Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi pareja perfecta 2 por Brit

[Reviews - 158]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hello! Por fin pude terminar la segunda parte gracias a los días libres que tenemos en Chile por ser fiestas patrias :D 
Primero quisiera aclarar un par de cosas (aguantenme)

Soy una mujer poco informada, odio prender la Tv. Pero espero que a mis preciosas lectoras mexicanas este pedazo de texto les ayude a distraerse un ratito

Segundo, quiero aclarar que hay cierta personaje que puede hacer comentarios ofensivos (Christine) tener pocadelicadeza (Christine) y ser un poco bruta (Christine) así que tengan paciencia por favor, si fuese de otra manera, no sería Christine.

 

--------------------------¡A leer!

 

 

 

 

Parte 2

 

- ¿Por? - vuelvo a estar a la defensiva.

- Por ser una mierda de hermana estaría bien.

-Estoy de acuerdo- miro hacia el frente.

-Ni siquiera te llame, pregunte por ti, ni trate de ayudarte. Lo tengo presente, y también sé que quizá sería mejor que no apareciese… y es egoísta, pero también estoy aquí por mí; sé que no me necesitas, tienes una maravillosa familia, pero cada día que pasaba sentía un peso más grande sobre mí, quería saber cómo estabas, si eras feliz, si habías tenido éxito, si quizás lo estabas pasando mal o si te faltaba algo…

-Estoy bien- susurro, inevitablemente sonrío- más que bien.

Toca mi antebrazo.

-No tengo ninguna duda- nos sonreímos débilmente.

 Algo que no habíamos hecho nunca.

- ¿Y cómo es que estás acá?  -escucho

La miro interrogante

-Tu no querías hablar conmigo.

-Kate- digo simplemente.

-Oh, debo agradecérselo.

Nos quedamos en silencio.

-Háblame de ellos- escucho apenas. Miro de reojo los ojos brillantes de mi hermana.

-Te refieres a…

-Si, de ese apuesto caballero y esa traviesa jovencita. Nunca pensé que quisieras tener hijos. ¿Qué tal eso?

Me río, mirando a la nada. 

-Yo tampoco, pero con Kate me replantee toda mi vida.  -Bárbara me mira- aunque fue planeado, pensamos que no había resultado y llegaron de sorpresa- Noto que sonríe- nunca pensé que serían dos, a pesar de que en su familia no es algo raro. – Exhalo y me caliento las manos- no concibo mi vida sin ellos.

-Así que son mellizos… había pensado que él era el mayor.

-Lo es… por unos 5 minutos- sonrío a mis manos, aún siento cierto rechazo a sonreírle a ella. Como guarda silencio me imagino que quiere saber más.

-Alejandro, es un buen chico, algo así como mi mano derecha (sobre todo si hablamos de mantener vigilada a Chloe) es educado, obediente, la verdad no se requiere de mucha paciencia criarlo. -Levanto mis hombros sonriendo- hasta diría que es maduro para su edad. A menos que Chloe le meta alguna de sus ideas en la cabeza…- escucho una risita apenas audible.

- ¿Y ella?

- Ella es especial- no puedo controlar la risa- me pase los primeros años de su vida tapando tomacorrientes, colocando topes de puerta, esquineros anti golpes- recito- y cosas así, le gusta investigar, moverse, conocer… Es una buena niña, es inquieta y despierta. Pero también es muy sensible y siempre piensa en los demás… la familia de Kate es grande y creo que nunca hemos dejado de ir una semana porque ellos los echan de menos.

Escucho un ruidito de ternura. La miro de reojo y noto que ha oscurecido.

Vuelvo a recordar ciertas cosas.

 

-Que ha pasado- mi abuela mira mi bolso...

-Yo… - carajos como le digo a la viejecita que me van las chicas.

-Eso ya lo sé -me mira pillamente. Abro los ojos de golpe y estos se nublan de nuevo por las lágrimas.

-Lo siento- susurro.

-Yo siento más haber tenido una hija tan cabezona- Dice poniéndose de pie. Huelo el inconfundible aroma de mi abuelo sobre mi espalda, me abraza y me dejo querer por él. Ojalá los abuelos nunca se fueran…

-Entonces no … ¿no les molesta?

-Ah cierta edad, cuando te das cuenta de que el mundo no gira a tu alrededor- dice sirviéndome agua caliente- te das cuenta de que hay miles de personas que no son como tú, que no viven como tú, ni que quieren lo mismo que tú. Aunque hayan muchos que crean tener la verdad pegada en la frente- gruñe.

-Exacto- dice el abuelo sentándose a mi lado dejando una bandeja con mucha comida- creo que cometimos… muchos errores con tu madre, éramos jóvenes, un poco idiotas- mi abuela resopla sirviéndose té- pero ya se arreglará todo esto. Hasta entonces puedes quedarte acá.

-No creo que se arregle- digo sin más.

-Si fuese así estoy segura de que encontrarás tu camino- dice mi abuelo acercándome un plato muy contundente – tu eres diferente a nosotros-acaricia mi cabello- y no me refiero a que te vayan las mujeres- bromea. Me rio incomoda.

-Oye, pero yo no tengo mucha hambre.

Me miran como si estuviese loca.

-Si algo no cambiará nunca es que los padres crían y los abuelos malcrían- dice mi abuela- come. Estás muy flaca.

 

Me río en la plaza recordando cómo no pude dormir de llena ese día.

- ¿En que piensas? - escucho

-En los abuelos- mis ojos se empañan.

- ¿Has ido a verlos? – se refiere al cementerio.

-Antes iba- susurro- Me gustaba ir sola, hace unos años deje de ir- miro mis rodillas culpable. Kate sólo me lo recordó una vez y decidió dejarme en paz. No es de mal agradecida… es que me da pena. Fue mi culpa que mamá se enojara con ellos... y no sé, no podía evitar sentir que separé a la familia…

-Hubiese sido lindo que hubieran alcanzado a conocer a sus nietos. – me mira de reojo como intuyendo- Tú no tienes la culpa de nada Alejandra.

-Mientes- digo apenas.

-Que nosotros hayamos sido unas mierdas egoístas no tiene nada que ver contigo. Tu no hiciste nada, creo que los padres deberían replantearse dos veces las cosas cuando traen niños al mundo- dice apenas y se pone de pie. - O quizás 3.  ¿Cuántas te las replanteaste tú? - me mira seria, creo que está bromeando.

-Millones de veces. – digo. (Mentira no es) escucho un par de carcajadas

-Conociéndote... te creo.

Me pongo de pie

-Bueno, nos vemos, espero… - dice apenas.

La miro vacilante.

- ¿Mañana tienes tiempo?

-Todo el que quieras.

-Ven a desayunar con nosotros- digo apenas esperando no arrepentirme.

-Si… me gustaría. El hotel es aburrido – Sonrío, le doy la hora y camino lentamente a casa.

Cruzo el portón y noto la silueta de Kate regando las plantas del patio trasero. La abrazo por la espalda.

-Te amo- susurro acercándola más. -Escucho que corta el agua. Se gira y acaricia mi nariz con la suya. Sonrío.

- ¿Cómo te fue?

-Bien- levanto mis hombros.

- ¿Y? - levanta una ceja.

-Y… - digo – la invite a desayunar con nosotros- digo un poco dudosa.

-Por algo se empieza- sonríe.

Nos miramos, coloco una expresión coqueta. Kate se ríe.

- ¿Qué pasa que no me das un beso? – bromeo acercándome y gira su rostro, beso su mejilla.

- ¡Oye bésame! Kate… – insisto tratando entre risas.  Hasta que logro besar su boca y nos damos un beso en la penumbra. 

- ¡Jah! – me jacto de mi victoria luego de darnos cariñitos- estás loca por mí. – Kate le quita el seguro a la manguera y me tira agua mientras grito por el frio y entro a la casa.

- ¡Madura! - grito. – ¡Brrr que frio!

Luego de entrar al baño y ponerme pijama veo la puerta entreabierta de la habitación de mis bebés y entro en silencio. Sonrío al ver a Chloe desperdigada en la cama de Alejandro y él en la de ella mirándome bajo las frazadas. Le hago una mueca y la tapo lo mejor que puedo, acaricio su cabello y me recuesto con Ale.

- ¿Qué pasó? – susurro.

-Nada- susurra. Nos reímos bajito.

- ¿Por qué gritabas? – pregunta.

-Tú madre- me indigno en broma- me mojó con la manguera- Él se ríe y yo también con el índice en los labios para no despertar a Chloe.

- ¿Te fue bien? – pregunta mirándome mientras acaricio su cabello, acerca su cabeza a mi hombro y lo abrazo.

-Si. -Le doy un besito en la coronilla- vendrá tu tía a desayunar en la mañana.

-Que bien- dice apenas. Nos quedamos así hasta que su respiración se vuelve más suave. Lo tapo y salgo cerrando cuidadosamente la puerta.

 

 

Al día siguiente.

Kate

-Agrh- digo apenas sintiendo un peso en la espalda y un besito que luego desaparece, por el quejido a mi lado el bulto se quedó allá.

-Chloe, son las 7- escucho el gimoteo de Ale. -Es sábado, vuelve a dormir.

- ¡Pero no puedo! – dice Feliz

-Por eso no creces-escucho. Sonrío aún con los ojos cerrados.

- ¡Hey! – Dice apenas- aún no pego el estirón, ¡ya verán!

Tomo su cuerpecito y la quito sobre Ale, la tapo y la abrazo.

-Silencio- ordeno.

-No pidas imposibles- se ríe Ale.

- ¿Qué haremos hoy?

-Tratar de conquistar el mundo – bostezo. Escucho la risa de Ale. Se gira hacia mi dirección.

- ¿Oíste eso? ¡Kate ha hecho un comentario gracioso!

Mientras Chloe se ríe, abro un ojo asesina y la pateo debajo de la cama.

- ¡Aush! ¿Y Alejandro?

-Sigue durmiendo.

-Hum- escucho- Tuvo que dormir en tu cama, respeta su privacidad. – la despeina.

- ¡Pero mamá! ¡Todo lo de Ale es mío!

- ¿Y lo tuyo?

-Obvio que mío.  -Niego con la cabeza. Supongo que cuando se separen de habitación esto dejará de pasar.

Chloe prende la Tv y mientras dan caricaturas Alejandra se cubre los oídos con la almohada y vuelve a dormir hasta las 9. Despeinadas y algo ojerosas nos bañamos.

- ¿Cómo es eso de que nuestra tía vendrá a desayunar?

Abro los ojos de golpe

- ¡Es verdad! ¡ALE! - Grito- ¡¿A QUE HORA LLEGA TU HERMANA?!

- ¡LE DIJE QUE A LAS DIEZ! - escucho de la ducha.

-Uf- me estiro. - ¿Cómo lo supiste si tu hermano está durmiendo? – pregunto mirando sus ojos tan iguales a los míos. Una de sus comisuras se eleva traviesamente.

-Confesó bajo tortura.

- Q… ¿Qué? – la miro estupefacta.

Se ríe.

-Es broma, sólo le dije que le tiraría agua si no me explicaba bien- se balancea apoyada en sus pies.

La miro un rato.

-No deberías abusar tanto de su paciencia.

-Heredó la de mamá- bromea corriendo al living. - Supe que le tiraste agua ayer ¿No te da vergüenza? – mueve las pestañas coquetamente. Aprieto la mandíbula… muy lista la mocosa.

-Fin del tema. - Me voy a preparar el desayuno.

 

Alejandra

Me seco el cuerpo pensativa. El lunes debo trabajar, debería despejarme de tensiones y disfrutar a mi familia.

Trabajar, sonrío. Había olvidado eso, siento una nueva ola de rencor en mí.

 

-Quien diría que llegarías tan lejos- bromea mi abuelo vestido con su mejor traje acompañado de mi abuela.

- ¡Rodrigo! - lo reprende. - Han sido tres años.

-Pasaron volando- bromeo recién titulada. Tres malditos años en los que ni mi hermana me da el hola.

- ¿Y que piensas hacer? – me mira él, su penetrante mirada acusa mi intención de querer largarme de este lugar. Aunque sólo pesaba irme a vivir a una ciudad más grande a 1 hora de aquí.

-Envié curriculums a la ciudad- aclaro- tengo entrevista a las 8am. en una, el lunes.

Mi abuela acaricia mi mejilla, sus ojos amenazan con aguarse, la miro apenada, pero decidida. Ellos saben que vendré seguido, y que a mis ojos son mis verdaderos padres, nunca me faltó comida, ni techo, ni amor mientras estuve con ellos.

-Puedes volver cuando quieras. -Escucho la voz cansada de mi abuelo, lo veo apoyarse en su bastón.

-Lo sé, soy inquebrantable- lo tranquilizo, él se ríe.

-Quizá encuentres más de lo que buscas en la ciudad- me guiña el ojo, enrojezco. Tema incómodo.

- ¡Sólo busco trabajo! – me ruborizo frente a las burlas del viejo.

 

 

Kate

Veo salir a Ale algo seria del baño. Debe ser difícil para ella, recordar todos esos años en que su familia más cercana prácticamente la olvidó y tuvo que esforzarse para sacar su título ella sola. Y más que el título, el hecho de sentirse abandonada por algo que escapa a su competencia. Algo en que nadie tiene la culpa, a quien amar.

Espero que pueda sanar sus heridas pronto, no le hace bien el rencor, además sus hijos no habían conocido más parientes que los míos.

