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Mi pareja perfecta 2 por Brit

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Notas del capitulo:

Fíjense bien en los saltos de tiempo <3 ¡A leer!

 

 

 

 

 

Kate

- ¿Cómo…? ¿Cómo…? - Ale recupera un poco de color y una vena se asoma por su frente- ¡¿Cómo qué están?! ¡Están! ¡Cielo santo! ¿¡Están!?

Mi madre sólo puede soltar una risita nerviosa. Aunque por el brillo de sus ojos, está haciendo lo posible por no saltar de la emoción y llamar a todos.

-Es la genética amor. – Sentencio.

- ¡Dios mío! me desviví pensando en cómo podérmelas con uno ¡y son dos! - coloca sus manos en la cabeza como loca. - ¿Cómo rayos lo haremos Kate? ¡somos primerizas!

La verdad no lo había pensado, me dejé llevar por la felicidad… y ahora recuerdo que los mellizos de mis hermanos fueron (son) un suplicio.

-Nadie nace sabiendo ser madre- la mira mamá, Ale la observa con tragedia- les costará al principio, pero valdrá la pena cada noche no dormida.

-De que rayos sirvió trasnochar para criar a Gabi- bromeo. Ale reprime la risita.

-Tú hermana tiene todo el encanto de tu madre- Sonríe- ¡Ahora dejen de torturarme y gritémoslo al mundo!

-Oye, ¿no deberíamos decirlo nosotras? – pregunto amenazante. Más le vale que no se chive.

¡Aunque admito que muero por ver la cara de papá! ¡Y de Leo!

- ¡Y lo harán!

- ¿Y cuándo sabremos qué son? -consulta Ale ajena a nuestra conversación.

-Un niño y una niña- decimos con mamá a unísono antes de que la doctora abra la boca.

- ¿Cómo lo saben? - pregunta Ale y ella a la vez.

-Tradición- decimos con tono monocorde.

-Increíble- responden ellas, se miran y ríen.

-Bueno, hay que pensar positivo- sonríe Ale- es más, iré a comprar cigarros. -Bromea.

-Ni si quiera lo intentes. – La amenazo.

-Hazte responsable – Dice mamá con los brazos cruzados.

-Por supuesto que lo haré, son mis bebes. -Baja la voz- Ojalá no sea un par muy inquieto…

Nos miramos temiendo lo peor.

-Son mellizos- Dice la doctora mirando la pantalla- Así que como dicen, no es improbable que sean de distinto sexo. -Mira a Kate- y es normal que los síntomas de tu embarazo sean más exagerados.  Tienes una cantidad más elevada de hormonas.

-Te pondrás enorme- dice mamá bajito. La miro enojada, no quiero ni imaginármelo.  Aunque tener a Ale me supone un tremendo alivio.

-Le recomiendo no faltar a sus controles, estos embarazos suelen ser de mayor riesgo. - Ale se vuelve a poner blanca. -Tenía que decirlo- la mira preocupada- es el protocolo.

-Ah. - Dice con un hilo de voz.  Se toca el cabello mirando al vacío, la miro preocupada, mamá va al rescate.

-Tranquila – dice posando la mano detrás de su espalda. - Yo no tuve problemas, sólo nacieron un poquito antes.

-Si… saldrá bien- suspira.

-Ale… - Digo.

Mamá le dice algo al oído. Ella abre los ojos de golpe, sonríe y me mira con esos ojitos tan brillantes.

-Lo importante es que todo salió bien- vaya parece que sufrió un golpe de adrenalina. -Tenemos que tener todo listo para nuestros bebés.

-La familia crece- anuncia mamá. – ¡Al fin seré abuela! ¡Y de dos!

Algo me dice que mamá será de esas abuelas que los hará engordar 5 kilos por visita.

Nos mira.

-Sólo no me hagan sufrir tanto tiempo y anúncienlo pronto.

- ¡Lo prometemos! - decimos a unísono.

 

En casa.

-Aun no lo creo- dice Ale mirando el techo.

- ¿Estás bien?

-Si… es sólo que… menuda ironía- se ríe. -Pero estoy más que feliz- me atrae hacia ella. - ¡Ojalá se parezcan a ti!

-Quizá- concedo.

-Te advierto que soy mala con los nombres... creo que si es uno bonito estará bien- acaricia mi vientre.

-Hmm- pienso- déjame a mí los primeros- ¡¡Ya quería que lo dijera!! – Pero…

-Pero…

-Tú elige los segundos nombres.

-Déjamelo a mí- sonríe. Me besa, me siento tan amada. Cierro los ojos y me dejo querer.

 

 

Christine.

-No puedo creerlo- susurro revisando mis correos.

Mi padre después de meses quiere que trabaje de nuevo en el puto hospital, afirmando que seré tratada como una más, sin sorpresas. No dice nada con su habitual ironía de enojado, pero tampoco algo que represente afecto. ¿De qué se trata esto? ¿¡Está loco!? No le creo.

Miro pensativa el mail con Tomás en mis piernas, gato del demonio, por suerte lo cepillo si no lo tiraría por la ventana.

- ¿Qué debería hacer? - canturreo acariciándole detrás de las orejas.

Ahora que lo pienso, los gatos no son tan horrendos como pensaba.

Un timbre se oye en mi rescate.

- ¿Quién será? – digo sabiendo la respuesta mientras Tom levanta su cabeza con atención. – Si… tu otra mamá- digo bajito- pero no le digas.

Bien, parezco loca. Déjenme soñar

 Me levanto y abro la puerta, le sonrío a Noelle y levanto una ceja con coquetería. Suelta una risita ruborizada y mira mis ojos, en un segundo estiro los brazos y me abraza del cuello, retrocedo y cierro la puerta, Tom nos mira desde un sofá. Sé muy bien que está esperando a que Noelle lo salude o si no, nos ignorará unas horas.

Reparto cortos besos en su boca y cerca de esta. Se ríe y cuando paramos un poco nos abrazamos un rato… hasta que Tom se acerca haciéndose el imbécil, Noelle se separa y lo carga. Genial, estúpido gato.

Cuando voy por algo para beber ella aún camina con él como si meciera a un bebé.

- ¿Qué cuentas? - dice con voz suave dejándolo en el sofá.

-Humm- le alcanzo un vaso y bebo un sorbo del mío. Noelle me mira curiosa.

Amo su mirada curiosa.

- ¿Entonces?

-Es papá. – Me siento a su lado. - quiere que vuelva al trabajo… como una más- sonrío

-Creo que todos tenemos claro que en tu caso ser ‘’una más’’ allá es imposible.

-Si… pero eso dice él. -veo un cuadro de en frente -Es sólo una oferta de trabajo.

-Deberías tomarlo. – Escucho, giro mi cara rápidamente

-Sólo di que me extrañas ahí Noelle- dejo el vaso en la mesita y la acerco de la cintura- extrañas mi presencia cerca- beso su mejilla- mirarme, vigilarme y amarme en secreto.

-Maldita egocéntrica, ¡sólo digo que eres tan pesada que es mejor pesada conocida que por conocer! ¡¿Entiendes?! – Sin embargo, deja que la bese.

-Ya veré si acepto o no- beso su cuello.

-Acepta. – Dice en un tonito que no acepta un no.

- ¿Y eso? - me sorprendo, hasta que lo veo en sus ojos y tomo mi oportunidad- ¿tanto miras a la puerta de mi consulta?  - Y ahí está, rojísima.

- ¡Nada que ver! – espeta indignada. Sonrío desagradablemente.

-Noelle por favor, quedamos en no mentirnos.

- ¡Cállate! Eso va para ti.

-No es justo- miro mis uñas- no reprimas lo que sientes- recito con voz suave

 Se queda en silencio.

-Sólo ve- escucho luego de unos minutos.

-Si me lo dices así es difícil decir que no. – Le sonrío mientras me mira de reojo, sé que, en el fondo; está feliz por la noticia.

La verdad yo iba a negarme, pero tenerla cerca es mejor que cualquier plan maligno que tenga papá. Me mira con los ojos brillantes y acaricia mi mejilla, trago saliva, eso me hizo sentir algo nerviosa… es algo que nunca sabrá.

- ¿Entonces…- bromeo para disimular- ¿qué somos?

- Dentro de poco, compañeras de trabajo – me mira aguantando la carcajada. Hija de...

-Bueno, alguien querrá ser mi algo más- espeto orgullosa. Hasta que esta vez soy ya la que termina viendo el techo de espaldas en el sofá.

-Ni en broma. – Noelle se recuesta sobre mí un poco asesina.

Esto me gusta. La miro creída.

-No me jodas Noelle… tengo algo que pedirte- la miro transmitiendo sinceridad.

- ¿A sí? - sus mejillas se ruborizan

-Si…

- ¿Qué es?

- ¿Podrías alimentar a Tom, está esperando en la cocina?

Sus manos que acariciaban suavemente mis hombros los azotan contra el sofá, va a darle de comer mientras me regocijo en mi dulce broma, oh sí.

 

 

Gabriela.

Despierto y le doy una nalgada al cuerpo desnudo a mi lado.

-Au- gruñe Charlotte adormilada.

- ¡Llegaremos tarde!

- 5 minutos más. – Abraza la almohada y sonríe relajada.

-No es mi culpa que andes calenturienta en la noche. – Le advierto como la mujer abusada en la relación que soy.

Abre un ojo asesina.

-No te vi negándote.

-Es porque soy entregada, obediente, sumisa, calmada, tranquila… - empiezo. - respetuosa, paciente…

-Ya… - me calla- entendí.

-Iré a hacer el desayuno- digo dolida. Hasta que antes de que me levante, toma mi cintura y termino recostada con ella en la cama.

-Abrázame – dice bajito.

-Amor, enserio. Vamos a llegar tarde. – Van a empezar a sospechar de nuestra ninfomanía. De todos modos la abrazo; es tan linda, me dan ganas de entre pellizcarla y apretarla ¿O apretarla mientras la pellizco?

Comienza a besarme el cuello. Oh dios, camino sin retorno ¡Danger! ¡Danger! ¡Danger!

- ¿Por qué pones esa cara? - Charlotte se carcajea.

- La piscina comienza a llenarse. – Digo cortante.

- ¡¡Ay Gabi!! – se queja en mi cuello con una risotada… me dio cosquillitas. – Siempre sales con tus cosas raras.

-Es que mis neuronas te aman. -Le doy un beso apasionado. - ¿Quieres jugar? – muevo las cejas. -Grr.

- Siempre- bromea ruborizada.

 

1 hora después.

MEDIA HORA DE RETRASO, JESÚS, MARIA, JOSÉ, LOS ÁNGELES, ¡VIRGEN DE LA GUADALUPE!

¡Me van a echar! ¡Me van a echar! ¡Me van a echar! Llego con mi uniforme arrugado y el cuello con manchas sospechosamente sexys, corro al ascensor y me miro al espejo preguntándome… Gabriela, ¿Por qué eres así?

-Tarde Rivares. - Veo a una idiota de cabello rojo con una libreta.

- ¡QUE HACES AQUÍ! - exclamo feliz provocando un sobresalto en la gente adormilada

- Somos colegas – sonríe Christine entre mis brazos, me sorprende que me abrace también a mí.

-Se sienten tan bien tus abrazos- bromeo estilo damisela apoyada en su hombro.

-No te vas a salvar de la lista de atrasados- me mira con maldad.

-Por favor Christine ¡En el nombre del amor! – gimoteo. La miro con los ojos brillantes y ella levanta una ceja, sostenemos la mirada por largos minutos.

-Yo no te he visto. – Dice colocando la lista tras su espalda.

- ¡Te amo! – beso su mejilla y me voy corriendo. Antes de entrar a consulta escucho su voz reprobatoria.

-Tarde Noelle, Amonestada. – La veo anotar en su lista con una sonrisa pesada. Aunque como está de espaldas a mí, claramente veo que sólo hizo el amague.

- ¡ES TÚ CULPA! – la mira Noelle roja.

-No debiste irte en la noche- dice sin más dándole la espalda.

-Te odio.

-Por favor compórtate, estamos en el trabajo- la mira de reojo con desaprobación. Camina por el pasillo y Noelle entra enojada, ni siquiera me mira cuando azota la puerta.

Rodeo los ojos, estas no cambian. Es su forma de decirse te quiero.

Suena mi celular ¡Carajos! ¡Dejen a esta sensual asalariada ganarse el pan!

-Alooo- canturreo

-Gabriela, ¡hay cena el sábado 19! ¡Adiós te amo! – Mamá me corta.

Si esta así de emocionada…. Algo deberán anunciar.

‘’ ¡Carajos, ojalá no este embarazada! No más Henrys’’ bromeo internamente.

A la hora de almuerzo, me pongo de pie para ir por Noelle.

- ¡Eres una idiota!

- ¡Carajos sólo es un día!

- No te atrevas a decirlo, ¡y son 10 horas! ¡¿Cómo puedes ser tan egoísta?!

-No se va a morir… - escucho la voz atareada de Christine. Pego mi frente contra la puerta, par de idiotas, esto ya se extrañaba.

-No puedo creerlo. - Salgo y Noelle está indignada.

- ¿Qué ocurre Noelita? - digo aburrida acercándome. Christine guanta la risotada y Noelle la mira asesina.

-Respóndele Noelita- dice cruel.

-Se le olvidó alimentar al gato.

- ¡Tan pronto adoptaron! – me sorprendo- claramente no sirven para eso.

- ¡Jodete! – me responden coloradas.

- No se va a morir, llegando en la tarde lo alimento.

- Que no se te olvide- Noelle arruga la nariz.

- Como se te ocurre- le sigue Christine. Esto no va a parar…

-Iré a comer- digo negando con la cabeza.

- ¡Oye espérame! – escucho la suave voz de Noelle.

- ¡Yo no te anoté! – se enoja Christine.

- ¡Cómo que no la anotaste! ¡¿Y a mí sí?!

Christine la mira atentamente y luego de unos segundos abre la boca

-Si.

-Argh- me enojo- no te anotó ¿Podemos ir a comer?

- ¿Enserio? ¿Es verdad lo que dice Gabi, Chris?

Ella se cruza de brazos y le pone más atención a la manga de su delantal…

-Seh.

- ¡Chris! – se emociona Noelle.

Genial, ahora se pondrán a follar en el pasillo.

- ¿Qué esperabas? – dice ésta sin mirarla- Sería una estupidez volver si te echan.

- ¡O sea que volviste por mí! - Noelle se ruboriza y le brillan los ojos.

-Bueno, ha sido un gusto. – Christine se gira con orgullo- Cuídense.

Me dan risa.

 

 

Alejandra.

Kate salió con Caro y Elisa, después de hacerle prometer que andaría con el celular cargado y amenazar a ambas, (que no entendieron el porqué de mi actitud) me recuesto en la cama a meditar.

Dos….

Dos…

Dos…

Dios, sólo espero que no sean como Gabi y Cristian… son unos buenos chicos, pero muy inquietos, sólo quiero estar a la altura de ellos. No me lo perdonaría si algo les ocurriese por mi negligencia… Y diablos, Kate… a Kate no le puede pasar nada o yo me muero.

Tengo tantos miedos y estoy tan ansiosa a la vez, si alguien me diera la opción de que todo salga bien con seguridad pagaría lo que fuese.

Sonrío con los ojos cerrados.

Los pequeños serán preciosos, ya me imagino al pequeño Alejandro, sólo lo puedo ver como un niño tan dulce como Henry… la niña, me produce todo un misterio. Por un lado, podría ser una pequeña Kate, por otro, prefiero no pensarlo. Suelto un par de carcajadas, es curioso poder idealizar a mi hijo pero a mi hija no. Antes de dormir, supe que a Kate le pasaba lo mismo, y ella ya tenía la corazonada que eran dos… y le asusta. Eso no es bueno, así que le sugerí que se distraiga, y con el dolor de mi corazón, que se aleje de mí una tarde.

No es de posesiva, es de miedosa.

Carajos, ahora recuerdo por qué Fer cambio a ser tan jodidamente apegada a Sandra cuando estaba embarazada. Antes podía salir sola, luego no quería apartarla de vista.

Quizá yo también necesite distraerme.

Sin pensarlo tomo mi celular y me lo coloco en la oreja esperando respuesta.

-Aló- escucho a Fer- ¿Ale?

- Fer, mi amor ¿Cómo estás? – sonrío

-No te va a funcionar desgraciada- bromea- estoy jugueteando con mi hermosa bebé- me río al escuchar cómo le hace mimos.

- ¿Y Sandra?

-Salió con unas amigas, le hará bien…

-Kate igual- sonrío – Hoy es día de distraerse.

- ¿Entonces porque no vienes? ¿Tú que dices Sam? - juguetea, se me sale una risita.

– Llego en 40 minutos, tenemos mucho de qué hablar.

-Oh, eso suena interesante ¡Te espero!

 

50 minutos después.

-Kate está embarazada – dejo salir luego de 10 minutos en silencio con Sam en mis brazos. Fer abre los ojos más de la cuenta y queda petrificada. Por suerte tengo a la pequeña jugueteando con mi polera…

-No…. – en eso su sonrisa crece a una enorme- ¡CARAJOS ALE CUANDO ESPERABAS DECIRMELO! – Su emoción me da risa y Sam se ríe al verme.

- Lo supimos hace poco- cuento emocionada moviendo las piernas. La pequeña es tan linda, tenemos una conexión especial de tía a sobrina, aunque no sea de sangre, yo la siento así. - Y eso no es todo…

- ¡Ah no condenada! ¡Que más te guardas! – se emociona pasando su brazo por mi hombro feliz y acariciando a la bebé.

-Son dos… - digo bajito

Ahora sí que Fer queda con la boca abierta.

-Mierda Ale... Oh mierda- se empieza a reír

- ¡Y a ti que bicho te picó!

-Es que me da risa, estoy muy feliz por ti y por mi como tía – me da un codazo de complicidad- pero carajos… ¿siempre te sale lo más difícil eh? – se sigue riendo.

 -Eso perra, búrlate. – Me indigno. – No les digas a las demás aún.

-Descuida…

Nos quedamos en silencio sonriendo.

- ¿Tienes miedo? – pregunta de repente

-Mucho.

-Me lo imagino. En esos momentos, sólo queda… esforzarse, dar lo mejor y disfrutar la etapa – Dice tocando la mejilla de Samantha. – Espero que todo salga bien Ale.

-Sí gracias, eso espero también- Me sincero preocupada, ella me observa.

-Sólo no le contagies la preocupación a Kate. Ella ya tiene suficiente con los cambios que experimenta su cuerpo y su humor.

-Eso me dijo su madre, que no demuestre mis temores.

-Y tiene razón. Si te comportas como que todo está bien ella se relajará, y eso les llegará a tus hijos también.

Mis hijos… exhalo mucho aire.

- ¿Y cómo te sientes ahora? ¿Tienes ansiedad?

-Sólo quiero que crezcan sanos- la miro un poco emocionada, ella sonríe comprendiéndome. – Realmente sólo quiero que sean felices, y según mi suegra y mi prometida- sonrío -Serán un chico y una chica.

- ¿Tendrás uno de cada uno eh? – se ríe mientras me palmea la espalda. – No hay problema Ale, ustedes lo harán bien yo lo sé.  Además, la familia de Kate, jamás las dejaran solas… es más, hasta creo que ustedes tendrán que alejarlos. - Bromea.

-Si… aunque aún no lo saben. En dos semanas lo anunciaremos, después de la ecografía.

-Será genial - baja la voz- ¿Kate ha estado muy terrible?

-Casi me morí cuando se desmayó en el trabajo- trago saliva- no quiero que ande sola…

-Entiendo…

-Amanece con malestares, a veces no almorzamos en la cafetería porque el menú le dan ganas de vomitar. - Digo recordando el día de los mariscos.

-Wow

-Y otras anda bastante emocional.

-Trata de no cagarla- comenta rápidamente Fer- una vez le dije a Sandra q se veía ‘’bonita gordita’’- y me empujo y se fue a la habitación llorando.

-Imbécil- me río

-Yo sólo me emocioné porque dentro de ella estaba mi bebita- carga a Sam – Pero ella lo vio de la peor forma.

-Joder… - me asusto.

- ¿Y hasta cuándo trabajará? ¿6 meses?

-No lo sé, ahora que lo pienso nunca lo hablamos…

-Sandra se agotaba muy rápido después de los 5 meses - empieza, la miro con una ceja levantada- Kate tiene dos.

 

 

Kate.

- ¡Vamos a beber! – sonríe Elisa.

-Ahora que lo dices hace tiempo no lo hago- Sonríe Caro

-Eh… yo paso- digo poniéndome de pie. - Me tengo que ir.

- ¿Te controlan?

-Claro que no- digo seria, Ale no es ninguna enferma.

-Pero Kate… - Caro hace un puchero.

-Antes eras chévere- empieza Elisa

-Si… ¿¡te llego la edad!? – Escucho. Levanto una ceja irritada.

- ¿Quién se supone que me sacará a rastras? - Elisa finge que llora.

-Caro. – Respondo caminando.

-Te obligaremos. – Dice esta última.

- ¡Si! – Me iban a llevar a rastras cuando exploto.

- ¡NO PUEDO!

-Oye… que ocurre, antes te reías- gimotea Elisa.

- ¿Estás mal del estómago? – pregunta Caro.

- ¿O de otra cosa?

- ¿Te hicimos enojar?

- Sabes que no te obligamos… tanto – Elisa me guiña un ojo.

- ¿Qué ocurre Kate? – Caro hace un puchero

- Si… nunca te habías negado.

Mantengo la boca cerrada pensando que decir… incluso mi vientre esta algo más prominente, no puedo creer que lo hayan dejado pasar. Aunque con unas 14 semanas no es mucho.

- No puedo beber porque….

-Porque… - Dicen a unísono.

-Yo….

-Yo- bromean

-Estoy… - me miran raro

-…Embarazada. – Confieso.

- ¡¿QUÉ?! – grita Caro

-Es una broma… - la mira Elisa- ¿O no? – abre los ojos sorprendida.

-No es ninguna broma. No puedo beber por esa razón, estoy embarazada.

-No…- dicen ambas

- ¡KATE! ¡KATE! ¡OH DIOS! ¡OH DIOS! -Caro se tapa la cara y en un movimiento rápido me abraza. - ¡No puedo! ¡¡no puedo creerlo!! Si es una broma te juro que no te la perdono.

-No es ninguna broma… -murmuro

-Kate… - Elisa sonríe- ¡Felicitaciones! – me aprieta y besa mi frente. - Perdón bebé, pero tu tía es un desmadre. - Toca mi vientre. Me río un poco emocionada, últimamente todo hace que salgan lágrimas de mí.

-Creo… que alguien más merece las disculpas.

-Como que alguien más… - Caro abre la boca cómicamente. - ¡NO! - Grita.

-Mierda Kate ¿¡¡son dos!!? – Elisa pone ambas manos en sus sienes.

-Si… -sonrío – son dos.

-Esa Ale… yo te dije que te cuidaras- bromea Elisa

- ¿Y cómo lo tomó? Debe estar muriendo- se ríe Caro nerviosa

Me sientan en medio y comienza el interrogatorio.

 

Alejandra

En casa.

-Me mande una cagada- decimos a unísono. Nos quedamos mirando, nos reímos.

-Tu primero- dice Kate.

-Le conté a Fer… ¡lo siento! ¡necesitaba de su exp…! - empiezo. Me tapa la boca.

-Está bien, entiendo. Es difícil para ti y necesitabas hablarlo con alguien más.

-Si – hago un puchero- debí haberte dicho.

-Gobernada- bromea- yo le dije a Caro y Elisa.

- ¿Y si le dice a Angie? ¿Y Angie a Noelle? Noelle se desmaya, despierta ¿y luego le cuenta a Christine? ¿Y Christine a Gabriela?

-No lo hará- se ríe Kate- Caro es una excelente guardiana de secretos, por si no sabías.

-No me la imagino – Bromeo.

-Bueno, como sea- me besa la nariz, la miro con los ojos brillantes- estamos agendadas el sábado 19. – Me acerco y la beso largo rato.

-Lo sé -susurro colocándome sobre ella.

- ¡Oye espera!

- ¿Hmm? – pregunto

- No me aplastes, me da miedo.

- ¡Carajos! – caigo en la cuenta. – Lo siento. - Me pongo recta rápidamente.

-No te preocupes, tendremos que tomar medidas- sonríe.

-Ven aquí – la abrazo, Kate me empuja riéndose y queda sobre mí.

-Te amo- susurro. Acaricio su mejilla y observo sus ojitos. – Eres tan hermosa.

-Por ahora- bromea- ya me aprieta mi jeans favorito

-Después lo podrás usar de nuevo. – La tranquilizo

-Si… -nos recostamos a ver tv.

 

Sábado 19.

Kate

Tomo la mano de Ale, como la vez que la lleve al patio trasero y no éramos más que compañeras de lectura. Ahora, es la madre de mis hijos.

-Estoy ansiosa- Reconozco fuera de la casa de mis padres.

-Muero por ver la cara de tu papá- dice bajito. - ¡Espera! – la miro sorprendida, ¿Acaso dejó la TV prendida?

- ¿Qué pasó?

