Se dirigió a los servicios corriendo como si su vida dependiese de llegar lo antes posible. Se miró de reojo en los espejos que había justo al entrar y segundos después entró en un lavabo, cerrando la puerta con un gran estruendo.
Sí, estaba llorando. De eso de dio cuenta al notar sus mejillas humedecidas y los ojos irritados de reprimirse. Joder, como dolía. Sentía como su pecho estaba rígido, casi impidiéndole respirar.
Se sentó encima de la tapa del vater apoyando sus codos encima de sus piernas su cabeza entre sus manos. Trataba de aguantar sus sollozos pero aunque quisiera sus lagrimas salían sin avisar. Solo el silencio lograba acompañarle y entre la rabia del momento su puño se estampó contra la pared de al lado.
-¡Mierda, mierda, mierda…!-bramó angustiado -¿Por qué? Me importabas….y ahora…
Deslizó los cabellos que le caían sobre la frente hacia un lado y paso sus dedos por su cara arrastrando su llanto.
No entendía porque con lo bien que empezaban a irle las cosas había llegado a ese estado tan deplorable. O quizás sí, sí lo sabía. En parte era culpa suya, y en parte no. Pero eso ya daba igual. A pesar de que no volvería a cometer el mismo error ahora estaba en esa situación y tenía que afrontarlo. Tendría que hacerlo. Solo.
No supo cuánto tiempo paso en la misma posición, sumergido en sus más angustiosos pensamientos, hasta que algo le descoloco por completo.
-No te merece…-hablo una voz al otro lado…
-¿Qué? -pronunció el rubio que aún seguía atontado y sollozando.
-Ese gilipollas por el que lloras.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí? -pregunto de repente preocupado.
-Desde que has entrado por la puerta.
-¡Maldita sea! -mascullo -¡¿Y por qué no te largas?!
-Largate tú si tanto te molesto -dijo con una sonrisa de oreja a oreja -Estaba yo primero.
Naruto terminó de secarse las lagrimas con la mano y salió dispuesto a encararle. Golpeó la puerta contraria y al intentar abrirla se percató de que tenia el pestillo puesto.
-¿De qué vas? Eres un completo capullo ¿Sabes? ¡No tenías ningún derecho a escuchar! ¡Deberías irte al puto infierno! -bramó más que furioso.
Se sentía de alguna manera descubierto. Él no tenía ningún problema en llorar y desahogarse, pero siempre a solas. Si tenía que hacerlo nadie iba a verle, solo su propia presencia iba a ser testigo. Ahora que un completo extraño y sin él pretenderlo hubiese entrado en esa privacidad que tanto apreciaba le había hecho saltar.
De repente la puerta se abrió y apareció el testigo de todo el escándalo.
–-¿Me llamabas? -pronunció una voz grave que salia de la boca de un chico pelinego.
Naruto se quedo estático callando de repente.
–-¿Qué? ¿Ahora ya no eres tan gallito? -dijo con cierta burla.
–-¡Bah! No vales la pena -sentenció
El chico moreno le cogió por el cuello de su camiseta y lo estampo contra la pared.
–-Que estés jodido no te da derecho a hablarme de ese modo -sus afilados ojos negros colapsaron con los azulados del rubio -Que ese tipejo te haya roto tu corazoncito…-entreabrió los labos enseñando media sonrisa -No te da derecho a dirigirme la palabra siquiera.
-¡Suéltame! -masculló con fuerza -¡Bastardo!
-¿Qué acaso no me has entendido? ¿Eh? -aflojo el agarre y terminó por soltarlo -Tú si que no vales la pena. Montando ese numerito infantil.
Naruto le observó distante y rabioso.
-Que sabrás tú -el moreno volvió a mirarle con su mirada penetrante, la cuál no dejaba de ser inquietante para Naruto -No tienes ni idea.
-Típica excusa de alguien como tú -sentenció volviendo a dejar a Naruto a cuadros.
-¿Qué? -le salió sin saber muy bien a que se refería o si solo lo había dicho para burlarse de él.
-Que eres un pardillo tio -se encogió de hombros.
-Me llamo Naruto, idiota -contesto ofendido.
-¿Y a mi qué?
El rostro de Naruto aún rojo por como había estado llorando y completamente serio y en el fondo exasperado apretó su mandíbula. Negó con la cabeza.
