Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

el hombre del cuello de tortuga por kansagisama

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

despues de mucho sin escribir un cherik traigo esta mini historia que se me ocurrio mientras veia la pelicula y mi hermana decia: -porque siempre usa su cuello de tortuga?

 

Era color negro la noche  que lo conoció en esa fría playa. Tanto su cabello como sus ropas estaban pegoteados a él, Charles se arrojo al mar, lo tomo  en susbrazos por temor de verlo ahogarse.

-te oí en mi mente!, ¿como hiciste eso?...- y Charles se permitió sonreír ante la inocencia del hombre frente suyo. -tu tienes tus trucos y yo los mios-

-...pensé que estaba solo- susurro. Charles negó ante la ironía de que el mismo se preguntó lo mismo tiempo atrás. - no estas solo- fue su respuesta.

 

Era color oscuro con chaqueta de cuero la noche en que creyó que se marchaba llevando consigo las cosas que él creía que lo ayudarían a matar al hombre que arruino su vida.

-no se hacer amigos- fue su respuesta al ver como el ojiazul intentaba persuadirlo. Y el volvió a sonreír por segunda vez en esa misma noche. -yo te enseñare hacerlos- esa era su promesa.

Fue el mismo conjunto el día que fueron en busca de un nuevo aliado, un científico tan inteligente como extraordinario. Hank McCoy. Charles comenzaba a preguntarse si ese era el único conjunto que poseía, pero fue un elegante traje de ocasión que uso la noche que fueron a buscar a una hermosa chica de piel morena, de dudoso trabajo pero extraordinarias habilidades. No solo era diferente la vestimenta del judío sino la expresión en su mirada, tan fascinada. Por primera vez Charles vio un cambio en el.

La noche en los hoteles baratos reclutando mutantes fueron tonalidades diferentes de oscuros, Charles estaba seguro que no conocía tantos negros ¿habia diferencia de uno de otro? Esas noches durmió alado de un hombre que se cubría de la cabeza a los pies su cuerpo entero, procurando de no ser visto en ni un ángulo posible. Y el no preguntó jamas el porque, porque ya conocía la historia. Y se preguntaba si detrás de todo ello. Algo era verdad lo que vio en la mente del magnético. El esperaba que no, y de ser así, estaba seguro que le parecería fascinante y hermoso.

 

Era color azul rey la tarde que lo llevo a su mansión acompañado de su hermana y de los jóvenes que él pensaba instruir como sus alumnos y el cómo su maestro, algo que siempre deseo.

La primera mañana que lo vio correr por el jardín llevaba su cuello de tortuga color café oscuro, nuevamente no alcanzo a ver esa figura que reflejaba en su mente.

La noche que despertó por los pensamientos turbios reflejados en su cabeza fue de color césped muerto. Charles juro que ese color jamás le había parecido tan desagradable como en ese momento, pero no fue hasta que vio los ojos del judío  reflejados al igual que su prenda que sintió nauseas. Sus ojos estaban muertos. Él se dedicó a cuidarlo toda la noche, lo abrazo y no lo dejo en ni un solo momento. Se  pegó a el en esa fría esquina de la habitación. Repitiéndose mil veces de que no era correcto invadir su mente y ayudarlo. Así que solo lo sostuvo en sus delgados brazos. Por primera vez en todo el tiempo de conocerse, Erik le dio permiso de invadir su espacio personal al estar junto a el en su único rincón seguro. Charles se sentía dichoso de que este indomable hombre le dejara tocarlo. Al fin estaba progresando.

 

Fue color celeste claro la mañana que se dedicaron a entrenar a los chicos. Fue mala idea que lo sacara en un día lluvioso ya que al caer el inglés al suelo se llevó consigo al mayor. La única prenda bonita de Erik se arruino.

 

Fueron color gris las noches en que compartieron cama juntos. Erik por primera vez había aceptado que tenia un problema y que necesitaba ayuda. Y por extraño que pareciera, estar bajo las mantas del telepata siempre lo reconfortaba. Una noche Charles se aventuró y trato de acariciar su brazo bajo el suéter. Esa noche descubrió que había sido un grave error. Ni bien se dio cuenta de esto el pelirrojo, le gruño y había dejado una carta de advertencia al hombre que estaba seguro iba a recordar. Al igual que su vestimenta sus ojos estaban perdidos y sin color.