-Ven aquí- sonríe acercándome de las caderas, me besa y entre risas la abrazo y nos seguimos besando en la oscuridad del patio.

-Ustedes son el amor caminando- escuchamos, abrimos los ojos de par en par- ¡Pero no nos torturen así! - Ah, es mamá. Me mira con los ojos brillantes y comienza a tocarme el vientre.

-Hola… ¿Cómo están? – Habla y acerca la oreja como si le fueran a responder. Ale sonríe- ¡Soy la abuela!

-Oye abuela, nos pillaran- la reprendo en broma.

-Si… espero que sean tan amables de decirlo antes de comer- me mira- Cristian se infartará o se le quedará la comida atorada en la garganta.

-Está bien- concedo. Es una buena idea.

 

Entramos y papá me prepara vino feliz. Él sabe que amo su mano con los licores, pero ahora…

-Paso esta vez- lo miro con una mueca.

-La otra vez también lo hiciste- hace un puchero

-Es que…

-Ha estado mal del estómago- se adelanta Ale.

-Oh, ¿estas mejor? – me mira aún herido.

-Si…- digo culpable ¡Aguanta un poco!

- ¡Miren a quien tenemos aquí! – Veo a Gabi llegando con Cristian Jr., Charlotte debió quedarse conversando con Leo.

- ¡La parejita más melosa! - le sigue él.

- ¡Nuestra amada hermana mayor!

- ¡Con Ale! – salta él con los ojos igual de brillantes. Ale me mira de reojo, sé que está pensando lo mismo que yo…

- ¡Las habíamos extrañado! - dicen a la vez.

-Me asusta que hablen así- trago saliva, paso la mano por mi vientre y tomo conciencia de que no saben, la saco rápido.

Ellos se ríen y nos abrazan, son tan lindos a su manera.

- ¡Ale! ¡Hermana! - salta Leo, Charlotte la abraza mientras yo saludo a Valentina, mi cuñada.

-Tía Ale- llega Henry- Kate- me abraza, ha crecido… me llega al cuello, será alto. Como papá

- ¿Cómo te has portado?

- ¡Bien! – sonríe – Soy un ejemplo- bromea.

- ¡Yo sé que sí! - lo levanta Ale de la nada… a Henry parece gustarle su poca delicadeza

 Nos quedamos así unas horas mientras se cocina todo en la parrilla. Es una suerte que nada de lo que hay aquí me dé nauseas.  

- ¿Quieres empezar tú? - murmura Ale

- Pues...

- Imagínalos a todos en ropa interior- bromea.

- ¡Ale! - me río empujándola, de todos modos a los de la familia ya los conozco así. No servirá.

Carraspeo mientras veo a todos con vasos en las manos, reírse, o tanteando la carne. Primero Leo me mira, luego papá, los demás, y claro… Gabi se percata al final. Mamá disimula, o al menos trata, tiene la sonrisa pintada en la cara, me da ánimo con las cejas.

-Yo aam quisiera… - Ale sonríe y me toma la mano- anunciar algo…

-Uuuh- dice Gabi, supongo que para dar emoción

-Cállate. – Carraspeo. – El asunto es que… -Miro a papá, el me mira casi con inocencia, me sonríe dándome ánimo.

Oh no, malditas hormonas, mis ojos comienza a aguarse ¡Carajos últimamente veo un pájaro y quiero llorar!

- ¿Está todo bien? - papá hace el amague de ponerse de pie preocupado, Ale me abraza por la cintura y me rodea con sus brazos.

Ay mi Ale… mi dulce Ale al rescate.

-Ella está bien, lo que pasa... bueno, el embarazo la tiene un poco sensible.

¿Un poco?

Se oye un jadeo general, los ojos de Gabi y Leo se abren como platos y pasan de Ale inmediatamente a mí y de mi rostro bajan lentamente a mi vientre, Henry y Cris están con la misma cara idiota entre feliz y sorprendida. Mamá se permite llorar. Y papá….

Papá está pegado en el vacío

-El…- jadea- el… – De repente nos sorprende con los ojos brillantes. - Kate… mi Kate… mi hija- esta vez se pone de pie de golpe, no me di cuenta con la sorpresa que Ale me había soltado, en menos de un segundo estoy entre los brazos de papá, sonrío en su pecho.

-Si papá, serás abuelo.

-A… abuelo- susurra algo tiritón- No puedo ser más feliz –me aprieta de los hombros aun nervioso y me abraza por largos minutos. Cuando se separa sus ojos brillan tanto como los míos; ambos somos de expresarnos poco y esto es muy importante para mí, siento una paz absoluta.

Estoy segura que mis bebés están extremadamente felices con semejante recibimiento, no me quepa la menor duda de que serán muy amados.

Los siguientes minutos son demasiados rápidos, todos se ponen de pie y se acercan, bueno Cris y Gabi están en una especie de lucha por ver quién va primero. Achuchones, abrazos, besos, felicitaciones, Ale sonríe de oreja a oreja, deja que Leo le tome el pelo.  

- ¡Chicas son unas pe….

-Gabi- advierte su madre.

- ¡¡Pero no me avisaron!! ¡Cómo sea! ¡Tía Gabi le enseñará todo lo que es importante en la vida! - toca mi vientre.

-Qué miedo- bosteza Charlotte haciéndonos reír.

-Hey Ale, ¿así que por eso el casorio eh? - Gabi le da un codazo- está bien, debes hacerte responsable. – Asiente.

Nos reímos.

-Bueno- bromea Ale pasando sus brazos tras el hombro de mi hermana sonriente. No es lo único… Me mira dándome ánimo. La entiendo, quiere darme el placer de sorprenderlos a todos una vez más.

-…. Si bueno, no es uno, son mellizos.  

Esta vez el silencio es total. Es más intenso pero no dura mucho.

-He cubierto la cuota de felicidad de una vida- dice papá cubriéndose los ojos. - ¡No puedo creerlo! ¡esto sí que no puedo creerlo!

-Pues créelo- sonrío- estoy segura que son uno y uno. - Papá deja salir una risita llorosa. Esta vez Gabi y Cristian son los primeros en llegar, en vez de pelearse como siempre lo hacen se me acercan emocionados.  Ale los mira.

- ¡No saben lo afortunados que son! – Dicen a la vez, se escucha una carcajada general.

Leo al parecer no me soltara, lo miro con mi típica cara de molestosa.

-Déjame, mi hermana mayor me hará tío. - Hace un puchero- ¡Tío de dos! - sonríe- ¡lo que sea que necesites sólo me dices y ya! – piensa un poco- salvo cambiar pañales.

-Gracias Leo, siempre cuento contigo.

-Obvio, soy tu consentido- me besa el cabello.

No Kate, no te emociones más.

Henry viene hacia mí y me abraza con una delicadeza que me da ternura, Henry es tan considerado para ser sólo un niño.

-Seré tío ¡Por fin!

-Mira que el niño es tío- bromea Gabi – parecerán tus primos. - Ale se ríe.

-Ojalá no sean como ellos- Dice Henry bajito mirando a Gabi.

Debo decir que… ojalá.

- ¿¡Bromeas!? - ¿Qué Gabi escucha todo?

Ella coloca su oreja en mi vientre.

-Oh pequeña Gabriela no los escuches. - Ale se ríe.

-No se llamará Gabriela, puedes estar segura de eso.

- ¡Cómo te atreves! ¡Cómo se atreven! – vocifera.

- No podríamos criar otra como tú- bromeo. -Pesadilla. – Le digo. Papá se ríe y toma a Ale detrás del hombro.

-No será fácil, pero se acostumbrarán- se apunta una arruga entre las cejas- esta es de Gabriela. - se apunta una de la frente- esta es de Cristian.

-Qué miedo- susurra Ale

-Los mellizos son especiales- continúa mamá- pueden ser muy parecidos- apunta a Gabi y Cristian- o muy distintos – apunta a papá.

-Es verdad, con mi hermana somos distintos hasta físicamente, también ella es más atrevida, yo fui más calmado. - Dice él pensativo. -Pero hay algo que no cambia- Ale traga saliva, aprieto su mano.

-Serán muy unidos- Dice Cristian, Cristian Jr. Y Gabi.

-Ah sí… - me lo imaginaba.

-Les costará un poco, si llora uno, llora el otro, si los alejan mucho, si los separan y además… - Dice papá, mira a Gabi. - cuando tratas de hacer diferencias.

-Es verdad – sonríe mamá- fue un infierno separarlos de habitación, la ropa, el cabello.

-Es mi media mitad- Gabi hace un puchero.

-Me escapaba por las noches y dormíamos en la cama vieja. - le sigue Cris.

-Éramos unos bebés- sonríe Gabi. – Aunque aún vas a molestarme a mi casa viejo- lo golpea y Charlotte se ríe.

-Lo harán bien- dice mamá despreocupada. - Ahora vamos a lo importante. ¡¿Ya decidieron los nombres?!

La noche transcurre entre risas y sugerencias. Ale sonríe, participa y se sienta a mi lado, luego el cansancio me venció y usamos la habitación de siempre.

-No puedo creer que no me lo dijeran- se queja Gabi sentada en la cama mientras yo estoy en el rincón y Ale en el baño.

-Oye, ya sabes… preferimos asegurarnos de que todo vaya bien.

- ¿Cómo lo tomo Ale?

-Casi se desmayó- me río.

-Joder, aún recuerdo como estaba por uno… y tú le sales con dos, te gusta hacérsela difícil a esa pobre mujer.

-Desde el principio- bromeo mirando el techo. No es muy tarde, pero de verdad que puedo sentir hasta las ojeras.

-Será difícil Kate, dos…

-Si…- susurro.

- Pero es el doble de felicidad- bromea. Ale entra, se sonríe con Gabi y luego me mira, se recuesta a mi lado.

No sé porque, pero siento una oleada de amor al ver su rostro.

- ¿Estás bien Ale? - Susurro

-Sí, muchas emociones para una semana, pero bien- se cubre con frazadas y me acaricia el cabello.

-Oigan- Miramos a Gabi- Kate, ¿has pensado que en 4 meses más estarás enorme?

- Si lo he pensado, gracias. -Digo ácidamente, Ale besa mi mejilla, le doy un besito. En eso Ale se queda pegada mirándome.

-Cierto…

- ¿Qué?

- ¿Recuerdas que nos vamos a casar verdad?

-Cómo olvidarlo – ironizo. – Oh espera.

¡¿Cómo voy a quedar en algo con un vientre enorme?! Mi rostro debe ser un poema porque Gabi suelta una risita.

-Dirán que obligaste a Ale. - Se ríe- la atrapaste hermana bien hecho. -Me toma el pelo.

-Idiota- se ríe Ale pateándola bajo las sábanas.

-No es mi culpa que no se cuidaran- se ríe.

Luego de que Charlotte se llevara a la jodedora de mi hermana nos quedamos con Ale, me recuesto bajo su brazo y ella me acaricia el cabello. Siento que ahora, realmente no podría pedir más.

-Kate

-Ale

Decimos a unísono.

Nos reímos.

-Tú primero- susurra Ale.

- ¿Cómo te sientes? - pregunto curiosa. – Y sé sincera.

Ale mira el techo.

-Eso no quiere decir que dejes de acariciarme- Aclaro, ahoga una risita y continúa pasando sus dedos por mi cabeza mientras me relajo más y más.

-La verdad es que estoy feliz, muy feliz… nunca pensé que yo podría tener mi propia familia y la verdad nunca lo desee, era algo de lo que evitaba hablar conmigo.

- ¿Por qué?

-Mi familia no era tan cariñosa… ni siquiera me molestaría en avisar porque hace años no hablamos- me abraza- y hubo un tiempo que pensé que todas las familias eran así, por más que sonrieran, que tenían hijos por tenerlos y ya.

-Vaya… - susurro.

-Si… estaba equivocada, ellos no están aquí sólo porque sí. Sólo – susurra, veo su rostro complicado en la penumbra que deja la luz de la lámpara. – … quisiera estar a la altura de ellos.

- ¿Aún crees que lo harás mal? Los niños te aman. - es cosa de ver a la hija de Fer, sólo a Ale le levanta los brazos para que la cargue. Y Henry… Henry la adora.

-Sí, pero… es sólo la ansiedad, de que todo salga bien, ya sabes… hasta el final- acaricia mi vientre- yo sin ti me muero - no me mira a los ojos.

-Ale… - Se me olvidaba que detrás de mi mata de emociones, Ale siempre fue la más sensible. Ahora veo que se ha estado conteniendo. – Todo va a estar bien.

-Disculpa por molestarte con esto- dice apenas con tono culpable. - Es lo que menos necesitas ahora.

-Tienes completamente prohibido ocultarme algo- le digo, sonríe y deja que me acerque para besarla, lo hago suavemente, ella se queda quieta y me sigue, me separo unos milímetros y cuando hablo nuestros labios se rozan. – Me siento bien Ale, muy feliz. Como madre puedo decirte que ellos están bien… Y como prometida te digo que estés tranquila o te golpearé.

-Extrañaba tu delicadeza- bromea.

-Así te enamoraste de mí.

-Oh, fue si querer queriendo.

- ¿¡Cómo que sin querer queriendo!? – Le doy un golpecito con la palma de mi mano.

-Oye, me sedujiste con libros.

-Claro que no ¡tú fuiste a molestar!

-No parecía que te molestara besarme tras el estante. – Se acerca a darme besitos juguetones.

-Es que eso… era para… ¡fortalecer nuestros lazos de compañeras de lectura!

-Muy fortalecidos quedaron- se ríe. - Más que fuertes.

-Cállate Ale- la molesto.

-No empieces a hacerme bullying a estas alturas.

-Stop bullying- le tomo el pelo.

-Buenas noches- dice girándose en la dirección contraria.

-Devuélvete en este instante- levanto una ceja seria, como se atreve a darme la espalda ¡no ve que ando sensible! ¿¡Y mi cabello!?

Pesadamente retrocede un brazo y me acaricia manteniendo la lejanía.

-Terminarás durmiendo con Henry- le advierto. Escucho una risita.

-Ven - Me abraza y huelo su cuello un rato hasta que sus caricias no me permiten seguir despierta. Nos damos un último besito y caigo rendida por el cansancio, la verdad, me duelen un poco las caderas…

 

Christine.

-No estaría aquí si no fuera estrictamente necesario. – Cruzo mis brazos y miro al perro que me huele. Debe ser por Tom.

- ¿Por qué te huele tanto? -  Me pregunta Carolina.

-Debe portar drogas- bromea la perra de Angie.

-Tengo un gato. – digo sin más- temporalmente. - Lleva alrededor de 3 meses…

- ¡¿Cómo se llama?!

-Tomás. – Al menos ya no se me olvida alimentarlo…

- Oh vamos Angie, si tiene un gato debe ser una buena chica. – Carolina besa su mejilla, le da unas palmaditas y entra a la casa.

- Bueno si ella lo dice.

-No te hagas del rogar- digo ácidamente. - Esto es por tu mejor amiga.

Nos miramos con odio.

-Bieeen- toma su abrigo. – Pero que conste que aun así no te apruebo.

-Me vale – comento- Noelle está loca por mí. – Angie me mira horrible.

-Y yo aún no sé qué te ve, pensé que se fijaría en una especie de princesa azul honrada y gentil. – Me mira desde su jodida altura. – No una princesita narcisista y desagradable.

- Soy la mejor – me apunto. - ¿Vamos? – Angie pone los ojos en blanco.

 

En el parque.

- ¿Y bien?

Carraspeo. Esto me da un poco de vergüenza.

-Quiero pedirle a Noelle que sea mi novia, pero quiero que le quede claro que de verdad lo anhelo. Fin.

Angie deja salir una risita y la miro con asco.

-Que. – Digo a la defensiva.

-Sólo me sorprende. Pero Christine, es Noelle de quien estamos hablando…

- ¿Y?

-Dale algo cursi y estará feliz. -Angie mueve sus manos con aburrimiento.

- ¿¡Enserio!? Nunca se me había ocurrido. – ironizo.

-No te pases- me mira horrible.

-Esfuérzate – muevo mis manos.

-Agrh, bien. Noelle es puramente emocional…

-Ya…

-Así que dale algo que significó algo en el pasado, algo importante para ella. Ojalá que también tenga que ver contigo.

-Le daré una cachetada. – Que hermoso nuestro amor.

-Te mato. – Dice Angie aburrida. - ¿Algo debió hacer que hablaran o no? ¿De golpearse a besuquearse? - me mira burlona mientras yo pienso… pienso… ¿en qué momento dejamos de ser sólo extrañas?

- ¡Lo tengo! – Digo feliz.

-Perfecto. Concéntrate en los detalles – me aclara- El más mínimo y Noelle lo notará.

- Aish.

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Ya la hiciste.

-Otra…

-Claro. Siéntete afortunada- bromeo, sé que a Angie le revienta mi personalidad… y eso me encanta. Porque se lo refriego cuando beso a Noelle en su cara.

- ¿Por qué te empezó a gustar Noelle? Es todo tan raro – me mira curiosa- debiste odiarla y hacer de su vida un infierno, digo… analizando tu personalidad.

-Y lo pensé- me río- había pensado en golpearla por ahí o humillarla no sé- digo pensativa mientras Angie me mira con los puños apretados- Pero… luego la miraba con odio, después la miraba tratando de repudiarla, después con curiosidad, después con ganas de molestarla, luego molestarla y besarla y así… – Aunque molestarla se hizo un hobbie – Hasta que sólo la quise a ella conmigo. – Confieso. Que cursi, mátenme

- ¿Algo así paulatino? – levanta una ceja.

-Es un camino sin retorno -aclaro. – No la quiero lejos de mí- miro a Angie a los ojos- nunca. Eso significa que si te gusta esta relación o no te puedes joder bien jodida, Noelle es mía. – la miro desafiante.

- No tienes derecho a proclamarla como tuya.

-A la mierda sus derechos. - Suelto una carcajada- es broma, pero como sea, no me separaré de ella. Así que acostúmbrate.

-Lo intento- Me molesta Angie- es sólo que respiras…

-Créeme, a mí también me molesta.

-Pero en fin, Noelle te adora- soltamos aire resignadas. -Espero que todo salga bien. -Angie levanta los hombros.

-Yo también… - susurro. – Si me dice que no…

- ¿Te mueres? – sugiere Angie.

-Iba a decir cloroformo, pero ya que. – Angie se ríe de mala gana.

-No sé qué te vio – se toca el entrecejo tratando de no reírse. – Enserio es un misterio para mí.

- Y para mí. – me sincero. Angie me mira sorprendida- Estoy segura que no fue ni mi aspecto, ni el dinero.

-Probablemente si seas de su gusto físico, pero debe haber algo más… ¿Qué escondes? – me da un codazo.

-Oh, soy una caja de sorpresas- digo con tono seductor. – Debe ser mi gentileza y sabiduría.

-Que no tienes. – Bromea Angie- Sé que Noelle ama lo que es bueno… Las virtudes. Pero tú no tienes así que mejor pregúntale.

-Hmm perra. - Quizás…

¡A lo mejor tengo una virtud que Noelle supo ver!

 

Al día siguiente. 8.20 am

Noelle

Camino lentamente, ayer no debí quedarme a ver TV tan tarde, no es que me guste, sólo que dieron una película que me atrapo y heme aquí. Bostezo y veo a Gabi hablar con Chris en el pasillo; no me sorprende, pero ni idea desde cuando se empezaron a llevar tan bien, aunque por la cara de Chris, le gusta tomarle el pelo.  Y Gabi bueno, es como es, no se enojará, es muy inteligente para eso. 

-Hey Noellita- sonríe Gabi.

-Deja de decirme así- me enojo. – Hola Chris.

-Y tú deja de decirme así también- mira a otro lado.

-Jamás.

-Bueno las dejo. Chris me estaba acosando, que conste- se va agitando su cabello como una musa. Soltamos una carcajada.

-Ven- ordena Chris.

- Por favor ¿Serías tan amable de acompañarme? – la reprendo mientras la sigo.

-Es lo mismo pero acotado- sonríe de medio lado y me abre la puerta, mueve las cejas. - Yo sé que te derretí.

-Oh si, espera me desmayo- ironizo.

-De ti no me extrañaría.

- ¡No empieces! - salto ya dentro de su consulta.

Christine se ríe y antes de que yo lo previese me acerca rápido y me planta un beso muy acalorado para ser casi las 8 y media.

Diría que casi me quedo atrás, pero ya estoy acercándola más y arrugando su delantal. Cuando se apega a mí y me acaricia lujuriosamente pego un salto de adrenalina, que por muy poco, me ayuda a razonar.

-Espera- me separo. Grave error Christine ya esta entretenida con mi cuello.  - ¡Ah! ¡Christine! - juro que pensé que eso iba a sonar como reclamo y no como quejido.  

-Shht- escucho bajito mientras aprieta mi trasero y vuelve a buscar mi boca.

Estamos, así como enajenadas por unos minutos hasta que siento su mano bajar peligrosamente.

- ¿¡Cuando me desabrochaste el pantalón!? ¡ah! ¡Oye…- jadeo- ¡debemos trabajar!

-Trata de que no te oigan – susurra entrando y saliendo de mí, suspira lujuriosamente y se acerca a milímetros de mi boca.

- ¿No vas a besarme? - pregunto entre jadeos sin dejar de mirar sus labios.

- Me gusta ver tu expresión- susurra- y me gusta como tus piernas ceden.

- Cállate… - enrojezco apretando sus hombros.

-Eres sólo mía Noelle.

-No te pongas Edwards en este momento. – Escucho una risita.

-Noelle.

- ¿Hm? - espero que eso haya sonado a pregunta y no a como acaba de sonar. Me besa y entre besos escucho.

-Te amo- suspira, vuelve a besarme, se aleja y así. -Oye, no llores.

-No estoy llorando. – respondo entre jadeos – sólo que me emociona

-Lo sé- en eso pasa su otro brazo por mi cintura y me aprieta a ella, creo que noto que estoy apenas. En lugar de parar Christine aumenta la intensidad.

-Ahh espera. – Escondo la cabeza entre su cuello y cabello para amortiguar los gemidos, hasta que caigo rendida en su hombro.

….

- ¿Ya estas mejor? – escucho luego de un rato de tratar de recuperar la respiración normal.

- Más que mejor- dejo salir irónica. Aunque sería mejor si no sintiese la entrepierna y la ropa interior húmeda, el cuerpo sudado y la ropa pegada. Fuera de eso, mi cuerpo está muy bien.

-Christine me acaricia y siento cortos besos en mi cuello.

- ¿Tenías que ponerte amorosa ahora?

-No te escuche reclamando hace unos minutos.

-Cierra el pico. – Digo dignamente. Ella se ríe y vuelve a besarme.

-Ven conmigo después del trabajo- susurra en mi oído rasposamente. -No te arrepentirás.

-Ya me estoy arrepintiendo- sonrío sintiendo su boca bajo mi oreja.

 

 

Alejandra.

Trabajo, miro a Kate, ella esta tranquilamente en su computador comiendo no sé qué. La noche del fin de semana que pasó se me volvió a olvidar tocar el tema del trabajo, y más aún, del matrimonio, ¿Querrá casarse con su vientre más prominente? ¿O después? Después estaremos tan ocupadas… o quizá quiera casarse antes y tendré que correr aquí y allá… Me imagino que lo hablaremos después del ultrasonido que tiene agendado hoy.

- ¿Está todo bien? – escucho a mi lado.

-Oh, muy bien gracias- sonrío a Nicole.

-No mientas, es porque se desmayó- mira a Kate, ¿está todo bien?

-Si bueno… no negaré que me da miedo que vuelva a pasarle.

-A cualquiera, todos estuvimos muy preocupados. – La miro asombrada.

-No es mi mejor amiga, claramente- sonríe- pero jamás le desearía algo malo.

-Que linda Nicole- sonrío- gracias por no hacerlo

Nos reímos.

-Que cuchichean tanto, intégrenme- llega Diego. Los demás se ríen y noto a Kate mirándonos fugazmente y seguir con lo suyo.

A la hora de almuerzo la encuentro de pie en la máquina expendedora de snacks.

-Kate, estaba buscándote- sonrío. - ¿Qué haces?

- ¿No es obvio? – la noto algo inquieta mientras se toca las manos, pronto cae algo y se agacha.

- ¿Chocolate?  - Kate es más bien de gustos salados para comer.

- ¿Algún problema? – me mira desafiante.

- No. – Me asusta.

- Lo siento, me duele un poco la cabeza- dice. Come un trozo y suspira. - Carajos…

Es idea mía o…

-No hay problema, ¿Vamos a comer?

-Si…

 

En el comedor.

- ¿Cómo están chicas?

- ¡Valentina! - sonrío saludándola- ¿Cómo estás? ¿Y Leo?

-Ya viene- sonríe - ¿Y Kate?

- ¿Pero si… - miro a mi alrededor- estaba aquí…

- ¿Cómo va con lo del embarazo?

-Estupendamente - sonrío mirando a todos lados- ¡Oh! ahí viene.

-Hola- dice Kate a Valentina con una sonrisa, pone su plato en la mesa.