Suena el timbre. Llega Bárbara; su hermana, alguien a quien también la vida la ha golpeado feo, veo a través de la ventana de la puerta su cabello castaño, unos lentes cuadrados adornan sus ojos, tan parecidos a los de mi Ale. Sus contexturas son algo parecidas, ella es un poco más delgaducha. Aunque supongo que con lo que ha pasado, la comida no es su prioridad.

- ¿Quieres que abra yo? – Ale me observa atento del sillón y Chloe me tira la blusa hacia abajo.

-Oh no, lo siento, me ensimisme- sonrío. Recibo una sonrisa inocente de mi hija. Toco quedamente su cabello y abro, la saludo y la invito a sentarse.

- ¡Eh tía! ¿cómo está? - salta Chloe con avidez.

Si hablamos de diplomacias, llamen a mi hija.

Mientras conversan, Alejandro siempre más prudente se involucra poco a poco. Sale Ale del dormitorio y la saluda tan amable como siempre, esa es la faceta de mi esposa que me gusta ver.

Aunque me parece que se está esforzando, tampoco es que yo pueda hacer más, ahora depende de ella.

Mientras terminamos de desayunar, observo como Alejandro molesta a Chloe por su peinado, al escuchar ‘’ ¡al abuelo le gusta!’’ se me viene algo que había olvidado, ¡prometimos ir el fin de semana ir a pasar el día con ellos!

Seria genial que Ale invitara a Bárbara, se distraería y no estaría mal que conozca a una familia algo distinta. Miro a Ale, y nada. Creo que con el esfuerzo por comportarse no escuchó a Chloe.

Ahora como decirle…  este mensaje es algo más complejo para transmitir con miraditas, pero puedo intentarlo.

La miro fijamente…

 

Alejandra.

-Si, además es un buen lugar para… -noto los ojos de Kate condenadamente fijos en mi ¡¿Habré hecho o dicho algo mal?! – vivir… - termino en un hilo de voz.

Le levanto una ceja cuando Bárbara está pendiente de su té. Mueve las cejas y dirige la mirada a donde está Chloe… ¿Qué diablos? ¡¿Esta de cumpleaños?! Argh ¡no seas idiota!, estaría el mismo día que Alejandro… entonces… ¿de santoral? ¡imposible!

Miro a Kate lastimeramente, mira hacia el techo como si yo no pudiera ser más idiota; arrugo las cejas, algo debe tener Chloe o a lo mejor lo relacionó con algo… Hum… la miro...

¿Puede ser su pelo? Ahora que lo pienso es un milagro que peine su largo cabello, a lo más coloca un mechón detrás de su oreja. Nunca usa coleta, a menos que vayamos a ver a la abue… ¡Claro! ¡es verdad! ¡Hoy vamos a ver a los padres de Kate!

¿Y que tiene?

La miro con duda, mira a Bárbara que esta algo pegada viendo como conversan mis bebés.

-Ahm…- digo imbécilmente. Todos me miran.

- ¿Tienes algo que hacer en la tarde? – me dirijo a ella y noto a Kate bebiendo su té triunfante. ¡Uuuf!

-Nada realmente- dice moviendo su taza.

- ¿Te gustaría venir con nosotros una tarde? Será divertido – sonrío convincente.

Aunque me cueste sonreírle.

- ¿Segura que no molesto? – me mira dudosa.

-No tranquila, es algo familiar- dice Kate al rescate. – Te gustará, somos muchos.

-A pues… - me ve, estoy segura de que espera a que sea yo la que acceda.

-Ven – digo serena. Ojalá los Rivares produzcan el mismo efecto en ella que en mí, lo necesita.

-Está bien- sonríe débilmente.

 

1 hora después.

- ¡Pssst! ¿estás segura? –  susurro a Kate.

-Claro que si -acaricia mi nuca coquetamente, sonrío -además ya era hora de que conociéramos a alguien de tu familia.

- ¿Tú crees? No somos la gran cosa.

-¡Oh vamos! soportaste a mi hermano metiche, a mi hermana hiperquinética, a su mellizo cómplice y a mi hermanito preguntón- se levanta de hombros abrochándose la blusa.

-Y a tu padre sobreprotector.

-Oh, ese es el peor. – comenta más pendiente de su ropa. – Solo distráete ¿sí? - me besa y sale del dormitorio.

 

Kate.

Avanzo por el pasillo

- ¿Otra vez?, ¡ya estás grande! - escucho el tono burlón Chloe.

- Cállate, es sólo… - escucho el tono complicado de Alejandro, debe ser una de sus camisas, siempre tiene que hacerlo de nuevo porque se le va un botón. Sonrío negando con la cabeza.

-Déjame ayudarte.

Llego a los sofás y veo a Bárbara tranquilamente abotonarle su ropa. 

-Gracias tía- sonríe él y sale detrás de Chloe corriendo al patio. 

Ella sonríe al espacio vacío antes ocupado por Alejandro.

-Oh- despierta mirándome. -Espero que no te moleste.

-Claro que no, siempre le pasa.

-Tienen unos hijos maravillosos…

-Lo son… - la mayoría de las veces.

-Aún me sorprende que Alejandra haya dado este paso- susurra.

-Fue un poco difícil al principio, pero diría que es una madre en potencia- sonrío, la verdad es que creo que Alejandra tiene un talento único con los niños.

-No tenía idea. -dice suavemente mirando el piso.

-Todavía hay tiempo- le aclaro. Estarán más adultas, pero siguen vivas, pueden arreglar la situación y por fin ser la familia que no fueron.

Se queda en silencio.

-Vamos- digo tan bajo que parece un susurro. Ella me sigue y vamos al auto.

 

En casa de los Rivares.

Se ve el auto de Alejandra a lo lejos, a unas cuadras de distancia.

- ¡Oh! - se endereza una mujer de cabello castaño con una mano en la cintura y otra tomada de la mano de un pequeño niño rubio. - Han llegado mis mellizos regalones, Cristian Maluma. – sonríe con sabiduría a su hijo.

-No me llamo Cristian Maluma- la mira serio, sus pestañas apenas se ven a la luz del sol.

- ¡Eso es porque tu madre te salvó! - frunce el ceño. El niño la mira de reojo y la ignora magistralmente.

- ¡Odio cuando haces eso! - lloriquea.

-Eso es porque lo molestas mucho- llega Charlotte, le da un golpecito- por suerte le puse el nombre yo así que deja de inventarlos ¿Qué hacen aquí?

Gabriela apunta al auto de Ale.

-Oh ya veo- sonríe. - ¿Quieres ver a la tía Ale? - Se inclina. Will sonríe y asiente.

 William es su verdadero nombre, tiene 5 años. Su madre constantemente le pone nombres para fastidiarlo.

-Algo tiene esa mujer que los niños la aman- Gabi toca su mentón pensando- debe ser su carácter infantil.

-No. Esa eres tú… -Apunta Charlotte.

- ¡Cómo te atreves! – salta indignada. Alejandra estaciona, William camina a su puerta y la abraza cuando sale. Ale sonríe y hablan algo que no se puede oír debido al jaleo que se forma cuando sale una pequeñita.

- ¡¡¡Tía Gabi!!!- se escucha un chillido.

- ¡¡Mi bebeeeeé!!- corre Gabi. Chloe salta y Gabi la carga en el aire.

- ¿Estas comiendo? ¡No pesas nada! Kate ¡¿por qué le haces pasar hambre?! - se enfada. Kate sale con Alejandro y la mira sin expresión.

Gabi y Chloe esperan su respuesta fingiendo enojo.

-Sabes que es así.  – resopla

- Mi pequeña Gabi junior ¿te maltratan? – le pregunta con los ojos brillantes.

-Todos los días- susurra Chloe apenada.

- ¡Pero que mentirosa! - sonríe Alejandro.

- ¡No traiciones a tu mitad! - se espantan.

- Deshonor- dice Gabi.

-Vergüenza- repone Chloe.

-Paren- llega Ale acompañada de una mujer muy parecida a ella con una expresión divertida.

Gabi baja a Chloe y la observa con curiosidad.

-Hola- sonríe livianamente. Luego las mira unos segundos, achica los ojos. -Se parecen.

-Eso dije yo- asiente Chloe orgullosa de sí misma.

 

Alejandra

-Somos em…- carraspeo- te presento a mi hermana. – La miro seria.

- ¡Vaya! Mucho gusto- dice saludándola. Luego de hechas las presentaciones me susurra por lo bajo- Ya sabes cómo te verás.

-No jodas- la miro seria.

- ¿Problemas familiares? – me mira.

- ¿Cómo lo sabes?

- Porque después de los 12 años que te conozco presentas a alguien de tu familia y vacilaste en decir hermana- cuchichea.

-Déjame, es difícil- susurro.

-Me imagino. – Dice adelantándose y yendo a la mesa principal donde están mis suegros, Leo con su hijo y Cristian.

 Me adelanto para saludarles, Chloe saluda a todos y corre a sentarse en las piernas de su abuelo. Alejandro abraza a Cristian y luego se sienta al lado de Leo, su tío favorito.

 

15 kilómetros más al oeste de la ciudad…

Christine

Camino tranquilamente por el último piso del hospital, miro mis zapatos mientras pienso en la voz sospechosa de mi padre al llamarme a la oficina. Afortunadamente hace unos 5 años se le pasó lo sentido por no haberle contado de mi relación con Noelle, y la verdad es que, a su pesar, se lleva muy bien con ella; y es que… ¿acaso alguien podría llevarse mal con esa mujer?

Somos parecidas. Bromeo internamente.

- ¡TÚ! - escucho a mi padre bajando sus informes y mirándome tieso de su escritorio.

- ¿Y ahora que hice? - lo miro extrañada.

- ¿Lo intuyes eh? – me mira evaluador, pasa el índice por su barba y la peina hacia abajo. - Siéntate.

  Me siento y levanto las cejas con cara de monotonía, papá pasa su mano por la corbata y la endereza, toca su impecable camisa y carraspea.

-Tenemos que hablar de algo importante.

- ¿Ah sí? – ironizo. Me manda a llamar a las 8 am. Un puto fin de semana ¡¿y cree que no lo sé?!

-Ese es tu problema ¡No te tomas nada enserio!

- ¿Perdón? - digo indignada- ¿Tienes algún problema con mi trabajo? - lo miro con dureza.

-No, no, no-mueve las manos rápidamente restándole importancia- tu trabajo está bien, increíble de hecho. Supongo que Noelle te enseñó modales, no sé cómo, pero se lo debemos.

No sé cómo…. Mi mejilla cosquillea.

- ¿Y bien?

-Christine… voy a jubilar – Abro los ojos de golpe en toda su extensión. ¡No me lo creo! ¡papá es trabajólico! ¡No puede vivir sin venir aquí!

- ¿Y eso? - pregunto exaltada con el ceño fruncido - ¿Está bien tu salud verdad?

-Por supuesto- se endereza en la silla. – Me dedicaré más…-  carraspea- a la familia… a tu madre- se ruboriza – me río despectiva con toda la burla de la que soy capaz.

-Veo que a alguien le pusieron un ultimátum.

- ¡Silencio! – deja las palmas en su mesa y me mira serio. Lo miro fijamente con media sonrisa arqueada burlonamente.

-Christine necesitas un heredero.

Pierdo la sonrisa al instante.

 

Alejandra.

Miro a Kate beber felizmente y relamerse con su vaso.

-Ah esto es vida. – Mira la noche estrellada, pasan corriendo Chloe, Leo, Ale y William. Ni se inmuta- Alcohol, un bello paisaje, otros cuidan a mis hijos y que mejor que con un buen vino.

Me rio

- ¿Quieres que conduzca yo?  - me parece que no ha soltado el vaso hoy

-Contaba con ello- cierra los ojos con felicidad y luego mira hacia mi dirección, noto sus amarillos ojos pasar de mi hacia atrás, me giro y veo a mi hermana conversar con Valentina y mamá.

-Me parece que se llevaron bien- maravilloso alcohol.

-Me alegra que se distraiga- mira hacia el cielo, noto la lástima en sus ojos.

- ¿Te contó verdad?…

-Si. ¿Es malo que sienta lástima por ella?

-Supongo que no, suena feo, pero es inevitable.

-Carajos- susurra- no sé cómo sigue viva. Yo me muero sin mis bebés. – Los mira de lejos a Chloe, Will y Leo que se ríen de Ale cuando este tropieza con una piedra. 

-Si… - No puedo estar más de acuerdo… – Sólo espero que encuentre la paz que necesita.

-Parte de esa paz está contigo Ale.

-Hmmm

-Pero para eso vas a tener que quererla.

-No pidas demasiado- sonrío irónica.

-Sé que aún hay salvación para ustedes- me mira y sonríe agotada, observo un flequillo bajar a su mejilla por delante de su oreja y lo acomodo acariciándola.

-Te había dicho que te ves preciosa a la luz de la luna- la miro

-Si, pero ninguna es igual a la anterior. – Nos damos un besito.

- ¿Entonces cada vez voy mejorando?

-No, cada vez es especial.

Nos miramos

-Oigan, hay límites para tanto amor- bromea Leo

-Déjanos- me quejo. Maldito, siempre nos interrumpe.

-Jamás- se sienta- ¿irán al viaje de la compañía?

-No. - Respondemos

-Vamos, ¡es sólo un fin de semana! Mamá cuidará a Leo. – sonríe moviendo su bigote.

-No le queremos dar peso extra- Kate asiente- Cuidar mellizos no es fácil.

-Querrás decir cuidar a Chloe no es fácil- bromea Leo.

-Bueno si- toso mirando a los lados.

-Ojalá encuentren a alguien- se pone de pie- un viaje gratis a las aguas termales con un hotel todo pagado no viene mal- levanta sus hombros.

