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Criaturas Nocturnas (Especial mes de Halloween) por kina_chan

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Notas del fanfic:

Serie de One Short que se me ocurrio para este mes de Halloween, espero les guste. Es mi primera vez escribiendo fantasia. 

Notas del capitulo:

Muy bien, empezamos el mes de octubre con esta nueva serie de One Short para celebrar Halloween :D! Espero les guste!

 

El frio era su viejo y mejor amigo, la soledad su hogar y la oscuridad su modo de vida. Vivir más de cuatrocientos años traía como consecuencia vivir una vida monótona y aburrida. Los días pasaban como un reloj de tiempo que se debía apreciar para los humanos, mientras que para los vampiros los días no tenían ningún valor en específico.

- Eric Adams- Escucho una voz femenina al lado suyo, inconfundible para él. - ¿Así que ese es tu nuevo nombre ahora? – Pregunto ella divertida mientras le devolvía su carnet de identificación. Eric Adams, como se hacía llamar desde que se mudó nuevamente no hace ya más de dos semanas, era un vampiro de más de cuatrocientos años de antigüedad. Su cabello era rubio y corto, sus ojos eran de un color azul profundo, su piel era pálida y no media más de 1.65. Llevaba puesta una camiseta negra, un saco de color marrón oscuro y unos pantalones de color beige, mientras que sus zapatos eran del mismo color que su saco.

- Déjame en paz Emma y baja la voz, vine aquí a beber tranquilo no a que me molestes. – Le respondió Eric para luego guardar su carnet dentro de sus pantalones. Ambos se encontraban sentados juntos en una de las mesas de un bar, terminando de tomar sus vasos de tequila. La mujer que estaba sentada frente a él era su prima lejana y mejor amiga de toda la vida, que ya consideraba que soportarla durante cuatrocientos años era como un castigo. Emma Price, un súcubo en busca de una presa fácil. Su cabello era largo y negro, su piel era igual de pálida que la de Eric, sus ojos eran de un color marrón oscuro, mide 1.64 y era bastante delgada y con buenas curvas, tenía un buen cuerpo que solo usaba para seducir hombres. Llevaba puesto un vestido rojo un tanto brillo y muy ajustado que la hacía llamar mucho la atención, junto con unos zapatos de tacón de mismo color.

- Vamos, no seas así, llevo tiempo sin verte desde que te volviste a mudar. – Le siguió hablando Emma con una sonrisa en sus labios. Al ser un vampiro, este no podía envejecer, por lo que cierta cantidad de años debía mudarse. Su existencia en el mundo humano era casi nula, nunca nadie se fijaba en él, después de todo dormida de día y de noche tan solo salía a beber o a un motel del amor para tener sexo con quien quisiese.

- Emma, no importa cuántas veces hablemos, en nuestras vidas no ocurrirá nada nuevo. – Emma frunció el ceño al ver cómo le contestaba Eric.

- Eres un aburrido. -Suspiro aburrida. Ella tomo su vaso y le hizo una señal al barman. –¡Otra de tequila por favor! – Ella subió la voz. -Si no vas a contarme nada nuevo, me iré en cualquier momento a seducir al barman, está bastante guapo. –

Los ojos de Eric se abrieron por completo al escucharla decir eso. Rápidamente dirigió su mirada hacia un lado suyo y lo vio caminando, al guapo barman. El joven chico parecía tener apenas unos veinte y tres años, media como mucho 1.80, su cabello era negro oscuro, sus ojos eran de color marrón y su piel era beige. Estaba vestido con su ropa habitual de camarero, que a ojos de Eric le quedaba sumamente sexy.

- Aquí tiene señorita. – Le hablo aquel chico, con la botella de tequila en mano. Emma sostuvo su vaso y asintió, a lo que el chico le sirvió. - ¿Usted también desea que le sirva señor? – Le pregunto a Eric, quien se había quedado sumamente distraído, observando las facciones del rostro del chico.

- ¿Eh? Ah, sí, por favor. – Eric tomo su vaso y se lo extendió, para que este pudiera servirle. -Muchas gracias. – Menciono ni bien este termino de servirle.

- No sé preocupe, si necesitan más avísenme. – Luego de decir eso, otra persona en otra mesa lo llamo, por lo cual se alejó de la mesa en donde estaban Eric y Emma. La súcubo comenzó a reírse, tapando su boca para luego pasar sensualmente uno de sus dedos por su labio inferior.

