendo su huella en el paseo de las estrellas. Por si eso no ha sido suficiente, porque el karma debe ser una cosa fea con la que Tom no piensa meterse jamás en su vida de nuevo, ahora tiene que soportarse un artículo de la revista CQ con Blake alardeando de tener al mejor hombre del mundo a su lado, una pareja fuerte dentro de Hollywood, dicen los reporteros.

Tom quiere reírse por ello, pero no lo hace porque Nikki, su madre, le frunce el ceño desde la cocina.

—Y Tom, por favor quieres dejar de hacer esa cara que asustas a tu hermano.

Tom se encoge, como un cachorro ante la voz de la rubia y piensa cuan poderoso puede ser el instinto materno para declarar aquello cuando le está dando la espalda, demasiado ocupada en fregar la loza del lavabo. Eso sí que asusta quisiera replicar, pero es idiota no suicidad así que solo dice un “Vale” por lo bajo que a su madre le basta para concentrarse en las manchas de grasa que la lasaña ha dejado a su recipiente favorito.

Así que Tom comienza, en esas vacaciones que traen rompope de huevo, pavo asado y puré de papas, una cruzada por olvidar al amor de su vida, melodrama incluido y llanto ahogado por la noche.

Sale un domingo por la noche, solo, porque su mejor amigo esta Soho besuqueándose con su novio, va directo al centro en el viejo Volkswagen verde de su padre, con la billetera repleta de dinero y su celular con la batería llena.

Camina por las calles donde están posicionados la mayoría de los pubs y respira hondo, abriendo su cuenta en Instagram para hacer un video en vivo. Haz va a matarlo, tal vez Tian también lo haga, y no puede importarle menos.

Comienza hablar frente a la cámara, sigue caminando y sonríe, como si invitar a más de un millón de desconocidos a beber con él fuese cosa de todos los días.

Entra al primer pub que le parece interesante con un letrero de madera colgante que hace alusión al caldero chorreante. Sonríe ante su propia ñoñería y las luces tenues de la barra le reciben. Hay pocas mesas, pero se puede notar el ambiente tranquilo, con los Beattles sonando en el viejo tocadiscos en una esquina y el olor acre de barriles añejos con buena cerveza artesanal.

Tom se pide una pinta, tomando la mesa más alejada de la barra, pero muy cerca de la ventana. Siente las miradas seguirlo hasta que consigue sentarse y finge poner su atención sobre el menú de entradas de carnes frías que el lugar ofrece. Su bebida llega rápido, la mesera le sonríe, jeans rotos y camiseta negra deslavada, tiene un bolígrafo enredado en el cabello y un mandil verde largo donde guarda sus comandas y trapo para limpiar las mesas.

Tom se siente pequeño, no en el sentido de intimidado, si no más joven, más audaz, como si haber estado demasiado tiempo en Estados Unidos le hubiese hecho olvidar esa sensación de ser solo un chico británico en la edad del alcohol, las chicas y la diversión por la noche.

Demasiado ocupado pretendiendo no estar jugando con fuego con un hombre casado, y escondiéndose del mundo entero.

Tom lo siente antes incluso que verlo. La mano posándose sobre su espalda y al hombre extraño con barba cerca de él, invadiéndole el espacio personal, con sus jeans negros y su cahqueta de cuero, es un motociclista, de esos que tienen por novia una Harley Davison y que podría competir en tomarse un barril entero de cerveza por el simple gusto de competir con su ego varonil.

Es fácil reconocer las señales, el saludo inicial que es una introducción burda cuando Tom puede notar como es que los ojos verdes del desconocido pretenden perforarle por debajo de la ropa. Tom eleva su mano para pedir dos botellas más, y el señor desconocido se sienta junto a él.

Tom también puede jugar, es lo que piensa, cuando la gran mano le roza para tomar su propia cerveza.

 

Tom continua su propia travesía dejando en su Volkswagen el edifico de apartamentos de cambrigestown y una noche extraña con señor ojos verdes, viajando los 76 kilómetros hasta la cabaña de su abuelo en donde se esconde del mundo entero, llevándose a Little Tess consigo y una ración más que suficiente de bombones blancos y paquetes de Skittles azules.

Pesca salmón en el Saint James Park Lake y sale hacer senderismo por la parte alta de la montaña. Lleva el almuerzo hasta la cabaña del abuelo el martes por la tarde y práctica sus saltos con telas elásticas atadas a los altos pinos que rodean el jardín.

Recoge castañas para asarlas durante la noche y hace ángeles de nieve cuando se acuerda de Ryan sonriendo en el paseo de las estrellas, solo porque necesita algo frio que le evapore la furia del cuerpo y le haga rebajar el impulso eterno de montarse a un avión y leerle la cartilla a Ryan y su mierda estúpida de “Baby boy” que ya le tiene hasta los cojones y que jamás debió permitir.

En cambio, se limita aprender una fogata y cocinar el salmón, para escuchar al abuelo contar viejas anécdotas sobre ir hasta Escocia en los 60´s persiguiendo al Monstruo del lago Ness. Y Tom le cree cada cosa, sobre la niebla, el olor a algas y una figura imponente, porque los abuelitos no mienten, y eso debería de estar registrado en los manuales ciudadanos que te dan el prescolar sobre educación cívica y personas de la tercera edad.

Tom siente que se le reivindican un poco la confianza y la fe, cuando su abuelo le abraza con la suficiente fuerza para tronarle las vértebras de la espalda y no pregunta porque está invadiéndole la cabaña a mitad de la temporada decembrina.

—Te llevare en año nuevo a casa.

Es todo lo que Tom dice para justificar su presencia, su abuelo solo asiente, como si en efecto, no necesitara más para explicarse. Aun si parece un bastardo prófugo cruzando dos ciudades para ir a esconderse de la realidad.

Si el abuelo sospecha se le olvida cuando Tom le da bombones y canela sobre su chocolate caliente. Tom piensa que el abuelo es la persona más fácil de sobornar del mundo y se pregunta que tan parecido es a él, cuando Ryan solo tuvo que enviar media docena de comics y un post it rosa chillón para convencerle de hacer cosas que él nunca hubiese creído posible.

Haz llega al cuarto día, con más skittles, mala cara y medio tanque de gasolina.

—Porque no te puedes fugar así nada más, tenemos una agenda que cumplir Tommy.

Tom quiere quejarse, porque Haz debería de darle eso, una temporada de helado, malas películas románticas y lágrimas con rímel derramado como una tregua a su inútil corazón y sus fastidiosas esperanzas. Pero ha utilizado su nombre en diminutivo, para hacerle entender que no puede simplemente seguir así, recuperándose de algo que nunca fue, viviendo de supuestos y aferrado a recuerdos.

Tom regresa hasta la casa de sus padres, su abuelo y Little Tess en el asiento trasero, la última semana del año.

Es ese mismo día que a Tom le entra la urgencia por probar el sabor de edición especial de Taco Bell y hace que Haz despierte, saliva en su mejilla y cabello revuelto.

—Dime por favor que no te embarazaste mientras yo no miraba solo por despecho. Porque tener el hijo del hombre que crees amar para retenerlo en realidad nunca ha funcionado bien y Tian va a matarme si descubre que deje que te profanaran.

—Soy un chico Haz —. Es todo lo que Tom dice, colándose entre las cobijas y poniendo unos ojitos, de esos que son ilegales en tres estados, pero que siempre resultan con Haz con una pasmosa velocidad.

—Bien, porque aún no quiero ser tío.

—Idiota.

Tom termina empujando a Haz escaleras abajo, porque va a ser media noche y a Nikki no le gusta que salgan así, a la brava, en pijama y gorros de lana hasta los auto servicios de la comida rápida cuando ya han tenido una cena decente y deben respetar el horario de dormir ocho horas como regla general con las que ese techo se maneja.

Pero ahí están ambos. Tom mordiéndose la mejilla y Haz conduciendo entre el alumbrado público un sábado por la noche, en la víspera de año nuevo y con las preguntas atoradas en la tráquea sobre el errático comportamiento que Holland ha estado teniendo y que ya todos comienzan a notar. Dominic ha estado a punto de hacer eso, con su mano, el tic ante la falta de la cámara, cuando Tom le ha pasado por delante en la mesa y se ha llevado su plato sin terminar, con borrego a la mantequilla y ensalada de habas.

