13 de febrero de 2015
Viernes
Mañana es día de San Valentín y bueno, desde la última vez que escribí aquí hasta la fecha, estoy de novio de alguien. Él es realmente guapo y de los mejores atletas del Instituto, su nombre es Seung Bae Hyo. Lo más importante de esto es que mis amigos ya saben acerca de mis preferencias y me aceptan, no hay temor de ser descubierto o ser rechazado por ellos.
Aún no hemos planeado que hacer para el día de mañana aunque lo más conveniente, es algo improvisado y que ambos disfrutemos.
14 de febrero de 2015
Sábado
Bien, ya es San Valentín y estoy que muero de los nervios, es el primer 14 de febrero que paso con Bae Hyo, no sé qué obsequiarle o sólo pasar el día con él. Jamás creí pasar este día con pareja, pero ha de ser hermoso o eso es lo que dicen. “Dicen”.
Compañeras de clase y de otros salones hicieron pequeños stands alrededor del gimnasio en donde vendían globos, tarjetas, tartas, cupcakes y más cosas alusivas al día. También había juegos típicos de feria.
Me siento obligado a comprar algo para Bae Hyo, al menos un detalle algo pequeño, alguna caja con chocolates o un pastelillo, no lo sé, echo un vistazo a todos los stands y me encuentro con una pequeña caja color roja con la tapa blanca y con dibujos de pequeños corazones rojos atada con un lazo rojo, en su interior hay un chocolate en forma de corazón, que ocupa casi todo el área de la caja. Hago el intento de tomarlo pero accidentalmente mi mano está sobra otra, “¡demonios! Alguien también ha decidido tomarla”. Giro mi cuerpo para ver quién es el estúpido que quiere robarme el regalo para Bae Hyo y decirle que la he visto primero pero, ¡oh, sorpresa que me he llevado!, la sangre se me va hasta los pies y quedo atónito. ¡Es Onew! Y ya no luce como la última vez que lo vi, ahora está más alto, nuevo corte de cabello, viste de forma elegante, y ¡está delgado!, ya no es el mismo de hace mes. Él sonríe, como sólo él sabe hacerlo… ¡maldito! ¡Te odio a ti y tu estúpida sonrisa!
-Hola- ladea la cabeza y me lanzó una mirada y luego a la pequeña caja que estaba sobre su mano – ¿ibas a comprarla? - ¿cómo que “iba”? voy a comprarla, para mi novio… ¿novio?, olvidaba que era para él.
-¡Voy a comprarla!- hago el intento de arrebatársela pero este estira el brazo hacia arriba, evitando que la alcance. Maldigo el momento en el que creciste - ¡Devuélvemela! – me ha irritado y me limito a cruzar los brazos sobre mi pecho y desviar la mirada, intentando buscar de manera desesperada algún otro stand que venda cosas interesantes o es que…
-¿A quién vas a regalársela?- el tono de su voz fue de curiosidad- ¿alguna novia?-.
-No te interesa- dije sin mirarle a los ojos, aún con mi vista en el resto de los stands.
-Anda, dime…- se puso frente a mí, bloqueando mi visión. Creo que demasiado cerca como para poder sentir su respiración y percibir ese aroma a lavanda que despedía de sí-.
Un cosquilleo en la zona de mi estómago se originó a partir de que lo vi y se intensificó al momento de haberse acercado tanto, ¿qué me pasa?, ¿ya no amo a Bae Hyo?, ¡Te odio Jinki!
-¿mhm?, ¿me lo dirás?- sonrió. No lo hagas más difícil, por favor-.
Desvió la mirada. Creo haberme sonrojado, sentí las mejillas arder- n…no, no te lo diré- ¿por qué tartamudeé?, no debe ponerme nervioso. Ya no estoy enamorado de él… ¿o sí?, y jamás dejé de amarlo… - ¿a qué has venido?- pregunté para desviar el tema.
-¿cómo que a qué? A verte.- <<¿eh?, ¿qué has dicho?>>-
-¿perdón?- hay una gran confusión en mi rostro.
-Sí. Te eché de menos todo este tiempo. Perdón por no haberme despedido - bajó la mirada. Realmente se le veía avergonzado-.
Al escuchar lo que dijo, el recuerdo de él masturbándose en el cubículo mientras pronunciaba mi nombre llegó a mi cabeza e hizo que me avergonzara y evitara hacer contacto con su mirada.-y, bueno…- intenté disimular la vergüenza y distraer a mi mente- ¿en dónde estuviste?
-¡Ah!, si… -rascó su nuca. Sonrió- tuve que viajar a Inglaterra a hacer algunos deberes y no creí que me tomaría tanto tiempo- su rostro ensombreció.
-Vaya… - dejé salir un suspiro- y, bien,… ¿hubo algo de diversión? O la pasaste aburrido entre papeles.- bufé.
- Un poco de todo, pero más de lo segundo. En verdad, jamás creí que ir a ayudar a mi padre con los negocios fuese tan agotador. Ahora comprendo porque siempre que nos visita, nada más desea descansar y relajarse.- caminamos uno a lado del otro mientras me cuenta lo que hizo durante su estancia en el país y yo lo que ha sucedido en la universidad durante su ausencia. Obvio, he omitido el hecho de tener novio. No encuentro importante que lo sepa…
Después de la larga y amena charla mientras recorríamos cada rincón de la universidad, lamentablemente tuvimos que despedirnos, ya que Onew debía asistir una reunión con su padre y yo, pues, estar con alguien de nombre Seung Bae Hyo.