- Oh por Lilith*, así que por esa razón vienes tan seguido a este bar ¿cierto? – Pregunto con una sonrisa pícara en su rostro. Eric conocía esa sonrisa, nuevamente su prima iba a molestarlo.

Su prima Emma, era muy consciente de los gustos que tenía Eric. Durante todos esos años, ha disfrutado tener sexo tanto con mujeres como con hombres, siendo él el pasivo en ese último caso. Sin embargo, en los las ultimas décadas de su vida, se había definido más, llegando a la conclusión de que el sexo entre hombres era muchísimo más placentero.

- Llegas a comértelo y veras lo que sucede Emma. – Eric la miro serio y hablo con su voz más dura para que esta entendiera que hablaba en serio. Luego de eso comenzó a beber de su bebida. Para ellos, las criaturas demoniacas, el sabor de la comida o las bebidas humanas sabían a nada. Lo único que podían ingerir ellos era sangre humana o de animales, pero suelen comer y beber para pasar desapercibidos.

- Vaya, es la primera vez que te veo defendiendo a un simple humano. No me digas que te lo quieres comer tu ¿no? No te creo, llevas tiempo frecuentando este lugar y aun no te lo has devorado. – Eric por poco y se atraganto con su bebida, incluso comenzó a toser por ello. Estaba siendo muy obvio frente a Emma y detestaba eso. – Ya veo, en ese caso, prometo que no tocare a tu presa. Si la reclamas primero. – Emma tomo rápidamente su vaso completo de tequila y lo sostuvo con una de sus manos, vacío.

- Ay no jodas. –

- ¡Otra por favor! – Volvió a llamar al mismo chico. Este se acercó con una sonrisa nerviosa hacia Emma. -Lamento molestarte constantemente guapo. ¿Estás muy ocupado ahora? –

- Realmente no, pero… -

- Perfecto, siéntate con nosotros. – Lo interrumpió Emma, indicándole que se sentase al lado suyo. El joven se sentó justo al lado de ella, algo nervioso e incómodo. “Por favor, mátenme y esta vez para siempre.” Pensó Eric al ver lo raro que se veía aquel chico. – Dime ¿Cómo te llamas chico? –

- Me llamo Christopher, Christopher Gray, pero pueden llamarme Chris. – Respondió con una gran sonrisa. Emma rio divertida y dirigió su mirada por unos segundos a Eric, quien se veía bastante apenado. “Chris, Chris, por fin se su nombre.”

- Que bonito nombre, yo soy Emma Price y ese chico tímido de ahí es mi primo, Eric Adams. – Hablo Emma, señalando a su primo, quien se tapaba el rostro con una de sus manos.

- Por favor, ignórala, esta pasada de copas y está loca. Si te sientes incomodo puedes irte. –Le sugirió Eric usando una voz suave y mirando el rostro del chico. El chico soltó una pequeña risa, se veía un poco más calmado que al principio. Escuchar su risa, le causó una gran felicidad a Eric.

- Esta bien, no importa. – Contesto Christopher, sin quitar su mirada de Eric, lo cual lo sorprendió bastante. Lo más común, era que los chicos se quedasen embobados con Emma cada vez que salía con ella, pero esta vez, él la ignoro. Eric observo por unos instantes a Emma, quien con una sonrisa le guiño el ojo.

- Bueno, supongo que tienes razón, estoy muy ebria, lo mejor será irme a casa con alguna compañía, la noche es muy peligrosa para una chica como yo. – Casi al instante de decir eso último, Emma comenzó a reírse. – Ay, que gracioso. Bueno, nos vemos, cuídense. – Se despidió de ellos para luego caminar hacia uno de los hombres que estaba bebiendo en una de las mesas, decirle un par de cosas que Eric no escuchaba, para después ver como ella y ese hombre se iban del bar.

- ¿Ella conoce a ese hombre? ¿Estará bien que se vaya sola? – Pregunto Christopher, algo preocupado por Emma.

- No, pero no te preocupes por ella, estará bien. – respondió, para luego soltar una pequeña risa.“Aunque no opino lo mismo de su víctima.” – Lamento si la loca de mi prima te hizo sentarte aquí conmigo para luego irse. – “Quizás ahora se vaya de aquí, soy una persona aburrida después de todo, no creo que se quede.”

