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Mi pareja perfecta 2 por Brit

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Notas del capitulo:

Uy ya tenemos más cursilerias, peleas, declaraciones, salidas de closet y love y mucho más :D!

 

Charlotte

Voy a buscar a Gabriela con el estómago algo descompuesto. La veo sentada con Noelle

-Hola chicas.

-Hola… estas muy blanca- me mira Noelle- ¿Nerviosa?

-Mucho- Suspiro

-No tienes que ir conmigo- me mira Gabi algo tiritona.

-Iré – Estaré muy nerviosa, pero voy sí o sí.

-Yo no más decía- me sonríe, le sonrío tímidamente.

- ¿Cómo te ha ido en el trabajo?- Me mira Noelle.

-Bien, me costó mucho el primer día con los pacientes, luego me costó no agotarme tanto, ahora me voy acostumbrando- digo contenta con lo que he logrado.

-Pronto será como ir al baño- comenta feliz.

- ¿No tenías algo más lindo con lo que comparar? -la mira Gabi con una risita.

-No. – Dice poniéndose de pie- Ya te cuidé- dice orgullosa- las dejo chicas, suerte, ánimo y recuerden que se tienen la una a la otra.

-Gracias- susurro viéndola caminar - ¿Vamos? - miro a Gabi que me mira desde donde está sentada.

-Te ves tan hermosa – pestañea. Me río.

-Ahora no, tenemos una misión- digo parándome recta.

- ¡Vamos allá! - se pone de pie con una pose orgullosa.

Tomamos el autobús y nos bajamos cerca de su casa.

-Uuuf- suspira- ¿Y si mejor no vamos? - me mira.

-Tu padre merece saberlo- sentencio, una de las cosas lindas de nosotras es que cuando una está con nervios la otra la calma. Gabriela se ha vuelto un pilar demasiado importante para mí y yo también espero serlo para ella.

-Si- Suspira tocando la puerta. Abre su mamá, me mira a mí, sonrío nerviosa, luego a Gabi y asiente.

-Ya era hora- susurra.

-Ay mamá no todas somos Kate- le responde, la miro con duda.

-Tranquila- Le acaricia la cabeza. - Adelante chicas, ¿cómo te ha ido Charlotte?

-Bien, gracias- sonrío- comenzando a trabajar.

-Oh, es un cambio muy importante- asiente. - ¿Y cómo la aguantas? - susurra mirando a Gabi.

- ¡¿Por qué todos le preguntan eso?!

-Nos complementamos bien- digo viendo con una sonrisa como Gabi pierde los nervios por su indignación.

- ¡Gabrielaaa! - escucho una voz, ah es Leonardo. Creo que es el único que saco un 50% de ambos padres, pienso viendo cómo se abrazan.

-Leito- dice Gabi- Te amo- gimotea en su pecho.

-Yo te amo más- sonrío, que lindos hermanos son todos y están muy unidos. – Hola Charlotte.

-Hola- digo un poco cortada ¿Él sabe que estoy con su hermana?

-Hace tiempo no te veía por aquí, que bueno que mantengan su amistad después de la universidad- sonríe, lo miro petrificada. No… no sabe.

No sé qué decir, después de todo esta es la familia de Gabi, supongo que le corresponde a ella.

-Hum, no es mi amiga precisamente, aunque también lo es, pero no lo es ¿Entiendes? - lo mira con una mueca, Leo la mira dudoso, ella carraspea, une ambas palmas de sus manos y juntas las da vuelta. Niego con la cabeza y su mamá la mira como si ya esperase algo estúpido. Claro, ‘’invertido’’, no podía decirle y ya.

Él mira sus manos, luego a Gabi y a mí que no sé muy bien que cara poner y se sorprende.

-No- susurra.

-Si- decimos.

- ¿Vienes a decirle a papá verdad? - la mira confidente, su mamá sonríe.

-Ajá. - Mira sus pies. Él coloca una mano en su hombro.