Pero Haz ha cedido su propia porción para que le deje escapar, así taciturno y despeinado como ha estado últimamente.

“Tienes que superarlo” quiere decirlo, pero el solo pensamiento parece cruel, no es como si Tom hubiese perdido a su gatito en el patio trasero, esto es más grande. Holland está en depresión y no se ha enterado de nada que no gire alrededor de Ryan y Blake durante las últimas semanas. Todo diciembre escapando solo a lugares por la noche, haciendo zapping en los canales de espectáculos de la televisión por las mañanas y siguiendo el twitter donde todo empezó, compulsivamente desde su teléfono. Esto tiene que mercar una intervención.

—Hey, Tommy —. Comienza Haz, con la una de la mañana marcándose en el reloj de la capilla judía de la séptima y la espalda hechas trizas por haber estado conduciendo más horas de las que querría.

—Sabias que esta edición esta rellena de helado de vainilla, odio el helado de vainilla —. Dice Tom, leyendo los ingredientes de la caja de Bell con el ceño fruncido —. Voy a tener que dársela a los gemelos mañana. Que desperdicio —. Suspira.

—Sí, sí, un desperdicio, oye quería decirte algo sobre lo de…

—¿Qué te parecen unas hamburguesas de Burger King?, que esas están más grandes que la mentira que nos dan en McDonald’s. Quiero la malteada de fresa para quitarme la decepción de esto —. Hace un gesto contra los Tacos Bell.

—No, no tengo hambre. Tom enserio estoy tratando ya sabes de comprender como es que…

—¿Sabes cancelar una suscripción en japonés? —. Pregunta alzando su celular, con la aplicación en colores pastel abierta, se puede ver las imágenes de un conjunto escolar y un par de calcetas altas —. La primera vez pedí ayuda a Aoi, el chico auxiliar de edición, él es un genio con los videos, deberías de ver los que sube a su cuenta en YouTube andando en patineta. He pensado en pedirle que me enseñe, espero que este cuando grabemos la segunda parte de Spiderman.

—Tom…

—Olvídalo, usare google traductor, aunque siempre traduzca las cosas como la mierda. No sé porque sigo usándolo, ¿dónde diablos cambiabas el idioma? — Tom murmura, sus ojos sobre la pantalla de su teléfono, sus dedos moviéndose a través de toda la pantalla.

Haz frunce el ceño, da una vuelta completa al volante y pisa el freno. Tom jadea y se sostiene de la palanca de pánico, las llantas rechinan contra el pavimento, y el auto termina dando un rugido de hule quemado cuando se detiene.

—Oye Haz, ¡¿pero qué rayos fue…

—Tommy —. Haz desabrocha su cinturón y gira hacia su derecha —. Solo guarda silencio por un minuto, ¿de acuerdo? — Haz dice, su mano sobre su frente, está realmente molesto y Tom asiente despacito, sus nudillos blancos, sus dedos enroscados aun sobre la palanca —. Bien, eso está bien. Ahora solo escucha. ¿Ha sido un buen año cierto? Terminamos las grabaciones de Homecoming, y estuviste con Jimmy Kimmel. Volviste a trabajar con Robert y fuimos al comicon en San Diego. Ahora mismo estas en el mapa, y tienes un buen futuro. Y vamos hacerlo juntos, como cada cosa, como si fuera solo un año más siendo nosotros, cumpliendo nuestras metas. Así que, por favor, quieres dejar de tratar de empujarme fuera. No es como que yo no lo supiera, y no es como si no hayas sido tú mismo quien me lo ha contado. Puedo entender que te sientes avergonzado por todo, y que quizás esto no termino como tú lo imaginabas, pero por favor, detente, no puedo seguir viéndote así, fingiendo que no tienes el corazón hecho añicos Tom. Por favor, solo, detente, detente un momento, no tienes que huir, ya estas lo suficientemente lejos de él. Estas en un lugar seguro.

—No —. Tom susurra, apretando más la palanca y negando con su cabeza, su celular ha caído hasta sus pies y el contenido de la caja de taco bell es un desastre sorbe su regazo —. Te equivocas Haz —. Tom lo dice por primera vez como si fuese algo extraordinario y le costara sacarlo de los pulmones, con los increíblemente enormes ojos de Haz sobre él — Te equivocas tanto. Yo no puedo huir de él. Yo nunca podre estar lo suficientemente lejos de él como para no sentir que me hace daño.

Han pasado exactamente 36 días desde que dejaron Los Ángeles. Haz piensa que debió de haber presionado un poco más después de esa noche en el hotel, en los puntos débiles, rozando las heridas abiertas para inundarlas de sal. Pero no quería desmoronarlo, tan frágil, tan egoísta. Haz pensó que el tiempo lo haría hablar, sacar el llanto acumulado, el dolor, el golpe de realidad derritiéndole los pulmones y haciéndole nudo el estómago.

Haz tuvo fe, nadie puede culparlo realmente de ello.

Es por eso que ha decidido darle su espacio a Tom y se ha encontrado con su novio cada fin de semana, en un apartamento pequeño de Soho que Tian renta mientras terminar el último año de la academia de actuación y reza en la capillita del final de la calle para tener la suerte de que algún día el mismo Tom (Hiddleston) se digne a regresar como un veterano exitoso a esa escuelita de tres pisos que queda por el museo renacentista y a mitad del camino de la pista de hielo. Tian lo ha notado al instante el estado anímico del propio Haz, así que solo a sumado dos más dos, para saber que Tom (su Tom, el que se apellida Holland y tiene a Nikki como fotógrafa oficial de su Instagram) debe de estar hecho mierda.

Tian ha preguntado con prisa y Haz ha tenido que hacer uso del código bro con urgencia. Tian ha desistido, tomando la alerta roja, como una bandera izada a lo alto del mar. Que te indica que no debes de acercarte más por seguridad que por solo ser marea brava comiéndose la arena, las conchas y las piedras de la orilla.

Fue durante su última visita a Tian que Tom se le escapo. Tian se lo advirtió.

Haz tuvo fe, solo Tian lo puede culpar de ser un tonto feligrés amparándose en el código bro.

—Entonces no lo permitas —. Dice Haz contra un silencio que siente duro una eternidad, los ojos avellana de Tom suben a través del parabrisas y le sonríe.

—¿Qué no permita que, exactamente? —. Tom pregunta curioso, tomando la caja de su regazo y bajando el vidrio de la puerta. Haz entiende el gesto mucho antes de que suceda, el contenido entero de taco bell resbalando hasta el pavimento. De Tom empujando lejos algo que esta complemente arruinado.

—Que esto continúe así. Estoy seguro que todos se han dado cuenta ya que algo va mal. Si tú lo permites, que Ryan venga hasta aquí, que se meta hasta dentro, no solo te va a lastimar a ti, sino todo a tu alrededor.

—El problema Haz, es que eso ya está pasando, no porque haya sido permiso con mi propia mierda, sino que ese hombre está aquí —. Tom se golpea en el pecho, fuerte, con el puño cerrado, la rabia desbordándose en el color de sus mejillas y la fijeza de sus ojos —. Ese hombre ya vivía aquí, mucho antes de que siquiera yo me diera cuenta, y no se como simplemente echar algo que no puedo tocar, se me escurre entre las manos Haz. Y que me digas todo lo que ya se no va a cambiarlo.

—Tom —. Haz mumura, su vista sobre el llanto contenido y las palabras que Tom ya no alcanza a decir —. Te mereces a alguien que cada vez que te vea se le escape una sonrisa. No alguien que te haga salir a comprar tacobell en la madrugada porque no te deja dormir. Creo, honestamente, que te estas quemando de culpa. No por meterte con un hombre casado, o con alguien de renombre, si no porque él es un hombre que jamás vas a poder tener, porque destruiste algo que pudo ser diferente, sientes culpa de no arrepentirte, y creeme Tom, eso esta bien. Las relaciones a veces simplemente no pueden ser, no se necesita de una gran tragedia para que eso suceda. Asi que mírate ahora, lleno de helado y chocolate derretido sobre los jerseys, obsérvate fijamente Tom. Porque ese de ahí eres tu muriéndote de amor.

