Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi pareja perfecta 2 por Brit

[Reviews - 158]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ooooow yeah, actualicé justo, besos! gracias por sus lecturas

la U me está matando, pero ahors es cuando debo dar todo

cuidense mucho!

Angie.

-Entonces… ¿Qué dices? - miro interrogante a Caro que no se nota muy convencida. 

-No me da buena espina.

-Caro… está sufriendo.

-No le creo nada- arruga la nariz. Me río de sus celos y me mira horrible, la atraigo hacia mí.

-No tendré una aventura con Ingrid saliendo una tarde.

- ‘’Hmshjhge’’ - escucho.

- ¿Qué? – me río. Siempre balbucea cosas raras cuando se enoja.

-Que te cuides- beso su coronilla.

- ¿Aún nos queda tiempo sabes? – La empiezo a acariciar lujuriosamente.

-No ¡Angieee! - reclama cuando la cargo y nos dejó en el sillón pequeño, el grande ahora es propiedad de las mascotas… aprovechados.

Trato de robarle un beso y no me deja, cuando tomo sus muñecas se ríe y nos damos uno rápido.

-Deja de hacerte la difícil- me quejo- Soy tu novia, ¡¡soy tu novia!!- trato de darle otro.

-Pero vas a salir con otra ¡hum! - Se aleja.

Le pincho una costilla con un dedo. Pega un salto.

- ¡Hija de tu put…!

-Eso mismo. -Digo burlona.

-No hagas eso.

-Dame un beso.

-No. – Acaricio sus piernas y la miro sugestiva, levanto las cejas.

-Bueno, uno pequeñito.

-Ya… - me acerco y la beso, en una especie de pelea meto mi lengua en su boca y cargo mi rostro hacia adelante. Caro primero se resiste hasta que noto como si lengua acaricia la mía… La acerco más… se separa.

-Oye no hablamos de agarrones – susurra con mi mano sobre su trasero. Beso su cuello y vuelvo a besarla, nos tiro al suelo y rodamos quedando yo sobre ella, la atrapo con ambos codos a los lados de su cuerpo y nos seguimos besando.

-Caro – suspiro entre cortos besos- si no tuviera que salir con Ingrid…

-Angie… - me toma ambas mejillas y me besa posesivamente. -Cuídate.

-Por supuesto que si – seguimos besándonos

Suena el timbre.

-Agrh. – Nos quejamos a la vez.

-Lo dejamos pendiente- le doy un besito.

Voy a la puerta, Ingrid me sonríe, noto que está muy arreglada, quizá quiera coquetearle a algún tipo en el mall. Me abraza.

-Hey- sonrío devolviéndolo, Caro me levanta una ceja y decido que ya es mucho tiempo de abrazo, la suelto

-Ejem -carraspeo- ¿vamos?

 -Hola Caro

-Hola- sonríe falsamente.

- ¡Si vamos! Necesito que me acompañes a compr… - antes de cerrar la puerta, corro donde Caro le doy un besito y voy detrás de Ingrid.

 

En el mall

- ¿Comprar qué?

- ¿No me estabas prestando atención? - Ingrid me mira como siempre que algo le molesta.

-Eh… no…

-Un vestido, tengo una cena formal del trabajo.

- ¡Ah! - ¡que no demore lo que demora Caro por dios! -Bueno vamos.

-Quiero que me des tu opinión.

-Ok- digo feliz. - ¿Demoras mucho?

-Humm eso depende de mi vestido ideal- miro a otro lado con cara de hastío.

 …

- ¿Qué tal este? – sale con un vestido beige.

-Se te marca la ropa interior- me burlo.

- ¡Carajos! – entra rápido mientras me río.

- Y este- sale con un rojo.

-Está muy sensual… demasiado. No sé si sea ideal para una cena de trabajo.

-Uuuh- levanta una ceja y posa con el vestido, me río.

- ¡Ahora sí! – sale con uno azul

- ¡Ese sí! -celebro

Me guiña el ojo y vuelve a entrar, Ingrid siempre ha sido muy coqueta así que no me extraña. 

-Demoras menos que Caro- sonrío mirando los mostradores.

- ¿Cuándo demora? – pregunta.

-Horaaas…- me quejo.

-Uh, debes quererla mucho.

-Yo la amo- aclaro.

- ¿Y cuánto llevan?

