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Ayúdame a olvidar… por cielhius

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Notas del capitulo:

dedicado a  BLUE WOLF que amo mucho... te  lo dedico a ti amor ....xD ....espero que te guste...

Sus ojos estaban llenos de lágrimas y en su pecho sentía un insoportable dolor. Un dolor que parecía querer desgarrar  lo más profundo de su ser, su cuerpo se sentía pesado... Las lágrimas brotaban con más insistencia de sus ojos, y no tenía ninguna intención de detenerlas. Quería llorar hasta que no tuviera lágrimas para derramar, hasta que sus malditos ojos se secaran, y hasta que su corazón dejara de latir por el intenso dolor.

Se maldecía internamente por ser tan idiota por no darse cuenta antes que los sentimientos que le proliferaba kagome fueran mentiras, todavía no lo podía creer, pero llegaban a él esas imágenes que sencillamente lo decían todo.

“las varoniles manos recorrían con ansiedad la nívea piel de la chica. La excitación de ambos cuerpos era evidente, cada roce de sus pieles desnudas, su respiración era agitada, el contacto con sus intimidades, los sonoros jadeos de excitación invadían su cabeza”.

Elevó su vista tratando de encontrar un alivio para su dolor, pero solo encontró las grandes ramas verdes de los arboles que se extendía por todo el bosque, el cielo parecía comprender su dolor, con las nubes oscuras que amenazaban con querer descargar una gran tormenta sobre la tierra y  llorar con él.

Unos minutos después las gotas de agua empezaron a caer, precipitándose sobre la tierra y sobre su rostro, lavando sus lágrimas. Permaneció inmóvil, sentaba bajo esa lluvia que se acercaba más a una tormenta con el transcurso de los minutos. No supo exactamente cuánto tiempo estuvo así, para cuando se dio cuenta todo su cuerpo estaba completamente mojado, algunos mechones de cabello se adherían con insistencia a su cara y su ropa mojada se pegaba a su cuerpo.

-          Inuyasha que se supone que haces…te enfermaras si sigues así- una voz varonil lo sacó de su trance. Parado frente a él se encontraba la última persona de la cual esperaría algún gesto de preocupación o amabilidad.

Bajo la mirada y permaneció en silencio, ignorando el comentario de Seshomaru. Aquello no le causó gracia al mayor, frunció el ceño.

 

-          Será mejor que regreses con tus compañeros– el mayor dio unos pasos, alejándose de él, pero un suave y delicado agarre de sus ropas lo hicieron detenerse.

 

 

-          Yo lo siento Seshomaru- dijo casi en un susurro.

 

No tenía ya nada ni a nadie que le diga lo tonto que fue por haber amado por tanto tiempo a una persona que no lo merecía, incluso después de haber arriesgado su propia vida por ella y haberle confesado su amor, y lo tonta que sigue siendo por seguirla amando a pesar de saber que le pertenece a otro.

 

-          Hmp… - fue la respuesta que obtuvo del mayor que se liberó de su agarre.

 

-           ¡Espera, por favor! – gritó, el mayor se detuvo y posó sus ojos sobre él – esto… yo quería pedirte que… este…que si podía ir contigo –  la última frase la soltó rápidamente antes de que después de tanto tartamudeó terminara arrepintiéndose.

 

 

Aquella petición lo dejó confundido. Jamás espero que Inuyasha le hiciera  esa proposición si bien no se llevaban bien, pero tampoco lo odiaba tanto… ¡Ho si!

 

-           Por favor – añadió débilmente, su voz sonaba como un ruego, La tristeza era evidente en su voz,  permanecía inmóvil frente a él, en espera por una respuesta, su mirada estaba clavada en el suelo y sus lágrimas comenzaron a correr de nuevo por sus mejillas.

 

-          Está bien – no pudo negarse, su imagen débil e indefensa le hacían tener una extraña necesidad de protegerlo, esa había sido la razón que le hizo acercarse a él, en primer lugar.

 

 

Sin mas caminaron por barias horas hasta los terrenos del oeste pertenecientes a su familia, total no había nadie en primer lugar su madre nunca se sabe dónde andaba, ni con quien, bueno tampoco es como que le interese.

 

Esta era la primera vez que Inuyasha pisaba esos terrenos, las dimensiones del lugar eran realmente grandes, caminaron unos  y su andar los llevo a una enorme casa a un lado de un lago.

 

- ¡Llegamos! - le informó Seshomaru.

Una vez adentro el chico fue directo a su habitación, mientras Inuyasha permaneció sentado sobre el piso de madera, la paz que se sentía en ese lugar era envidiable. Sin duda haberle pedido a Seshomaru que si podía acompañarlo había sido la mejor opción, el mayor Salía de la habitación y se dirigió a donde él estaba sentado.

 

-          Bien, necesitas  cambiarte de ropa… Sobré el futón hay un yukata que puedes usar,  Te quedará grande pero es mejor que tu ropa mojada – pero  al ver que el menor no se movía agrego  - ¿Acaso pretendes pasar toda la noche mojado y luego echarme la culpa de que te hayas enfermado? – una sonrisa burlona adornó su rostro.