Tom, se cubre el rostro, como si pudiera escapar de su propio reflejo, Haz alza sus brazos, sus dedos entrelazándose contra las manos temblorsoas de Holland.

—Hey, esta bien. Todo va estar bien. Te lo prometo.

Tom quiere zafarse, alejarse de Haz, tener una huida dramática a mitad de la madrugada por la ciudad, con un frio de mierda, y sucio de helado.

En cambio se aferra a la camiseta de Metalica de Haz y rompe en llanto como un mes atrás, porque sigue doliendo, ahora mucho más, cuando ya no hay una incertidumbre entre en lo que él espera que Ryan haga y lo que ha pasado realmente, como si todo fuera una película de baja calidad en la que al final el podría ser feliz. Las cosas no funcionan asi.

Tom decide por primera vez no escapar, y quebrarse, dejarlo salir todo, la esperanza y los sueños rotos, la ansiedad de la espera que hace que anhele que Ryan regrese sobre sus pasos en el baño de un salón de eventos, que le recoja del suelo y le diga que estaba mientiendo, que nada se ha terminado, que han tenido una descuision como cualquier pareja que tiene diferencias, que el tiempo lejos solo le ha hecho entender que lo extraña demasiado y que en realidad no puede vivir sin él.

Tom gimotea, su garganta desgarrándose y su pecho convulsionando, cuando las ultimas palabras de Ryan, por fin le abandonan

“Vi cosas en ti que ni tu mismo puedes ver”

Si Tom las repite suavemente en su cabeza una y otra vez, es solo para darse cuenta la forma rara en la que Ryan tiene para decirle cuanto es que le ama, no se lo hace saber a Haz, después de todo, esto ha llegado a su fin.

Es muy tarde ya para volver atrás.

Tian Scott sale ese domingo tarde de danza contemporánea, se ha puesto mallas calentadoras bajo los pantalones deportivos y le ha robado un abrigo afelpado a Haz la última vez que ha ido a visitarlo, porque su cuñada tiene 7 meses de embarazo, pies hinchado y sensibilidad emocional y Haz simplemente no puede con su hermana y Tom al mismo tiempo.

Tian y Haz se conocieron en la academia, porque compartieron clases de interpretación corporal y fueron obligados hacer equipo. Haz es un año mayor, lo cual en su momento, cuando apenas y cursaba segundo año no se sintió como una brecha generacional. Ahora que Tom y Harrison estaban trabajando al otro lado del mundo con una de las mayores casas productoras, él se sienta levemente relegado, como un mocoso viendo a sus superiores graduarse y dejarlo atrás, aunque eso sea lo último que ese par haga en realidad.

Protección. Así lo ha llamado Tom, que lo quiere lejos de los focos de la farándula.

“No vas entrar a este mundo solo porque comiesen a reconocerte como un amigo cercano. Tú te mereces mucho más, un protagónico que te ponga en el mapa, un proyecto que te haga sentir que estas interpretando tu más grande papel, que has nacido para ello, y si te quedas aquí, junto a mí, no lo obtendrás como se debe”

Tian es alguien terco, pero supo, que eso en definitiva no iba a replicar, Tian tienes otros planes, alejado de las cámaras y con telones rojos abriéndole paso en el escenario, así que agradece ese cuidado cariñoso de Tom y Haz.

Salta de dos en dos los escalones hasta el primer piso, las estrellas coronando el cielo gris de la ciudad. Su teléfono suena en su mochila, pero no lo siente, porque está escuchando “Re: Re” de Asian Kung-fu Generation, que no se puede sacar de la cabeza, maldita sea su novio y su adicción por las animaciones japonesas. Sube el volumen en el coro, la batería traspasándole los tímpanos, mientras llega al jardín delantero de la academia donde se estacionan las bicicletas.

Tian sigue el ritmo de una voz que le advierte cosas sobre paradojas temporales en otro idioma mientras su adolorido trasero cae sobre el asiento de cuero, maldice a Haz otra vez.

La academia enciende sus luces, y él eleva un brazo para despedirse de Bryan Singer, su maestro de dialecto, con su cabello largo y canosos y sus viejas gafas de armazón de madera. Él le grita algo, y Tian sonríe, fingiendo que lo ha escuchado, sus pies paladeando por el camino adoquinado de la salida principal. La ciudad se siente un poco desierta y fría. Y él concibe las vibraciones de la canción con uno de los días menos favoritos de la semana. La antesala del lunes.

Pasa por la cafetería de “Angelo´s” porque al dueño le ha hecho gracia robarse el concepto de Sherlock Holmes y el inminente éxito que Benedict le dio a la serie remasterizada. Tian se pregunta si el propietario también es italiano y esta de novio con el cocinero. La canción termina, pero el acorde regresa, la ha puesto en un bucle infinito hasta llegar a casa, Tian ama esa canción más de lo que debería, y la va escuchar tanto tiempo hasta que se harte de ella, del grupo y supere el final de un asesino serial atrapado en sus propias trampas.

Es cerca de la panadería, cuando Tian, se quita los audífonos, se ha quedado sin reservas para el desayuno y honestamente no quiere que Haz le haga madrugar por un par de huevos y café instantáneo. Abre su mochila para sacar la cartera, su teléfono se deshace en el rincón viejo que jamás ha cambiado de fábrica mientras vibra entre su ropa sucia. Chasquea la lengua, Haz ni siquiera puede dejar que llegue a casa, su nombre brillando en la pantalla.

—Te mande un mensaje diciéndote que saldría tarde —. Dice Tian, empujando la puerta del local, la campanilla suena sobre su cabeza y Haz suspira ruidosamente.

“Estoy yendo a la casa de los Holland”

Tian detiene su movimiento, entre coger una charola y las tenazas del pan.

—¿Qué?

“Voy con Tom”

Tian quiere decirle que es domingo, que los domingos pasan la noche juntos. Pero no lo hace, porque Haz está tratando de decirle algo, tomándose su propio tiempo y eso le provoca un peso en el estómago.

—¿Qué tan mal? ¿se escapó de nuevo? ¿No lo encuentran como en octubre? Harrison. ¿Qué tan mal? — Tian presiona, porque él es así, directo y a veces le faltan escrúpulos, pero siente miedo, miedo por la inestabilidad y fragilidad que Tom ha tenido durante las últimas semanas.

—No puedo decírtelo, es lo del código bro Tian, no puedo.

Tian se separa del celular, con el ceño fruncido y la boca hecha una línea.

Es suficiente. Cuelga.

Se disculpa con la chica del mostrador y vuelve a montar su bicicleta. La casa de los Holland está a media hora en autobús y a 45 en bicicleta. Tian no se detiene a pensar mucho sobre la hora y como la luz va desapareciendo del cielo, porque esta consiente de que sea lo que sea que haya pasado, Haz no será suficiente.

Tom se abraza de Little Tess, su computadora encendida y la cadena TNT sintonizada en el televisor. Tiene la puerta de su cuarto con seguro y las lágrimas caen una a una.

Mueve el mausepad por puro sadismo, el video se reproduce con lentitud, Ryan Gosling siendo seguido por la cámara, y como la imagen salta, y gira, ahora enfoca una de las mesas, la numero 9 si no se equivoca.

En la numero 9, Blake se inclina hacia su izquierda, una mano sobre su boca y el vestido estirándose sobre su costado, como si abriera una paranoica en donde no quiere interferir. Por el contrario, Ryan (el que es canadiense y que le hizo sonrojar a través de twitter) se inclina hacia la derecha, su cuerpo completamente girado hacia la persona que le toma del rostro.

Andrew, es Andrew Girlfriend, con su cabello largo lleno de gomina, y tan alto y delgado como lo recuerda, hunde sus largos dedos sobre las mejillas de Ryan, para sostenerle ahí, como si necesitara mantenerlo quieto, no solo con sus intenciones sino de una manera física invasiva y posesiva.

