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Daddy issues por -oOYUKI-NII-Oo

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∞ Título: " Daddy Issues"

∞ Autor: YUKI-NII.

∞ Género: Hurt/Confort

Rating T

∞ N/A SpiderMan ni Deadpool me pertenecen, esto no es más que un hobby, todo es creación de Stan Lee y MARVEL.

∞ Resumen: Y entonces Tom Holland contesta al fin a Ryan Reynolds en Twitter y todo se descontrola.

∞ Advertencia: Insinuaciones sexuales y bisexuales.

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Backstage 5

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En retrospectiva Tom se sentía como si hubiese conocido a un extraño por internet, alguien a quien jamás le vería la cara pero que había hecho tal conexión con él, con sus pensamientos, con sus bromas y sus sueños, que asustaba demasiado.

Tom no hubiese querido entonces lo que quería hace tan solo dos meses de vivir en un remolque, con comida rápida, llamadas por Skype a casa y compras impulsivas de juguetes en tiendas para mascotas. No se reprimiría de esa manera absurda en la que sus propios dedos traicioneros se movían a través del celular cada noche o madrugada.

Había sido un impulso, ser él quien abriera esa ventana de inbox con el primer mensaje, que en retorica no era un mensaje por sí mismo, sino una foto de él de pie frente a un espejo, sin camiseta de “I Survived my travel to NY” sudor empapándole la piel, y cansancio acumulado bajo los ojos, todo para resaltar al pantalón de pijama de Hello Kitty y darle la bendita señal a Ryan. Holland aún no está muy seguro como fue que logro convencer a Joe de que eso era una magnífica idea, pasear por las famosas calles de Atlanta con un pijama que a todas luces lo hacía lucir como un sissy boy, término que Haz se había encargado de googlear para después etiquetarlo, video porno con hashtag incluido.

Y ese fue el comienzo del fin, piensa Tom, cuando se pone dramático, y le da por cubrirse con una almohada el rostro para gritar su frustración. No sabe realmente como lidiar con ser el protector de pantalla del celular de Ryan, ni el jugueteo que se abrió paso solo unas horas después, con un intercambio de mala ortografía, imágenes de Pixiv y cuentas intercambiables de twitter de artistas asiáticas.

Así que Tom se mira a sí mismo, patético frente al espejo, con las manos temblando y el corazón hecho puño, las grabaciones de hoy han terminado más temprano de lo normal y lo primero que ha hecho es checar su celular, porque ha pasado una semana desde la foto del pijama, y ahora Ryan le da los buenos días, y las buenas noches también, porque hay que ser educados y amables, por eso Tom tiene que contestar, esconder su teléfono de su agente y checarlo tantas veces como puede durante el día, no es que él tenga alguna clase de obsesión, o que sienta un nudo en el estómago cuando pasan horas y Ryan no le envía un miserable emoticón, por supuesto que no, es solo que todo es tan nuevo, y está un poco abrumado, de estar rodeado de grandes actores, con pocas horas para dormir, y su obsesión recién descubierta por los skittles color pastel que compro en un seven y leven.

Así que cuando llega esa noche a su remolque, luces tenues encendidas de las lámparas de la mesita y cargador colgando del sofá, Tom sufre un mini infarto, porque Ryan le ha enviado una foto, una foto de él, usando solamente la parte superior de un pijama muy parecido al de la película de Spiderman, con ese rosa de princesita inocente y estampado con miles de caritas de Hello Kitty. Tom no ha boqueado, claro que no, cuando sigue la línea de botones tornasol para notar que no hay nada más debajo que las musculosas piernas de Ryan.

Quizás esa fue la primera señal que debió ponerle en alerta. Tom la ignoro.

Se devuelve la vista en el espejo, porque un nuevo paquete de FedEx ha llegado esa tarde, contiene un short y camiseta de tirantes comprados en línea en una tienda asiática de la que no puede pronunciar el nombre. Tom se pregunta que se supone que está haciendo, cuando deja el celular sobre la cama y su playera y jeans son abandonados en el suelo. Toma las prendas y suelta un suspiro, mitad gimoteo, mitad incredulidad.

