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Finalmente, luego de las que parecían interminables filas de autos, logro llegar a su trabajo, una de las múltiples instalaciones de Corporación Capsula el “Red Ribbon”, encargado de la automovilística y de algunos talleres repartidos por todo Japón. Dejo su auto enfrente del gran edificio de unos 18 o 10 pisos de cristales azules y bordes blancos. Salió a paso rápido de su auto, dejándole las llaves a un hombre uniformado para estacionarlo en las plantas bajas del lugar. Las puertas de cristal se abrieron automáticamente, sintiendo en todo su cuerpo el aire gélido acondicionado, refrescándole un poco su cuerpo.
-Buenos días Señor Vegeta. –Saludo la secretaria, dando una leve reverencia a su superior.
-Buenos Días, Susana. –Saludo en aquel tono frio y serio de siempre, llegando a una de las paredes del edificio para tocar le botón hacia arriba, esperando con algo de impaciencia mientras golpeaba la suela de sus zapatos el suelo, creando esa cacofonía algo molesta.
Finalmente el elevador llego a la planta donde estaba esperando el azabache, la puertas se abrieron dejando ver a un par de gente que esperaba su próxima parada. Todos los del elevador saludaron formalmente a su jefe, mientras este solo hacia un ademan con su cabeza, parecido a una reverencia. Las puertas se cerraron a espaldas de Vegeta, empezando está a ascender hasta uno de los últimos pisos, donde Vegeta y un joven de cabellera blanca y una piel algo morena, de ojos morados y una sonrisa dejaran el elevador y empezaron a caminar por el suelo alfombrado, las paredes de madera refinada el tejado iluminado y los recuadros de Vegeta y de este hombre.
-Buenos días señor Vegeta. ¿Listo para la junta de hoy? –Cuestiono el hombre con un portafolio en sus manos mientras caminaba a la par de Vegeta.
-Siempre lo estoy Wiss, me sorprende que me preguntes eso cada vez que vamos a una junta. Firmaremos lo que nos convenga a nosotros y posteriormente se retiraran. Tengo que Traer a Trunks del colegio para darle un buen corte a ese cabello. –Afirmo Vegeta acercándose más a la sala de juntas, se arregló el saco y estiro su corbata mientras le entregaba su maletín a Wiss
-Como ordene. –Respondió el más alto tomando con agilidad el maletín entre sus dedos y el portafolio en otro.
Vegeta como siempre, entro con aires de superioridad, aspirando aquel aire de oficina característico de ese lugar. Eran unos ventanales por toda la pared de atrás unidireccional desde adentro, la mesa ovalada y extendida con varias sillas giratorias en los bordes de este, lleno de gente que esperaba a Vegeta sentados y otros tomando un poco de café en la máquina, al fondo en la otra punta de la mesa, estaba el escritorio de Vegeta a pegado a la rotonda de madera de color opaco. Rápidamente todas las personas de trajes elegantes, hombres y mujeres, se levantaron e hicieron reverencia l notar la presencia de Vegeta.
-Siéntense. –Ordeno Vegeta a las personas para que estas se sentaran y empezaran a revisar sus computadoras, gráficas y paginas esparcidas por la mesa.
Vegeta rápidamente tomo asiento en su escritorio, Wiss se colocó en la silla más próxima a Vegeta, la primera a su izquierda, abriendo el maletín de Vegeta para empezar a pasarles expedientes y carpetas de colores amarillos y naranjas.
-Bien, la junta de hoy a las 10:30 toma sección ene l edificio Red Ribbon, para dar asuntos con respecto a la vente de automóviles y aparatos electrónicos del hogar. Esta junta se hace 2 veces por mes, siendo esta la primera de dicho mes Agosto 3 del año 2098. Están presentes los corredores de bolsa de las oficinas, el personal altamente calificado, el Señor Wiss y el Jefe de Red Ribbon, Vegeta Sayán. –leyó Vegeta levantándose de su escritorio para empezar a decir en un tono serio el expediente. Finalizando lo cerro y volvió tomar asiento, colocando sus codas en la mesa para tapar con sus manso su boca darle paso al siguiente.
La junta dura aproximadamente 2 horas, dándose como finalizada a las 12:30 de la tarde, hora para ir y almorzar. El personal pasaba agradeciendo a Vegeta y teniendo una charla de no más de cinco frases que intercambiaban entre ellos. Wiss termino de ordenar los expedientes de Vegeta, entregándoselos en su maletín nuevamente arreglado.
-Gracias. –Agradeció en su tono frio mientras salía de la oficina con Wiss como siempre atrás de él. Ambos se adentraron ene le elevador, completamente solos de lo que sería el personal que quedaron arriba de ellos.
-Por cierto, muy buen trabajo con la junta de hoy. Estos meses la producción aumento un 20% a comparación del mes de Julio. –Decía Wiss sonriéndole levemente al más bajo.
-Lo sé. Es por el nuevo personal que contrataste. Eso y el aumento de corredores de bolsa nos ayudó para mantener la financia más segura. –Explico el azabache mientras se retiraba sus guantes blancos de sus suaves manos. –Iré a comer al restaurante nuevo. ¿No vienes? –Pregunto el azabache sonriéndole levemente a Wiss.