 

 

Con prisa se levanto y se dirigió a la habitación cerrando la puerta tras él,  mientras se cambiaba no pudo evitar percatarse de lo ordenado del lugar, y del estilo sobrio y muy tradicional que tenia la habitación, lo único que destacaba era el gran futón ubicada en el centro.

 

-          ¿Todo bien? – Inuyasha se asustó al oír su voz.

 

-          S-Si, todo bien.- logró decir.

 

 

-           Puedes dormir aquí – dijo y luego se dirigió a un lado y de un mueble saco ropa para él y salió de la habitación.

 

Al pasar los minutos, un débil sonido provenía de su habitación, aquello se asemeja a  pequeños sollozos  ¿Acaso el estaba llorando? … su cuerpo se movió instintivamente hacia ese lugar, y comprobó lo que sospechaba.

 

 Inuyasha estaba llorando, y abrazando con fuerza una de las almohadas ¿Qué debía hacer? No quería verlo llorar, era algo… incómodo… Quería hacer que su llanto se detuviera pero no sabía cómo, así que hizo lo primero que le vino a la mente, se acercó a él y lo rodeó con sus brazos, afianzó la cabeza del chico sobre su pecho y lo mantuvo abrazado con la esperanza de que eso sirviera de algo.

 

La calidez de unos fuertes y protectores brazos envolviéndola hizo que sus lágrimas dejaran de fluir, la cercanía con aquel cuerpo se sentía tan bien que no deseaba apartarse de él, por lo que se aferró a su pecho con fuerza para no dejarlo ir, por un momento pensó que el abrazo terminaría una vez que  dejara de llorar pero, no fue así. Lo abrazó por largos minutos, y en eso siente como Seshomaru empieza a jugar con sus largos mechones plateados.

 

Por un momento sus ojos se encontraron con los de él, haciendo que una extraña corriente recorriera su cuerpo. No supo cómo, ni cuándo pero empezó a acercarse peligrosamente a sus labios, lo deseaba, deseaba sentir más de la calidez que podía ofrecerle Seshomaru y para su agrado él parecía no tener intenciones de rechazarlo, la distancia entre sus labios se desvaneció, el lo besaba con ternura y timidez, propio de una primera vez, y de hecho así era. Este era el primer beso del extrovertido chucho…

 

Con ese inocente beso había tentado al indomable demonio que se encontraba a su lado, el cual  deseaba probar más, Seshomaru se apoderó de los labios del menor, pero él no lo hizo con ternura sino con pasión, era acalorado, en donde no sólo se hacía uso de los labios, sino también de las lenguas.

 

Inuyasha podía sentir como la lengua de Seshomaru se movía experta dentro de su boca, en una danza placentera con su propia lengua que se movía por instinto, miles de sensaciones nuevas asaltaban su cuerpo, no podía describir lo que estaba sintiendo.

 

Cuando sus pulmones aclamaban por aire se vieron obligados a separarse, el menor jadeaba y el rubor de sus mejillas estaba presente, no tuvo tiempo de recuperar el aliento para cuando sintió como las manos de Seshomaru se deslizaban por su espalda, hasta sus glúteos para acariciarlos con insistencia. Un fuerte jadeo se escapó de su boca al sentir como la carne de su parte trasera era apretada con lujuria.

El  estaba tocando donde nadie había tocado antes, pero no tenia intensiones de detenerlo, al contrario, quería que siguiera, quería que recorriera todo su cuerpo, Seshomaru lo hizo, lamiendo y besando lentamente su cuello, despojándolo de yukata y dejando a la vista sus rosados pezones,  y lo deposito con delicadeza en el futón.

El rubor de sus mejillas se intensificó al verse con sólo una pequeña prenda cubriendo sus partes nobles, y a merced del mayor que lo observaba con detenimiento, podía sentir como si esos afilados ojos amarillos la penetraran, el calor de su cuerpo era incontrolable y su excitación era evidente, jamás se había sentido tan expuesto y vulnerable,  ese sentimiento se incremento mil veces cuando el mayor separó sus piernas y acarició su miembro que se encontraba semi-erecto, sobre su ropa interior

 

-           ¡Seshomaru… ahí no! – intentaba reprimir los gemidos.

 

 

La forma en la que lo acariciaba lo estaba descontrolando, el mayor de manera ágil, le quitó la última y estorbosa prenda al menor y se despojó de la totalidad de su ropa, quedando ambos cuerpos completamente desnudos, llevo un par de dedos a su boca, en un intento de lubricarlos, los saco una vez que estuvieran muy húmedos  e introdujo su dedo índice en el ano del menor, haciendo que se arqueara la espalda de la sorpresa.

 

-           Estás muy apretado– sonrió, y luego metió un segundo dedo, los gemidos no pudieron ser reprimidos ante la incomodidad, los movimientos repetitivos de los dedos entrando y saliendo de su interior la hacían retorcerse y gemir, pero los labios del mayor la hicieron callar, la besaba con más pasión  que la primera vez.

