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Daddy issues por -oOYUKI-NII-Oo

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Título: " Daddy Issues"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Hurt/Confort

Rating M

∞ N/ASpiderMan ni Deadpool me pertenecen, esto no es más que un hobby, todo es creación de Stan Lee y MARVEL.

∞ Resumen: Y entonces Tom Holland contesta al fin a Ryan Reynolds en Twitter y todo se descontrola.

∞ Advertencia: Insinuaciones sexuales y bisexuales.

 

Climb up the H of the Hollywood sign, yeah
In these stolen moments
The world is mine 
There's nobody here, just us together 
Keepin' me hot like July forever

Lana del Rey- Lust for life

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Stage 0  (parte 1)

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Las grabaciones son una cosa extraordinaria, piensa Ryan, cuando lo hacen perder la noción del tiempo por completo, semanas enteras en las que no distingue cuando termina una y empieza otra, ha estado alejado de su teléfono casi como un mantra ante impuesto y ha hecho nuevos amigos dentro de un set que podría provocarle ansiedad a muchas personas pero que a él le tiene cuerdo, con sus estrellas brillantes falsas y los astros de utilería colgado por cables desde el techo.

La estructura de la nave en la que esta le recuerda a Gravity, a Cuaron y su afición por lograr cosas extrañas y únicas, de inyectarte el miedo al plantearte estar a atrapado en mitad de la nada, y con George Clooney hablando seximente con Sandra Bullock como si fuese una línea caliente de prepago en el espacio.

Sonríe al recordar a Sandra, ha pasado más de un año y medio sin verla, su pequeño niño absorbiendo su total atención, y su nariz respingona perdiéndose de las fotos de los paparazis solo por diversión. Ella es una mujer graciosa sin pretenderlo, de esas que tienen una mala suerte buena, que, si tropiezan a la mitad de la quinta avenida, caería en los brazos de un apuesto hombre.

La propuesta, no ha sido únicamente la base para que él fuera reconocido como un protagonista sustentable y con una buena formación actoral, sino que inicio esa propaganda de que podía ser, si así lo quisiera, un buen protagonista de historias románticas, pero Ryan tiene esa vena por la comedia que puede más que un contrato millonario para que él baile tap al ritmo de Lalaland.

—Hey, Ryan —. Jack llama, por encima de los asientos de piloto de la nave y el panel de control. No lleva barba, pero sus ojos inmensamente azules le resaltan como zafiros del desierto, brillantes y plegados de las luces del plato, como si Jack fuera un enorme ser resplandeciente que va caminado en el mundo equivocado.

—Jack, por favor, solo hazme un hijo —. Ryan le dice, con su ropa sucia del personaje y batiendo sus pestañas. Jack se ríe, no con burla, pero si con diversión.

—Creí que ya habíamos tenido una conversación sobre tus constantes ofrecimientos de traer una vida inocente a este mundo. Serias una pésima madre, temo decir. Además, tienes las manos llenas con Ines y Jamie, y le tengo mucho miedo a Blake enojada, aunque sea difícil de creer.

—Excusas, eso es lo único que estoy escuchando Jack.

—Lo que digas.

Ryan no insiste, pero le sonríe porque Jack es algo así como su nuevo mejor amigo de película, y camina tras él como Chris Evans lo hace con Downey cuando tienen alguna entrevista.

Han terminado de grabar un extra para la propaganda de “Life” y Ryan siente que podría caer redondo sobre la cama en cuanto se verifique que las tomas no tienen que repetirse.

Jack le ve las ojeras que el maquillaje a penas le puede cubrir y el de pronto nerviosismo que le ha venido atacando desde febrero a Reynolds. Aprieta los labios y se acerca un poco más al alto hombre como si con ello pudiera absorberle el aura de cansancio y cambiarle un poco el día, aplica una estrategia no agresiva y se posiciona su lado, al ritmo de sus pasos, porque él también se siente medio muerto, con la piel de las mejillas irritadas por la falta de barba y con esa extraña necesidad de hacer brillar el sol para ese hombre con el que ha convivido por cinco meses intensos entre platos de set y comida compartida en césped artificial.

Jack estira su mano hacia él, y le da un toque suave en el brazo, los ojos de Ryan inmediatamente están sobre él.

—Oye, sobre lo de la entrevista de esta mañana, ¿Cuánto más crees que dure el tema sobre el beso de Andrew y tú? —Jack comienza, con algo así como una bandera blanca en terreno peligroso que ha estado rondando desde la polémica escena. Ryan solo le sonríe como si esa fuese una pregunta que ha escuchado demasiadas veces.