-No, lo siento señor, pero… traje mi almuerzo y le prometí a mi hermana Vados que comeríamos juntos hoy, recuerda que la última vez se enojó por que la deje sola. –Rio suavemente Wiss, haciendo que Vegeta torciera sus labios a una sonrisa.
-Hm… Todavía lo recuerdo, casi me tira el refresco en mi saco nuevo, mi esposa me hubiera matado. –Rio Vegeta saliendo del elevador con Wiss detrás.
-Por cierto… ¿Ya arreglo el asunto del divorcio con su esposa? –Pregunto, haciendo que los pasos del azabache se frenaran automáticamente, este agacho levemente su cabeza, mirando por breves segundos el suelo. –Lo lamento, no era le momento para preguntarle eso. –Se disculpó haciendo una reverencia.
-No… Está bien. –Todavía no se lo he dicho, pero nuestra relación no va a nada, será mejor que se lo diga en una semana, el 10 de Agosto, para que tenga el mes para pensarlo, me quedare con cierta parte de los edificios pero ella tendrá la ventaja… Es lo mejor para ambos. –Respondió mirando por arriba de su hombro con su ceño serio
-Me parece razonable. –Dijo Wiss girando sobre sus talones para irse al comedor a mano izquierda.
Vegeta se quedó parado un par de segundos más, avanzo nuevamente a las puertas de cristal corredizas, abriéndose estas rápidamente, mirando nuevamente su lujoso auto estacionado en la parte de afuera con la persona que horas atrás se lo había encargado. El hombre le dio las llaves, dejando a Vegeta solo nuevamente. Suspiro pesadamente y abrió el auto, tirando la maleta en la parte de atrás mientras este se subió a su auto.
Rápidamente tomo la autopista a las carreteras más amplias de la ciudad, se adentró en una de ellas, tomando el carril izquierdo como siempre lo solía hacer. Su mano estaba en el volándote y la otra apoyada en la puerta, escuchando un poco las sintonías de la radio. Una fila de autos no se hizo esperar, atrapándolo en un pequeño embotellamiento en la carretera. Mientras mantenía su semblante serio como de costumbre empezándose a irritar por las personas que sonaban sus bocinas para que el de al frente avanzara, como si eso fuera suficiente para hacer avanzar los autos, su teléfono empezó a sonar en el asiento de al lado. Giro levemente su cabeza para mirar la llamada de un número perdido, una serie de dígitos y letras, pero no números.
-Hmp… Qué curioso. –Dijo Vegeta regresando a su posición original, ignorando completamente el sonido de su teléfono sonar y vibrar, moviéndose levemente en el asiento. Luego de unos segundos este se acallo, dejando ver un mensaje de “Llamada Perdida” en la pantalla de su teléfono.
Varios segundos pasaron para que el mismo número volviera a llamar, empezando a asustar levemente a Vegeta. Tomo su teléfono y deslizo su dedo para contestar la llamada, dejando que el número apareciera un poco más grande en la pantalla y que los segundos empezaran a correr. Acerco el teléfono a su oído, para escuchar una leve estática seguido de un leve sonido ronco cual ronroneo, que fue el encargado de causarle un escalofrió.
-¿Ho-hola? –Pregunto algo titubeante Vegeta sin perder la vista del frente.
-Escucha con atención mis instrucciones, Vegeta. Sé quién eres, se lo que haces, se exactamente lo que estás haciendo en este preciso momento. –Se escuchó al otro lado la voz decodificada, la cual cambiaba brutamente de aguda a una grave y ronca. –Sé que ahora contestaste mi llamada a las 12:40pm mientras la primera no lo hiciste, te costara levemente Vegeta, iras al nuevo restaurante para tu almuerzo, vienes de una junta de Red Ribbon sobre los ingresos y los nuevos corredores de bolsa que tu compañía ha obtenido. ¿Me equivoco? -Pregunto, haciendo que Vegeta titubear levemente si contestar o no.
-Sí, es cierto. –Respondió finalmente Vegeta, apretando con más fuerza el volante.
-Bien, justo ahora estas en el puente Kioto, en medio de un embotellamiento que nosotros mismos creamos con el sistema de semáforo, ahorita mismo, el semáforo cambiara al verde a tu favor. Escucha con atención mis instrucciones, iras hasta Shinyuku otra vez, en el semáforo esta la opción de girar en “U”. –Ordeno. Rápidamente Vegeta cambio de velocidad y empezó a avanzar con algo de miedo pero a la vez seguro. –No intentes hacer nada, hay autos a metros tuyo que te siguen, puedo ver todo lo que estás haciendo, todo lo que puede hacer. Se lo advierto Señor Vegeta, si hace alguna estupidez, su familia lo pagara caro. –Eso toco el vaso, haciendo que la cólera y el miedo se derramara levemente, estaba entrando en pánico, sus manos sudaban y sus pies temblaban levemente, su cara se puso pálida y su sudor era helado.