-3 años y casi 6 meses.

- ¡Vaya! igual es bastante, antes no habías durado tanto.

-Ni me lo recuerdes…

-Nosotras duramos más- me codea.

-Nosotras nunca estuvimos juntas realmente- me río.

-Bueno si… -dice pensativa, frunzo el ceño con duda ¿dije algo mal? - ¿Vamos a comer a un local?

- ¿Local?

-Llévame a uno de los tuyos- mueve las cejas.

-Oh… ¿Y ese repentino interés? –pregunto caminando hacia cualquier local gay con comida.

-No sé…

- ¿Estás conociendo a una mujer? - me río.

-No, has sido la única. – se acomoda el cabello.

- Ahh verdad- recuerdo. - Bueno, este te gustará- me levanto de hombros abriéndole la puerta.

-Gracias- se ríe.

Dentro, hay algunos grupos comiendo, los ventanales son enormes y en los asientos de al fondo hay una que otra pareja enamoradas. Saludo con la mano a un par de conocidas, veo a Ingrid mirando perpleja a todos lados.

- ¿Mucho trauma? -ironizo.

-No claro que no… es similar a los otros, sólo que, de mujeres- sonríe y se sienta en una mesa de a dos.

Pedimos comida y algo de beber.

-Entonces, ¿sólo querías un vestido?

-Oh no claro que no, quería que me acompañes a otra cosa después de comer ¡es tarde de chicas! -nos carcajeamos.

- Como digas. -Sonrío comiendo. 

- ¿Quieres ver una película?

-Claro- Asiento más concentrada en mis papas fritas. - Nada cursi. -Noelle y Caro me traumaron.

-Ooooh- se queja. – ¿Acción más romance?

-Puedo soportarlo- apunto.

-Genial

Al terminar se apoya en mi brazo, sonrío y caminamos.  En honor a la acción, la película estuvo buena, ¿Es idea mía o Ingrid está más arrimada? Supongo que está triste…

-Bueno, adiós Angie, me lo pasé muy bien- sonríe. – Y gracias- mira la bolsa con su vestido.

-No hay de qué, para eso estamos las amigas- sonrío. Me abraza y nos reímos al mecernos, luego entro, me aborda Caro dándome un besito y nos vamos abrazadas al sillón.

… minutos después.

- ¡¿Qué esperas?! – salta.

- ¿Eh? -miro a todos lados, Juan molestando a Antonieta le llega un manotón. Caro mirándome, todo bien. – ¡Aaaah la salida!

-Si – me mira entrecerrando los ojos.

-Eres muy celosa Caro ¿Te lo habían dicho? - la miro levantando una ceja.

-Es que nadie que te conozca te mira con ojos de amistad- me mira seria- bueno excepto las chicas, ya sabes… gobernadas.

-Son ideas tuyas. – Comento bebiendo un vaso de bebida. Me tomo mi tiempo- Se compró un vestido, comimos en un local gay y luego vimos una película.

- ¿Romántica? – me mira.

-No- me rio- de esas de acción juvenil con una parejita cursi.

-Ahm.

- ¿Te das cuenta que yo nunca te pregunto por tus salidas con Kate y Elisa? -Caigo en la cuenta.

- ¿Y qué voy a hacer yo? – Dice aburrida mirando TV.

La miro indignada y sorprendida- ¿Acaso yo sí?

-No digo eso…

-Lo dijiste.

- ¡Bueno, está bien! - se exaspera- yo te cuento todo.

-Yo también, bueno lo que es necesario.

- ¿¡Cómo que lo necesario!?

- ¿Qué acaso quieres saber cuándo voy al baño?

- ¡Ya sé cuándo vas! - se enoja.

-Ya sabes a lo que me refiero Carolina

-Sólo preguntaba, ¿estás a la defensiva? – se pone de pie.

-No, ¡Dios! - me espanto - ¿Qué más quieres que te diga? ¡Tengo derecho a una vida privada!

Me doy cuenta de inmediato que la cagué. Caro cambia su expresión de enojo y sus ojos le brillan.

-Escucha…

-No, quiero estar sola. – se va a la habitación

- ¡Oye vuelve! – Mi respuesta es una cerrada de golpe de la puerta.

Quedo mirando a nuestras mascotas.

Argh, menos mal tenemos cuarto de invitados.