Decidimos ir a un restaurante a cenar, uno muy adecuado para el día. Era un lugar hermoso, parecía una cabaña en la playa, todo de madera además de tener terraza con vista a toda la ciudad. Linternas de papel y en forma esférica colgaban del techo con luces dentro, velas en el centro de cada mesa, flotando sobre el agua dentro de cilindros de cristal y alrededor de estos, pequeñas flores de colores monocromáticos. Bastante romántico.
Nos fuimos a una de las mesas que se encontraban en la terraza, nos apetecía ver la ciudad de noche con las pequeñas luces de colores como si fueran estrellas sobre la tierra.
Grande fue mi sorpresa al encontrarme con Onew en la mesa al lado opuesto de donde nos encontrábamos y al parecer estaba solo. Para mi suerte no me vio y decidí sentarme dándole la espalda.
Ambos pedimos espagueti y vino tinto para acompañar. La cena a la luz de las velas fue bastante amena y romántica, otros le llamarían cursi pero a mí me gustó y mucho. Casualmente nos tomábamos la mano y nos lanzábamos miradas coquetas…
-¿Tienes frío?- preguntó Bae Hyo. Supongo notó que comencé a tiritar. Asentí levemente.- ¿Nos vamos a un lugar más cálido?- me sonrió de la forma más tierna que jamás le vi en todo el tiempo que lleva la relación. Me derritió completamente.
-Está bien.- salimos del lugar sin antes pagar por lo que consumimos. Vi de reojo hacia la mesa de donde se encontraba Onew y sí, aún estaba ahí, perdido en la copa de vino que no dejaba de mover y aspirar su aroma, mientras su mirada se dirigía hacia la ciudad y luego de nuevo a la copa; al parecer notó que alguien lo observaba por lo que su vista se dirigió hacia donde estaba pero caminé más rápido de lo que él pudo alcanzar a verme. Suspiré aliviado, ese día yo estaba vestido muy diferente a lo que regularmente lo hacía: traje negro hecho a la medida, camisa blanca y zapatos de charol, también negros. Así no podría reconocerme…
De ahí nos fuimos a una cafetería, con un diseño similar al restaurante en donde minutos antes habíamos estado. Nos fuimos a una de las mesas que se encontraba en el rincón y pedimos dos americanos, conversamos un poco y decidimos continuar la cita viendo una película. Como era de esperarse, una romántica.
Lloré, me abrazó para brindar consuelo y al mismo tiempo lloró conmigo, casualmente nos dimos besos cortos y sujetó mi mano cuando había escenas tristes. Saliendo me acompañó a casa y se despidió de mí con un beso prolongado que me llevó hasta el sol y al mismo tiempo me dejó en tierra.
Y así terminó mi día de San Valentín…
15 de febrero de 2015
domingo
Un domingo como cualquier otro, estuve todo el día viendo lo que encontrara en el televisor, comiendo cualquier cosa que había en el refrigerador o en la alacena. El outfil del día fue: pijama en dos piezas, en color azul rey y con dibujos de perritos, conejos y caballos además, unas pantuflas de perritos.
Como cada domingo…
Mientras continuaba buscando algo bueno para ver, el timbre de la casa sonó. Apagué el televisor y fui a ver quién era, pero ¡vaya sorpresa que me llevé al abrir la puerta!
-Onew, ¿p-pero qué haces aquí?- hoy estuvo más guapo que cualquier otro día: suéter gris con únicos tres botones en la parte superior y debajo de este, una camisa blanca con cuadros negros y sobre estos, líneas rojas; pantalón de mezclilla azul grisáceo, botines negros casuales, abrigo de lana largo también en color negro; una bufanda roja alrededor del cuello y el cabello un poco desarreglado y con ligeras ondas. Ligeramente mordí mi labio inferior.
-Vine para invitarte a salir- ¡Joder! Esa sonrisa que me vuelve loco apareció de nuevo.- ¿Aceptas?-, creo que ignoró la pinta que tuve.
Esa sonrisa mezclado con el outfit lo hicieron jodidamente atractivo,- pero… como verás… hoy no tengo planeado salir- me señalé para que viera mi ropa aunque, al parecer no le importó porque me tomó de la muñeca y fue a llevarme hasta mi dormitorio, abrió la puerta del baño y me metió- ¿qué ha…?- antes de que pude terminar la pregunta, cerró la puerta del mismo.
-Te das un baño mientras, preparo lo que vas a usar y sin peros- no tuve más opción que obedecerle.
Después de 20 minutos salió con una toalla atada a la cintura y otra más con la que frotaba mi cabello para secarlo.- Ahora que… Onew- su nombre salió casi en susurro. Entre sus manos sostenía un pequeño ramo de rosas rojas y detrás de este se asomaban un par de pequeños y brillantes ojos marrones.- P-pero…
-¡Tengamos una cita!- corrió hacia a mí y me rodeó con ambos brazos, sin importarle que estuviese aún mojado- anda, vamos…- dio brinquitos y movió ligeramente mi cuerpo- hace mucho que no salimos.- Se apartó y puso las manos sobre mis hombros-, ¿Qué dices? ¿Si? Está bien, ¡vamos!- no me dio tiempo de responder, dejó el ramo sobre la mesita de noche y que extrañamente ya había un florero con agua hasta la mitad, me entregó la ropa que había preparado para que usara y salió de la habitación.
Salí de la habitación y no lo vi en la sala pero el sonido de un claxon me hizo salir a ver y ahí estaba, en un Cadillac CTS Coupe modelo 2014 si, lo sé, cabe mencionar que una de las cosas que me gustan son los autos. Quedé en shock. – Pero Onew…- dije, después de haber cerrado la puerta a mis espaldas.
-No digas nada y entra- abrió la puerta del copiloto y me hizo la seña con la mano para que me acercara- no muerdo…- sonrió de lado.