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Daddy issues por -oOYUKI-NII-Oo

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Título: " Daddy Issues"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Hurt/Confort

RatingT

∞ N/ASpiderMan ni Deadpool me pertenecen, esto no es más que un hobby, todo es creación de Stan Lee y MARVEL.

∞ Resumen: Y entonces Tom Holland contesta al fin a Ryan Reynolds en Twitter y todo se descontrola.

∞ Advertencia: Insinuaciones sexuales y bisexuales. Angust

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Backstage 8

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Tom podría estar molesto, de la molestia que se siente cuando quieres comer cereal y la leche se ha acabado, y sientes esa terrible ira contra la última persona que bebió del frasco. Tom debería quizás dejar de revisas cosas como Twitter e Instagram, pero su teléfono vibra demasiadas veces en el día, casi la misma cantidad que Haz lo mira por encima de la azúcar y aprieta los labios, como si se estuviese conteniendo de decirle lo idiota que es, aunque no sabe cuál es exactamente el problema.

Porque Haz es así, como un termómetro de los caros, que tiene mercurio y viene en cajita de lámina, sabe exactamente a qué temperatura Tom odia el agua caliente para el café, y cuando quiere una paleta fría de pistache, aunque Londres parezca a punto de caer en la nueva era glaciar, sin mamuts incluidos. Ninguno ha hablado sobre ese “día” como ahora resuena en la mente de Tom cada vez que se acuerda despertando a mitad de la noche en un hotel y teniendo que llamar a casa, mientras se quitaba el resto de ropa sucia y dura de semen, a mamá para que no le echara la bronca más de lo que dos llamadas perdidas de ella podían significar.

Terminar de bajar las escaleras, son poco más de las siete de la mañana y todo esta silencioso. Sus hermanos aun duermen y el abuelo ha salido a pescar. El ruido de la cafetera le lleva directo a la cocina. Su padre y Haz están ahí, parecen discutir sobre el último partido de Lacross de la universidad de Os Field, y su descuerdo sobre un punto con el árbitro. Tom murmura algo que debió sonar a buenos días porque Haz le mira unos segundos y su padre le acaricia la nuca cuando pasa a su lado para abrir la alacena.

Tom encuentra cucharitas y Choco crispís tras la mermelada, el olor de café y dulce artificial le hace agua la boca y se decide por no esperar a mamá el día de hoy para desayunar y dejarse caer en el sofá con caricaturas de domingo y comer un tazón repleto de coral, canela y leche chocolatada, deja las cajas sobre la encime y se inclina en el refrigerador, su padre esta sirviéndose otra taza de café y Haz mastica en silencio trocitos fritos de Bacon encima de su Waffle casero. Los ojos chocolate vagan entre el jugo de naranja, las manzanas y la comida de ayer puesta en topers por su madre y él hace una meuca, dejando ir la puerta hacia enfrente, porque nada parece bueno cuando quiere cereal y la leche no está.

—Papá —. Tom comienza, con voz suavecita y ojitos de cachorro aprendido en las grabaciones del corazón del mar. Su padre da un sorbo al café y luego se encoge de hombros.

—Sabes la regla Tom. Así que si quieres leche tendrás que despertar a los gemelos.

Tom da un quejido, echando la cabeza hacia atrás, porque hacer eso es como comer cereal sin leche, una mala idea que no va a ejecutar.

—Puedo traerla para ti —. Haz dice, jugueteando con el tenedor y sin mirarlo a los ojos. Tom se siente el peor mejor amigo del mundo.

—No, no, yo lo hare. Sacare a Tess de una vez —. Anuncia regresando sobre sus pasos y sintiendo la mirada de Haz clavada en su nuca.

Su celular vibra en el bolsillo de su pijama y Tom recuerda su molestia contra la BBC, Facebook livestream y Connor Star, no necesariamente en ese orden. Así que lo ignora, mientras se pasea por la sala, descalzo y con hambre. Toma la correa de su mascota y comienza a silbar como el encantador de ratones, que se llevó a los niños de un pueblo al no recibir su pago por sacar a la plaga. Tom a veces se pregunta como cosas así, pueden ser historias infantiles, con un desconocido llevándose a toda la población de menores con una flauta encantada.

Los pasos veloces del segundo piso le hacen prepararse. Little Tess salta de dos en dos los escalones, con la lengua de fuera y la cola ventilando en el aire. A Tom que es demasiado simple en realidad, se le olvidan los besos bajo la lluvia que no son suyos y las cortas conversaciones que ha estado manteniendo con el canadiense, siempre tensas y a deshoras. Como si Ryan hubiera olvidado la diferencia horaria y le escribiera a propósito mientras él duerme.