Andrew y Ryan se están besando.

Lento.

Con ojos cerrados

Y mucha fuerza.

Tom se dobla sobre sí mismo, porque este ha sido el último golpe. Jala la laptop de su escritorio, el cargador enredándose en la pata de la silla. La cierra de golpe y la tira contra la pared.

Hay un ruido ahogado de ventilador y batería quebrándose. Tom solo puede pensar que las dos personas que más admiran serán un Trending topic difícil de olvidar.

Harry y Sam son los que están ahí cuando Tian llega, empapado en sudor y el rostro colorado.

—Si tú estás aquí quiere decir que Tom está más mal de lo que imaginamos ¿cierto? —. Sam pregunta con una sonrisa suave, como si la presencia de Tian fuera solo la señal final que nadie en casa quería ver en realidad.

—Necesito… subir —. Tian jadea, con su pecho comprimiéndose y decidiendo que la hora de regresar a los Pilates vergonzosos junto a su roomate es ya un hecho.

—Papá y mamá no están, además mañana hay clases, Harry y yo te llevaremos a la ciudad mañana por la mañana. Esto necesita una intervención mucho más seria que la de How i met your mother.

Tian rueda los ojos y entra de igual forma, acostumbrado a como esta que los miembros de la familia Holland tomen decisiones sobre Haz y él.

Harry grita algo sobre haber roto las bisagras de la puerta y que deberán pasar por la ferretería antes de ir a la academia.

—Me rehusó a enfrentar a mamá molesta con la menopausia en todo su esplendor, que hemos sido idiotas, pero no somos suicidas.

Tian, sube más lento esta vez, como si supiera que cada paso le dolerá mañana durante los estiramientos para danza. Su profesora va a matarlo.

Así que se mueve con cuidado, o todo lo que una persona a punto de desfallecer físicamente puede, la alfombra ayuda un montón, el pasamanos lo hace otro poco. Pero lo que le mantiene en pie es que va a golpear a Tom y Haz por simplemente dejarlo lejos de una cosa como esta, aun si no sabe la naturaleza de dicha cosa, que hay un manual joder, sobre los mejores amigos y los secretos.

Toma aire, mucho, cuando llega, al fin, hasta el segundo piso. Su ceño ha estado fruncido todo el camino, sacude su cabeza y recorre el camino conocido hasta la habitación de Tom.

Recuerda a Harry hablando sobre bisagras, observando la puerta de madera recargada contra el pasillo, sabe que Haz y los gemelos han ido hasta las últimas consecuencias. Se siente orgullosos con ellos.

—Tienes que calmarte, esto puede ser cualquier cosa, bien, cualquier cosa, menos lo que piensas —. Haz dice, en un murmuro, consiente de la falta de puerta que los aislé del mundo y como si realmente aquello le saliera casi a la mala. Está molesto. Tian podría apostar por ello.

—Lo sé, lo sé, bueno, sabes que, tal vez no. Mierda, tal vez esta sea una jodida forma de decir que realmente todo se acabó.

—Tom, ustedes ya o habían acabado.

—¡NO!

—Tom…

—¡No, no, no se ha acabado! Me arrepiento, ¿está bien?, me arrepiento muchísimo de haber dicho esas cosas en el baño, quiero regresar con él, necesito regresar con él, tú no tienes una idea de lo que siento. Esto no es un maldito cliché, tampoco es egoísmo, Haz, me estoy muriendo, ¿Qué no lo ves? Me estoy muriendo sin él, y no tengo ni la más puta idea de cómo se supone que regrese a mi vida normal, porque no la quiero, ya no la quiero.

—Cálmate, solo estas reaccionando a algo inesperado, sobrevivirás, siempre sobrevivimos. Además, piénsalo solo por un segundo, no en Blake o en Ryan, piensa en las niñas, en Jamie, en Ines. Ellas necesitan un padre.

—Yo no pretendo quintarles…

—Por supuesto que lo estás haciendo, estas separando a su familia. Si por algún motivo, el que fuese, Ryan te eligiera a ti sobre Blake, destruirás una familia, serás reconocido como un amante, tu reputación te comerá en Hollywood, y todo por lo que hemos luchado los ultimo 8 años no habrá valido la pena, porque arrastraras todo eso hasta el fondo.

—Tú, ¿Qué has hecho?

Tom, Tom que esta agitado, con los ojos hinchado y el corazón roto, gira para ver a Tian, la decepción en sus ojos, su cuerpo tenso y como da un paso hacia atrás.

—Tian

—Hice una pregunta, ¿Qué has hecho? — Tian repite dando un largo paso entre el pasillo y la entrada del cuarto. Tian sabe que los gemelos han bajado para darles la privacidad que no sienten y que solo una puerta asegurada ofrece, pasa por un lado de Tom, que talla su nariz y se hace más pequeño, avergonzado de haber sido escuchado. Tian suspira ruidosamente — Harrison —. Habla lento — parece que no me has escuchado, ¿te has quedado sordo después de tanto tiempo escuchando música a todo volumen o es solo que no hable un idioma comprensible para ti?

Haz parpadea, Tom abraza más fuerte la almohada contra su pecho.

—No entiendo que es a lo que te refieres —. Dice sincero, sintiéndose aún agitado y molesto por su conversación con Tom.

—Cierto, eres idiota. Discúlpame por a veces olvidar tus discapacidades. Me refiero a todo ese montón de mierda que le estas diciendo a Tom sobre ser el amante separa familias, porque estoy seguro que no estaría hecho un desastre aquí si eso es lo que pretendiera, ¿cierto Tommy? — Tian dice bajamente, dándole solo una mirada. Tom niega velozmente con su cabeza y él le sonríe conciliador —. Gracias, sería bueno que lo tuvieras presente Osterfield, que no debes juzgar a la gente solo por cosas que te parecen malas. El infierno está empedrado de buenas intenciones. Ahora — y esta vez se recarga en la pared, junto a la lap hecha pedazos, enarca una ceja, para después dar otro suspiro, Nikki va a matar a Holland — Podría alguno de los dos, en un resumen concreto de no más que una oración, explicarme en que desastres se han metido esta vez.

—Me enamore de Ryan Reynolds por internet —. Comienza Tom.

—Ha tenido algo así como una relación virtual con él — Agrega Haz

—Nos hemos separado en noviembre —. Concluye Tom.

—La premiación de Los Ángeles —. Es lo que Tian murmura, la cabeza echada hacia atrás —. Estas así desde que regresaron de Los Ángeles. ¿se vieron ahí? —. Tom asiente. Haz hace una mueca, labios apretados y ojos desviados. Tian la deja pasar —. ¿Fuiste de verdad un amante?, y sabes lo que estoy implicando así que solo dilo.

—Nos besamos, algo de sextexting y video llamadas por Skype.

—Bien, entiendo. ¿Ningún otro tipo de contacto físico? — Tom vuelve a negar, esta vez con los ojos cerrados, sus pestañas húmedas y se muerde los labios como si se arrepintiera de no haber tomado la oportunidad de hondar más en aquella habitación del Hyde Park — Haz, podrías darnos un momento por favor. Compra un poco de té de manzanilla y mucho chocolate. Pasaremos la noche aquí, los gemelos me llevaran mañana a la academia.

—Yo no creo que…

—Amor, tuviste tu oportunidad de ayudar, y no ha resultado muy bien por lo que veo —, Tian dice, obviando la falta de puerta y los pedazos del computador —, así que ve por manzanilla y chocolate, por favor — Tian dice lentamente, mandíbula tensa y ojos entrecerrados. Haz eleva amabas manos en señal de rendimiento y le da una última mirada a Tom antes de salir de la habitación. Tian espera, a que los pasos se dejen de escuchar sobre las escaleras, para dejar caer sus brazos laxos y resbalar por la pared hasta el suelo —. La tensión me ha tenido hecho mierda en los últimos meses, que lo sepas Holland —. Y eleva el rostro y lo ve solo por un segundo, el brillo de reconocimiento de Tom sobre él, como si hubiese olvidado por tanto tiempo que también le tenía que estira su mano para rozarle la rodilla flexionada, Tian le sonríe — Va a ser una larga noche Tom, así que empecemos desde el principio por favor y no omitas los detalles sexuales, y ni si quiera repliques, que has tenido a mi novio secuestrado por meses, así que me lo debes.