Nos miramos. ¡Demonios! suena muy tentador, dicen que esas aguas te reponen de todo mal. Y es una instancia única que se creó sólo para matrimonios.

El problema es que no queremos dejarlos con los padres de Kate, ya cuidarán a Leito, y tienen a Henry, no está de más decir que los años no les han pasado de gusto y no queremos abusar. Por otro lado, no es una posibilidad dejarlos con Fer. No quiero que me entreguen el ataúd de Chloe por haber acabado con la paciencia de Sam. 

-Ya veremos- dice Kate mirándome con la misma cara.

-Si… - afirmo no muy convencida.

 

Christine.

- ¡¿Qué?! -Golpeo la mesa- ¡¿Esa es tu táctica para separarme de Noelle?!

-Claro que no- levanta una ceja impresionado por mi reacción- hay muchas formas de tener hijos.

-No quiero tener hijos- digo cortante- Noelle tampoco y nunca la voy a obligar.

Me mira serio.

-Yo no he dicho eso.

- ¿Por qué me pides eso? Ya te dije que no quería el hospital.

-En el fondo si lo quieres. Y yo también quiero que lo tengas- acaricia su barba- papá también jubiló cuando tu naciste. Si él hubiese sabido… - me mira burlón.

-Él me adoraba- repongo creída.

- ¿Sabes porque este hospital se llama ‘’Hospital Edwards’’?

- ¿Por qué es nuestro? – El conocimiento es poder…

- ¡Correcto! Siempre ha habido un o una Edwards a la cabeza. Tienes la posibilidad de que herede nuestro apellido primero. No me importa de dónde lo saques, pero lo o la quiero.

- ¿Resulta que ahora quieres que adopte un negro, lo apellide Edwards y te puedas ir seguro de que este hospital no se irá a la ruina? – digo cruel.

- Exacto- me mira-  Aunque yo no dije que necesariamente tiene que ser de tez negra- levanta una ceja.

-Si Madonna puede…- bromeo. Rodea los ojos.

-Bueno tienes un mes.

- ¡UN MES! – me pongo de pie de golpe- ¡ni siquiera lo he hablado con Noelle!

-Ya compré el maldito pasaje para irme con tu madre de vacaciones- aclara.

Una duda me asalta.

- ¿No te preocupa que no tenga tu sangre? – me sorprendo.

-Tú tienes el grupo sanguíneo de tu mamá- Comenta extrañado adrede.

-Ya sabes de lo que hablo…

-De los largos siglos que posee nuestra familia desde que emigraron de Londres- sonríe dignamente- es imposible que una madre no se deschavetara y allá tenido un hijo del lechero- se levanta de hombros.

-Te has ablandado viejo- sonrío.

Me sonríe de vuelta.

-Muero de ganas por ver a quien elegirás.

-Ya te dije que tengo que hablarlo con Noelle.

-Noelle aceptará- va al mueble bar.

- ¿Cómo estás tan seguro?

-Porque te ama. -Sentencia. - Así como tu madre también aceptó. – Se gira y me entrega un vaso. -De hecho, ella no quería tenerte.

- En… ¿Enserio? – me sorprendo.

-No.

Se ríe con una crueldad digna de mi- claro que quería tenerte -sigue riéndose.

-Maldito- mascullo por lo bajo. Caí como una imbécil.

Levanta su vaso- por mi nieto o nieta- bebe todo de golpe.

Bebo no muy convencida.

 

En 20 minutos.

Estaciono mi auto como sea y subo la escalera del edificio solo para pensar en la que estoy metida. Cierro tan fuerte la boca que temo que se me quiebren algunos dientes, la relajo un poco al llegar al último piso del edificio en que vivimos con Noelle. Abro la puerta con violencia y la encuentro desayunando con mamá. Ambas me miran sonrientes hasta que ven mi rostro. Noelle se pone de pie preocupada.

-Christine que… - masculla mamá con duda, la ignoro y me inclino sujetando a mi novia por los hombros. Antes de que articule palabra la interrumpo.

- ¡Noelle quiero un hijo!

El silencio es brutal, Noelle trata de decir algo hasta que cae de golpe al suelo.

- ¡Christine pudiste matarla! - mamá mira su desmayado cuerpo y se acerca. - ¡¿Y a ti que te dio por tener hijos?!

La miro sobrecalentando mis neuronas inventando una excusa.

-Eeeem por qué …- diablos…- estuve pensando y quiero dejar una huella en este planeta.

Mamá me mira escrutadora frunciendo el ceño, trago saliva.

-Lo dejaré pasar. -Mira a Noelle- ahora ayúdame. – le da un golpecito en la mejilla. No hay cambios.

Me agacho.

- ¡¡Zapatos con un 80% de descuento!! – grito. Reacciona lentamente.

-Que significa esto- se ríe mamá.

-Eso es… el poder de las ofertas.

 

Mas tarde. En casa de Ale y Kate

Alejandra.

-Aaaaaaush – escucho a Kate incorporarse. Pasa una mano por su frente y luego hacia su boca.

- ¿Todo bien? - pregunto con la voz raposa recién despertando.

-Si, vuelve a dormir. – se tira a la cama y se tapa los ojos.

-Eso te pasa por alcohólica- bromeo.

-El vino es mi perdición- sonríe Kate de medio lado. -No bebo nunca más.

Cuantas veces habré escuchado eso…

Tocan la puerta.

-No estoy, me morí- se tapa Kate infantilmente, me rio.

- ¿Sí?

- ¿Puedo pasar? – escucho la bella voz de mi Ale.

- Si estás solo si- repone Kate con crueldad.

- ¡MALA MADRE! - escuchamos a Chloe de la habitación de al lado. Nos reímos

Ale entra y dirige sus ojos oscuros hacia mí, sube a la cama pasa por sobre Kate que gruñe y se sienta entre nosotras.

- ¿Ocurre algo? - le digo sentándome y acariciándolo quedamente.

-No…

-Extrañabas a tus madres- digo creída.

Me observa haciéndose el ofendido.

-No.

-Un poco.

Kate saca la mano debajo de las frazadas, lo acaricia burdamente y su mano cae como si no se la pudiera.

Ale se carcajea.

-Perdónala, tu madre es un desmadre – la molesto.

Se ríe y se inclina tomando el control de la Tv. La prende. Kate se esconde bajo la cama.

-Hay que desayunar. - Repongo pensativa. Como doy por perdida la funcionalidad de mi esposa me levanto dejándolos acostados.

- ¡BUH! - sale Chloe corriendo sorpresivamente de la habitación y me rodea con sus bracitos. Le hago cariño mientras caminamos

- ¿Y Ale? ¿Dónde hay toallas limpias? ¿me quieres mucho, poquito, nada?

- En la pieza, con tu madre. En el mueble del baño. Mucho- rodeo los ojos.

-Yaaaa- sale corriendo.

- Son las 10 am del domingo- susurro pensando que hacer- cuanta energía- me estiro.

- ¿Debería cambiar mi look? – aparece Chloe del pasillo. Pestañeo tratando de seguirle el ritmo y la observo ahí de pie, pijama rosado, un polerón enorme que insistió que le regalase, su cabello castaño algo ondulado casi hasta la cintura y una expresión de curiosidad adorna su nariz surcada de pecas. Pestañea y sonríe mostrándome sus dientecitos. Sonrío embelesada.

-Eres hermosa, no te hagas nada.

-Gracias, que linda- finge que se ruboriza.

Me río sacando unas cosas hasta que una idea interrumpe mi paz. Mi corazón da un vuelco y siento una sensación desagradable que aparece en el estómago.

- ¡¿Y tú por qué tan interesada en tu look?!- frunzo el ceño.

-Por nada- me mira extrañada sentándose frente a mí.

-Hmmm… -estudio su cara desconfiada.

- ¿Qué pasa? – me mira con curiosidad.

-Había pensado… no nada.

- ¿Qué cosa? – me mira, Veo a Kate entrando al baño dándonos una mirada de soslayo.

Decido ignorar la pregunta hasta que Chloe me jode mucho con un repetitivo ‘’Dimedimedimedimedime’’

- ¡Argh! ¡ya! - me cabreo. Kate sale con la cara lavada y se sienta en la mesa atendiendo la conversación. – Es que…

Me miran con curiosidad.

-Pensé que quizá te podía gustar alguien. – Digo incómoda.

Chloe se carcajea y Kate sonríe de medio lado negando con la cabeza.

- ¿Qué? – me ruborizo.

-Soy muy pequeña para eso- responde Chloe. - Mamá que celosa- arruga la nariz.

-No soy celosa – me molesto. Es sólo que eres mi bebé…

-Eso pasará algún día- acota mi esposa arrojándole sal a la herida.

-Si se, pero… - repongo más incómoda.

Alejandro aparece somnoliento.

- ¿Eh? - nos mira.

-Le pregunté a mamá si me hacía falta un cambio de look y pensó que me gustaba alguien- resume Chloe.

-Ah- dice sentándose en la mesa mientras ordeno todo.

- ¿Y a ti te gusta alguien? – pregunta Chloe curiosa.

- ¡¿Qué?! ¡Noo! - pone cara de asco. Kate se ríe.

- No se preocupen por esas cosas- bosteza.

- ¿Y te daría celos que Ale tenga un noviazgo? - pregunta Chloe con dramatismo.

- ¡Claro que no!

-Ya, pero suelta el cuchillo. – Comenta Kate mirando mi puño apretado.

-No me importa- me enojo- sólo que son muy pequeños. - ¿¡Y por qué hablamos de esto!? ¡no me gusta! – Son muy lindos para cualquiera. – Reprocho.

-Lo sé, lo sé- sonríe Chloe.  Ale se ríe y la molesta, Chloe le da un manotazo a su mano y comienzan a pellizcarse y esquivar sus manos.

Sigo con lo mío aliviada. Dejaré esa preocupación para la Ale del futuro.

 

Noelle.

El ambiente podría cortarse con un cuchillo, miro la cara de mi novia en el sofá de al lado. Su madre está más preocupada de Tom en sus piernas, o eso finge.

-A ver – Digo acariciándome la frente. - ¿A qué se debe esto?

-Ya te dije… sólo me surgió la idea, replanteaba mi vida. – Me mira segura.

-Ya… ahora la verdad- levanto una ceja y escruto sus ojos. Ha pasado el tiempo en que Christine podía mentirme tan fácil.

Coloca una expresión desagradable y resopla.

-Bien, papá me mando a llamar- Mamá levanta la cabeza de golpe y nos mira indignada. -Dijo que iba a retirarse y que necesitaba dejarme el lugar, pero que el hospital necesitaba siempre un Edwards y no sé qué…

-Ese idiota- escucho- ya va a ver…

-Tú nunca me has hablado de querer tener hijos, eso no es algo para tomárselo a la ligera. – La miro un poco enojada. ¡Con las cosas que me sale!

-Hmmm – dice pensativa. Una loca idea asalta mi mente.

- ¿O tú si quieres? – En ese momento somos 2 pares de ojos que la miran estupefactos. Sólo se oye el ronroneo de Tomás.

-No sé- dice pensativa- Pero en el fondo supongo que es necesario…

-Siempre se puede vender el hospital- escucho

- ¡Jamás! - salta Chris, se pone de pie y camina orgullosa de lado a lado- ¡Es el trabajo de toda una vida de generaciones y generaciones de Edwards! ¡Es lógico que tarde o temprano papá iba a dejármelo! ¿¡Y a quién se lo dejaré yo!? ¡¿A Tom?! – lo señala. El gato ni se inmuta y sigue durmiendo.

Tiene razón… siento algo en el estómago y en el pecho, nunca me lo pregunté a mi misma.

-Los niños son inquietos, necesitan amor, seguridad, educación y mucha paciencia- su madre la mira – es una decisión que cambiaría toda tu vida y la de Noelle. -Asiento. – Tú con suerte soportas al gato. – sonríe a su hija.

-Es verdad- digo pensativa. La paciencia no es una de las cualidades de Christine.  -Una pregunta - me miran- ¿Lo quieres tener tú? ¿O que lo tenga yo? Hipotéticamente digo. – La miro, Chris está algo verde.

- ¡Yo no quiero! - se espanta. – Además ya tengo 37 años- se ríe.

-Yo un poco más- toso.  Es verdad, es riesgoso. Y yo tampoco querría parir ni ahora ni antes. -Estamos fritas -sonrío.

-Siempre pueden adoptar- escucho una vocecita. Su madre no nos mira y sonríe mirando al gato con complicidad. -Nos miramos dudosas sintiendo algo muy raro.

-Hmm- digo. Nunca había pensado ser mamá… o quizá si, pero lo normal, algo superficial.

Veo a su madre poniéndose de pie- Me iré- nos mira- es algo que deben evaluar sólo ustedes… y tengo que ir a ver a tu padre-  pone una expresión severa.

-Alguien dormirá en el sofá- se burla Chris sentándose a mi lado.

-Y no es el único- sonrío, me inclino a su pecho y ella me abraza, me conforta sentir su cuerpo, cierro los ojos y besa mi cabello. - ¿De verdad quieres hacer esto?

- Quizá- no la estoy viendo, pero sé que mueca está haciendo- ¿Tu aceptarías?

Pienso un rato, siempre hemos tenido tranquilidad en nuestras vidas, estoy muy feliz. Pero no lo sé… ahora que sale esto me siento diferente. Quizá no es una mala idea… sería bonito dejar algo nuestro…

-Sólo si tú quieres- sale de mi boca.

-Pero si yo…- me incorporo y la miro con firmeza. - Si tú de verdad quieres.

Nos miramos a los ojos.

-Está bien- susurra. Me besa y nos quedamos abrazadas mirando al vacío.