-Animo- es lo único que dice mirándola a los ojos- ¿le quieres decir con nosotros presente o sola?

-Nah, por eso vine con Char- nos miramos, le doy una mirada determinada- mientras más mejor- sonríe.

-Está bien, pero no diremos nada.

-Oye chivo no te entiendo- salta de repente, hago una mueca de risa al notar la barbita que tiene. -Esperaba una reacción más exagerada.

-Escuchaba risitas de tu habitación- se levanta de hombros.  Enrojezco de golpe, eso pasaba cuando jugaba con mi cuello.

-Je je je- se ríe Gabi. – No me arrepiento de nada viejo.

-Lo sé- se ríe- tú no eres de esas.

- ¿Gabi? – Sale su papá, sonríe y la abraza cuando esta corre hacia él. – Hace mucho que no venías- dice besándole la mejilla- pensé que te habías olvidado de tu apuesto padre.

Su mamá hace un sonido como un pedo con la boca. Me río con Leo.

-Bah, no valoras lo que tienes- dice mirándola herido, nota a Gabi que lo mira muy escrutadora con sus reacciones- ¿Está todo bien?

- ¿Estás de buen humor verdad? - por alguna razón me causa ternura que diga eso.

-Eh si- la mira.

-Es que- carraspea- tenemos que hablar.

-Eso nunca anuncia nada bueno- suspira- ¿Solos o con esos? -bromea mirando a Leo y su madre.

-Con esos, si no te importa- dice rascándose la nuca.

- ¿Y bien? - se sienta en el sofá.

Gabi se sienta al lado mío y respira un poco complicada, la dejo pasar por unos 10 segundos y cuando no dice nada tomo su mano, me mira y asiento dándole ánimo.

-Papá, estoy con Charlotte- dice mirándolo esperando su reacción, en su lugar mira nuestras manos, ¡ah! creo que me adelante… Si fuese más pequeña la hubiese soltado por temor, pero ahora sé que es lo último que pensaría en hacer. Estoy con ella y no lo pienso ocultar. – Ya sabes, una relación.

Se mantiene pensativo. Nos quedamos en silencio mirándolo, pero enserio que tiene un rostro del que no se sabe nada sobre qué estará pensando, juraría que esa expresión la he visto en la cara de la hermana de Gabi.

-Tu tuviste novios- la mira.

-En realidad eran puros flirteos- se excusa, la miro de reojo, me mira y aclara- eso fue antes de conocerla, fue amor a primera vista- dice seriamente. – Ya llevamos 3 años, 6 meses y 2 días- Leo hace una mueca de querer reírse.

-Si no conociese a tu madre no te creería- niega con la cabeza su papá aún impertérrito inclina su cuerpo y pone ambas palmas en sus mejillas- Me estás diciendo que en esta casa… ¿a nadie le gustan los hombres? - nos mira aún con esa cara seria y yo ya me estoy asustando.

-A mí- dice Leo bajito, nos reímos todos instantáneamente.

-Cállate Leo- dice riéndose.

-A mí, yo te amo- dice su mamá, sonrío… es obvio, pero que lindo. Mis padres nunca se dijeron cosas así. A lo más salían juntos y yo cuidaba a mi hermana.

-Más te vale- su papá suelta una risita. – Y yo también- se ruboriza.

- ¿Entonces? – Gabi lo mira.

-Entonces qué…

-Dime algo viejo.

-Que te voy a decir- dice mirándonos- Sinceramente no me lo esperaba, siempre fuiste muy cercana a los hombres, no como Kate por ejemplo ¿Ella sabe?

Miro a Gabi que traga saliva, sé que ese tema le importa demasiado.

-Si sabe, pero no me ha dicho nada, se mantuvo al margen y te aclaro de inmediato que no tuvo nada que ver.

-Claro que no- levanta una ceja. -De todos modos, eres como eres y hay que aceptarlo. Tampoco es como si escucharas a alguien- Bromea. – Sigues siendo mi melliza malcriada.