Tom, se desinfla como una pelota de playa al sol, porque también había olvidado que con Tian esconder una cosa solo es inútil y trae mas consecuencias que beneficios.

—La primera vez estaba en un café en Atlanta había salido a…

El primer cambio se ve a tan solo unos días, cuando Tom ha ido a una sesión fotográfica hasta Londres de parte de la revista Vogue, justo en donde está el London Eye y con ropa que cuesta más que un día de trabajo en Spiderman. Aún tiene ojeras, y sus pecas resaltan debido a la palidez. Pero lo está intentando, pequeños pasos a dicho Tian, “vamos a movernos a tu ritmo, esto no tiene que ser algo definitivo, solo progresivo”

Pasa su mano entre su cabello peinado hacia atrás con mucho gel y sus ojos fijos sobre Tian y Haz que están haciéndole caras y poses raras, con sus labios en forma de piquito como si fueran a lanzarle miles de besos a través del aire.

Así que es difícil para Tom mantener el temple, cuando Haz le da un lametón a Tian en la mejilla que le cuesta a una bofetada y una orden de restricción de un metro cuadrado por ser un tipo sucio y abusivo.

Tom aprieta los labios lo más que puede, pero le es casi imposible así que estalla, como un trueno surcando el cielo, Mjolnir manifestando desde su estómago en una risa que cae como lluvia, inesperada y refrescante que aumenta cuando Tian lo señala casi sin creerlo y Haz se pasa por alto que no debe de invadirle el espacio personal a su novio y lo eleva desde la cintura para darle vueltas y vueltas. Tian da un grito poco digno mientras golpea los hombros de Haz.

—Bájame — casi maúlla como un gatito quejumbroso que le da alergia la sonrisa idiota de su novio.

Tom les toma una foto, sintiéndose casi como una fan de una pareja imaginaria, con su corazón ligero y su estómago sintiéndose calientito. El amor tiene tantas formas, que Tom había olvidado que no siempre es oscuro o prohibido, que existen algunos, como sus amigos, que pueden mostrarlo sin malas intenciones y sin hacer daño a nadie.

El amor es una cosa curiosa que se construye de distintas maneras.

“Te mereces a alguien que sonría cada vez que te vea”

—Qué envidia —. Murmura Tom, cuando descubre la sonrisa que Tian intenta ocultar en el cuello de Haz. Porque él ya lo tiene, todas sus buenas intenciones siendo recompensadas por el universo.

La chica de maquillaje corre hacia él, mientras que un chico de producción re ajusta las luces sobre el puente en donde están. Tomar fotos al aire libre no es sencillo, pero a Tom no le parece ningún problema después del cuarto bofetón que Haz se gana por volver a lamer a Tian.

Sam es el primero en abrazarlo, cuando Tom recibe la llamada desde la academia que le dice que está nominado para los Bafta. Menos de una hora después, se ve sentado en la mesa, junto a sus hermanos y su padre. Nikki ha hecho todas las comidas favoritas de Tom, incluyendo los volcanes de chocolate que solo puede comer dos veces al año en ocasiones especiales, porque las calorías son demasiadas y su nutrióloga tiene un mini infarto cada vez que él confiesa haber comido papas fritas de McDonald’s.

—Estoy tan orgullosa de ti — Dice mamá, abrazándole desde ataras, con sus ojos húmedos y una sonrisa que recalibraría un millón de voltios en la comisión federal de electricidad.

—Haz logrado algo grande chico —. Dice papá revolviéndole el cabello, los gemelos le empujan de los hombros y su hermano menor choca los puños con él.

Tom sabe que está siendo difícil, que solo han pasado pocos días desde los globos de oro, pero justo ahí, en medio de pollo asado, ensalada de papas y olor a champagne, el camino a retomar es una luz mucho más clara.

No como un faro de luz, sino cómo cientos de llamitas azules, indicándole el sendero a seguir, como a Mérida.

Puede lograrlo. Porque es valiente, porque es fuerte, pero mucho más importante, porque jamás ha estado solo.

“No lo olvides Tom, en cualquier momento, en cualquier lugar, vamos estar junto a ti”

La voz de Tian suena mucho a un presagio con tintes de promesa que Tom se permite creer, porque Tian es como los abuelitos, él no miente.

La primera prueba llega el 25 de marzo cuando es el mismo Haz quien le ha conseguido una pulsera benéfica en la lucha del cáncer. Tom la observa solo por un momento.

Connor

Hyde Park

La voz de Ryan

Y piensa que Dios, con todas las cosas buenas y malas que le rodean, no se equivoca, él no, nosotros sí. Somos una imperfección sustentable de un amor puro que nos mantiene aquí.

Así que no lo duda, se pone la pulsera y toma una fotografía.

Somos soldados, somos guerreros, luchamos por nuestra vida.

 Subir de vuelta a un avión parece ser una cosa fácil cuando el impulso de cambiar su ticket para ir directo a Nueva York ya no le persigue, la ansiedad cediendo de a poco.

—¿Todo bien? —. Pregunta Haz cuando ha regresado de documentar las maletas.

Tom tiene la vista fija sobre el gran ventanal que da a la pista de aterrizaje, está sosteniendo las correas de su mochila y se encoge de hombros cuando siente a Haz acercarse a él

—Tian ha dicho que nada de cafés en Atlanta y cederte el uso de mis redes a ti. Creo que podría hacerlo por estos días, después de todo la mayoría de las fotografías que subo son junto a ti, así que sobreviviré con mis manos lejos de Instagram — Dice Tom, girándose un poco hacia Haz para sonreírle, Haz que hace una mueca fea y niega con la cabeza.

—Perfecto Tommy, hazme perder contra mi novio, eres tan buen amigo —. Dice Haz chasqueando la lengua. Tom entrecierra los ojos inclinándose más hacia él.

—¿Ustedes apostaron sobre mi haciéndole caso a Tian? —. Tom se cruza de brazos reusándose a seguir el camino que da la banda para ir a la sala de espera. Haz le sonríe, todo dientes perfectos y ojitos de cachorro

—Quizás, solo un poco, no te lo tomes a mal.

—Pero es que no lo hago, es idiota apostar contra Tian, eso está en el manual y el código Bro

—¿Qué puedo decirte?, el amor me hace estúpido, si tan solo vieras como es que él…

—Whoa, alto ahí, no quiero saber sobre sus intimidades, ¡mis oídos! — Tom dice, cubriéndolos y corriendo hasta el gate 7.

—Oh vamos, ni que fueras casto y puro, pequeño pervertido.

Tom se encoge de hombros y le da una sonrisa de medio lado. Haz entrecierra los ojos y por favor, no quiere ni imaginarse de las cosas que Tom ha hecho, por favor.

La llegada al set de Infinity War es casi como regresar a casa. El olor a poste de madera y aserrín, al murmullo elevado de las personas montando los platos de grabación, y las pantallas verdes creando cuartos simétricos.

Da un largo paso hasta la mesa de bocadillos, porque nunca jamás quiere volver a pasar por la dieta extrema que “El corazón del mar” le obligo a tomar, porque aunque en las entrevista hable sobre el reto de transformar su cuerpo como un aprendizaje más, la verdad era que Chris (el que es australiano y un dios nórdico) y él, querían golpear a todos los de producción por darles solo 500 calorías al día que contrarrestaban con la pizza pedida con gaseosa de cola que los demás podían consumir y ellos solo ver.

Alarga una mano hasta encontrarse con un mini pay de limón, que devora golosamente.

—Robando comida tan temprano.

Chris Pine llega desde atrás, pasando familiarmente sus brazos por la cintura de Tom, su cuerpo esta frio y Tom lo reciente estremeciéndose.

