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Mi pareja perfecta 2 por Brit

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Notas del capitulo:

Decidí que a pesar de mi enojo por el plagio que sufrió este maravilloso fic, les entregaré el epílogo porque no tienen que pagar nada que haya hecho una persona sin dignidad intelectual. 


Por las dudas ocurrió en la página todos relatos por MPR43  http://www.todorelatos.com/comentarios/135968/  aparece la misma historia con otro título y otra descripción,  ya reporté el hecho y agradezco a la persona que comentó abajo. Y también las que preguntaron, gracias por ser mejores que el FBI XD <3 


1. En este epílogo está dividido en dos partes y son protagonistas Alejandra, Kate, Alejandro y Chloe y alguien más o:  Pueden salir otros personajes, pero pocos, ya que como vi en comentarios, muchos tienen curiosidad por la familia de Ale y de eso se tratará. 


2. Los mellizos tienen 8 años.


3. Le dedico este trabajo a todos ustedes, gracias por sus lecturas, votos, comentarios y aportes que me han dejado por interno. 


4. A leer :D! 

Alejandra

Reviso mi reloj las 17.30 pm. Kate ha tenido que ordenar unos papeles y llevo esperándola media hora. Los niños deben de haber llegado hace 2 horas al menos, ambos tienen la regla de que no deben tocar nada de la cocina mientras no llegamos; así que le dejamos colaciones, afortunadamente entienden la orden y no hemos tenido más percances que algunos vasos rotos.

Reviso mi celular la foto con ellos, un día particular en que recorrimos un cerro en familia y decidimos descansar en un riachuelo cercano. Sonrío recordando que a Kate se la comieron los mosquitos y que les enseñamos a nadar a ambos. Chloe aprendió de inmediato, insisto en que si le interesa algo es impresionante, el problema es el interés. Paso las fotos viendo el blancucho cuerpo de Alejandro colgado de un árbol. Los niños son tan felices si los sacas a pasear...

O al menos los míos.

-Ya vamos ¿Qué haces?

-Miro las fotos- susurro – Avanzo una y sale Kate durmiendo, llena de picaduras y un hilo de baba recorriendo su mejilla. Me congelo mirando su ceño horriblemente fruncido detrás de mí, estos años esas expresiones han dejado una marca en su frente.

- ¡Borra eso!

-No. Te ves adorable- pego un salto del asiento y voy al ascensor.

Me sigue y enfurruñada se sube al auto.

-Kate...

-...

-Kate...

-...

-No te enojes por eso. – La miro hastiada. – A mí me gusta.

- ¡¿Cómo te puede gustar eso?!

-Eres tan bella que así te ves más humana- sonrío.

-No te vas a salvar- finge enojo.

-No es como si se la mostrase a alguien.

-Bien...

- Te amo- muevo las cejas.

...

-Y yo a ti- susurra.

Llegamos a casa y abro la puerta, una sombra se me abalanza.

Una linda y cariñosa sombra café.

- ¡Mi bebé! – la abrazo. Chloe tiene la costumbre de ser la primera en recibirme del trabajo, me suelta y sonríe traviesa. Mientras recibe un beso de Kate, yo camino al living donde Alejandro pinta unas siluetas. Me agacho detrás de él y beso su sien, sonríe y veo como pinta delicadamente respetando las líneas.

-Es un trabajo muy bonito- me sorprendo. Enserio que está muy pulcro para un niño de 8 años. Él pone expresión de orgullo - ¿Es de la escuela?

-Sí, tenemos que llevarlo el viernes.

- ¿Pintabas con Chloe?

-Sii, ahí está el suyo- señala su cuaderno. Lo tomo mientras ella está en la cocina diciéndole mil palabras por minuto a Kate. Lo abro y sonrío al ver un trabajo completamente diferente.

-Ella no se dedicó mucho- dice él frunciendo el ceño.

-Claramente no- ahogo una risita al ver líneas hechas sin ganas.

- ¡Mamá! -se acerca y me mira con reprobación- ¡respeta mi privacidad!

- ¿Privacidad? -levanto una ceja- tienes 8 años, tú no tienes privacidad.

-Claro que si – arruga la nariz.

- ¡Cómo te atreves! – actúo con dramatismo.

- ¿Por qué? - me mira con sus grandes ojos amarillos.

- ¡Le escondes cosas a tu madre! – Finjo que sufro.

- ¡Mamá! – me mira complicada. Hablarás como grande, pero sigues siendo una niña mi pequeña.

- ...No – dejo salir apenas.

- ¡Mamá! – gimotea, sale corriendo a su habitación. Kate suelta una risita sacando unas cosas de la nevera.

En eso llega y me pasa más cuadernos.

- ¡No llores! – aprieta el mentón como siempre que se aguanta. La miro con ternura, es una buena niña.

- No lloro- sonrío – Tengo a la mejor hija.

- ¡Mamá! – me mira emocionada.

Me río

- ¡Ven aquí! – la atraigo de sorpresa y reparto besos por su rostro mientras se ríe con fuerza. En eso nos cansamos y nos miramos con la misma idea, tomamos a Alejandro y le hacemos lo mismo.

- ¡Aghr! ¡No! – reclama, sería más convincente si no se hubiese quedado recostado en mis piernas.

- ¿Cómo les fue hoy? – le pregunto abrazándolo mientras Chloe se sienta a mi lado y se recarga en el sofá.

-Bien- sonríe. -Jugamos mucho en educación física, ni siquiera Chloe discutió con la tía.

-Los quemados son divertidos- sonríe acariciando sus palmas con maldad.

-Y ganó- Alejandro la mira como si no lo creyera- ¡era difícil acertarle! ¡su tamaño le ayudó!

- ¡¿Cómo te atreves?! – lo mira indignadita- ¡Tengo un físico envidiable de mujer!

Me río con Ale.

-Supongo que están listos para salir... - los miro, Alejandro está aún con uniforme y Chloe entre una mezcla de su falda y la parte de arriba del pijama.

Ellos corren emocionados de inmediato a su habitación dejando el living un caos de cuadernos.

- ¿Llevamos algo? – me observa Kate mientras recojo los cuadernos.

-Pasemos al supermercado

-Me gusta tu trasero.

-No hablábamos de eso- jugueteo.

-No importa- eleva una de sus comisuras.

Me acerco lentamente y cuando llego se nos escapa la risita, le doy un besito.

-Te amo- déjenme, ningún te amo es suficiente.

La mirada de mi esposa se ablanda, creo que valora nuestros te amo tanto como yo, ninguno está dicho por costumbre o sin pensarlo, me nace decírselo y sé que ella lo sabe.

-Yo también te amo. – Me besa.

Sentimos unos pasos y miramos a Chloe lista sentarse en el sillón.

- ¡Alee!

- ¡Ya voy! – lo vemos correr hacia su hermana, mientras estamos abrazadas – es que me abrochaba. - Mira sus zapatillas. - ¿Vamos?

Nos miran.

- Si – sonrío- pero primero a comprar. - Sus miradas brillan.

- ¿¡Nos compran algo!? - saltan a unísono.

- Allá veremos.

- ¡Nos portaremos bien!

-Eso espero.

- ¡Lo prometemos!

-Está bien ¡pero no hablen así! - gimoteo.

-Oh- dice apenados. Kate se ríe

-Vamos al auto- abre la puerta saliendo primera, los veo correr detrás de ella. Cierro todo y me siento en el copiloto.

-El cinturón.

-Ah- digo sin interés, Kate me mira reprobatoriamente.

-Debes dar el ejemplo – sonríe Chloe burlona.

-Bien, bien- les doy en el gusto colocándomelo.

- ¿Ahora entiendes pequeño Alejandro? – escucho atrás.

-Tú eres la pequeña aquí.

- ¡No! ¡¿Cierto mamás?! – se apoya entre los asientos.

Un momento...

-Chloe ponte el cinturón de seguridad- escucho a Kate.

-Pero no me puedo mover- arruga la nariz.

-Es por tu bien- digo mirando el paisaje.

- ¿Y si quiero hablar?

- ¿Qué tiene que ver? – la miro.

-Necesito moverme... para darle emoción.

-Le darás emoción después, pontelo.

-Está bieeeen- se queja.

10 minutos después.

-Quédense los 3, será algo rápido. – Sale Kate del auto.

-Yo quier... - Digo.

-Lo sé- me guiña el ojo.

- ¡Yo! ¡Dulces! ¡chocolates! ¡Galletas! – Salta Chloe del asiento. ¿Qué no se puso cinturón?

-Nooo, ¡patatas fritas! – exclama Ale.

-Captado- sonríe Kate- no se acostumbren. – Les advierte. Antes de irse nos miramos de soslayo, el otro día conversamos que era bastante obvio quien hacia comer a Kate arsenales de comida dulce mientras estaba en su vientre.

-Chloe...- Me mira inocentemente, probablemente ya lo olvidó.

- ¿Qué? – hace un puchero.

-Ponte el cinturón.

- ¡Oh cierto! - se lo coloca con dificultad- ¡Ahí sí! ¿Contenta? -me mira fastidiada.

- Hey- me quejo- es por tu bien, no queremos que ante cualquier accidente salgas volando.

Alejandro se ríe, Chloe lo mira horrible.

- ¡Tú te mueres sin mí! – Se pone serio, pero no le dice nada. En su lugar observa dignamente por la ventana.

-Eso es un si- lo abraza y el cinturón le imposibilita acercarse demasiado.

- ¡Ves mamá! El cinturón destruye familias- me río. -Ayúdame Ale.