- No te preocupes, está bien. En realidad, me gustaría hablar contigo, si no te molesta claro. – Eric se sorprendió demasiado al escuchar eso. “¿Hablar conmigo? ¿Por qué?” Eric no respondió, simplemente asintió con la cabeza. – Espero no ofenderte con esto, pero ¿Realmente eres mayor de edad? Digo, es que te ves muy joven, incluso más que yo. – Eric desvió su mirada por unos segundos y llevo su mano al bolsillo de su pantalón para sacar su carnet de identidad para enseñárselo a Christopher. - ¿Tienes 21? Increíble, eso quiere decir que soy mayor que tú por dos años. Lo siento mucho, te ves tan joven que pensé que tenías 16.  –

- No te preocupes, me lo dicen muy seguido, estoy acostumbrado. – Respondió algo apenado, tomando su carnet de identidad nuevamente para guardarlo en el bolsillo de su pantalón. “Deje de tener 16 años hace como unos 400 años atrás.” Eric podía tener los años que quisiese, pero su cuerpo seguía siendo el de un niño de 16 años. Eric volvió a tomar su vaso y bebió lo último que le quedaba de tequila.

- Y dime ¿A qué te dedicas Eric? – Le pregunto muy emocionado. Eric nuevamente se alegró al ver lo lindo que era Christopher cada vez que se veía feliz y emocionado. No podía negarlo, ese chico le llamo la atención desde el primer día en que llego a ese bar y desde entonces lo frecuentaba cada noche solo para verlo.

Al poco tiempo, Eric también se había emocionado. Durante toda esa noche, estuvieron hablando sobre cosas triviales, que le sirvieron para conocer mucho mejor a Christopher. Estudiaba ingeniería en la facultad que estaba en la cuidad, ambos tenían casi el mismo gusto en libros, incluso se alegró aún más al ver que ambos criticaban a muerte la saga de Crespúsculo*.

Varias fueron las veces en la que Christopher tuvo que levantarse a atender a los clientes, por lo cual no pudieron seguir hablando mucho. Ni siquiera se habían dado cuenta de que él tiempo había pasado tan rápido y el bar ya estaba a punto de cerrar. Sin embargo, eso no importaba, porque Eric seguiría visitando ese bar cada noche.

*-*-*-*

Los días pasaban y Eric se iba encariñando cada vez más y más con Christopher. Verlo, era su adicción, sentía que no ver su rostro y escucharlo hablar, aunque sea una noche, sería tan doloroso como recibir los rayos solares mortales sobre su piel. Mentiría si dijera que no soñaba con acostarse, aunque sea una vez con ese hermoso chico y más aún, de probar alguna que otra gota de su sangre.

Eric podía haber tenido muchos amantes humanos durante todos esos años, pero ninguno de ellos lo habían hecho sentir tales cosas en su interior como lo hacía Christopher. Ese chico era único, soñaba con el día en que pudiera tenerlo entre sus brazos, aunque sea solo una noche.

Nuevamente allí estaban los dos, en la misma mesa de siempre en el bar, conversando a gusto sobre sus vidas. Eric se sentía un poco mal por mentirle en muchas cosas, pero no tenia de otra. Ser un vampiro lo limitaba en muchas cosas, una de ellas era que podía salir toda la noche a donde quisiese, pero debía volver a su hogar ni bien el sol estuviese por salir. Los rayos solares son mortales para alguien como él, tan solo estar unos segundos en el sol podría matar a cualquier vampiro, convirtiéndolo en cenizas al instante. Por lo tanto, cada vez que Christopher le preguntaba a que se dedicaba, que estudiaba o que hacía de su vida, simplemente mentía. De día lo mucho que podía hacer era dormir hasta que el sol se oculte.

