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YOU AND ME por Forbidden Vianey

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Notas del capitulo:

Bueno yo defiendo a capa y espada que Kurama ama a Hiei y Hiei ama a Kurama así que éste es un pequeño fic romántico y con mucho amor y miel. No quisiera que pasara de los tres o cuatro capítulos cuando mucho pero ya veré, ahora mismo estoy escribiendo el tercer capítulo pero mientras llega a la red... DISFRUTEN ESTE ^O^

La tarde estaba cayendo con rapidez, el color violeta ya pintaba el cielo. Kurama miraba desde la ventana esperando por su youkai de fuego. Habían pasado ya dos semanas desde aquella torpe confesión que tanto había planeado y al final, como un adolescente nervioso, había dicho  de la manera más torpe e incoherente del mundo. Sonrío recordando la expresión de Hiei, el youkai al principio se había fastidiado un poco por su indecisión, luego su cara había mostrado confusión al no entender bien que era lo que Kurama trataba de decir con esos balbuceos y palabras a la mitad y al final el sonrojo que cubrió sus mejillas cuando las tan anheladas palabras por fin llenaron el ambiente entre los dos. Hiei se había quedado estático, sin saber que contestar, sin saber que hacer, los labios entreabiertos en completa incredulidad. Kurama temió un rechazo,  una mala palabra o peor; una huida. El zorro  estaba a punto de decir algo más para aminorar la tensión cuando notó el cambio en la expresión del youkai; la mirada se había suavizado y los ojos brillaban como si intentara decir algo, parecía como si Hiei quisiera acercarse pero no pudiera. Al zorro no le sorprendió esa actitud, Hiei no era precisamente el ser más afectivo del mundo y demostrar lo que estaba sintiendo debía serle muy difícil. Con sumo cuidado Kurama se acerco a Hiei y para su sorpresa Hiei se acerco también, sin pensarlo mas lo envolvió en sus brazos con fuerza para nunca mas dejarlo ir.

 

-¿Que estas mirando?- la voz profunda del youkai lo saco de sus recuerdos -.

 

Hiei estaba de pie detrás del él, al parecer había entrado por la misma ventana en la que el seguía apoyado y tan concentrado como estaba, ni siquiera lo notó.

 

-Nada, solo estaba esperándote

 

Hiei sonrío un poco y correspondió al abrazo que Kurama le ofrecía, un beso tierno probó la piel de su mejilla antes de deslizarse hasta su boca y detenerse ahí por mucho más tiempo. Hasta ahora el youkai había aceptado bien las muestras de afecto que Kurama le proporcionaba, desde un beso o una caricia hasta dormir con él por las noches. Aun así, Kurama aun no intentaba llegar más lejos, quería darle tiempo a su youkai para asimilar todas las nuevas emociones que su relación representaba. Pero Kurama debía admitirlo, se moría de ganas por hacerle el amor.

 

*

 

La tarde era fría y Kurama seguía haciendo sus deberes escolares mientras Hiei sentado en la ventana, miraba el cielo sin estrellas, pronto seria invierno.


 - Creo que eso es todo- dijo Kurama estirándose felinamente en su silla luego de cerrar el ultimo libro -. Vamos a dormir.

 

Hiei se volvió hacia su zorro con una duda en la mirada.

- Kurama...

-¿Si?- Kurama buscaba en sus cajones la ropa de dormir, a  partir de ahora debían usar algo mas abrigador-.

-Nosotros vamos a ser... emm... ¿compañeros?

Kurama se volvió con una sonrisa y camino hasta su youkai para abrazarlo.

-Nosotros ya somos compañeros Hiei

Hiei asintió devolviendo el abrazo pero algo aun lo perturbaba

-Entonces, debemos tener mas confianza entre nosotros  ¿verdad?. Decirnos todo y ... bueno, no tener secretos.

-Pues... claro. Podemos decirnos todo. Tal vez haya cosas que no necesitemos saber uno del otro, no es necesario decir absolutamente todo. Si quieres guardar algo para ti esta bien.