- ¡Papá! – suspira Gabi emocionada, le sonrío. Hasta que se abre la puerta y entra Cristian, nos mira a todos y pone cara de tragedia al verme con Gabi de la mano. Entonces ve a su papá y pestañea hasta que toma aire.

- ¡PAPÁ! - grita sorprendiéndonos- ¿¡Seguro ya te dijo!?, ¡Gabi está muy enamorada y lo confirmo como su otra mitad! Nunca la había visto así y a mí también me costó compartirla, ¡pero ya qué!, Charlotte es una buena chica, ¡viejo no te enojes! ¡No soy nadie si Gabi no vuelve! – grita- ¡Es más! ¡Me voy con ella! ¡Iré a buscar mis cosas! - dice enojado caminando a las escaleras.

-Cristian- dice su mamá- relájate.

- ¡Pero mamá! - se queja- del útero a la tumba- dice orgulloso.

-Que mierda de dicho es ese- pregunta Leo asustado.

-Es nuestra promesa de mitad- dice Gabi, no me extraña que salgan con eso. Ya me acostumbré a sus cosas.

-Ah, ya me imaginaba que saldrían con sus cosas raras.

- ¡Tú no entiendes! - Saltan Gabi, Cris y su papá de golpe.

-No es mi culpa nacer solito- gimotea.

-Por suerte- tose su mamá.

Los miro discutir, no puedo creer que se desviaran de la conversación como si nada, son tan distintos a mi familia.

En eso su papá me mira y yo pestañeo mirándolo.

- ¿Cómo la aguantas?

No puedo evitar poner una mueca de burla a la cara de Gabi.

-Me gusta como es- me sincero ruborizada, recuerdo que de intimidarme pasó a gustarme su actitud y empecé a compararla en especial con mi familia.

-A nadie le falta dios- bromea Leo.

-Oye que te crees- responde Gabi dolida- No es mi culpa que mi novia sea tan linda y perfecta y maravillosa y tierna y…

-Ya entendieron- digo colorada. Se ríe.

-Es que sólo pienso en ti y salen las palabras al aire- dice coqueta, le sonrío.

Leo carraspea, nos despegamos y yo miro mis rodillas roja.

-Te ves algo menor- dice su padre mirándome- ¿Qué edad tienes?

-21- respondo.  

-Gabriela- la mira.

- ¡Para el amor no hay edad! - dice ruborizada.

- ¿Aún estudias? - me mira dudoso.

-Egrese hace poco, estoy trabajando.

- ¿Tú familia sabe que estás con Gabriela?

-Si… - suspiro. - Fuimos las dos también.

Ellos miran a Gabriela que pone expresión de molestia.

- ¿No te fue bien? - me mira preocupado.

-No- susurro- A mamá no le gustan estas cosas, papá lo tolera de lejos solamente.

Me mira y me sonríe.

-Tarde o temprano reaccionarán, a un hijo no se le da la espalda- Sentencia- ¿tienes hermanos?

-Tengo una hermana menor, nos llevamos bien.

-Me alegro- dice sonriendo quedamente- los hermanos son muy importantes, yo me muero sin mi hermana y mi hermano menor, ¿Se quedarán a cenar? -Gabi me mira y asiento sonriendo.

-Por supuesto- dice feliz recibiendo a su hermano que se lanza a abrazarla.

En eso sale su hermano más pequeño

-¡¡Gabi!! ¡Tía Charlotte! - Que raro que me digan tía, aún no me acostumbro… lo saludamos y Gabi lo sienta en sus piernas.

- ¿Cómo has estado pequeño adoptado?

-Mamá me dijo que no lo era- le aclara, me río bajito- estaba durmiendo. Hace mucho que no venías.

-Hasta Henry lo dice- asiente su padre.

-Es que… antes tenía que hablar con papá- sonríe

- ¿Por qué? -pregunta sin notar el nerviosismo de Gabi.