- ¿Sabes? Eres realmente muy lindo Eric. – Escucho la voz suave de Christopher hablándole. Eric se avergonzó bastante por como lo había llamado. – Lo siento si soy un poco atrevido, pero comenzaste a frencuentar este bar muy seguido, y no he podido parar de pensar que eso se debía a mí. – “Oh por Lilith, esto no puede estar pasándome.” Eric se estaba muriendo de la vergüenza, no podía creer que había sido tan obvio durante todo ese tiempo. Se suponía que era un vampiro, frio y sin sentimientos, no una niña enamorada, no tenía por qué ser tan transparente. - Eric ¿Yo te gusto? –

- Yo… Lo siento, debe ser desagradable para ti tener un stalker*. – Respondió manteniendo su mirada fijamente en sus dedos. “Mierda, esto es horrible.” Inevitablemente, Eric no podía evitar pensar en lo peor. Christopher comenzó a reírse al ver como actuaba Eric, deslizo una de sus manos por sobre la mesa, hasta llegar a la de Eric, acariciándola con cariño. Pudo sentir sobre su piel el calor que transmitía la mano de Christopher, una sensación que no le desagradaba en lo más mínimo.

- Tranquilo, yo no lo veo así, a mí me parece bastante tierno. – Christopher le dedico una cálida sonrisa a Eric. - Solo pensaba, que, si yo te gusto y tú me gustas, podríamos hacer algo más divertido. – “¿Le gusto? ¿Yo le gusto?” Se sorprendio al escuchar su confesión tan repentina. Sin embargo, trato de calmarse y analizar un poco más la situación. Christopher tenía una sonrisa pícara en su rostro, dando a entender que lo que había dicho iba en serio.

- ¿Y cuándo podríamos divertirnos entonces? – Pregunto Eric con una voz seductora, haciendo énfasis en “divertirnos”, tratando de ese modo poder seguirle el juego.

- Cuando termine mi turno iremos a donde tú quieras Eric. – Eric no pudo negarse a tan seductora propuesta, así que simplemente asintió. Justo después de eso, un hombre llamo a Christopher para que le sirviera otro trago. – Bueno, nos veremos afuera dentro de un rato. – Fue lo último que dijo antes de levantarse e irse de la mesa.

Eric estaba que rebosaba de felicidad, después de tantos meses sin diversión, por fin podría llevarse a Christopher a la cama. Sentia que en cualquier momento tendría una erección de tan solo imaginárselo desnudo, susurrándole cosas sucias al oído mientras se lo cogía. Si, Eric era un maldito pervertido, pero no podía cambiarlo, después de todo era un vampiro, pariente de demonios que solo se dejaban seducir por los pecados, entre ellos, la lujuria.

Espero pacientemente a que el turno de Christopher terminase, encontrándose afuera del bar, recostado sobre la pared al lado de la puerta. Saco su reloj de bolsillo de su saco y reviso la hora otra vez, esperando a que los minutos pasasen más rápido. Después de unos minutos más que parecieron eternos, por fin pudo ver a Christopher salir por la puerta del bar.

- Lo siento, tuve que ayudar a limpiar un poco ¿Tuviste que esperar mucho? – Le pregunto con una gran sonrisa, acercándose aún más a Eric.

- No, para nada. – Respondió un tanto tímido. - ¿Quiere ir a mi departamento? No queda muy lejos de aquí. –

- ¿Ir al departamento de un chico bonito? ¿Cómo podría negarme a eso? – Pregunto con cierto tono de ironía. Soltó una pequeña risa y luego tomo de la mano a Eric, para comenzar a caminar. - Vamos. –

Esa noche, el cielo se veía más precioso que de costumbre. La luna llena se veía grande y hermosa, rodeada de un montón de estrellas brillantes. Muchas veces fueron las noches en las que Eric miraba él cielo, pero esa noche en particular, era distintas a todas las demás que vivió durante todos esos años. Llego a pensar que quizás, solo quizás, se debía a que tenía a un hermoso chico tomando de su mano.

*-*-*-*

“Justo como lo imaginaba, tan solo es un niño más impaciente.” Sonrió al pensar eso.  Ni bien llegaron al departamento, Christopher lo ataco con besos forrases y desesperados en la entrada del departamento sin siquiera haberle dado tiempo de prender las luces. Prácticamente con sus besos le estaba devorando la boca. Christopher le lamia los labios, los mordía suavemente y metía la lengua en el interior de su boca, acariciando con ella cada rincón y rozándose con su lengua.

Eric estaba fascinado, el chico besaba jodidamente bien, tanto que comenzaba a desear que su lengua pasase por otras partes de su cuerpo además de su boca. Las manos de Christopher se encontraban en su cadera, acariciándolas, deslizando sus manos lentamente hasta llegar al extremo de la camiseta de Eric, se notaba a lenguas que tenia deseos de arrancarle cada prenda de ropa que tenía puesta.