Tom sacude la cabeza porque realmente no quiere pensar en cosas como esa. Una mano sobre su espalda le hace dar un respingo.

—Tenemos que hablar —Haz dice, con su cabello revuelto y su vieja pijama de Star wars aun puesta. Tom comienza a negar con los labios apretados, Haz de un suspiro —. Por favor —. Pide bajito y algo se le estruja a Tom en el interior.

Es un cumulo de pensamientos, como terrenos de azúcar formado una torre temblorosa de equilibro sobre la mesita de café. Tom sopla distraídamente el envoltorio de papel en que estaba el popote de su frappe, Haz eleva una ceja, estirando una mano sobre la mesa para robar un poco de la bebida. Tom apenas le enfoca, soplando ahora bolitas hechas de servilleta.

—Esto no era mi idea de un día juntos hablando —. Dice Haz, dando un sorbo más al café. Tom solo se encoge de hombros, porque es domingo por la mañana y él siente que ya quiere tomar el vuelo hacia Nueva York y arreglar unas cuantas cosas.

—Aún no he empacado la ropa —. Confiesa, la barbilla hundida sobre la mesa, y los ojos chocolate apagados. Falta una semana exacta para que retornen para la promoción de Spiderman Homecoming en diciembre, y todo se siente lento y hastiaste. Haz hace una mueca dejando el vaso de frappe y respirando profundo.

—¿Vas a contarme alguna vez que es lo que está pasando?

Han pasado exactamente 1 mes, 18 días, 4 horas y 36 minutos desde la última vez que Tom siente ha tenido una conversación en forma con Ryan. Respira profundo y frunce la nariz, Haz enarca una ceja.

—He estado pensando sobre la promoción de la película. ¿Sabes cuánto tiempo nos quedaremos esta vez en Nueva York?

—Vas usar lo de la película de nuevo, ¿de verdad?

Haz chasquea la lengua y toma la dona glaseada, que en realidad era el desayuno de Tom que ha hecho una mueca ante sus palabras.

—¿A qué te refieres con lo de usar la película nuevamente?

—Sabes perfectamente a que me refiero, estas mintiendo, peor aún estas mintiéndome.

—No lo hago.

—Prácticamente huiste el mes pasado a quien sabe dónde cuando te invite al tiro con arco.

—Tenía planes.

—¿Con quién?

—Está bien necesitaba tiempo a solas — Se retracta Tom, pegándose al respaldo de la silla.

—Odias estar solo. Me hacías dormir contigo a veces en el remolque. Así que no me vengas con esas Tom Holland.

—¿Es esto alguna clase de interrogatorio? Porque si esta es la idea de hablar que tenías déjame decirte que es horriblemente mala. Deja de acusarme de cosas.

—No te estoy acusando de absolutamente nada, solo pasa que siempre me cuentas tus cosas y ahora parece que hasta salir conmigo por un café es todo un dilema para ti. ¿Hice algo que te molestara? Como la vez de los escarabajos en segundo grado ¿vas a tratarme con ley del hielo de nuevo?

—¿Qué? No. No has hecho nada malo, ¿Cómo puedes recordar lo de los escarabajos? — Pregunta inclinándose sobre la mesa, Haz se encoge de hombros —. Y no me molesta salir contigo, me encanta salir contigo, eres mi mejor amigo, y mi asistente. Formas parte de mi vida, así que es absolutamente imposible que me moleste o enoje contigo.

—Bien, me parece perfecto eso de formar parte de tu vida, porque no ha sido así en los últimos meses Tom, y me preocupa. Es como si estuvieras bajo un hechizo, si no te viera todos los días podría jurar que este no eres tú, sino la versión multijugos de un desconocido que pretende usurpar tu lugar, y bro, me siento como un demente cuando pienso de esa forma.

—¿Multijugos, enserio?

—Bro, has estado raro, y eso en mi mente ha tenido mucha lógica, pero cuando lo digo en voz alta suena terriblemente mal.

—Pues deja secundo la moción de que si, en efecto, es terriblemente malo dicho en voz alta —. Tom sonríe, tomando de nuevo su bebida. Se inclina un poco para mirar en el patio trasero del café donde están todas las mascotas, Little Tess está corriendo tras un pequeño caniche marrón. Sonríe cuando el caniche parece feliz de estar debajo de su bóxer ladrando contra los perros más grande y resguardado por los gruñidos de Little Tess.