-Es que… con tu tía Charlotte, somos pareja- lo mira.

-Ah-dice él – ¿Entonces ahora vendrán más seguido? - le pregunta curioso, me río notando lo que de verdad le importa a él, y pienso que eso es lo que de verdad debería importarle a una familia.  

-Debería- salta Cris- aún está tu habitación intacta, así no me quedo tanto yo con ustedes.

Es verdad, para mí no es raro que Cris nos vaya a ver o a veces se quede a dormir, además Gabi no venía por temor a hablar con su padre. Supongo que ahora querrá hacer más visitas y a veces traerme, cosa que no me molesta; su familia es distinta a la mía.

 

 

Al día siguiente.

Christine

Salgo de mi trabajo, debo decir que, como buena primavera, nunca había recibido tanto alérgico o resfriado. Recuerdo la mañana que un paciente no llegó, le di un beso a Noelle y me devolví. Sus caras de sorpresa son las mejores.

Camino afuera del hospital y la encuentro mirando a su alrededor, me pongo cerca de su oído.

- ¿Qué haces aquí? – pega un salto y me mira.

-Yo humm, me preguntaba…

- ¿Te preguntabas si hoy íbamos a vernos?

-No te creas la gran cosa- se enoja. Por alguna razón, no me afecta que me rete por todo lo que digo, aunque admito que ganas de hacerle la vida imposible no me faltaron la primera vez que nos encontramos. – Pero… quizá sí, prefiero asegurarme a que me raptes… Y no sé, si no quieres no impor…

- ¿Quieres venir a mi apartamento? – dejo salir mientras la miro hablar nerviosa.

-Claro, pero no te pases- dice ruborizada.

-Ya no lo hice- sonrío- pero podría hacerlo.

-No lo hagas- entrecierra los ojos.

-Bien - me quejo en broma.

Subimos a mi auto.

- ¿Quieres beber algo? Conversar ya sabes- digo mirando el semáforo, no es que pida muy seguido a una persona hablar…  por no decir a nadie. Pero quiero saber que ha hecho, como se siente, que se ría y ponga todas esas caras cuando cuenta algo, incluso la llorosa. Siento la sangre ir más rápido por mi cara y le ruego a mi corazón que guarde compostura.  

-Sí, suena bien, además hace mucho calor.

-Ten cuidado, andan todos enfermos ahora.

- ¿Te preocupas por mí? – me mira con una sonrisita.

-No.

-No eres sincera.

-No me obligues a dejarte en la carretera.

-No serías capaz. – La miro y levanto una ceja.

-Maldita- se enoja, me río. Me impresiona que aún caiga en esas cosas.

Pasamos a comprar y entramos a mi hogar.

-No me había dado cuenta, pero es enorme- dice mirando el living, va al balcón.

-Lo es. Me gustan los espacios grandes…

-Hmm yo prefiero algo pequeño donde tenga todo controlado.

-No aparecerá un monstruo en una esquina- la molesto mientras entra por el ventanal.

-Pues yo la veo hablándome – dice a lo que trata de arrancar, voy donde ella rápido y la aprisiono de la cintura.

- ¿Así que monstruo eh? - digo cerca de su oreja mientras se ríe, me río con ella mientras intenta soltarse, en eso se gira me mira y se acerca besándome, siento cosquillitas y el pecho extraño, me sorprendió esa iniciativa. No puedo creer que me mire y bese así después de como la he tratado. Acaricio su espalda y siento su cuerpo pegado al mío; no voy a mentir con respecto a las reacciones que tiene mi cuerpo con ella, me gusta y mucho.  Ni yo sé muy bien cuando empezó esto, sobre todo por la relación que teníamos. Nadie odia más que yo, que me traten de dar lecciones, que me golpeen y las cosas emocionales, supuestamente… aprovecho en beso para meter mi lengua y apretarla de la cintura, Noelle deja salir un gemido y sonrío con los ojos cerrados, después de un rato me tiene siguiendo su rostro cuando se aleja.