 

Al día siguiente

-Carolina…

-No. – Se viste para trabajar.

-Aún no sé porque actúas como si hubiese hecho algo muy grave. – Me cruzo de brazos, ahora que lo pienso, no dije nada malo.

-Me gritaste- dice enojada.

-Me has gritado toda la relación – bromeo, me mira horrible levanto las palmas en señal de paz.

-Me hablaste como si ya no quisieras estar conmigo. - Siento una horrible sensación en el estómago.

-No digas estupideces- me escandalizo- eso jamás está ni estará en mis planes.

-No sé. – Hace un puchero y sale de la casa. Me siento y Juan se pone en mis piernas, lo acaricio preocupada.

Luego de unas horas tocan la puerta, ni siquiera me he movido, generalmente cuando mi ánimo está mal me quedo sentada y estancada como idiota.

Abro la puerta y veo a Ingrid, resoplo.

- ¿Ocurre algo?

- ¿Estás bien?

-Hmmm- la miro, me conoce bastante como para saber que no.

- ¿Tengo la culpa verdad? – nos miramos.

-La verdad no, sólo fuiste el desencadenante- levanta una ceja y sonrío.

-Eso no me hace sentir mejor.

-Lo siento

- ¿Has almorzado? – me mira y nota mi aspecto desaliñado, la casa vacía y silenciosa. - Claramente no ¿Quieres comer y conversar?

- Es buena idea- no pienso cocinar. – Deja alimentar a los bebés.

Les dejo agua y comida a Anto y a Juan, me pongo algo más presentable que el pijama que traía y salimos.

- ¿A dónde vamos?

- ¿A mi casa? ¿A otro lado? – me pregunta dudosa.

No a su casa no, mala señal si Caro pregunta.

-Vamos a comer a un local.

-Bien.

- ¿Y tú no estás trabajando? – ahora que recuerdo…

-Hoy no, tengo libre.

- Ya veo.

Luego de unos minutos no sentamos y ordenamos.

- ¿Y entonces? - me mira- ¿qué ocurrió?

-Discutimos por una estupidez, es que en realidad siento que la provoqué. – Bebo agua.

- ¿Tú provocar? -levanta una ceja.

-Es que… a veces es muy celosa, y me gusta, pero… me hizo sentir como si yo no fuera digna de confianza- apoyo el codo en la mesa enojada.

- Claro que lo eres, haz tenido malos momentos- bromea- pero ya estas grande. De edad ya sabes…

- Ja, Ja. – La molesto, siempre con mi altura.

- De todos modos no te estreses- dice cuando llegan con la comida- tú no le has dado motivos para desconfiar. Si no confía en ti allá ella.

-Pero yo no quiero que esté allá- digo infantilmente. -Sólo quiero que no me hable tan acusadora.

- ¿Y se lo dijiste?

-Sólo le grite que tengo derecho a una vida privada. -Me mira y me toco las sienes.

-Bueno si quieres sinceridad, en el fondo tienes razón, pero bueno; ya sabes, la venita controladora hace que nos enojemos. – come un poco.

-Sí, es sólo que creo que merezco confianza para hacer algo y no tener que decirle cada detalle, y no significa que esté engañándola o yo que sé. – Me desahogo, aprovecho de comer, ahora que lo pienso ni desayuné.

Mastico y noto a Ingrid mirándome, levanto una ceja.

-Bueno, es muy tierno eso de tu parte. Pero ya sabes cómo son las cosas, no toda la gente es así.

-Lo sé

-Así que es natural que desconfíe.

-Pero yo no la vigilo así.

-Sí, pero tú… eres tú.

-Qué significa eso -me río

-Eres más relajada, tranquila, llamas mucho la atención.  

-Mentiras.

-La de al fondo, la de la entrada. - Miro hacia allá y noto a una chica pelicastaña mirándome.

- ¿Qué me ven?

-Bueno, tienes un bronceado muy bonito, tu cabello algo ondeado te da un aire despreocupado y lo adornas con un físico cuidado de 1.80 y algo, sólo eso- me guiña el ojo y enrojezco.

-No… No es para tanto. – Miro mi plato.

-Y esa inocencia que tienes también es atrayente.

-Ya basta- me avergüenzo.

- ¿Ves porque te cuida tanto? – Se levanta de hombros- no la culpo.