 

Lunes en la Tarde.

Christine

- ¡Y eso fue lo que pasó! -cuento con tragedia.  Recuesto mi cabeza en la mesa y siento una mano acariciar mi cabello.

-Nunca me esperé esto de ti- se ríe Gabi -Es decir… eres una bruja.

-Oye, ¿así tratas a tus pacientes? - miro la consulta.

-Bueno, bueno- sonrie- en vista de que cada vez que una de mis lesbianas amigas se plantea tener hijos y viene a mí. - se apunta creída- te digo que…

-Que…- la miro curiosa.

-Que lo pienses bien.

- ¡¿Eso es todo?!

- Oye, no voy a tomar la decisión por ti. – Me mira dolida. – Pero a tu favor tienes a una Noellita que te ama y que te apoya- pone los ojos brillantes.

-Si… - sonrío enamorada.

-Ya no podrán revolcarse en el sofá…

-¡¡¿Y tú como sabes eso?!! – enrojezco de golpe

-Jejeje- me mira burlona- tu novia es mi amiga recuerdas.

¡No puedo creer que ande contando cosas personales!

-Descuida, es normal hablar un poco de intimidad entre chicas- se burla mirando mi expresión.

-Bueno, pero es verdad -repongo pensativa.

Es necesario para la familia; cierto. Pero ¿yo quiero? miro a la nada. No me imagino a un mocoso diciéndome ‘’ ¡mamá! ¡mamá! ¡mamá! ...’’  y revoloteando a mi alrededor, pero tampoco es mala la idea cuando me saco lo negativo de la cabeza. Noelle se vería preciosa con un niño en sus brazos. Sonrío, ir a dejarlo al colegio y todo eso…

-A ver, A ver- canturrea Gabi- que significa esa mirada.

-No me jodas- me ruborizo. - Me parece que en el fondo podría querer- carraspeo avergonzada- aunque no adoptaría un bebé, lo o la quisiera un poco más grande.

-Eso es inusual- sonríe- de seguro hay muchos niños que habrán perdido la esperanza de ser adoptados por una familia que los ame- dice melosa. -Apuesto a que escogerás a una niña igual a Noelle…

-Cállate – digo sintiendo la cara arder.  -A lo mejor…

-Podrías visitar un hogar ya sabes – acota. -Simplemente deja que tu hijo o hija se presente ante ti.

-Vaya así que apoyas la idea. – Sonrío con complicidad.

-No se me permite decirlo – me mira- pero como no me importa nada vieja, opino que me muero de ganas de conocer a mi ahijado o ahijada- se emociona.  

-Y quien te dijo que tu serías la madr…

- ¡Por favor! - reclama indignada- ¡Tú me adoras! Soy tu mejor amiga- sentencia.

Me rio. Es verdad, ¿en que momento pasamos a ser mejores amigas?

-Bien. -Acepto.

- ¡Yeeees! – celebra

 

Martes en la mañana

Chloe.

- ¡HEY ESPEREN! - me carcajeo gritándole a dos amigas que corren algo más adelante. Se detienen y paso de largo tirándome encima mientras nos reímos.

- ¡Carajos no juego nunca más!

-Caíste -Se ríe Javiera.

-Me tenía fe- recupero el aliento entre risitas. Veo a Ale a lo lejos arrojarle una pelota a un compañero, abre una mochilita y se acerca rápido dándome una bolsa.

- ¿Qué es? – le pregunto abriéndola. - ¡Hey! ¡Comida! - digo feliz viendo jugo, y sorpresivamente galletas de chocolate. Mi madre no apoya que coma mucha chatarra. Bueno… mamá Kate, claramente ella no hizo la colación de hoy.

-Si- se ríe con malicia Alejandro adivinando mi pensamiento, se acerca confidente acariciando un paquete de papitas fritas en su bolsillo y haciéndolas sonar- mamá Ale dijo que sólo por hoy.

-Supongo que es un secreto- mis amigas se ríen, varias veces les conté sobre nuestras madres.

-Mejor dame. - Sonríe Dani.

- ¡Yes! - digo feliz abriéndola y viendo Ale que se va corriendo donde sus amigos reanudando el juego, a lo lejos veo a Leo.

- ¡LEEEOOO! – grito mientras mis amigas sacan galletas.

- CHLOEEE- escucho del arco- ¡HOLAAA! – nos reímos.

-HOLAAAA- digo feliz. - ¿¡CÓMO ESTÁS!?

-BIEEEEN- dice juntando sus manos alrededor de su boca para amplificar el sonido. - ¡IRÉ EN LA TARDE A TU CASA CON PAPAAÁ!

- ¡YAAAA! - grito ronca. Cuando la pelota se acerca al lado de Leo este se distrae, tomo una galleta y me llama la atención una mirada.

Ah, es Sam y dos amigos con cara de molestia mirando en mi dirección.

- Perdón– digo con la boca llena.

Ahora Sam me mira con asco. Que se joda.  

- ¡OYEEEE!- escucho

- ¿QUEEEEEEEEE?- digo haciendo reír a mis amigas.

 

Samantha.

¿Es que no puede ir allá y tener una conversación civilizada? Siento una punzada de irritación cada vez más grande hasta que siento que un grito me revienta el tímpano.

- ¡AGRH! ¡CÁLLATE! – Pierdo la paciencia.

Me ignora completamente y sigue en lo suyo.

- ¿¡No puedes ir allá y conversar como la gente!? – me exalto. Mi amiga y amigo la miran con molestia. Sus amigas a mí como si fuese un programa aburrido de televisión.

La muy maldita sigue, decido ignorarla hasta que después de tanto grito.

- ¡CIERRA LA BOCA PETIZA DE MIERDA! – grito también sin pensar.

Escucho las risas de mis amigos, sus amigas me miran horrible y ella se gira como poseída.

- ¿Como me dijiste?

-Petiza de mierda. – Digo enojada.

- ¡Ñoña de mierda! ¡cara de nada! ¡bruta aburrida! - me responde de vuelta. - ¡imbécil! – aprieta la boca, sus ojos amarillos tratan de atravesarme con su rabia.

-Desesperante, mocosa asquerosa- digo con crueldad.

-No voy a responder si te pego. - Dice enrojeciendo de rabia.

Me incorporo

- ¡Pero salta para que me alcances la cara!

-Bromeas, quedaré con tu olor a mierda. – Sonríe cruel, es la risa de su amiga la que provoca que sin darme cuenta avance hasta empujarla y botarla. Se agarra a mi ropa y caigo encima recibiendo un golpe cerca de la nariz ¡le voy a partir la cara! Me ciego y sólo escucho como se forma un tumulto.

 

Alejandra.

Escribo unas cosas en el computador. Son las 10 am. Kate sale del baño y se inclina, sonrío sintiendo su mejilla. Ahora que ella es quien nos supervisa a nosotros luego de la salida de Hugo, y no me extraña, es lejos la más eficiente, ordenada y seria.

-Me distraes- sonrío.

-Te autorizo – me mira coqueta.

- ¿Quieres ir a la escalera? – susurro pervertidamente. Admito que es sexy que nadie pase por ahí y que a la vez esté la posibilidad de que nos descubran...

Me mira con lujuria, puedo verlo en sus profundos ojos.  Antes de que me ponga de pie su celular vibra; su expresión cambia de golpe a una preocupada, la miro igual.

- ¿Qué paso?

-Es del colegio -contesta rápidamente y la observo atenta, a juzgar por lo que dice no es algo muy grave.

En pocos minutos corta algo irritada.

-Lo de siempre- me mira. -Chloe y Sam…

-Ya. - resoplo quedamente con una punzada de fastidio, me pongo de pie- Yo voy.

-Suerte – Dice yendo a su pc.

Conduzco al colegio, camino por el pasillo, (el cual conozco más de lo que me gustaría) para ir al despacho de la directora. Al pasar por el baño de niños sale Ale y mira a los lados.

- ¿Y tú? – me sorprendo- No te saltes las clases.

-Ya sabía que te llamarían así que pedí permiso. – Se levanta de hombros.

-No lograrás nada defendiéndola, Kate esta enojad...

-Nah- dice desechando esa idea- su pelea sólo fue una estupidez realmente, Chloe estaba gritando a los 4 vientos con Leo y Samantha se enojó, se gritaron, insultaron y pelearon.

-Argh – expreso aburrida de esto. 

-Costó separarlas, fueron los inspectores.

-Diablos, si la echan estará castigada hasta los 20- me toco las sienes. Al parecer Alejandro ya lo pensó porque me mira con los ojos muy abiertos y brillosos.

- ¿Si eso pasa me retirarás?

- ¿Qué? - frunzo el ceño un poco perdida.

-Del colegio- Ale hace un puchero recordándome que, a pesar de su carácter más maduro, es un niñito de 8 años.

-Tranqui- me agacho, nos abrazamos- donde vaya ella irás tú. Además… - ríe cuando le toco la punta de la nariz- aún no la echan, no seamos trágicos.

-Ya… - Sonríe

-Ahora ve a clases. – Ale se va corriendo.

Toco la puerta y al escuchar un ‘’pase’’ entro a la oficina. La directora, que es nueva, me mira con diplomacia detrás de su seriedad. Yo paso relajada y veo a Chloe con el uniforme desordenado, y una magulladura en la mejilla. Sam con el labio herido y en el mismo estado.

A pesar de la diferencia de edad y tamaño debo admitir que Chloe se defiende. Y eso es algo que no le diré, acaricio ambos cabellos con cada mano y ellas miran al suelo.

Nos distrae otro toque en la puerta en entra Fer. La directora nos mira preocupada y luego incrédula cuando nos abrazamos.

-Veo que se conocen.

-Somos inseparables- Fer levanta los hombros. – Lástima que nuestras hijas no. – Mira con severidad a Sam que le devuelve una mirada avergonzada.

-Bien entonces- nos sentamos a cada lado de nuestras hijas. – Tengo entendido que esto es un hecho común…

… bostezo cabreada, será una larga mañana.

 

 

Kate

Golpeo la mesa con los dedos preocupada. No porque Chloe se peleó con Sam, eso es pan de cada día, es porque quizá les pase la cuenta. Voy a tener que tomar medidas drásticas.

Al parecer estuvo más horrible que las peleas anteriores, ya que Ale no volvió al trabajo y sólo me envió el mensaje de que dejaría a los mellizos en la casa y me esperaría.

Llego y me los encuentro en el living viendo TV, Ale la apaga.

- ¡Estaba viendo eso! - se enoja Chloe.

La miramos frunciendo el ceño.

-Ah cierto. - Mira sus rodillas con culpa.

-Me siento en un sillón individual.

- ¿Y bien?

-Quedó condicional.  -Dice Ale seria.

- ¿¡Qué!?

-Eso. – La miramos, ella abraza sus piernas tratando de que se note lo menos posible su presencia.

-Estamos a mitad de año, ¡¿Dónde diablos vamos a encontrar otro colegio?!

-Aún no la echan- me mira Ale.

-Es cosa de tiempo para que discutan de nuevo.

- ¡No pelearemos más! – gimotea Chloe.

-Si claro – ironiza mi esposa.

-Más te vale- le advierto, me mira asustada. – No tienes las mejores notas.

-No me quiero ir- me mira- mis amigas y Ale… se miran con los ojos brillantes. No sabré yo el escándalo que hicieron una vez que quedaron en cursos separados.

-Si, pero el pacifismo no te durará más de un mes- la apunto-  Te cambias de colegio.

- ¿Qué? - dice Chloe con los ojos brillantes. En eso nos sorprende un hipido de la esquina del sofá. Alejandro se esfuerza por no llorar inútilmente. Alejandra me mira escandalizada.

Genial ahora soy la mala.

-Ale… - susurra. -No llores. -Se acercan con Chloe y lo calman.

Genial, me siento más mala. ¿Mamá y papá la tuvieron así de difícil? Y con dos más… carajos, se merecen un monumento. 

-Pueden irse juntos- digo atareada.

-Ves- Chloe lo acaricia toscamente y Ale sonríe entre hipidos.

Suena el celular de Ale, esta atiende, hace unas preguntas con el ceño fruncido. Se despide con un ‘’vale gracias… disculpa’’ y se gira.

-Bueno, se salvaron, tendrán que quedarse.

- ¿Qué? – preguntamos Chloe, Alejandro y yo.

-Van a cambiar a Sam.

- ¿Qué? -repite Chloe escandalizada. Ale levanta una ceja

- ¿Ahora quieres que se quede? – la miramos estupefactas.

-Claro que no, la odio. Pero es la señorita perfecta y tiene mejores notas que yo. – Se rasca el cuello incómoda – no es justo.

-No hay vuelta atrás, ahora sólo se verán en reuniones familiares, y ya me cansé, no te obligaré a ir. – Dice Ale. Chloe sonríe tímidamente.

-No lo tomes como un premio, deberías sentirte avergonzada, ella también tenía amigos y todo eso y por tu culpa tendrá que empezar de nuevo. – Le reprocho con severidad, ella mira sus pies.

 

30 minutos después.

-Me siento pésimo por Sam- susurra Ale en la confidencialidad de nuestra habitación.

-Si… pero una se tenía que ir y nosotras tenemos dos.

-Si… lo mismo me dijo Fer- Nos acomodamos en la cama y me abraza- Dijo que sus amigos vivían cerca, que no me preocupe por eso.

-Diablos, por suerte ustedes son amigas o nuestras familias se terminarían odiando.

-Claro, esas mocosas no nos separarán.  -Nos reímos.

Luego de 5 minutos tratando de quedarnos dormidas.

-Kate…

- ¿Sí?