- Espera. – Lo detuvo Eric, empujándolo un poco hacia atrás, mientras trataba de calmar su respiración. - Vayamos a mi cama. – Christopher sonrió y tomo la mano de Eric, para ir caminando juntos hasta la habitación. Ni bien Christopher abrió la puerta, metió a Eric adentro, para volver a atacarlo con sus besos.

Caminaron hasta la cama entre besos hasta que la espalda de Eric cayó sobre la cama grande de sabanas rojas. Todo estaba completamente oscuro, probablemente Christopher apenas si podía verlo, pero Eric, al ser un vampiro tenía una visión mucho mejor en la oscuridad, razón por la cual, podía ver el rubor en las mejillas del joven.  

Las manos de Christopher volvieron a pasarse por la cintura de Eric, agarrando los extremos de la camiseta que tenía puesta para comenzar a levantarla hacia arriba. Eric alzo sus brazos para ayudarlo. Christopher arrojo por alguna parte del suelo su camiseta, dejando desnudo por completo el torso de Eric. Se detuvo por unos momentos, observando su cuerpo, para luego deslizar sus dedos por su torso, sintiendo con sus dedos la piel pálida y fría de Eric.

Eric llego a pensar que, si su corazón latiese como el de cualquier ser humano, el suyo estaría latiendo tan fuerte como si estuviese corriendo una maratón y que sus mejillas estarían tan rojas como un tomate. O al menos algo así había visto que se sentía estar con el chico que te gusta en esas ridículas series para chicas. Lo único que deseaba en ese momento, era que Christopher no notase su capacidad para vivir sin que su corazón latiese.

- Tu piel está muy fría. – Comento Christopher. Eric se sobresaltó al escucharlo decir eso, pero decidió mantener la calma, no quería apresurarse.  - No te preocupes, hare que se caliente. – Le susurro para luego volver a besarlo en los labios. Eric se dejó llevar por sus besos nuevamente, mientras traviesamente llevaba sus manos a los extremos de la camisa de Christopher.

Christopher capto el mensaje al instante, separándose un poco de Eric para poder quitarse su camiseta. Eric se quedó embobado observando el torso desnudo del joven. Era perfecto y hermoso como se lo había imaginado, unos bíceps bien formados, músculos fuertes con los cuales quería ser abrazado y un tatuaje de un dragón con letras chinas en su brazo derecho.

- ¿Te gusta lo que ves? – Pregunto soltando una risa, al ver como Eric no quitaba sus ojos de su cuerpo. - ¿Quieres ver más? – Pregunto divertido. Eric se quedó callado por unos momentos, deslizando su mano por el torso de Christopher hasta llegar a su pecho, donde podía sentir los latidos fuertes de su corazón. Una sensación única que le gustaba muchísimo sentir en la palma de su mano.

- Si. – Contesto finalmente, retirando su mano del pecho de Christopher, este sonrió y decidió cumplir con la petición de su amante.

Llevo sus manos hacia su cinturón, desabrochándolo para luego abrir el cierre de su pantalón. Eric observaba atentamente las acciones de Christopher mientras se denudaba. Luego de eso, comenzó a deslizar su pantalón junto con su ropa interior por sus piernas, para finalmente quitárselo por completo y tirándolo al suelo. Luego de eso, hizo los mismo con la poca ropa que le quedaba a Eric, estando de ese modo ambos completamente desnudos.

Eric no pudo evitar quitar su mirada del miembro excitado de Christopher, imagen que, logro excitarlo a él mismo también. Su piel podía ser fría, podía vivir sin un corazón que latiese, pero cuando se trataba de sexo, podía disfrutarlo como cualquier ser humado, cosa que agradecía muchísimo a la reina Lilith.

- ¿Tienes lubricantes y condones en alguna parte? Sinceramente, no creo que pueda esperar mucho más. – Le hablo Christopher, acercando su rostro aún más al de Eric, este asintió y estiro su brazo hasta llegar al cajón de la mesita de luz, donde saco un condón y una pequeña botella de lubricante que tenía allí para poder entregárselos a Christopher.