Finalmente tomo su turno para girar el auto en U y empezar a moverse por el siguiente carril, miro su retrovisor viendo como dos autos de vidrio blindado color opaco, incapaz de ver los de adentro. Rápidamente aumento un poco la velocidad, con la llamada todavía al tanto, el sonido del respirar del otro le daba escalofrió, sentía que lo estaban apuntando con un arma y en cualquier momento dispararía.
-Ya estoy en Shinyuku. –Dijo Vegeta en plena carretera
-Está bien, tome la segunda carretera a la derecha. -Ordeno nuevamente esa voz, haciendo que Vegeta asentara levemente.
Por segundos, llevo sus dedos a la pantalla del teléfono sin separar el teléfono de su oído, tratando de que la llamada quedara minimizada permitiéndole llamara a otra persona en busca de ayuda, pero alguien era mucho más rápido que él.
-Ni se te ocurra hacerlo Vegeta. –Dijo la voz con una risita de fondo.
-¡¿Cómo diablos lo supo?! Maldición…. –Pensó Vegeta con pavor y miedo.
-Mantenga sus manos donde pueda verlas, gire a la derecha. –Ordeno. Vegeta solo obedeció, colocando con firmeza su mano izquierda al volante y su derecha en el oído, donde la podía ver, girando a la derecha a uno de los barrios pobres de Shinyuku. –Avanza hasta donde se le permita, luego gire a su derecha. –Vegeta rápidamente siguió las instrucciones del hombre, empezaba a sudar más de lo que ya estaba, miro nuevamente en el retrovisor, aquellos dos autos lo venían siguiendo desde que salió de Kioto, lo más seguro eran las personas que lo trataban de secuestrar. –No mire a atrás a menos que yo se lo diga. –Dijo nuevamente, obligando a Vegeta a ver a su frente.
En unos segundos, Vegeta giro a su derecha, encontrándose con un callejón sin salida con un carro aparcado con las luces encendidas, era el único que su cristal no estaba blindado, se miraba perfectamente como nadie estaba dentro de este. Trago fuerte un poco de saliva que paso por su garganta con dificultad, mientras apretaba con más fuera el volante y pisaba freno.
-Bien, apague su motor y quite el seguro de todas las puertas. No haga nada, lo mantengo vigilado. -Informo nuevamente el hombre. Vegeta rápidamente colgó la llamada, tocando un botón del teléfono entre sus piernas, escondiéndolo de los secuestradores mientras que con la otra mano empezaba a hacer lo que le habían pedido. Mientras apagaba el motor, rápidamente saco el chip de su teléfono y la memoria SD, para guardársela en su calcetín. Luego dejo su teléfono en la silla a la par para abrir las puertas de su vehículo, esperando a lo peor.
Rápidamente unos hombres corpulentos con pasamontañas empezaron a aparecer saliendo de los vehículos, todos armados y unos con esposas y una venda. Uno de ellos se adentró más que los demás, abriendo de golpe la puerta de Vegeta para tomar su arma y recargarla, apuntándole a la cabeza de Vegeta.
-¡Rápido! ¡Muévete! –Gritaba el hombre a Vegeta, quien subió sus manos a la cabeza y salió rápidamente del auto, siendo levemente empujado por este.
Otro de estos, el más corpulento de todos lo tomo de la nuca, estampando su cara a un costado del auto, separando sus piernas y colocando sus manos con mucha facilidad detrás de su espalda. Vegeta intentaba escapar, pero aquel hombre era demasiado fuerte, tanto asi que se le era imposible hacer algo. -¡No te mueves! –Advirtió nuevamente el hombre con la pistola en mano amenazando a Vegeta. El otro Hombre seguía atando con las esposas a Vegeta, revisando y palmando por encima de su ropa en busca de armas o billetera. Se encontraron con dicho objeto de cuero, decomisándolo al instante. Rápidamente el hombre lo tomo de la cabeza para colocarle las vendas sin previo aviso, haciendo que la tela chocara con sus ojos que estaban paralizados por el miedo.
-¡Vamos! ¡Camina! –Amenazo una nueva voz, un poco más dulce y menos ronca que las demás, obligando a Vegeta a avanza por sus pasos tambaleantes hasta lo que pensó que era el auto que vio hace unos minutos.
Sintió como el hombre detrás de él se detuvo, jalándolo de los hombros para que Vegeta se detuviste, el sonido de la cajuela abrirse se lo confirmo. Hoy Trunks regresaría caminando a casa. Intento patalear, gritar y todo lo que se le Hera posible, pero rápidamente un golpe al costado logro sacarle las fuerzas, dejándolo vulnerable. Lo metieron en la cajuela y subieron al auto.
-Bien chicos, lo logramos. –Dijo el hombre adentrándose al auto, mientras el resto se adentraba a los demás autos, dejando el de Vegeta varado con las ventanas y puertas cerrados, obviamente que estas también tomaron sus pertenencias mientras que secuestraban a Vegeta. Rápidamente los tres autos dejaron el callejón y avanzaron a toda velocidad por las calles hasta llegar a la carretera, a un rumbo desconocido.
CONTINUARA….