-No te separes- ¡quiero más!

-No, pero es que… o si no- dice roja. Mi cerebro funciona mejor.

-Tienes razón- Digo separándome y yendo por una cerveza… Lo más fría posible.  Le entrego una y nos sentamos afuera.

-Esto es vida- susurro sintiendo la brisa, en eso veo su chaleco negro. - Veo que aprendiste la lección.

-No me lo recuerdes…- se queja bebiendo un sorbo. - ¿Qué es lo más importante para ti?

- ¿Eh? - frunzo el ceño, no es una pregunta qué esperas luego de tomar el pelo.

- ¿Qué?

-Como cambias de tema así- me quejo.

-Lo siento- se acaricia el cabello. – Pero respóndeme.

-Humm- pienso- lo más importante para mí es mi carrera, el hospital, me gustaría ser alguien que se destaque en un área de especialización y me parece un buen lugar para empezar.

- ¿Aún no lo haces?

-No…- Digo pensativa- aún no decido.

-Ah…- dice bebiendo mirando los edificios cercanos.

- ¿Y a ti? ¿Qué es lo que más te importa?

-Mis seres queridos- dice.

- ¿Vives de amor? - bromeo.

-Bueno, si tuviese todo el dinero del mundo y a ellas no, no sería feliz.

-Que cursi.

-Sí- se ríe- igual no es que sea irracional, necesito de mi trabajo y me gusta… por algo estudie esto. Pero sin mis lazos afectivos me sentiría muy sola, me gusta sociabilizar y trato de que todos los días sean algo nuevo, así mis pacientes también lo sienten así y no se agobian con la ansiedad de si lograrán reinsertarse completamente o no. Paso a paso.

La miro curiosa mientras bebo. Es diferente a mí, yo me recuesto pensando en el futuro, y ella vive día tras día sin apuros.

- ¿Y cómo está tu amiga? la que tuvo a la bebé.

-¡¡Oooh!!- dice abriendo los ojos de golpe- ¡Está muy bien! ¡mi ahijada es preciosa! - y comienza a hablar de miles de cosas en un segundo, me sorprendo, sonrío mirándola y captando la mitad. - (…) entonces Ale perdió la apuesta ¡No puedo creerlo! ¡Si todos sabemos que las madres siempre saben!

- ¿Ella es la que te acariciaba el cabello el jueves?

 -Exacto- sonríe en eso su cara cambia a una de confusión- ¿cómo lo sabes?

-Las vi- digo poniéndome de pie y yendo a buscar algo para picar.

-Ah- dice bebiendo. – Creí que te habías aprendido todos los nombres- me dice más fuerte, mientras llego con las cosas que compramos.

-Me cuesta un poco- Digo aprovechando de comer, o quizá me maree y manosee a Noelle. -Se ven muy cercanas.

- ¡Por supuesto que lo somos!

 

 

Noelle.

Mientras como, Christine me mira escrutadora, no creo que sea tan idiota como para tener celos de Ale.

- ¿No has tenido nada con ella o sí?

-Eeeeeh no realmente.

- ¡¿Por qué dudaste?!- salta

-En una fiesta cuando éramos más jóvenes nos dimos un besito- digo mirando mi cerveza. No debí decirlo, estúpida sinceridad.

- ¿Y ahora?

- ¡No seas idiota! - me espanto- eso no se hace. Además, ella está enamorada- digo con los ojos brillantes- y no me gusta, somos amigas. – la apunto con un mondadientes.

Se levanta de hombros.

-Si te hubiese conocido y tuvieses novia, ella se hubiese ido al demonio- dice bebiendo.

-Eres un monstruo, yo no te hubiese ni mirado. - Digo creída, ni que fuese así.

-Si lo hubieses hecho.

-No.  – Nos miramos horrible.