Christopher solo tomo el lubricante con una de sus manos, destapando la tapa para comenzar a esparcir ese líquido sobre sus dedos. Eric, por su parte, llevo el condón hacia su boca, para poder abrir el envoltorio con sus dientes. Una vez que ya tenía el condón en sus manos, lo coloco cuidadosamente sobre el pene de Christopher. Luego de que lo coloco bien, volvió a acomodarse mejor sobre la cama, abriendo sus piernas, para que le fuese más cómodo a Christopher prepararlo. Christopher sonrió al ver lo muy cooperativo que estaba actuando Eric ante él, siendo aún más sexy de lo que imaginaba.

Christopher llevo uno de sus dedos lubricados a la entrada de Eric, acariciándola con cariño para luego poder meterla lentamente. Eric se sobresaltó un poco por la intromisión, llevaba mucho tiempo sin tener relaciones y cuando se masturbaba, no se tocaba esa parte de su cuerpo. Luego de haber terminado de jugar con uno de sus dedos, metió el segundo haciendo movimiento de tijeras y después el tercero, haciendo movimientos circulares en su entrada para expandirla lo suficientemente bien.

- Chris… ya métela. – Le suplico Eric, llevando sus manos al rostro de Christopher, acariciando sus mejillas, acercando su rostro poco a poco hasta llegar a sus labios y besarlo. Christopher correspondió su beso y obedeció a su orden, retirando sus dedos de la entrada de Eric. Se acomodó mejor entre sus piernas, acariciando sus muslos y tomo su propio miembro, para colocarlo justo en la entrada de su amante.

Comenzó a introducirse en su interior en una lenta estocada, disfrutando de lo estrecho que se sentía y del calor que ese lugar especial le brindaba. Eric soltó un fuerte gemido de placer a medida que el pene de Christopher se adentraba en su interior. Se aferró a la espalda de Christopher, rasguñando un poco su piel, suspirando y gimiendo en su oído.

Una vez que entro por completo en su interior, comenzó a hacer movimientos lentos y profundos, disfrutando escuchar sus los hermosos sonidos eróticos que soltaba de su boca. Los rasguños que le había dejando en su espalda, solo lo habían encendido aún más, comenzando a darle estocadas más intensas que delicadas. Posicionando sus manos en la cintura de Eric, para tomar control de ella y moverlas al ritmo de sus estocadas.

Eric no podía describir el placer que estaba sintiendo en esos momentos, su cuerpo ya no se sentía frio, estaba comenzando absorber el calor de Christopher, su boca no paraba de soltar gemidos de satisfacción. Deslizo una de sus manos por su espalda, acariciando su cuello para luego llegar a su nuca, acariciando sus cabellos, empujando un poco su cabeza hacia adelante para poder besarlo. Sus lenguas jugaban la una con la otra, rozándose a la par.

Sintió con una de las manos de Christopher tomo su pene, acariciándolo de arriba abajo al ritmo de las estocadas, acariciando con su dedo índice la punta de este. Eric podía sentir como la piel de Christopher sudaba, y sus mejillas se encontraban al rojo vivo. Sonrió divertido, le gustaba ver en el sexo como su amante podía hacer las cosas que el mismo no podía por ser un vampiro.

Se encontraban en él mismísimo orgasmo, el cuerpo de Eric respondía a la estimulación que recibía su cuerpo, gritando el nombre de Christopher entre gemidos y suspiros. Pero no era el único que se sentía de ese modo, ya que Christopher no paraba de suspirar y gemir el nombre de Eric mientras lo embestía, con sus ojos fuertemente cerrados, estaba acostumbrado a ese tipo de tratos rudos.

Eric no supo cómo contenerse más, el aroma que emprendía Christopher se hacía cada vez más fuerte y la excitación del momento lo estaba descontrolando. En un momento a otro, sintió como sus colmillos crecieron, sus orejas se hicieron puntiagudas y el color de sus ojos azules se transformaron a un rojo sangre. Por un momento Christopher abrió sus ojos, sorprendido al notar ese cambio en Eric.

- ¿Eric? – Pregunto y justo en ese momento, Eric se acercó rápidamente a su cuello y le clavo sus colmillos, sintiendo a su vez, no solo un quejido de dolor por parte de Christopher, sino también como se corría. Sentir como la sangre de Christopher se espaciaba por su boca, lo éxito tanto que termino por correrse el también, mientras succionaba un poco más de sangre de su amante.