-Chloe pelea igual que tú.

- ¿Qué? – me sorprendo.

-Para ser unas enanas flacuchas- me molesta- le dejó herido el labio a Sam y le llega al cuello. -Se ríe- carajos me siento culpable.

-Eres una idiota- me enojo, aunque me siento algo orgullosa y no sé por qué. - ¿Te has dado cuenta de que Ale es igual de torpe que tú? – repongo con crueldad.

-O- ¡Oye!

-Y sensibles – Miro mis uñas con dramatismo. Ale se gira.

-No me importa.

-Si te importa- le pincho la espalda. Se cubre totalmente y se hace la dormida mientras la pincho un rato.

-Oye no seas jodedora- se queja.

-Te jodo cuanto quiera- bromeo- Eres mi esposa. – beso su mejilla.

-Estoy segura de que debería enojarme por eso…- repone recibiendo mis besitos.

Le pincho el estómago y terminamos teniendo una lucha silenciosa en la cama.

 

Viernes en la tarde.

Christine

-No sé, ¿nos habremos apurado? – susurro apretando el volante. Afuera se ve una casucha antigua pero muy bien cuidada, hogar de muchos niños huérfanos por infinidades de motivos.

-Sólo venimos de visita- Noelle acaricia mi muslo.

-Bueno pero más arriba.

- ¡Imbécil! – golpea mi hombro entre mis risas. -Tienes que terminar con tus comentarios sexuales frente a un niño.

-Bieeen- me quejo.

-No sé por qué siento que esto será más difícil para mí- entrecierra los ojos.

Nos saludan afablemente, quizá porque papá hace muchas donaciones anuales, se nos permite caminar libremente por el lugar e interactuar si quisiéramos y nos avisan que tienen un recreo de 10 minutos a las 11.30

- Aún quedan 15, ¿nos separamos? - miro a Noelle.

- Genial- mira los árboles- tengo permiso del trabajo y ahora puedo caminar por aquí- se aleja feliz. No la culpo, tienen un patio enorme con muchos árboles y unos juegos.

Me rio, quizá no debí firmarle el permiso, sólo para ver su expresión.

Camino mirándola a lo lejos, como animal que observa a su presa. Choco con una cosa pequeña.

- ¡Cuidado! - me mira una mocosa con reproche. - anciana. –Se va rápidamente.

Quedo de piedra viendo una cabellera castaña oscura con ropa negra alejarse corriendo del lugar.

- ¡Mocosa de mierda! - me indigno. - ¿Anciana? - No llores Christine, no llores.

Sigo caminando de mala gana, finalmente luego de unos minutos salen los mocosos a recreo, no me acerco a ninguno de ellos, ni estos a mí, aunque llamo la atención. ¡Es que sigo indignada! Golpeo una pared y unos chicos se apartan mirándome asustados.

Genial, ahora todo el maldito lugar me tiene miedo.

¡No los quiero! ¡me largo! Me giro con brusquedad, ahora a buscar a Noelle.

 

Noelle.

Veo por donde se alejó Christine, camino por los árboles y noto que hay comederos y casitas para pájaros. Esto me da muy buena espina, si les enseñan a cuidar a los animales deben ser niños encantadores. Sonrío viendo a un pajarito comer y beber, le saco una foto.

Me devuelvo a sentarme a las bancas, decido que escribiré a Christine para ver cómo le va, hasta que una silueta se acerca rápidamente, se detiene frente al arbusto que está en mi banca y respira profundamente.

- ¿Estás bien? - pega un salto y me mira enojada juntando las cejas.  Me sorprende su expresión y luego me mira evaluadora.

- ¿Quién eres y que haces aquí?

- ¿Noelle y tú? Sólo estoy de visita.

-No es muy común que vengan visitantes. -Se endereza- Soy Martina.

- ¡Qué bonito! – sonrío- es elegante. -Me mira extrañada y sonríe.

- ¿Vienes a adoptar a alguien? - se sienta a mi lado despreocupada como si me conociera de antes. Miro su ropa negra que contrasta con una pálida piel, su cabello cae poco más debajo de sus hombros y sus grandes ojos cafés me miran con interés.

-Algo así, ¡queríamos ver a algún pequeñín a quien dar amor! - exclamo emocionada se ríe y me mira divertida.

-Te recomiendo la sala de cunas- me mira- allá suele ir la mayoría de la gente.

-Hmmm, mi novia quiere que sea un poco más grande.

- ¿Tu novia? -se sorprende.

- ¿Te molesta? - hago un puchero, es muy pequeñita para ser homofóbica. Me observa.

-No, claro que no. -Nos distrae el timbre.

- ¡Bien! - celebra.

- ¿Estabas escapando de clases?

- Algo así- me mira desafiante. Me recuerda a alguien… -En fin, Noelle – se para- tengo que irme- sonríe. Y se dispone a correr.

- ¡Oye! ¡Espera! -Se gira a unos metros.

- ¿Podemos conversar de nuevo? - grito.

-El próximo martes – me grita- ¡te haré un espacio en mi agenda! - me río.

Que simpática jovencita.

-Argh ¡por fin! -Me giro viendo a Christine venir a mí y respirar profundo. -Nos vamos, ¡no volveremos nunca más!

-Tú no me dices que hacer- frunce el ceño.

- ¿Qué dijiste Noelle? – Me mira desafiante. La miro pensativa.

Creo que encontré una buena candidata…

-Vendré el martes.

-Pues suerte con eso.

- ¿Y tú por qué estas tan enojada?

- ¡Por nada! - se ruboriza.

-Bien- digo desconfiada.

 

Martes.

- (…) Y entonces tomó sus sábanas y se puso roja. – suelta una carcajada, aunque no pude reírme en el momento. -Dice pensativa.

-Claro que no- me espanto- ¡imagina como debió de estar avergonzada!

-Oh, es verdad. Bueno, ya la cosa pasó. -Se pone de pie despreocupada. - Todos se orinan alguna vez.

-Oye – musito dudosa. La observo, tiene una nariz pequeña, sus ojos son algo almendrados y rasgados, los labios delgados y sus mejillas blancuchas la hacen ver infantil- ¿Qué edad tienes?

-Jeje- dice orgullosa- Tengo 8 años y 10 meses.

-Eres bien despierta para tu edad- la miro pensativa.

-Eso pasa cuando creces solo. -me observa.

La miro sorprendida tomándole el peso a sus palabras.

- ¡Oye no llores! – se espanta

- ¡Pero es que eres tan linda! – gimoteo abrazándola. ¡Pobre criatura! ¡Y está delgaducha!

-Eso ya lo sé. - Dice creída dándome palmaditas suaves. Me rio.

- ¡Ya sé! tienes que conocer a Christine, ¡te encantará!

-Bueno si es como tú, no me extrañaría.

-Eh…

- ¿Qué?

-Digamos que no nos parecemos mucho. - ¡Somos las personas más opuestas de este mundo!

-Wow- dice curiosa. - Bien, veremos.

-El próximo martes ¿Te parece?

- ¿No vendrás antes? - pregunta sin mirarme, la miro sorprendida y se ruboriza cruzándose de brazos.

- ¿Me echarás de menos? - pincho su mejilla.

- ¡No! – responde enojada.

-No eres sincera Tina- digo encantada

-Bueno un poco, eres lo más cercano a una amiga…- Se abraza a sus piernas.

-Oh- me sorprendo- entonces vendré un rato el viernes ¿Está bien? – sonrío.

- ¡Si! – dice feliz. - Ya es hora de irme. -Me abraza y se va caminando, me da una miradita y nos sonreímos.

 

Más tarde

- ¡Es tan linda! ¡Te va a encantar! – digo feliz mirando a Christine que finge no escucharme con un enorme libro sobre sus piernas.

-Hmm… - dice pasando de hoja.

- ¡¿Quieres soltar eso?!

- ¡Bien! - resopla. -Iremos el martes.

-Excelente -Sonrío feliz.

 

 

Martes

-Anciana- sonríe Martina cruel mirando a una Chris estupefacta con la mandíbula casi desencajada.

- ¡Tú! – gruñe.

- Yo- Se señala.

- ¿Eh? - ¿alguien me explica que está pasando? Estoy estupefacta.

- Tú novia no mira por dónde camina.

- ¡Esta mocosa no respeta a sus mayores!

- ¡Casi me botas!

- ¡Fue sin querer!

Se miran entrecerrando los ojos, ninguna aparta la mirada. Diablos, esto se va a poner feo.

-Tranquilas, sólo fue algo que pasó- me miran- Christine pídele disculpas.

- ¡¿Qué?!

-Chocaste a una pequeña de 8 años por andar distraída - me mira avergonzada. -Pudiste haberle hecho daño.

La mira de reojo.

-Lo siento pulga. – dice fríamente. La miro horrible.

- ¡Bieeeeen! – se rinde a regañadientes- perdón por empujarte. No fue mi intención.

 

Christine

‘’Me distrajo el trasero de Noelle’’ pienso.

- ¿Ves que así es mejor? – sonríe mi novia girándose a la puerta a la que entra un tipo algo viejo elegantemente vestido. Nos saluda cordialmente y pasa a su oficina. Saludo y aprovecho la distracción…

-Pulga -susurro. Entrecierra los ojos, la miro con burla, tiene una estatura promedio, bastante pequeña, el color de su ropa disminuye su peso.

- ¿Por qué el color? – se me escapa con curiosidad.

-Me gusta- dice orgullosa de si misma. La miro con extrañeza y me dirijo a Noelle.

- ¿No tenían normales?

-Christine- me advierte Noelle cabreada. Me rio

-Era broma amor. -Me distrae una risita de burla. Le frunzo el ceño y me mira soberbia.

 

Noelle

Ouch…  esto es inesperado, conociendo a Christine no esperaba gran cosa, pero tampoco… esto.

Observando como mi novia mira hacia abajo asesina y Tina la mira sin doblegarse se me prende una ampolleta.

- ¡Tengo una idea!

Apartan la vista una de la otra.

- ¿Qué? – Pregunta Christine. La pequeña me mira expectante, observo sus ojos brillantes y oscuros, de la nada me sonríe tímidamente elevando una de sus comisuras. Siento una especie de cálido sentimiento protector.

-Aww- digo embelesada.

-Que diablos- escucho ácidamente.

- ¿Tina quieres pasar unos días con nosotras? – pregunto encantada ignorando a mi novia.  Se vería preciosa con un pijama de osito…

- ¡¿Qué?! – protesta Christine. Le doy una mirada de advertencia, levanta los hombros y mira hacia otro punto que no sea yo.

-Humm- dice esta. Ve la indignación de Chris, esta nota su preocupación de reojo y me sorprende nuevamente.

-Aprovecha enana. – Dice quedamente. Sonrío radiante.

-Pero y el permiso…- La risa de mierda Edwards de Christine no tarda en aparecer.

-No te preocupes por eso, ahora ve por tu peluche de osito.

- ¡No es un oso! – reclama esta. Chris la mira con burla y ella se ruboriza; tanto así que se va corriendo del salón.

-Deberías ser más amable- le doy un golpecito en el hombro.

-Ella me insultó.

-Es que es especial- asiento segura.

- ¿Es especial porque me insultó? ¡¿a mí?!- se queja sin poder creérselo.

-Y yo te di una cachetada. ¿Y qué?

- ¿Se supone que ahora la prueba de aceptación es quien me maltrata más?

-No digas eso, yo te amo- tomo su mano, ella las enlaza.

 

Christine

-Además -susurra- yo no dije que la adoptaríamos a ella.

-Pensé que era especial- ironizo recordando sus palabras.

-Y lo es, pero quiero que seas tú quien la quiera adoptar.

-Ni en mil años. -Me río.

-Piénsalo – vuelve a mirarme con ojos de cachorrita la muy manipuladora-  es pequeña, pero no tienes que cambiarle pañales, ni enseñarle a hablar. Además, me gusta su personalidad.

- ¿Es broma?

- Ya verás. -Me roba un beso y se va del lugar. Al auto imagino… Miro por donde desaparece con una sonrisita.

- ¿Y Noelle? -Escucho de abajo. Veo a una pequeña expectante ataviada de un abrigo oscuro, una mochilita pequeña y un conejo de felpa atrapado en su antebrazo.

El animal no parece concordar con su personalidad.

Me observa desafiante y sonrío aguantándome un comentario cruel.

-Espera aquí- le desordeno el cabello y entro a la oficina. Hace un ruido de reproche y espera (para mi sorpresa) pacientemente.

Caminamos a la salida, mi auto se encuentra estacionado a unos metros de aquí, Siento que agarran mi sweater.

- ¿Eh? – me sorprendo. - ¿Qué no has salido a la calle?

Me sorprende su mirada asustada con la que ve el paisaje.

-Si, pero las excursiones son grupales- gira la cabeza a los dos lados- se apega a mí, no voy a decir que me da un poco de ternura.

-No te va a pasar nada- la tranquilizo- estoy yo.

- ¿Y eso que tiene que ver? - frunce el ceño.

-Que soy genial- me alabo- si alguien me toca un pelo se pudre en la cárcel.

Me mira entre curiosidad y burla.

Llegamos al auto, lo ve sorprendida y viaja atrás con Noelle que al parecer ya se acostumbró a tenerla cerca.

Ya en el último piso de donde vivimos, abro la puerta y Noelle entra feliz.

- ¿Eres una princesa o algo así? – me pregunta la peque mirando hacia dentro pasmada.

- ¿Yo? - respondo con toda la humildad que me es posible- Soy una reina. – Like a boss.

-Si, si- avanza y deja su mochila en un sillón. En eso se queda quieta y sus ojos brillan.