Gruño sin saber que decir, Mi Caro es hermosa, ni que fuera tan imbécil para engañarla. Quiero que esta pelea estúpida se termine y que me abrace y me diga que me ama. El problema es que si abro la boca tengo que intentar no echarlo todo a perder.

 

 

Dos días después

Kate

Converso con Angie por WhatsApp, menuda forma de pasar mi feriado, iba a ir a visitar a mi familia, pero se fueron por dos días a la casa de la melliza de papá. Simplemente genial, Angie me cuenta secretamente que discutió con Caro y que ella está cortante, le dije que era así, que la deje sola hasta que se le pase, maldita Caro. Bostezo, no me pondré a defender a nadie, pero la conozco, se hará la víctima, estoy consciente de que es celosa. Supongo que puede ser lindo al principio, pero con el tiempo eso pasa la cuenta. Al menos Ale nunca me pregunta mucho, espera a que yo le cuente, y yo bueno… trato dependiendo de con quien esté. Miro a la puerta, en media hora debería llegar.

La extraño... Miro mis pies descalzos, escucho el sonido de respuesta en el celular y sigo conversando.

En media hora.

-Ya llegué- canturrea Ale.

-Hola- la miro cerrar la puerta, caminar hacia mí y sacar de su bolso una rosa. – Para ti – me mira con esa expresión tan bonita de su cara.

-Gracias- la tomo, toco el tallo en la parte donde Ale la tenía. Quiero sentir su calor – Ven aquí- susurro. Ella se sienta y me abraza, la acerco del cuello para besarla.

-Me gustan tus besos- suspiro.

-Es que soy una maestra. - Bromea.

-No. – La molesto. – Son tiernos…- me aferro a ella.

-Bueno, al menos te gustan. -Gimotea dolida entre mis brazos.

-Ale… son los mejores, no llores.

-Lo dices como si siempre llorara. – Miro sus ojos, sus labios rosas, su cabello café ondulado. Sonrío burlona.

-…

-…

- ¡Igual me quieres!

- Yo te amo.

-Yo también -me da besitos en el rostro y el cuello. -Te extrañé …

-Y yo a ti- dejo la rosa al lado para recostarme con ella. – Amo tus detalles.

-Yo amo tu todo. – Se ríe. – Todo – me mira coqueta. La miro igual y me aferro a ella con mis piernas y le acaricio el estómago. Comenzamos a besarnos, la acerco más de la nuca. Bajo mi mano a su jeans le doy un agarrón. Ale entreabre la boca, me sigue besando y siento su cabello acariciando mi rostro. Ah mi dulce Ale, sonrío mientras me besa el cuello.

Cuando el ambiente de la habitación se estaba elevando más y más, suena mi celular.

-Agrh joder. – mascullo sacándomelo de la espalda, se me había olvidado. Lo dejo en la mesa mientras Ale me besa.

-Quizá sea importante- susurra cerca de mi boca.

-Hmm- me quejo, lo tomo de mala gana y leo el mensaje.

 

Caro: Terminé con Angie… </3

 

Hace 3 horas.

Angie

La quedo mirando perpleja, Ingrid me mira dudosa.

- ¿Sabes que tengo novia verdad?

-Si… Sólo quería decírtelo.

-Mira, creí que el jueguito había terminado hace años.

- ¡No es un juego! - me mira dolida. -Te di señales y no las viste, tan distraída como siempre.

-Debiste haber dicho eso antes. - La miro atareada, mira que salirme con esto. – Escucha…

-No escucha nada. Me gustas. – Se enoja.

-Terminaste hace poco…  es natural que te confundas.

- ¡No estoy confundida! Y no hagas como que te importan mis relaciones

- ¡Cómo no me van a importar! ¡Somos amigas! – repongo perdiendo la paciencia. 

-Antes no te importaba besarte conmigo.

-Fue hace como 10 años Ingrid- miro el sillón. Eso es algo que quería olvidar y empezar de cero.

-Nueve. - Aclara.

- ¡Eso ya pasó! ¡Estoy con Carolina! – la miro sería y fijamente.

- Sólo llevan 3 años.

- Y medio.

- No es nada.

- Ingrid. – levanto la voz, me mira y noto un dejo de tristeza en sus ojos, pero no voy a retroceder. – Estoy enamorada de ella.