—Hey —. Haz le da un punta pie por debajo de la mesa suavemente —. Vas a confesar o seguiremos jugando al interrogatorio. No es que me moleste porque sabes que soy un experto, tanto ver CSI y Mentes criminales me han enseñado un par de cosas Holland.

—Te lo diré. No ahora, pero prometo que te lo diré, solo necesito un poco más de tiempo.

—Bien, te daré el tiempo que necesitas, pero deja de comportarte todo raro conmigo alrededor, que hasta tu abuelo me ha preguntado si tuvimos una discusión de pareja, y me dio consejos para que me perdonaras.

—Todos ellos creen que tú y yo —. Tom hace un moviente fluido con su mano para señalarlos a ambos — tenemos un algo.

—No solo ellos. ¿No lees los comentarios de tu Instagram?, amigo, hay tantas fantasías de chicas que se podría hacer un libro recopilatorio.

—Robert me ha enseñado que no los lea, eso y no buscarme en lugares como Tumblr por mi propia salud mental.

—¿Aun te queda un poco de esa cosa ahí dentro? —. Haz se inclina todo lo que puede sobre la mesa, y le da un golpecito en la frente, Tom se aparta de un manotazo.

—Más que tú al parecer.

—Yo no apostaría por ello Holland

—Oh, solo cállate Osterfield

Tom sonríe de nuevo, sus labios ocultos tras el vaso de cartón reciclado, y sus ojos más despiertos. Y eso le basta a Haz para sentir que están de nuevo en la misma sintonía a pesar de que haya un par de secretos.

Little Tess ladra y la atención de ambos se evoca en la gran bóxer echada en el pasto con un caniche escalándole el lomo y dándole besos esquimales tras el cuello.

Sam y Harry se miran entre ellos cuando miran a su hermano entrar con Haz colgado de su cuello. Sam sonríe y estira su mano, Harry chasquea la lengua y corre escaleras arriba.

Tom siente que se ha perdido de algo cuando arroja a Haz en el sofá, la televisión está encendida, hay un programa especial sobre el funcionamiento del palacio en navidad, que le atrae tanto como la cintilla roja que anuncia los próximos estrenos de temporada en la cadena de televisión. Haz sigue el curso de mirada y sonríe tenuemente, sintiendo que de nuevo puede adivinarle los pensamientos, con un sentimiento de victoria que le revolotea en el pecho por infantil que suene.

—¿Estas nervioso por la presentación del teaser? — Haz se estira en el sofá, abre sus piernas y Tom cae entre ellas, dando un suspiro de resignación que provoca que le pique en las mejillas —. Tomare eso como un no.

—En realidad, ya quiero que pase, es decir, ir con Jimmy el mismo día que los GQ Men of the Year Party será maratónico. Así que en realidad estoy pensando en los traslados y cuánto tiempo nos tomare ir del set al hotel y eso.

—El largo día que has estado esperando Tommy —. Haz, mete sus manos entre el cabello algo largo de Tom, y le sonríe —. Eres Spiderman, un largo día no va matarte.

—Bueno, ese sí que va hacerlo si no voy con cuidado.

—¿Con cuidado de que…

—Quieren separarse de una vez, me hacen acordar que he perdido 20 libras —. Harry se queja, recargado en el respaldo del sofá —. Ustedes malditos traidores —. Masculla con la nariz fruncida —. De seguro fue Haz el que hizo que se reconciliaran.

—¿Apostaron por el tiempo que duraríamos pelados, de verdad? — Tom dice, sus brazos rodeando la cintura de Haz y su barbilla hundida en el estómago de su amigo — Ustedes son peores cada día.

—Déjalos estar y no seas mal perdedor, tienen que recuperar como un mes de manoseos desperdiciados, además su Bromance debe seguir vivo para esos premios.

—Sam te ha ganado ¿cierto? —. Haz dice, con sus manos aun jugando en el cabello de Tom, que hace un ruidito de satisfacción. Harry solo pone los ojos en blanco y se va.

Sam corre tras de él, mientras grita que deberían ir a la pista de hielo. Tom ha girado el rostro, atraído por el programa en la televisión, con la mejilla reposada contra su vientre y sus manos enredadas en su camiseta de Linkin Park de hace dos veranos. Haz le mira, las ojeras bajo los ojos y la espalda tensa. Ha sido ridículo, piensa, el tiempo que han durado, con esa tontería de evitarse y hablarse solo para cosa realmente necesarias, preocupando a la familia Holland y volviendo incomodo el estar solo cerca el uno del otro.