–-¿Me vas a pegar? -indagó el otro al ver que Naruto no actuaba ni le contestaba.
Se oyeron pasos al otro lado de la puerta y el moreno audaz cogió del brazo al rubio tirando de él hacia dentro de uno de los servicios. Naruto que enseguida protestó callo de repente cuando el moreno puso su mano encima de su boca.
-¡Shhh! -permanecieron pegados el uno al otro. Naruto pasmado con sus ojos cielo mirando los contrarios.
El intruso que había entrado se lavo las manos y después también se dirigió a uno de los servicios. Fue entonces cuando el moreno quitó su mano. Naruto no gritó, ni hizo el más mínimo sonido. El pelinegro por su parte solo mostró media sonrisa y se acerco al máximo a él , hasta así pegar sus labios a su oreja.
Naruto no le respondió, simplemente siguió en la misma posición. Él de ojos negros se separo sutilmente.
Cuando se volvió a oír la puerta y después el estruendo y aviso de que ya había salido y no quedaba nadie más que ellos dos. El pelinegro suspiro.
-Por poco y nos pilla ¿Eh? -rió por lo bajo.
-¿Pero qué dices? ¿Nos pilla qué? Solo era un puto tipo que quería mear.
-Y algo más que mear -agregó convencido.
-¿Eh? -alzo sus cejas.
-Tú eres uno de esos novatillos que no pillan nada -negó con la cabeza.
-¿De qué estás hablando?
Se volvieron a oír pasos y el moreno simplemente puso un dedo en su boca indicándole al rubio que guardase silencio. Los pasos se volvieron más y más fuertes hasta que sin previó aviso, como si de un impulso involuntario se tratase, el moreno salió disparado y cerró la puerta de entrada hacía adentro con el pestillo.
-¡¿Estás loco?! -casi grito -Cuando se den cuenta que hemos cerrado la puerta nos la vamos a cargar.
-No sabrán quién ha sido -comento dirigiéndose hacía la ventana -Vamos a pirarnos.
–-¿Vamos? -gruño -Ah no, ni borracho. Encima...¿Para qué vamos a largarnos? Yo no he hecho nada.
–-Pero yo sí.
El moreno se había subido encima de los azulejos del lavabo para después hacer fuerza para abrir la ventana que estaba más arriba, hasta que por fin logró abrirla.
Naruto al verlo desde su perspectiva se fijó con más detenimiento en como vestía.
Sus pantalones vaqueros desgastados y agujereados dejaban poco a la imaginación. Llevaba una camiseta negra manga corta con los botones desabrochados hasta casi la mitad de su pecho. En el antebrazo lucía un tatuaje que a pesar de no apreciar exactamente lo que era no pasaba desapercibido.
Sus miradas volvieron a encontrarse y entonces el rubio reaccionó.
-¿Qué es lo que has hecho? -pronunció desviando la mirada algo cohibido.
-Ahora no -le indicó con un gesto que subiera.
-Ni siquiera sé tu nombre -se quejo.
-Sasuke -dijo deslizándose por la ventanita -Y ahora sube o te dejo aquí y no me responsabilizo de lo que te pase.
Naruto subió y cogió la mano que le tendió Sasuke. Saltaron logrando salir sin ningún contratiempo a la calle que daba desde los servicios.
-¿Y ahora qué? -pregunto el chico de ojos azules fastidiado de no enterarse de que pasaba.
-¿Naruto, verdad? Mira no puedo explicártelo todo pero tendrás que confiar en mi.
-¿De qué va todo esto? Tú ni me conoces. Yo no te conozco.
Sasuke le interrumpió.
-¿Vas a hacer lo que yo te diga? -cuestiono sabiendo de sobras la respuesta que le daría.
-No -contesto tajante -Muy bien, ya hemos salido como dijiste. Ahora yo me voy y tú te piras por otro camino.
-¿Acaso tienes algo importante que hacer? ¿Como por ejemplo irte a lloriquear a todo lado? -Sasuke rió y Naruto casi estampa su puño en su cara , pero el moreno le paró con su mano antes que pudiese tocarle.
-Estoy más que harto de tus bromitas…-le miraba desafiante, furioso -Y no estoy se humor.
-Sí, de eso ya me dí cuenta. Por eso es tan divertido picarte – añadió -Eres muy predecible y te picas por nada.