-Te hubiese obligado igual. - Estira la boca coquetamente frunciendo el ceño, me sonrojo.

Está mujer a veces me asusta, pero no había visto esa cara… ni sabía que podía ponerlas. Es algo que nunca me imaginé. Siento cosquillitas.

- ¿Qué piensas? – susurra.

-Nada- me hago la pendeja bebiendo. En eso tengo una idea en la cabeza

- ¿Y si tu hubieses tenido tú una relación?

-Eso no iba a pasar- suelta una carcajada mirando las luces de la ciudad. No me di cuenta que oscureció.

-Pero hipotéticamente…

-Me hubiese alejado de mi pareja- dice pensativa- te hubiese besado de todas formas y terminado luego de eso.

-Hmmm- no sé qué pensar de ella. Por un lado, es sincera, por otro, tiene una personalidad muy fuerte. – Al menos terminas.

-Sí - susurra levantándose de hombros- de igual forma, besuquearme contigo no estaba en mis intenciones. La idea era humillarte un poco y que no volvieras por tu cuenta. 

-Créeme que en la mía menos- me quejo.

- ¿Entonces por qué me mirabas tan coqueta? - levanta una ceja.

-Es mentira y lo sabes.

-…Pendiente de todo lo que hago para acercarte a mí y golpear mi suave mejilla- continúa.

-Basta - me enojo

-Mirándome expectante con esos ojitos cuando te abrazaba- recita.

-… - la miro horrible.

 

 

Christine

Esto es tan divertido, se lo merece por complicada y crear situaciones hipotéticas, ¡el gusto de complicar las cosas!

- ¡Apegándose a mí y después retándome! - digo solemne.

En eso se pone de pie.

- ¡Oh, que tarde es! Bueno… - bosteza fingidamente mientras levanto una ceja- me lo pasé muy bien, cuídate.

- ¿Cómo que cuídate? - sonrío poniéndome de pie mientras va al living y se sube el cierre de su chaleco. -Yo decido cuando te vas.

-Claro que no mocosa mimada- me mira horrible. – No soy tu juguete.

-No me refería a eso – le aclaro – Tenemos un trato.

-Pues haz lo que quieras. No puedo obligarte- se levanta de hombros y da un par de pasos hasta la puerta, la sujeto del estómago.

-No quiero que te vayas…- dejo salir

-Entonces no me jodas- dice bajito.

- ¿Desde cuándo tan sensible?

-Me asustas…

Abro los ojos sorprendida, esperaba un: pesada, monstruo, cruel, esperpento. Etc. No esto… Me siento herida de alguna forma.

- ¿Por qué te asusto? – murmuro girándola, ella mira a un lado.

- ¿No estás jugando conmigo verdad? - dice mientras sus ojos se ponen muy brillantes.

-No… claro que no- la miro, me abraza y la aprieto. -Sólo te tomaba el pelo- me excuso.

-No me refiero a eso. – Dice mientras su exhalación se desliza por mi cuello. – Eres desagradable por naturaleza- reímos bajito a la vez. A eso sí estoy acostumbrada.

-Está es la versión más agradable de mi- le digo, y eso que no me conoció cuando mirada con asco a mi alrededor todo el día, hasta yo reconozco que era insufrible.

Sonríe separándose de mí y acariciándose el cuello. Me inclino un poco buscando su boca y nos besamos. La abrazo y ella a mí, mientras mueve su boca siguiendo la mía nos dirijo al sillón y me recuesto con ella. Beso su cuello un rato, cuando se estremece, acaricio su cintura y subo su ropa sintiendo la suavidad de su piel bajo mi palma. Noto un calor abrasador en todo mi cuerpo y me apego más a ella jadeando y dándole una lamida deseosa en el cuello. Ella gime y busca mi boca, me abraza con una pierna y excitada me froto en ella. Respira en mi boca y muerdo parte de su piel libre con deseo.

-Christine- susurra en un rato.