—Bien, bien, vamos Holland, esto es porque quieres demostrarle que eres audaz y valiente, y que realmente no eres la cosita adorable que él tanto menciona en sus mensajes, claro que no, esto es para ganar solo una apuesta, no porque comience a tener tendencia de sissy boy como dice Harrison. Bien, bien, tu puedes hacerlo —. Tom habla alto, como si ensayara unas líneas del nuevo guion, y no se estuviera dado aliento a sí mismo como una pequeña cosita asustada.

Primero se pone el Short, que resulta ser más corto que sus boxes, el elástico le envuelve los huesos de la cadera y le resalta el bello delgado debajo del ombligo, Tom no es en realidad tan lampiño como todo el mundo cree, y él está orgulloso de ello, por muy primitivo que suene. Se muerde el labio cuando la blusa de tirantes con volados parece más una prisión que satín suave. Da un par de brinquitos hasta que se decide por tomarla y al fin ponérsela.

Tom se cubre la boca con ambas manos, porque él definitivamente no está haciendo esto, para alguien con quien nunca ha tenido un contacto real, más allá de etiquetas, menciones, publicaciones compartidas e inbox. Pero es Ryan, había dicho Robert, que Reynolds se divertiría y estiraría los limites sin ningún tipo de culpa, pero Tom, que está en las ultimas instancias de una etapa rebelde, antes de cumplir los 21 y poder entrar a bares y beber como un loco legalmente, no escucha nada más que el latir emocionado de su corazón.

Toma su celular de nuevo y se reacomoda frente al espejo. Esto tiene que ser rápido, como quitarte un curita, mientras más despacio lo hagas, solo aumentaras tu sufrimiento.

Abre la cámara y comienza, con una sesión vergonzosa, de ropa de chica en talla mediana, las mejillas rojas y el pecho caliente. Cuando cree que han sido suficientes, arroja el celular a la cama y se quita a toda prisa el pijama. Da un salto hacia su IPhone, manos aun temblorosa y adrenalina quemándole en las venas, selecciona una de tantas y contesta al fin, a Ryan

{04/09/16, 20:50:08 P.M} @tomholland1996: Imagen

{04/09/16, 20:50:32 P.M} @VancityReynolds: Bien, chico listo, puede que esta foto sea mejor que la mía, pero no puedes negar que el rosa princesa hace juego con mis ojos P.S Esta va directo a mi galería *guiño*

{04/09/16, 20:51:12 P.M} @tomholland1996: ¡¿Qué?! No, ni se te ocurra. Bórralas, bórralas. BÒRRALAS

{04/09/16, 20:52:09 P.M} @VancityReynolds: Demasiado tarde Tom, han quedado cifradas dentro de mi memoria, y chico, esa imagen jamás saldrá de mi cabeza ¿Cómo jodidos es posible tener esas piernas? ¿Cuántas horas al día das tus saltos mágicos para Spiderman, 20?

{04/09/16, 20:52:56 P.M} @tomholland1996: Eso es información clasificada, que tú nunca tendrás.

{04/09/16, 20:53:15 P.M} @VancityReynolds: ¿Es eso, un reto acaso?

{04/09/16, 20:53:47 P.M} @tomholland1996: Tal vez…

Pronto los mensajes se clasificarían por hora y fecha. De lunes a jueves, de cinco de la mañana hasta siete de la tarde, sería un sano intercambio de preguntas amables, videos graciosos y recomendaciones de series y películas. De vienes a sábado, de nueve a tres de la madrugada (esta última podía variar hasta el domingo en la mañana) había insinuaciones escondidas, videos de lapdance, páginas de juguetes sexuales, y la promesa de un masajeador marca Hitachi.