-Kate que rayos...- me sorprendo, Valentina se ríe, en un segundo Leo llega y también mira extraño el plato de Kate.

Es que carajos… tiene un pequeño plato con la comida del menú y lo demás… es dulce. ¿Un pedazo de torta? ¿Arroz con leche? ¡¿Pasas?!

-Que antojada- dice Leo.

-Déjenme- gimotea Kate- Necesito desesperadamente algo dulce.

- ¿No te vas a enfermar? – la miro preocupada.

-Me vale- susurra comiendo. Leo me mira con lástima.

- ¿Hoy tienen hora?

-Si…

-Ojalá mis pequeños sobrinos estén bien. Aunque por como Kate come, están más despiertos que nunca- bromea. Me río 

-Sí, aunque es extraño verla comiendo dulce.

- ¿Y cómo le has hecho con la ropa? – pregunta Valentina.  

-Simplemente no me la abrocho- dice Kate despreocupada.

-No me había dado cuenta. – ¿Cómo no me percaté de que si su vientre comienza a tomar volumen era obvio que no le iba a cruzar el pantalón?

-Esa es la idea- me mira con burla- Además eres muy despistada Ale. -Leo me mira burlón.

-Supongo que cuando dejes de trabajar les compraran ropa. No quiero ser metido pero…

-Lo eres- me burlo.

-Consideren a mamá un día, ya saben. La vieja está ilusionada.

-Ni se te ocurra decirle vieja en su cara- Kate lo apunta con la cuchara. - Claro que lo haremos, ¿Verdad? – me mira con los ojos brillantes.

-No hay problema- sonrío- ese día será de locos…

-Debe ser hermoso comprarles la ropita- Valentina mira a la nada ilusionada, le levanto una ceja a Leo que mira a otra dirección haciéndose el pendejo- ¿Les comprarán rosadas y azules o del mismo color? – pregunta ella ajena a mi bullying a su marido.  

-Pues, creo que estaría bien cualquier color- me levanto de hombros- También sería adorable que usen el mismo, un blanco, verde claro, un tono amarillo, azul claro…

- ¡Qué lindos! – celebra ella.

-Es verdad- dice Kate tragando torta- recuerdo que Gabi y Cris de por si elegían ropa del mismo color o hacían escándalo y Gabi aún usa de su ropa- se ríe. – Y cuando cambiaron de habitación- toca su frente- fue horrible…

- Es verdad, lo había olvidado. – Recuerda su hermano.

- ¿A sí? ¿Qué pasó? – pregunta Valentina.

-Lloraron horas, maldito insomnio que nos dejaron- dice Leo con amargura- Y lo peor es que me tocó compartir habitación con él un tiempo.

-No me dejaron leer… - Kate entrecierra los ojos. – Aunque se acostumbraron, Gabi siempre iba a despertar a Cristian. De todos modos, estamos acostumbrados, ellos siempre vivieron en su mundo.

- Y eso que son mellizos- se espanta Valentina.

-Siempre sostendré que esos malditos son gemelos- dice Leo- Además son jodidamente parecidos…

-Es verdad- continúa Kate- papá y nuestra tía no son iguales.

-Pero papá aún la abraza por horas- se ríe Leo.

- ¿Cómo serán los tuyos? – Salta Valentina

-Espero que más como papá y la tía- se queja Kate. – Oh se las verán conmigo…

Nos reímos.

 

En el hospital.

-14 semanas- escucho- 60 y 70 gramos aproximadamente.

- ¿Cómo así? - pregunto preocupada. - ¿Está todo bien?

-No te preocupes, no es nada raro que uno sea más grande, tranquila- me mira comprensiva. – Kate ¿Cómo te has sentido?

-Me duele la cabeza- dice con voz rasposa.

-Y come demasiado dulce- susurro.

- ¡Hey! - se queja.

-Te tendremos que dar una dieta- se ríe- es normal por lo que estás pasando, debes saber que ahora tu vientre crecerá más rápido, así que es muy buena idea que pases por una tienda de maternidad.

-Bien- susurra.

- Y cuidado con el chocolate.

- ¿Qué? – se queja Kate. – Carajos quiero uno- suspira. Me río y tomo su mano.

- Tienes que cuidarte, recuerda la diabetes, la hipertensión, la acidez- susurro.

-Oh, está bien. – Mira al techo. Me acaricia la mano.

-Ustedes me agradan- dice la Doc. sin agregar más. – Así que no falten a sus controles.

Sonrío- jamás, amo saber cómo están – los miro enamorada.

-Bueno la niña es la que pesa menos. Está en el lado derecho.

-Con razón- bromea Kate.

Me río de la emoción, mis pequeñitos...

 

Horas después

-Kate, tenemos que hablar.

-Eso nunca es bueno. – Comenta ordenando ropa, tuvimos por necesidad que pasar a una tienda de maternidad. Debo admitir que la vendedora nos miró raro; pero que va, nada puede opacar mi felicidad.

-Tenemos que acordar ciertos puntos. – Asiento.

-Empieza.

-Primero, el matrimonio, ¿estás bien con la fecha? Luego el trabajo y al final… creo que tendremos que mudarnos. - Deja la ropa que doblaba en la cama y se sienta a mi lado.

-Si había pensado en eso.

-No me cabe duda… Con uno, estaríamos bien al menos los primeros años, pero dos… esto es muy pequeño.

-Sí, es verdad- susurra acercándose a mí, la abrazo. -Sabes, me gustaría adelantar la fecha, quizá hacer algo más pequeño y privado…

-Sí, puede ser- susurro. Lo que no sabe es que conseguí vender el apartamento y está en trámite… no pienso hacer una fiesta pequeña. Y desde luego, lo usaré también para los gastos de mis niños.

-Es en unos 3 meses- apunto.

- ¿Adelantémoslo 1 mes? Al quinto seré una pelota- dice arrugando la nariz.

-La pelota más linda- bromeo.

-Vete al infierno. – Me empuja.

-Es broma- gimoteo.

-Te sigo pareciendo … ya sabes… ¿atractiva?

Aguanta la risa Ale, me digo a mi misma. Pero es que Kate está imposible a veces y si me río es probable que duerma en la bañera.

-Claro que sí, yo te amo.

-No te creo- finge enojo.

-Aún me sigue gustando todo de ti, hasta tu ceño fruncido. – muevo las cejas, ella sonríe a regañadientes. – Es normal que estando embarazada te sientas así. Pero nunca dudes que te amo y que mis hormonas son tuyas- dejo salir- además embarazada te ves hermosa, tus ojitos brillan, y eso que ya son lindos de por si… - ay me estoy contagiando de Kate. – Te amo. – Susurro besando su mejilla.

Ella se ríe algo ruborizada, esto es nuevo. Sonrío sintiendo arcoíris y unicornios gays en mi pecho, siento que ver a Kate como sea, incluso trasnochada con el pelo revuelto y el pijama holgado, me hacen pensar en que es la mujer más hermosa del mundo.

- ¿Dónde estuviste los primeros 30 años de mi vida? – Se recuesta conmigo.

- No vivía acá para empezar- sonrío- pero los últimos 6 de esos 30 si, siempre estuve aquí.

-Y como rayos no nos vimos antes.

-Cosas de la vida- digo- simplemente no fue el momento.

-Quizá- dice mirando el techo- me duelen los pies.

- ¿Quieres un masaje?

- ¿No es eso muy gobernado? - me acaricia

- Si te duele algo y yo no trato de ayudarte, ¿qué clase de prometida y madre sería?

-La peor- me besa.

 

Christine

-Oye… - ahora la pregunta que me tiene curiosa.

- ¿Si? – susurra mirando por la ventana del auto.

-Tengo eem, una duda. – Miro la calle para hacerme la desinteresada.

-Claro dime.

- Pues… ¿Por qué… ¿Por qué te fijaste en mí? – Mira a la calle Christine, directo a la calle, ¡Pero que linda señal de ‘’no estacionar’’!

Noelle sin embargo no me responde. Miro un segundo al lado antes de mirar al frente y esta con cara de idiota mirándome.

-Qué.

- ¿¡Quién eres y que hiciste con Chris!?

 -Cierra el pico y responde- me ruborizo.

-Eso es más Christine. – Sé que rodeó los ojos. Sonrío

-Pues…

-Vamos, dime que tengo de genial

- ¿Genial?

-Ya sabes, algo bueno debe de tener mi persona- dime mi virtud, dime mi virtud,

-Pues no tienes.

Si no fuera porque ya se abrió la puerta del estacionamiento choco con algo.

- ¡Entonces porque me amas! - exploto. Maldita sea, me hizo sentir muy insegura.

-Déjame pensarlo. – Me mira de reojo, la quedo mirando dentro del auto mientras ella pone su mano en la mejilla pensativa.

Me echa una ojeada y le frunzo el ceño. Suelta una risita.

-No me jodas- Amenazo.

-Sabes, creo que de verdad no eres muy virtuosa- siento una puñalada- no eres en lo que normalmente pensé de una mujer en la que me hubiese fijado- segunda puñalada en el ventrículo derecho. – Pero a pesar de todo eres una persona en constante avance. Además, es divertido golpearte.

- ¿Avance? – frunzo el ceño con duda dejando de lado su violencia.

-Es decir, mira lo que has hecho en el Safari, o Tomás, o no anotar a nadie por impuntual. Si… te vi. – Me ruborizo un poco. – Incluso conmigo eres muy considerada… a veces- bromea-… incluso con Gabi. Creo que a pesar de todo eres una persona que siempre trata de encontrar el camino correcto. Eso también es muy bonito, no tienes que ser perfecta para que alguien se enamore de ti.  En este caso, yo. – Acaricia mi mejilla.

Me siento emocionada.

-Que cursi eres- digo tratando de que no se me empañen los ojos.

-Bueno yo tampoco soy perfecta.

-Hasta que lo reconoces- respondo cruel.

-Christine- dice con una voz cargada de ternura.

- ¿Si? - respondo con voz débil

-Cállate- susurra besándome.

Si no me gustaran tanto sus besos lo pagaría por atreverse a darme una orden. En lugar de eso la acerco lo que más puedo sintiendo su cuerpo y sus curvas bajo la ropa. Apago las luces del auto y bajo su asiento, Noelle me mira mientras me acerco a besarla.

Me sorprende cuando toma mi nuca y me besa de lleno metiendo su lengua, la sigo mientras mi respiración se agita ¡Carajos Noelle que puedes ser tan apasionada!

-Te amo- dejo salir depositando besos bajo su oreja mientras ella bota aire entrecortadamente

-Y yo a ti- dice con voz aguda.

Nos quedamos unos 30 minutos dentro, hasta que recuerdo mi malévolo plan.

 

Hace 24 horas aprox.

-Mira idiota, pone de tu parte, quiero que nos dejes tener un momento privado y que no trates de imponer protagonismo.

-Maiu.

-No dejes nada en la maldita alfombra.

-Miau.

-O te entregaré a una secta satánica.

Tom comienza a pasar su lomo por mis piernas en busca de cariño. Bajo la palma y la paso por su columna.

-A veces siento que me entiendes, otras que solo buscas que me calle. – El ronronea. – Pero quiero que todo salga perfecto ¿Entiendes?

Me siento idiota, pero estamos más horas al día juntos de lo que quisiera, ¿Cómo rayos no le voy a hablar?

El sigue acercándose a mí y lo cargo un rato hasta el sofá. Inconscientemente beso su coronilla pensativa. Tom está más rellenito, su pelaje suave y tupido, es como un animal de felpa. Uno que puede dejar depósitos muy apestosos. Le costó aprender, pero ya es un digno gato de apartamento.

Paso la lista mental por mi mente unas 3 veces y decido que todo está bien para nuestra velada de mañana, le pediré a Noelle que sea mi novia y no puede haber errores. Se supone que debe estar loca por mí. Sonrío creída. Y decirme que sí. Además… trago saliva… no quiero pensar que aún tiene resentimiento hacia mí, pasa la idea por mi cabeza. No tengo ningún secreto para ella ni mucho menos, pero me duele reconocer que me afectaría que ella los tuviese.

 

Presente

-Noelle… - susurro acariciando su espalda bajo la ropa.

- ¿Hum? – dice cerca de mi oreja.

Maldita seas Noelle, tendré que secarme. Piensa en algo horrible… papá en su traje de baño, papá en su traje de baño. ¡Concéntrate!

- ¿Tienes que hacer esta noche? – Digo apenas.

Me mira y levanta una ceja.

- ¿Quieres …

- ¡No! - Aclaro- Bueno la verdad si… ¡pero no! – No esta vez.

Suelta una risita de lo más tierna.

- ¿Qué significa eso?

- Significa que quiero estar contigo, pero no para eso- Por ahora-  sólo… estar contigo ¿Entiendes?

Me da una ojeada de lo más adorable, jadeo con el corazón queriendo salirse de mi pecho.

¡Mierda! Me estoy sintiendo muy ansiosa.

-Claro. – Susurra con sus ojitos brillantes.

Sonrío y me inclino para besarla.

Esto es algo que nunca diré, pero a veces siento que soy poco para ella. Sé que soy genial, pero Noelle tiene algo diferente que me hace venerarla, además de la paciencia. Creo que además nos aportamos mucho mutuamente…

Está bien, yo aporto menos.

 

Noelle.

La mirada que Christine me está dando me derrite, me pregunto a donde se habrá ido mi supuesto odio al conocerla. Pero siento que ya estamos a un nivel en que no podemos separarnos.

¡Eso es tan romántico!

 Suspiro.

-Entonces… - bromea dándome un fugaz beso en la boca. - ¿Serías tal amable de acompañarme a mi humilde morada?

-Humilde- me río, parece sacada de un catálogo para ricos.

-Sígueme el guion- frunce el ceño con gracia.

-Oh, está bien. Llévame por favor. – Ella sonríe muy ufana.

Subimos y me sorprende que la mesa este tan pulcramente ordenada.

- ¿Esperabas a alguien? – pregunto con duda. Me mira como si fuese idiota, en eso sonríe.

-A ti.

- ¿Enserio? – se me escapa con mi corazón acelerándose ¿¡Hizo esto por mí!?

-Sí, enserio- se ríe suavemente. Jadeo cuando aparta una silla... esto es tan… ¡Extrañamente lindo! Que sólo me dejo llevar para ver qué pasa por su mente. La miro expectante mientras siento unas patitas sobre mi rodilla.

- Hola Tom - le hago cariño tras la oreja – ¡Está tan bello!

 

Christine.

-A la dueña- digo creída.

-Es que lo quieres mucho.

-Qué.

-Oh vamos, hasta yo quisiera tener su cama de gato- comenta mientras prendo el horno.

-Puedes tener la mía- muevo las cejas rápidamente.

- ¿No desaprovechas la oportunidad eh? – Bromea coquetamente mientras bebe un sorbo. Sonrío mirando su perfil, Noelle es muy linda, aún recuerdo lo raro que fue verla entrar a mi consulta el día que nos conocimos; ver su rostro adorable cargado de rabia, creo que el shock del golpe me duro una media hora hasta que mi orgullo vino al rescate. Nunca se lo devolví, sólo quería verla de nuevo… y hacerle la vida imposible.

Observo su cabello mientras deja a Tom en el suelo y sin pensarlo le hago cariño, siento su suave mechón en mi mano. Se supone que es mayor que yo, pero curiosamente lo siento al revés, deslizo mi mano y sonrío pensativa.

- ¿Por qué sonríes?

- Tu cabello se siente bien- susurro un poco ida, bajo la vista a sus labios y siento deseos de besarla, antes de que me incline Noelle ya viene hacia mí juntando su boca con la mía efusivamente, siento sus brazos unirse tras mi cabeza y la acerco más por la cintura, la beso y dejo que mi mente se despeje de todo, es tan agradable esta sensación… no quiero que se acabe nunca.

Luego de unos minutos Noelle se aleja un poco y acaricia mi boca con la suya, yo sólo la dejo, creo que tengo cara de estúpida. ¿Estoy sonriendo?

- ¿Sabes? Yo en verdad te odiaba.- Dice.

- ¿Eh? -No me esperaba esta declaración.

-Eso- susurra dejando suaves besos en mi boca. – No podía verte.  – Otro beso- Pero ahora si no te viera me muero.

-Que cursi- susurro

Me sincero

-… Yo siento lo mismo. – Ella se ríe y la abrazo dándole tiernos besos en el cuello.

-Noelle, ¿aún me odias un poco?

- ¿Qué? pero si eso fue antes…

-No me refiero a eso, me refiero a lo más… reciente- evito mirarla- me gustaría que me lo dijeses si es así.

-No – observa mi rostro con duda.

-Bueno pero cualquier cosa...

-Descuida- sonríe- No te quedes pegada en el pasado. Mocosa- bromea.

-Son unos pocos años. Que ni se notan por lo demás- la miro con superioridad.

-Pero razonas como de 15- me molesta.

-No te subleves.

Se acerca coquetamente

-No estaría viéndome contigo si sintiese algo negativo hacia ti.

-Y yo no podría soportarlo.

-Tranquila- suspira abrazándome, rodeo su cuerpo con mis brazos y beso su cabello. – Has sido maravillosa estos últimos meses.

Guardo silencio, pero me hace muy feliz escuchar eso.

- ¿Tienes algo más que decir? – me pregunta luego de un rato cuando nos separamos, una de mis comisuras se eleva para sonreír burlonamente como siempre que la molesto.

-Sí, lávate las manos.  – Ya está caliente la comida.

 

30 minutos después

-Rayos, ¡¿por qué cocinas tan delicioso?! - gimotea Noelle

-Porque todo lo hago bien- sonrío.

-No te pongas megalómana.

-Soy pésima con las plantas- comento de repente.

- ¿Cómo? – se sorprende Noelle bebiendo de su copa.

-Que la jardinería no es lo mío.

-Vaya… no me lo esperaba

- ¿Quieres que nos sentemos en el balcón? – sugiero.

-Sí, me gusta sentir la brisa desde allí- dice Noelle feliz recogiendo sus cosas.

-Deja que lo haga yo- ofrezco- Espérame allá.

-Que buen servicio. – Levanta una ceja

-No sabes cuánto- sonrío, le doy un rápido beso y dejo las cosas en la cocina.

Camino y me quedo mirándola en la penumbra, Tom al parecer no encontró nada mejor que adueñarse del sofá grande. Supongo que ahora se adaptó a sus lujos de gato único consentido.

 

-Tardaste- me mira Noelle desde un sofá rústicamente labrado.

-No llores- sonrío sentándome muy cerca y acercándola de la cintura, ella sonríe y recuesta su cabeza en mi hombro, yo me inclino hacia atrás y nos quedamos así un rato. Huelo su cabello y disfruto de la suave y tibia brisa de la noche. Es muy cómodo tener el piso superior con la terraza más grande del edificio. Cortesía de papá debo decir, pensando en esto no hemos hablado; sólo me mando a encomendar la tarea de los impuntuales debido a la productividad, pero ni para eso tuvo la decencia de aparecer. Mamá ha venido un par de veces y debo decir, que tiene una terrible mano para la cocina, así que cocino yo mientras me pone al día de sus cosas y acontecimiento de la ‘’alta sociedad’’.

- ¿En qué piensas? – escucho

-En mi padre y en la mala mano para cocinar de mi madre- escucho una risita.

- ¿Aún no han hablado?

-No- digo algo rasposo mirando hacia al frente. Vuelvo a mirar a Noelle que me observa fijamente.

- ¿Te sientes incómoda trabajando en el hospital? No te diría nada si quisieses …

-No.- La corto- sólo voy a trabajar, además no es como que esté sola. Te tengo a ti, y a Gabi jodiéndome el trabajo- reímos-  y evito que alguien se haga la linda contigo- digo rápidamente.

-Eso no va a pasar- Noelle pone cara de pocos amigos.

- Por casualidad ¿No te has visto al espejo?

- ¿Ah? – se sonroja.

- Yo te veo y pienso… joder ¡que no le haría! ¡La pondría en!...

- ¡No todo el mundo es tan pervertido como tú! – Me golpea, sabe que estoy bromeando. Más o menos…

-Bueno no tan así- sonrío acercándola- Pero quiero tenerte cerca.

-Controladora, para tu información soy una mujer libr…

- ¿Quieres ser mi novia? – la interrumpo pegada observando cómo cambia sus expresiones, hay Noellita, si pensaras por ejemplo que mi cabello es horrible, yo lo sabría.

- ¿Estas consiente de que eso no es lo opuesto a mi libertad?

-Consiente. – Levanto una mano en señal de promesa- y yo sería libre de golpear a quien se quiera pasar de lista o listo.

-Eres increíble- niega con la cabeza- ¿no es de celópata verdad?

-Te amo. – Le corto el rollo- quiero que seas mi pareja, de todos modos, ya lo eres para mí.

- ¡Y para mí también! - dice enfurruñada con los ojos brillantes.

-Bueno entonces ¿qué te hace dudar?, hago lo que sea- que no se te note la desesperación Christine…

-No hace falta susurra, si quiero ser tu novia- sonrío con el corazón desbordado, ¡Noelle es mi novia! ¡Soy la más afortunada! ¡Trágate eso Angie!  Me abraza y yo sigo sonriendo como si me fallara el juicio – sé qué harías lo que fuese por mí.

- ¡Por supuesto! – sentencio. – ¡Lo que quieras lo tendrás!

-Ya lo tengo-  escucho con voz queda.

Aún me sorprende que yo pudiendo darle todo lo que ella quisiese, ni siquiera le importe o haga mención de ello. Me hace sentir feliz en este momento, pero admito que me dejó un gran desafío al encontrarme prácticamente desnuda para llegar a tener su corazón, no sabía por dónde empezar, y es que así me di cuenta de lo pobre que era en muchos sentidos.

¡Pero ahora lo tengo todo! La aprieto con fuerza y la beso mientras ríe.

 

2 meses después.

Alejandra.

- ¡Cómo que no quieres casarte!

-Estoy enorme- gruñe Kate enfurruñada- ¡Y yo nunca dije eso! – levanta el índice.

-Eso insinuaste- digo enojada esforzándome por no perder la cabeza.

-Ale tengo casi 5 meses.

- ¡Si y yo estaba a punto de decir que estaba todo listo! ¡Joder por suerte no envié las invitaciones! - Maldita sea Kate, ¡estás imposible!

-Sólo te digo que tengas paciencia. No iré como una maldita pelota y se acabó- se cruza de brazos y se sienta incómoda, se hace el silencio y yo resoplo tratando de no perder la calma. En eso mi vista baja a su pancita, la verdad es que ha crecido bastante, se nos había olvidado informarlo en el trabajo hasta que en privado Paul le pregunto y pusimos cara de idiotas ¡Cómo se nos olvidó avisarles a ellos! Claro, es que nuestras amigas ya armaron semejante escándalo, y la familia de Kate. Y Fer, joder Fer ya se cree la gran tía.

Se me pasa la rabia internamente, no puedo ni enojarme cuando pienso en mis bebés, cuando jueguen por la casa… sonrío.

- ¿Y a ti que te ocurre? – Kate frunce el ceño

-Carajos, estás un ogro.

- ¡¿Cómo me dijiste?!

-Nada. – digo rápidamente.

-Cómo me digas así nuevamente…

-Cállate un momento y relájate ¿Está bien?

-No me hagas callar- me mira con odio.

- Kate…- no enserio, debe tener más hormonas que sangre ahí adentro. – Te amo.

En eso levanta una ceja y se sonroja un poco.

-Cállate- susurra con los ojos vidriosos. -La miro de pie en el living, sonrío con malicia- ¿Y tú a mí no?

- ¡No seas idiota! - salta- yo te amo demasiado

Sonrío y mi mirada se suaviza

- ¿No me abrazarás? - escucho bajito. Me río, me acaban de dejar prácticamente en el altar y aun así me derriten estas cosas de Kate. Tomo asiento a su lado y la abrazo, dejo un suave beso y paso mi mano por su vientre.

- ¿Entonces no lo haremos? – Pregunto. Y así señores, es como Kate gana otra batalla.

-Claro que sí, pero me gustaría verme… decente.

-Ya te vez decente- levanto una ceja con indignación.

-Ya sabes a que me refiero, además estar de pie me agota. – Es una suerte que trabajemos en escritorio, a Kate sólo le queda un mes de trabajo y debo decir que tengo mis dudas, ya hemos ido al hospital por algunas náuseas o vómitos algo excesivos a lo normal, pobre Kate, no me imagino como debe sentirse, más ahora que su dieta está algo más estricta. Me considero su cómplice en quebrantar a veces esa regla. – Es horriblemente hermoso sentir movimientos en dos lados distintos- dice apenas- Alejandra no creo que pueda con las dos cosas, un paso a la vez, ¿está bien? – suspira agotada.

Ahora que lo pienso, estaba siento muy egoísta.

-Lo siento-me disculpo. – perdóname Kate. – gimoteo, ¡soy horrible!

-No llores. – sonríe – Aún puedo hacerte bullying, no me desafíes.

-Pero es que, estas lidiando con un embarazo múltiple y yo te pongo más carga. ¡Perdón! -gimoteo a mis bebés.  Kate se ríe

-Alejandra. Tranquila, no ha pasado nada, nuestras amistades entenderán la situación.