Él la abraza y sonríen. Yo muero de amor, son tan distintos, pero son lindos, no pelean, bueno a veces si, pero si sucede; no duran más de 5 minutos separados. Por lo general en ese sentido con Kate no tenemos que hacer mucho.

- ¡Ahí viene mamá! - exclama Chloe del hombro de Ale.

-No grites- se queja.

-Uups lo siento- dice tocando rápidamente su cabello, ambos miran a la ventana y ponen cara de cachorritos. Kate entra con unas bolsas y le entrega a cada uno su golosina.

-Siii – celebran.

-Gracias mamá- dice Alejandro.

-Oh es verdad, gracias mami – Dice Chloe feliz.

-De nada. – dice y comienza a conducir mientras yo llevo en mis piernas nuestra cerveza consentida y cosas para comer.

En casa de Fer.

Kate.

Estaciono y sale Ale emocionada a abrazar a Samantha. La rodea con sus brazos y bolsas y la eleva del suelo. Chloe gruñe.

-No seas posesiva- levanto una ceja por el espejo, apago todo y Alejandro abre la puerta.

-Bien- dice cortante y sale. – Hola tú- mira a Sam y corre donde Fer para abrazarla- ¡Tía! – apenas le llega un poco más arriba del ombligo.

Irónico, Ale y Fer son las mejores amigas del mundo y sus hijas no se soportan.

Alejandro por otro lado es simpático con todos, además adora a Sandra, creo que le gusta un poco o algo así.

Sam es el tipo de niña que le gusta leer en su habitación, prefiere pensar antes de hablar y se limita a observar con sus grandes ojos azules que la hacen ver más taciturna de lo que es. No se da con la mayoría, adora a Alejandra. Conmigo se lleva bastante bien y con Alejandro se toleran. Pero Chloe... la entiendo completamente, a veces me recuerda a cuando Gabi iba a joderme al dormitorio. La diferencia es que yo me críe con mi hermana y aprendimos a llevarnos y a aceptar nuestras diferencias, en cambio ellas sólo se ven a veces, así que es lógico que se eviten.

Además, Chloe es algo más... huraña, no tiene paciencia y a veces puede ser mandona.

Mis Ales entran con Sam y Fer, me imagino que Sandra debe estar en el patio trasero. Aprovecho de ir a saludar mientras los demás dejan las cosas en la cocina. Chloe me mira, al parecer prefiere quedarse conmigo.

- ¿Vamos a saludar a Sandra? – tomo su mano.

-Está bien- sonríe, no puedo evitar mirarla un rato, es tan linda. Es mi hija que tanto sueño me sacó por ser enfermiza, y ahora; tan enérgica y llena de vida...

Caminamos y sonreímos viendo a Sandra dando vuelta un trozo de carne.

- ¿Estás a cargo? – Ella se gira, sonríe

- ¡Kate!, ¡Chloe!, bienvenidas ¡Sí! Lo siento por no haber ido a saludar, pero no puedo dejar solo esto, además a Fer le queda seco- dice por lo bajo.

-Eso es mentira- escucho que se abre la puerta trasera.

-Y le hechas mucha cerveza. -Continúa.

-Con cerveza todo queda rico- asiente.

- ¿Enserio? - pregunta Chloe curiosa.

- ¡Si! - asiente Fer - ¿Quieres? – Bromea.

-Está bien- levanta sus manitos.

- Fernanda, ¡tiene 8 años! – se escandaliza Sandra. Fer se ríe con ganas.

-Era broma, eres una niña Chloe.

- ¿Qué beben las niñas? – pregunta.

-Té y juguito.

-Yo quería una bebida- reclama.

- ¿De café? – bromea Fer.

-Eres de las mías -Asiente Chloe estirándose orgullosa entre Fer y Ale, no les llega ni a las axilas pero actúa como si fuese adulta.

-Usted. - la corrige Sam

-Si, así tienes que tratarme- asiente.

-Eres menor por un año- la mira con desaprobación. Fer y Ale se miran como ''ya van a empezar''

-Lo de afuera no es importante- recita Chloe con expresión sumamente convencida.

- ¿Y eso que tiene que ver?

Antes de que Chloe abra la boca le frunzo el ceño. Entiende de inmediato que es mejor que se tranquilice si no quiere problemas. Levanta los hombros y va donde Alejandro que observa los adornos de Fer.

Alejandra

Veo a Sam bastante contrariada, sólo se calla y se sienta disfrutando la tarde. Me enternece, ella sabe que la adoro, además que lea me parece encantador. Pero que se lleve mal con mi propia hija me apena, a pesar de que estamos disfrutando mucho esta junta no puedo evitar sentir esa pequeña molestia de que estas dos niñas que tanto amo no se lleven.

Dejo a las 3 señoras conversando y me pongo a su lado en la banca. Observo a lo lejos a Alejandro riéndose y corriendo de Chloe mientras está lo sigue, ella está en desventaja, pero al final, él se deja atrapar.

- ¿Estás bien? – pregunto, ella me mira y sonríe.

-Si...

-Disculpa a mi hija, no es una chica mala... sólo un poco inquieta.

Se queda en silencio

-Es tan extraña...

- ¿Extraña?

-Es distinta a ustedes tres- me queda mirando.

-Es que...- carraspeo- Salió más parecida a su tía.

-Tía Gabriela es graciosa y simpática- agrega.

-Chloe también lo es.

Claramente no está de acuerdo conmigo.

-Podrías darle una oportunidad- sonrío- Tiene otras virtudes.

- ¿Cómo cuáles?

-Es leal, valiente, sincera, si algo le interesa da lo mejor de sí. Además, es cariñosa y sensible.

- ¿Sensible? – me mira sin poder creérselo

-Aunque no lo creas- suelto una risita.

-Tía Ale- susurra- debe molestarte mucho que discutamos- Coloca un rostro culpable, paso un brazo por su hombro, ella me abraza.

-No digas eso- la consuelo- Son niñas, además es natural que todos tengamos nuestras diferencias.

-Ojalá ella fuese más como tú, podríamos ser amigas.

-De seguro algo de mi tiene- digo creída. La pequeña Sam se ríe, mis mellizos de acercan, Chloe me mira algo molesta antes de ir donde Kate.

-A comer- llega Fer con unos platos, me levanto para ayudar.

Más tarde.

Chloe.

Nuestras mamás están tan felices juntas que al parecer nos quedaremos a dormir aquí y eso si es que ellas duermen. Al final me toca dormir en la habitación de Samantha junto con Ale en un colchón al lado de la cama de la pesada, creo que es algo mojigata. ¡No es mi culpa que peleemos! Si ella me discute todo lo que digo y me miran feo. Por suerte tengo a mi hermano o estaría muy aburrida aquí, con él puedo sentirme en mi hogar donde sea, además, no me dice nada. Me acepta completamente y yo a él.

Lo veo recostado en el colchón y me tiro encima.

- ¿Ya tienes sueño? – le pregunto abrazándolo.

-Un poco- me mira- para que te pregunto a ti.

-Estoy que ardo

- ¿Y eso?

-Palabras de la tía Gabi.

-Te pareces a ella- me dice por enésima vez.

-Eso dice la abuela- comento girando de su espalda al lado de la cama- yo creo que es la mejor.

-Es cool- dice Ale. Nos reímos.

-A veces pienso que incomodo a las mamás- susurro con pesar. - Mamá Ale se fue a abrazar a Sam -cosa que me hace sentir algo de enojo- ¡y me ignoró toda la tarde!

-Pero es que a ella no la ve mucho- Ale se rasca la nariz- A mí no me incomodas y estoy seguro de que a mamá tampoco, ya sabemos cómo eres.

-Hm- me recuesto, él me tapa.

-Pero podrías soportarla un poco- me molesta- sólo es una tarde.

- ¡No puedo evitarlo! - reclamo- ¡Lo hace a propósito!

-Es que eres una niña pesada- bromea.

-No soy una niña ¡voy para la pre adolescencia! - ¡Respeto! Ale se ríe y un destello travieso sale de sus ojos, ya va a joderme.

-Pequeña y pesada- asiente.

- ¡Oye! – reclamo- Cállate. -En eso canturrea algo de niñita y me río tratando de empujarlo, entre nuestra habitual lucha desordenamos la cama que mamá y tía Fer nos armó. Mientras Ale chocó con la mesita de noche yo rodé del colchón al suelo. Entre risas adoloridas, se nos pasó el sueño.

- ¿Qué hacen? - llega Sam con pijama.

-Emm ¿Jugar? - comienza Alejandro.

-Eso ya lo sé, pero botaste mis cosas – lo reprende. No puedo evitar la molestia que crece en mi interior, es mi hermano. ¡Nadie que no sea mis mamás o yo lo reta!

- ¡No lo retes! – me pongo de pie enojada. Cosa que no vale mucho porque Samantha es más alta que yo ¡Carajos!

-No lo reté- me dice recogiendo sus cosas.

-Ahora llora porque se cayó un libro- ironizo.

Me mira amenazante. -No estoy llorando.

Me vale, le he discutido a gente más grande que ella.

-Amargada- repongo- nerd.

-Retrasada- me mira horrible. – Desesperante.

Arrugo más el ceño.

-Chloe- murmura Ale para que me calme.

La empujo, Sam aprieta los labios y me empuja desgraciadamente más fuerte, tanto así que me bota al suelo. Me levanto con el orgullo algo roto y la empujo con todas mis fuerzas, no la boto, pero la hago enojar y se me abalanza; caímos al suelo haciendo una especie de lucha. Me defiendo con lo que puedo, hasta que cuando al parecer voy perdiendo y siento los pasos de Ale al rescate. Pero una fuerza mucho mayor separa a Sam de mí y aprovecho de encestarle un golpe cerca del estómago.