- ¿Cómo puedes estar tan segura?

- Con ella es distinto, no tengo nada más que decir. – No tengo por qué aclararle nada, Caro es la indicada, quizá sólo lo sepa, pero cada fibra de mi cuerpo me da la razón. Yo amo a esa pesada que no me habla hace unas 32 horas.

-Bien.

Sus ojos amenazan con vidriarse. Va hacía la puerta y cuando la deja mal cerrada exhalo aire y me recuesto en el sillón, miro mi celular… Caro está por llegar. Por suerte esto ocurrió antes. Cierro los ojos y me quedo unos minutos. Cuando estoy a punto de quedarme dormida, abre la puerta y sonrío, noto que se inclina y deja un beso, me alegro pensando en que decidió dejar esta absurda pelea. Me inclino y miro mis brazos, cuando veo que en ellos rozan unos mechones de color castaño más claro que el de Caro (en realidad el de ella parece negro). Miro a Ingrid boquiabierta.

    Pero ella en lugar de verme a mi mira hacia la puerta. Siento un peso en el estómago como si Juan se acostara sobre mí. Aunque él está en el patio… no quiero mirar. Cierro los ojos y giro la cabeza viendo una expresión angustiada en Caro, achico la vista producto del ardor que siento. Sabiendo la inutilidad de mis palabras decido intentarlo. Ingrid esta de piedra… tengo tanto miedo que ni siquiera estoy enojada.

-Caro, no es lo que crees. -Digo con la voz rasposa sintiendo mi garganta apretarse. Ella me mira como si no pudiese decir algo más cliché.

-Ya vi suficiente. – Dice con los ojos rojos yendo a nuestra habitación.

-Lárgate – digo mirando mis pies. Trato de sentir enojo, pero la pena que siento ahora me supera. Mi mente ya adivino todo lo que va a pasar y estoy aterrada. 

Me pongo de pie y toco la puerta, Caro no atiende. Escucho pequeños hipidos.

-Caro por favor- digo- no es lo que piensas, confía en mi- ruego sabiendo que no la hará.

… Nada.

 -Pensé que eras tú… - Cierro los ojos peleando con mis lágrimas. Ahora no es el momento maldita sea. Aun así, pese a mis intentos, me ganan.

-Por favor- suplico. – Yo nunca te engañaría- empiezo a llorar.

 

Kate

Abro los ojos de par en par y miro hacia arriba, Ale aún está pegada a la pantalla, cierra la boca. Botamos aire a unísono y comprendemos que nos mató el momento.

Mientras se sienta a mi lado Ale se acaricia el cabello.

-Esto no me lo esperaba ni en broma. – Deja salir tirándose hacia atrás.

-Ni yo. - ¿Qué diablo pasó?

-Me preocupa Angie. – Dice suavemente.

-Hmm – miro mi celular.

Ale me mira de reojo mientras le escribo ‘’ ¿Qué ocurrió?’’ la respuesta nos deja en shock.

Caro: ‘’Me engaño…’’

-No. – dice Ale un poco sentida- conozco a mi amiga.

-Esto es muy fuerte, hasta para Caro. - Le aclaro. - ¿Nos mantenemos al margen?

-No lo creo… Angie debe estar desecha. De seguro Noelle ya va al rescate- me mira- ¿por qué no vas?

- ¿Estás segura? – es idea mía o está enojada – Ale, ¿estás bien?

-Nada de esto me cuadra.

-No todas las parejas duran para siempre Ale.

-Nosotras sí. – responde enfurruñada, no puedo reprimir una sonrisa de ternura - No te rías.

-No me río- aprieto los labios, me mira y se le sale una pequeña carcajada a regañadientes.  – Cállate, te amo. – Dice indignada, la acerco y beso su mejilla tal como ella me la besa a mí. Me sonríe un poco triste.

-Angie no engañaría a Caro-  mira sus manos. -Conozco a mi amiga.

- Bueno Caro lo afirma- me pongo de pie. Debe estar llorando a mares... – Creo que esperaré a que se enfríe el ambiente.

-Buena idea. –Susurra.

 

Christine.

Llego a trabajar, veo en mi mesón un lujoso ramo de flores. Leo la nota y las dejo en la basura, atiendo pacientes y antes de que salga a comer, entra Noelle con cara de no saber muy bien que hacer. Sonrío internamente y la miro desde mi cómoda silla.