-Si bueno… es sólo que…

- ¿Qué? - toma mi mano.

-Bueno si no eres mi esposa, ¿no se supone que no tendrán mi apellido? - balbuceo.

- ¿Quieres que lo tengan? Personalmente a mí me da lo mismo, son tus bebés y no te escaparás jovenzuela- sonríe.

-Ni se me ha ocurrido- sonrío- pero sería bonito, ya sabes…

-Entonces hagamos una locura ¿Te parece? Que nadie se entere.

- ¿Cuál? – pregunto ida. Kate me mira con ternura como siempre que digo algo imbécil.

-Casémonos de todas formas. Pero que sea algo más rápido, luego cuando este par este fuera de mí y más fuertes, lo hacemos en grande.

-Claro que lo haremos en grande- susurro pervertidamente. Kate me da un golpecito.

-Si bueno, ¿Te gusta la idea?

-Conforme. De todos modos, ya saqué la hora.

-Será nuestro secreto- sonríe cerca de mi cuello.

- ¿Qué no se necesitan testigos?

-Maldita sea- susurra. – Tú elige una y yo otra y adiós.

-Creo que es obvia mi elección- sonrío.

-De seguro Fernanda no te lo perdonaría si no la escogieses- se ríe.

- ¿Y tú?

-Había pensado en Caro, pero llenará el lugar de lágrimas- dice cruel- la verdad es que quiero que sea Gabriela, ya sabes, es mi hermanita dolor de culo amiga incondicional. Y a pesar de todo, sabe tener la boca cerrada cuando es algo serio. De todos modos, la amenazaré.

-Esa es mi Kate- sonrío.

 

Al día siguiente.

- ¡No más por favor! - lloriquea Gabriela mientras Kate me aprieta un muslo.

-No le digas a mamá.

-No prometo nad¡AAAAAAAY! – llora.

-Kate… - digo bajito- te estás pasando.

-Créeme me duele más a mí que a ella.

-Y yo que veía a las embarazadas como dulces mujeres- bromea Gabi entre el dolor- eres tan sádica hermana ¿entonces Ale sería la M no?

-Cállate- me ruborizo – nosotras no… - Kate me da una mirada y enrojezco.

- ¡Cambien el tema! - Se ríen.

-Bien, no diré nada- se pone de pie con poca estabilidad- ¡con la condición de contarle a mi Charlotte! - comenta con los ojos brillantes.

-Pues ya qué… cuéntale- dice Kate- aún no sé cómo te aguanta.

-Soy una bestia en la cama- dice orgullosa.

-No es lo que yo escuche- bromea Kate.

- ¡Cállate! -  enrojece Gabi. – Como sea- carraspea- sólo tenemos que ir y firmar ¡No puedo creerlo! Es raro que tu hermana se case- coloca la mano en su mentón- más que nada porque aún recuerdo cuando eras una niña. Has cambiado un poco – sonríe mirándome.

-Tú no has cambiado nada- sentencia Kate.

- ¡Mira este cuerpo!

-Sí, si- las detengo. A veces me cuesta entender como dos personas criadas en la misma familia son tan jodidamente distintas, pero como sea, todos funcionamos diferente.

Suena el timbre, sonrío y abro la puerta.

- ¡Aleeeeeeeeeeeee! - me abrazan con fuerza. – No puedo creerlo, si no me hubieses contado te borro de mis redes sociales- dice Fer creídamente.

-Idiota, no tengo secretos contigo. - Bromeo

-Más te vale- me abraza como damisela en peligro. Nos reímos y abraza a Kate, toca su pancita feliz y luego abraza a Gabi con un brazo desordenando su cabello.

-Heeeey ¿Cómo está Sam y Sandra? – salta Gabi

- Tan hermosas, bellas y maravillosas como siempre – empieza- Sam no quería que me fuera. – Sus ojos brillan.

-La mimas demasiado. – Objeto

-Ya te quiero ver a ti. – Me apunta con el índice.

-Yo seré la más disciplinaría. - Digo feliz. Kate, Gabi y Fer se ríen; nadie me cree, ni yo me creo.

 

Bajamos las 4 y fuimos a la oficina del registro civil, debo admitir que estaba algo perdida, fue más un documento legal que un matrimonio, aunque en el momento de finalizar no pude evitarlo, lloré de felicidad. ¡Es que carajos! soy la esposa de Kate, nunca pensé que me casaría, de ninguna forma, y menos que sería así de feliz. Estoy segura que su familia nos odiaría si se enteraran, pero lo necesitábamos, echo una ojeada a nuestra libreta de familia ¡Oh Dios! ‘’Valderrama Rivares’’, debo admitir que me hace feliz que mi apellido este primero, quiero que mis bebés se identifiquen con él, y bueno, el de Kate, aunque ella los tendrá. Pero siento que es una manera de unirlos a ambas legalmente. Después de todo, aunque si no nos hubiésemos casado, todo mi corazón ya es de mi familia.

- ¿Todo bien? - susurra Kate, Fer y Gabi apretándome.

- ¿Oye como terminamos así?

- ¿Así como? – comenta Gabi

- ¿En un enorme abrazo de oso dices?

-Es que ya sabemos cómo eres- me molesta Kate.

-Es que… No tengo palabras para expresar lo feliz que me siento.

-Lo comprendemos.

Fer se separa y sonríe.

-Que dicen si tenemos tarde de chicas. Ya sabes, nadie se entera, pero eso no significa que no podamos celebrar a nuestra manera. – Recita orgullosa de sí misma.

-Si- dice Kate con rapidez.

- ¿Tienes antojos verdad? – se ríe Gabi.

-Cállate- se ruboriza. -… sólo un poco.

-Bien – sonrío. – Estoy muy emocionada como para ir a casa.

- Es verdad- me guiña el ojo Kate.

- Si mamá se enterara…- niega con la cabeza Gabi, Kate la mira asesinamente, sus ojos amarillentos la observan como si fuese un águila a punto de cazar.

- ¡Sólo decía! - lloriquea ésta detrás mío.

-Amor- sonrío, su mirada se suaviza.

-Es injusto, a ti no te mira así- Gabi arruga la nariz- Espero que ninguno de mis sobrinos herede esa mirada del diablo.

- ¡A mí me encantaría! – salto con los ojos brillantes.

- ¿Eres la M verdad? – dice Gabi.

- Si, tiene la pinta- sentencia Fer.

- No me jodan- me cruzo de brazos.

 

Unas semanas después.

Kate

-Me alegra que tomaran esa decisión- sonríe mamá- estás muy…

-No lo digas. - Si sé que se nota demasiado. ¡Pero es que ya sólo quedan 3 meses y medio y tengo un poco de miedo! Además, es probable que nazcan un poco antes… Aprovecho estos momentos para visitar a mi familia mientras obligo a Ale a ir a trabajar. No soporta que esté sola.

- ¿Cómo te sientes?

-Bien.

- ¿tienes miedo?

-No.

-No le mientas a tu madre chamaca- se queja mamá. – Aún tengo puntería con la chancla para evitar tu vientre.

-Mamá- me río, Gabriela y Cristian por poco no tienen marcada la talla de mamá en la espalda.

-No tengas miedo, es horrible y duele mucho.

-Gracias… - siento las tripas desaparecer.

-Sientes que te partirás en dos y en un momento sólo quieres que eso se detenga. Ni siquiera te preocupa que este una pila de gente con traje viéndote la…

- ¡Mamá! ¿¡No me ayudes sí!?

-Pero será el día más feliz de tu vida. – termina con seriedad, sólo lo sabrás en ese momento. Y más aún cuando sientas sus cuerpecitos y sus manitas, y tengas a Ale al lado. – Se pasa el dorso de la mano por uno de sus ojos. – Aún recuerdo cuando abriste tus ojitos.

-Si bueno- sonrío- Tengo curiosidad de ver como son.

-Serán hermosos.

-Seamos sinceros- digo quedamente- todos los recién nacidos son horribles.

-Kate- se ríe- las guaguas ajenas son feas, tu pensarás que los tuyos son preciosos- sonríe en la mesa.

- ¿Y cómo ha estado papá?

-Joder esta imposible- se ríe- les ha contado a todos, no para de decir que son dos. Creo que lo identifica, además eres su bebé.

-Si bueno… - me ruborizo.

- ¿Cómo esta Ale?

-Bien, está algo sobreprotectora- digo con acidez.

-Bueno, es normal.

-Si… y nos cambiamos de casa recién el sábado

-Tendrás mucho para distraerte. – se ríe mamá

-La casa es hermosa, a mí me importaba más el patio la verdad, siempre me ha gustado este. - Mamá aún no ha visto la nueva casa, decidimos vender los dos apartamentos más lo ahorrado. Ale se preocupó de los dormitorios, así que escogimos una linda casa a no más de 40 minutos de aquí, con 4 habitaciones y un patio muy bello y privado. Después de todo decidimos que con dos hijos estábamos más que bien. No pienso embarazarme de nuevo, y Ale… creo que Ale moriría al primer mes.

-Qué bello, ahora me entenderás tanto. Y oooh, ¿ya acomodaste su ropita? – Ayer hicimos todas las compras, para nuestra sorpresa, Gabi y Charlotte se nos unieron y fue maravilloso. No pudimos evitar comprar juegos iguales para ellos. Quizá sea pronto, mamá dice que no. Pero es que no pueden culparnos, ¡somos unas madres primerizas muy ansiosas!

-Todo esta listo- trago saliva- bueno nos faltan algunas cosas. – Aunque debo decir que nuestras amistades nos han dado tantos obsequios, que en realidad son cosas muy puntuales lo que nos falta.

 

Angie.

Decidimos salir con Caro y ver a nuestras amigas, hemos tenido estupendas veladas paseando, comiendo, viendo películas e incluso bebiendo. Me siento muy feliz de que, a pesar de nuestras enormes diferencias, seamos excelentes amigas y novias. Elisa es una tipa genial y Noelle es mi pequeña hermana infaltable. Además, Fer suele aparecer algunas tardes y otras Sandra. La ausencia de Ale es entendible, está igual a Fer cuando Sandra estaba esperando a Sam.

-Mira- sonríe Caro balanceando mi brazo mientras caminamos, veo al fondo a Noelle riéndose con Christine muy cómplices. En eso Noelle pone una mirada coqueta que me sorprende y acerca a Christine de la mejilla para besarla.

-Vaya- me sorprendo.

-Sí, ¡es tan hermoso el amor que se tienen! -se emociona Caro, rodeo los ojos para molestarla.

- ¡No te hagas la ruda o te recuerdo lo que me decías anoche!

- ¡No me he hecho la ruda ni nada! - digo sonrojada.

-Claro que sí.

-No.

-Si.

-No.

Nos reímos.

-Hey ¿qué hay Noelle? - digo feliz, pongo cara de desagradado. - Tú. – Saludo en broma.

-Hey -sonríe Christine con esa sonrisa petulante que me revienta. – Que hay grandulona.

-Nada, las vimos muy cariñosas y decidimos venir a molestar. – Me separo luego de abrazar a Noelle.

-Así veo – me mira con desprecio.

-Cálmense ¿quieren? - nos reprende Noelle.

-Tranquila, sólo mantenemos nuestro desagrado a raya. –Me levanto de hombros quitándole importancia- Felicitaciones Christine, suertuda- Asiento.

-Eso no te lo voy a negar. – Dice en seco.

Admito que me da confianza que no trate ni por un segundo de negar que es afortunada por tener a Noelle. Son como el maldito ying y yang.

Ellas nos miran con aburrimiento.

¿Quieren salir con nosotras? - sonríe Caro.

- ¡Claro! Hay una película románt….

- ¡No! - decimos desesperadamente a unísono con Christine, nos miramos. Entendemos el mensaje, esto es más grande que nosotras, debemos evitar ver esas malditas cursilerías a toda costa. Le envío un mensaje con la mirada, ella asiente lentamente.

-Vayamos a comer – sugiere.

-O a beber- sugiero a la vez.

-O las dos.

-Muy graciosas- se enoja Caro. – ¿Saben que algún día deberán acompañarnos verdad?

-Pero ustedes son amigas- aclaro.

-Hay cosas que se deben hacer con las amistades.  – Asiente Christine.

-No. – Dice Noelle enfurruñada.

-Hagamos algo que nos guste a las cuatro.

-No lo sé… - empieza Noelle

-Papas fritas- susurra Chris.

-Hecho.

Buena jugada Christine…

Mientras caminamos abrazo a Noelle, ellas están acostumbradas, al menos Caro. Chris sólo me mira con esa mirada tan recta que tiene. Pero en el fondo, sabe que nuestra hermandad es intocable. Mientras conversa con Caro aprovecho de ponerme al día.

- ¿Qué tal todo? Las veo muy en sintonía.

-Hasta a mí me sorprende lo bien que quedamos- Dice son su típica mirada soñadora. -Angie, ¡Christine es la mejor! No la tortures tanto ¿Si?

-Ella también me molesta-  levanto una ceja. – ¿Así que es la mejor eh? - muevo las cejas.

-Ay- me golpea roja- Me refería a que es tan tierna, cariñosa, dulce, amable, detallista… - ¿se pegó en la cabeza?

-Sólo contigo- Yo diría que sólo Noelle domesticó a esa pesada.

-Pues más le vale. – Sonríe

-Vaya, vaya. Quien te viera. Aun así, me alegro por ti – la abrazo.

-Sé que no esperabas que conociese a alguien como ella.

-Claro que no. Pero tampoco sabía muy bien cuales eran tu tipo ¿Así que las chicas pesadas eh? – la golpeo con el codo.

-Idiota- murmura roja sin mirarme, se adelanta y toman sus manos. Sonrío viéndolas, esa necesidad de proximidad, esas risitas y el cariño que se ve en ellas hace que en silencio apruebe a esa perra. Cuando dice que haría lo que fuera por mi mejor amiga pone una mirada tan convencida, que mientras no mate a nadie creo que está bien.

- ¿Todo bien? - sonríe Caro.

-Excelente- digo mirándolas. Luego la observo a ella fijamente, me mira el rostro hasta que sus comisuras se elevan y sonrío. Aún la coloco nerviosa ¡Punto para Angie!

- ¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?  -Muevo mis cejas

-Esperando a una chica como tú que haga esa pregunta.

-Que coqueta- Me río tomando su mano. Seguimos a Chris y Noelle que ya nos esperan en la entrada.

 

Tiempo después…

 

Kate.

30 semanas.

Rayos… me queda cada vez menos, lo positivo es que a pesar de lo enorme que estoy, han disminuido las náuseas casi en su totalidad al igual que los antojos, ¡pero como se mueven demonios! se supone que debo alegrarme porque eso significa que todo va bien. Pero seamos sinceros, me agota tanto todo... Ya dejé de trabajar y para mantenerme activa, aún abro cajas durante el día luego del traslado, ¡odio sentirme inútil! Aunque es ventajoso poder leer todo lo que quiera por horas, y mis familiares en especial Leo, se encargan de visitarme unas 2 a 3 veces por semana.

Ale se pone como loca cuando se mueven, les habla y se recuesta horas conmigo, aun cuando estoy huraña y le digo que se distraiga y no me aguante. Es tan incondicional, sólo espero que no estalle en nervios ese gran día. Se supone que son 37 semanas aproximadamente, quizá en mi caso se adelante y queda tan poco que me da una ansiedad horrible.

-Llegué- dice Ale entrando con Leo.

-Hermanita- dice él feliz abrazándome luego de que Ale me bese fugazmente y vaya a cambiarse de ropa- vine a verlas un rato.

-Sabes que siempre eres bienvenido- digo besando su mejilla. Leo está muy atento a mí, suele visitarnos seguido y no me extraña puesto que crecimos muy unidos ya que Gabi y Cris suelen estar en su mundo y Henry nació tiempo después. Ayudó incluso bajando las cosas de traslado y nos regaló la cuna. Sospecho que será una especie de tío favorito, cuando él tenga hijos me las va a pagar por malcriar a los míos.

- ¿Cómo has estado? – me mira el vientre – ¡Carajos Kate no sé cómo volverás a tu forma original!

- ¡No molestes! - lo golpeo. – Si mamá pudo yo podré.

-Si bueno, es increíble cómo cambia el cuerpo de las mujeres- se sienta en el sofá de al lado comiendo una galleta.

-Para que veas condenado- me río.

- ¡Que seríamos sin ellas! - recita

- ¿Y tú no has pensado…?

-Si… pero queremos esperar un poco- sonríe.

-Genial– dice Ale llegando ya cambiada.

Nos quedamos conversando hasta que Leo se fue a buscar a su esposa que tenía turno diferente esa semana.

 

-Ah- suspira Ale recostándose- ¿Cómo te has sentido? – me acaricia el cabello, yo sonrío cerrando los ojos.

-En general bien, aunque no puedo evitar oler cosas que no existen. – Ale se ríe. - y me siento enorme con mi panza más baja de lo normal. – Bostezo enojada.

-Ya pasará. – Suspira Ale

-Me siento inútil – me quejo por enésima vez.

-Vas a ser madre Kate. Eres lo menos inútil que puede existir- besa mi mejilla, giro la cabeza y atrapo su boca, Ale sonríe y me besa largo rato, hasta que meto mi lengua, me sigue y aumentamos la velocidad sin darnos cuenta. Ella se impacienta y trata de ponerse encima, la atajo con la mano, ¡me da miedo!

- ¡Oh carajos! - dice agitada recogiéndose un mechón tras la oreja- lo siento

-Cosas que pasan -sonrío en la oscuridad tranquilizándola. Ella sonríe y me abraza de lado, nos volvemos a besar.

-Te deseo- susurra Ale

-Y yo a ti. - Suspiro- Segura que no quieres que yo…

-Mejor no- se adelanta. – Me da miedo emocionarme y cagarla de alguna manera- susurra. – Somos muy ardientes- levanta las cejas y sonrío igual -podríamos esperar y…

-Y sólo querremos dormir.

-Probablemente- dice con un par de risitas aceleradas. – ya hemos aceptado las consecuencias.

-Si… pero cuando esto pase un poco, ya verás Ale.

-Estoy aquí nena- me guiña el ojo mientras jugueteamos entre besos.

 

- ¡Aush! –Diablos justo me estaba quedando dormida.

- ¿Eh? ¿Qué ocurre? - se incorpora Ale adormilada. Es de madrugada.

-No es nada, vuelve a dormir.

- ¿Segura? – Me mira preocupada.

-Sí, es normal- supongo… me destapo, no soporto el calor y eso que estamos ya en invierno

- Estas algo sudada – me mira preocupada.

-Ale, tranquilízate- me enojo, me duele la espalda maldita sea.

-Ya ya-…- dice apenas recostándose- Si te sientes mal me avisas- Bosteza volviendo a dormir al instante.

Observo su cabello en la penumbra y le hago cariño esperando a que me vuelva el sueño, tengo una extraña sensación en el vientre. Me calmo pensando en que aún no hemos llegado ni a las 34 semanas, que fue cuando mamá tuvo a Gabi y Chris, supongo que en mi caso será similar. Trato de conciliar el sueño.

Y no puedo.

 

 

Alejandra.

Despierto alrededor de las 6 y media, cuando suena la alarma, ¡Por fin es viernes! podré aprovechar a mi amor más tiempo, me giro con una sonrisa y la veo con cara de muerte, esta pálida y ojerosa, ser tan blanca no le ayuda en nada en estos momentos.

- ¡Cielos! - exclamo ronca.

-Cállate. – gruñe.

- ¿No pudiste dormir?

-No - la miro preocupada. -Es sólo el calor… Y el dolor de espalda – me tranquiliza.

- ¿Segura que no quieres ir al hospital?

-No pueden ayudarme. – Me mira horrible- y no me pienso levantar.

- ¿Quieres comer algo? Quizá te dé sueño

-No.

No me extraña ese genio si no ha dormido

-Quizá debería quedarme…

-Ve a trabajar Ale, trataré de dormir esas horas. – Mira hacia el techo.

-Está bien… - me siento en la cama un poco triste.

-Ale… sé que no es tu culpa, es sólo que me siento fatal, perdóname- Toma mi mano.

-No hay problema- me inclino y beso su mejilla una y otra vez.  Kate sonríe.

-Amo cuando haces eso.

-Y yo te amo a ti, prométeme que ante cualquier cosa me llamarás. – Acaricia mi mejilla.

-Lo prometo- miro sus hermosos ojos y me recuesto al lado.

 

10 minutos después.

-No quiero dejarte – susurro. Hoy en especial no quiero ir a trabajar…

-Es sólo hoy, estaremos juntas todo el fin de semana – acaricia mi cuero cabelludo.

 

Kate

Me siento culpable, he sido muy brusca con Ale estos días. Yo no sé de dónde saca tanta paciencia…

- ¿Ocurre algo? – me mira, estos años se ha hecho una experta leyendo mis silencios.

-Lo siento- susurro.

- ¿Cómo? – frunce el ceño.

-He sido horrible contigo- digo enojada, este enojo es conmigo, ¡puedo ser tan odiosa a veces!

-Pero Kate, estas embaraz…

-No es excusa- frunzo el ceño.

-Bueno siempre has sido especial- bromea Ale. Hago un enorme esfuerzo por no arrugar más el ceño.

-Así te enamoraste de mí.

-Sí- levanta los hombros – Cosas que pasan.

- ¡Lo dices como si hubiese sido muy casual!

Suelta una risotada.

- ¡Fue demasiado casual!

-Argh perdóname por aparecer así.

-No te lo perdonaría si no hubieses aparecido. - Mueve las cejas rápido.

-Eres increíble.

-Lo sé – sonríe. – Iré a hacer el desayuno ¿Te traigo algo?

Odio comer en la cama, pero no pienso moverme hoy, siento el vientre como si estuviese más duro que de costumbre y la idea suena tentadora.

-… - Ale sonríe adivinando mi intención

-Está bien- digo bajito algo ruborizada.

 

5 Horas después.

-Esto de orinar 20 veces al día me supera- me quejo en voz baja mientras aprovecho de dejar la loza en la cocina, sólo dormí 2 miserables horas, siento como si uno de estos rufianes me golpeara por dentro.

Me quedo de piedra, siento como si se escapara el agua de mi cuerpo sin control, con el corazón golpeándome con fuerza el pecho, miro hacia abajo para verme completamente empapada. Abro los ojos de golpe y siento miedo. ¡Se supone que tenía fecha para varias semanas más!

Lo único que se me ocurre es cambiarme, rápidamente voy al baño y me saco todo, me limpio desordenada y aceleradamente para luego descubrir que me quedaba algo más de líquido haciendo inútil mi higiene, de la nada siento el dolor más fuerte que haya sentido en la espalda baja, es como que si las de los días anteriores fuesen de ensayo. Doy un gritito de dolor y aprieto la mandíbula, controlo la respiración, tomando aire rápido y expulsándolo rogando por ni sentir otro dolor así nunca más en mi vida.

Piensa, piensa, piensa. Acaricio con velocidad mi vientre apoyando la coronilla en la pared y cerrando los ojos. Voy despacio a la habitación, con una mano en la espalda baja rogando por que nada se haya quebrado ahí y tomo el celular.

 

Alejandra

-Arriba el ánimo, queda sólo la mitad del día- escucho a Nicole. Gruño como respuesta

- ¿Qué tienes?

-No se… quiero largarme. – Me estiro con pereza y bostezo. Mi celular suena, lo tomo con tranquilidad hasta que veo el nombre de Kate, mi corazón da un salto y contesto.

- ¿Kate? – ese silencio de más de 4 segundos hace que me ponga de pie como si me dieran una descarga eléctrica. 

- Kate ¿Estás bien? – La oigo respirar rápido y siento el miedo más atroz que haya sentido alguna vez en mi vida… ¡Está sola en la casa!

-Es hora- escucho un gimoteo.

- ¡Aguanta! ¡Voy! – Ni se cuándo empecé a correr. Saco las llaves con rapidez y se me caen - ¡Mierda! - las tomo con desesperación y entro al auto, conduzco como si no me importara mi vida. Y en menos de 10 minutos estoy allí.

- ¡Kate! ¡Kate! – corro a la habitación, no la encuentro. Escucho un quejido en el baño y la encuentro sentada gimoteando, rápidamente me acerco y me inclino.

- ¿¡Estás bien!?

- ¿Lo parece? - me mira llorosa. – Sentí como si se me rompiese la espalda – la miro asombrada sin saber que decir, en medio segundo me percato de que sólo se cubre con una toalla de la cintura para abajo y de la humedad del suelo. Entreabro la boca, me siento asustada, feliz y más que nada… horriblemente preocupada.

Es hora… ¡Pero es muy pronto! ¡Maldita sea!

- ¡Espérame un poco!

Corro al dormitorio, ¡carajos! y pensar que no habíamos tomado enserio a la madre de Kate pensando que era demasiado pronto para hacer el bolso que llevaría al hospital. Se lo agradeceré encarecidamente algún día. Las dejo en el auto y corro al armario sacándole ropa a Kate.

-Llevaré la toalla – dice mientras caminamos lentamente a mi auto.

-No te preocupes por eso.

-De todas formas, me da seguridad. – Dice poniéndola en el asiento y respirando rápido. Su cara se distorsiona y da un grito cubriéndose la boca.