- ¡Ya basta! - me separa mamá con los ojos centelleantes de ira. Pone a Sam cerca de la cama y se dicen algo; luego se gira, me ve y arruga el ceño, trago saliva.

- ¡No fue mi culpa! – grito.

- ¡Si lo fue! – exclama Sam enojada.

- ¡No lo fue! - responde Alejandro.

- ¡Tú no te metas!

- ¡TÚ no te metas con él! - avanzo de nuevo enojada.

-Chloe ya basta, nos vamos. – dice mamá mirándome algo decepcionada, eso no ayuda a que mi genio mejore.

- ¡Pero escucha! Nosotros sólo estábamos jugando...- comienzo a decir rápidamente.

- ¡Silencio! si no son capaces de comportarse como personas civilizadas se quedan en la casa. -

Miro sus irritados ojos cafés y comprendo que no importa lo que diga, no me está escuchando.

Nunca escucha nada de lo que digo.

Kate.

Veo a Ale salir enojada seguida por una ceñuda Chloe y Alejandro en pijama. Habla con Fer.

-Pero que... - comienza Sandra.

-Apuesto a que se pelearon. -Bostezo. Miro la hora, las 2 am. Supongo que hasta aquí llegamos. De todos modos, estuvo bueno.

-Bueno, la maternidad nos llama- se estira Sandra. Fernanda sale del baño algo perdida, luego ve la cara de Ale y resopla.

-Ayayai la juventud.

- ¡Pero!... – comienza Chloe. Se calla de inmediato ante la mirada de Ale, frunzo el ceño, es difícil que Ale se enoje así, normalmente soy yo la que los reprende más.

Nos miramos con Sandra, ya comprendemos la situación así que damos por finalizada la noche. Afortunadamente no íbamos a estar mucho más despiertas.

Subimos al auto, Chloe trata de decir algo y Alejandra la calla con un atropellado ''en la casa''. Ella se sienta con el ceño fruncido y Alejandro pasa su brazo por el hombro, ella se deja confortar.

Al entrar Ale nos abre la puerta, la miro dudosa.

-Lo de siempre- dice cansada.

-Ah.

-Entramos al living y ambos mellizos se sientan, esto de todos modos no es nuevo así que se saben el protocolo. Me siento en un sofá individual, al parecer Ale ya tomo el control de la situación.

- ¡Por qué siempre terminamos así! - salta. Pongo una palma en mi frente escuchando agotada. – ¡Te dijimos que te comportaras! ¡y mira cómo te atrapo! ¡Como un animal!

- ¡Ella empezó a molestar! – Se enoja Chloe, mira a Ale con los ojos centelleantes- ¡Nosotros solo estábamos jugando...

- ¡Silencio! - dice Ale enojadísima- ¡Te conozco Chloe!

- ¡Lo que pasa es que tú no confías en mí!

- ¡Confié en ti! ¡prometiste que te comportarías y te pones a pelear! ¡Estoy muy decepcionada!

Ah ya veo.

- ¡Ella no empezó...! – Alejandro la mira con el ceño fruncido.

-Tu cállate- se enoja- ¡pensé que serías más inteligente y en lugar de parar la pelea te les ibas a unir!

- ¡Le estaba pegando! -le grita enojado. Esto es nuevo, Ale nunca sube la voz, ya es muy raro que se enoje. Pero ahora lo veo en el sofá de pie frente a Chloe, mirando a su madre indignado. Alejandra pierde la paciencia.

- ¡No me levantes la voz! ¡Estás castigado! ¡Ambos! – Ale arruga el ceño y apretando la mandíbula se va a su habitación lloroso.

Chloe lo mira entrar y le da una mirada a Ale de puro enojo.

-Te odio- susurra aguantando las lágrimas. El ceño fruncido de Ale se relaja, en su lugar la reemplaza una expresión sorprendida y angustiada.

- ¡A tu cuarto! - intervengo al ver la cara de Ale. Chloe la mira un poco arrepentida.

-Pero... -le da una miradita y gimotea.

- ¡Ve! – exclamo enojada- mañana hablaremos de tu castigo. – Controlo la voz- A dormir.

Sus pequeños labios forman una línea recta, y se va detrás de su hermano.

-Ale...

Levanta una mano y se va rápidamente al dormitorio. La sigo, no voy a permitir que se amargue por algo así.

- ¡Es una niña Ale! – le digo cuando cerramos la puerta. – No lo quiso decir enserio.

-Pero lo dijo- susurra, veo sus ojos llorosos y noto cuanto le afectó. - Al final me terminaron odiando igual. - Me mira y hace que despierten recuerdos en mi de hace unos años, cuando Ale a lo que más temía era que nuestros hijos terminarían odiándola supuestamente de lo mal madre que sería.

-No eres una mala madre- le aclaro- hiciste lo correcto, así que deja de castigarte ¿Ahora serías tan amable de decirme bien que rayos pasó?

-Iba a ver que estuviesen dormidos... - se sienta en la cama y se quita los zapatos a la rápida- escuché una discusión en la escalera y al entrar estaban Chloe y Sam en el suelo, atrape a Ale antes de que golpee a Sam.

-Carajos- susurro. Normalmente se insultaban ellas dos, pero nunca peleaban. Y Ale, Ale nunca se había metido -Esto es inusual.

- ¡Se está saliendo de control! - exclama enojada- siempre- vuelve a estar de pie y camina por la habitación. -Siempre pensé que se llevarían bien, que serían como hermanas. Y después... ¡al menos que se toleren!

-Son diferentes Ale, no van a llevarse como Fer y tú.

-Ya me di cuenta- ironiza, la miro horrible- perdona- susurra.

-Está bien- lo atribuyo a los nervios. Ale queda pegada pensativa mirando a un punto, se seca un par de lágrimas.

-No has hecho nada mal.

-Mis bebés no tienen ni 10 años y ya me odian -susurra.

- ¿Por qué peleaban?

-Sam me dijo... que le botaron un libro.

-Ellos no harían eso. – Levanto una ceja. Debe haber un error.

-Lo sé...

- ¿Les preguntaste?

Ale mira sus calcetines.

-No... me cegué por la ira, yo...

-Me estás diciendo que le creíste a Sam y no escuchaste lo que ellos querían decir.

-No- susurra.

-Entonces es obvio porqué se enojaron Ale, ¿No confías en ellos?

-¡¡Claro que sí!! – se escandaliza- ¡Son mis hijos! ¡Son buenos niños! ¡pero tú sabes cómo es! - me mira, debe estar recordando las innumerables veces que atrapamos a Chloe tomándole el pelo a Sam – y Alejandro siempre la va a defender.

-Son hermanos que esperabas. – se queda en silencio, dejo pasar unos minutos- Aun así, deberías hablar con ellos.

-No quiero ahora- susurra con los ojos algo vidriosos.

-Cuando puedan. -Bostezo.

Chloe.

Se escucha a mamá hablar rápidamente.

-Quedó la grande- susurro recostada en la cama de Ale con él en mi regazo. Hace poco dejó de llorar. – Nuestras mamás nunca elevan la voz por algo, a lo más son peleas de enamoradas.

Ale vuelve a llorar.

-Y a ti que te pasó- me sorprendo.

- ¿No se van a separar o sí? Recuerda que lo mismo nos decía José- un compañero del que sus padres se separaron, después se cambió de escuela.

Lo miro sorprendida.

- ¡Claro que no! – me escandalizo, estoy enfurecida con una e indignada con la otra, pero no me veo sin ellas. - ¡Qué pasará con nosotros! - exclamo con pánico.

- ¡Y si nos separan! – llora.

- ¡No seas idiota! – Digo con los ojos vidriosos- nacimos juntos y moriremos juntos- levanto mi palma en señal de juramento, Ale hace lo mismo – Pero aun así creo que exageras. – De todas formar me aferro a él.

-Eso espero- En eso no se escucha nada más.

-Ves, todo bien- sonrío.

Al día siguiente mamá Ale estuvo un poco taciturna, mi madre me dijo que le diera su espacio y que no podía ver mi programa favorito 1 semana, sin postre y sin dinero de colación. ¡Carajos! ¡Necesito un dulce a las 11 am.! Y Ale siempre se compra algo.

-Esto es realmente injusto- digo enfurruñada cuando me suena la tripa. Ale está demasiado silencioso.

-No se dieron un beso de despedida- susurra.

- ¿Qué?

-Mamá Ale siempre le da un besito a nuestra otra madre- arruga el ceño- están más frías.

- ¡Ale para con eso! – me escandalizo. – lo que pasa es que cuando llevas años de relación esas cosas no son tan necesarias, ya sabes que tu pareja te ama. - Asiento.

- ¿Cómo sabes eso? - me mira curioso.

- Porque soy grande y tú eres un niño.

-Soy mayor que tú. – Sonríe de soslayo.

-Muere con tus 5 minutos- arrugo la nariz. – no quiero venir mañana, no quiero pasar más hambruna. – Apoyo mi cabeza en mis piernas.

-Pero no comemos por 5 horas.

- ¡Hambruna dije! – me suena la tripa de nuevo. Veo a lo lejos a Sam pasar de soslayo algo decaída. Aunque es difícil saberlo, siempre está así como silenciosa.