—Quita tus sucias garras del chico, Pine.

Tom gira en ese apretado abrazo, con la mejilla llena de crema pastelera y sus dedos sucios con olor a cítricos.

—Robert —. Dice Tom ahogadamente al hombre que se está quitando las gafas y tiene el ceño fruncido.

—Vamos Rob, solo le estoy dando la bienvenida al ladrón de postres —. Chris dice, sonriendo y clavando su barbilla sobre el hombro de Tom.

—¿De verdad? Porque déjame decirte Pine que Tom sigue siendo ilegal en más de 18 estados. ¿y adivina qué? Estas parado en uno de esos estados.

—Vamos, vamos, tu sabes que no me van las Lolitas, además en todo caso, me iría con alguien maduro y sexy —. Chris giña su ojo con coquetería, Robert solo rueda los suyos demasiado harto de esos malos intentos de sensualidad hacia él —. Por favor Robert, ¿me vas a tratar fríamente hasta que el otro Chris este aquí? Porque si formo parte de alguna clase de venganza me gustaría estar enterado de ello, soy muy bueno improvisando, pero soy aún mejor interpretando. Puedo ser tu nuevo novio no oficial del set ¿Qué me dices? Un cambio de aires con un nuevo Chris te vendría excelente.

—Oh Pine, eres tan predecible. Mi Chris no caería ante algo así, con él hay que saber presionar los botones correctos y tú no eres uno de ellos. Ahora suelta al chico.

—Me hieres Robert, me hieres profundamente — gimotea Pine, liberando a Tom, que corre enseguida hacia Robert. Chris hace un ademan de tocarse el pecho como si realmente le doliera. Robert se gira sin prestarle mayor atención cuando Tom llega hasta su lado.

—Hola —. Tom saluda, sus manitas llena de azúcar y sus ojos brillantes. Robert le sacude el cabello y se pega a él.

Ambos desaparecen por una de las puertas de acceso al set con Tom brincando alrededor de Robert con un adorable conejito.

—Vaya que es difícil hacerse querer por él —. Murmura Pine, estirando la mano para tomar uno de esos mini pay de limón —. Pero maldita sea si no logro que me ponga atención durante el rodaje.

Si Tom lo hubiese escuchado, hubiese reído de buena gana, porque tu no puedes robarte algo de Robert, ni siquiera su mirada, si él así no lo quiere, y la única persona que lo había logrado del elenco, aun no arribaba para sus partes de la película.

La grabación del video en vivo nace después de que Tom confesara no tener control sobre su celular a los últimos días y necesitar de algo de contacto humano exterior además de los proveedores de materiales y los vigilantes de los remolques.

—Pareces aburrido chico.

Tom está sentado en una silla alta, de esas que usan los directores de escenas y que tienen una gran estrella dorada bordada en el respaldo. Juguetea con sus dedos mientras balance sus pies, hacia tanto que no estaba sobre un lugar donde no tocaran el suelo, que se siente como un niño pequeño.

—Haz me ha confiscado el celular, tengo esa mala costumbre de tomarle una fotografía a todo y él cree que podría distraerme, porque vamos empezando al rodaje —. Confiesa avergonzadamente, porque demonios, Haz podía ser insufrible cuando se lo proponía, y mucho más bajo indicaciones de Tian.

—La tecnología te ha consumido —. Robert dice con una sonrisa, sentando frente a él. Tom sonríe.

—¿Lo dices por experiencia? — Tom pica un poco, Robert solo se carcajea, porque es esa chipa de insolencia es lo que ha hecho que este bajo el ala protectora de alguien como él.

—¿Quieres que probemos algo?

—Lo que sea por favor —. Dice Tom, saltando de su silla, siente el rostro entumecido por los miles de puntitos leds que tiene repartido por gran parte de su cuerpo y que ayuda a las pantallas verdes, a la cámara y a la computadora a darle una nueva forma, mascara de Spiderman incluida que él necesita para la película. Tiene cuidado de no tocarse en los lugares donde permanecen todos ellos, mientras da saltitos hacia la mano estirada de Robert que le da su teléfono con el Facebook abierto. —. ¿Qué es exactamente lo que haremos?

—Entrevístame chico listo.

Tom mueve sus dedos a través de la pantalla, sintiéndose familiar y tranquilo. Robert tiene un poco de razón al decir que la tecnología le ha consumido, que ahora es parte de él. Tom no va admitirlo, pero tampoco va negarlo. Porque no es el único en el mundo que tiene un mini infarto cuando no tiene su celular a la vista por más de 1 minuto. Así que en realidad no hay nada de qué avergonzarse cuando vive en una era donde el teléfono forma una extensión de tu propio cuerpo y te conecta a todo aquello que no puedes ver pero que de lo que puedes formar parte.

—Bien, solo deja configurar la cámara del teléfono y estaremos listo.

—Por cierto, chico, después de esto, vayamos por unas hamburguesas, la maldita dieta de Jones me está matando, y créeme a mi edad no voy a dejar que Tony muera de inanición solo porque debe de entrar en una camiseta talla mediana de AC/ DC

Tom asiente sonriente como toda respuesta, porque puede sentir el trasfondo de las intenciones de Robert en querer estar apartados de todo el set de filmación.

“Él debe de saberlo, que hay algo mal conmigo”

Tom piensa que el instinto paterno es algo simplemente increíble en un hombre que ha sobrevivido mucho más que lo que las estadísticas de un pasado oscuro permite.

La segunda prueba viene acompañada de donas y chocolate caliente. Tom no cree que sea necesario confesar la verdad ante Robert, como tampoco creyó que sería buena involucrar en su drama personal con Ryan a alguien más. Así que lo mantiene fuera de un lio que se está evaporando, Downey no necesita saber nada mas allá sobre que tuvo una aventura breve que le marco más de lo que debería.

Ryan pasa a ser Reyna una mujer madura con esposo que conoció por Instagram. Robert escucha atento la historia, como si en su mente tener una aventura con una MILF fuese más la fantasía porno de todo adolescente que la razón misma de las ojeras de Tom y su baja de peso que el entrenador ha notado con solo verle. Le ha re hecho la dieta de carbohidratos y mandado a intensificar la serie de ejercicios de pierna, porque estar siendo transportando en las ligas desde lo alto requiere mas que solo resistencia, si no mucha tenacidad y músculos tensos, tanto de muslos como de abdomen.

—Chico, recuérdame en donde se supone que estudiaste clases de improvisación, porque tengo que poner una gran queja al comité de maestros de esa academia.

—No me has creído nada, ¿cierto?

—Mi hijo de preescolar es mejor que tú en eso de mentir, se ha salvado de dos castigos de mi esposa culpando a su hermano mayor, el cual por supuesto es algo así como su súbdito así que no va a decir ningún tipo de verdad que incluya el llanto de Exton. Pero hiciste un buen intento Tom.

—Lo siento — Tom murmura, los brazos tras su espalda y su cabeza gacha.

—Pero también entiendo que hay cosas que es mejor no contar, solo tenías que negarte si realmente no querías decirlo, soy un chico grande ¿sabes? No voy a morir porque un adolescente me diga que no a algo que estoy pidiendo.

—No soy un adolescente.

—Tienes 20, no eres más que un mocoso, así que no repliques y respétame.

—Lo hago

—¿De verdad? Entonces ¿podrías decirme solo una cosa en honor a ese respeto?

—Lo que sea.

—Ah ah, alguien acaba de cometer un gran error, aunque no es exactamente mi problema. ¿si cambio algunas letras de la palabra Reyna, podría convenirse en Ryan?

Tom abre sus ojos con miedo y Robert le ve con condescendencia, sus largas pestañas cayendo graciosamente y sus oscuros ojos avellanas refulgiendo de razón. Hace un movimiento con la mano para que Tom se acerque hasta él. Tom que se ha mantenido quieto sobre su silla en el remolque, y que ahora está temblando como una hoja al viento por dentro.