-Carajos- digo apenas, ¡odio no poder hacer nada con eso!, salgo de la casa rosando un poco el portón.

-Tranquila- susurra Kate.

- Lo siento, estoy demasiado tiritona- ni siquiera siento algo dentro de mi cuerpo. ¡Es un milagro que sea capaz de conducir!

-Oye que la que está muriendo soy yo- sonríe.

- ¡No digas esas cosas! -  exclamo escandalizada- ¡Todo saldrá bien! ¡todo saldrá bien! – Lo repito más que nada para que se me incruste en el cerebro y no vaya a pensar alguna cosa que no me guste.

-Espero que estén bien- susurra Kate.

-Amor tranquila, ya verás que sólo…. Sólo nacerán un poco antes. -Joder, Joder, Joder… ¡Maldito tránsito!

-Hace unos días comencé el séptimo mes- dice cerrando los ojos. Miro rápidamente una lágrima que se desliza por su mejilla.

-Lo estarán, son fuertes, ya verás. – Digo agitada estacionando asquerosamente mal y llamando la atención de algunas personas que salen de urgencias, salgo desesperada y entro. Rápidamente entienden mis jadeos desesperados e ingresamos a Kate. Luego de un par de reclamos consiguen que me quede afuera mientras llaman a nuestra Dra. Y me encargo de ingresar los datos en recepción y de calmarme un poco.

Luego de unas malditas y condenadas horas en que se me pasó la vida entera y ya prácticamente es de noche sale nuestra Doctora. Antes de que ella habrá la boca yo ya la abordo con preguntas, o me dejan verla o entro a la fuerza, quiero saber cómo están ella y mis hijos. Carajos ¡necesito saber qué pasa con ellos! ¡Necesito saber cómo están los tres!

-Alejandra, tranquila, está todo controlado, Kate fue ingresada y sus contracciones aún no son aptas para empezar aún, lo he retrasado un poco.

- ¡¿Qué?! – Me sorprendo- ¡Pero estaba teniendo contracciones!

-Sí, pero tuve que inyectarle corticoides.

- ¿Cómo?

-Los pequeños son aún muy prematuros, básicamente es para que maduren sus pulmones.

-Joder- digo con los ojos vidriosos.

-Tranquila, todo saldrá bien. Aun así, el plan era que tuviera un parto normal, pero no se podrá, sería demasiado estresante para ellos, el niño está en condiciones, pero la niña no está en posición, de todos modos, no es algo tan raro- me dice cuando abro más los ojos- son bastante pequeños, estamos monitoreando todo antes de empezar.

- ¡¿Qué?!- exclamo con el alma en un hilo. – ¿No le pasará nada a ella verdad? – yo no me muevo de aquí sin mi hija.

-Debes calmarte, no puedo permitir que entres así.

-Si lo siento, es sólo que… ¿Ella estará bien? - trago saliva.

-Sí, sólo estamos esperando, tranquila- me mira. - Actuaste bien, déjalo en mis manos. Cuando sea el momento te llamaré, pero ahora necesito que esperes con calma, puedes llamar a un familiar si gustas; tienes tiempo y a Kate también por ahora.

-Si… si- lo había olvidado, la verdad ni siquiera me preocupa eso mucho ahora. Llamo a la única que puede informarles a las personas precisas en menos de 2 minutos.

- ¿Aló? – Digo apenas.

-Hooola- escucho el canturreo de Gabi, me quedo en silencio ordenando las ideas- ¿Estás bien?

-No. O sea sí. Es Kate, fue ingresada el hospital.

- ¿YA VA A DAR A LUZ? – Me revienta el tímpano, pero el shock ni siquiera me permite alejar el celular.  -Alejandra condenada ¡Responde! - escucho.

-Eso… creo- Digo atontada- aún hay que esperar, le inyectaron corticoides.

-Y no me extraña ¡Es bastante prematura!

-Diablos no me lo recuerdes. – Digo apenas.

-Tranquila Ale- dice apenas- ¿Quieres que les avise a todos?

- ¡No!  O sea, carajos, sólo a su familia. – No creo que quiera ahogar a Kate por ahora, ya habrá tiempo para las demás.

-Entiendo, ¡déjamelo a mí vieja! Y tú estate tranquila, Kate te necesita fuerte.

-Sí, si- trago saliva, tiene razón, tengo que calmarme- es sólo que…

- ¿Estás emocionada?

-Emocionadamente preocupada- susurro. – son muy pequeñitos aún.

-Quizá le hagan cesárea- dice Gabi.

-Sí, demonios. Espero que todo salga bien.

-Es una chica fuerte, recuerda quienes son sus madres, ¡y quien es su sensual tía! - Me río, estúpida Gabi, al menos me calmó un poco. De seguro está pensando lo mismo.

Cuando sale la doctora y me llama, corto sin despedirme por la impresión.

- ¿Si?

-Kate quiere verte, sus contracciones están siendo más paulatinas

-Ok – Digo rápido, antes de que entre me ataja.

-Son bastante pequeños, tenemos todo para cuidarlos cuando ellos nazcan. -Sonrío y mis ojos se llenan de lágrimas ¡Los voy a conocer! Toma mi hombro- aprovecha de darle ánimo ¿Quieres ingresar a la cirugía?

-Kate nunca me lo perdonaría si no lo hiciese – digo feliz.

-Debo decir que estoy de acuerdo- libera un par de suaves carcajadas- Sólo seguí el protocolo.

Ella ingresa por otra puerta para el personal y un joven me lleva por unas salas, no puedo evitar sentir algo en el estómago al ver un salón lleno de incubadoras, otros con camillas. Hacía el fondo, veo a Kate ya vestida en una camilla con los ojos cerrados, los abre como si sintiera mi presencia y me mira. Sonreímos a la vez.

- ¿Todo bien? -Pregunto acercándome y dándole un rápido beso.

-Tienes el rostro más sudado que yo- me escruta la cara.

-Si bueno, todo fue muy rápido.

-Lo hiciste bien- acaricia mi mejilla- tuve que firmar el papel de cesárea. – Mira hacia la nada.

-Es lo mejor para los 3- susurro acariciándola.

-Tendrán que quedarse días acá… - Pone énfasis en la palabra ‘’días’’

-Todo sea porque estén bien, además yo no me iré de aquí. Me observa

- ¿Cómo viniste del trabajo? fuiste muy veloz.

- Ni siquiera pensé en eso- me río- Sólo salí corriendo

-Gobernada- susurra.

-Siempre- la molesto. - ¿Tienes miedo?

 Parece que doy en el clavo porque deja de mirarme de inmediato.

-Mucho, no puedo creer que me vayan a cortar con un bisturí por el vientre hasta llegar a ellos- dice apenas.  – y pesan muy poco- suspira apretando la cara, ni me imagino el dolor que debe sentir.

- ¿Cuánto? – pregunto en un hilo de voz.

-En el examen de hace poco 1Kg 400 gramos y 1 Kg 50 g.

-No- susurro perdiendo la poca tranquilidad que había conseguido. - ¡Con suerte ella pasó un miserable kilogramo!

-Es una niña fuerte- dice Kate respirando más rápido. -Es sólo que heredó tu suerte.

-Kate no me hagas bullying ahora.

-Lo siento, era una bromita para aligerar el ambiente- me da una pequeña sonrisita antes de apretar los ojos. -Carajos – susurra con el rostro sudado. – Estoy cansada. Por cierto ¿avisaste?

-A tu familia- digo sin más- bueno a Gabi.

-Que a fin de cuentas viene a ser lo mismo -dice con los ojos cerrados. - No te vayas cuando esto se ponga peor- ruega con una mueca. 

-No, tranquila.  Me quedaré contigo- tomo su mano.

-Y por lo que más quieras no te desmayes.

- ¡Por supuesto que no! – me escandalizo- quiero verlos por primera vez a tu lado.

Nos miramos un rato hasta que Kate aprieta la mandíbula más fuerte que antes y mira hacia el techo.

-Maldita sea- susurra

-Ya es hora. – escuchamos.

Creo que por primera vez ponemos la misma cara con Kate. Aparece la doctora

-Kate te pondré la anestesia, tranquila que la cirugía no es terrible- hace una mueca- lo peor es la recuperación.

- ¿Cuánto tiempo después de eso me quedo aquí?

-Aproximadamente 3 días dependiendo de la paciente, en cuanto a tus bebés, estarán más tiempo en observación.

- ¿Cómo es eso? -  frunzo el ceño amenazadoramente.

-Riesgo de apneas, problemas alimenticios, dificultad para succionar, problemas respiratorios, problemas auditivos, de visión, hipotermia, ictericia, y largos etc.-  Me dice con seriedad- tenemos que evitar cualquier problema.

-Si comprendo- digo de inmediato. Me siento en una silla agotada, me parece que no he comido nada desde las 11am. Pero joder, la emoción ya me llevó.

-Bien, te pondré la epidural… - Comienza la doctora acomodando a Kate mientras llega el personal médico- es una suerte que dejen entrar a las parejas, antes no se podía. – en eso su voz se suaviza para indicarle a Kate que espere.

- ¡Que crueldad! – a mí no me sacan con nada de aquí.

-Debo decir que estoy de acuerdo, las pacientes necesitan a alguien dándole apoyo- levanta los hombros- es lo que he visto por la experiencia. Por cierto, esta cirugía no demora mucho.

Kate continúa con la cara apretada, la miro afligida ya que no sé cuánto se demora esa anestesia, espero que de ahí la cosa salga más amena para ella. O al menos eso pensaba hasta que la doctora cambia el semblante de golpe mirando la pantalla del ultrasonido y luego a Kate.

- ¿Qué ocurre? - frunzo el ceño.

-Está sangrando- Escucho. Miro rápidamente a Kate que aún tiene la cara contraída, unas gruesas lágrimas salen de la comisura de sus ojos fuertemente cerrados. Antes de que pregunte la doctora sale precipitadamente, llega todo el personal como si fuese…

Una urgencia.

- ¡¿Qué le pasa?!

-Alejandra estate tranquila- escucho. Acaricio el hombro de Kate con mis manos temblorosas y los ojos muy abiertos, no quiero perderme nada. La doctora esta seria conversando con otra tipa de uniforme rojo oscuro.

Entra a un cuartito y sale con un uniforme que le cubre casi la totalidad del cuerpo.

- Se desprendió la placenta de la más pequeña, sacaremos primero al niño, tenemos que ser muy rápidos o su vida podría peligrar, apoya a Kate y no interfieras. – dice mientras llega un tipo con instrumentos extraños, me imagino que para la operación. Sin darme cuenta mi vista se nubla por las lágrimas y negando el hecho de imaginar perder a Kate. Luego pienso en mis bebés y cierro los ojos, siento una tibia mano acariciarme.

-Se fuerte- susurro.

- Tu también- Kate sonríe, no me había dado cuanto de cuan ojerosa estaba.

Cuando empiezo a ver instrumentos con sangre mi corazón da un vuelco. Miro a Kate que tiene el rostro inusualmente más impasible.

-Oye…

-La anestesia. – Responde apretando la cara.

Pasan varios minutos en los que no suelto ni un segundo la mano de mi esposa. Cuando ya me empiezo a impacientar debido a la preocupación por mi hija la doctora junta un poco sus antebrazos, se mueve delicadamente y veo que sale con una pequeña silueta. Abro la boca y me quedo de piedra, hasta que Kate me aprieta fuerte y me saca de la impresión, la miro con el rostro surcado por las lágrimas y me doy cuenta de que ella está peor. Nos sonreímos incrédulas al escuchar un llanto, y vemos a un pequeño recién nacido en los brazos de la doctora. Sonrío enamorada viendo un suave cabello negro adornar su pequeña cabellera.

-Tengan paciencia por favor- dice volviendo a poner su atención en Kate- Hay que hacerle exámenes, está saliendo todo bien. Falta la pequeña. - Escuchamos apenas por la mascarilla.

Se acerca una obstetra a mí con él, antes de que hable me adelanto a verlo –Lo podrán tener sólo un par de minutos. Tenemos que hacerle exámenes de inmediato- nos advierte.

La verdad poco la tomé en cuenta cuando ya lo había cargado, demasiado liviano. Rojizo, de cabello oscuro. Toco su sien tan delicadamente que aun así creo que podría hacerle daño, llorosa se lo acerco a Kate que gimotea mirándolo con atención y la entiendo… creo que es el bebé más perfecto del mundo. Aun cuando quisiésemos poder verlo por horas nos lo arrancan de los brazos y rápidamente lo ingresan a una incubadora.

Supongo que tenemos que entender, acerco mi rostro al de Kate y nos quedamos aún con la impresión en el rostro. No puedo creer que haya visto a mi primer hijo, ¡no puedo creerlo!

-Es tan hermoso- digo apenas- se parece a ti- susurro. Kate sonríe en el mismo estado.

En menos de 5 minutos acercan rápido una incubadora y antes de que pudiésemos si quiera verla, la doctora le entrega la bebé a una segunda joven y quedo mirando emocionada a lo que parece un pequeño bulto bajo una cobija, un pequeñísimo bulto. Miro a Kate que está tan sorprendida como yo, no para de llorar. ¿Porque no nos la entregan?

Antes si quiera de que haya terminado de pensar esa frase la ingresan rápidamente.

- ¡H-Hey! ¿Qué pasa por qué no nos la entregan? – pregunto desesperada. Me adelanto un poco y veo la cantidad de sangre que ha perdido Kate y siento como si me estuviese cayendo de un edificio, lucho porque el mareo no me desvanezca. Apoyo mi mano en la camilla.

Luego de un rato, alguien se me acerca y continúo mirando mis pies.

-Alejandra- susurra.

- ¿Qué está pasando? - Contengo el llanto.

-Cuando se desprende la placenta, dependiendo del grado, la sangre y el oxígeno pueden no llegar al bebé.

Siento que se me cae el mundo.

- ¿Estará bien?

-Si, al menos respiraba bien, aunque su ritmo cardiaco era muy pausado, justamente esos fueron los exámenes a los que la llevamos.  No podemos correr riesgos, sólo ten paciencia, usualmente cuando son prematuros pasan muchos días en el hospital.

Asiento, ritmo cardiaco muy pausando es lo único que resuena en mi cabeza.

- ¿Y Kate?

- Ella estará bien, es una mujer fuerte- sonrío débilmente, eso ya lo sé – Sólo necesita descansar, ya hicimos todo el procedimiento… - la mira de reojo, me giro y me percato de que está completamente dormida en la camilla.

-Doc ¿puedo verla?

-Por ahora no, luego la ingresarán al salón de neonatología, es muy pequeña; así que están evaluando como sobrelleva estas horas.  Además de ser prematura sufrió un estrés muy grande.

Me quedo en silencio, no saco nada de llorar ante una noticia así, siento el cuerpo vacío. Cierro los ojos entre el agotamiento, la angustia y la ansiedad.

- ¿No sacaré nada diciéndote que lo dejes todo en nuestras manos y vayas a casa a descansar verdad?

-Exacto.

-Entonces ve a la sala de espera, te llamarán en unas horas.

-Si… - debo admitir que, como profesional, estoy muy agradecida de la humanidad que tiene ella. – Gracias- susurro.

-No hay de qué- sonríe, me da unas palmaditas y se va.

Derrotada decido esperar a que el personal médico haga lo suyo, que Kate descanse y rogar que todo salga bien.

Inútil, así me siento.

 

Me voy a sentar, observo la ventana, ya está amaneciendo, ¿Cuántas horas pasaron? Para mí no fueron más de 5 minutos desde que entré a pabellón. Me apoyo en el respaldo y respiro profundamente pensando en todo lo que ha pasado. Saco mi celular, lo prendo y demasiado cansada para revisar quién diablos me llamó sólo veo la hora y apoyo mi codo en la ventana. Supongo que a las 5 am no pasa mucho.

Me tocan el hombro, me enderezo con el cuello adolorido y aprieto los ojos debido a los débiles rayos de luz que me llegan. Pasó una mano por mi rostro, deben ser como las 7 am, espabilo sintiéndome observada.

-Vaya- susurro por la impresión. Antes de que abra la boca Gabi me abraza y me mece de lado a lado ¿Cómo es que tiene tanta energía? Siento mi cuerpo como si me hubiesen golpeado.

- ¡Ale! Cuéntanos todo

-Déjala respirar- escucho a Charlotte.

- ¡Lo siento, pero es que necesito saberlo! Mis padres vienen en camino, creo que hay demasiado tráfico y papá está histérico.

-Ni si quiera me han llamado. - Susurro a mi pesar, no he visto a Kate ni a los pequeños, esto me pone de pésimo humor.

-Descuida, ellos saben que hacer – me tranquiliza, Charlotte me abraza y se sienta a mi lado.

- ¿Cómo está Kate? ¿Cómo están mis sobrinos? – me pregunta Gabi seria.

-Hasta donde sé, Kate estaba descansando, ella… ella es muy fuerte- susurro más enamorada que nunca, si yo me siento molida no me quiero ni imaginar cómo debe estar-  en cuanto a ellos- trago saliva recordando mis miedos de golpe- sólo lo vimos a él y fue maravilloso – sonrío empezando a sentir un nudo en la garganta- a ella ni siquiera nos permitieron verla unos segundos. - Suspiro perdiendo la poca serenidad que me costó construir – Y ahora ni siquiera sé cómo está. – Me desplomo en la silla, siento unas caricias, pero es como si no sintiera mi propia piel.

-Tranquila Ale ¿qué pasó con ella? - escucho suavemente.

- Desprendimiento de placenta- susurro, Gabi abre un poco los ojos con temor y luego recupera la expresión, pero es demasiado tarde, ya me di cuenta de lo feo que es esto. -Si le pasa algo a ella yo me muero y no quiero ni pensar en Kate. – Dejo salir mi miedo sin control- No la dejaron ni ver a su propia hija, yo creo que se durmió del puro agotamiento. – La verdad es que cuando se despierte no sé qué mierda decir y no quiero mentirle. Pero mucho menos después de todo lo que ha pasado le voy a decir que él corazón de nuestra hija no late con la frecuencia que debería.

Apoyo mi cara entre mis manos muy complicada.

-Lo siento. No le digas a tus padres esto- gimoteo.

-Claro que no, prometo quedarme callada. – Gabi me rasga suavemente el cuero cabelludo- Tienes que estar tranquila la medicina no es como antes. Además, es lógico que ella esté así por lo que ha pasado su cuerpecito, ya verás que saldrá de esta.

-Eso espero- susurro.

- ¿Y el pequeño Alejandro?

- ¿Cómo sabes…? - Gabi mueve las cejas creída.

 - Él está bien, es un niño muy hermoso- suspiro.  Me pregunto si extrañará a su hermana. Me quedo en silencio mirando el suelo.

-Lo más probable es que luego de todo los hayan puesto juntos. Aunque primero se los darán a Kate para que amamanten. -Me tranquiliza Gabi.

 

Kate.

Siento un pequeño zarandeo en mi hombro y abro los ojos sintiendo que he dormido sólo 5 minutos, tengo un dolor muy molesto en mi vientre y una sed horrible.

-Toma- escucho a una joven alcanzándome un vaso, me incorporo y la sala me da vueltas. Si tuviera algo en el estómago vomitaría de inmediato.

-Tranquila es la anestesia- escucho- tuvimos que dejarte descansar un rato, pero tienes que amamantar- sonríe suavemente.

-Eh… - comento- ¿Mi hija? No la vi.

-Ella tuvo que ser atendida de inmediato, fue por ella que se aceleró el parto.

- ¿Y cómo está ahora? – trago saliva ignorando el agua.

-Bebe, lo necesitas. Ella está en observación. – Bebo con desconfianza.

- ¿Podre amamantarla a ella?

-Estamos probando sus reflejos de succión, así que vendrá él primero. Está bastante mejor, es algo común en mellizos, gemelos...- Me mira- Le servirá a tu bebita que él estimule la producción de leche.

-Bien- comento, por lo menos me dejarán verlo a él. Sonrío para mis adentros y suspiro.

En eso ingresa una auxiliar con una incubadora y me entregan a mi pequeño Alejandro vestido con su trajecito verdoso. Sonrío de inmediato, ese se los eligió Ale, mi pequeña debe tener uno idéntico puesto. Le acaricio la mejilla tratando de no perderme ningún detalle de su rostro y él se mueve suavemente, aún agotada me percato del poco peso que tiene.

-Vaya- me sorprende una obstetra luego de unos minutos- habíamos pensado que no producirías la suficiente leche, pero lo veo muy feliz- apunta a Alejandro y yo sonrío sin dejar de acariciarlo. - ¿Eres primeriza?

-Si- digo con la voz ronca.

- ¿Y la mujer que te acompañaba es tu novia?

-Es mi esposa- le aclaro seria.

- ¡Oh! no pienses que tengo algo en contra o por el estilo- sonríe- se nota que te ama mucho, está algo chueca durmiendo en la sala de espera. – Me río en silencio- si… me imaginaba que Ale estaría así.

- ¿Puedo verla?

-Las visitas son a las 9, sin embargo- me mira pensativa- Esperábamos a que estuviesen mejor y que tú descansaras. Creo que podríamos hacer una excepción- me guiña un ojo- pero sólo unos minutos.

-Gracias- sonrío. Que mona.

Ella sale tranquilamente.

 

Alejandra.

-Espero que ella esté bien. – suspiro. Antes de que Gabi abra la boca sale una obstetra y me hace una seña, voy rápidamente.

-El horario para visitas es las 9. – Nos dice, Gabi se sienta enfurruñada- Pero ahora tu puedes entrar a verla sólo unos minutos. – Susurra.

- ¿Cómo está mi hija? – pregunto caminando rápidamente a su lado.

-Está bien, estuvo toda la madrugada en observación y ahora responde tan bien como se puede esperar para alguien de su peso, es tan pequeñita- dice con ternura. – Ojalá no haya problemas cuando amamante.

- ¿Y cuándo será eso?

-Dentro del día, Kate está con el niño ahora.

-Bien. – Susurro a mi pesar, sin embargo, no puedo reprimir la sonrisa por verlo de nuevo.

Cuando entro a la habitación me quedo de pie en la puerta viendo a Kate con nuestro bebé en sus brazos acariciando su mejilla, lo mira como si quisiera memorizar cada parte de su rostro, sonrío. Se ve tan linda con él. Estaría realmente perfecto el cuadro si estuviera nuestra hija, ni siquiera sé cómo se ve realmente, siento un vacío enorme en pensar que la criatura apenas ha llegado al mundo en unas horas y no ha podido estar con sus madres que lo único que quieren es tenerla en sus brazos y amarla.

-Donde está Chloe- digo cortante a una chica que va pasando, si está respondiendo bien la quiero ahora ya. Lo único que he podido hacer con ella es rellenar su ficha.

-Tiene que espe…

-Creo que he esperado suficiente, nació hace unas horas y no sé ni siquiera como es su cara.

Me mira un poco enojada, pero no es ni la mitad de lo que siento yo, en unos minutos de guerra de miradas, bosteza.

-Bien, acompáñeme, pero yo no la llevé, en 15 minutos son las visitas. Cualquier cosa, usted ingresó a las nueve.

-Bien.

Caminamos a una sala de incubadoras, miro los vidrios viendo bebés de todos los tamaños y colores, cuando me empiezo a preocupar llegamos al extremo y veo un espacio vacío, que debe ser de Alejandro y al lado veo a….

-Oh -consigo decir. Ignoro los movimientos de la tipa que me trajo y luchando por no abrir la boca la quedo mirando, es pequeñísima, su rostro está algo pálido, esta vestida con el mismo traje verde que elegí para su hermano sólo que a ella le queda más grande, observo su rostro algo arrugadito y su cabello, claro.

-Hey- digo con un timbre tan dulce que hasta a mí me impresiona- Hola- digo apenas, ella ni se mueve, miro a mi pesar una sonda que ingresa por su nariz, ¡diablos! Es tan pequeñita y tiene que pasar por esto, aprieto los labios y lucho porque el nudo que siento en la garganta no me derrote. Ella debería estar con nosotras, no aquí en una esquina abandonada esperando a que su cuerpo funcione como debería. Me juro a mí misma que nunca voy a volver a permitir que sufra.

Trago saliva dejando las lágrimas salir, no sé si es el miedo, la ansiedad o el stress, pero siento mis emociones a flor de piel, daría lo que fuese por cargarla como a su hermano, por ir con ella en brazos y entregársela a Kate, ¡es su madre maldita sea y aún no le dejan verla!

Me quedo ahí pegada, entre lágrimas mirándola, sé que Kate y Alejandro están bien, ella es quien más me necesita ahora. Odio sentirme tan inútil.

 

Kate.

Que extraño, se supone que Ale ya debió haber llegado, si la conozco como la conozco, debe estar sacado de quicio a alguien para ver a Chloe, sé que suena raro, pero tuve varias razones para ponerle así. Lo primero es que me gusta, es dulce, grácil, para una niña tan adorable como mi Ale… y segundo, no es tan común, algo en que yo la puedo entender, siento que nos une más, si es que eso es posible.