- ¡Un gatito!

Tom como es tan temeroso se deja querer

- ¡Es muy lindo! - lo abraza.

-Aún no le encuentro dueño- digo sin mirarlos.

- ¿Bromeas? - se ríe Noelle - ya tiene 8 años, ¡lo amas!

- ¡Bueno si! ¡ya! ¡¿contenta?!- ¡déjenme! Noelle besa mi mejilla y va a la cocina. Ella sabe cómo joderme el orgullo.

Me adelanto donde la mocosa que mira el departamento como si fuese una maravilla arquitectónica.

-Sólo es un humilde hogar- levanto una ceja.

- ¿Bromeas? – me mira sorprendida- ¡tiene segundo piso!

La observo mientras trata de no perderse nada.

- ¿Quieres conocer el resto?

- ¡Claro!

 

 

Más allá en un cerro alejado de la ciudad.

Alejandra

-Aaaaah- bostezo. -Me muero.

- ¡Mamá no vamos ni a la mitad! – se queja Chloe.

Carajos odio los días de escalar cerros, pero Kate le heredó eso a los dos.

- ¡Vamos! - nos anima Alejandro. Avanza donde Kate que va a la cabeza.

- ¿Y tú cómo vas? – le pregunto a Bárbara que va al frente de mí. No sé cómo quiso venir

-Es agotador, pero siento que, a la vez, me llena de energía. – Avanza feliz algo cansada.

-Me hubiese frente al auto, con una silla de playa y una cerveza- babeo.

- ¡Mamá! – me oye Chloe- estás muy fofa y se nota.

¿Me insinuó que estoy gorda? ¡¿Acaso me dijo gorda?!

- ¡Cómo te atreves! … -empiezo

- ¡Es cierto! ¿verdad mamá? – todos miramos a Kate que me aparta la mirada.

¿Oyen eso? Es mi cerebro diciéndome ‘’ ¡Gorda!’’

- ¡¡NOOOOOO!! - me voy corriendo pasándolos a todos.

 

Kate

-No tenías que mentirle- le susurro a Chloe.

-Era para que deje de quejarse- se ríe malignamente.

Hija de tu madre…

-Bárbara ¿Y tú que tal? – miro a mi cuñada. Que sonríe hacia el horizonte en donde se observa la silueta de Alejandra.

- Son una familia muy entretenida- sonríe- voy bien… - Sigue avanzando al mismo paso y la miro en silencio. Me pregunto cómo irá la cosa entre ellas.

Espero que bien, mis bebés se acostumbraron a tener a su otra tía.

 

Mas tarde…

- ¿Qué tal va todo? -pregunto a Ale mientras intentamos hacer una fogata.

- ¿Eh? - dice perdida- estupendamente ¿por?

La miro seria.

-Con tu hermana- susurro viéndola a lo lejos conversando con ambos niños.

-Ahh ummm… no hablamos mucho.

- ¿No has querido hablarle del pasado? ¿o de cómo te sientes ahora?

-Supongo que ambas- se acomoda el cabello para que no tape su rostro. Me mira insegura y le devuelvo la mirada, le acaricio la cara y me sonríe mientras acomodo unas hebras de cabello rebelde, sus ojos brillan. Mi Ale, después de todos estos años, sigue tan encantadora como siempre.

-Aaaah- escuchamos un suspiro.

Desviamos la vista a una Chloe que nos mira emocionada.

- ¿Y tú? - digo sin ganas. Mocosa que echa a perder momentos.

- No me miren así.

La miramos igual de atareadas.

-Así es ser madre- dice haciéndose la sabia.

-Algún día, cuando te vea igual con alguien, te joderé el momento.

- Ni te acordarás- Ale sonríe.

-No me desafíes… -Nos miramos un rato- ¿Y tú hermano?

Apunta más al fondo a su tía que ayuda a Alejandro con su bloqueador solar.

- ¡Somos las peores! - exclama Ale que se apresura a ayudarla. Yo tomo un poco y le coloco a Chloe a pesar de sus quejas.

 

Alejandra

- ¡Chloe deja de quejarte! – escucho a Kate reprendiéndola. Sonrío

-Tienes una muy linda familia Ale – Escucho a mi hermana colocándole a Alejandro en la punta de la nariz mientras este se ríe y sale corriendo.

-Son mi vida- digo enamorada viendo a mi hijo corriendo con su hermanita.

- ¡¡Cuidado con el río!! – Grita Kate, Ale muestra el pulgar y toma el cuello de Chloe.

Nos reímos.

-Humm oye… - digo incómoda.

-Dime.

-No nada- digo insegura poniéndome de pie - ¿Una cerveza?

-Claro- sonríe.

-Ale no les pierdas la vista- escucho.

-Lo sé, lo sé- respondo a mi esposa llevándole una cerveza también.

 

 

Christine.

-Y esta es la sala de estar- termino.

-Del segundo piso. – termina Tina.

-Del segundo piso. – Asiento.

- ¿No es mucho para dos personas?

-Quizá quiera descansar en el primero o en el segundo -levanto mis hombros sin importancia. -Además mamá viene seguido.

- ¿Cómo es tu mamá?

- Pues…. Tiene el cabello claro. Sus ojos son…

- ¿Se parecen? – me mira expectante.

-Hmm sólo en la mirada…

- ¿Se llevan bien?

- Si porque…

- ¡Increíble! – se sorprende.

- ¡Déjame terminar mocosa!

Se sorprende, sus ojos brillan.

-Argh- me siento en un cómodo sillón.

- ¿Cómo Noelle se fijó en ti? -Miro su rostro indignado y me rio.

- Me vio y quedó impresionada con mi belleza e inteligencia.

- Oooh- exclama

¿¡Me creyó!?

- ¡Aquí están! – llega Noelle con una bandeja con bebestibles y cosas para picar.

-Ups – me pongo de pie y la ayudo.

 Minutos después…

-Y bien Tina- sonríe Noelle mientras comemos. - ¿Te gustaría salir con nosotras?

- Bien… - dice dudosa. - ¿Dónde?

Sonrío, es perspicaz.

-Vamos al mall, o a una plaza. -Me sorprende cuando ambas arrugamos la nariz.

- ¿Qué ocurre?

-Me hace mal el pasto- dice incómoda.

-A mí también- la freno para que no se sienta mal. -Vamos a ver una película. Hay una de terror que quiero ver…

- ¿Estás loca? – Noelle levanta una ceja- Tienen límite de edad

- Pero esta es suave – Muevo mi mano despreocupada- a prueba de niños. -Mentira. Pero puedo hacer que la pasen.

- ¿No te asustan? – la mira Noelle.

- ¡Yo no le temo a nada! -hincha su pecho.

-Por eso duermes con un conejito- la molesto. Noelle me mira horrible.

-Si se asusta dormirás en el sofá. - ¡Carajos!

-Ese conejito me lo regaló una compañera- mira sus rodillas.

- ¿Y dónde está ella? – pregunto curiosa.

-Fue adoptada hace años. – Levanta sus hombros- dice que es de la suerte.

La quedamos mirando. Noelle me mira y sonrío con expresión de ‘’que más da’’

-Bueno, termina eso, vamos de salida. – sonríe apurándose.

Niños…

Para ser sincera, fue una tarde muy divertida, no me lo esperaba. Comimos y luego fuimos a ver la película. Obviamente por ser yo, no me dijeron nada por la niña. Aunque ¿es idea mía o salió muy callada del cine?

- ¿Estas bien? – le pregunto por el retrovisor.

-Si – mira por la ventana. Noelle me mira de reojo.

 

2 horas después.

-Dormirás en está habitación- la hago pasar a un cuarto apartado de la sala de estar del segundo piso. -Veo su pequeña silueta mirar la enorme cama y la televisión.

-Tiene muchos canales así que dudo que te aburras- sonrío.

-Gracias – susurra. - ¿De qué es esa puerta?

- El baño.

-Hummm ¿Y dónde estarás tú? -Sonrío divertida.

- Pulga. ¿Tienes miedo? ¿es todo mentira sabes?

- ¡Yo no tengo miedo! – me mira ruborizada, se ve adorable así que la despeino con mi mano.

- Entonces, que descanses. Nuestra habitación está al frente de la sala de estar- sonrío cruel- por si te come un monstruo.

Me mira aterrada.

-E- era broma.

-Bien… buenas noches. – Se quita el polerón.

-Buenas noches.

 

En casa de Ale y Kate.

Alejandra.

- ¡Buenas noches mamás! ¡Buenas noches tía! - nos besa y le da un abrazo rápido a Bárbara y se va corriendo. Chloe siempre tan acelerada.

Alejandro se toma más tiempo y para nuestra sorpresa también abraza a su tía. Miro a Kate y ella me sonríe.

-Ojalá vayamos de nuevo- le dice confidencialmente y se va a la habitación.

- ¿Y eso? – pregunto.

-Eh… es que fuimos a una cueva abandonada. -Me rio negando con la cabeza. Mientras no les salga un oso o una tarántula gigante todo bien.

Ella se pone de pie y deja sus cosas.

-Bien, es hora de que me vaya, estoy agotada.

- ¿Segura que no quieres quedarte?

-No, pero gracias. Debo ordenar mis cosas, tengo un viaje a las 8am.

-Te voy a dejar. – Me pongo de pie. -Ya vuelvo amor, no llores.

-Vete- bromea Kate.

 

Minutos más tarde.

-Bueno… adiós.

-Me lo pase bien. – Sonríe- estoy agotadísima.

-Humm – mi hermana me mira- ¿Volverás?

- ¿Quieres que vuelva?

- Si… No… no sé- me complico.

-Que te dice tu mente- se pone de lado.

-Bueno mi parte sensible me dice que si, la rencorosa que no. Pero…

- ¿Empecemos de nuevo? – me ataja Bárbara.

Sonrío.

-Está bien…

-Hola – sonríe- Soy Bárbara, tu hermana mayor.

Aprieto los labios, no debería sentirme así.

-Ven acá- susurra abrazándome. Me controlo y sólo se me escapa una lágrima traviesa, acusando las emociones que se agolpan dentro de mí.

-Lo siento Alejandra, lo siento mucho- susurra. – Te prometo que nunca más te fallaré.

-Más te vale- la amenazo. -Además le harías falta a mis bebés.

-No puedo permitirme no ver a mis sobrinos favoritos.

-Son los únicos que tienes- sonrío.

-Y tú mi única hermana, y Kate mi única cuñada. Tengo que cuidarlos- me acaricia la coronilla.

-Soy una adulta.

-Pero menor- me molesta con una expresión que me hace sentir transportada a muchos años atrás.

-Cuídate – susurro.

-Nos volveremos a ver.

Abre la puerta y se despide mientras conduzco de vuelta.

Llego a casa y abrazo a Kate.

- ¿Está todo bien?

-Si, mucho. – Le digo sintiéndome por primera vez, en paz.

-Vamos a la cama.

-Si, estoy cansada- concedo cerrando la puerta. Kate sonríe y me da una miradita pícara.

- ¿No quieres dormir verdad?

-Nop.

 

Horas de la madrugada en el apartamento de Noelle y Christine.

Christine.

Me levanto para ir al baño, a la vuelta apago la luz y antes de que entre a la cama…

-Chris… - susurra Noelle abrazada a Tom.

-Hmm…

-Ve a ver a Tina.

-Está bien- digo perezosamente.

-Es una casa ajena para ella y la traumaste en el cine. Ve

-Te odio- gimoteo - ¿Por qué no vas tú?

-Haré el desayuno si vas.

-Voy.

Me pongo una bata y salgo en silencio, camino en la penumbra y toco su puerta. Escucho un ruidito de ‘’iiiiiih’’

-Soy yo- me río despacio. -Entro y la veo abrazada a su peluche, ocupa tan poco de la cama que es gracioso. - ¿Estás asustada? -Me mira desafiante y luego baja la cabeza.

-Un poco…

-Tina- me siento en la cama- es una película, no es real, fue hecha para asustar a la gente.

- ¿Por qué a la gente le gusta asustarse?

-Ehh… ni idea, es adictivo supongo- me acomodo el cabello. – Pero a lo que voy, es que nada te va a pasar, la casa tiene alarmas y todo eso- bostezo.

-Pero a los fantasmas nada de eso los detecta.

- ¿Quieres un crucifijo gigante de madera? – bromeo.

- ¡Pero no son vampiros!

-Ah cierto. -Tina se ríe, es tierna la pulga.

-Bueno, sigues viva así que supongo que me vo…

- ¡¿No puedes quedarte un poco más?!- se apresura.

La miro atareada. Observo la habitación, probablemente sea muy grande para alguien que no está acostumbrada a los lujos.

-Bien. Pero hace un espacio -Bostezo de nuevo metiéndome en la cama. Tina se recuesta al lado. Cierro los ojos y en un par de minutos abro uno, me observa fijamente abrazada a su animal.

-No me mires fijo.

-Lo siento.

- ¿Puedo apagar la luz? – apunto a la lampara jodiéndome la vista.

-E… si…

-Duérmete. – me mira enojada por mi tono mandón.

- Lo siento- me rasco la nariz. Abro un ojo, vuelve a mirarme fijamente.

- ¿Ahora qué?

-Nada. - Apaga la luz y se mete a la cama rápidamente.

 

6 horas después.

Noelle.

Me levanto a preparar el desayuno de nosotras y de Tom, son las 10 am. Carajos, dormimos más de lo normal. Christine no volvió así que supongo que está con Tina.

Voy a verlas en silencio y me encuentro un espectáculo muy tierno, demasiado, hablando de Christine. Se encuentran abrazadas y en medio su peluche. Me arden los ojos.