Christopher cayo rendido sobre el cuerpo de Eric, sin siquiera haber salido de su interior, ya se encontraba dormido sobre él. Cuando Eric sintió que ya le había sacado suficiente sangre, retiro sus colmillos de su cuello y lamio su herida para que esta cicatrizara más rápido con su saliva. Estaba tan satisfecho y tan cansado, que no hizo mucho esfuerzo para quitarse a Christopher de encima, tan solo lo abrazo y se quedó dormido con él.

*-*-*-*

“Otra noche que no sé qué hacer.” Pensó, mientras cambiaba de canales en el televisor con su control remoto, recostado sobre el sofá de la sala. Las novelas eran malísimas, los shows eran terribles y las películas eran muy repetitivas. Lo que más le gustaba a Eric era salir a caminar por la noche, hasta llegar a su bar favorito a tomar un par de copas con Christopher.

- Lo extraño. – Suspiro a la vez que apagaba el televisor con el control.

Desde esa noche de sexo que tuvo con su amante, nunca más volvió a verlo. Ambos se habían quedado dormidos, y al despertar, Christopher ya no estaba, haciendo que Eric nuevamente amaneciese solo en la cama. La razón exacta por la cual no volvió a frecuentar el bar, era por miedo. Esa noche no pudo controlarse, mostrándole de ese modo su verdadero ser, succionándole la sangre del cuello. Obviamente el chico recordaría como un vampiro le había quitado casi un litro de sangre.

Su labor como vampiro, seria matar a cualquier humano que descubriera su secreto, debía mantener su verdadera identidad al margen, no podía exponer su existencia al mundo humano así porque sí. Sin embargo, Eric no se atrevía a matar a nadie, toda su vida como vampiro vivió tomando sangre de animales o más actualmente, recibiendo paquetes de sangre de la suscripción mensual que tenía en el gremio de vampiros.

- Quisiera verte otra vez. – Suspiro otra vez. Había pasado ya dos semanas desde la última vez que lo vio y ya sentía que habían pasado décadas. Lo más curioso de todo ese tiempo, es que no podía dejar de pensar en él, en cada momento en cada lugar, su rostro hermoso volvía a sus pensamientos. Varias fueron las veces en las que quiso ir a visitarlo al bar, pero siempre se arrepentía de hacerlo, lo último que quería hacer era ver una expresión de asco, miedo u odio hacia él.

El timbre de su departamento sonó, despertándolo de sus pensamientos. “Seguro es el casero pidiéndome que le page la renta de este mes.” Se levantó con pereza del sofá y comenzó a caminar hasta la puerta principal, agarrando la perrilla con su mano derecha para girarla y así poder abrir la puerta. Sus ojos se abrieron bien grandes por la sorpresa de ver a Christopher justo allí.

- Chris… ¿Qué haces aquí? – Pregunto Eric dando un paso hacia atrás. Christopher se metió dentro de la casa, sin siquiera ser invitado. Rápidamente se acercó a Eric y lo abrazo con fuerza, logrando que parte del calor de su cuerpo fuera transmitido al cuerpo frio de él.

- Estoy aquí porque dejaste de ir al bar y te extraño, por eso estoy aquí. – Respondió finalmente, prácticamente en un susurro. – Mis pensamientos son todo un desastre porque siempre termino pensando en ti. ¿Por qué dejaste de ir al bar? ¿Ya no querías verme? ¿Solo fui una calentura de una noche para ti? –

- ¿Qué? Espera. – Eric frunció el ceño molesto y empujo a Christopher para que se apartara de él. - Fuiste tú quien me dejo solo en la cama y se fui sin decir nada. ¿Cómo querías que interpretara eso? Sinceramente, lo primero que pensé fue que huiste de mí. – Por un momento, Eric llego a pensar que Christopher no recordaba nada de que le había mordido el cuello para succionar su sangre.

- Bueno, yo… Lo siento, tuve miedo, no es fácil enterarse de un día para él otro que el chico que te gusta es un vampiro. – Respondió en su defensa con tanta tranquilidad que perturbo un poco a Eric.