Ojalá la traigan pronto, ni siquiera pude verla, sólo recuerdo su silueta en la manta de la obstetra y un leve pensamiento de que ya estaba hecho antes de que me entregase a la fatiga. Aunque, como fuente primaria puedo decir que era la que más se movía a pesar de su tamaño, quiero ver a esa niña inquieta que me hizo despertar varias veces en la noche. Y también, me gustaría que Ale llegase luego. Suspiro tomando la pequeña mano de mi hijo y sonriéndole.

Luego de lo que pareció un minuto escucho un jadeo de sorpresa, levanto la cabeza y encuentro a Gabi tapándose la boca y a Charlotte tocando sus hombros detrás con los ojos muy abiertos, en lo que parece un segundo esbozan radiantes sonrisas idénticas. Gabi se adelanta y me abraza de la espalda.

-Hermana, lo siento, pero nunca me imaginé que podrías verte tan bella y menos con un bebé en brazos

-Vete al diablo- sonrío como saludo. Ella me ignora y se queda pegada viéndolo.

- Kate ¡míralo! - sonríe emocionada mirándolo con atención- es igual a ti.

Me río roncamente, es verdad, sacó mi cabello negro.

- ¿Dónde está papá y mamá? - pregunto viendo a Gabi tocar sus manitas mientras él vuelve a quedarse dormido.  

-Deberían estar acá- susurra más pendiente de él. -  Los vi conversando con la obstetra a cargo.

-Muy sabios- concedo.

-Bueno- me mira culpable- les dije más o menos lo que pasaba. Aunque no debía…

- Está bien, Ale debe estar con ella. – Confío total y plenamente en que, ya que yo no puedo estar pendiente, no dejará tranquilo a nadie hasta que sepa realmente como está. 

-Ya podrás verla, nos dijeron que sólo esperaban a que madure un poco más, debiste ver la cara del personal al vernos. Y eso que aún no llega Leo.

En eso entra Mamá, Chris y Henry. Gabi y Char les hacen el espacio para que se acerquen. Mamá hace un ruidito emocionado y con los ojos brillantes se sienta a mi lado tocando su cabello. Chris acerca su cabeza a la mía y me acaricia, Henry lo mira como si no pudiese créelo.

- ¿Y papá? - me percato de que no está acá montando escándalo.

-Fue a la sala de incubadoras- me mira- estaba preocupado por su nieta y por Ale.

-No me extraña- concedo- papá siempre ha sido así, muy certero.

 

Alejandra.

Me quedo aquí en frente de mi hija esperando a alguien que como mínimo la lleve con su madre, entiendo que esté delicada. Pero no quiero dejarla sola, no me iré de aquí. Paso la mano por mi cara rápido y me seco las lágrimas sin delicadeza mirando como mueve una de sus manos. Sonrío, que daría por cargarla un momento.  

Siento una mano en mi hombro, si es la obstetra se puede joder. Sigo llorosa en la posición que ya estaba.

-No me pienso ir.

- ¿Se puede saber por qué no estás con Kate? - escucho una voz más grave de lo que esperaba y frunzo el ceño mirando a mi suegro.

-Kate es fuerte, está con Alejandro y su familia, no puedo dejar a mi hija sola acá como si no tuviese a nadie.

Él para mi sorpresa sólo asiente y se pone de pie a mi lado, la mira con atención, nos miramos y sonreímos.

-Es una niña muy hermosa. – Veo sus ojos emocionados acercarse al cristal.

-Si- gimoteo.

Miro mis pies y me sorprende que pase su brazo por mi espalda y me acerque a su hombro, sin pensarlo sólo me dejo estar y descargo un poco mis emociones. Creo que acabo de ver a este viejo pesado como un padre o que se yo. Es como si él ya supiese como yo actuaría.

-Cuando nacieron Gabriela y Cristian y los vi en la incubadora lleno de tubos, me escondí en un pasillo -dice apenas- Cristian estaba un poco morado y yo no podía hacer nada, y no quería decirle a Gabriela que él estaba así.

-No después de lo que ha pasado. – Agrego, el asiente.

-De todos modos, me di cuenta que lo importante, es estar con ellos; estoy seguro de que a quien más quiere ver Kate en este momento es a ti.

-Pero…- susurro viendo a Chloe.

-Si quieres yo me quedo aquí. Aprovecharé de hablar con alguien que esté a cargo.

-Bien… - susurro dándole una última mirada a mi bebé y camino rápido a ver a Kate.

 

Kate

-Salió igualito a su tío, ¡yo te lo digo! – Afirma Leo feliz, él llegó más tarde, fue gracioso cuando lo retaron por correr.

-Oye, acaba de nacer. No le arruines la vida- escucho a Gabi.

Miro a la puerta ajena a la discusión que montaron esos dos y veo a Ale entrar agitada, se acerca rápidamente y esquivándolos a todos me planta un beso y me abraza.

-Lo siento- susurra.

- Pero si no has hecho nada malo. – sonrío con los ojos cerrados abrazándola.

-Sí, pero…

-Te conozco. – La detengo- ¿Cómo está?

-Bien, es adorable. - la escucho decir mientras acaricia a Alejandro, se separa llorosa- tu papá se quedó con ella.

-Ese es el abuelo- sonrío. – ¿Su salud?

Ale mira al piso. -Le dan comida por sonda.

- ¡Oh! - escucho, esa debe ser mamá.

-Descuida, apenas demuestre reflejo de succión la traerán- me sonríe Gabi. - ¿Se puede entrar a verla?

-Ni idea, no creo- levanto una ceja.

-Pero ¡cómo es posible! ¡¿No puedo ver a mi sobrina favorita?! ¡Oh pequeña Gabriela junior junior! – recita- ¡Tú tía ya va! – Hago una mueca, mi hermana está loca. Ale se ríe.

- ¿Quieres cargarlo? – le pregunto.

- ¿Segura?

-Pero si lo cargaste cuando nació

-Ah si- sonríe radiante, estira sus brazos, y los acuna mientras se lo entrego.

-Oh- deja salir cuando afirma su cabecita, lo mira con ternura a él y yo los miro embelesada a ambos, Ale se ve tan bella.

En un rato mientras Henry le hace cariño como si fuese de cristal, se abre la puerta y llega papá, Ale lo mira sorprendida.

- ¡Oye viejo dejaste tu puesto!

-Te llaman- se levanta de hombros. Cuando no responde al ‘’viejo’’ de Ale me doy cuenta de que él no había visto a su nieto y se acerca mirándolo fijamente.

- ¿Quieres tenerlo? – sonríe Ale, él le sonríe de vuelta. Se nota que papá es experimentado, porque hasta a mí me sorprende la soltura con la que carga a Alejandro y la seguridad con la que lo tiene. 

-Oh, mira- le dice a mamá con una voz más aguda- se parece a nosotros- susurra y nos sonreímos- es muy guapo- bromea.

- ¿Y ella cómo es? – pregunta mamá, lo miro con atención, ¡muero por saberlo! Siento una molestia dentro de mí, acá deberían estar los dos, como es posible que su madre no la haya visto.

-Lo logró- entra Ale feliz, Alejandro despierta y papá me lo entrega con los ojos brillantes. Estoy segura que es por que traen a Chloe en lo que me imagino es una especie de incubadora.

- ¡Oh! ¡notó su presencia de inmediato! - dice Cris emocionado- ¡yo te entiendo! - gimotea. Abraza a Gabi que arruga la nariz en broma.

Me incorporo rápidamente haciendo una mueca por el dolor en el vientre, cuando la sacan de donde estaba y me la entregan la veo bien, no reprimo la sonrisa. Es cierto que es algo más pequeña que Alejandro, acaricio su pequeña boca y noto que la mueve queriendo alimentarse. Le doy en el gusto y me río bajito con Ale que se sienta a mi lado y pasa la yema de sus dedos por su finísimo cabello castaño.

-Es distinta- sonrío. 

Mis padres se miran sonrientes.

-Kate fuiste muy solidaria- se ríen Cris, Gabi y Charlotte.

- ¿Ah sí? – pregunta Ale.

-No ves que se parece a su tía Gabi.

-O a su abuela- mi mamá toca su cabello coquetamente, papá frunce el ceño y le llega un manotón, entre risas aprovechamos a los nuevos miembros de la familia hasta que se acaba el horario de visitas.

-Ale, ¿vendrás en la tarde? - el horario es 9am en la mañana y 7pm en la tarde, media hora ambos.

-Si- dice apenas mientras observa las fotos, en eso se gira y me roba un beso rápido- Da por hecho que me quedaré aquí.

-Podrías ir a casa a dormir un rato… ya sabes que Chloe está bien. - No podríamos estar más felices, logró alimentarse sola, aunque le costó un poco. Aun así, nos dijeron que no podríamos llevárnoslos aún. Estarán al menos 12 días en observación. A mí me quedan 2, no sé cómo lo haremos.

-Hum, supongo que podría preparar la casa para cuando llegues- en dos días.

-Creo que dejé un desastre- miro mis manos, siento las de Ale sobre las mías

-Yo me encargo- sonríe.

- ¿Duerme primero sí?

- Está bien- me mira no muy segura de poder lograrlo- ¿Cuándo le aviso a las chicas?

-Diles mañana ¿está bien? temprano. Hoy en la tarde quisiera estar sólo contigo.

- Entiendo- sonríe, me da un beso rápido. - Te amo.

-Y yo a ti- acaricio su nariz con la mía. Ale se pone de pie y me sonríe tristemente yendo hacia la puerta.

Aprovechamos la tarde para estar juntas, quería sentir su calor, su olor. Lamentablemente no pudimos ver a nuestros hijos de nuevo, pero pudimos conversar sobre el futuro y como lo íbamos a hacer, ya que lamentablemente no estamos muy seguras de que el trabajo sea compatible con dos bebés prematuros.

-Pero podrías trabajar – sugiero- yo lo cuido los primeros años.

- No lo sé, ¿tú sola con dos?  Además, yo llegaré tarde y podría cuidarlos en la noche, pero me echarían de todas formas por rendimiento- Ale me mira pensativa.

Me acaricio el cabello, no les voy a pedir consejo a mis padres, quiero ser capaz de hacer esto. Sólo recuerdo que los primeros meses estaban ambos y cuando papá tuvo que entrar a trabajar ayudábamos con Leo. Y debo decir que… los mellizos eran expertos en meterse en problemas, en especial Gabi... bueno, sólo Gabi.

-Ojalá sus personalidades sean más como nosotras- Ale sonríe.

-Hay que ponernos en todos los casos.

-Si – paso la mano sobre mi vientre, me duele. Ale me mira lastimera.

-Tengo una idea.

- ¿Hm?

- Creo que simplemente deberíamos mandar el trabajo al carajo, tu post natal es suficiente, pero el mío una bazofia. – Me gustaría no estar de acuerdo con ella, pero tiene razón.

-No entiendo como hay gente que puede.

-Allá ellos, usemos los ahorros que teníamos para la boda en grande. – Ale levanta los hombros. – Los hijos van primero que los caprichos. – La miro impresionada. - ¿Qué?

-Hablas como toda una madre de familia- se ruboriza. Le sonrío.

-En fin, ¿Qué te parece?

-Si- susurro.

-No te noto muy convencida- veo su dulce mirada, me da vergüenza confesarle que en realidad si me quiero casar en grande, y apenas se pueda, aunque se tome como un capricho.

Ale acaricia mi mano.

-Cuando tengamos todo controlado, podemos ahorrar y organizar una gran boda. – susurra, la miro sorprendida, en que momento comenzó a saber qué cosa pensaba yo... Ale, la gran distraída. Hasta siento que está reaccionando mejor que yo. Me ruborizo

-Bien- le concedo, Ale me mira con burla, rasca su cabello y bota un vaso de plástico que use para beber unas pastillas.

-Hay cosas que nunca cambian- comento viendo su torpeza.

- ¡Lo siento! – lloriquea

 

 

Alejandra

Próximo día a las 8 am.

- ¡Alejandra! ¡Maldita! – me cuello es atrapado. - ¿Cómo se dice?

-Me lo merezco, soy una idiota.

- ¿Qué más?

-… Oh gran y sensual Fer- recito con voz monótona.

-Bien- me suelta, me sobo el cuello. Maldita llorona, era necesario esperar un día joder. - Te lo dejaré pasar sólo por la situación. - Sonrío- ¡Ahora ven! - extiende los brazos llamando la atención, y yo salto a abrazarla- ¡Felicidades!

-Gracias – susurro aún en sus brazos, es importante para mi contar con mi mejor amiga en estos momentos.

- Y pensar que hace años eras una maldita amargada y ahora, una madre de familia- acaricia mi cabello.

-Es porque no conocía a Kate- susurro con el corazón rebosante de amor. Seguimos enlazadas en nuestro amor de mejores amigas.

-Vaya, esta mierda no se ve bien. – Escucho.

- ¡Angie! – celebramos y la abrazamos a la fuerza. Nos reímos, cuando me sueltan se me abalanza Caro con los ojos rojos.

- ¡Nunca te lo voy a perdonar! - gimotea- Bueno ¡está bien, si! Pero vamos, ¡deben ser maravillosos!, ¡Kate es mi mejor amiga!… - hipea entre lamentos y Angie la mira entretenida.

-Ha estado toda la mañana así. – mira las sillas.

- ¿Dónde diablos está Noelle y el monstruo que tiene por novia?

- ¡Cierto! ¡La llame! - se toca la frente Fer.

- ¿Qué ocurrió?

 

Hace 1 hora y media.

Noelle

Despierto sintiendo el suave tacto de las sábanas, ni siquiera me molesto en abrir los ojos ¡Es tan cómoda esta cama! Me estiro perezosamente sintiendo el placer de haber dormido desnuda, hasta que mi pie choca con una pierna.

-Cuidado- gruñe Christine incorporando su despeinada cabeza.

-Oh- cierto que me quede aquí… - Lo siento. – En lo que tardo de decir la frase Christine me acerca, besa mi coronilla y respiro cerca de su cuello.  

- ¿Olvidaste que dormiste conmigo? – me ruborizo. – No sé si sentirme herida o recordártelo. Elige.

Trago saliva, por un lado, no quiero que piense que no es importante, yo nunca olvidaría… lo que hemos hecho. Pero por otro, recordármelo significaría… y me duele todo el cuerpo.

-Tengo que…

-Si. – sonríe con los ojos cerrados, aunque sé que, si los viera, vería ese destello malévolo y petulante digno de Christine.

-Pues…

- ¿Si?

-Siéntete herida- digo con crueldad.

¿Qué? la cosa se pega.

Chris incorpora un poco la cabeza y frunce el ceño, sus verdes ojos me observan con amenaza.

-Ah… ¿sí?

- ¡No! – digo fuerte escapando de la cama a toda velocidad, o al menos teniendo la intención porque Christine me atrapa justo y me aprisiona con su cuerpo.

-Suéltame- me enojo con su cuerpo desnudo sobre mí. Su rostro baja por mi hombro derecho y automáticamente mis ojos van al lado contrario.

- ¿Eso fue un golpe duro para mi ego sabes? -besa mi mejilla.

-Era una broma- me sonrojo.

-No lo sé- susurra mientras yo me giro, me observa apoyada en sus codos y sonrío débilmente, su comisura se eleva y se inclina. – Es difícil intimidarte si me miras así.

-No es que lo olvidase… es que estaba cómoda. – Decido decir la verdad

-Lo sospeché, sabes que mi cama es tu cama, y más si quieres que yo esté ahí- mueve las cejas.

-Buen intento Edwards- bromeo.

 

Christine.

Noelle se levanta y me deja tirada en mi cama mientras la observo ponerse una polera.

-Vuelve- le ordeno

-No.

-Agrh- Recuesto mi frente en el colchón mientras se baña, Noelle no me hace caso. ¡En toda la puta vida, es la que nunca me hace caso! Si la primera vez que hablamos me gané una cachetada.

En eso siento una presión en la cama y levanto la cabeza, Noelle me da un besito fugaz y me sonríe.

-Te sonrojaste- susurra.

-Es que… - cubre mi boca y me besa de nuevo.

Se oye su celular.

-Carajos- gimoteo.

-Después seguimos- me guiña el ojo, la miro sonriente mientras contesta.

- ¿¡Aló!? Hola Fer ¿Cómo estás?

Me deleito con la ternura de su voz, es tan adorable con sus amigas.

- ¡Bien! – me mira- ¿Qué cosa? - abre los ojos y la miro mientras cambia su expresión. -Que…- dice apenas antes de caer desmayada. Frunzo el ceño, y voy rápido, tomo el celular.

- ¿Qué rayos le dijiste? – Pregunto tomando sus signos vitales.

-Argh ¡apuesto a que ya se desmayó! – Escuchó la voz serena de Fer como si lo hiciese todos los días.

- ¿Siempre le pasa?

-Siempre. Usualmente Angie la trae en el hombro, pero ahora esa responsabilidad recae en ti Doc.

-Argh- miro su cuerpo sereno sobre la alfombra- ¿Y qué ocurrió?

- ¡Ah sí! ¡Kate acaba de tener a sus mellizos! Le estaba contando que nacieron prematuros antes de que se desmayara.

- ¡Vaya! - me sorprendo, pensé que sería en un par de meses- ¿Y cómo están?

-Ale me conto que los bebés eran muy pequeños sobre todo la niña- dice con voz melosa- Kate se encuentra descansando de la cesárea, llegare a la 8 más o menos, las visitas son a las 9, trae a Noelle como sea. ¡Besos! – corta emocionada.

Aun con el celular cerca de mi oreja bajo la mirada.

-Ay Noelle- Niego con la cabeza.

 

Alejandra.

-Así que supongo que ya llegará. - Fer levanta los hombros.

-Sólo espero que era bruja no se pase con el cuerpo de Noelle- ríe Angie.

En eso se abre el ascensor y sale Christine con Noelle en el hombro. La deja en las sillas

-¡Alejandra, felicidades me alegra que todo esté bien! - sonríe-  Fer ¿Cómo te va?, Caro, ¿cómo has estado? Amazona ¿Sigues viva? - la mira con desprecio. Las miramos entretenidas

-Es un disgusto verte- asiente Angie- ¿No le hiciste nada o sí? – la mira amenazante

Christine sonríe coqueta.

-Nada que puedas ver.

Nos distrae un quejido de incomodidad de parte de Noelle, se incorpora y mira alrededor me ve y abre los ojos de golpe.

- ¡Alejandra! - se incorpora - ¡Felicidades! – me abraza y nos reímos felices- ¡¿Cómo está Kate?! ¡¿Cómo son?! ¡Deben ser adorables! ¡Quiero verlos! - dice sin respirar.

-Increíble- Christine la mira con ojos de profesional.

- ¡Son bellos! No son parecidos- sonrío. – Ojalá nos dejen verlos, ayer sólo fue una vez.

-Desgraciada- Se queja Caro cruzada de brazos.

-Ayer sólo nos dejaron unos minutitos, y ya sabes que la familia de Kate es numerosa.

-Quizá la tuya también sea así – Angie me da un codazo juguetón.

-Ja ja nooo - me espanto. – Con dos nos basta.  

- ¡Ya son las nueve! - celebra Fer

- ¡Esperen! – escuchamos un jadeo de la escalera, llega Elisa, respira apenas, abraza a Caro y nos saluda.

-Oh Ale ¡Siempre supe que valías la pena! ¡Ni se te ocurra ir a comprar cigarros!

-Ni se me ocurriría- bromeo

Entramos y nos vamos al fondo; aún me duele ver a mi bebita con una sonda, Alejandro estaba mejor, sólo en constante observación.

- ¡No puede ser! -Gimotea Caro- ¡Nunca me había imaginado a los bebitos de Kate!

-Son hermosos- susurra Fer

-Chloe es peli castaña- sonríe Angie abrazándome del cuello.

- Es tan linda- suspiro de amor.

- ¡Y tan pequeñita! - llora Noelle, Christine la abraza por la espalda sonriente.

-Probablemente te los entreguen cuando alcancen cierto peso. – Comenta. Fer asiente.

-Unas dos semanas quizá.

-Y a Kate sólo le queda mañana, ha evolucionado bien- No me gusta nada la idea de irme sin mis hijos… pero todo esto es por ellos.

-Ya podrás trasnochar tranquila- Fer me acaricia el hombro.

-Estoy impaciente- sonrío

-Es una etapa muy bonita y sufrida. – Se carcajea

Luego vamos a ver a Kate, dejamos adelante a Caro y Elisa que se tiran a la par a abrazarla. Por suerte tuvieron consideración con la fuerza que usaron.

-Kate, siempre supe que serían bellos.

-Sí, Alejandrito es muy tú- llora Caro.

-Que maravillosa es la vida- llora Noelle recibiendo un pañuelo de Caro, Christine y Angie hacen un esfuerzo enorme por no poner los ojos en blanco.

Kate que tenía los ojos muy abiertos por la sorpresa, sonríe

-Gracias chicas.

-Ves, ¡Ya hablas como madre! - gimotea Elisa haciéndonos reír.

Pasamos la mañana riéndonos y poniéndonos al día, en la tarde vinieron Sandra y la pequeña Sam que ya estaba cerca de cumplir un año. Además de Leo y Gabriela, el tercer día nos costó un poco con tanta gente, pero es muy grato tener tan buenas amistades y familiares que sabemos estarán con nosotras ante cualquier cosa.

Lo más duro fue cuando tuvimos que irnos con Kate ya que dejábamos a nuestros hijos a merced de desconocidos, sabemos que son profesionales, ¡pero rayos! no es lo mismo. Ella se despertó algunas veces en la noche por eso, fuimos todo lo que pudimos ir al hospital y afortunadamente Kate iba a amamantarlos, podíamos verlos, mimarlos un poco y por qué no decirlo, conocernos mejor.

-A sí que te gustaba darle pataditas a mamá- acaricio la mejilla de Chloe- y eres tan adorable. -Susurro. Ha crecido un poco, cuesta creer que haya sido tan inquieta antes de nacer. En eso abre sus ojitos, es primera vez que la veo haciéndolo, siempre se movía vagamente, a lo más atrapo uno de mis dedos, recuerdo que hizo que me emocionara.

-Oh- susurro de la impresión- ¡Kate! ¡Kate!

- ¿Hmm? – susurra con Alejandro en los brazos.

-Mira sus ojos- sonrío emocionada nuevamente. Su sonrisa se ilumina

-Bueno, algo tenía que sacar a su madre- dice creída. Le doy un besito y luego miro a Chloe observándonos, sus ojitos amarillos pasan de Kate a mí.

-No supero lo linda que eres- la beso.

-Oye, apenas tiene una semana y ya la estás malcriando- me codea Kate.

- ¡Pero es que mírala! – gimoteo- no había podido estar con ella.

 

Kate.

Miro a Ale mimar a nuestros hijos, sonrío cuando me pregunta si estoy bien. Es tan dulce, me siento más enamorada y eso ya me sorprende de por sí, es como si todo lo que sintiera fuese evolucionando.

La semana siguiente ocurrió un percance, teníamos todo listo, básicamente casi nada nos falta porque nuestras amigas y familia nos regalaron muchas cosas. La cuna especial que nos dio Leo estaba instalada y nos llamaron en la madrugada porque Chloe había tenido una apnea, por suerte le ayudaron a respirar. Ale se volvió loca cuando la vimos con su respirador, su pecho subía y bajaba muy lentamente, Alejandro lloró y mientras Ale lo cargaba, también tuvo que soportar las lágrimas que no pude esconder. Esa apnea significaba otra semana más hospitalizada. Y la verdad, la situación desgasta, por suerte tenemos los plazos del trabajo, pero a casa sólo llegábamos a comer algo y a descansar.  

- ¿Estás bien? – pregunto preocupada por su mirada sombría mientras amamanto a Alejandro que ha crecido enormemente, parece ya de 9 meses.

- Si. - Dice mirando a la nada. Levanto una ceja. - ¿No fue convincente verdad?

-No. No lo fue

-Quiero que se termine esto - se descarga – odio que estemos lejos de ellos, y tener que venir y oler este aroma de mierda y preocuparme así. – susurra.

-Queda menos- murmuro, dentro de mí… no puedo estar más de acuerdo. Sé que con Ale quizá no sabemos tanto de medicina. Pero estaríamos atentos a ellos y no esperaríamos llamadas o llamar para preguntar con temor. Además, me molesta la incisión aún; lo que no ayuda a mi humor, trato de tragarme las molestias sólo por Ale.

-Hm- dice entrecerrando lo ojos. Alejandro me suelta.

- ¿Quieres cargarlo?

- ¿Eh?

- Lo señalo.

-Claro- sonríe, su semblante cambia de golpe.

- ¿Tienes los documentos? -pregunto por la libreta de familia. Ale tuvo que ir al registro civil, yo ni me he tenido que preocupar de esas cosas, es una suerte contar con ella, ni me imagino como lo hacen las madres que están solas.  

-Si espera- susurra buscando en su bolso mientras juguetea con la mejilla de Alejandro. - Toma.

- ¿Rodrigo es un nombre importante para ti? – Me sorprendo.

- Era mi abuelo favorito- dice meciéndolo - ¿Te gusta?

-Me parece bastante sobrio- sonrío- queda bien ‘’Alejandro Rodrigo Valderrama Rivares’’.