- ¿Se te ofrece algo?

-Ah pues… yo hum- sonrío petulante y me mira enojada- Sólo quería… ¡nada! me voy.

-Detente ahí. – Se queda congelada mirando hacia la puerta. Me paro cómodamente, la abrazo de la cintura y me acomodo en uno de sus hombros. La aprieto un poco, cierro los ojos y sonrío.

- ¿Qué querías? – pregunto con suavidad sintiendo su rostro.

- Sólo, comer contigo…- siento el calor de sus mejillas, le dejo un beso y se ruboriza más. La miro sintiendo un calor en el pecho, Noelle acaricia mis manos. 

- Está bien… - Digo. Sonríe tímidamente, acaricio su mejilla y mientras se pone frente a mi nos besamos. Extrañaba esta sensación, bueno todos los días que podemos nos besamos, pero yo me entiendo.

Me abraza y al final nos desconcentramos del almuerzo, choca con la pared y le beso el cuello.

- ¿Oye que es eso? - mira la basura con las flores del bastardo.

-Nada importante, ya te dije que soy cotizada.

-Hmm- arruga la nariz. – Vamos.

-No te enojes, no es mi culpa.

-Sí, supongo.

- ¿Cómo que supones?

-No quiero hablar de esto.

- ¿Estás enojada?

-…No.

- ¿Entonces no te importan esos detalles?

-No. ¿Por qué debería?

- Noelle… también soy mujer. - Sonríe de mala gana. – Sólo son flores, como puedes ver, las boté.

-Hum… está bien. -Abre la puerta, la detengo y me mira enojada. Le doy un besito y la miro interrogante con cara de niña buena.

-Bien- se ríe. - Ya vamos Edwards, no me hagas enojar.

-Sería un milagro si no lo hiciera- me río caminando detrás. En eso veo a Enrique con su cara de empollón creído y mi sonrisa se paraliza. No me importa que esté aquí, pero no quiero que diga a mis padres que lo ignoré por estar mirando con cara de hambrienta a una empleada.

-Hola Christine. – Noelle me mira asesinamente, pero lo disimula bien.

-Hola, eem, ¿cómo sabes que trabajo aquí? – me cambie de piso joder.

-Tú padre- se levanta de hombros- venía a invitarte a comer. -Mira de reojo a mi acompañante y luego a mí.

-Lo siento – digo tomando el hombro de Noelle- ya hice planes. Cuídate- arranco de ahí caminando rápido.

-Ya a ver…- digo apretando los dientes.

- ¿A ver quién? – me mira Noelle curiosa.

-Argh nada, es que… ampliaran el hospital y ese imbécil está detrás y es amigo de la familia.

- ¿Qué tiene contigo? – Uf, que directa con las preguntas.

-No tiene nada- la miro de reojo mientras caminamos. – Es un imbécil confianzudo.

-Ah – dice un poco triste. Acaricio su mano y nos miramos.

-No importa -suspira- tú me quieres a mí.

-Eso está claro – sonreímos.

 

5 horas después.

- ¡¿Qué hace ese hijo de puta en donde trabajo?!- le grito a mi padre frente a su escritorio, me mira atareado, ¡puta mirada! Con razón Noelle se enoja conmigo.

-Sólo te fue a ver ¿Qué hay de malo en eso?

-No me gusta. Es un fracasado.

-Nadie que venga de buena familia es un fracasado.

-Para mí todos esos son fracasados y te agradecería que no hagas de casamentero.

- ¡Christine! - se pone de pie. -Su familia aceptó cortésmente rebajarnos el precio de la ampliación, y todo en nombre de una buena relación. Y claro, tienen atención gratis por 5 años- mueve la mano. – Como sea, pone de tu parte.

- ¿Qué significa eso?

-Ya sabes cómo es esto- me mira serio- por favor, baja la voz ¿Tú crees que me agradan todos los idiotas que conozco? El dinero no cae de las nubes, nos conviene. – Luego me echa una ojeada- A ti antes no te hacía problema alguno salir con un montón de tipos una vez a la semana, no exageres.

-Antes. – Aclaro. – Puros mariposones.

-Al lado tuyo cualquiera es mariposon – ironiza. – No voy a dejar el hospital en manos de alguien que no es capaz de hacer lo que sea para cuidarlo. ¿Qué te cuesta salir con él?

