Día Jueves…
15 de junio…
Mansión Kusanagi…
3 de la tarde…
Mambrú se fue a la guerra
Que dolor
Que dolor
Que pena (esto lo saque de los simpson)
Shingo llega a su entrenamiento como todos los días, pero la casa esta vacía, excepto por el moreno que al oír el timbre se asoma por la ventana
– Hola sensei – Yabuki agita la mano desde la acera
– Ah eres tú Shingo, sube - la voz de Kyo se oye con desgano
El chico subió y llego a la habitación de su maestro, al abrir la puerta encontró a Kyo acostado en su cama jugando game boy; vestía con unas bermudas y una camiseta sin mangas. Shingo se quedo embobado ante el panorama, no quitaba la vista de encima de el moreno y sus bien formadas piernas. Cuando el moreno vio que su alumno no se movía quito la vista del aparato y noto que Yabuki lo observaba fijamente.
– ¿Qué tanto me ves? – pregunto Kusanagi en un tono de voz más elevado, lo que hizo que Yabuki volviera a la realidad
– Nada sensei – dijo el muchacho con nerviosismo por lo que Kyo comenzó a jugar de nuevo – ¿a que hora comenzará el entrenamiento? – pregunto Shingo
– A es cierto, hoy no vamos a entrenar – contesto despreocupado el moreno
– ¿Por qué? – los ojos del joven eran de tristeza
– Porque no hay nadie, ¿para que nos preocupamos si nadie va a saber si entrenamos o no? – Decía Kyo sin quitar la vista del juego – así que puedes irte
– Entonces nos vemos mañana sensei – el aprendiz hizo una reverencia – adiós Kusanagi-san – dio la vuelta
– Adiós Shingo
Yabuki se iba a retirar, pero cuando se puso a pensar se dio cuenta que era su oportunidad para decirle todo a su maestro, y al verse frente a la puerta, en lugar de abrirla, le puso seguro.
– Kusanagi –san, necesito decirle algo importante – Yabuki se acerco y se sentó en la cama junto a su maestro
– ¿Qué quieres decirme? – Kyo seguía jugando como si le valiese sombrero de que su alumno quería decir, esta actitud molesto a Yabuki como nunca e hizo que le arrebata el juego y lo aventara – ¿que demonios te pasa Yabuki?
– Le dije que necesitaba hablar con usted y creo que merezco algo de respeto y atención – la actitud que tomo Shingo sorprendió al moreno que se quedo callado, por lo que su alumno prosiguió – Kusanagi -san yo lo… usted me… – ahora que tenia toda la atención de su maestro no podía ni articular palabra, Kyo solo miraba confuso y un poco asustado cuando su alumno comenzó a acercar su rostro al suyo
– ¿Tú me qué Shingo? – por fin hablo Kusanagi
– Yo lo amo sensei – el muchacho trato de besar a su maestro, pero al momento en que acabo de decir lo amo sensei, el moreno salto de la cama como si tuviese resortes en el cuerpo
– ¿Qué? – Kyo tenía los ojos como platos, para Shingo la primera vez fue difícil pero después lo dijo con naturalidad
– Que yo lo amo sensei
– No puede ser, estas bromeando verdad, si, eso es – el moreno soltó una carcajada – mira como me rió, si funciono tu broma, hay que chistoso – Kyo se dirigió a la puerta trato de abrirla pero tenia seguro
– No Kyo-san, no estoy bromeando – la sonrisa se borro del rostro del moreno, vio como Shingo caminaba hacia él, y comenzó a hablar nerviosamente
– Ya… Yabuki piensa las cosas tú, yo, hombres – Kyo caminaba hacia atrás y no vio el game boy en el suelo por lo que al pisarlo falseo el pie y cayo al suelo
Shingo aprovecho y lo sujeto de los brazos, poniéndose a horcajadas encima del moreno; aunque trataba, Kusanagi no podía safarse, o una de dos: gracias a la excitación Yabuki había sacado fuerzas sobrehumanas, o debido a la impresión las fuerzas de Kyo habían desaparecido. De pronto el moreno sintió unos labios junto a los suyos, y una lengua tratando de abrirse camino hacia su boca, Kusanagi no contesto el beso de su alumno, pero una idea le llego a la cabeza, tal vez si cedía Shingo se daría cuenta de su error y se dejaría de mariconadas.
O error, al momento que dejo que su alumno entrar a su boca una serie de sentimientos despertó dentro de él y comenzó a sentir calor , sus músculos dejaron de resistirse y Yabuki en ese momento le soltó de los brazos como si supiera que ya no intentaría escapar, al principio del beso solo era su alumno el que actuaba pero después Kusanagi puso su lengua en acción, al principio con miedo, pero después exploro toda la boca de su alumno, puso una mano en la nuca de Shingo y la otra en su espalda, haciendo que el beso fuese mas apasionado, al separarse los dos jadeaban, de repente el rostro de Shingo se sonrojo pavorosamente y se quito de encima de su maestro, arrodillándose en la alfombra, el moreno se levanto por lo que Yabuki pensó que todo había terminado allí, hasta que sintió que unas manos lo recostaban, alzo la vista y vio que era su sensei. El moreno comenzó a desvestirlo quitándole la camiseta primero, acariciando todo el pecho de su alumno bajando la mano poco a poco hasta el cierre del pantalón, bajo el cierre e introdujo la mano hasta tocar el miembro excitado de Yabuki, haciendo que el chico se sonrojara mas, Kyo comenzó a acariciar el miembro de su alumno el cual comenzó a gemir de placer, buscaba los labios de Kusanagi con desesperación, de repente el moreno lo soltó y comenzó a desvestirse, cuando Yabuki vio el torso desnudo de su maestro aumento su excitación y comenzó y lamer los rosados pezones de Kyo, después de un rato los dos estaban totalmente desnudos, Kyo bajo besando el cuerpo de su alumno hasta llegar a la parte privada de Shingo, el cual comenzó a gemir fuertemente al sentir la lengua de su maestro recorriendo, y lamiendo todo su miembro.
Unos minutos después el moreno se recargo junto a la cama atrayendo a Shingo, Kusanagi se sentó e hizo que su alumno se sentara sobre él, penetrando poco a poco Yabuki, el chico ponía el ritmo puesto que Kyo no quería lastimarlo, Shingo se aferra a su maestro con fuerza, mientras Kusanagi juega con el miembro del chico. El ritmo de Yabuki iba en aumento cada vez mas y mas rápido, el moreno beso el cuello de Shingo succionando por un tiempo provocando la aparición de un chupeton, minutos mas tarde debido a la excitación de sentir a su maestro en su interior, Yabuki no pudo mas y termino, el moreno al sentir el liquido de Shingo en su torso termino dentro del chico, mientras lo besaba con pasión.
Cuatro treinta, Saisyu y Shizu llegan a la mansión Kusanagi, cuando entran todo esta en calma, pero escuchan un ruido proveniente de la sala, la televisión esta encendida, ven a Shingo y a su hijo sentados en el sillón comiendo rosetas de maíz
– Konichiwa Shingo-san, konichiwa hijo – dijo Shizu sonriendo
– ¿Como estuvo el entrenamiento? – pregunto Saisyu mientras tomaba asiento
– Estuvo perfecto ¿no es así Shingo? – el moreno miraba de forma lasciva a su alumno, el muchacho se sonrojo sin poder articular palabra.
Desde ese día los entrenamientos de Kyo y Shingo son de lunes a domingos, aunque su día favorito es el jueves, por ser el día libre de los empleados y sus padres se van a pasear, por lo que pueden hacer y decir lo que quieran.
FIN