-Tu nombre es muy guapo- le dice Ale dulcemente, me río y veo la ficha de Chloe.

-Ale…

-Es mi decisión. – Se carcajea.

- ¡Si no hubiese estado sedada te tiro un bisturí! - bromeo.

-Me parece un nombre muy lindo y femenino, justo para ella.

- ¿Enserio? ¿Gabriela? - la miro, quisiera enojarme, pero la verdad ya lo sospechaba. - ¿Te das cuenta del daño que le has hecho? – me río – ¿‘’Chloe Gabriela Valderrama Rivares’’?

-Oh vamos, ¡ella será la versión adorable!

-Eso espero- murmuro.

Esa tarde nos avisan que Alejandro ya puede irse con nosotras, Chloe aún no. Fue una noche difícil puesto que él, alejado de su hermana lloro reiteradamente al estar sin ella.  Luego de unos días, Ale harta la fue a buscar, por las buenas o por las malas. Fue una coincidencia enorme que haya sido por las buenas. Al parecer, ella también había dejado agotada a más de una obstetra a cargo.

- ¡Por fin! - lloriquea en la cama, nos pusimos en los extremos mientras ellos interactúan. Los miro con ternura, es tan obvio como se reconocen, duermen muy juntos, lamentablemente no podemos correr riesgos en la cuna y habrá que dejarlos durmiendo separados.

 

 

Los días siguientes, a pesar de las ganas que teníamos, fueron una tragedia, sobretodo porque no tenían exactamente los mismos horarios de sueño, ni comida, ni baño y porque si lloraba uno, despertaba a la otra y así. La verdad Chloe fue más difícil.  Terminamos dividiéndonos el trabajo con Ale y si el asunto no fuese alimentarlos yo me quedaba durmiendo, le doy gran mérito por los pañales. Aunque a veces teníamos que estar juntas, ya que ni Ale ni yo podíamos cargar a los dos tanto tiempo ni cambiarlos a la vez y ella fue muy considerada al no molestarme muchas veces en la que ni sus agudos llantos podían despertarme.

Destaco la mañana en la que desperté y ella estaba con la boca entreabierta sobre la cama y Chloe en el regazo plácidamente durmiendo a lo largo de su tórax protegida por sus brazos. Me imagino que Ale no aguantó el cansancio, nuestra hija es una condenada experta para despertar de noche.

Al final luego de un par meses no sé quién tenía más ojeras, mi tez no me ayuda en nada y Ale que es más bronceada, parecía un zombie. Mientras yo alimentaba a mi hija, Ale mimaba a Alejandro.

-Esto… es terrible a veces- reconoce bostezando.

-Es por el principio. Aunque si- me desanimo. -Los amo, pero…

-Entiendo. – Bosteza nuevamente – Se supone que vuelvo a trabajar el próximo mes.

- ¿Qué harás? – pregunto preocupada, sonríe.

-Mandar todo al carajo.

-Te diría algo… pero tengo sueño y no creo podérmelas con los dos.

-Por lo menos ahora hacen al mismo tiempo- se ríe.

Muy grata fue la sorpresa de nuestros padres cuando llegaron de refuerzo, aunque mi ego de madre quiso salir a flote nos rendimos al escuchar un ‘’Duerman. Por esta vez, nosotros nos encargamos’’ demasiado tentador para discutir.

Fue gratificante acostarnos con Ale y dormir una tarde sin preocupaciones. Por primera vez las dos roncamos... Papá, mamá… los amo. Al despertar estábamos más animosas a lo que se venía, incluyendo los numerosos controles a los que debían ir, incluyendo… las temidas vacunas. Que fueron un maldito suplicio, incluyendo tanto la inyección como la fiebre que le dio a Alejandro en la noche.  Me dormí con Chloe para que no la siguiera despertando y Ale se quedó con él. El segundo suplicio fueron esos malditos dientes.

 

 

 

1 año después.

Alejandra

- ¡Me lo dijo a mí! – reclamo, como se atreve.

Rodeamos a Chloe en su sillita mientras Alejandro nos mira con curiosidad, hijo perdónanos, sabes que somos especiales.

-A ver cariño repite eso- susurra Kate.

Chloe nos mira y sonríe dejando entrever unos dientecitos recién erupcionados.

- ¡Me dijo mamá a mí! – le aclaro. Lo que pasó es que estaba dándole comida y me concentré conversando con Kate, así que se le derramó un poco por el mentón, ella le limpió y dijo ‘’ma-má’’ pero no sabemos si fue porque quería comer más de lo que yo le estaba dando o porque Kate se acercó.

La miramos y Alejandro balbucea, él ya nos dijo su primera palabra, bueno a Kate específicamente. ¡Es justo que ahora me toque a mí! Cuando no dice nada, me rindo y voy donde él para que no se sienta ignorado.

-Ma-má – me mira ella con sus ojitos tan parecidos a los de Kate cuando me alejo.

Y aquí señores, Ale se convirtió en una masa de amor derretida en la cocina.  Kate se ríe al ver mi cara.

- ¿Qué esperabas? Ella te adora.

- Hehehe - me río emocionada cargando a Alejandro. Chloe me mira duramente y comienza a enrojecer.

-Oh oh- susurro -No llores Chloe. – Antes de que rompa los vidrios con su aguda voz la cargo como puedo. Y así quedo, con ambos brazos ocupados, pero ambos bebés muy felices

-Kate- me quejo.

-Nada de Kate- me mira bebiendo su café- ¿No te gusta malcriarlos?

- ¡Yo no hago eso! - Aunque sospecho que se comportan mejor con ella.

Yo los cuido en la mañana ya que Kate al tener más meses para estar con ellos, los cuidó lo suficiente hasta que nos acostumbramos un poco y ellos estuvieron más fuertes para volver una al trabajo. Por mi parte con esos miserables meses que me dieron tuve que renunciar. Y no me arrepiento ni un solo segundo, nos fue muy difícil tomar el ritmo, Kate me necesitaba.

Miro la hora.

-Ya vete, tienes que mantenerme- hago un puchero.

-Tendrás que pagarme la mantención- me mira coqueta, sonrío de igual forma y me acerco.

-Dentro de 4 meses podrías solicitar entrar de nuevo, ¿lo sabes verdad? – susurra dándome un besito

- ¿Y quién los cuidaría?

-Podríamos contrat...

- ¡No les entregaré a mis bebés a nadie! -Me espanto atrayéndolos hacia mí. – Has visto todos esos videos de maltrato- gimoteo. - Tocan a uno y yo me acrimino.

-Algo me dice que serás una suegra horrible- susurra.

-No- digo orgullosa- nunca sería tan terrible, aunque no creo que exista alguien que esté a la altura de mis pequeños- Me voy digna a sentar mientras Kate me mira con burla.

-Eres molestable Alejandra.

-Está claro- le lanzo un beso antes de que salga.

 

Más tarde.

- ¿Quién se parece a su tío? - murmura Leo jugueteando con Alejandro.

- ¿Y a su tía? – juguetea Gabi con Chloe.

Ambos vinieron de visita, la familia de Kate y nuestras amigas han sido muy respetuosos con nuestro espacio, así que hace poco comenzaron a venir, y lo agradezco. Antes no podíamos si quiera atenderlos como corresponde. Ahora al menos, los bebés permiten que los carguen más personas que Kate y yo. Específicamente su familia y nosotras necesitábamos contacto con otros adultos.

-Tengan piedad de mis hijos- bromeo.

- ¡Pero míranos!  -Sonríe Leo.

Maldita sea, si hablamos de cabello, tez y ojos, el condenado tiene razón. Sólo espero que Alejandro jamás quiera dejarse barba de chivo. 

-Espero que su rostro sea mejor- bromeo recibiendo un almohadazo.

-Pero mi sobrinita no escatimó en genes- bromea Gabi- no pensé que fuese a tener los ojos de mi loca hermana mayor.

-No la has visto hacer berrinche- me quejo. Tiene esa capacidad de Kate de apuñalarte con los ojos.

- Hablando de esa- se ríe repartiendo besos por la cara de Chloe que le toma la nariz- ¿Cómo va el casorio?

Me río por la expresión.

-Creo que en unos meses podría hacerse algo… - llevamos planeándolo, resultado: Vendimos el auto de Kate, para recuperar fondos. El mío está al servicio de las dos.

-No te preocupes por ellos, nosotros los cuidamos en las filas. – Ofrece Leo.

- ¿Y si hay que cambiarle el pañal?

-Tengo unos hermanos también mellizos muy recomendables.

-Jódete- se queja Gabi mientras nos reímos. Los dejamos en sus coches frente a nosotros, ellos comienzan a balbucear cosas inentendibles entre ellos.

-Aish, ¡están hablando en mellizoñol! – exclama Gabi con dulzura.

- Mellizo ¿qué? – preguntamos con Leo mientras Kate abre la puerta y nos da una ojeada. - ¡Hola amor! – grito.

-Mellizoñol- dice Gabi levantando el índice mientras Kate se acerca a saludarnos- es el idioma universal de mellizos.

- ¿Y los gemelos? – pregunta Leo.

- Esos están locos, no me dan confianza- bromea Gabi- ¿deberá ser gemeloñol no?

-Deja de hablar estupideces- la reprende Kate tomando a Chloe que estira los brazos.

- ¡Oye no nos cortes las alas! –Alejandro comienza a hacer ruiditos y lo carga también a él.

-Están comenzando a pesar chicos – suspira Kate sentándose.

- ¿Qué harán cuando entren al jardín? – pregunta Leo curioso.

-Quiero que ingresen donde trabajan papá y mamá… por cualquier cosa- dice Kate, con Gabi asentimos.

-Mejor, Henry también está ahí – sonríe Leo- y mi hijo también irá, sospecho que se parecerá mucho al pequeño Ale. – sonríe.

- ¿Y cómo está Valentina? – Ella lleva unos pocos meses de embarazo, espera un niño.  Es increíble cómo crece la familia.

-Imposible, por eso estoy aquí- se carcajea, lo miramos horrible. - No me reten, está con sus amigas. – gimotea y mueve las manos- me echan cuando hay tarde de chicas.

-Ah, pobre Leo  ¿Y Charlotte? - sonrío a Gabi.

-Trabajando- se queja- Nos vemos muy poco.

- ¿Todos los días después del trabajo? – levanto una ceja

- ¡Es muy poco! - exclama con cara dolida- ¡todos sabemos que soy una loca, psicópata, fan, groupie, obsesionada con ella!

-Aléjate de mis hijos- bromea Kate.

-Oh vamos, soy la tía favorita. – le guiña el ojo.

 

 

Al día siguiente.

-Bien, entonces ¿Cuándo paso yo con mi bebé? – pregunta mi suegro aireado mientras estamos en la mesa de la cocina con mi suegra, Kate esta con los mellizos, Henry y Cristian en el living.

-Tú bebé que tiene dos hijos- lo codea su esposa.

-Siempre será mi bebé – Dice él digno. -Mira, empieza la música y yo iré con ella, no la soltaré en toda esa boda.

- ¿Tiene que ir la musiquita? - me quejo

- ¡Es la tradición! – me reprenden.

- No peleen. -Sonríe Kate con Alejandro en sus brazos.

- ¡¿Dónde está el bebé de mamá?! - exclamo emocionada. Alejandro abre sus grandes ojos cafés y se mueve en los brazos de Kate, nos reímos. Ella se sienta a mi lado y yo me inclino a darles besitos.

- ¿Oye y Chloe?

-Está con Cristian y Henry, no creo que la maten.

-Hmm- nos miramos. Nos percatamos del silencio y miramos hacia al frente, los padres de Kate nos miran con atención.

- ¿Eh? - digo.

- Se ven tan bien- suspira Gabriela mamá.

-Es un cuadro perfecto – dice él. – Ya concentración.

Me quedo con Ale mientras Kate va por Chloe, organizamos la comida, iluminación e invitados, Y lo más importante, quien cuide a nuestros hijos. Junto con esto una ceremonia que no sea muy larga por si acaso andan mañosos. La verdad la cosa no cambió mucho, aún sería en el campo de su familia, que tiene espacio de sobra. Mis amigas están más que invitadas siendo mis sensuales damas de honor Fer, Angie y Noelle.

Más le vale a Noelle aguantarse el desmayo.

Como sea, siempre hemos sido las 4, así que las necesito en ese momento. Por otro lado, Kate prefirió a Caro, Elisa y Gabi.

Y además para los gemelos elegí a Fer como madrina de mi Chloe y Kate a Caro como madrina de mi Alejandro. La de bodas, Dios nos libre, sería Gabi.

-Bien- suspiro ya en casa cambiándole los pañales a Chloe- por fin todo listo.

-Si…- murmura Kate concentrada en Alejandro- diablos, como un bebé transforma la comida en esto.

-Eso lo sacaron de tu lado de la familia- bromeo.

-No me hagas tirarte el pañal.

Arranco con Chloe en mis brazos y me recuesto en cama con ella. Esperamos a Kate y Alejandro. Ellos gatean entre el espacio mientras los miramos. 

-No puedo creer que sean tan lindos- suspiro, Alejandro me manosea la cara.

-Chloe ha crecido tanto – sonríe Kate. – Me preocupaba que no le saliesen los dientes en la fecha que nos dijeron.

-Pero ahí tiene sus esbozos- bromeo – tú hermana no tiene dientes- le digo bajito a Alejandro, que la verdad dudo que me entienda, pero él me aguanta.

-No le hagas bullying – se ríe.

-Tengo que aprovechar- le sonrío. Kate me queda mirando y aprieto los labios.

Maldita sea quiero…

Exhalamos mucho aire al mismo tiempo.

Lo intentamos unas 5 veces y cada una fue un fiasco, unas por los bebés, otra porque estábamos demasiado agotadas.

-Cuando crezcan o se duerman no te salvarás- murmuro enojada, Kate se acerca a besarme. Estamos así hasta que los bebés nos separan.

- ¡Mocosos mata pasiones! - los reprendo en broma.

-Ojalá no lloren en la boda. -Comenta mi amor. En realidad, es como una renovación de votos, pero la haremos en grande, nuestro oficial del registro civil es el mismo que casó a nuestras amigas, así que lo invitamos, le contamos y organizamos todo.

-Bueno, estarán 6 meses más grandes. – bostezo – Sólo los abandonaremos unos 40 minutos o menos.

 

5 meses, 3 semanas y 5 días después.

 

- ¡Perras! ¡¿Qué esperan?!- gimoteo en el whatsapp.

-Joder, Fer ya llegó y se está riendo en el sofá, Angie… esa maldita ninfómana está en camino, y Noelle. Bueno… es una maldita ninfómana n°2

- Argh, ¡no alcanzaremos a ordenar! - lloro. Ya estoy casada, y aun así estoy jodidamente nerviosa, mañana es el gran día.

-Tranquila- Fer abre una bolsa y comienza a comer.

- ¿Estás consiente de que es para la boda verdad?

- Sfholo efs una bolzfa- me mira feo con la boca llena.

- Pobre Sam- le doy un golpetazo en la coronilla. Fer traga con rapidez.

- ¡Por favor! ¡Soy su héroe! Cuando la hagan pintar en el jardín a su ídolo saldré yo- sonríe creída.

Sospecho que saldrá Sandra…

-Ajam, como digas.

Escuchamos el timbre.

-¡¡Está abierto!!- gritamos a la vez. Kate me mataría por gritar, ella está en casa de Angie y Caro. Fue la que delato a la parejita que aún estaba durmiendo cuando llegaron con Elisa.

- ¡Ale! ¡¿Estás nerviosa?! – Llega Noelle y me abraza.

-Mucho- le susurro - ¿se juntaron?

-La pase a buscar. - Sonríe Angie abrazándome. – Oh, vieja. Matricidio y con 2 bebés. ¡Ya era hora!

Fer me sonríe cómplice. Después de todo es mi testigo en la primera ‘’boda’’.

- ¿Y Gabi?

-Llegará más tarde – ella se encargará de coordinar lo general, para que lo que organice Kate, vaya en sincronía con lo que organice yo. Cómo es una hiperquinética no habrá problema y Charlotte la aterriza si se pone muy creativa.

- ¡Podríamos vestirnos todas iguales! – Sugiere Noelle emocionada.

- No. – Decimos a unísono.

- Oooh- se lamenta.

-Pero podría ser el mismo color- Angie le sonríe. El rostro de Noelle se vuelve a iluminar.

-No consientas a esa loca- bromea Fer abriendo otra bolsa. Me rindo, si tu mejor amiga no es un desmadre arruina bodas no es tu mejor amiga.

- Antes de que Fer se coma todo el buffet- bromea Angie esquivando una almohada- Podríamos ir en mi jeep a dejar lo que falta. - Mira todas las cajas que vinieron a entregar en la mañana.

- ¿Por qué no les diste la otra dirección?

-Quería revisar todo, llegaron muy temprano, no quiero abusar de la hospitalidad de la tía de Kate.

-Ah bien- mira todo pensativa- dejémoslo en nuestros autos y ya.

-Yo les doy el visto bueno- sonríe Fer masticando. – Me comeré toda esa boda.

-Cerda- se ríe Noelle. - ¿Y el licor?

-Alcohólica- la molestamos.

-Sólo era una duda- gimotea

- Ya está allá- sonrío- fue lo primero que encargué- susurro.

-Con suerte dieron abasto las neveras- sonríe Angie, ella me acompañó y eso que no contamos el vino que ofrecieron los primos de Kate. Menuda familia… ellos sí que saben celebrar. Salimos mareadas y sólo fuimos a dejar unas cosas.

- ¿Hiciste tus votos? – me pregunta Noelle.

-Sí, aunque en papel suena vergonzoso- me sonrojo.

- ¡Sólo abre tu corazón! – me mira con los ojos brillantes- ¡y mira sus ojos! Lo sabrás en ese instante- dice feliz.

- ¿Cómo es que Christine soporta tu cursilería?  - Angie ladea la cabeza curiosa.

- De la misma forma que tú aguantas las de Caro.

-Uuuuh- decimos con Fer.

- Caro no es tan terrible.

Noelle levanta las cejas incrédula.

-Bueno está bien, si lo es. Pero yo soy un amor – bromea- Christine es una bruja insensible.

-Ya es hora de que se lleven bien. Y para tu información, en la intimidad no se queda atrás. – sonríe avergonzada.

-Uuuuh- decimos con Fer.

- ¡Cállense! – nos retan Angie y Noelle.

- ¡No! – respondemos.

Guerra de almohadas. Luego de una media hora nos reímos despeinadas.

La puerta se abre y llega Kate con Caro, Elisa y Gabi. Inmediatamente Kate me mira entrecerrando los ojos por él desorden, Gabi se carcajea.

- ¿Tan temprano? – pregunta Angie

-Ya tenemos todo listo- Caro niega con la cabeza- es increíble lo inmaduras que son.

- Sólo ayudábamos a Ale a relajarse- sonríe Noelle- ¿Verdad Ale? -Me mira amenazante.

-Si – asiento como loca.

Gabi se sienta en el suelo sobre un almohadón del sofá que Angie le arrojó a Fer- ¿Y cómo va la despedida de soltera? Las chicas ya organizaron la suya.

Las quedamos mirando, Angie y yo con total indignación. Caro y Kate nos miran sin expresión como si fuésemos imbéciles.

-Me sorprende que aún le creas a Gabi. – Kate frunce el ceño.

- ¿Nosotras podemos tener? -Angie aviva la llama a propósito, Caro la mira amenazante.

-Si quieres dormir afuera…

- ¡No!  - gimotea.

- Sólo íbamos a dejar las cosas ¡Vamos chicas! – La rescato. Beso a Alejandro, Chloe y al final a Kate que sonríe sin querer.

- Ya vete, tienes que ordenar- ¡Aush!

Al final del día, las condenadas de mis amigas se fueron y llegué a casa sola a ordenar los cojines y las bolsas que Fer dejó. ¡Maldita!

-Así me gusta- sonríe Gabi.

- ¡¿Y tú que haces aquí?!

- ¡Soy la maldita madrina de tu boda! – me apuñala el pecho con un dedo. - Ayudaba a Kate a hacer dormir a los bebés.

-Ahm- sonrío – ¿Y ahora que más falta? - Kate aparece dejando la puerta entreabierta

-Nada- sonríe- te aviso que mañana te quedas con los bebés, no debes ver a la novia.

- Ah… bien.

-Después mamá vendrá al rescate conmigo.

- ¿Y tú papá?

- ¿Tú crees que se despegará de Kate?

Agrh, ¡viejo terco! Por suerte yo sólo la espero en el altar mientras Fer, Noelle y Angie me tiran aire para que sobreviva.

-Las dejo chicas, iré a molestar a Charlotte para que se pruebe de nuevo su vestido. - Se va prácticamente flotando de amor de la casa.

-Tú hermana no tiene remedio.

-Yo creo que se golpeó al nacer- dice Kate con crueldad acercándose a mí. Me abraza y me da un besito en el cuello erizándome la piel.

-Cruel- bromeo sentándome en el sillón con Kate a horcajadas de mí, de su boca paso a su cuello y la recuesto en el sofá. Nos besamos minutos aprovechando el momento para nosotras. Acaricio su estómago, ella me da una mordidita y baja a mi cuello haciendo lo mismo, dejo salir un gemido algo contenido para no hacer ruido. Acaricia mi trasero y sonreímos para seguirnos besando largo rato. Cuando bajo a su vientre ya un poco impaciente me detiene.

-Nos casaremos mañana…

- ¿Y?

-No lo hare contigo hoy- se levanta y se va digna a la cocina.

- ¿Qué…? - ¡Condenada Kate! ¡No hemos podido en meses!

-Quédate con las ganas- me guiña el ojo.

 

 

Al día siguiente.

- ¡Despierta idiota! – siento la mejilla escocer.

- ¡Fer, no le pegues! – la reprende Noelle.

- ¡Oh! ¡Oh! - me despierta de mi ensimismamiento Angie, estaba al frente del coche de los mellizos pensando en la boda. La idiota de Fer los hizo llorar.

- ¡Eres la peor! - la miro indignada tranquilizándolos. - ¡Ayúdame!

Nos costó 10 minutos acallar sus hipidos. Por suerte la tía de Kate nos prestó la casa, están todos afuera con los invitados. Que para mi sorpresa, ¡son bastantes! De la compañía donde conocí a Kate, exs trabajos, ex compañeros de la universidad, amistades del camino, nuevas amistades y viejas también. Dejamos lleno de autos el patio y aún nos queda espacio para el fiestón.

-Y yo pensé que se reirían – dice Fer pensativa trayéndome a la realidad.

- ¡Pero si me aman! – me toco el pecho. Aunque la verdad, están en esa edad en donde ni siquiera me dejan cargar a Sam, malditos posesivos.

-Hey, tienen que portarse bien- los miro seria, Chloe me devuelve la mirada y Ale está más concentrado con un juguetito.

-Tú vas a ser un demonio cuando seas prepuber- la mira Fer, Chloe la mira duramente, como si la culpara por el golpe anterior.

-Aaaws ¡yo te amo! - saltó impulsándome hacia adelante y besando su mejilla. Es tan bella, ¡mi héroa! Ella hace una mueca de sonrisa mostrándome sus pequeños dientecitos.

-Aunque con esa madre- bromea Fer

-Oye déjame, estoy a cargo de ellos mientras su otra madre anda por ahí enfiestada- me hago la víctima. Fer se ríe

Suena mi celular. Es Kate.

-Hablando de enfiestadas- bromeo, contesto- ¡Aló! ¡Amor! Es de mala suerte oír tu voz antes de la boda.

- ¿Enserio? - Pregunta Fer algo perdida.  Levanto los hombros.

-Cállate- escucho a Kate- ¿cómo están mis hijos? ¿Siguen vivos? – me toma el pelo.

- ¡Stop bullying! - me espanto. Casi 6 años, 2 hijos, 1 casa, falta el perro ¿¡Y esta mujer aún me toma el pelo?! – Aquí están, sanos y salvos- le aclaro guiñándoles el ojo.

- ¿Me los pasas? - me pide. Me da ternura su voz.

-Hmm bien, ahí te van- coloco el celular un centímetro cerca de la oreja de cada uno. Me hace gracia que la reconozcan. Luego lo acerco a mí.

-Ya… ¿Cómo estás? – pregunto

-Es mala suerte hablar antes de la boda- me corta.

-Está nerviosa. - sonrío.

-Y tú también- dice Fer bebiendo no sé qué.

- ¡Agrh sí! - recuerdo mi ensimismamiento de hace un rato. Ni sé que se pondrá Kate, yo simplemente me puse un traje beige con una chaquetita que parece vestido y ya está.

-Te ves bella- dice Angie apareciendo con Noelle. -Fuimos a ver a nuestras novias.

-Gobernadas- bromeo.

-Mírate el traje idiota- se ríe esta- por cierto, el lugar es hermoso.

-¡Si! Y empiecen la boda pronto que los primos y tía de Kate no paran de ofrecer vino. – se ríe Noelle

Malditos hospitalarios… la alarma de mi celular suena y siento como un puño imaginario toma mis tripas las anuda y luego las saca. De pasada le da un golpe al corazón porque siento los latidos hasta dentro del cuello.