-Así que eso era- digo dolida- como pude ser tan inocente- es cosa de conveniencia.

-No exageres, tampoco es que te fueras a casar, aunque… harías feliz a tu madre. – Dice más pendiente de su ordenador.

-Eso no va a pasar.

- ¿Por qué no?

-Por qué no quiero. – Me mira analítico.

-No me vengas con…

-No te vengo con nada, usaré a ese imbécil unos meses y adiós.

-Algo es algo, voy a dejar esto en buenas manos. - Quita su atención de mí en señal de que me largue.

‘’Hijo de puta manipulador’’ Me enojo con él y conmigo misma por insultar a mi abuela.

Respiro tratando de tranquilizarme, esto se va a poner feo si no sé actuar bien. Busco el número de Noelle y veo su foto, es la que le saque cuando miraba a los pingüinos. Acaricio la pantalla, sonrío casada de mi vida y la llamo. Hace horas nos despedimos y ya necesito verla.

- ¿Aló?

-Noelle- susurro. Me quedo en silencio.

- ¿Estás bien?

-Sí- carraspeo recomponiéndome. - ¿Quieres salir?

-Humm no en realidad.

- ¿Cómo qué no? – ¡¿Me está rechazando?!

-Estoy con Angie, está triste- ah claro, la mejor amiga. No puedes competir con eso.

-Entiendo. Bueno, otro día.

-Si…- me dice- te quiero.

-Y yo a ti- susurro.

-Chris, tengo que cortar- sonrío, sé que está sonriendo.

-Adiós.

-Adiós. - Escucho antes de cortar.

Miro mi celular antes de irme a mi depto.

- ¿Estás con alguien? – Enrique me mira.

-No.- digo fríamente.

-Oh, estaba con tu padre- dice caminando a mi lado.

- ¿Y qué tal? – pregunto guardándome el celular.

-Va todo bien, aunque tendrán que soportar mucho ruido- bromea, me rio de mala gana.

- ¿Quieres ir? - mira un lujoso restaurant al lado del edificio de mi familia.

Hoy ha sido un largo día.

-Vamos.

 

Alejandra.

Respiro agitada, siento las tripas abandonarme al ver la puerta café de la casa de los padres de Kate, me acomodo el cabello y siento sudor, me tocan el hombro y veo a Gabi preocupada.

- ¿Lista?

-No- digo apenas

-Tranquila, tocaremos la puerta cuando te sientas lista. – Toca la puerta.

-¡¡HIJA DE PUT…!!– trato de salir corriendo y Gabi me ataja del sweater, nos ensartamos en una pelea y terminamos en el suelo.

-Ale idiota- me trata de agarrar- no empiezas bien. – Se ríe.

- ¡Eres una grandísima…! - lloro.

- ¡No lo ibas a hacer nunca! - suelta un sonido de molestia cuando la despeino para que me suelte.

- ¡Suéltame Gabriela!

- ¡Escaparás como una cobarde!

- ¿Qué diablos hacen? – Nos mira Gabriela mamá. A Gabi despeinada en el suelo y a mí con parte del estómago al aire y el sweater dos tallas más grande.

-Nada. – Me pongo de pie. -Ya sabe cómo es… - Miro a Gabi de reojo mientras me acomodo la ropa.  

- Menuda lealtad- dice herida entrando a la casa.

- ¿Estás bien? – me mira ella viendo mi cara de tragedia. - ¿Kate está bien verdad?

-Ahh ¡Kate!  Si, ¡sí! - me mira como si fuera imbécil- fue donde una amiga.

-Y…. ¿vas a pasar? – sonríe Gabimente.

- ¡Oh! Lo siento. – Entro rápido y la quedo mirando.

 

Me quedo tiesa en el umbral mirando a Gabi comiendo algo tranquilamente sobre las piernas de Cristian y a su papá mirándome raro.

- ¿Ale? Que inusual

-Ammm yo- trago saliva- Sólo venía a… a… -Me miran preocupados. Gabi me levanta el pulgar de atrás.

-Yo…- me da un ataque de adrenalina. - Yo quiero… pedirle a Kate que se case conmigo- cierro la boca y siento el cuerpo como si me hubiese tirado de un edificio. 

 

Notas finales:

Go Ale! Figth!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).