Capítulo ll
...
AUTORA POV.
Unos ojos miraban aquel sobre que sostenía entre sus manos que, al igual que ella, estaban perfumadas con una suave pero exquisita fragancia a vainilla. La pelinegra se debatía si dejar el sobre o salir corriendo lo más rápido que podía de allí antes de ser reconocida, un montón de pensamientos abundaron en su cabeza en los cuales todo salía mal. El miedo no tardó en aparecer, haciendo que la joven de cabellos ondulados dé un paso atrás aún con el sobre entre sus dedos, dispuesta a irse de allí y hacer como si no hubiera pasado nada, dio media vuelta y trató de avanzar si no fuera por un suave apretón en su brazo.
-¿A dónde crees que vas?-la pelinegra volteó encarando a la dueña de aquella voz-Dime que no te estas arrepintiendo, no después de todo por lo que tuviste que pasar-la joven de cabellos negros agachó la cabeza, avergonzada-Nicole...-llamó la más alta a lo que la pelinegra alzó la cabeza sonriéndole. Pero qué estaba pensando, rendirse tan fácilmente, no después de todo lo que tuvo que soportar. La más alta le devolvió la sonrisa-Anda ya, tonta, yo te cubro.-
-Ann...gracias-dijo Nicole provocando en la chica de piel apiñonada una sonrisa sincera mientras veía como su amiga caminaba a pasos seguros hacia aquella dichosa mesa-
-Tonta...-murmuro Ann, negando levemente con la cabeza mientras mantenía su sonrisa-
Nicole miró por última vez aquel sobre café, lo miró con nostalgia, aquel sobre contenía sus más puros sentimientos, aquellos sentimientos que tuvo que guardar en silencio durante cuatro años. Acerco el sobre hacia sus labios y deposito un pequeño beso, la pelinegra cerró sus ojos imaginando como aquella persona que tanto amaba cogía su sobre, lo abriría y leería cada palabra escrita por ella. Alejo el sobre dándole una última mirada, y sin más lo dejó sobre la mesa muy bien decorada. Suspiró. Nicole levantó con cuidado su vestido, lo suficiente para darle espacio a sus pies para que pudieran correr lo más rápido de allí.
-¡Muy bien chicos, tomemos un descanso!-gritó animado el Dj escuchándose una queja por parte de los jóvenes y risas de otros-¡Pero no se preocupen que la fiesta continua!-un grito de emoción se dejó escuchar por parte de todos hasta de los maestros, la música seguía, pero los jóvenes se fueron sentando en aquellas mesas decoradas tan cuidadosamente para la ocasión-
Una chica de piel clara y de cabellos morenos, venía agitada hacia su mesa con una gran sonrisa después de haber bailando tanto, pero antes de sentarse vio algo inusual en su mesa, que otras mesas no tenían, un sobre.
Nicole se había ido corriendo hacia su mesa, que para su suerte estaba lejos de la anterior pero obtenía una vista directa, así podía ver la reacción de la morena.
Todas sus amigas estaban con el aliento a alcohol y se reían recordando sus vergüenzas en el colegio mientras que la pelinegra observaba pacientemente emocionándose al ver que la morena ya se encontraba leyendo. Un brazo se pasó alrededor de su cuello y el aliento a alcohol de Danny, su amiga, se hizo más intenso ya que esta se había apegado a ella. Todas sonreían, contagiando a la pelinegra. Hicieron un brindis, por su amistad, por sus aventuras juntas, por sus vivencias, las nuevas amistades y las que se fueron, por sus peleas tontas y las reconciliaciones más dramáticas y por un futuro juntas.
-¡SALUD!-gritaron todas al unísono, chocando sus copas entre las siete grandes amigas partiéndose de risa poco después-
Para cuando Nicole termina de beber toda la copa, esta dirige su mirada hacia la mesa de la morena, grande fue su sorpresa al ver que ella no estaba y solo se encontraban sus amigas charlando. Todas sus amigas saben lo que Nicole siente por la morena y no tuvieron problema en aceptarlo ni al principio ni ahora, se les hacía normal. Pero la pelinegra había cogido más confianza sobre este tema con Ann, claramente todas sabían sobre la carta que Nicole le había escrito a la morena pero Ann le había ayudado bastante desde el principio. Vagó su mirada hasta chocar con la de Ann y susurró "No está". Ann volteó en dirección a la mesa de la morena, ya que se encontraba de espaldas, al volver miró a Nicole alzando los hombros en señal de confusión. Nicole suspiró por segunda vez esa noche.
-¡Hey, hey! ¡Regresamos, chicos!-se escuchó de pronto la voz del Dj provocándole un sobre salto a Nicole y gritos de emoción de otros- Disfrútenlo, muchachos. Aquí va...la última canción.-
Los jóvenes no se hicieron de rogar y llenaron la pista en un abrir y cerrar de ojos. Un jalón de mano la hizo reaccionar, sintió sus pies correr por instinto y de pronto ya se encontraba en la pista de baile. Sintió la música retumbar en sus oídos y sin dejar pasar un segundo más disfrutó de su noche, alzaba los brazos en el aire mientras bailaba al ritmo de la música. Su grupo de amigas habían hecho un pequeño círculo de entre la multitud.
Nicole estaba feliz, disfrutaría aquella noche como si fuera la última, a pesar de que sintiera el corazón saliéndose de su pecho, la angustia de no saber dónde estaría la morena la mataba y sobre todo el cómo se lo habría tomado.
-¡Wooh!-gritó de repente en un intento de desahogar todo lo que sentía en ese momento; nostalgia, ansias, angustia, felicidad, tristeza y otros sentimientos más se fueron en aquel grito, sus amigas se le quedaron viendo divertidas e imitándola siguieron con su grito alzando los puños en el aire, poco después todos en aquella fiesta alzaron sus voces en un grito lleno de emociones-
Un sonido fuerte se dejó escuchar por todo el lugar, como una pequeña explosión. De pronto miles de pequeños papeles dorados caían sobre todos los jóvenes.
La vista era realmente triste y tierna; chicas y chicos se abrazaban entre ellos, unos llorando y otros riendo. Nicole miró a sus amigas que al igual que ella estaban con los ojos llorosos y sin aguantarlo más, todas se fundieron en un abrazo. Todas se separaron con sonrisas en sus rostros. Era definitivamente una noche preciosa.
Nicole reía con sus amigas hasta que, entre la multitud de personas y los pequeños papeles dorados en el aire pudo divisar a la morena. Estaba parada, quieta mirando fijamente a la pelinegra. Nicole abrió los ojos en demasía al darse cuenta que la morena estaba avanzando hacia ella. Por cada paso que avanzaba la morena, Nicole sentía que se le cortaba la respiración. Hasta que quedaron frente a frente, la morena no despegaba su mirada de la pelinegra; intimidándola.
-Diana...-susurró la pelinegra casi sin aliento-