 

La noche en que jugaron por primera vez en su estudio era ese horrible color negro otra vez. En algún punto odio ese color monótono en sus prendas pero sabia que no podía hablar; estaba seguro que a sus espaldas su amigo se reía de sus elegantes chalecos. Cada quien con sus gustos.

Fue una ramera gris la mañana que Erik le dio un rápido primer beso en la cocina. No sabia si impresionarse por el nuevo cambio de look o  por el acto. Lo cierto es que no solo sus prendas eran diferentes sino tambien su sonrisa que resplandecía. En esa ocasión, mostró todos los dientes y el juro ver un tiburón dibujado en su rostro. Luego recordó que los chicos estaban por bajar a desayunar y el retomo lo ocurrido codeando a su amigo quien carcajeó. Por primera vez no había telas cubriendo gran parte de su cuerpo. Erik parecía cambiar. Y el tenia  esperanzas que para mejor.

 

La noche en que la amistad se fue por un caño y el dormir juntos termino siendo hacer el amor. Era su cuello de tortuga color castaño. Charles no iba a negar que fue difícil convencer al hombre en quitarse el suéter. Pero la pasión hizo lo suyo y al final termino aceptando. Esa primera noche el ingles tomo nota de que Erik no estaba aún curado, quizás nunca lo estaría porque al igual que el primer día que se conocieron, y la primera noche que pasaron juntos como amigos, el Judío seguía teniendo ideas errónea de su persona. Pero el nunca logro ver aquellas cicatrices que desfiguraban su cuerpo. No iba a mentir que no había marcas, piel sobresalida en cicatrices de heridas de maltrato en lo ancho y largo de su cuerpo. Pero no estaba desfigurado, pero así como muchas otras cosas en la mente de su amigo, esas imágenes de si mismo eran parte de la mente atormentada del hombre.

 

Las siguientes noches se dedicó a cuidar de el, cada beso, cada palabra, caricia y susurro eran para calmarlo y Charles parecía ver cambios.  Como esa sonrisa de medio lado que hacía ver sus brillantes dientes en la oscuridad. Muchas otras veces dormían en el suelo alado de la esquina que Erik consideraba como su espacio seguro. Siempre acompañado de metros y metros de tela para cubrir sus marcas. El estaba seguro que seguiría amando ese temeroso Erik.

 

Fue color negro otra vez la ultima noche en que jugaron ajedrez en el estudio. Charles comenzaba a odiar ese color. Porque al igual que la prenda, los ojos del magnético estaban fundidos con el. Tan negros y plagados de ira. Una vez más, tuvo miedo de perderlo. ¿Y si todo lo que habían construido había sido en vano? Charles temía que se marchara, olvidándolo por completo.

Esa misma noche hicieron el amor, tan lento y pasional, haciendo que sus dudas se disiparan al sentir al magnético tan entregado a él. Tal vez, después de todo Erik se quedaría a su lado.

-Ich liebe dich- susurro a su oído. Y Charles se odio a si mismo por no saber alemán. La idea de cursar el idioma una vez terminado la guerra no sonaba mal. Así tendría algo más de lo que hablar con su amigo. Ese crepúsculo Charles rezo porque todo saliera bien entre los dos. Fue gracioso como tuvo fe al sentir los brazos del magnético rodearle.

 

El atardecer que llego a la mansión acompañado de Moira y Hank, lo primero que observo al pasar por la vacía habitación del Judío fue aquella prenda color negro gastado.  Erik se había llevado todo consigo y solo había dejado aquella prenda, extendida a la vista de todos, en el borde de la cama Y por primera vez desde que lo vio puesto en el pelirrojo sintió que ese fue su color favorito.

Notas finales:

gracias por leerlo. espero que les haya gustado esta corta historia. me gusta mucho x men pero solo cada millon de años se me da la inspiracion y solo en temporadas de examenes!! 

 

dejen reviews por fis si pueden :3 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).