—Celoso porque dije que podría perderme en los ojos de Andrew sino tengo un mapa, porque los tuyos no se quedan atrás Jack Jack —. Ryan dice, dejándose caer en una de esas sillas portátiles que tienen su nombre bordado en el respaldo, Jack le sonríe.

—Quizá lo esté un poco —. Le sigue el juego sentándose a su lado —. Aunque debo decir que yo también lo besaría, tiene su encanto.

—Si, bueno, debes hacer fila, porque al parecer ahora el mundo entero quiere los bonitos labios de Andrew.

—Y tú no suenas para nada celoso.

—Los celos son una muestra de amor respetable, ¿acaso no has visto Friends? Ross y Rachel siempre se celaron por temporadas enteras, y terminaron juntos, los celos son buenos.

—Los celos son inseguridades Ryan —. Jack lo dice, mirándole a los ojos, como si esa fuera la verdad absoluta del universo. Ryan hace un mohín con los labios porque esa fue la razón principal del gran problema que se le salió de las manos.

De Tom perdiendo el control por el largo tiempo sin verse, lleno de miedos e historias en la cabeza. Porque estaba celoso de su esposa, y Ryan no tenía como remediar aquello. Así que lo dejo ir, permitió que se fuera para no lastimarlo más de lo que ya lo había hecho, y porque no estaba listo, ninguno lo estaba, para dar un nuevo paso en toda esa revoltura en la que se convirtió de pronto su relación.

Ellos nunca habían sido amigos, siempre había existido la chispa adecuada para encenderlo todo, pequeños juegos de palabras, mensajes durante la madrugada, y fotos, cientos de ellas, llenándole la memoria del celular y grabándose en su mente.

Así que Jack tiene razón, vaya sorpresa, sobre su propio razonamiento de cómo funcionan los celos y el amor.

Ryan le mira como lo haría con Andrew después de haberse ido a Londres, con esperanza y fe.

—Jack, debes dejar de ser tan perfecto, en serio, tendré problemas si sigues enamorándome así —. Ryan le mira de cerca, su cabeza ladeada y esa sonrisa que tiene cuando está coqueteando solo por diversión.

—Bueno tú no estás haciendo un trabajo mejor conmigo —. Jack le da un toque en la mejilla y Ryan chilla como una grupie siendo invitada a los camerinos de su banda favorita.

—Bien, bien, par de tortolos, hay que repetir lo de la cabina de piloto — Dice el director, caminando directo hacia ellos y dando un suspiro cuando los ve guiñarse los ojos.

Ryan, se acomoda la playera blanca y siente la vibración en su pierna, su celular sigue en uno de los bolsillos del extraño pantalón que usa bajo el cosplay de astronauta, hace una cosa rara con su brazo para alcanzarlo y desbloquearlo rápido.

Es un mensaje.

Son solo unas líneas

Pero de pronto Ryan siente que ha estado reteniendo el aire por meses en sus pulmones como si temiera terminar ahogándose.

“Él ha aceptado encontrarse contigo en Los Ángeles.

No lo arruines hermano”

 

Caliente, es lo primero que Tom piensa cuando sale del aeropuerto acompañado por Haz. Porque no va a dejarlo solo durante toda la promoción de Spiderman Home Comíng y “Porque a mí no me engañas algo paso con Andrew que no me has dicho, bastardo”

No es que Tom este tratando de ocultarlo de todas formas, pero no es algo que quiere decir en voz alta porque simplemente no puede explicarlo. Años de academia y talleres de actuación para sentir que las palabras no son suficiente para poner todo lo ocurrido tras bambalinas en contexto sin que suene como algo poco moral y poliamoroso, un documental de MTV sobre mandar besos a terceros y disculpas en un nuevo nivel, que supera a las cartas románticas y al Skype para mirar alguien de frente.

Tom no pude simplemente decir que, bueno, Andrew le beso, porque esos besos en la premiación de los globos de oro no eran entre ellos, sino la única forma que Ryan encontró para llegar de nuevo a él, aunque fuera solo en esencia y no físicamente como lo deseaba.

Toca sus labios por pura inercia atrayendo los ojos de Haz sobre él, que está esperando a la persona que va transportarlos hasta el hotel en la salida número 7.