Tom sentía contraerse algo en su interior cada que el celular vibraba. Se escondía por unos minutos de la adusta mirada de Robert y se decía así mismo que en definitiva no era una jodida colegiala enamorada de un hombre musculosos, rico, actor y con buen sentido del humor. Una combinación peligrosa que le hacia las piernas de gelatina y le sacaban suspiritos que hacían rodar los ojos de Zendaya.

—Pensé que habías terminado con tu novia —. Comento la chica de rizos una vez durante el almuerzo, Tom la miro asintiendo, con el ceño fruncido y los labios apretados, porque ¿a qué venia esa conversación después de tanto tiempo? Ella estrecho su mirada y se inclinó más cerca de él —. Bien entonces, ¿conociste alguien nuevo? Porque Tom, tus ojos son uno putos corazones.

Tom se cubrió el rostro por acto reflejo, atrayendo la atención de los hermanos Russo y de Robert que ese momento publicaba algo para molestar a Evans.

—¡Mis ojos no son corazones! —. Chillo por lo bajo. Zendaya sonrió, como un zorro antes de timar a alguien, Tom tembló.

—Oh Holland, no sabía que eras una pequeña flor delicada en cosas del amor. No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo, hasta que decidas hacer oficial tu embobamiento por la chica desconocida —. Zendaya llevo un bocado más a su comida, retirándose del espacio vital de Tom, que arrugo la nariz sin nada más con que defenderse.

Tom no vio la segunda alerta, demasiado distraído en el último Tweet de Ryan sobre un Pikachu vestido de Deadpool.

La tercera señal llego, cuando Jaime tomo control del celular de su padre, que estaba en la ducha. Un robo en baja escala, diría después Blake sonriendo, cuando su pequeña niña presionara todos los botones de inbox y Tom comenzara a recibir miles de fotos de Ryan y su reina, en momentos mucho más íntimos.

Tom había guardado una en especial, de Ryan y Jaime compartiendo la bañera, ella con espuma de jabón sobre su corto cabello y el reflejo de las burbujas tras su padre. Reynolds le hizo eliminarlas todas, cuando se dio cuenta de ello, Tom juro que lo había hecho, tiene un respaldo en su computadora y disco externo de dicha foto.

Las conversaciones sobre Jaime entonces comenzaron, Tom corroboraba sobre sus sobrinos, su abuelo, y el amor de su vida, Little Tess, su cachorra, con la que solía dormir en casa en Inglaterra, y a la que tenía meses sin ver.

Si Tom se hubiese detenido un momento a pensar, que los amigos no se quedaban embobados mirando fotografías del otro, se habría dado cuenta de lo jodido que estaba, mucho antes de llegar al punto más crítico, de esa relación cibernética.

La filmación de Homecoming había tomado un receso, y él había comprado un billete directo a Inglaterra, fue una casualidad, se dice, cuando le llega la invitación de Ryan de visitarlo en su hotel, cuando Harrison ha querido salir a la pista de patinaje en grupo en su natal Kingston, porque Tom necesita despejarse y que mejor que estar con sus amigos, hamburguesas, papas fritas y litros y litros de soda.

Tom declina para la sorpresa de Harrison que quiere averiguar hacia donde quiere escabullirse. Holland se siente un polizón profesional, cuando pierde a Haz en el segundo autobús que le llevara al café donde le recogerán.

La sensación le dura exactamente lo que el mayordomo personal de la habitación de Ryan le indica el camino por las escaleras de servicio y hay alguien esperándole al final del pasillo.

—Ryan —. Murmura, enfocando al alto hombre que está hablando por teléfono.

—El señor Reynolds ha indicado que le espere en la alcoba. ¿Quiere algo de tomar o de comer?

Tom niega, abrazando la chaqueta ante ese calorcito de la chimenea encendida a unos metros de él, y sus ojos aun fijos sobre la ancha espalada.

El mayordomo se retira, y Tom, siente sus pasos pesados, empuja la segunda puerta de la izquierda y entra. Suelta su mochila sobre una silla, y su chaqueta al final de la cama, cae redondo sobre la alfombra. Porque joder, esta tan cerca de Ryan que puede sentirlo, casi como si estuviesen teniendo una conversación más por mensaje, solo que en 4D y con efectos especiales incluidos.