-Noelle- digo sofocada dándole pequeñas succiones a su cuello- ¿Quieres hacerlo?

-Quiero, pero no sé. - La miro y veo su rostro no convencido.

Maldita sea, se me olvidaba que alguien como ella probablemente necesite sentirse segura antes de hacer el amor.  Acaba de decirme que le asusto y me magreo como enajenada con ella. La miro pensativa.

Ay pero tenía tantas ganas, resoplo acostándome al lado, hasta siento el aire más caliente.

-Me sorprende que no te frustres- dice bajito. La abrazo por la cadera y pone su mano sobre mí y me acaricia.

-Es tu cuerpo- digo con obviedad- además tengo ego.

- ¿Y qué significa eso? - Me mira dudosa.

-Que no voy a hacerlo con alguien si no quiere, o sea mírame, soy demasiado genial; muchas personas pagarían por tener una cita conmig…

-Alguna idiotez tenías que decir. - Suspira mientras la miro creída. – Yo no pagaría por estar contigo, no sería de verdad- comenta con emoción.

-Alguna cursilería tenías que decir – me río mientras la acerco.

-Es parte de mí- reclama

-Y por eso me gustas- susurro, me mira sorprendida -Sólo un poco - Oh vamos, estás cosas no son lo mío.

-Tú también a mí- dice acariciando mi mejilla- un poquito.

-No, tú te mueres por mí- bromeo.

-Claro que no.

-Si- digo pesada, mientras la beso, ella me abraza sonriente, sonrío con ella. 

 

 

Alejandra.

Termino de leer un libro de Kate, vaya que lee cosas crudas a veces, dejo ‘’Depredadores Humanos’’ en la mesa y me sirvo un té, en unos 10 minutos que miro un programa de televisión se abre la puerta, hoy salió con Elisa y Caro, me alegra que tuvieran su tarde de chicas, no sería sano que no nos despeguemos.

Aunque la extrañaba…

Entra y me siento como esa mascota que espera tras la puerta a su dueño.

-Hola- sonrío

-No llores- dice con una sonrisa.

-Ni noté que saliste.

-Cuidado que se te cae una lágrima- bromea.

- ¡Oye! ¿¡Vas a llegar y hacerme bullying!?- digo estirando los brazos, se sienta en mis piernas- bésame primero- sonrío estirando la boca y recibiendo su besito. - ¿Cómo lo pasaste? - le pregunto mientras estamos abrazaditas.

-Estupendo, pasamos a comer a donde nos llevó Elisa, ella siempre sabe de esas cosas- sonríe – luego fuimos a comprar y nos sentamos en una terraza a beber un poco para seguir conversando. ¿Sabes? Una chica saludó a Elisa y se puso roja- dice pensativa- espero que no lo eche a perder.

- ¿Es infiel? - pregunto curiosa

-Nah, es sólo que es una suelta inmadura- nos reímos, eso ya lo sabía. Beso su mejilla.

- ¿Quieres un té o algo? - le pregunto mientras mira el libro que leía antes de que llegase.

-Un té estaría bien- dice poniéndose de pie y yendo a la habitación.

Cuando regresa nos sentamos cómodamente en pijama.

-Nunca me dijiste como te fue con Gabi.

-Oh, es la mejor, con razón le va bien.

-Sí, es muy sociable y ama lo que hace- sonríe Kate- No le digas…

-No- me río bebiendo.

- ¿Entonces?

- Pues, me dijo que si tenía las ‘’armas’’ para poder enfrentar la situación, aunque tenga miedo. Ahora, a decir verdad, me da más miedo el hecho de que sea tan pequeñito… o pequeñita.

-Nah, le tomarías el peso- dice despreocupada – yo creo que serías la mejor, aunque algo malcriadora. – Me da una mirada severa.

- ¡¿De dónde sacaste eso?!

-Crees que no sé qué le compras dulces a Henry.

- ¡Pero él me manipula! - lloro.