-Apuesto a que le hicieron chocolate caliente, papitas fritas y mucho amor. – Me enojo. – Mientras una está acá sin programas, caricaturas y chocolates.

-No digas papitas fritas- arruga la nariz.

-Mamá Ale no me ha hablado- me enojo.

-A mí tampoco. – susurra- sólo me dijo que me abroche el cinturón.

-A mí ni me lo pidió.

-Tú nunca haces caso.

-No me gusta quedarme quieta.

-Lo sé.

Entre quejidos y lamentos pasamos las horas de la escuela.

Al día siguiente.

Alejandra

Me levanto temprano sólo para prepararles el desayuno a Chloe, Ale y Kate. Esta última insistió en que descansara por ser mi día libre, pero prefiero ayudarla y que se arregle tranquila. Me siento y bostezo.

- ¿Y tú hermana? – le pregunto a Ale que se sienta en la mesa.

-Dice que se siente mal- rodea los ojos. Resoplo. Ale me habla lo justo y necesario, Chloe me quito la palabra completamente.

-Mira... - le digo, me da una mirada de soslayo y saca cereal- sé que no debí gritarles, pero las peleas no son la solución.

-Ahora... - susurra Kate llegando del baño.

Le doy una mirada severa, ya sé de qué se acordó.

-Eso no cuenta- gruño. Esos golpes eran muy merecidos. -Dime que rayos ocurrió.

Al menos ahora Chloe no podrá interrumpir.

Ale me mira dubitativo, se rasca la nariz y al parecer decide que es mejor hablar. Siempre tan prudente mi hijo.

-Estábamos jugando... a luchar- mira sus rodillas y yo me golpee con la mesita de noche, Chloe se cayó al suelo y nos reímos- sonríe débilmente recordando. - Y mientras nos estábamos riendo, llegó Sam y me retó porque bote su libro sin querer- veo de soslayo a Kate fruncir el ceño mientras se sirve té- mi hermana se enojó porque me gritó, comenzaron a insultarse y empujarse.

-Y ahí empezaron a pelear- termino, él asiente.

-Argh- gruño. Kate no dice nada, esto sin Chloe está muy silencioso.

- ¡No es justo que ahora sólo paguemos nosotros! - deja Salir Ale enojado – Esa mojigata...

-También la castigaron.

Aprieta los labios.

-Independiente del culpable ustedes tienen que saber que las peleas no llevan a ningún lado, pudieron simplemente haber terminado la situación ahí. No me importa quien haya empezado.

- ¡Inmediatamente nos culpaste a nosotros! - me mira Ale, sus ojos comienzan a brillar de nuevo. Odio que ponga esa carita, me hace sentir la peor madre del mundo.

-Por favor Alejandro ya conoces como es tu hermana. – ironiza Kate.

-Mi hermana no es una mala persona, ¡y no es ninguna mentirosa!

Nos quedamos mirando.

- Bueno a veces, ¡pero no siempre!

-Está bien, supongo... que hice mal- aprieto los labios. – el punto es que no podemos seguir así, se supone que somos una familia. – Ale asiente.

-Chloe piensa que eres una traidora. -finaliza.

Rodeo los ojos, ''Traidora'' típico de Chloe.

-Hablaré con ella.

-Bien. -asiente. Luego mira sus manos, sonrío sin querer, Kate hace lo mismo.

- ¿Qué te preocupa?

- ¿Eh? – me mira

- ¿Qué te preocupa? – repito.

-Ahm... - se mueve incomodo en su silla y aprieta la garganta. Me sorprendo, debe ser grave.

Kate

Noto la incomodidad de nuestro hijo.

- ¿Qué pasa? – insisto.

- ¿Ustedes no se van a separar verdad? – gimotea. Abro los ojos de par en par

Ale hace un ruido de ahogo y le golpeo la espalda, tose mientras le doy golpecitos.

- ¡Como se te ocurre decir eso! – dice apenas con los ojos llorosos. - ¡Me muero!

- Ale eso no va a pasar ¿De dónde lo sacaste?

-Es que un compañero... dijo que sus padres discutían en su habitación antes de separarse y ustedes también estaban así- Aaah debe ser por la conversación de anoche.

-No estábamos discutiendo- aclara Ale- sólo hablábamos de lo que pasó en la casa de Fer.

-Además es normal que las parejas tengan sus altibajos- aclaro.

- ¡Pero no nosotras no! - Ale me toma la mano.

Rodeo los ojos.

-Además...- escuchamos, miramos a Ale- tú el día siguiente no la besaste.

- ¿Besar? – Alejandra levanta una ceja dudosa.

-Siempre le das 3 besos en la mejilla cuando tienes libre...

Ahora recuerdo, sonrío a mis adentros, nunca me percaté de que los niños se dieran cuenta de esos detalles, hasta a mí se me olvidó. Decido tomarle el pelo a Ale.

-Es verdad, quizá tu madre perdió interés por mi- aclaro.

Ale que bebía té se atora nuevamente.

- ¡JAMÁS! -se espanta. Me divierto mientras toma mi mano- ¡Amor yo te amo tanto y más que hace 10 años! -Se acerca a mi mejilla y deja 6 besos, Ale se ríe y nos mira masticando cereal. Le guiño el ojo y suelta otra risita.

Antes de irnos sujeto a Ale.

-Tendrás que demostrarme que no has perdido el interés- le susurro y le doy una pequeña mordidita en la oreja, siento como cambia su respiración. Cuando me separo su mirada es intensa, sonrío y voy al auto.

Oye espera.

- ¿Y Chloe? – la muy lista casi se queda acostada calladita.

-Déjamela a mí, hoy le creeré- me guiña el ojo, niego con la cabeza, pero no digo nada. Ale debe tener sus razones.

Alejandra.

Paso a dejar a Alejandro y a Kate. A esta última la hice casi llegar tarde con tanto beso en la mejilla ¡pero es que no quiero que tenga ideas equivocadas! ¡la amo demasiado!

Al regreso. Escucho unos pasitos rápidos por el living dentro de la casa y pongo los ojos en blanco. Cuando entro veo un poco de cereal desperdigado, de seguro tiene hambre. Ordeno todo y le preparo el desayuno. Voy a su habitación y veo dos camas. La de ella impoluta, la de él toda desarmada; los separamos hace 2 años y aun así ante el menor percance se buscan para dormir.

-Siéntate, sé que estás despierta. – Chloe me echa una mirada de puro resentimiento. Sus grandes ojos amarillos me taladran y se sienta sin dirigirme la palabra.

¡Pero que pedazo de orgullo para una jovencita de 8 años!

-Ten, tienes hambre. – Se sienta y dejo el desayuno en una pequeña mesita sobre sus piernas.

-Gracias- masculla sin mirarme.

-De nada- digo oyéndola comer. La dejo tranquila un rato.

-Mira- digo finalmente, me mira rápido y sigue en lo suyo. – Lo siento. – Se queda quieta- Debí haberte escuchado, supongo. Pero no está bien que te agarres a madrazos y golpes por la vida Chloe.

Se queda en silencio y me alcanza las cosas. Sonrío resignada las tomo y las dejo en la cocina. Al llegar la veo sentada sobre la cama con la espalda apoyada en la pared. Me quito los zapatos y me siento al lado. En eso escucho unos pequeños hipidos, observo su cabeza agachada y su castaño cabello tapando su rostro. Sigue siendo mi melliza regalona y enojona.

-Ven aquí- susurro abrazándola. La siento sobre mis piernas y la abrazo, me quedo en silencio con ella, meciéndola un rato. -Ya- susurro. Hemos estado mucho separadas.

-Me traicionaste- susurra apretando su puño cerca de mi abrigo.

-Chloe no digas eso- susurro- me dio rabia verte así.

- ¡Yo no empecé! ¡Molestó a Ale!

-Ya sé que pasó... Alejandro nos contó.

- ¿Ah sí? – dice limpiándose la cara, ordeno su cabello.

-Chloe no me gusta que pelees. Ni tú, ni tu hermano.

-Ella no me agrada y tía Gabi dice que una mitad pelea por la otra.

-Yo creo que, a pesar de los años, ni siquiera la conoces. – frunzo los labios. -Y ya voy a conversar con tu tía Gabi...

-No quiero conocerla.

-Que tal una tregua. – Sugiero

- ¿Qué es eso?

-Es cuando, acuerdas la paz con una persona en tiempos de guerra o este caso pelea... por un tiempo, que espero sea para siempre- levanto una ceja.

-Lo pensaré.

-Mocosa orgullosa- bromeo. Se ríe y me mira traviesa, nos recostamos, amo sus ojitos, su rostro travieso y las pecas que adornan su nariz.

-Te amo -la abrazo.

-Y yo a ti mami- dice aferrándose a mí. Me relajo acariciando su cabello hasta que nos dormirnos.

Despierto a las once y media. Kate y Alejandro llegan en unas horas, decido preparar algo para las dos. Dejo a Chloe babeando la almohada de Alejandro.

Luego comemos y nos ponemos a jugar en el living.

-Oye- digo luego de un rato- que no se repita ¿eh?

- ¿Qué cosa? – me mira con cara de víctima.

- No te veo enferma, ya sabes, tienes que ir a la escuela.

-Ah... eso. – la quedo mirando mientras evita el contacto visual- ¡Bieeeen! - Se rinde.

-Así me gusta- acaricio su cabello.

- ¡Pero mamá! ¡mi peinado!

-Pero si tú no te peinas. – Me río.

-Es una belleza natural- dice con una mano en la cintura de su delgaducho cuerpo. - ¿Aún estoy castigada? - pone los ojos brillantes.