—El mundo no va a terminarse porque te hayas metido con un actor del medio. Esta mierda pasa más de lo que piensas en realidad. Además, si pones atención con los detalles, te darás cuenta que tienes a la ex esposa a solo unos metros de ti. Scarlett no pudo conseguir mejor papel que la viuda negra, créeme. El destino es una cosa curiosa y que Ryan sea Deadpool, es más como una ironía ridícula del universo, ni que decir de ti siendo Spiderman. Tal parece que Stan Lee puede ver el futuro de estos extraños sucesos.

—Bien, bien. No he entendido nada —. Tom dice echando su cabeza hacia atrás cuándo se deja caer sobre el sofá donde Robert esta. Robert que continúa dándole esa mirada de niño perdido en el centro comercial.

—En los comics, y lo que me han contado los Russo, La viuda negra tuvo algo que ver con Deadpool, y después se separaron, en la vida real, o lo que se supone que es real, Scarlett y Ryan fueron esposos. Y chico, aquí entras tú, el crush por excelencia de Wade Wilson, para nadie es secreto que el personaje ha estado enamorado de Spiderman desde su primer encuentro. Puede que a Ryan le haya pasado lo mismo, tal vez no. Eso nunca lo sabremos porque al parecer fuiste tú quien terminaste lo que sea que hayan tenido.

“Sin embargo déjame decirte algo, son ustedes, Ryan y tú, quien deciden si lo que tienen termina o se merece una segunda oportunidad. No estoy hablando por supuesto de que dejen todo el uno por el otro, ni cosas clandestinas o un cliché como ser el amante de alguien. Que se den una oportunidad es poner a prueba eso que tienen o tenían, de alejarse lo suficiente para no dañar a nadie a su alrededor pero que sea lo suficientemente fuerte como para que no haya desconfianza. Eres joven Tom, mucho más de lo que imaginas, 20 años no son solo una diferencia de edad, sino experiencia, y resoluciones. Debes de enfrentar el hecho de que tomaste una decisión unilateral que Ryan ha respetado. ¿o acaso él ha intentado contactarte de alguna forma durante este tiempo?”

Tom niega, se encoge de hombros y cierra los ojos.

—Eso ya no importan, nada de eso importa. Ya se termino

—¿De verdad es así? — Robert pregunta sonriendo.

Tom quiere asentir sin vacilar pero no lo logra, en cambio aprieta los labios como si quisiera decir una mala palabra ante toda esa mezcla de sentimientos que la voz de Robert le ha despertado, porque es la misma idea, el núcleo continuo que se repite como un bucle no solo con Downey sino con Tian, que ha dejado caer que tal vez lo que ha tenido no sea completamente un error pero que aun así le ha ayudado a dar esos pequeños pasos que necesitaba para salir de su propia desolación, una miseria ante impuesta, el castigo de sus acciones pasadas. Todo tiene consecuencia.

Robert da una palmada fuerte, un aplauso que le estimula las neuronas y le hace salir de sus pensamientos.

—Tendrás mucho tiempo para pensar en eso durante las grabaciones, solo no dejes que te consuma, y estarás bien.

Tom asiente y toma esas palabras con la brecha final de la extraña conversación. Robert le sacude la cabeza y de pronto todo parece más claro, no solo para Tom, si no como una aguja cociendo los agujeros de su mente inestable.

—Robert —. Comienza titubeante, él anarca una ceja, su atención puesta sobre las mejillas rojas y los ojos brillantes —. ¿Tu estas esperando a Chris?

—¿Qué si lo espero, preguntas? Todos los están esperando, es el capitán América, no puedes simplemente ignorar algo como eso.

—Sí, lo sé. Pero tu…tú le esperas más que nadie, ¿cierto?

—Eres un pequeño insolente y entrometido —. Masculla Robert, cuando sabe que ha hablado de más.

—¿Entonces?

—Entonces, digamos que, es divertido hacerlo enojar. Especialmente cuando se irrita por un niño británico que invade mi remolque durante la noche.

—Yo no estoy invadiendo tu remolque, me has invitado donas.

—Sí, bueno, pero eso no tiene por qué saberlo él ¿Cierto?

Tom sonríe casi sin querer, sus hoyuelos marcándose en sus mejillas y pecho vibrando con una pequeña risita. Porque Robert tiene razón, no hay cosa peor que la incertidumbre para alguien que está lejos.

Vuelve a pensar en el beso de Andrew con Ryan y de pronto, eso le parece algo más que la demostración internacional de un cariño compartido, sino un secreto que quiere averiguar.

La producción le deja libre pasadas las seis de la tarde. A penas con el tiempo suficiente para hacer una pequeña maleta y pedir un taxi para Haz y él rumbo al aeropuerto.

—¿Estas consiente, que apenas tendremos tiempo de hacer el check in en el Hotel antes de que le de los últimos ajustes a tu traje verdad? —. Pregunta Haz corriendo hacia migración. Tom va unos pasos por delante de él y solo asiente.

—¿Has llamado a Tian? Dime que no olvidaste llamar a Tian para que nos recoja por la mañana —. Tom jadea, posicionándose tras una chica rubia en la fila. Voltea hacia atrás con los ojos entrecerrados y un poco agitado. Haz no está en mejores condiciones que él.

—¿Crees que olvidaría llamar a mi propio novio, mi novio mitad asiático que podría romperme la polla con una de sus técnicas ninja que sé que tiene, aunque lo niega? Está en su sangre, corriendo por él, el poder de ser un experto en kunais y katana así que obviamente le ha hablado a él primero que a ti.

—Bien, porque le he dicho a papá que no viniera por nosotros porque Tian lo haría y si eso no pasa no quiero oír que me diga “Tom debes de ser más responsables con los compromisos que rompes, la próxima vez que me rechaces y me hagas venir de igual forma, no lo haré”

—Te aseguro que Tian nos va recoger, bien. Deja de estar tan nervioso.

—No estoy nervioso.

—Por supuesto que no. Porque haber husmeado en mi IPad sobre el itinerario y descubrir que Andrew estará en los Bafta no te tiene para nada nervioso.

—Para tu información no lo hace. Estoy totalmente bien con ello.

—¿Estas ensayando para cuando veamos a Tian? Porque él sí que no te va a creer ni media palabra.

—Eres tan molesto.

—Y tu un bobo, pero mírame, no me quejo a diario de ello.

—Amas que sea un bobo.

—No cuando eso te rompe el corazón.

—No tengo roto el corazón, no al menos en este momento.

—Mentira —. Haz canturrea, empujándole para que avance por la fila —. Pero eso no importa ahora. Tengo 8 horas de vuelo para molestarte todo lo que quiera, y tú de practicar lo que le dirás a Tian porque no te dejara escapar tan fácilmente, ¿lo sabes?

—Créeme, ya lo sé.

Siempre se siente como si fuera la primera vez, cada que Tom baja del auto que el comité organizador de un evento envía por él. Haz ha salido antes para atender la logística y últimos detalles. Así que ahí esta él, con su traje negro y la pajarita alrededor del cuello, que ha sido hecho por un hombre del cual aún no puede pronunciar su nombre pero que se le ajusta en ciertos lugares que no debería.

Sonríe, Tom siempre sonríe, como si ese momento fuera único e irrepetible, y por qué su sonrisa atrae cosas buenas, es lo que Nikki le dice cada vez que le toma por sorpresa con su Nikon negra. Y comienza a caminar, entre los gritos de las personas contenidas por las bayas y los flashes de las cámaras profesionales. Saluda a quien sea con los que sus ojos se encuentran y firma tantas fotos como puede en cada tramo en el que la persona de logística de los Bafta le indica que puede detenerse sin alterar el orden de llegada de los demás participantes.

Tom se guarda la mala mueca cuando descubre que le ha firmado tres veces una foto al mismo chico, porque conoce a la gente como él, vendedores de autógrafos por eBay, le sonríe de todas formas, porque con buenas o malas intenciones simplemente le dará lo que él quiere, Tom no se va permitir tener un juicio sobre alguien que no conoce.

Gira hacia su izquierda cuando una reportera le llama y es entonces cuando se miran.