Debe de ser algo nuevo, algo con lo que Tom no sabe cómo lidiar, para que se esconda del mundo entero, él incluido, y se guarde todo lo que sucede, casi, piensa, como si tuviera miedo a ser descubierto.

Haz, que en realidad tiene una idea vaga de lo que sucede, después de pagar las tarjetas de crédito de Tom, y la insistencia de Robert porque le maneje las redes sociales, no son solo coincidencias puestas en fechas cercanas. Hay tantas señales frente a él, que no sabe cuánto más va a pretender no verlas.

Porque la sonrisa boba de Tom al teléfono, su insistencia por proteger su intimidad, los pedidos de ropa de chica, y su nerviosismo por no ser escuchado en llamadas, no puede más que significar una cosa.

Cuando sus ojos bajan, Tom se ha dormido. Diciembre llega, con la reconciliación, el entendimiento, y mucho temor anidando en el corazón de Haz.

Tom ensaya, respira, y vuelve a tragar en seco. Todo en menos de un minuto. Haz esta junto a él, dando indicaciones dentro del set, conformado por un par de sofás, una mesita ratonera y su Tablet. Se ha abierto una cuenta especial para hacer preguntas en vivo, y Tom siente que no puede respirar bien, que necesita un tarro de cerveza y que su lengua se siente pesada.

El streaming se vuelve algo gracioso de manejar cuando las dos primeras malas palabras fluyen desde su garganta. La risa de Haz y el equipo de camarógrafos, le diluyen los nervios.

Las anécdotas comienzan, y el contador para la presentación del teaser se vuelve en una constante como una alarma en su celular. Sigue leyendo, sus ojos siguiendo la velocidad con que las preguntas en los comentarios van, hay tantos chicos de muchos países, que es extraño estar interconectado con el mundo entero. Tom se siente un poco abrumado, pero lo esconde tras sus sonrisas, dando leves sorbos de café y moviendo sus brazos hacia todos lados.

—“¿Cuánto tiempo te tomo adaptarte al papel de Peter Parker?” —. Tom sonríe, con la costumbre abriéndose paso en el interior de su pecho.  Esa pregunta podría entrar en la categoría de clásicas, mira hacia enfrente y se topa con Haz que pone los ojos en blanco en cuanto su respuesta sale —. 20 años. Nah, siempre me encanto Peter Parker. Siempre me encanto Spiderman.  He estado interpretándolo en mi cama desde que era un niño. Me paraba en el espejo haciendo las poses… — confiesa para satisfacción de Haz que oculta una risa tras la carpeta de plástico donde está el horario —…recreando escenas de las películas pasadas y de los comics. Así que he estado haciendo esto y siento que he estado preparándome para este papel desde que era un niño.

“Pero cuando estábamos en el set, tenía que hacer obviamente un acento americano, así que trate de mantener el acento mientras trabajaba, además en la preparación… —. Tom se puede sentir de nuevo como si estuviera en el set, colgado por arneses y cables, con las piernas tensas y el expandes metiéndose en lugares inapropiados, apretándole —…obviamente él es un personaje que conlleva actividad física, y se está moviendo de un lado al otro todo el tiempo, así que hice mucho enteramiento en gimnasia…

Tom ha tomado el ritmo, se ha relajado por completo, porque esa pregunta, esa en especial le ha hecho darse cuenta de una cosa. Está viviendo quizás uno de los momentos más importantes, no solo de su carrera, sino también de su vida, siendo seguido por miles de personas y perteneciendo a una de las franquicias más grandes y taquilleras del nuevo siglo. Piensa en Han Solo, en Luke y la princesa Lea.

En niños pequeños, que, como él, están teniendo un sueño, imaginando que pueden salvar no solo él día, sino las cosas que le son importantes. Todos son soñadores dentro de una vorágine de destino y decisiones.

Las decisiones nos definen.

Tom, continúa leyendo, contestando y bebiendo café que debería ser alcohol. Con el corazón acelerado y la energía de un set lleno de gente que esta iluminándole con reflectores e interconectándolo a millones de personas.

Y es por ese instante, entre el término de la entrevista y él corriendo de set a set, que ha dejado de pensar en Ryan, en su alejamiento repentino y el entendimiento de que debe de estar demasiado ocupado con la llegada de su segundo hijo como para mirar hacia otro lado.

Haz le ajusta las solapas del saco, ambos están frente al espejo de cuerpo completo del hotel, son casi las diez de la noche, la limusina no tardara en llegar.