-Si.

-Ooooh- mira sus rodillas, la distraigo haciéndole cosquillas. Suena el timbre y la dejo sobre el sofá.

Abro la puerta sonriente y mi sonrisa se desvanece, en su lugar quedo pegada mirando su rostro.

Mismo cabello, mismos ojos, los mismos lentes cuadrados. Que insólito que esté aquí, justo ahora, después de tantos años.

- ¿Qué haces acá? -pregunto secamente. Me mira seria.

-Vine a verte.

-Ya es demasiado tarde. - De todas formas, nunca te esperé.

Mi hermana frunce los labios con desaprobación como siempre que me veía, no ha cambiado nada. Si nunca me quiso que rayos hace aquí.

-Estás más vieja- acota.

-Mira quien habla. – Miro sus canas, unas cuantas arrugas surcan su rostro, y por supuesto, su mirada está tan seria y dura como siempre.

- ¿Mamá quién es? - Chloe llega y se afirma de mi camisa, la queda mirando, mientras mi hermana la observa incrédula y luego a mí como si nada tuviese sentido.

-No es nadie Chloe, ya se iba. – Pongo mi mano en su hombro.

-Se parece a ti. – Chloe la mira evaluadora.

Que no se le escape nada maldita sea.

-Coincidencias de la vida- digo desganada observando sus ojos, su piel y su cabello tan iguales a los míos. -Pero ya se iba.

-Bien- susurra mirando a Chloe sin perderse detalle y luego a mí. – Supongo que vine muy de sorpresa, pero volveremos a vernos.

La doy una mirada ácida y cierro la puerta sin miramientos, observo por la ventana como se aleja y hasta la última mirada de soslayo que le da a la casa ¡¿Cómo mierda llegó aquí?!

-Mamá ¿Quién era ella? – Chloe me ve curiosa

-Nadie amor- me agacho a su altura- pero me gustaría que no lo contaras...

- ¡No está bien esconderle cosas a tu esposa! - se coloca una mano en la cintura enojada.

-Es sólo por esta vez- Acaricio su cabello, su cuerpo se relaja y sus ojos amarillos escrutan la expresión de mi rostro.

-Mamá... ¿Estás bien? – pregunta en un hilo de voz.

-Claro que si- la abrazo. Chloe rodea mi espalda con sus bracitos y se queda así. Sorprendentemente callada, me da un besito en la coronilla y la aprieto.

-No crezcas nunca- suplico. Quiero que sea mi bebé por siempre, que no se aleje.

-Pero yo quiero crecer- me dice confundida.

Le sonrío – Y lo harás, al menos psicológicamente espero. – Ella me mira indignada y me da golpecitos. Me río corriendo de ella hasta que nos quedamos en el sillón.

Nos recostamos hasta quedar dormidas nuevamente, no nos culpen, ¡es nuestro día libre!, siento cosquillas en una mejilla, me rasco. Nuevamente algo pasa por mi rostro y escucho unas risas, despierto y Kate y Alejandro se carcajean. Chloe los mira adormilada y sonríe.

-Te traje la tarea Chloe- Dice Ale.

-Linda forma de despertar- ironiza.

-Dije que te enfermaste

- ¡Por eso te amo!

-De diarrea. -Sale corriendo.

-Estás muerto- grita persiguiendo. Sonrío escuchando la risa de Alejandro. Miro a un punto fijo, ojalá no vuelva, todo estaba bien... Bárbara nunca me trató como una hermana, 10 años de diferencia son notorios y cuando pensé que por lo menos tenía cierto afecto hacia mí. Me dio prácticamente la espalda, no entiendo porque aparece aquí y ahora y no antes.

-Alejandra- miro a Kate, no me di cuenta de que quedó mirándome. - ¿Estás bien?

- ¡Oh! ¡Si! ¡Si! Lo siento- Kate me mira claramente no creyéndome nada. -Es sólo que me quedé pegada- la tranquilizo - ¿Cómo te fue hoy?

-Bien- me sonríe- ¿Cómo lo pasaron con Chloe?

-Ya nos arreglamos. Es una señorita muy orgullosa, como su madre- la molesto acercándome y besando su mejilla. Se ríe

Necesito salir.

- ¿Qué dicen si vamos al cine? -les sugiero. Antes de que Kate abra la boca los gritos de celebración surcan el aire.

-No sé si sea buena idea, generalmente los sábados...

-Un día que rompamos la rutina no nos matará- le doy un beso rápido.

Se oye el timbre, siento las tripas desaparecer, Kate atiende y observo su rostro. Pero cuando sonríe y se pierde su silueta en el patio me relajo. Al ponerme de pie justo entra Henry

- ¡Tía! – Me abraza, y a pesar de ya haberme alcanzado en altura lo levanto del suelo. Joder y sólo tiene 14 años.

- ¿Cómo te ha ido?

-Bien- sonríe- me inscribí en el equipo de natación, hace una pose muy ufana.

-Ojalá agarres algo de carne- bromeo pinchándole una costilla, es que es delgaducho, Kate y Henry tienen una contextura muy parecida.

- ¡Que cruel tía!

-Vamos saliendo- lo abrazo- ¿nos acompañas? - Muevo las cejas.

- ¡¿Enserio?! – Sus ojos brillan, incluso siento presente al cuñadito de 6 años que conocí.

- ¡Henry! – Chilla Chloe, él la levanta del suelo y ella lo abraza.

- ¡Hace tiempo no venías!

-2 semanas- asiente- tenía pruebas en el colegio Chloe.

-Pero tienes a una sobrina que entretener- gimotea.

-Hablando de eso... deberías decirme tío.

-Ni siquiera tienes barba- frunce el ceño. Kate se ríe.

-Tienes la crueldad de mi hermana- sentencia, luego atraído por el ruido llega Alejandro y sonríe.

-Hey al fin- observo como se abrazan con Henry- me salvaste de este trio de ojos miel. – Me hago la intimidada. Los 3 me miran con reproche.

¡Qué lindos son!

-Ya vamos- tomo a Ale de la mano.

-Pero soy grande- dice. Sin embargo, no me suelta.

-Pero tú eres mi copiloto- le aclaro, él celebra.

- ¿Y yo? – Sale Chloe arrugando la nariz.

-Ponte el cinturón- digo con voz monótona. A lo que guarda silencio y se sienta atrás. No sé cuál es su odio con ese artefacto, pero lo usará por las buenas o por las malas. De todas formas... Chloe sería peligrosa de llevar al frente.

Pasamos un día bastante entretenido en el cine, creo que descubrí un lugar mágico en donde por fin mi hija se mantiene concentrada. Al salir fue gracioso que pensaran que Henry era hijo de Kate, me reí tanto que me pinchó la costilla.

- ¡Llegamos! - celebro después de ir a dejar a Henry. Mis suegros nos hicieron prometer ir el fin de semana a su comida familiar, así que ya tenemos panorama, estamos los cuatro que reventamos, la madre de Kate nos obligó a comer de nuevo a pesar de que comimos en el mall. Me tiro a mi cama y mis hijos se tiran sobre mi uno encima del otro. Gimoteo en broma. Me recuesto y cada uno se ubica a un costado.

-Estoy que reviento- Alejandro se toca el estómago, beso su frente.

-Los abuelos son geniales- sonrío haciendo sonidos con su piel provocándole cosquillas.

-Me muero- bromea Chloe respirando mal.

-Es que necesitas crecer- se ríe Ale, un brazo pasa por sobre mi estómago y lo empuja.

-Ya pegaré el estirón y todos se joderán- se queja.

-Y esa palabra.

-Es un verbo, viene de fastidiar a alguien o estropear una cosa.

-No me refería a eso...

-Por favor mamá ¡Es sábado!

-Es martes.

-Lo mismo. – Dice sin importancia.

Sonrío. Chloe es especial, es como que te dan ganas de reprenderla mientras le haces mimos.

-A todo esto- recuerdo – El viernes iré donde Fer por una parrilla. Me acompañarás. -Sentencio, Alejandro no dice nada, estará con Leonardo. Pensaba que fuesen los dos, pero tenemos algo pendiente con mi pequeña peleadora.

-Me imagino para que- me mira horrible, veo su pecosa nariz hacer un gesto de desagrado.

-No seas así- digo seria- vas a pedirle disculpas a Samantha. Nunca ha dicho que no cuando le pedimos su habitación y tú te pones a pelear.

-Ella empezó- salta Ale. Chloe asiente ¡Maldita sea Alejandro! ¡No me ayudes tanto!

-Chicos, ninguno de ustedes tres es una mala persona, simplemente se equivocaron. Y como los adefesios civilizados que son- bromeo- arreglarán sus problemas pacíficamente... A menos que los jodan mucho si es así denles con todo.

-Lo que su madre quiere decir... - me interrumpe Kate mirándome con reprobación- es que te arregles con ella y que no peleen por estupideces.

Se quita el sweater.

- ¡EEEEH!- celebro- ¡la polera!- Chloe se carcajea.

-Tápenle la cara. -Dice Kate con seriedad. Alejandro me cubre con una almohada.

- ¡No es justo! - exclamo al borde de la asfixia. - ¡Es mi esposa!

- ¡Si! – me defiende Chloe ¡Defiende a tu madre bebé! – maltratan a mi madre.

- ¡Eso! - me giro y abrazo su menudo cuerpito. Mi incondicional Chloe- ¡Yo sé que tú me cuidarás cuando sea abuelita!

-No es para tanto... - Alejandro se ríe.