- ¡Vamos Ale! - me animan

Creo que quiero vomitar….

Piensa en Kate, piensa en Kate, en lo que me mataría si no aparezco, ¡en lo que la amas!

¡¿Y si ella no aparece?! ¡Y si me abandona? ¡¿Y si descubrió que en realidad no quiere esto y me deja como una sensual mamá soltera con dos bebés que alimentar!?

Mi mejilla vuelve a escocer, ¡y esta vez me dolió más!

- ¡Angieee! - me enojo- puta mano pesada.

-Te quedaste pegada con cara de pánico unos minutos. – me mira Noelle- no hagas esperar a la novia. – Me reprende.

-Vamos- me pongo de pie, miro el cojín disimuladamente, ¡no siento ni los esfínteres!

Camino hacia la parte alta de la ceremonia ¿Cómo era que se caminaba?  A sí, pierna, pierna, ¡ondea los brazos! ¡Así! ¡Lo haces de puta madre Ale! Escucho unos ruidos, silbidos, aplausos, gritos… pero es como si estuvieran a lo lejos.

-Camina bien- se enoja Gabriela.

Ok, no fue de puta madre...

 Dejamos el coche con la abuela de los niños y Cristian Jr., que los mima de inmediato. Es una suerte que los entretenga así. Me quedo en mi posición con Gabi y un papel.

-Novia n°1 ¡LISTA!, ¡Novia n°2, ya instalada LISTO!, Bebés ¡Listos!, invitados ¡LISTOS!, Besar a Charlotte ¡Carajos! -Va hacia los asientos de adelante, le da un fugaz beso y tacha en el papel mientras ella la mira con duda. Me río mientras se acerca.

-Estamos, sólo queda la novia.

- ¿La viste? -pregunto nerviosa.

-Ajá – me mira coqueta. -Antes de que se fugara con su amante

- ¡Hija de…! - aprieto las manos. Se ríe

-No termines esa frase o mi madre te matará- mira sus uñas- Kate está tan nerviosa como tú, papá la está calmando, cuando se sienta lista ella me llamará, escucharás la música y ya sabes que es porque anda cerca- me da unas palmaditas- ¿Estás lista?

-Si- trago saliva, miro a mis bebés.

-Ni se te ocurra cargarlos así como estas ahora.

-No, no claro que no…

Llegan mis amigas, me abrazan las 3

-Y pensar que íbamos a estar así algún día. – Sonríe Fer- ¿ahora me entiendes?

-Es horrible- gimoteo calmando el tiritón de las piernas.

-En estos momentos sólo el amor te ayuda, aunque suene cursi.

-Cursi- la molesta Angie.

-Sólo quedan ustedes dos- sonríe Fer

- ¡Ni me lo recuerdes! - se espanta Angie.

- ¡Ale! ¡Ale! ¡ALE! – me gritan.

- ¿Ah? - digo agudito

-Tienes que aterrizar, ¿Quieres tomar algo?

-No- respiro tranquilizándome- tengo que ser capaz de hacer esto.

- ¿Segura? – sonríe Fer.

-Segurísima ¡Vamos! – digo rudamente. Nos damos nuestro abrazo grupal y justo cuando nos separamos se escucha una lenta marcha.

‘’Ay mamá’’ me dice mi mente, me quedo quieta de pie en el umbral, lo positivo de esto es que no me importa la presencia de la gente, sólo Kate, esto debe salir ser perfecto porque es su sueño una fiesta así… yo no me había dado cuenta de que posiblemente también fuese el mío. Me siento como en las nubes, y muy emocionada, miro a mi par de retoños y tomo la fuerza que falta. Cuando vean nuestras fotos de jóvenes, quiero que lleguen a percibir el inmenso amor que le tengo a su madre.

En eso aparece Kate, ¡¿Cómo no me di cuenta del cambio de tonada?! me quedo clavada ahí, no abro la boca por el sólo hecho de que estoy congelada.

Mientras camina lentamente hacia mí al brazo de su padre, la miro atentamente, su rostro… está emocionada, muy nerviosa y también feliz. Me recuerda al hospital…  ¡Vamos Ale! ¡debes tener el control ahora! Está con un vestido bellísimo, se encargó eficientemente de todo y además luce así. ¡Tan hermosa y radiante! Trago saliva con un amor fuertemente renovado, ese amor que te permite aceptar tanto las virtudes y los defectos de tu pareja, ese que te ruega estar cerca de ella, pero no por fanatismo, sino porque sabes que es ahí donde perteneces. Mi lugar es estar al lado de Kate, desde que nos conocimos, creo que no debí separarme de ella desde el momento en que me hizo una seña sin ganas para orientarme en la oficina.

        Pero fue difícil al principio, sonrío. Pasamos… hemos pasado por tanto y ahora ella está acá, convirtiéndose en mi esposa al frente de todos, a diferencia de cuando ‘’fingíamos’’ ser una pareja, ahora le gritamos al mundo que nos amamos. Que somos felices y que tenemos nuestra propia familia, dos hermosísimos, sanos y muy amados mellizos.

No me percato que ahora estaba tan cerca, me quede pegada pensando y sintiendo, que enjugo mis lágrimas sin pensar, escucho algo a lo lejos, pero la verdad, no me interesa. Con suerte puedo ver a las damas de honor, que al parecer se pusieron de acuerdo con las mías ya que todas visten un color claro, azulado, suave y relajante.

Tomo la mano de Kate y sonrío, mi vista se desvía al ver a mi suegro haciendo una señal de que me cortara el cuello si la cago. Escucho unas risas, niego con la cabeza y fijo mi atención en Kate, nos sonreímos y nos quedamos así.

Escucho un carraspeo.

Otro.

Pego un salto y veo al barrigón que oficiará la boda.

-Ups lo siento- miro mis pies ruborizada.

-Así da gusto oficiar una boda- me tranquiliza. - Cuando se ve el amor que se tiene la pareja. – Asiente a sus palabras.

-Damas y caballeros… Nos encontramos aquí…- dejo de tomar atención a sus pausas y miro a Kate fijamente, ella me dice que todo está bien con sólo una mirada. Me doy cuenta que no he soltado su mano en todo el rato, pienso en hacerlo, pero ella me da un suave apretón dejándome en claro que no lo haga. De todos modos me siento más tranquila así, ya me acostumbre a liderar mis batallas con Kate a mi lado. Suspiro, yo la amo.

 

Kate

Trato de mantenerme quieta y no tiritar como una mocosa apretando a Ale, si me suelta no sé qué ocurra; de hecho, ni se cómo estoy de pie ni como conseguí llegar hasta aquí. Miro una porción de cielo no cubierto por el techo. Deben ser las 7 de la tarde aprox.

Se viene a mí un recuerdo…

 

Hace casi 40 minutos.

- ¡Kate quédate quieta! – me reprocha mamá arreglándome el vestido.

- ¡Pero si estoy quieta! – le respondo.

-Estas algo tiritona- me mira- ¿muy nerviosa?

-Horrible. - Me sincero.

-Cuando me casé con tu padre me costó como 5 minutos colocarle el anillo- me revela. -La gente comenzó a impacientarse- …No tenía idea- por eso lo reto tanto cuando se lo saca.

-Oh- respondo sorprendida.

-Tranquila Kate… Ale te ama, no hay forma de que salga mal.

- ¿Y si me tropiezo? – bromeo. Al segundo me arrepiento de haber dicho eso, cuando vienen imágenes trágicas a mi cabeza.

-Bueno tal vez- dice. Trago saliva, gracias mamá.

 

Luego de unos 10 minutos…

-Ya está- sonríe.

-Hey, aún hay tiempo ¿Qué hacen? – llega papá y me queda mirando, le sonrío y él se acerca.

-Te ves bellísima, la novia más linda que haya visto- me abraza, reposo mi cabeza en su hombro. Papá si me relaja, no como esa…

-Oye- escucho a mamá indignada.

-Después de tu madre. - Cuando ella va a buscar el ramo me niega con la cabeza, nos reímos.

-Bueno, ya nada podría salir mal. – Asiente. Vuelvo a tragar saliva, Tripas ¿Dónde se fueron?

- ¿Muy nerviosa? – Me sonríe papá, miro sus ojos. – ¿Nos dejas solos?- mira a mamá.

-Bien- dice mamá respetando nuestro espacio.

- ¿Todo bien? – me observa cuando quedamos solos.

-Si… está todo perfecto- reconozco. - Es sólo que no puedo evitarlo. 

-Es normal – me mira- Esperemos que la otra novia no se haya muerto de los nervios. – Nos reímos, Ale debe estar hecha un manojo de nervios.

-La amo papá- susurro, no es tan fácil llegar y decir eso a tus papás, teniendo la edad que tengas. Pero tenía que hacerlo.

-Lo sé.

-Y no sé… ¿Qué tal si … algo pasa… y…?

- ¿Qué Ale no se va a querer casar contigo? - Suelta una carcajada de incredulidad. – ¿Has visto cómo te mira esa mujer? Desde que las conocí y fingían lo de ser novias supe que estaban hechas la una para la otra.

Me quedo pasmada.

-Lo… lo… ¿sabías?

-¿¡Saberlo!? No se pudieron de acuerdo ni con las fechas- se ríe. - Además tu no eres de saltar de una relación a otra. Lo que pasó con Ale fue algo que no pudiste evitar.

Me sonrojo.

-No…  ¿Por qué me conoces así?

-Soy tu padre- el orgullo con el que me ve, hace que se asomen mis lágrimas sin permiso, pasa sus pulgares delicadamente bajo mis ojos- y te pareces a mí – dice creído- más de lo que crees.

-Que miedo- bromeo.

- ¿Sabes? siempre pensé que cuando te casaras odiaría a la desgraciada… - Me abraza y besa mi frente. – Pero quiero a Ale…  no se lo digas- se ríe.

- ¿Por eso sacaste a mamá? – Si, muy parecidos. No reconoceríamos el cariño que le tenemos a alguien frente a más de una persona.

-Si- se ríe – las he visto crecer tanto estos años… de una manera en que ninguno de nosotros podría dudar si quiera el lazo que hay entre ustedes. Como padre, no puedo ignorar eso. Me alegro mucho de que mi hija se case con alguien que la ama así. – Levanta los hombros- Así que puedo dormir tranquilo y guardar mi escopeta.

Me rio entre hipidos. El me aprieta.

-Pero no significa que le ponga seguro ¿eh? – susurra. Sonrío y nos quedamos así unos minutos.

- ¿Viste a mis mellizos?

- Si… están con mis mellizos- nos reímos. – Están bien, es bueno que ya se acostumbraron a su loca familia.

-Si… - quizá donde los 4 son del mismo tipo, sientan un vínculo… que se yo. La cosa es que nunca lloran con Gabi y Cris. A pesar de lo poco delicados y ruidosos que son.

Se escucha la música, alegre y muy lenta. Es esa que básicamente Gabi me dijo que usaría para avisarme que Ale ya llegó.

Mamá entra

- ¡Ale ya llego! – anuncia feliz- me miran ambos- ¿Lista?

Estoy a punto de casarme, tengo a mis padres felices por esto, y he formado una hermosa familia. Mas lista no podría estar.

-Lista- sonrío.

 

 

Presente

Le doy un apretón a Ale, ella me lo devuelve. Nos miramos con una sonrisa juguetona, siento nervios, pero muy controlables. Estoy con Ale, no tengo nada de qué preocuparme. Esta es sólo una más las cosas que hemos hecho juntas y que recordaremos toda la vida.

En eso nos quedan mirando. Gabi llega con los anillos y sonríe.

- ¡Los votos! - advierte con la boca apretada.

-Carajos, ¿cómo es que fue todo tan rápido?  -Miro a Ale tratando de ordenar mis ideas. Ella al parecer lo capta y toma un anillo, me guiña el ojo.

Se pone seria, cierra los ojos y sonríe suavemente.

-Yo Alejandra Valderrama, te quiero a ti, Kate Rivares, como esposa, me entrego a ti, prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. – Sonríe e inhala fuerte para evitar las lágrimas, escucho algo a lo lejos - siempre voy a estar contigo- dice apenas- … y con nuestros hijos- nos reímos- Te amo demasiado Kate. Así que… - mueve las cejas, aligerando mis nervios- Kate Rivares ¿Quieres ser mi esposa?

-Si quiero- digo con la voz muy tomada, cierro los ojos y se me escapan algunas lágrimas rebeldes.

- Yo te recibo como esposa y prometo amarte fielmente durante toda mi vida. – Me coloca el anillo (Antes no los habíamos usado) y besa mi mejilla, justo en el camino que dejan mis lágrimas. – Escucho un ruidito de ternura general.

Miro a Gabi que ya lista me alcanza un pañuelito, mucha emoción para mí, vuelvo a oír algo, pero la verdad no quiero ni acordarme de que aquí hay más gente.

Tomo el anillo que queda, le acaricio y tomo con delicadeza la mano de Ale, sus ojos van de su mano, a las mías y luego a mi rostro. Me calma de inmediato mirarla fijamente.

-Yo Kate Rivares, te quiero a ti, Alejandra Valderrama, como esposa, me entrego a ti, prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. Te amo, eres la madre de mis hijos y la mujer que quiero ver todas las mañanas y noches que me quedan – Ruido general, Ale me observa fijamente – Alejandra Valderrama- inhalo mucho aire para que se lleve el maldito nudo que me escose la garganta- ¿Quieres ser mi esposa?

- Si quiero- le coloco el anillo. – Siempre- Oigo una risita al parecer de Gabi.

-Yo te recibo como esposa y prometo amarte fielmente durante toda mi vida. – Susurro. Suelto sus manos para sólo lanzarme a su cuello. Ale me acerca y cuando escuchamos ‘’puede besar a la novia’’ me da un beso que me quita el aliento. Nos separamos y Angie y Fer dan unos silbidos.

 

Alejandra

-Ay por eso me gustan las lesbianas- llora el oficial del registro civil tomando la mano de su acompañante, ahora que recuerdo el flacucho era su marido. – ¡Son tan tiernas! - Escucho risas y la gente empieza a acercarse con rapidez.  Abrazo a todas mis amigas e invitados, Paul y Margaret se ven muy lindos del mismo color. Sólo puedo sonreír, este es nuestro día… pero aquí falta el abrazo más importante. Busco a Kate que al parecer piensa lo mismo que yo, habitualmente las novias bailan la primera pieza, pero nosotras además de novias, somos madres... Encontramos a nuestros hijos en los brazos de sus abuelos. Observan todo muy perdidos y nos reímos. Kate carga a Chloe y yo a Alejandro.

-Me concedes esta pieza mi guapo caballero- bromeo besando su mejilla. Puedo ver sus dientecitos mientras sus manitas aprietan las mías. En un par de minutos… Se nos unen nuestros suegros, Gabi, nuestras amigas, los de la oficina, hasta llenar la pista. En unos minutos decido que esto puede ser mucho para mis bebés. La gente está más que feliz celebrando, creo que el vino de la tía de Kate hizo efecto. Veo a Noelle con Christine riéndose con unas cervezas y a Angie abrazando a Caro, Gabi se carcajea con Charlotte por lo más probable… alguna cosa que hizo la primera.

-Tienen que dormir -canturrea Kate.

-Te ves preciosa-. Susurro sentándome a su lado- tenemos que hacer un cuadro enorme – sonrío besando su mejilla unas 3 veces.

-Tú también te ves muy guapa, tienes un trasero precioso- bromea.

-Oye, deja mi trasero.

-Lo siento, se me cruza. -Nos reímos.

- ¿Quieres cambiar?

Usualmente nos intercambiamos a los bebés para que tengan una excelente relación con ambas y a la vez nosotras podemos aprovecharlos por igual.

-Hola mi bebita- beso a Chloe, acaricio su suave cabello castaño- A dormir – me levanto y la empiezo a mecer con suavidad. Kate se encarga de Alejandro.

 

1 hora después.

-Uff- se queja Kate apoyada en la cuna… deja el monitor para bebés. - ¿Volvemos a la fiesta?

- ¿Tú que crees?

Nos quedamos mirando. Las dos nos adelantamos al mismo tiempo aferrándonos y besándonos impacientes. Kate choca con la pared y yo me precipito a su cuello.

-Espera, los despertaremos... -me lleva a una habitación – me quede aquí anoche.

Asiento viendo su bolso, y ella lo aparta, me recuesto sobre ella y acaricio sus piernas, en eso subo un poco más a la altura de su muslo y siento…

-Oye- susurro coqueta acariciando una liga, Kate sonríe. Me agacho y le doy una pequeña mordidita en el muslo, Kate respira un poco impaciente. Tomo la liga delicadamente con mis incisivos y bajo tortuosamente ¡Que vivan las tradiciones!

Luego me incorporo y la pongo de estómago bajando su cierre y besando su espalda. Luego ella me desabotona y nos miramos respirando muy profundo.

-Lo deseaba- le reconozco.

-Y yo… - me besa de lleno, siento su lengua y rápidamente me pongo a la par, entre manoseos, agarrones e impaciencia consigo quitarle la ropa. La acaricio besando su cuello y entro en ella sin ningún miramiento, Kate está más que dispuesta.

 

Gabi.

- ¿Hey chicas que tal la noche? - sonrío a Sandra y Fer.

-Estoy un poco mareada- reconoce Fer tomada de la mano de Sandra. – Diablos, Así Ale me tomó el pelo por mi boda, acá hay tragos que ni conocía. - Concede bebiendo un vaso de vino y frutas.

-Cuidado que ese los preparan mi padre y mi tía- no sabré yo lo que son capaces de hacer.

Se acercan Angie y Caro.

- ¿Y Ale? - pregunta la última.

- ¿Bromeas? - se ríe Fer – Por fin están tranquilas después de cuidar dos hijos, deben estar haciéndose cariñito. – Con Charlotte no aguantamos la carcajada, Sandra también se ríe dándole un codazo.

- Son una parejita tan tierna- dice Caro.

- ¿Hablas de Ale y Kate?  ¡Son un amor! - llega Noelle arrastrando a Christine vestida con un elegante vestido negro. - ¡Me hicieron llorar!

- ¡Y a mí! - dice Caro.

- ¿Enserio? Qué raro. -Bromea Angie, Christine se ríe a regañadientes, en el fondo sabe que es verdad.

 

 

Kate

-Espera Ale- susurro apenas, antes de que empiece de nuevo.

- ¿Eh? – dice está quedándose quieta.

-Creo que escuche algo- Ale toma el monitor con atención- No oigo nada- dice agitada.

-Lo siento- digo acercándola para besarla- estoy traumada. – Nos reímos.

No sé cómo vamos a volver a la fiesta así de despeinadas, Ale comienza a bajar y me muerdo el labio. Nos hace pegar un salto el inconfundible llanto de un bebé. Sospecho que es Chloe, Ale me besa el rastro de cicatriz que me quedó de la cirugía mientras yo pongo ambas palmas en mis sienes. Me mira resignada, ahora se oye a Alejandro.

-Vamos- se levanta y se viste rápido.

 

 

7 años después.  

 

Kate.

Me despierto temprano, Ale se ducha primera y toco la puerta de al lado. Entro y veo a Chloe tocándose la frente. Exhalo aire, lo mismo de todas las mañanas.

-Me siento mal- susurra llorosa. - Creo que me enfermé.

-Te salió mejor ayer, despierta a tu hermano. – Cierro la puerta. Pequeña mentirosa.

Preparo desayuno y veo a Chloe correr al sofá y a Alejandro más somnoliento dejar sus mochilas.

-Arriba ese ánimo- lo miro. - ¿Y mi beso? -  Alejandro me besa la mejilla y Chloe me mira con reproche, luego sonríe y se abalanza.

- ¡No puedo creer que no caigas! – se queja. - No como mamá- susurra más bajo. Es por eso que ahora los despierto yo, Ale le cree todo a Chloe.

- ¿Por qué no quieres ir? ¿tienes algún problema en el colegio? – pregunto. Alejandro se ríe.

-Se lleva bien con todo el mundo. Menos los profesores. – La delata.

- ¡Es que odio que me obliguen a aprender algo que no quiero! – Se sienta en la mesa.

 

Alejandra.

Salgo lista y Kate me sonríe, va a bañarse mientras yo termino lo que empezó.

-¡Mamá! ¡Me siento mal! – Exclama Chloe, beso su pecosa nariz.

-No ahora jovencita, no volveré a caer. -Abrazo a Alejandro y beso su cabello.

-Uy- arruga la nariz. Los quedo mirando, son tan diferentes, Alejandro es tranquilo, amable, siempre está con su primo y tiene notas bastante buenas. Además, es alto, así que, aunque sea del tipo pacifico, nunca ha tenido problemas con niños violentos.

Por otro lado…

- ¿Te acuerdas del papel que le pegué en la espalda? – Se ríe Chloe contando sobre no sé qué a su hermano.

-No te metas en problemas- digo con voz monótona.

Chloe es más del tipo rebelde, es flacucha, un poco baja, como Kate. Pero habla más… mucho más. En realidad, es una buena chica, algo impulsiva y bastante brillante… cuando quiere.

-Pero mamá- dice feliz sacando cereales- sólo fue una bromita. Y no se enojó, quedamos todos como amigos- sonríe feliz. - ¡Viva la amistad! - me apunta con una cuchara. Alejandro se ríe.

Deberíamos dejar de darle azúcar…

-Lleguen temprano- les advierto. En realidad, es a Chloe que se queda conversando en el colegio mientras Alejandro la apura. Mi regla es ‘’siempre juntos’’ no les permito regresar ni irse separados.

- ¿Dónde vamos mami? – pregunta Alejandro.

-Donde tu tía Fer– Hace meses no vamos- mami necesita amistad y ver a su sobrinita. – Aún sigo mimando a mi pequeña Sam.  

-Llegaremos temprano- sonríe Chloe. - ¡Tía Fer es la ostia! No como la otra…

¿Y esa frase?

-No te pongas a discutir.

- ¡Ella empezó! La biología no es más entretenida que la historia- arruga la nariz.

-Pero ella tiene otros gustos Chloe.

- ¿Que niña de nueve años lee anatomía? - me mira, levanta una ceja- yo aún confundo las figuras geométricas. – comenta enfurruñada. Alejandro se burla y le tira un cereal.

-Otro- se ríe Chloe abriendo la boca. – Bebo café mirando como caen los cereales dentro de su boca, es increíble la precisión. ¡¿Cómo rayos tiene esas notas en educación física?!

En un impresionante tiro en que Chloe salta en la silla y atrapa el cereal, nos reímos los tres.

Llega Kate y nos frunce el ceño.

-No jueguen con la comida.

- ¡Perdón mamá! - escucho dos voces a unísono, ella me mira horrible.

Carraspeo.

-Les decía que saldremos en la tarde.

-Ah- murmura sirviéndose café. – Pórtense bien y nada de peleas. -Mira a Chloe, ella le devuelve la mirada y contactan sus ojos endemoniadamente fuertes, luego de unos minutos mi pequeña se rinde.

-Bieeen -Susurra.

Luego nos subimos al auto, y conduzco hacia el colegio.  

-Adiós mamás- Alejandro nos besa la mejilla.

-Adiós amor, dile a Henry que lo esperamos mañana.

- ¡Bien! - dice de afuera. Chloe carraspea.

- Bueno madres, me voy a cumplir con los años asignados por el gobierno para recibir tortu…. Digo educación. 

¿Qué diablos dijo? No puedo evitar reírme, Kate se ríe negando con la cabeza. ¿Cómo es posible que una niña de 8 años hable de esa manera?

-Vete -se ríe, Chloe asoma su castaña cabeza entre los asientos y le damos un beso en cada mejilla.

-Pórtate bien- decimos con Kate.

-Si – dice inocente bajando. Ambos estiran la mano y entran juntos. Los observamos hasta que desaparecen sus siluetas y nos vamos al trabajo.

 

 

Fin

 

 

 

Notas finales:

¡Hello! se que muchos me odian, pero a la mayoría le doy las gracias por la paciencia y ante todo el respeto a mi trabajo, como pudieron ver, aquí no había nada del otro mundo. Pero tuve que informarme muy bien (gracias a mi amiga obstetra, las páginas médicas y Uni) sobre como eran ciertos procedimientos médicos, y ceremonias. Además de asuntos legales, como que entre la pareja a la sala de cirugía, tiempo de hospitalización Etc. Si no concuerda con su país, es lógico. Yo me guío por el mío y mi mundo imaginario. 

De todos modos pido disculpas, se que enfurece esperar un fic que a uno le gusta mucho. Es por eso que lo complete durante varios días (:

Comunico que cualquier mensaje es bien recibido en wattpad o amor yaoi, JAMÁS FACEBOOK. (Que ni se como algunas lo encontraron). Ahí no voy a contestar por muy lindo que sea lo que escriban, me parece una falta de respeto. 

Ahora lo bueno.

¡Comunico que tengo en mente otro fic! o: pero lo completaré y luego lo subo, para que esto no vuelva a pasar... Odio mi mente, termino un fic y me viene con otro tan sensual que no puedo rechazarlo :'c Este tendrá un pequeño toque fantástico, y humor :D

 

 

 


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