—Estas un poco rojo —. Murmura Haz, alejándose para que Tom pueda verse por sí mismo, todo de negro y la frente perlada de sudor, se siente sofocado, a pesar de que el clima está fresco y tienen encendido el aire acondicionado de la habitación.

—Mi cuerpo aún está enfriándose de todo el ejercicio que hice con Jimmy —. Dice Tom, al recordar la pirueta que tuvo que hacer en el plato antes de quitarse su máscara y revelar su presencia. Haz asiente dando la respuesta como válida.

El teléfono suena y Haz corre.

—Debe ser nuestra limosina —. Anuncia cuando se deja caer sobre una de las dos camas sencillas.

Tom se sacude el saco, y se mira fijamente. Su rostro pecoso, su cabello algo largo y sus labios agrietados. Alza una mano hacia el frio reflejo. Tom a veces, solo a veces, se pregunta qué es exactamente lo que está haciendo, teniendo sexo virtual con un actor casado y con hijos. Besándose ocultos en una habitación, hablando por teléfono, intercambiando fotografías, guardando secretos, como un par de ladrones robando tiempo ajeno.

Tom piensa en Blake, en su cabello rubio y su destellante sonrisa. Piensa en Jaime, en su voz aguda y sus manitas regordetas, y ahora no puede evitar agregar al nuevo miembro de la familia Reynolds, familia. Familia, él tiene una familia, él tiene una vida. Es un hombre en la cúspide, lo tiene todo, ¿Qué querría de todas formas alguien como Ryan, de Tom?

“No puedo darle nada”

“Estoy entrometiéndome”

“No voy a romper su familia”

“Tengo que dejarlo por el bien de nuestras carreras”

“Esto es lo correcto”

y se vuelve un ciclo infinito, de un mantra mal elaborado, y decesos subyugados. Tom sale de ahí, con la frente en alto, la mano de Haz sobre su espalda y el peso de sus propias tribulaciones comiéndose los nudos de su corazón.

El mal presentimiento instalándose tras su nuca y el amor brotándole en la piel.

Ryan se siente lejano, como un sueño de una noche de verano. Falso e imaginario.

La fotografía para la alfombra roja de los premios le hacen ver luces destellantes que le dejan ciego de a momento. Flashes resplandecen como colisiones estelares y Tom no puede evitar sonreír ante la sensación de estar bajo un ataque de armas laser como Star wars.

Hay personas conduciéndole por la entrada principal. Haz ha entrado primero, cumpliendo su rol de asistente y asegurándose que todo marche a la perfección. Tom se pregunta realmente que podría salir mal.

Pero entonces lo ve, trae un traje gris oscuro con chaleco, la barba le ha crecido, hay canas en ella, su cabello esta pairando con cera hacia atrás y sonreí de medio lado ante los periodistas de la cadena de E NEWS. Tom se siente de pronto retrocediendo en el tiempo, dentro de una habitación del Hyde Park, y con la chimenea crepitando cerca. Se inclina hacia su derecha para seguirle lo más que puede, pero alguien le toma sutilmente del brazo para arrastrarle adentro.

Tom quiere gritar por favor que le suelten, que ha estado esperando tanto tiempo por tener una oportunidad de verle que no quiere perderla. Después recuerda los escasos mensajes, el nulo conocimiento de la participación de Ryan en los premios, porque debe de estar en una categoría diferente para que Haz no le informara. Ni que el mismo Ryan lo hiciera a su vez.

Tom de pronto se siente inútil, desamparado y dejado de lado. Se muerde el labio inferior y le da un último vistazo a Ryan.

Sus ojos se encuentran por sobre las personas.

Ryan baja los suyos.

Y algo dentro de Tom se rompe.

La puerta de acceso se cierra y el sonido de fuera queda aislado.

El momento ha terminado.

Los Ángeles deberían ser una diametral de Nueva York, Tom no lo siente así, hundido en su silla, con una sonrisa que tira de sus labios, pero no alcanza sus ojos. Haz está en una mesa diferente, con unas coordinaciones con la revista GQ, así que Tom se ve manejando conversaciones adultas con Rami Malek y Cristian Slatear sobre las últimas elecciones y su temor hacia un tipo racista y misoginia con Tremp. Tom piensa que “Dios salve a la reina” y no tener ningún tipo de altercado con autoridades en los próximos meses por su calidad de actor extranjero en tierras norte americanas.