- Cría cuervos y te sacarán los ojos – me quejo enfurruñada.

-Estoy lista- dice Kate, Ale saca la almohada. La miro en pijama y sonrío.

-Quieres a mamá con papas fritas...- murmura Chloe.

- ¡Chloe! - me sonrojo. Kate se ríe y se recuesta al lado de ella.

-Quedé lejos- gimotea Alejandro. Lo tomo de la cintura y lo empujo al medio mientras se ríe.

-Así los teníamos cuando eran unos bebes- me emociono. - Y ahora están peludos.

-Eso es mentira- se quejan.

-Bueno, pero en unos años más empezarán a notar que su cuerpo cambia...

- ¿Cómo así? – preguntan a unísono.

-Deja esa conversación para después- se ríe Kate.

-Bueno – me río abrazándolos, Kate hace lo mismo y tomo su mano – Como sea, duérmanse.

-Pero son las 9 pm- dice Chloe. - Veamos una película.

-Suena bien- salta Alejandro. Ambos se quedan sentados en la cama.

- ¡La maternidad! - gimoteo. – Pero no de caricaturas, ¡maduren! - reclamo.

-Tienen 8 años- Kate levanta una ceja.

-Ay es verdad- me río.

Al día siguiente.

Después de haber ido a dejar a unos somnolientos mellizos que no se quisieron dormir temprano, y un día profundamente agotador en el trabajo, conduzco a mi casa. Está vez le toco a Kate quedarse, carajos, odio cuando nuestros días libres no concuerdan... lo pasamos tan bien cuando tenemos una misma mañana solas. Pongo cara de pervertida. Paso por el colegio a ver si mis bebés aún están y los encuentro saliendo de su taller, me consta que a ambos les encanta nadar. Corren hacia mí y le hago una seña al furgón escolar de que yo me los llevo.

-Hey, usa esos lentes- miro los ojos rojos de Chloe.

- ¡Pero es que es más emocionante!

-... úsalos.

-Bien.

- ¿Cómo estuvieron?

- ¡Debiste ver a Ale! - responde Chloe, Ale sonríe ufano de sí mismo. - ¿Sabes? Habíamos dicho que pasaríamos por todos los clubes, pero creo que deberías quedarte.

- ¿Tú crees? - pregunta Ale.

-Lo creo- asiente- eres el mejor ¡iré a apoyarte y representarte cuando gane! Mientras probaré canto- dice pensativa.

-Pero que manager- me río conduciendo. Los veo por el espejo retrovisor jugar a una cosa con sus manos y reírse. Amo lo unidos que son. Me consta que en el colegio no se separan, es una suerte que la maestra siempre me informe de todo...

Kate la odia.

-Llegamos- digo feliz cerrando la puerta detrás de los niños. Me giro y quedo congelada. Está mi hermana y Kate compartiendo una tarde de té.

- ¿Qué haces aquí? – digo quedamente.

-Te dije que volvería- queda pegada mirando a Alejandro que me mira a su vez preocupado.

- Hola – saluda Chloe como si la conociera hace años.

-Debo inferir que ya se conocían- Chloe me hace una mueca de culpa, devuelvo desafiante la mirada a Kate.

-No discutan por mí, necesito hablar contigo Alejandra, solo eso te pido.

Me quedo clavada en el piso tragándome muchas cosas que me gustaría decir, pero no puedo. Primero porque hace menos de un día les decía a mis hijos que debían comportarse como personas civilizadas y segundo porque no quiero que me vean enojada pateando cosas, ya que por desgracia, estoy a punto de hacer.

-Deberían ir a algún lugar- sugiere Kate. Ya sé que planea, un lugar público evitará enfrentamientos.

-No quiero. -Digo apenas reprimiendo la rabia.

-Sólo será un rato.

-Ya dije que no- levanto un poco la voz. Evito mirar a Kate, siento la sangre subir a mi cabeza. Ella sabe todo de mí, sin embargo, no me está ayudando en esto y me revienta.

Me percato de que mis hijos me ven extrañados, carraspeo.

-Permiso- susurro.

Necesito escapar.

Minutos después.

-Ale...

-No. – Murmuro quitándome la blusa.

-Ale.

Respiro con pesar. Sé que no debería enojarme con Kate...

-Alejandra no vas a escapar de esto.

- ¡No entiendo porque te pones en mi contra! – grito.

-Bájame el tono. – Me advierte enojada. Me quedo callada un poco culpable.

-...

Respiro profundo.

-Lo siento- digo. - Pero no quita que me moleste tu actitud.

- ¿Ah sí? ¿Y es esa actitud es? - Nos miramos un rato con seriedad.

- ¿Por qué la dejaste pasar?, Me dio la espalda ¡¿y ahora viene como si nada pidiendo conversar?! ¡que se joda! – Exclamo tratando de calmarme- ¡No quiero que regrese! - Busco con violencia una chaleca o lo que sea que me abrigue. - ¡Han pasado muchísimos años! Algo debe querer y no es bueno.

-Quiere hablar contigo.

-Ya dije que yo no ¡y no hay nada de qué hablar! -Arrojo un sweater horrible como si fuese el maldito culpable.

-Cálmate.

-...

-Le dije que volviera la otra semana.

- ¡¿Que tú qué!? -Kate se acerca demasiado.

- ¿Quieres hacer el favor de no gritar?

-No debiste pasar sobre mí. – Me alejo.

- ¡¿Pasar sobre ti?! – Ahora ella eleva la voz. - ¡Alejandra!

-No quiero volver a ver a esa mujer.

-Esa mujer es tu hermana.

- ¿Y qué?

- ¿Ese es el ejemplo que le darás a tus hijos?

- ¡Es distinto! Ale y Chloe se adoran. Ella ni siquiera me estimó.

-No fue lo que me dijo...

- ¡¿Y le vas a creer a ella?!

- ¡No seas inmadura!

- ¡¿Inmadura?! Oh espera le iré a dar un abrazo y muchos ''te quieros'' como si nada hubiese pasado- digo con ironía

-Cómo odio cuando te pones así.

-Bueno ¡ASÍ SOY! -Le digo venenosa. Kate me mira horrible y camina hacia la puerta.

Me arrepiento de inmediato, corro hacia ella con la ropa mal puesta y la abrazo por la espalda.

- ¡No! nononono – me quejo de todo con esas simples palabra- no peleemos por esto, por favor. No.

Ella respira pesadamente y se gira.

-Alejandra yo no soy tu enemiga, sólo quiero ayudarte.

-Eso ya paso hace muchos años- la miro y acaricio su cabello- te conté todo- susurro mirando sus ojos. – Te amo- digo sin pensar. - Disculpa por haberte gritado.

Kate reprime una sonrisa.

-Yo también. Pero necesito que te calmes y me escuches- antes de que abra la boca- sólo un poco.

-Bien. - Me siento.

- Mira- se sienta a mi lado- sé que ella no es ninguna víctima he hizo mal. - Asiento- Pero no te hace nada de bien vivir con ese rencor, ¡y al diablo! ustedes son hermanas, no es correcto que se ignoren toda la vida – Aprieto los labios. – Odio tener que decir esto, pero yo me moriría sin Gabi.

-Pero la relación de ustedes es distinta, sus padres son distintos. Ustedes se aman- le aclaro. A diferencia de nosotros...

-Sí, pero no quita el hecho de lo que somos.

-No sé...

-Escucha al menos lo que te tiene que decir. – Pongo una expresión de desagrado. – Hazlo por mí.

-No digas eso- me quejo y la atraigo con mis brazos. – Tu sabes que haría lo que fuese por ti. – Cierro los ojos y beso su mejilla. Nos quedamos quietas y huelo su cabello.

-Hueles a amoniaco.

-Me niego a tener canas. -Me río suave y me recuesto hacia atrás con ella encima. Le sonrío y ella a mí, nos besamos sobre la cama. Acaricio su mejilla mientras Kate profundiza más nuestro beso. Bajo lentamente mi mano.

- ¡No peleen! - abren la puerta de golpe y quedamos en la misma posición impresionadas mirando a Ale y Chloe clavados en el suelo.

-Ups- dice Ale y tapa los ojos de Chloe.

-Les dije que toquen la puerta- gruñe Kate.

-Lo siento, ¡pero nos preocupamos mucho! – exclama Chloe moviendo los brazos aún con los ojos cubiertos. – ¡Pensamos que la pelea se ponía fea!

Nos podemos evitar soltar una carcajada. Kate se sienta más hacia al medio y yo también. Pongo mis palmas en la superficie del colchón para que se sienten. Ale se sienta y Chloe abre y cierra los ojos acostumbrándose a la luz.

-Escuchen- aclaro- a veces tenemos nuestras discusiones como cualquier persona, pero sólo eso. ¿Está bien? no es que se vaya a poner feo. -No sé de dónde rayos sacaron esos traumas de separación- Además... ya vieron – guiño el ojo. Se ríen.

-Sí, pero... ¿es por esa señora? - pregunta tímidamente Alejandro. Frunzo los labios.

-Si- le responde Kate- pero nada que no tenga solución.

- ¿Es algo tuyo? – me pregunta Chloe sin anestesia.

-Hmm hablaremos de eso después.

-Bien- dice ésta cruzándose de brazos.

Jueves.

Chloe.

- ¡No quiero ir! – digo por quinta vez. Soy ignorada.

-Bruja. – Mascullo.

Mamá me da una mirada de advertencia. ¡Argh!

- ¿¡Y porque Alejandro no viene!? – me quejo.