No Noelle calma… me concentro, tomo el celular de mi bolsillo y les saco una foto en silencio. Salgo ninjamente y bajo a la cocina.

-Paciencia- le digo a Tom que llora como si no hubiese comido en años.

En unos minutos baja Christine con cara de sueño, me abraza por la espalda mientras cocino.

-Si me corto te golpeo.

-Subiré una foto tuya a redes sociales- se queja.

-Nadie que te conozca te creería.

-Diablos. – Me gira y me da un besito. - ¿Quieres…? - mueve las cejas rápidamente.

- ¿Quieres dejar más traumada de lo que ya está a esa pobre niña? – La reprendo- Por cierto… se veían muy lindas durmiendo. -Chris levanta una ceja.

-Era eso o se pasaba la noche despierta.

-No eres sincera- la pincho- tienes un lindo corazón en el fondo ¿Cierto Tomás? – Tomás se relame después de haber comido. Sonrío y tocan la puerta.

- ¡No hay nadie!

- ¡Abre malcriada! -Noelle se ríe.

-No me dijiste que mamá venía.

-Lo olvide con la salida. - Me excuso. En realidad, lo recordé en la madrugada, pero me dio pereza levantarme.

Christine abre la puerta y entra su madre, se saludan y la mandan a lavarse la cara.

- ¿Qué tal Noelle? Espero que mi hija no te de muchos problemas.

-Me los da- digo cruel con Chris mirándome de reojo- Pero controlables.

-Ya sabía yo… -mira a todos lados buscando algo. Ese algo se asoma en el sofá. - ¿Cómo está el pequeño Tom? – acaricia su cabeza mientras este ronronea.  Se escuchan pasitos en el segundo piso, mira como si hubiese un espíritu y se sorprende de que no nos inmutemos.

-Es verdad no te dijimos- empieza Chris- ocurre que…

- ¡Porqué me dejaste sola! -baja asustada Tina. - Se agarra a la bata de Chris.

- ¡Pero si es de día! – se sorprende.

- ¡Pero si no son vampiros! - exclama indignada.

-Ah verdad- Se ríe pensativa. - Bueno pulga, sigues viva.  -Tina abre la boca y antes de que diga algo mira a la madre de Chris y cierra la boca.

-Pero- susurra- pero… -nos mira ella con los ojos muy abiertos… cuando me empiezo a preocupar de que no se desmaye, inhala y se pone de pie. Tina la mira un poco asustada, le hago una mueca junto con Christine para que esté tranquila.

-Hola- le dice sin más.

-Hola- sonríe apenas. Se agacha- soy la madre de Christine, Darlene. Pero tu dime, dime…

 

Christine

-Para tu tren- le aviso. 

-Estoy de visita- sonríe tímidamente.

-Eres muy bella- dice tan tiernamente que la miro impresionada. ¡Ni a mí me trataba así! -Dime abuela.

¿¡No le dije que pare su tren!? Antes de que abra la boca Noelle me sonríe con una cara de ‘’déjala ser’’ ruedo los ojos.

-Está bien- Dice Tina -Abuela- la mira tímida.

-Aaaaw- exclama.

-Que diablos. - Se me escapa.

-Christine, ¡tú vocabulario! – Miro a otro lado y Tina se ríe con burla.

Mientras desayunamos mamá le hace toda clase de preguntas. Hasta que Noelle la mira pensativa.

-Un momento ¿Si tenías miedo porque no me avisaste a mí? – le pregunta luego de que le cuente sobre anoche. -Estuve todo el tiempo contigo cuando llegamos del mall.

-Es que… - la miramos. Noelle frunce el ceño- tienes el aspecto de ser la primera que muere en una película de terror.

Me da tal ataque de risa que no puedo seguir desayunando ¿¡Cómo no lo pensé!?

 

Minutos después.

-Christine -Se enoja Noelle.

Genial ahora la toma contra mí.

-Lo siento- me seco los ojos- pero es tan malditamente cierto.

-Perdón- dice Tina en el sofá acariciando a Tomás.

-Bueno igual es verdad- Dice Noelle, me rio y me mira asesina.

- ¿Y que harán hoy? – Pregunta mamá.

-Que tal algo más natural -Nos miramos confidentes con Tina. Que horror…

-Interesante- dice mamá -poniéndose de pie -Me tengo que ir.

-Muere en silencio. – La miro de reojo. Me ignora y abraza a Noelle y Tina, besa mi mejilla y de despedida me insinúa un ‘’pórtate bien’’ ¡¿Qué quiere decir?!

- ¿Dónde iremos? -Miro a Noelle.

-Que tal de paseo, preparamos algo y hacemos una excursión para estar en paz con la naturaleza. -Hago un enorme esfuerzo para no poner los ojos en blanco, aunque creo que me dio un tic en el ojo. -Se que Kate, Ale y los niños lo hacen mucho.

-Como quieras amor. – Sonrío. Es la mujer que amas Christine… inhala, exhala.

- ¿Y que pasará con Tom? – pregunta Tina

-Descuida, tiene un dispensador de alimentos con horario.

-Y juegos – La tranquilizo.

-Está bien- lo acaricia. 

 

3 horas después.

-Espero que cuiden bien mi auto.

-Dejaste a medio estacionamiento fascinado con esa cosa de oro. -Me dice Noelle ayudándole a la pequeña con el bloqueador solar.

- ¿Y a mí no me echarás? – me aprovecho. Se pone de pie y pasa cerca de mi lado.

-Ya estás peluda. – Susurra. Me rio mientras caminamos.

- ¿Dónde iremos? – pregunta la pequeña.

-Hasta allá- señala literalmente ‘’a la punta del cerro’’

- ¿No puede ser la mitad? – pregunto

-No.

-La última prepara la cena. -Sonríe juguetona.

Me mentalizo para ver que diablos preparar.

 

 

Unas horas después.

-No entiendo porque Caro y Angie se hicieron a un lado.

- Porque están viejas- sonrío respirando cada vez más pesadamente.

-Y no son las únicas- me empuja despacio. - ¿Tina cómo vas?

Levanta apenas el pulgar. -Sigo viva. -Me carcajeo sintiendo el sudor recorrer mi espalda.

-No queda nada y es hora de almorzar ¿Descansemos?

-Por favor- escucho más abajo.

-Par de flojas- se queja Noelle. -Bien, déjenme a mí con esto.

-Excelente- digo dejando la mochila y caminando a un riachuelo. Almorzamos y mientras descansamos observo de reojo a la pulga perseguir una mariposa.

-Es muy inquieta- comenta Noelle.

-Si – sonrío mientras bebo jugo. Le quito el ojo un segundo y escucho un hipido. Reacciono de inmediato y corro hacia ella.

- ¡Hey! ¡hey! ¿Qué pasa? – la miro agachada y veo su tobillo… inflamado y morado. Carajos. No muy lejos una profundidad en la tierra.

- ¡Puta madre! – Me quejo de todo.

-Me duele- se deja llevar por las lágrimas.

-No llores pulga. – La cargo. - ¿Noelle trajimos hielo? – Callada y a punto de llorar niega con la cabeza.

- ¡Demonios! - me enojo- Al auto.

-Está a horas de aquí. – Me mira preocupada.

- ¿Así? pues… ordenemos todo y vamos al hospital, acá no tengo nada.

- ¿Puedes aguantar?  - Llorosa niega con la cabeza, apoya su cabeza en mí y sigue hipando. Noelle reacciona rápido y guarda todo como sea.

-Vamos- susurro. El camino por suerte es de bajada así que es más rápido.

Llego con los brazos ardiendo, la siento atrás y la dejo al cuidado de Noelle mientras compro hielo. Conduzco rápidamente al hospital.

Al llegar la llevo rápido a urgencias. Al parecer soy reconocida de inmediato así que se hacen a un lado. Todos menos uno, y es una maldita suerte porque mis brazos ya duelen peor que antes.

-Christine que diablos haces acá, es tu día…- mira a Tina lloriquear. -Yo me encargo, siéntate.

- ¿¡Eh!? – se asusta Tina entre lloriqueos.

-Tranqui estoy acá- mascullo cansada.

-No te vayas- hace un puchero.

-No, no- digo apenas. - ¿Y Noelle? – me espanto mirando a los lados. Hasta que llega agitada.

-Te perdí el rastro- llega apenas a una silla y se deja caer. – Y estacioné tu auto donde se supone que puedes.

-Oh verdad- me rio. Papá niega con la cabeza mientras trabaja.

-Estarás bien. -La tranquiliza tiernamente. - ¿Se puede saber porqué estás en esas condiciones? – Mira mi sudado y acabado cuerpo.

-Estábamos subiendo un cerro…

-Fue mi culpa… - empieza Noelle.

-Estás cosas pasan- la tranquilizo antes que tenga a dos chicas llorando.

- ¿Y que diremos cuando vayamos a dejarla? – me mira Noelle preocupada. Carajos es verdad ¡Mañana tiene que irse!

-Em… -piensa Christine piensa…

- ¿Dejarla dónde? – papá nos mira a nosotras y luego a Tina sin perderse detalle de su rostro.

-Hum, del hogar donde vive… - Digo un poco incómoda. No sé por qué…

Mi jodido padre tiene los ojos brillantes.

- ¡Oye no te emociones! – le advierto jadeante.

-Es una lástima porque quiero ver cómo anda en unos días. -Me sonríe con esa expresión de mierda petulante que heredé.

- ¡La llevare a casa! -Me pongo de pie ruborizada.

 

Al día siguiente…

Carajos, tuve que dar explicaciones de porque llegó vendada y no nos dieron más días. Lo bueno es que me dejaron llevarla a su habitación.

-Es bastante bonito- miro la habitación limpia y ordenada, la recuesto.

- ¿Te volveré a ver? – me mira fijamente.

- ¿Quieres verme de nuevo? Pulga. -sonrío un poco sorprendida.

-Me agradas. – Se sienta apenas y estira sus bracitos abrazándome. Rodeo su pequeño y frágil cuerpo con mis brazos y cierro los ojos dejándome llevar por un simple gesto de cariño de una pequeñita jodedora de 8 años y el silencio de la habitación. -Me lo pase bien. – Siento un flash.

-Noelle ¡Carajos!

- ¡Déjame! -lloriquea. -No me dejaron

Nos despedimos apenas, tengo que admitir que tuve que luchar con una mota de polvo en mis ojos. Pero no se… la echaré de menos.

 

De vuelta.

Christine

- ¡No puedo creer que se quede ahí! ¡con su tobillo esguinzado! – Gimotea Noelle con Tomás en sus piernas.

-Estará bien- susurro- Podemos ir a verla otros días.

- ¡Sólo fueron dos días! - acaricia al gato.

-Vamos el fin de semana próximo.

- ¡No la dejarán! – Mira al horizonte y luego a mi- ¡Viste como nos miró el viejo!

-Humm - Es verdad, quizá no tengamos más permisos. Siento un impulso …

Antes de que abra la boca.

- ¡No hay nada que puedas decir para calmarme! – Me replica ella antes de que hable.

-Vamos a buscarla. – Suelto de repente sin pensar.

- ¡Ya te dije que!... ¿Ah? – Me mira extrañada.

-Vamos por ella- le guiño el ojo.

- ¿Estás hablando en serio?

- Si.

- ¿No es una de tus bromas crueles?

- No.

- ¿Estás segura?

- Claro, es un impulso.

- ¡Cómo puedes ser tan irrespons…!

-Así te bese por primera vez. -Le respondo encantada. He tomado las mejores decisiones de mi vida en base a impulsos.

-Bien entonces, entonces…

-Entonces vamos. -Concluyo levantando una ceja. – Además tiene todo lo que necesita una Edwards.

- ¿Y eso es…?

-Pesadez, astucia, belleza y orgullo. – Me levanto digna - Y un leve talento para meterse en problemas…

- ¿Estás hablando de ti? – me mira.

-Bueno, eso quiere decir que tiene futuro. – Camino a la habitación por unos documentos.

 

 

En el orfanato.

-Está todo bien- dice un tipo acompañado de una mujer con aspecto rígido. - Sólo falta una cosa.

- ¿Qué cosa? -Siento un malestar en las tripas.

-Sólo se permite la adopción de parejas casadas.

- ¡Qué cosa más arcaica! – se queja Noelle. El viejo hace una mueca de ‘’es lo que hay’’

Hagamos esto rápido.

-Noelle ¿Quieres casarte conmigo? - levanto una ceja atareada.

-Si- se cruza de brazos desafiante.

- ¿Y ahora? – me incorporo un poco en la mesa.

-Lo siento, pero necesitan un papel.

Con un demonio, pedir ‘’una hora’’ en el puto registro civil ¡toma unos 2 o 3 meses aquí!

-Acompáñame- le digo a Noelle- y tú- el viejo me mira- volveré pronto.

-Cerramos a las 8.

-Me vale.

 

Afuera camino al portón de salida.

- ¿Qué harás? – me pregunta al borde de las lágrimas.

-No llores- acaricio su nariz con la mía- Aplicare el plan B.

- ¿Y ese cuál es? - Tomo el celular y le guiño el ojo.

- ¡Papá! ¡Ayúdame! – gimoteo al celu. Se oye por casi toda la cuadra la palma de Noelle en su frente.

-No se me ocurre otra cosa para poder tener a Tina de aquí a menos de una semana.

- ¡La quiero ahora! – se queja Noelle.

Esa es mi novia…

7 minutos exactos.

- ¡CHRISTINE! – llega papá en su lujoso auto. Mira a todos lados con su chofer, sin embargo, solo estamos Noelle y yo. - ¡No me jodas con que fue un capricho tuyo! ¡si es así prep….