- Oh, así que lo recuerdas. –

- Al principio pensé que fue solo mi imaginación, pero cuando desperté e intenté abrir las cortinas de tu habitación para que entrara el sol, tuve que cerrarlas en el instante en que vi que a tu oreja le estaba saliendo humo. Y cuando fui a la cocina, vi que en tu heladera solo había bolsas de sangre. – “Ahora entiendo porque ese día mi oreja tenía una quemadura.” – Me fui de allí antes de que despertaras porque tenía miedo, por un momento pensé que ibas a matarme por saber tu secreto. –

- Dime que no se lo dijiste a nadie. – Fue lo único que se le ocurrió decir en ese momento.

- ¡No! Por supuesto que no haría eso, como dije, tenía mucho miedo de que vinieras a matarme, pero ni bien pasaban los días, supuse que esa no era tu intención, sino ya lo habrías hecho. - “Es que se suponía que debí haberlo hecho.” Eric no decía nada, tan solo seguía atento a lo que Christopher le decía.- Busque en internet y en libros todo sobre los vampiros, pero algunas cosas eran tan contradictorias a otras, que simplemente no entendía nada. Y mientras más me interesaba en eso, más me di cuenta de que te extrañaba, porque no podía dejar de pensar en ti después de esa noche. –

- Yo tampoco he dejado de pensar en ti Chris. Pero, esa noche yo te mostré quien era realmente y pensé que si llegaba a verte tú me odiarías. – Comenzó a hablar nervioso, su voz temblaba un poco, pero su determinación lo hizo seguir adelante. - Te he estado mintiendo todo este tiempo, no tengo veinte y un años, tengo como cuatrocientos, no estudio ni trabajo porque el sol es mortal para mí, solo salgo de noche y vivo del dinero que me envían mis padres adoptivos, soy un vampiro hibrido y ni siquiera recuerdo cual es mi verdadero nombre. – Por cada palabra que decía, Eric se escuchaba cada vez más y más desesperado. - Dime ¿Después de todas estas mentiras aun me quieres? – Ni bien hizo esa pregunta, sus labios fueron sellados con un beso de parte de Christopher, quien sonrió ampliamente. “Cuando extrañaba esa expresión en su rostro.”

- No te preocupes, tuviste tus razones para hacerlo. – Comenzó a hablar, siendo bastante comprensivo para la sorpresa de Eric. - Te quiero y la verdad es que siento que sería algo nuevo e interesante. Te he dicho que me encantan los libros de fantasías que tocan temas sobre naturales. Eres muy lindo, admitiste que me querías y no me asesinaste como pensé que lo harías, así que no veo razón por la cual tendría que dejar de quererte. – Eric se alegró al escuchar que Christopher realmente lo quería. -Eso sí, tendrás que contarme todo sobre los vampiros y sobre ti, o al menos para tener una idea de cómo sería tener un amante vampiro. -

- Eres raro. – Eric se rio al ver lo muy emocionado que estaba Christopher por estar con un vampiro.

- ¿Y tú no? Niño de cuatrocientos años. – Ambos se rieron y se volvieron a dar un beso corto en los labios. - Solo una cosa más… ¿Se considera necrofilia acostarse con un vampiro? Digo, porque se supone que los vampiros están muertos pero vivos a la vez así que… - Pregunto un tanto incomodo, le preocupaba mucho saber si su pecado era más grande de lo que pensaba.

- Mejor no pensemos en eso ¿sí? Tan solo dejémoslo en que estoy lo suficientemente vivo como para no ser un cadáver. – Le respondió con una sonrisa.

El calor de Christopher era su adicción, su compañía, su felicidad y su sonrisa su luz. Quizas, a partir de ahora, su vida dejaría de ser monótona, ya que estaba seguro de que atesoraría esos momentos con su chico especial, como si fueran lo más preciado que tendría en todos sus años de vida.

Fin

Notas finales:

*¡Oh por Lilith!: Es una expresión que remplaza al ¡Oh por Dios! Que usan solamente los demonios, vampiros, súcubos e íncubos en esta historia. Ya que Lilith es la madre de tales seres mencionados y, al ser seres demoniacos, no creen en Dios.

*Crepúsculo: (Ya deberían saberlo xD)

*Stalker: Acosador. 

Muchas gracias por leer! Pueden comentar si les gusto ^w^

Nos leemos la proxima semana con el siguiente One short "Bruja" Bay nee besos y abrazos!

Dibujo de Eric chibi: CtxtZUaXEAAw-4e.jpg (900×1200)


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