-Porque tú eres la mente maestra de todos los crímenes- dice mamá – y no es tan terrible, yo no te acompañaré.

- ¿Ah no? – me sorprendo.

-Ustedes tienen que solucionar sus problemas solas, lo único que te pido como madre es que hagas y digas lo correcto. - Me mira.

-Está bien- murmuro, odio cuando me mira como si yo fuese a herirla a ella diciendo algo equivocado. Me da pena.

Entramos a casa de tía Fer.

-Chloe- Me sorprende y me levanta del suelo. Beso su mejilla.

- ¡Tía Fer! - la abrazo. Después de tía Gabi, es mi tía favorita (Aunque es mi madrina).

Cuando me deja en el suelo luego de ponernos al día mamá me mira significativamente.

-Em ejem- digo. - Tía Fer puedo hablar con Sam. -La miro inocentemente.

-Esa mirada me asusta- me toma el pelo.

-Es que... es sólo por... ya sabe- miro mis pies, en eso me asusta que tía Fer se moleste conmigo- ¿no estás enojada conmigo verdad? - hago un puchero.

-Claro que no – me acaricia el cabello- como podría enojarme con mi melliza malvada- me molesta.

- ¡Hey! -impongo respeto irguiéndome y mirándola desde una altura de poco más arriba de su ombligo.

-Está en su habitación- me guiña el ojo.

-Gracias- sonrío.

-Bueno Ale, ya sabía que me extrañabas- dice creída.

-No puedo vivir sin ti- bromea- y tu excelente vino.

-Mala amiga- se ríe yendo a la cocina.

Subo las escaleras y voy a la segunda puerta. Inhalo aire y toco.

-Pase- escucho con suavidad.

- ''Pase'' – digo bajito burlándome por su pulcritud. Entro

- ¡Hello! – exclamo como saludo. Ella levanta una ceja y aparta su libro mirándome como ''ah, eres tú''

-Oh estás leyendo, que inusual- bromeo.

- ¿Qué se te ofrece? - me mira seria.

-Pues...

Esto es difícil.

Me mira en silencio y luego de un rato sigue leyendo.

- ¡Oye no me ignores!

-Pero si no estás diciendo nada.

-Se supone que venía a pedirte disculpas. Pero no me arrepiento, tú insultaste a mi mellizo. - Me enojo.

-Botó mis cosas y no lo insulte. - Responde

- ¡Como sea! – arrugo la nariz respondiendo la desafiante mirada de sus ojos azules. Respiro atropelladamente, será difícil... -Hagamos algo.

- ¿Qué? - levanta una ceja.

-Una especie de trato... No sé. – capturo su atención - Mira, no tenemos que ser amigas.

-Me parece imposible- responde. Estoy de acuerdo.

-Pero podemos comportarnos al frente de nuestras mamis. No quiero que me quiten la Tv y los videojuegos otra vez.

-No fuiste la única castigada.

- ¿Ves? ¡Tengo la razón! – digo feliz, ignoro cuando rodea los ojos.

-Bien. -Estira la mano. La estiro y nos la damos rápido, sonrío feliz y me voy a la puerta; problema solucionado.

-Deberías venir, ya sabes... para que se la crean.

-Está bien- dice y me acompaña.

-Que hay- digo viéndolas reírse en el living. Ambas giran la cabeza de sus asientos y nos observan con curiosidad; creo que por estar a menos de un metro sin discutir. -Ya nos arreglamos.

-Oh ¿enserio? – pregunta mamá un poco incrédula. Miro a Sam.

-Si tía- sonríe Sam- estuvimos hablando...

- ¿Ah sí? - pregunta tía Fer.

- Y nos dimos cuenta de que si respetamos nuestras diferencias nos podemos entender. – Termina. Hago un enorme esfuerzo por aguantar la risa.

-Me alegra escuchar eso- sonríe mamá.

-Bien, entonces nos iremos- sonrío.

-Está bien, que se diviertan- me sonríe tía Fer.

Subimos por la escalera hasta su habitación y me empiezo a reír.

Alejandra.

-Te apuesto a que están fingiendo- me susurra Fer.

-Totalmente- niego con la cabeza. Tsk, no podía pedirle disculpas y ya.

Chloe.

-Respetar nuestras diferencias pffjajajajaj – pego mi cara al colchón.

-Oye sale de mi cama- dice Sam.

-Uy perdonen a la hija única. – Bromeo y me siento. Ella se sienta abre su libro y me ignora.

-Pero no me ignores, respeta nuestras diferencias- me río de nuevo. Escucho un ruidito y veo a Sam reírse tras las páginas. Me contagio y seguimos riendo un rato.

-Fue raro, pero no se me ocurrió nada más.

-Está bien, de todos modos no sabía que decir.

- ¿Me dices que bajaste y ya? – pregunta asombrada.

-Seh- digo estirándome- algo se me iba a ocurrir al final, tranquila.

-Si claro. Eres un peligro.

La miro con el ceño fruncido, ¡cómo se atreve! Gracias a mi plan podremos soportarnos todos estos años. Porque estoy segura de que mamá y tía Fer se verán hasta que la muerte las separe. Me quedo tirada en su cama y cierro los ojos hasta que mamá toca la puerta y nos vamos.

- ¿Entonces cómo te fue?

-No me quejo- bostezo.

- ¿Estuviste durmiendo? – me echa una ojeada mientras conduce.

-La verdad si- me enderezo – no me pidas más de lo que te puedo dar- canturreo. Mamá se ríe.

-Está bien, si llegaron a un acuerdo me imagino que es porque al menos se soportan.

-Está todo controlado. – Sonrío.

Alejandra

La miro de reojo, mira hacia al frente con una sonrisita, es una ternura difícil de seguir. Es curioso que por más que nos amemos con Fer, nuestras hijas con suerte se den la hora. Yo pensé que serían las mejores amigas, no que estaría separándolas mientras pelean. Exhalo pesadamente.

- ¿Iremos a buscar a Ale? - hace un puchero.

- ¡Oh vamos!, no se van a morir si se separan una tarde- la molesto.

-Pero lo extraño- coloca sus codos en sus piernas y mira al frente. – Vamos a buscarlo- ordena.

-No seas mandona. - me quejo.

-No me arrepiento de nada- masculla rascando su pecosa nariz. La miro y frunzo el ceño. ¿¡No podía parecerse a Kate o a mí!?

Paso de largo por nuestra casa y voy donde Leo. Me encuentro a Valentina regando en el jardín de en frente. Chloe con suerte espera a que apague el auto y corre hacia ella, la abraza y entra a la casa rápidamente.

-Perdona- me disculpo luego de saludarla, la condenada no se limpió los pies...

-Descuida Ale- dice con una sonrisita. -Ya conocemos a tu terremoto- se ríe. - ¿Cómo está Kate?

-Muy bien- sonrío- se quedó leyendo.

-Seguro se moría por hacerlo- se carcajea.

-Si- sonrío, mi Kate... - ¿Cómo se portó Ale?

-Excelente, es muy obediente así que no hay problema, estuvieron en el living todo el rato – Me mira confidente. -Aunque de seguro extrañó a Chloe.

-Ella me hizo venir a buscarlo antes- reconozco.

-Supongo que es normal – levanta los hombros y cierra la llave del agua.

Entramos y encuentro a Chloe sobre Ale y Leo y los controles del video juego desperdigados por el suelo. Se ríe mientras ellos hacen ruidos fingidos de dolor. Cuando se sientan abrazo a mi sobrinito. Es un año menor que mis bebés, aunque es del porte de Chloe, podría pasar desapercibido como hermano de Ale. Tienen la misma tez, ojos y cabello, diría que las únicas diferencias es que sus rostros son distintos además de su altura.

- ¿Cómo te ha ido en la escuela? - le pincho el estómago.

-Bien- se ríe, me da risa que sea tan risueño. Así que le hago cosquillas. Nos reímos, Leito es el ahijado de Kate.

-Ya, tenemos que irnos, mamá nos espera- sonrío. Acaricio el cabello de Leo y lo abrazo.

-Si está leyendo apenas debe recordar que existen. - Bromea Valentina.

-No tenías que ser tan dura – hago un puchero. Tomos a mis retoños y me despido.

-Dale mis saludos al pesado de tu esposo – beso su mejilla y salimos al auto.

Llegamos a la casa y efectivamente, como predijo Valentina; Kate se encuentra absorta leyendo un libro, por suerte hasta Chloe sabe que es mejor dejarla tranquila un rato así que nos vamos a la habitación de ellos.

-No han pensado en que uno podría irse a la habitación de al lado- sugiero recostada en la cama de Chloe.

Me miran y levanto una ceja.

- ¡Noo! – gritan a unísono.

Me rindo.

- ¿Y si los obligo? - los amenazo.

- ¡Nos vamos de la casa! - Dice Chloe y Alejandro asiente.

- ¿Y quién va a querer un par de mocosos malcriados? -los molesto.

-Te acusaremos al abuelito - gimotea Chloe.

- ¡Son de mi propiedad!

- ¡No somos objetos! – responde.

-No nos moverán- Dice Ale abrazándola, se quedan ahí abrazados en una esquina. Parecen niños maltratados los muy manipuladores.

-Ya, no se pongan así – me apoyo de mis codos. La puerta se abre y siento el peso del cuerpo de Kate en mi espalda. Besa mi mejilla y se queda ahí. Es el detonante para que Ale y Chloe se acerquen y me acusen.

-Así que querías abandonar a mis bebés- me aprieta el cuello con un brazo en broma.