- Ves.

-También le ayudé a hacer su tarea.

-Punto para ti- bromea. – Bueno un dulce de vez en cuando no es malo – me besa el cuello.

- Soy la mejor- digo egocéntrica.

-Eso no te lo discuto- me mira de reojo, me ruborizo.

Aaaw ¡mi amor me dijo que era la mejor!

-Yo te amo. - Le revelo secretamente

-Lo sé- deja su té en la mesa y se recarga en mí. Le hago cariño mientras nos acomodamos. Se gira maestramente y me roba un besito, sonrío.

-Yo te amo más- suspira besándome.

-Noo- digo entre besos, nos reímos.

-Te extrañe hoy- susurra en mi cuello. – A veces quería hacer comentarios que sólo te digo a ti. Me gustan tus reacciones. – Me da besitos.

Ay que rico, sonrío.

-Es que somos compañeras de lectura- es verdad, fuera de ser mi novia y mi amor. Kate es una muy buena amiga, hablamos muchas cosas, de cuando maquinábamos una relación ficticia, de libros, de cosas que nos gustan, discutir, bullying, mentir juntas, crear planes malignos, juegos y reírnos por algo ajeno que suceda. -Yo también te extrañé, eres mi novia, mi amor y amiga con beneficios- digo coqueta, se ríe bajito.

-Si… pienso lo mismo, me simpatizas- bromea.

-Es bueno saberlo después de 3 años y 7 meses y algo de relación. - Susurro sonriente, me mira.

- ¿Me amas tanto como antes? – me da una mirada algo infantil.

-Te amo MÁS que antes- digo con énfasis. – Y antes ya te amaba mucho- la abrazo dándole besitos.

Kate sonríe, hasta que empieza a reírse mucho.

- ¿Qué ocurre?

-Me acorde- dice con una risita- cuando llegaste con la ropa de encaje, tu cara cuando te miré. - se ríe- fue un poema.

Me sonrojo- pero valió la pena. - Digo orgullosa, fue una vez cuando fui a comprarme sujetadores y había lencería erótica femenina y vi unos rojos, y me imaginé a Kate en ellos, su piel pálida, sus ojos dorados y su cabello negro más su figura hermosa... Ni lo pensé, compré su talla, llegué con ellos y se los entregué a Kate. Me dio una mirada monumental, me asusté mucho, tanto que le pedí disculpas.  Luego me dijo un suave ‘’ lo pensaré’’ y pensé que no los usaría hasta que me sorprendió con ellos cuando cumplimos 3 años.

Fue H-E-R-M-O-S-O.

-Admito que tuve que sacrificarme, estaba bonito- se sonroja- pero no estoy acostumbrada a esas cosas.

- ¡Kate! – me maravillo- ¡Supieras lo exquisita que te veías con eso! – la alabo.

-Me lo demostraste- me mira coqueta.

-Si… - sonrío acariciando su cuerpo. Recuerdo que la miré y olvidé todo, empecé a hacerle cariño y a mirarla como si nunca hubiese visto a una mujer aparte de mí. Al final mi regalo se lo di al otro día. ¡Es su culpa por desconcentrarme así!

-Supongo que sabes que me debes un día de esclavitud- dice haciendo círculos en mi pecho con su índice.

- ¿Día de esclavitud?

-La primera vez que competimos con cerveza.

- ¡Ah sí! - recuerdo, ¡que memoria! - Y la última

-Supongo que sabes- dice acariciándome hasta llevar a mi entrepierna, la miro dudosamente excitada- que tarde o temprano tienes que pagar.

-Si… - susurro.

-Me gustaría, que jugásemos a algo…

- ¿Ah sí? – suspiro cuando hace presión con su mano.

-Si- me besa el cuello y me habla bajito al oído- no eres la única que imagina cochinadas. – Toma mi cabello con un poco de rudeza y me da un lametón. 

 

Notas finales:

o///////////o K...kate!


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