-Porque me cabreas -bufó y le dio la espalda empezando a andar calle arriba.
-¿Te vienes a mi casa? -Sasuke le observo mientras caminaba.
Definitivamente no estaba nada mal. Había encontrado un pequeño bombón sin pretenderlo. Chico rubio, ojos azules como el cielo, seguramente de su misma edad o similar. Cara un tanto aniñada, cuerpo delgado, como a él le gustaban. Llevaba un pantalón vaquero azulado y una camiseta naranja que a pesar de no ser provocativa, en su cuerpo quedaba demasiado sexy.
-No gracias, ya tengo la mia -contesto imitando el tono con el que Sasuke solía contestarle cuando quería molestarle.
-Hey ¿Y qué harás? ¿Echarte en la cama pensando en lo jodido que estás? -bingo, había vuelto a dar en el clavo.
Naruto se paro en seco y hecho la vista atrás. Sasuke estaba de pie a unos cuantos metros.
-¿Queda muy lejos tu casa? -Sasuke sonrió.
-Que va. Esta a unos 5 minutos a pie. -camino hasta donde estaba Naruto -al final no te has podido resistir ¿Hm?
Naruto le dio un codazo y ambos emprendieron la marcha.
Era de noche. Una noche ni muy fría, ni muy calurosa. La verdad era la típica noche ideal para salir por la calle. Tan solo soplaba una leve brisa, que ayudaba a refrescar un poco el ambiente.
-Y dime...¿Que hacía un chico como tu en un pub como ese? -preguntó rompiendo el silencio que se había formado.
-¿Qué quieres decir con un chico como yo? -recordó todo lo que le había ocurrido -Nada, pasar el rato.
-No sé...Se te ve buen tio. No pareces el típico de ir a esos lugares, ya me entiendes.
Naruto hizo una mueca de desagrado.
-Pues no, no te entiendo. Es solo un sitio donde la gente va de marcha, a despejarse un poco ¿No?
-¿Eso crees? Si va a resultar que en verdad eres igual de inocente como aparentas.
-¡Oye! ¡Deja ya de meterte conmigo! -gruño.
-Pero si era un piropo, tonto -se paro enfrente de una puerta -Va, que es aquí. El piso de arriba -le señalo con un dedo.
Subieron la escalera hasta llegar a una explanada en donde había varias puertas. Sasuke saco una llave de su bolsillo y abrió la 2-A.
-Entra -dijo encendiendo la luz de la entrada -No es muy grande, ni nada lujoso. Es lo que hay, no puedo permitirme otra cosa por ahora.
Naruto trato de observar cada detalle. Desde la entrada había un pasillo donde daba a varias habitaciones, una de ellas la cocina, más adelante el salón en donde entraron y se imagino que al fondo estaban las habitaciones.
-¿Te traigo algo de comer o beber? -Naruto negó con la cabeza -No seas tímido, que a mi me da igual, Tengo de todo.
-Bueno...lo mismo que tú pues… -lo cierto era que estaba algo nervioso.
Había tenido un encontronazo con un desconocido en unos lavabos cualquiera y de repente se encontraba en el salón de su casa. Y no solo eso, estaba empezando a sudar.
-Siéntate que te traigo algo. -Sasuke se fue hacía la cocina, momento que Naruto aprovecho para inspeccionar mejor la zona.
Tenía un espacioso y grande y cómodo sofá color carmín. Delante una mesita de cristal y rodeando las paredes un par de estantes llenos de discos y libros antiguos.
-Toma -le tendió un vaso ancho con un liquido oscuro dentro.
-¿Qué es? -Naruto observaba el vaso con desconfianza hasta que le dio un pequeño sorbo despacio.
Sasuke se hecho a reír al ver la cara de disgusto que puso Naruto.
–-Es whisky y del bueno por cierto. ¿Demasiado fuerte para ti? -Naruto dejo el vaso encima de la mesita -Debí suponerlo. A mi me encanta lo fuerte.
-¿No piensas contarme lo de hace un rato? -dijo cambiando totalmente la conversación y aún curioso por lo que había pasado.
Sasuke dio un largo sorbo a su vaso y también lo dejo encima de la mesa. Se acabó de desabrochar la camisa que llevaba y la dejo apartada a un lado.
-¿Te lo cuento y te acuestas conmigo? -cogió sitio en el sofá a escasos centímetros del rubio. -¿Que dices?