—Eventualmente lo sabré —. Le susurra Haz, para que Harry, quien ahora viaja con ellos en el tour no le escuche. Tom solo le da una mirada por mencionarlo —. Sabes que será así eventualmente, y si no soy yo, será Tian.

Y eso suena tanto a una premonición que Tom ni siquiera hace el intento de negarlo, porque la verdad es que siente tantos nervios como la primera vez que hizo una audición, con ese sentimiento de que quiere conseguir algo y que, si no lo hace bien, perderá su única oportunidad.

Tom hecha la cabeza hacia atrás, con el sol de Los Ángeles resplandeciendo fuertemente y con el sonido de la cámara de su hermano capturando el momento exacto en el que su mente visualiza a Ryan entrando por la puerta de la habitación del Hotel en Londres, su sonrisa, su aroma a pino y su voz llenándole las células que componen su ser.

Ryan siente como si todo fuera depositado de nuevo bajo sus pies, cuando besa la pequeña cabeza de Ines que huele a vainilla y alguna hierba que no logra identificar, pero que le tranquiliza el alma en una sola inspiración, como si de pronto un mundo nuevo de olores se hubieran abierto delante de él, se inclina con cuidado para depositarla sobre la cuna, la mirada atenta de Blake sobre él y la determinación latiendo justo abajo del corazón, con la caja torácica dándole palmaditas y con un mensaje de Andrew que va lleno de esperanza.

Blake parece saberlo mucho antes de que Ryan se gire hacia ella, lo sabe desde hace tanto que la duda desaparece lo que dura una aguja en ser insertada en las venas, con el suero de la verdad instalándose en su sistema.

—¿Vas a dejarnos? —. Es lo primero que Blake pregunta, cuando Ryan cierra la puerta de la habitación de la bebé, como el pasaje secreto que separa a dos mundos que no dejara que colisionen.

Blake siente que los ojos le pican, y que el corazón se le comprime, porque las señales siempre estuvieron ahí, y ella se autoengaño durante tanto tiempo que enfrentarse a esa realidad le tiene ahí, a solo unos pasos del hombre que ama, con el estómago revuelto y paralizada.

Ryan niega lentamente, porque en el centro mismo de las cosas esa es la última opción que se le ha ocurrido, cuando tiene dos niñas que dependen de él.

Blake aprieta los labios y seria mentir si Ryan no admitiera que verla así, tan frágil y pequeña no le duele.

Él no pretendió hacerlo, y no hay una excusa o justificación que valga la pena para salvarlo, si Blake quiere abofetearle, si quiere gritarle, y exigir respuesta, tiene todo el derecho de hacerlo. Ryan se ha estado preparando desde febrero para ello. Pero si ella intenta si quiera amenazarlo con las niñas, Ryan dejara toda culpa, la tomara directamente desde su plexo solar y pondrá las reglas a seguir en esa conversación donde ya hay demasiadas personas heridas, incluso antes de que salga la primera palabra que cambie todo lo demás.

Ryan, se inclina y la toma de la mano, Blake se deja dirigir como un velero por el viento, con la mirada sobre el suelo y con las piernas temblorosas, un pequeño cervatillo a punto de tener el tiro de gracia.

La garganta se le cierra, pero se mantiene tan firme como puede, con los labios destrozados de tanto morderlos, y con el orgullo tambaleando.

Llegan a su habitación y Ryan la sienta sobre la cama, como si fuera una más de sus niñas, incapaces de llegar a lugares altos y mantenerse por ellas mismas, Blake levanta entonces el rostro y algo se quiebra.

Sus lágrimas fluyen tan libres que a Ryan no le queda ninguna duda sobre los pasos adelante que su esposa esta sobre el escenario que ocurrirá, y pese a que todo parezca trillado y que se sienta que es demasiado tarde, Ryan se pone de cuclillas, sin soltarle de la mano.

—Lo siento, lo siento muchísimo —, y deja caer su cabeza sobre las largas piernas de Blake, que se dobla sobre si misma, liberando el primero de muchos sollozos —. Lo siento tanto cariño.

Blake entierra su rostro en el cabello de su esposo y asiente. No comprensiva, pero si con el conocimiento de que nada más se puede hacer. Conoce a Ryan lo suficiente para saber que cuando ha tomado una decisión no hay forma alguna de deshacerla.