El youkai penso un momento. Su cara estaba en el pecho de Kurama, por lo que éste no podía verla.

-Y aun si las cosas que nos dijéramos no fueran del todo buenas o guardáramos algún secreto... aun seriamos compañeros, aun seguiríamos...

-Sí, aun seguiríamos queriéndonos

Hiei levantó la cara y sonrió un poco. Al parecer su duda estaba resuelta.

-¿Vamos a dormir?

-Si

*

 

Afuera llovía, seguramente era la última lluvia de la temporada y por lo tanto el agua ahora era fría. Hiei no había regresado aun y Kurama estaba preocupado, al lado de la ventana se amontonaban las toallas preparadas para cuando fuera necesario secar al youkai. La ventana tuvo que ser cerrada para evitar que el agua entrara. Un golpecito en el cristal hizo que Kurama prácticamente saltara y de un solo paso estuviera frente a la ventana abriéndola tan rápido que sus dedos eran torpes.

El youkai entro empapado y Kurama se apresuro a ayudarlo a secarse y sacarse las ropas,

-Quítate las ropas o vas a resfriarte- sugirió Kurama secando su cabello-.

Hiei tomo la mano de Kurama y le hizo quitar la toalla lentamente para mirarlo a los ojos. La mirada color sangre era suave y apasionada, sexy pensó Kurama.

-Tal vez necesite algo de ayuda- sonrío el youkai -.

Kurama tembló entendiendo la provocación de Hiei, el youkai estaba se lo mas sexy con las ropas mojadas pegándose a su cuerpo, la humedad de su cabello y las gotas de lluvia que pelaban su piel.

Con cuidado Kurama comenzó a quitar la bufanda blanca tirándola al piso al igual que la toalla ya olvidada. Hiei lo miraba intensamente, sus miradas  no se apartaban ni un segundo. Había un sentimiento de complicidad y deseo en cada movimiento, en cada respiro.

La lluvia seguía golpeando la ventana mientras el ambiente en la habitación se iba calentando.

Kurama había quitado la camiseta de Hiei antes de abrazarlo con fuerza y besarlo como si

fuera la última vez. Hiei estaba prácticamente colgado de su cuello, en las puntas de sus pies para alcanzarlo. Compartían un beso tan apasionado como nunca. Kurama apretaba el cuerpo delgado con tanta fuerza que apenas le permitía respirar y aun así parecía que jamás podría tener a Hiei suficientemente cerca, era como si quisiera ser uno con el para siempre.

Las caricias y los besos estaban subiendo de tono y se hacían cada vez más íntimas. El youko fue por los cinturones con una mano y abrazo la cintura esbelta con la otra. Sin dejar que se apartara ni un milímetro lo fue empujando hacia la cama y Hiei cedió.

El zorro apenas podía creerlo, en verdad iba a hacerle el amor a Hiei esa noche. Lo invadió la ternura y la emoción al pensar lo inmensamente afortunado que era al ser el primero en la vida de su adorado youkai. Él seria el primero y ultimo, el único. Así como Hiei seria el último para él y desde ahora el único para siempre.

Las piernas de Hiei tocaron la cama y Kurama lo ayudo a recostarse lentamente, dejando un momento su boca para mirarlo a los ojos y comprobar el deseo y amor que reflejaban.

-Te amo-le murmuro Kurama muy cerca y Hiei sonrió-.

-Y yo a ti- susurro Hiei tan bajo que sus palabras apenas era audibles-.