Robert Pattinson sube al escenario, acompañado una linda chica morena que Tom no reconoce pero que tiene su vista fija sobre un sobre para la siguiente categoría, que no puede recordar bien.

Tom siente las luces del techo calientes y que la camisa le está ahogando, su piel comienza a pelarse de sudor y sus mejillas se colorean. Malek le pone una mano sobre el hombro con las cejas arqueadas, Tom apenas si puede enfocarlo.

—¿Estas bien, chico?

Tom asiente un poco, antes de negar, porque el piso se mueve, y todo se ve desenfocado. Cree que está teniendo un ataque de ansiedad, de tener a Ryan a solo unos metros. Ryan que le esquiva la mirada y pone todo su esfuerzo en ignorar su presencia. No es justo. No puede hacerle esto, no de esa forma. No ahora.

Tom se hecha hacia atrás, silla incluida, y se disculpa con torpeza, ha comenzado a tartamudear, su acento inglés sobresaliendo y sus brazos torpes cayendo laxos en sus costados. Camina rápido hacia los baños. Tiene que salir de ahí antes de que el impulso de girarse y gritarle a Ryan le gane.

No debe de hacer un escándalo. Nadie debe saberlo. Que se conocen, que hablan, que se besan y se prometen cosas como si realmente pudieran cumplirse, que se muestras pedazos de piel que el sol no toca y que él se mostrado desarmado ante Ryan, y no entiende porque la lanza sus misiles, con toda la intención de dañarles, a ambos.

Tom empuja la puerta del baño, el aire escapándole de los pulmones y los ojos picándole. Tiene que resistir, tiene que hacerlo. ¿Acaso no fue él quien decidió alejarse? ¿Tan poca resolución tenia?

¿Tan débil lo hacía Ryan Reynolds?

—Baby boy.

Tom se tensa cuando el sonido de la voz se combina con el cerrojo del seguro.

Por favor, no.

—Hey, Tom.

Tom alza el rostro, sus miradas encontrándose en el espejo.

No.

—Ha pasado algún tiempo.

Tom gira, sus brazos cruzándose sobre su pecho, se está obligando a permanecer ahí, pegado a su sitio, para no correr y saltar sobre Ryan. Ryan que tiene las cejas arqueadas y se muerde el labio inferior.

Ryan que ha estado tan lejos por tanto tiempo.

Al que le ha dedicado pensamientos inútiles por días enteros.

La razón por la que haya alejado a Haz para proteger su secreto.

Ryan, Ryan…siempre Ryan.

—¿Porque haces esto? —. Tom pregunta con la voz ronca, Ryan da un paso hacia enfrente, Tom se aleja — Yo no te entiendo. No entiendo que es lo que pretendes.

Y Tom no sabe si habla sobre ambos encerrándose en un baño público, o ellos pretendiendo cosas que no existen.

—¿Estas molesto por lo mensajes? Yo he estado un poco ocupado con la dirección de la película de Deadpool y las correcciones, nos habíamos quedado sin un director, entonces yo tuve…

Tom siente que le hierve la sangre, que no está dispuesto a aceptar excusas y la imagen de Ryan besando a Connor le quema la retina. Su cerebro se desconecta y su lengua toma el control total de sus pocas aspiraciones y su ira contenida por días.

—No, no se trata de eso, no se trata de los mensajes, o de tu ignorándome —. Tom se siente un hipócrita —. Eso puedo entenderlo, no soy un niño — Fingiendo ser maduro —. Se trata de esto —, Tom hace un circulo con sus brazos como si delimitara un área pequeña —, de ti y de mi jugando como si no existieran consecuencias. No lo quiero Ryan, no quiero ponerme celoso solo porque beses a un conductor de programa, — confiesa más molesto que avergonzado —, no quiero sentir que pierdo ante una fotografía tuya y de Blake, o que debo de entender que ahora tienes un segundo hijo y que tu tiempo esta reducido. No quiero ver las noticias sobre ti y ella siendo una pareja fuerte y amorosa, ni tus entrevistas. No quiero sentirme patético porque has disminuido la comunicación entre nosotros. No quiero esconderme sabes, no quiero esto.

—¿A qué te refieres exactamente con esto Tom? — Ryan frunce el ceño, porque no era así como se imaginaba su rencuentro, con Tom alterado y reclamos acumulados.

—Y ahora me llamas Tom — Dice, sonriendo amargamente, con el eco de la conversación de teléfono de la víspera del cumpleaños de octubre, y la esperanza de que podrían hacerlo, ambos. Esto.