—¿Quién? — Pregunta con voz quebrada, los brazos de Ryan le rodean la cintura y él le susurra el nombre. Ella vuelve asentir, sus manos llenándose con las lágrimas de su Ryan, que sabe son sinceras, nunca hubo intención alguna de hacerle, de hacerles esto, a nadie —. ¿Has pensado como vamos a hacerlo, continuar aquí, conviviendo? — Blake no puede ver eso, no en ese momento, no con la herida recién abierta y sangrante. Ryan niega, porque como no al final es el idiota hombre que no sabe ni siquiera que hacer consigo mismo, y tener tres mujeres entre sus brazos no es algo para lo que este entrenado. Pero Blake es lista, siempre lo ha sido.

Ella es la más inteligente de los dos, por eso se incorpora, con los ojos hinchado y el cabello revuelto, tan digna y serena como se puede tras un rompimiento en el que no se han tocado mucho de los términos y los traza, dibuja los limites en tan solo unos segundos. Toma decisiones y respira profundo, abre el camino más fácil para Ryan, para las niñas y para ella.

—Voy abofetearte —. Es lo primero que anuncia, cuando empuja a Ryan por los hombros para separarse —. No ahora, pero lo hare —. Dictamina, haciendo un sonido con su garganta cuando la voz le falla —. No soy una persona razonable en este momento, y solo quiero gritar y gritar, pero entonces despertaría Ines y no voy arriesgarme a tener a la bebé llorando junto conmigo, así que eso también lo hare después, cuando te haya pateado el culo Reynolds —. Ryan asiente, mirándola fijamente, con sus ojeras marcadas y ese brillo que hacía meses no le veía. Blake se va reconstruyendo tanto como puede a medida que las palabras le abandona el pecho —. Necesitare tiempo, lejos de ti, me llevare a las niñas, y no, —Ella eleva una mano cuando la boca de él se abre —, no me refiero a para siempre, sino que tú te iras, ¿No es cierto? Vas a ir tras de él.

Blake a veces da miedo. No porque sea una persona explosiva, sino una fémale fatale de la que Scarlett podría tomar notas para su personaje de la viuda negra, con esa habilidad de ser rápidamente analítica, de conocerlo mucho mejor que lo que se conoce a si mismo, y empujarlo hacia lo que él quiere sin siquiera esforzarse por ello.

—Necesito también tomar algunas cosas legales, porque debemos divorciarnos, pero continuare aquí, al igual que tu estarás junto a mí. Porque somos amigos, y padres y simplemente no podemos separar una cosa de la otra, pero si ya luchaste todo lo posible para quedarte a mi lado y no lo lograste, yo no tengo las fuerzas ni el corazón para amar por los dos. Le diré a mi padre que me ayude con eso, por lo tanto, deberás ser discreto en tu relación con él, no quiero involucrar abogados ni hacer un escándalo, recurriremos al acuerdo prenupcial como apoyo —. Blake da otra respiración profunda, y Ryan reconoce el ejercicio actoral que está haciendo para no caer a la presión que su corazón roto está empujándola. Y él sabe, puede asegurarlo, que esa mujer será siempre una parte importante de su vida —. Tienes que explicarle todo eso él, porque asumes demasiado rápido las cosas, y no todos tienen la habilidad de leerte la mente Ryan.

<<Necesitare por lo menos una temporada lejos de aquí. Puedes visitar a las niñas cuando quieras, incluso puedes quedarse contigo por unos días, pero tienen que volver a mí, ellas aun me necesitan más de lo que te necesitan a ti. Eso no quiere decir que ellas o tú se amen menos, sino por la etapa en la que se encuentran. Hay que buscar otra casa, con más habitaciones, quiero tener una habitación propia, y tú te encargaras de ello. Así que seremos algo así como Romíes, y ve haciéndote a la idea, hasta que Ines tenga el año, así que serán solo unos meses, a partir de ahí veremos todo lo relacionado con las custodias. Dile esto también para que no cree malentendidos. Faltan muchas cosas más, pero si no te vas de una vez, creo que perderé al fin los estribos Ryan, así que largo de mi vista ahora, y por favor no regreses hasta que arregles toda tu mierda, idiota.>>

Blake hace un intento de sonrisa, que no le llega a los ojos, pero Ryan se levanta tan rápido como puede, y se agacha, su mano pasando tras la nuca de Blake.

Le da un beso en la frente, que sabe nostálgico y que duele mucho. Blake cierra los ojos fuertemente.

—Gracias.