Kurama bajo por su cuerpo con caricias lentas y fue por las botas primero. Con algo de dificultad las quitó, estaban completamente empapadas al igual que los pantalones. Aun así Kurama no quería ir muy rápido, quería disfrutar cada instante y volver loco de deseo al youkai. Con esa idea regreso a los labios entreabiertos del youkai que lo recibió con un abrazo ansioso. El zorro apoyaba todo su peso sobre el cuerpo más  pequeño haciéndole sentir la excitación que crecía bajo su ropa. Se separaron por un poco de aire y Kurama aprovecho para besar la mejilla pálida y húmeda, los pómulos, los ojos, delineando con besos las facciones del demonio de fuego que acariciaba su espalda por debajo de la camisa. El youko no tardo mucho en ir por  la piel sensible de su cuello, disfrutando el sabor y el olor de su youkai como nunca había disfrutado nada en toda su vida. Cuanto lo adoraba. Lo amaba tanto que a veces creía que no le cabía en el pecho un sentimiento tan grande y que se volvería loco si algo le llegara a pasar a quien ahora era la razón de su vida.

Hiei gemía suavemente cuando el youko mordía su cuello, las caricias descendían por su pecho palpando la piel suave y los músculos tensos. Kurama bajo un poco más besando cada centímetro de piel en su camino y tomo un pezón rosado en su boca chupando y besando con vehemencia, haciendo a Hiei gemir y moverse buscando mas contacto. Una mano ávida buscaba ya abrir los cinturones mientras los labios del zorro seguían trabajando en el torso desnudo y delicioso de su amante. Su amante. Su amado.

Los cuatro cinturones finalmente estaban abiertos y Kurama deslizo su mano dentro. Hiei gimió y se arqueo cuando la mano de Kurama llego hasta su excitación acariciando lentamente.

-Ahh.... Kurama...

El youko sonrió y descendió, deteniendo las caricias un momento para quitar los pantalones completamente. Su youkai era hermoso. La piel pálida y mojada, los músculos tensos, el deseo impreso ya en su cuerpo lo hacían parecer un espejismo, una ilusión, se veía tan hermoso e irreal. Kurama dio un gran suspiro, amaba tanto a ese youkai, y esa noche por fin tendría la oportunidad de demostrárselo físicamente, haciéndole probar el placer que pensaba darle el resto de su vida. Hiei estaba sonrojado y nervioso, miro hacia un lado tomando la sabana y tratando de cubrirse pero Kurama lo detuvo.

-No, déjame verte... eres tan hermoso...

Hiei se sonrojo más y aparto la mirada. Estaba algo nervioso pero amaba a Kurama, quería pasar el resto de su vida con él, quería tener más confianza en su compañero.

-Parece que ahora soy yo quien necesita ayuda- dijo el zorro sentándose en las caderas del

youkai-.

Hiei sonrió un poco y comenzó a desabotonar la camisa con torpeza. Estaba nervioso y ansioso, necesitaba a Kurama. Quería entregársele en cuerpo y alma. Los botones se resistían demasiado y Hiei comenzaba a desesperarse, necesitaba a su zorro ahora. Con un jalón la camisa quedo deshecha en varios pedazos y Kurama se sorprendió.

-Parece que estamos muy ansiosos ¿verdad?- rió suavemente mientras volvía a recostarse sobre el youkai y tomaba sus labios en un beso profundo-.

 Hiei buscaba abrir el pantalón café que Kurama llevaba pero estaba perdiendo la paciencia otra vez.

-Espera- lo detuvo Kurama- yo lo haré, no quiero que lo rompas también- le guiño el ojo-.

Sin dejarlo salir de debajo de su cuerpo se quito los pantalones con algo de dificultad. La ropa interior le siguió mientras sentía el temblor del cuerpo debajo suyo por el roce que sus movimientos provocaban.

Finalmente estaban desnudos y habían olvidado por completo el frío de la noche, entre ellos solo había calor, en sus cuerpos y en sus corazones.

Kurama besaba apasionadamente al youkai acariciando su cuerpo, las mano de Hiei recorrían su espalda tratando de traerle mas hacia sí.

-Hiei- hablo Kurama muy cerca- te amo, quiero estar contigo el resto de mi vida. Quiero estar contigo siempre.

Hiei lo miraba con los ojos brillantes de amor y deseo, Kurama estaba tan cerca que casi estaba fuera de foco.