—Sigues si contestarme. ¿A qué te refieres con esto? Porque déjame decirte que yo no he mentido en ningún momento. Blake, Jaime, y ahora de Inés. Si en algún momento pesaste que yo…

—¡No!

—No he terminado de hablar

—No quiero escucharlo.

—Estas actuando como un niño, deja que te explique

—¿Explicarme que, exactamente? ¿Que estas casado? ¿Que eres padre? ¿Qué hay un contrato de parte de Fox que nos impide incluso estar cerca uno del otro por medidas legales? ¿Qué sería un escándalo? ¿Qué amas a tu familia? ¿Qué me ilusione contigo? No. No lo digas, no quiero escuchar ninguna clase de excusa, porque en realidad tú no tienes la culpa. Fui yo el que creyó que había algo aquí, entre tú y yo. ¿Cómo si eso fuese posible? ¿Puedes creerlo, lo idiota que soy, lo idiota que me siento? —. Tom siente su voz quebrarse mucho antes de la última palabra. Mira el relámpago de la compresión refulgir en los ojos avellana de Ryan, mientras él se cubre la boca ¿Qué está haciendo? ¿Qué está diciendo?

—No eres un idiota Tom, yo también…

—Detente —. Tom alza sus manos, las lleva hasta sus oídos y comienza a negar —. Solo detente. Esto es innecesario Ryan. No tenemos que llegar a mas mentiras.

—¿De verdad crees que te he mentido?

Tom respira hondo, con el recuerdo de las fotos de Jaime, con los post en Twitter. Con el eco de Elvis entonando una canción en un tocadiscos mientras la lluvia de Londres absorbía las notas. Asiente lento, incapaz aun de ver más allá de su propio miedo, de los celos, de la ansiedad, del dolor, y la culpa.

—Si —. Dice despacio —. Si lo creo.

—¿Estas terminando conmigo? —Ryan pregunta bajito, con la cara descompuesta y las manos en los bolsillos del pantalón.

—¿Empezamos algo, acaso? —. El veneno destila por su boca tan fácil, que se sorprende que la voz no le titube ni un poco.

Ryan asiente pesadamente, no hace ningún intento por replicar y gira lentamente.

—Tom —. Dice por última vez

—Ryan — Y Tom no sabe si lo está llamando o se está despidiendo, pero sabe amargo.

La puerta se abre. Los sonidos de los premios llegan como el final de un hechizo. Ryan gira su cabeza sobre su hombro y le sonríe tenuemente.

—Vi cosas en ti que ni tú mismo puedes ver.

Y desaparece.

Tom siente el fallo en sus piernas. Sus rodillas colisionando contra las baldosas del baño, y sus brazos rodeándose a sí mismo. Las lágrimas fluyen en discordia.

¿Qué ha hecho?

¿Qué ha hecho?

¡¿Qué ha hecho?!

El sollozo rompe su garganta y él siente que lo ha perdido todo.

Cuando Haz le deja en la habitación, Tom se siente un poco mareado, su cabeza le punza y él quiere culpar al Whisky seco y no al llanto patético que ha tenido encerrado en un cubículo del baño de la premiación.

Su cuerpo se hunde lentamente sobre la cama y siente la calidez del cuerpo de Haz a su costado.

—Te has pasado de copas —. Le regaña, desabotonándole la camisa y empujando el saco —. Te he tenido que sacar por la parte de atrás para que ningún paparazzi anunciara tu intento borrachera a tan solo unas horas de presentar el teaser de Homecoming, así que me debes como 10 tortitas de canela caseras y hacerte cargo de la ropa sucia la próxima vez que vayamos a las cabañas de Fresno.

Tom asiente, pegándose un poco más a Haz, que acaricia su brazo con parsimonia. Esperando paciente a que esté listo para confesar. Él mismo se lo ha dicho en la limosina. El tiempo ha llegado.

—Prefiero limpiar la bañera de la cabaña que lavar tu ropa interior —. Su voz esta pastosa, y se arrastra por su ganta, Haz hace un ruido de indignación que suena a un pajarillo malhumorado.

—Esa es una acusación implícita fuera de toda regla. Mi ropa interior no es la peor cosa del mundo después de la bañera.

—Lo es —, canturrea Tom, girándose con todas sus fuerzas para subir una pierna sobre las caderas de Haz —, pero sabes, quizás tengas razón, eso no es tan terrible

—Obviamente que no lo es

—¿Sabes que es más terrible que tu ropa interior sucia? Meterse con Ryan Reynolds.