Tom tiene un deja vú, uno malo y desagradable sobre cosas que quisiera olvidar y mucha culpa picándole la piel bajo el traje. Pretende ignorarle, fingir que no ha visto a la persona que tanto ha admirado, a quien ha sido como un ejemplo a seguir y de quien se siente orgulloso sin siquiera conocer, porque Tom es así, pequeño y simple, ama las coas con todo su corazón, pero también odia con toda su fuerza.

Sin embargo, está ahí, sintiéndose solo entre miles de personas que corean su nombre. Tom se pregunta si siempre va a ser así, como un barco a la deriva cuando las lentes le siguen y hay una alfombra bajo sus pies, la presión de tener todos los ojos del mundo entero puestos sobre él por algunos segundos.

Así que se detiene y lo acepta.

“Pequeños pasos, pequeño pasos Tom”

Se repite en su mente cuando Andrew, saco blanco y su pajarita negra comienza a acercarse, tiene hoyuelos en sus mejillas y su cabello ha crecido un poco desde los globos de oro, Tom piensa sobre su personaje en The Silence y cree que tiene algo que ver con la apariencia más delgada de Andrew.

Andrew que abre un camino entre las personas para llegar a él, sus manos en frente y sus hombros tensos, como si no supiera que tan buena idea es hacer ese movimiento o no. Tom nota su duda, así que cambien le sonríe, porque al final en realidad él no tiene nada que ver con lo que ha pasado con Ryan, no tiene por qué estar enojado por un beso que bien y pudo no significar nada.

Tom mantiene sus manos para sí mismo, entrelazadas, como si temiera que su cuerpo se saltara la propia lógica que intenta inculcarle y terminara lanzándole un gancho directo a la cara de Andrew con toda la furia y la irritación que los días de boxeo no pudieron mitigar.

Y se recuerda estar rodeado de desconocidos, y que después de todo, conocer a Andrew fue algo que siempre ha querido, trata de suprimir su propia rabia y concentrarse en el momento.

—Tom —. Andrew dice, inclinándose un poco —. No pensé que nos pudiéramos conocer tan pronto, he estado tratando de contactar con tu asistente desde enero, pero no he tenido nada de suerte —. Su voz es suave, y va directo a los tímpanos de Tom que parpadea.

—Ah, uhm, sí. Hola, Tom Holland

Andrew ríe bajito y niega.

—Se cómo te llamas, nuevo Spiderman. No deberías subestimarme, no eres el único al que le gustan las acrobacias a grandes alturas. Espero que tengas un buen Harry en la película. Harry es una pieza importante para el personaje, aunque amigo, Tony es algo así como súper maravilloso, yo siempre he querido actuar con Robert Downey Jr, me siento tan celoso. Eres como el hijo de un genio filántropo millonario y playboy. Nada mal para el primer vistazo de Peter Parker.

Andrew habla tan rápido como puede, una diarrea verbal que Tom apenas y puede seguir. Y de pronto se le olvida que ese hombre frente a él ha tenido algo por lo que seguramente mataría. Los labios de Ryan, y se concentra en Andrew, Andrew sonriendo, moviendo sus manos hacia todos los lados mientras habla, y esa emoción autentica en su voz, que Tom duda que sea mentira.

—Sí, bueno, en realidad Robert es genial. He visto tus películas como 20 veces, no bromeo. Tu escena en el reloj con Emma es icónica — Tom se cubre rápido la boca con ambas manos cuando el nombre de la ex de Andrew se le ha escapado. Andrew solo se encoge de hombros. Porque sabe que no ha existido una mala intención en esa declaración.

—No te preocupes, Emma y yo también pensamos que ha sido una de las mejores escenas de la película. Creo que estuve llorando aun cuando dijeron corte. Soy yo el que debería sentirme avergonzado por eso, y no tú. Además, es todo un honor que hayas visto mis películas tantas veces, yo también he alucinado con tus movimientos en la escena del aeropuerto contra Bucky y Sam, simplemente genial.

—¿De verdad crees eso? Moverse con los cuerdos es realmente….

—Lo más horrible del mundo, esas cosas se meten entre tus piernas y ni qué decir del traje, te aplasta hasta el pensamiento.

Tom ríe, sintiéndose identificado.

—Es un honor conocerte —. Dice Tom, con sinceridad. Y Andrew le mira con los ojos brillantes, como si hubiese descubierto algo que él no puede ver.

—El honor también es mío. Si tienes un par de minutos antes de ir hasta tu lugar podrías acompañarme tras bambalinas, tengo algo que tal vez te pueda servir.

—Oh, uhg. Claro, solo hay que terminar de recorrer la alfombra roja.

—Por supuesto, por supuesto.

Andrew se pone a su lado, cuando hay demasiadas personas con sus teléfonos apuntándoles.

—Fotos de recuerdo —. Murmura Andrew, guiñándole el ojo. Tom le sonríe, y se reprende de haber pensado de mala forma sobre alguien que es simplemente así de genial.

Terminan en la sección donde están los camerinos y el filtro tras bambalinas, donde los actores pasan después de haber recibido su premio. Andrew le ha tomado de la mano para guiarlo entre las oscuridades y el piso encerado. Las luces son demasiado tenues y huele a polvo y flores, miles de ellas, formando arreglos por todo lo largo del pasillo.

Se detienen en una de las puertas de mantenimiento y Tom comienza a sentir que eso parece un secuestro, el nerviosismo recorriéndole las venas y tensándole los músculos.

—Confía en mí, es aquí—. Andrew dice cuando nota como es que los dedos de Tom se han puesto fríos entre los suyos.

Abre la puerta que rechina y le empuja adentro. Tom jadea tropezando con algo que no logra identificar, Andrew le toma de la cintura para que no caiga y cierra la puerta. La luz desaparece en un parpadeo, y Tom está respirando con dificultad, en un espacio pequeño y con su rostro prácticamente pegado al de Garfield

—Solo necesito que lo sientas, ¿vale?

¿Qué sienta qué? Quiere preguntar, pero sus labios son apresados y Tom descubre entonces a que sabe la saliva de alguien más mezclada con nicotina.

Tom pone sus manos sobre el pecho de Andrew como una primera reacción para empujarle, pero él solo se aprieta mas contra él, tomándole de las mejillas para mantenerle quieto. Y ladea el rostro para profundiza un beso que es más el toque de labios unilateral que una muestra de cariño compartido.

Aun no entiende que es lo que está tratando de hacer, pero entonces lo recuerda.

Los globos de oro.

El famoso beso entre Ryan y Andrew. No era un beso de Ryan para Andrew.

Andrew se separa solo un poco, sus labios aun rozándose con los suyos, Tom se siente pequeño y no se mueve, demasiado asustado ante el camino que sus propios pensamientos están llevando.

—Soy solo un mensajero de Ryan, Tom, así que por favor dime que estoy haciendo un buen trabajo y no un desastre total con darte esto —. Susurra Andrew, pero Tom no contesta. No puede.

Andrew vuelve a presionarse contra él, nervioso y con incertidumbre, misma que se disuelve cuando Tom abre su boca y sus lenguas se tocan, humedad, calidez, Tom sabe a té negro inglés y huele lluvia. Las manos que antes le empujaban, ahora raptan a través de su pecho hasta rodearle el cuello.

De pronto Andrew ya no es el chico de cabello largo y delgado. Sino el hombre que mide más de 1.80 y que puede empotrarle contra la pared con facilidad.

Es Ryan, regresando por él. Diciéndole que le extraña, y que sigue pensando en él, en ellos.

Si Andrew siente la humedad de las lágrimas contra su piel, no lo dice, porque el también está experimentando ese nudo en la garganta y la contracción en su pecho. También quiere llorar, demasiado invadido con un amor ajeno, que le recuerda a Emma, a la esperanza, y mucho a la fe.

Así que mete su lengua en la cavidad de Tom, para derramar todo aquello que aún le hace falta y que espera que se instale dentro de ese pequeño corazón británico.

Porque esto no es el final, solo está por empezar.

¿Por qué no regresaras?

Al olvido eche aquellos días

Lo que me falto decir es, que lamento todo lo que hable.

Re:Re Asian Kung-fu generation

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                                     


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).