Y Ryan desaparece, como si alguien hubiese gritado corte desde mas allá. Y todos los años compartidos fueran escenas en grabación para un gran montaje de series.

El sonido de la puerta cerrándose hace que más lagrimas fluyan, Blake se abraza a si misma y susurra con la voz quebrada.

—Adiós Ryan.

Los créditos entonces aparecen en la pantalla, y el final por fin es una cosa real que casi se puede tocar.

Tom lo mira primero, desde su lugar bajo la enorme sombrilla de colores, baja sus lentes Ray Ban, y se levanta, con las manos pegajosas del helado que estaba comiendo, y con el sudor dibujado en su camiseta sin mangas, al haber estado usando la barra en la zona de ejercicio de la costa. Hay un video sobre ello rodando por Instagram, y Tom no puede más que culpar a Haz y sus intentos por sabotear esa cita que había programado.

“Veras a Ryan”

Y lo ha dicho con la voz amarga, cuando Tom se lo ha confesado, toda una mama gallina que no aprueba algo totalmente estúpido. Tom ha dicho que si, sin titubear y Haz solo ha chasqueado la lengua, resignado y algo angustiado.

“Estaré bien”

Tom ha dicho para calmarse los nervios, tanto a Haz como a él, pero ha sonado más bien como un rezo que como una afirmación. Pero ninguno lo menciona. Haz deja ir a Tom, como si le doliera, y el sentimiento de hermandad que Tom siente por él solo ha crecido, si es que se puede, aun mas por ese chico de ojos azules que se ha mantenido fielmente a su lado.

Tom se limpia las manos en su short, y se levanta para ser visible. Ryan ha llegado en una motocicleta, como si fuera el chico malo de una película, con una cahqueta de cuero y un casco negro. Los Ángeles es caliente y seco, pero él parece inmune al clima, a la lógica y todo aquello que quiera hacerle ver mal. Ryan es odiosamente perfecto, con sus pantalones de mezclilla rotos y su playera blanca que deja ver sus pectorales. Tom solo puede sentirse estúpidamente flechado, con el corazón acelerado y con mucho miedo.

Ryan termina de aparcar la Harley, y gira sobre si mismo, buscándole. Tom se permite solo unos segundo más de esa admiración a distancia, de un hombre que no sabe que está siendo observado, antes de elevar su brazo, sintiéndose un tonto en el proceso, pero entonces lo nota, el alivio llegando a todas las facciones de Ryan, como si hubiese temido que  Tom no estuviese a ahí, como si se mereciera que alguien le hiciera eso, dejarle plantado en una burla de cita.

Y entonces camina hacia él. Tom le mira fijamente, y aunque no sabe cómo van a terminar las cosas, está seguro de que se deben eso, una conversación frente a frente, y no solo post con dobles sentidos, que esconden lo que realmente ambos quieren.

Y es cuando están a solo unos pasos que Tom se reafirma lo que siempre ha sabido. Se ha enamorado de Ryan, y tratar de olvidarlo no va a ser sencillo.

Ojalá supiéramos que sucedería un segundo antes de que suceda, ojalá tuviéramos un botón de rebobinación dentro de nuestros corazones, o un borrador mágico para las palabras en el aire. Ojalá todo fuera mucho más fácil, tan fácil como mantenerse dentro del camino, pero las convicciones se tambalean frecuentemente, y las emociones se mueven, se transforman, evolucionan.

Porque existen ocasiones en las que pierdes más por miedo que por intentarlo.

Fue solo un toque, el roce accidental de sus manos, en medio de todo, la playa, los aparatos de ejerció, la brisa salada y el destello naranja reflejado sobre el mar, pero se sintió como cuando las galaxias colisionan y nuevos mundos son creados.

Se sintió perfecto, correcto, real.

Y Ryan no tuvo duda alguna en ese momento.

Ojalá supiéramos que sucedería un segundo antes de que suceda, ojalá encontráramos la salida antes de perder el camino. Ojalá nos miráramos como el otro nos mira, ojalá todo fuera tan sencillo, como inclinarse y darse un beso.

Dedos entrelazados, piel caliente, y labios partidos. El primer beso sabe a redención y a promesas y por primera vez Ryan se siente libre de culpa, una respiración profunda.

Y él es el primero en hablar…

 

Then, we dance on the H of the Hollywood sign, yeah
'Til we run out of breath, gotta dance 'til we die 
My boyfriend's back
And he's cooler than ever 
There's no more night, blue skies forever


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