—No estaría muy seguro de ello. ¿Lo has visto en la propuesta? Esa escena cuando choca desnudo con Sandra Bullock, solo debería de haber una categoría en los Oscar a mejor trasero del año, por hombres como él. Bro.

—En realidad no es tan duro, si presionas lo suficiente podrás descubrir que sus glúteos son suaves. Pondría mi cabeza sobre su culo, solo para usarla de almohada.

—Bueno, ese un razonamiento hipotético que deberíamos de descubrir algún día.

—Te estoy diciendo que yo lo sé.

—Por supuesto Tom Borracho Holland, por supuesto que lo sabes.

Haz ríe, estirando su brazo, Tom acomoda su cabeza sobre ella y esconde su rostro en el hombro. Su cuerpo tiembla levemente, y Haz se plantea pedir agua y aspirinas para que la resaca de mañana no lo derribe. Tom no vuelve a hablar y Haz piensa que al fin ha sucumbido, demasiado agotado del día, y con solo un par de horas antes del amanecer.

—Bien, hora de quitarte ese traje y cambiarme —. Le susurra. Haz siente el agarre sobre su camisa blanca.

—Lo digo en serio.

—Pensé que estabas dormido

—Haz lo estoy haciendo justo ahora sabes.

—¿El qué? ¿No ser un borracho altamente fastidioso?

—Confesando.

—¿Confesando?

—Si. Yo me he metido con Ryan Reynolds.

—Por supuesto que eso no ha pasado, bro. Ahora suéltame para que podamos cambiarnos y dormir, estoy muerto.

—Lo digo en serio.

—No voy a caer en tus dotes de actor de nuevo.

—Tuve sexo por Skype con él, el día que escapé del tiro con arco.

—No, tu solo estás jugando una mala broma que no voy a creer

—Me he estado mensajeando con él desde que estábamos grabando la película. Por él use el pijama de Hello Kitty.

—Lo usaste porque venía en el guion y Russo lo dijo.

—Me he vestido con lencería para él.

—Tu ni siquiera tienes lencería.

—Él sabe sobre el lunar que tengo en el muslo inferior. Justo donde él tiene uno de sus tatuajes. Tengo su número celular privado y fotos de su hija Jaime compartiendo el baño con él. También tengo un par de Blake y sus ecografías, y una la sesión de su estomago de 8 meses, que Jaime me envió por accidente desde su celular. Los comics que he recibido son de parte de él. Lo he besado durante el fin de semana que pasé en Hyde Park y dije que ira a Carmen Town a visitar a Sam y Harry a la universidad. Te he mentido, a ti, a mi familia, y a todos.

—No, solo a mí. Con todo ese cuento de borracho que…

—Haz —. Tom entrelaza su mano con la de él, su rostro aun escondido en su cuello — es verdad.

—No, no lo es. Y esta broma ya ha superado su límite Tommy.

Pero solo hay silencio. Silencio pesado que le despierta las alarmas y le revoluta por los intestinos.  Su hombro se humedece y Haz siente que ya no se puede fingir más.

Los sollozos de Tom son como extractos fríos de una canción antigua de desamor.

El amanecer llega, con Tom anclado a su único faro de luz y Haz sosteniéndole en medio de la oscuridad, con los trajes arrugados, y los ojos hinchados.

Haz no dice ninguna de las cosas que se supones “¿Qué has hecho Thomas?” “Te metiste con un hombre casado” “¿Es que acaso olvidaste lo del contrato con Marvel, quieres romper las clausulas y perderlo todo? “¿En que estabas pensando?”

Haz es como un termómetro de los caros, de esos que tienen mercurio y vienen en cajita de aluminio.

Haz sabe cuándo debe de hablar, de regañar, e incluso de dar un golpe de corrección.

Haz sabe también cuándo debe de guardar silencio y simplemente esperar. Porque conoce tanto a Tom que sabe que él se enamoró.

Y ya no hay marcha atrás.

 Si lo sé, he tardado 84 años en actualizar, no tengo perdón, pueden perseguirme con antorchas y amenazarme con quemarme con leña verde, pero les recuerdo que si muero no habrá más Daddy Issues, just saying.

No, pero enserio, espero que su corazón no este roto o algo así. Pero esto, era algo que ya se veía venir para ellos, que es complicado y hay tanto en juego.

Solo les pido, tengan paciencia, tanto con Tom como con Ryan. Que a mí también me gustan los finales felices.

Besos y abrazos

YUKI-NII

 

 

 

 

 

 


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