-Kurama, yo... también quiero estar siempre contigo... no sé que decir... yo...

-Di que si...

-¿Que si?...

-Di que vas a compartir votos conmigo, mi youkai...

Hiei comprendió lo que Kurama trataba de decirle y lo abrazo fuertemente, emocionado por sus palabras.

-Si zorro, quiero que compartamos votos.

Sus labios se unieron aun sonriendo, estaban tan felices. Kurama continuo con sus caricias tiernas, excitando a su youkai pero Hiei partió el beso mirándolo a los ojos.

-Kurama yo... tengo algo que decirte, algo... algo sobre mi pasado que...

-Shhh- lo cayo Kurama con un  dedo sobre sus labios- ¿no puede esperar? estoy tratando de hacerte el amor...

Hiei se sonrojo y se abrazo nuevamente a su zorro, deseando que el youko pudiera ver en su corazón y saber lo mucho que lo amaba, lo mucho que significaba ese momento para él más allá de sus recuerdos...

Kurama bajo nuevamente por su cuerpo besando y lamiendo, arrancando gemidos cada vez mas fuertes de los labios húmedos de su youkai conforme se acercaba a la parte mas sensible de su cuerpo. La excitación de Hiei rogaba por atención y Kurama no lo dudo ni un segundo, humedeció sus labios casi saboreando a su youkai antes de tiempo y lo tomo todo en su boca.

Hiei gimió fuerte y se arqueo aferrándose a las sabanas, apretando tan fuerte los puños que sus nudillos se volvieron blancos. Una onda de placer recorrió todo su cuerpo y lo hizo perder el control. Kurama seguía bajando y subiendo por su longitud y Hiei movía las caderas inconscientemente al ritmo de Kurama. El placer era demasiado, era como si su cuerpo fuera demasiado pequeño para soportar tanto placer.

-Ahhh!... Kurama... Kurama...

Kurama había soñado tantas veces con tener al youkai así que escuchar su propio nombre en la voz ronca y llena de deseo del youkai le parecía un sueño. No quería esperar más, quería tomar a Hiei y entregársele por completo ahora mismo.

Hiei soltó un quejido de frustración cuando Kurama abandono su excitación y subió por su cuerpo. La sangre le hacia hervir el rostro y su respiración estaba agitada  Se miraron un segundo respirando el aliento del otro antes de unir sus bocas en un beso profundo y apasionado.

Kurama se acomodo entre las piernas de Hiei y se froto contra él haciendo al youkai gemir en el beso y arquearse contra él.

-¿Estas listo?- pregunto el zorro dulcemente en su oído en un tono bajo y amoroso-.

Hiei asintió abrazándose más fuerte a su youko, aferrándose a él. Ninguna duda en su mente,

solo quería pertenecerle a Kurama el resto de su vida, lo amaba tanto...

Kurama se colocó en su entrada y con cuidado empezó a empujar, no quería ir demasiado rápido, no quería hacerle daño, quería que disfrutara de ese momento tanto como él. Hiei se arqueo gimiendo y retorciéndose un poco de tanto placer. Kurama se detuvo un momento sorprendido y abrió los ojos para mirar a Hiei. Había entrado con un solo empujón, el cuerpo de su youkai no había  presentado mucha resistencia. Kurama se quedó helado ante el pensamiento. Estaba mirando a Hiei quien aun tenía los ojos cerrados y esa expresión de placer en el rostro bonito. Se veía tan hermoso, tan condenadamente hermoso. El cabello le caía en la frente, el sudor resbalando por su cara, los ojos fuertemente cerrados, los labios húmedos y entreabiertos, se veía... irreal.  El youko estaba embelesado mirando esa perfecta imagen de su youkai pero al mismo tiempo su mente vagaba por un lugar muy lejano.

*No es posible... debe haber algún error...* Hiei gimió un poco nuevamente y Kurama trago fuertemente.

 No podía creerlo... Hiei no era virgen.

 


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