-Son unos mañosos- me río- además no quieren dejar de compartir habitación.

-Cuando salgan de primaria se cambian.

-Pero... -Empieza Chloe.

-Es mi última palabra. Necesitan tener su espacio.

-Oooh- miran el suelo ¡¡¿Eso es todo?!!? ¡Y a mí me reclaman todo!

-Yo no necesito espacio- gimotea Ale.

-No dirás eso en unos años más. – Le dice Kate

-Quiero una mascota – Dice Chloe.

- ¿Y eso a que viene? – me sorprendo.

-A nada- levanta las hombros- se me ocurrió.

-Pero si ya te tenemos a ti – bromea Ale. Me río junto con Kate mientras Chloe lo golpea con una almohada.

Suena el timbre.

-Yo voy- se levanta Kate. Oh, extraño su cuerpo. Gimoteo internamente.

-Ale- llega y se mantiene de pie con la puerta entreabierta. La miramos raro. -Quiero que vengas. -Chloe frunce el ceño curiosa.

-Tú te quedas ahí. – Kate rueda los ojos.

-Pero es MI mami – reclama.

-Hey- la mira Alejandro.

-Ya vengo- les digo entretenida.

-La sigo y en la puerta entreabierta veo a Bárbara mirar distraída unas flores.

-Argh- se me va el buen ánimo. Me tocan suavemente el hombro.

-Ve – susurra Kate, me da un besito en la mejilla y entra a la habitación. Mientras la escucho hablar con nuestros bebés, la observo con rencor, decido que esto será una visita corta. Carraspeo y me adelanto.

-Hola- digo secamente.

-Hola- me mira a los ojos- ¿Ahora me darás un par de horas?

-Sólo de minutos ¿Qué quieres y por qué ahora?

-Arreglar las cosas y ahora porque soy cobarde y no sabía cómo reaccionarias

-Eso fue corto. ¿Entender qué?

Mira al suelo- supongo que el significado de la familia Alejandra, fui una imbécil, cuando lo perdí todo, supe como debiste de haberte sentido, abandonada, despreciada, yo era tu hermana y te fallé. Tarde me di cuenta de mi estupidez. - me mira duramente- quizá nunca fui la hermana incondicional que merecías tener, pero quiero al menos ahora ser alguien en tu vida... y te necesito en la mía.

-Alguien que ya olvidé- aclaro. – A ti y a esos...

-De esos sólo queda mamá- mi rostro cambia de inmediato.

- ¡Y nadie fue capaz de decirme nada! – grito enojada. Me doy cuenta de que aún estoy en casa, así que cierro la puerta tras mi espalda.

-No te ofendas, pero pensamos que no querías saber nada de nosotros.

-Y no quería saber nada de ustedes- digo duramente- pero avisar no está de más.

-Supuestamente mamá lo haría.

-Esa bruja me odia...

-Lo que queda de ella- se levanta de hombros. - ¿Vamos a otro lado?

Miro a la casa; es verdad, seguro atraje la atención de mis hijos al gritar. No quiero preocuparlos.

-Si... mejor. – Asiento.

- ¿Un café?

-Mejor una plaza, no prometo no volver a gritar.

-Bien.

En casa

Kate

- ¡Déjame ir! – gimotea Chloe mientras la tomo del estómago.

-Ya salió, deben estar lejos.

-Pero quiero saber...

-Metiche.

-Mamá está enojada – me mira. -Si le pasa algo no te hablaré hasta los 20.

-No le pasará nada- aclaro un poco divertida- están conversando.

- ¿Quién es ella? – me pregunta Alejandro sentado en la cama viendo a su hermana forcejear.

-Es tu tía. -Chloe detiene su forcejeo y me mira.

- ¡Lo sabía! Tienen un aire- sonríe ¿¡Cómo puede cambiar su humor así!?

- ¿Por qué mamá la odia? – Me pregunta Ale curioso.

-No la odia- pienso- sólo está dolida. No se hablan de hace años.

-Yo no podría vivir así- gimotea Chloe sentándose al lado de Ale y abrazándolo. Él la mira burlón sin embargo pasa un brazo por su espalda y se abrazan felices. Los miro sonrientes, mis bebés son tan lindos.

-Bueno ellas... se llevan 10 años de diferencia.

- ¡Eso es mucho! - exclama Chloe

-Si... supongo que tuvieron menos convivencia, pero tampoco eran muy cercanas...Digamos que...- no quiero que mis hijos sepan lo horrible que lo pasó Ale a causa de que le gustasen las mujeres- digamos que ella la necesitó en un momento difícil de su vida, y ella no estuvo ahí.

- Bruja – Escucho.

- ¡Chloe!... -la reprendo.

- ¡No me imagino como alguien puede ser mala con mamá! – hace un puchero, sus ojos brillan. Diablos... como odio&amo cuando me recuerda a...

- ¡Bien! – Salta Chloe- ¡entonces la esperaré acá sentada! - se sienta en la cama firme.

-... - Nos miramos con Alejandro.

1 horas después

Observo a Chloe babeando la almohada de su hermano, miro la hora, ojalá esté saliendo todo bien...

Alejandra

-No puedo creerlo- susurro completamente apenada con un hilo de voz. Pase años, largos años detestando a mi hermana, pero la muerte de un hijo no se lo deseo a nadie. Me moriría de pena si me pasara algo así. Ningún hijo debería morir antes que sus padres.

-Y... - trato de preguntar por su marido.

-Eso ya acabo- Me interrumpe, no llora, no pone ninguna expresión, pero sus ojos, sus ojos delatan lo difícil que lo ha pasado. Sin pensarlo pongo mi palma sobre el dorso de su mano, de madre a madre.

-Cada...- dice apenas- cada vez que nos mirábamos, veíamos la sombra de nuestro hijo en nuestros rasgos; creo que eso, al final, hizo que el matrimonio se quebrara; había días en que no podíamos vernos. Mamá desapareció, se encerró, se sentía culpable, que debió haber muerto ella... Además, ya estaba de luto por nuestro padre.

-Uff... - recuesto mi espalda en la banca, nos quedamos en silencio. Varios recuerdos azotan mi mente de uno en uno.

Hace muchos años.

- ¡No voy a tener una de esas aquí! ¡o te comportas o te vas!

- ¡No voy a vivir toda mi vida como una mierda de closet para que estés feliz!

-Tu boca Alejandra

-Ya soy adulta, ¡digo las mierdas que yo quiero! - miro a mi madre desafiante, su cabello oscuro ordenado, su expresión de enojo tan dura e inquebrantable frente a su propia hija, una hija que lo único malo que había hecho era tener un amorío.... Con una mujer.

-No me importa, ¡si vives acá haces lo que yo digo! - sentencia. Miro a papá, más pendiente y a la vez no, de la televisión. Sin querer, unas gruesas lágrimas bajan por mis mejillas, respiro profundo y mi madre ya me ha ignorado. Ya he olvidado el día en que no discutamos, y es que hasta cuando era supuestamente ''normal'' ya no soportaba este ambiente.

Se abre la puerta, mi hermana me observa extrañada, la miro desafiante, ¡a ella también la odio! nunca se ha molestado si quiera en apoyarme un poco. Y como era de esperar, me da una mirada de reojo y pasa de largo.

Que asco parecerme a ella.

-Bien- digo apenas- me voy.

Decisión que no fue tomada en cuenta por nadie.

Tomo mis cosas y al momento de abrir la puerta siento dos pares de ojos sobre mi espalda... ninguno de ellos es mamá. Me voy al único lugar donde me darían albergue una semana al menos. Es una suerte que consiguiera trabajo, después de todo estoy en mi tercer año de universidad, no sé cómo le haré... pero quizá esto me ayude, mis notas iban en deceso. Es muy probable que mi próximo año también sea tercero.

Bajo en una pequeña población de casuchas pequeñas con segundo piso, camino preguntándome si es que les habrá llegado la noticia... quizás me saquen a patadas también de aquí. Detengo mis pasos y pienso unos minutos si no es mejor idea marcharme y dejar de torturar a mi familia con mi presencia. Después de todo, mis abuelos son de una época peor... pero rayos, este es mi lugar favorito. Miro mis pies.

-Espero que esa mirada no sea porque no quieres ver a tus abuelos. - Escucho con reproche. Me giro, veo los ojos castaños de mi abuelo, sonríe y no puedo evitar elevar mis comisuras a pesar del mal día que estoy teniendo. Mira atentamente mis ojos y me recuerda que lloré hace no más de 3 horas.

-Ven, hace frio -toca mi hombro y lo sigo.

- ¿Qué has hecho después de eso? - pregunto en un hilo de voz, he estado mucho en silencio, la tarde está volviéndose un poco más oscura.

A esta hora se duerme Chloe...

-Nada, sólo dar clases- mueve los labios, había olvidado que tenía esa costumbre. -A veces visito a mamá, está sola... y un poco loca- sonríe tristemente. – Supongo que luego de papá y ... mi hijo, nuestros abuelos y tú; ya pensará que lo mejor es morir, no sé.

- ¿Yo? - levanto una ceja, a cierto, supongo que estoy muerta para ella. – Olvídalo.

Sonríe apenas, es de esas sonrisas que ocultan un pesar.

-Lo siento Alejandra. - dice apenas.

 

 

 

Notas finales:

Pronto subiré la parte dos, dejaré un spoiler o: 


----ALERTA---- 


Aparecerá Gabriela <3


¿Será mas madura con el paso de los años? ¿qué dicen? XD


Me llama mucho la atención saber que piensan de las personalidades de los niños :D 


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