-Necesito ayuda de verdad- le paro el enojo.

- ¿Ah sí? ¿para qué?

-Necesito llevarme a una niña de aquí por las buenas y me piden un certificado de matrimonio….

-Pues cásate- levanta una ceja.

-Resulta que la queremos ahora. – Papá sonríe

-Te has ablandado Christine- sonríe de medio lado.

-No me molestes- Arrugo la frente.

-Hmm, tendría que… - Acaricia su mentón tupido por cabellos blancos. – Llama a tus testigos- dice emocionado- ¡y sigue mi auto!

-Eh, bueno. – Suena mi celular, ¡un mensaje! lo leo ‘’ ¡Y cómprale un anillo no seas idiota!’’ Papá.

-Carajos… - ¡es cierto!

- ¿Ocurre algo? – se asusta Noelle.

-No, no… hazme un favor y ve con papá. Pasaré a buscar a tu testigo.

-Es…

-Si, si, pasaré por esa bruja. - Asiente.

-Vuelvo en 30 minutos ¿sí? ¡Beso! - le robo uno y salgo apresuradamente a mi auto.

 

 

Primera parada.

Entro rápidamente al hospital y busco la cabellera castaña larga más cercana.

- ¡Tú! ¡Ven conmigo!

- ¡¡Auxilio me raptan!!

-No idiota, quiero que seas mi testigo de bodas.

- ¿Testigo? – se sorprende Gabi - ¡Que emocionante! Pero tengo pacientes Chris.

-Estás libre. -Caminamos rápido al auto. Llamo al hospital. -Listo. Vamos por la idiota.

-Jeje- sonríe Gabi ufana- me gusta que me llamen a estos matrimonios impulsivos.

- ¿Habías ido a otro?

-Uno que nunca sabrás. – Dice creída. Claro y yo no voy a saber que Ale y Kate necesitaban un puto certificado para el apellido de ese par de pesadillas.

Conduzco unos 10 minutos. Detengo mi auto lejos del centro, frente a la casa de Caro y Angie tomo el celular.

-Trae tu amazónico cuerpo.

En un par de minutos sale Angie preocupada.

- ¿¡Le pasó algo a Noelle!?

-Si. - Dice Gabi afligida, Angie se pone pálida y entra al auto. – Pasa que se pegó en la cabeza y quiere casarse con esta.

-Ja, Ja- me enojo conduciendo a una joyería en la zona oeste. ¡Putos conductores que manejan lento!

- ¿Y tú eres testigo de Christine?

-Si, aunque me raptó para tocar mis bubbies también. - Afirma pensativa.

- ¡Pero si ni tienes! - repongo cruel. -Esperen aquí, vuelvo a 5 minutos. -Salgo corriendo a la joyería favorita de mamá. Carajos supongo que la piedra debe ser verde, un diamante de ese color, una esmeralda quizá… entro y le vomito la información al vendedor.

-Tenemos uno con esas características- saca un anillo precioso ¡lo quiero! - ¡Esmeralda y diamantes! Oro blanco. Sin embargo, su precio es de 2 mil...

-Lo quiero. - Lo atajo. La etiqueta esta en frente idiota.

Y Noelle decía que no era útil andar con las mejores tarjetas de crédito…

Hago todo el trámite con el vendedor tartamudeando ¿Acaso pensó que le diría que no? Sólo espero haber dado en el clavo con el diámetro del anillo. Probablemente si ¿Acaso alguien conoce mejor que una pareja lesbiana el diámetro de los dedos de la otra? Me rio sola y entro al auto.

-Parece asesina serial- comenta Angie.

-No lo digas tan fuerte o te oirá. – Murmura Gabi.

- ¡Silencio! Ahora vamos.

- ¿Qué hacías?

-compraba el anillo.

- ¿A última hora? ¡¿Se puede saber que está pasando?! – reclama Angie.

- Pasa que queremos adoptar a una niña y no podemos si no estamos casadas. Papá está moviendo sus influencias y eso es todo. - Se joden.

- A- ¿Adoptar? - se espanta Angie - ¡Noelle no me dijo nada!

-Todo fue muy rápido. Aunque ellas se veían hace un tiempo ¿Segura que eres su mejor amiga? – pregunto cruel.

- ¡Somos como hermanas! – responde orgullosa.

- Ya sabía yo- se para Gabi de los asientos traseros asomando hacia el frente -Me pregunto quién será la pequeña víctima.

-Ponte el cinturón- la reto. Se supone que estoy conduciendo muy rápido.

-Argh, no quiero- se enoja.

-El pequeño William se pondrá triste si se entera. – La codea Angie.

-El pequeño William Goku no se enterará. -Nos reímos.

- ¡Llegamos! – Salgo apresurada.

Todo ocurre con total rapidez, resulta que papá tiene amigos en todos lados, llamó a un abogado de la familia que tenía un amigo que aceleró las cosas. A eso le llamo, buenos contactos. Fue casi perfecto exceptuando el hecho de que Noelle casi se desmaya al ver el anillo.  Pero como ella dijo entre tambaleos, no puede desmayarse en un día tan especial como este, rápido, pero especial.

Lo mejor es que ahora es toda mía con papel incluido.

-Tranquila Edwards, aún existe el divorcio- bromea Angie. En eso me abraza y palmea suavemente mi espalda. -Felicidades bruja.

-Gracias- la abrazo emocionada. Si igual nos toleramos, con odio, pero tolerancia al fin y al cabo.

- ¡Mucha suerte chicas! - nos abraza Gabi-  Exijo una posterior celebración cuando todo esté bien. ¡Y quiero conocer a mi ahijada! Para que aprenda cosas de su tía Gabriela.

-Por favor no- se oyen 3 voces. Nos reímos.

 

Minutos después.

-Vamos- escucho un hipido. Es papá.

- ¿Y ahora qué? – me sorprendo. - ¿Estas bien?

-No puedo creer que ya estés casada. Tenga una nieta…- gimotea. – Lo siento, los años…

-Tranquilo- me paro del asiento trasero lo abrazo y beso su mejilla. -Pronto tendremos todo el tiempo del mundo para aprovechar eso.

-Si- se carcajea. -Y yo podré jubilarme tranquilo.

Antes de que llegásemos nuevamente al orfanato.

-Nunca me dijeron ¿Cómo la eligieron a ella?

-Fue Noelle…  -Me levanto de hombros- a mí me dijo ‘’anciana’’ la primera vez que nos vimos. -Te espera un castigo mocosa…

Se ríen.

-A mí me recordó a alguien- me mira y mueve las cejas.

-Que miedo- escuchamos de al frente. -Me cruzo de brazos.

-Tiene futuro- digo sin más.

-Y yo tengo experiencia. – Me mira haciendo sonar sus dedos, aush Tina, pórtate bien.

- ¿Oye y como lo harás? – le pregunto a papá.

-Pero si ya tienen el papel.

-El trámite dura unos meses… O años si tenemos mala suerte.

-Eres una Edwards- levanta una ceja- no durará años. Y, por cierto…- baja la voz- ¿le dijiste a tú pequeña lo que eso significa?

-No. – susurro. Con la mirada me deja en claro que es un asunto que debo zanjar de inmediato.

 

Entramos los 3 a la oficina, el director nos mira y palidece cuando papá encabeza el desfile. Viejo de mierda, aún recuerdo cuando de pequeña creía que él podía hacerlo todo; ahora de adulta sé que no es así…. Pero puede hacer mucho más que una persona común y corriente. Yo me aparté de este mundo cuando conocí a Noelle, así que solo soy conocida en el área médica.

Se saludan y el viejo afirma que está todo listo, es cosa de esperar la respuesta.

-Supongo que no hay razones para que mi familia sea rechazada por esta institución.

-No … ¡Claro que no! - se espanta el director. -Es de arriba donde viene todo el papeleo.

-Ah muy bien, entonces imagino que, si quisiésemos adoptarla, ¿por usted está bien?

-Por supuesto que si- afirma. – pero ….

-O sea que, tomando en cuenta que se aceptará la solicitud de adopción, y que contamos con el apoyo de esta institución y la confianza del director- sonríe asintiendo- no hay problema en adelantar las cosas.

Eso es papá, ‘’entre la espada y la pared’’

-No, claro que no.

-Oh, no tenga dudas que seguirá contando con nuestro apoyo. – Sonrío a mis adentro, ahí es cuando con la espada le pincha el pecho. Es cosa de ver los fuertes ojos verdes de mi padre.

-Gracias- se pone de pie - ¿Tengo su autorización para llevárnosla? Por supuesto cargaré con toda la responsabilidad.

-En ese caso… necesitaremos un…- papá toma su teléfono.

- ¿Abogado?

El resto es historia.

 

Tina

Me trato de levantar un poco el vendaje y ver cómo va el color en mi tobillo. Duele un poco menos que ayer, pero ¡aush si me lo toco! se me asoman las lágrimas.

Suspiro aburrida y triste.

-Pulga no te toques el vendaje. – Me giro tan rápido que mi cuello duele. Me lo sobo mirando a Christine.

- ¿¡Qué haces aquí!? -No puedo ocultar una mueca de felicidad.

-Oh, me preguntaba si quisieras…

- ¡Claro!

Ella sonríe creída.

-Digo… no tengo nada más que hacer. – Aclaro orgullosa. Ella suelta unas carcajadas.

-Me refería a para siempre. -Me observa fijamente.

- ¿Enserio? - ¡No puedo creerlo!

-Si.

- ¿Dónde está Noelle? ¿Ella está de acuerdo?

-Claro que si, ya viene. -Se sienta en la cama. -Pero le dije que quería hablar contigo a solas… Además, me retaría- dice rápido.

- ¿Qué pasa? – la miro.

-Si vienes conmigo, quizá tengas que esforzarte un poco más que el resto de los de tu edad.

-Contigo cualquiera. – Levanto una ceja.

-No me refiero a eso peque. -aclara enfurruñada. -Pero puede que tengas algunas visitas a tus abuelos, que tengas que aprender cosas nuevas… algunas horas al día.

-No se ve muy terrible- apunto. - ¿Qué cosas nuevas? -Sus verdes ojos recorren mi cara.

-Olvídalo. Ven con nosotras, no tengo mucho que ofrecerte además de un tierno, suave, y gordo gato gris.

-Me parece genial- sonrío- ¿Eso es todo? -Nos miramos desafiantes.

-Quizá un par de mujeres adultas que te tienen bastante cariño para ser unos días juntas – Siento una alegría enorme que ni yo me esperé. Me sorprende levantando su dedo a mi nariz. - aunque tengas los ligamentos de goma.

- ¡Oye! -Me quejo con la garganta doliendo.

 

Christine.

En eso la pequeña pulga comienza a llorar.

-Hey, tranqui- coloca su frente cerca de mi clavícula- Ya… - La dejo tranquila un rato. El bullying puede esperar, así que la abrazo.

Siento un flash

- ¡Noelle maldita sea! ¡me expones!

-Cállate- gimotea. -Esto es muy bello.

- ¿Qué tal si te unes? Tenemos mucho que hacer. -Miro un mueble con ropa de ella apiñada.

-Claro- salta feliz y la abraza.

 

Horas después.

Mi teléfono suena, lo ignoro rogando que me dejen un segundo tranquila.

- ¡Se me olvidó decirles a Gabi y Angie que mantengan la boca cerrada! - ahora están todas queriendo enterarse de la novedad y porque no decirlo, tomarme el pelo.

-Es porque nos aman- Sonríe colgándole a Caro. Mira a la pequeña recostada a su lado en el sofá y entre ellas el estúpido y sensual Tomás.

-La pequeña Tina Edwards… le queda- opino.

-Si- me observa un rato- ¿Le dijiste que es prácticamente millonaria?

-No.- Me rio- decidí que no la voy a forzar a esto. -Me siento en lo que queda de sofá. - Que ella decida si quiere seguir con todo, es su derecho elegir, no mío, ni de papá. 

Los ojos de Noelle se empañan.

-No puedo creerlo- me sorprende, mención honrosa a las glándulas lagrimales de Noelle. - ¡Has madurado algo estos años!

- ¡Hey!  - ¡ya basta de maltrato!

-Es broma, pero aun así no puedo estar más de acuerdo contigo… por primera vez. -Su vista se ve cálida. – Te amo

-Y yo a ti- susurro. -Apago el celular y me quedo abrazada a mi familia un rato. 

 

 

Notas finales:

Aaaaaaaaaaaw, espero les haya gustado. Quiero expresar mi mas sincera sorpresa por el tremendo shipeo que ha recibido la parejita de Sam y Chloe, es decir, pensaba que un grupo se pondría de parte de una o de otra pero no ¡Que se haga el amor! Ahora bien, no me odien por no haber puesto romance o que se yo. Seamos sinceras, estas no se van a amar de la noche a la mañana XD Es imposible de concretar en un epilogo así que...

 

(redoble de tambores tatatatatatatatatatata...)

 

Tengo ciertas propuestas indecentes para el público :$ 

 

1. Escribir una historia aparte en la que las protagonistas de ''mi pareja perfecta'' ya hayan pasado a segundo plano, eso significa que no será ''mi pareja perfecta 3'' si no que otra historia. Será varios años después con estos jóvenes más adultos ;D

 

2. Me sugirieron por interno hacer una especie de entrevista, o programa de entrevistas en donde participen las personajes de todas la historias, o la mayoría de ellas, o de solo una. (uds deciden y no. No hagan las preguntas ahora par favar)

 

3.  Hola. (No se me ocurrió nada)

 

¡Espero sus respuestas! 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).