Cuando Ryan comienza a cantarle a Jaime, Tom se siente que está parado sobre terreno conocido y deja soltar la voz para hacer notar su presencia, porque un “He llegado” suena demasiado hogareño para el Hyde Park.

Todo lo demás, la entrada de Ryan, su conversación sobre Connor, y tomarse de las manos, fluye tan natural, que Tom se asusta. Todas las alertas comenzando a tomar sentido dentro de su cabeza, y la necesidad de dar un grito de pura impotencia, por ser consiente hasta ese instante. Quiere golpearse contra la pared más cercana por ser un idiota distraído, Zendaya se lo había dicho, sin embargo, lo que le golpea, es la frente de Ryan, la boca se le seca, el olor a sudor, nieve, y Nueva York, le inunda las fosas nasales y un ruidito se escapa de su garganta. Son amigos por mensajería. Actores altamente reconocidos.

Así que no debería de hacerlo, no debería ceder tan fácilmente, como una luciérnaga encandilada por las brillantes luces de la habitación, porque tiene tan poco de haber terminado con su ex que tal vez sus sentimientos solo se encuentran confusos por todo lo que Ryan es, como el chocolate caliente durante el invierno, tentador y embriagante. Muerde el interior de su mejilla, porque joder, joder, joder, es la primera vez que esta frente a Ryan y no quiere cagarla. Porque esto quizás solo sean imaginaciones unilaterales suyas, su mente jugándole una cruel broma. Pues Ryan es así, como un don, que tiene la facilidad de volver los temas difíciles y serios en una carcajada descarada que cala hasta los huesos y le derrite la piel.

Tom simplemente no quiere arruinarlo, lo que sea que se supone que tienen.

Sus ojos se encuentran, ya no hay marcadores de fechas y horas para su conversación, es solo la miel contra el ámbar. Es su deseo envolviendo cada una de sus células, destrozando de a poco su racionalidad.

Tom manda todo al infierno, sus cavilaciones, la moral y los limites, la voz de Robert ahora es un eco apagado, cuando hecha su cabeza más hacia atrás y la punta de nariz choca contra la de Ryan, quien aprieta más el enlace de sus manos.

—¿Estás seguro de esto? —. Ryan pregunta, porque tiene que hacerlo, para dejar una constancia imaginaria que le dio una ruta de salida, y que esto es un acto de culpa compartida. Para Tom solo significa una cosa, esto es mutuo y no va a retractarse así que dice un si estrangulado, que sabe a libertad y vaho de té inglés —. No voy a dejarte escapar —. Advierte Ryan por última vez.

Porque ambos lo saben, todo lo que el silencio esconde, la verdadera naturaleza de sus conversaciones, la mentira dentro de la mentira que ninguno de los pretendía.

Tom suelta su mano, para llevar ambos brazos hasta el cuello de Ryan y empujarlo.

Tom deja de ser Tom, para convertirse una bizarra versión de MJ, con menos pecho y más glúteos. No hay lluvia, al contrario, todo se siente cálido y húmedo, cuando los labios de Ryan presionan los suyos, y él esta teniendo, sintiendo y pensando, que esta escena estará por siempre en sus recuerdos cuando tenga que filmarla con Zendaya.

—Abre la boca, Baby boy —. Murmura Ryan, con el gruñido de fondo en su garganta.

Tom separa los labios con un gimoteo que muere con la lengua de Ryan presionando la suya, probando su saliva, y apretando las piernas. Tom tiene veinte años, Ryan está por cumplir 40, Tom piensa en los sugar daddys, en los complejos de Edipo, y su próximo fetiche sobre tener problemas paternales con alguien que definitivamente no es Dominic Holland

NOTAS

*Sissy boy, normalmente siempre se vistes de niñas con vestidos esponjosos con moños, medias blancas, zapatos escolares, moños en su peinado. 


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