 

Inuyasha lo abrazó poniendo sus cuerpos en contacto, y pudo sentir como la erecta hombría de Seshomaru rozaba la suya,  estaba tan excitado como él, y su erección era la prueba de ello, llevo una mano hasta la entrepierna del mayor frotándolo, deseaba, deleitarse con los jadeos que brotaran de su garganta producto de sus caricias, tocando suavemente su gran miembro y  masturbando hasta hacerlo más grande y duro. La excitación de Seshomaru había alcanzado el punto máxima, su glande había adquirido un color más intenso y el líquido pre-seminal salía de su punta, aquello era grandioso.

 

Inuyasha jamás imaginó que haría algo así con alguien y mucho menos a otro hombre y de por sí mucho menos con  Seshomaru, pero lo estaba haciendo y le gustaba.

 

Los ojos de Inuyasha se abrieron como platos, era la primera vez que disfrutaba de la desnudez de un hombre(al menos en el sentido sexual, ya que nunca había cruzado pos su cabeza algo así), Sus ojos pasaron desde su hermoso rostro, sus bien formados hombros, sus pectorales y abdomen perfectamente marcados, hasta su grande y erecto pene, que palpitaba por la excitación.

 

Él se acercó, y empezó a pellizcar y lamer sus pezones, como si fueran la fruta más deliciosa, Jugaba con ellos, uno estaba en su boca el cual mordía con suavidad, y el otro, estaba bajo el cuidado de sus dedos, los botones rosas del menor estaban muy erectos.

 

-          “mas… Seshomaru…” – y como si Seshomaru pudiera leerle el pensamiento empezó a frotar su miembro con su ano, los gemidos aumentaron, y el calor en la habitación parecía aumentar, pero era el calor de sus cuerpos el que se encontraba en un ascenso que no parecía tener fin.

 

-          Se…Seshomaru… - hablaba entre gemidos – yo…no…– no alcanzo a finalizar la frase, porque el mayor lo callo con un fogoso beso.

 

 

-          ¿quieres que me detenga? – aunque le hablaba con seguridad, detenerse en este punto sería algo muy cruel, su erección empezaba a doler y su necesidad de poseerlo era cada vez más intensa.

 

-          No… continua… por favor- estaba completamente seguro de lo que hacía y no quería detenerse, Seshomaru no tenía ninguna  pisca de la persona a la que amaba, eran completamente diferentes empezando con que Seshomaru es un hombre y el también; en cambio la persona que amaba era un ella… no un él, pero Seshomaru tampoco era alguien que le desagradara…” al parecer no como el creía” …Entre ellos no había amor, solo pasión y deseo, pero eso era más que suficiente para él, estaba tan mal y necesitado de cariño que no le importaba.

 

-           Está bien – poco a poco fue introduciendo su miembro en la aun virginal entrada del menor, el interior de su ano era tan cálido y estrecho,  que  le proporcionaba mucho placer.

 

Tomando impulso de un movimiento más fuerte introdujo todo su miembro, ocasionado un fuerte  grito de dolor en el menor, que  sentía un escozor en su interior, pequeñas lágrimas brotaron de sus ojos.

 

 

-           ¿Estás bien?- ante la pregunta de su amante solo respondió con un movimiento de cabeza.

 

 

No supo en qué momento, el dolor desapareció, pero ahora solo sentía placer. Ese hombre que se movía habilidosamente entre sus piernas lo estaba llevando a sentir un placer algo desconocido y, la sensación que provocaba el vaivén de sus cuerpos era indescriptible, su miembro rozaba constantemente con ambos vientres, y con cada beso, cada caricia, quemaban su piel… Lo rodeo con las piernas, atrapándolo por completo.

-          "Más… “- Seshomaru parecía un experto descifrando lo que necesitaba y pedía su cuerpo.  Sus embestidas se hicieron más fuertes, llegando a lo más profundo, cada vez con más fuerza y velocidad...

 

-          Yo… aaahh… creo que – no fue necesario que terminara la frase porque Seshomaru había tomado su excitado pene en su mano y lo masturbaba al ritmo de las brutales embestidas.

 

-          ¡Córrete para mí!… Inuyasha– aquellas palabras sonaron pervertidas y tiernas a la vez.

 

 

Seshomaru apretó mas el pene de Inuyasha quien gimió fuertemente y se corrió, Seshomaru al sentir las contracciones en el interior del menor no pudo aguantar más y se vino dentro de él…

 

Inuyasha podía sentir el caliente semen del mayor esparcirse en su interior, sus cuerpos sudorosos reposaban uno junto al otro, aquello que acaban de experimentar había sido extraordinario para ambos.

 

-          Fue increíble – dijo Inuyasha,  y lo abrazo, colocando su cabeza sobre el pecho del mayor en un intento por descansar, una triste sonrisa se dibujó en sus labios y el abrazó se hizo más fuerte.

 

No podía evitar que el dolor se alojara cada vez más en su pecho, jamás imaginó que su primera vez sería con una persona que no amaba y mucho menos con Seshomaru pero, ya no había vuelva atrás… No sentía arrepentimiento y llorar no iba a servir de nada, la  persona que amaba era de otro y el no podía seguir engañándose más con eso.

 

-          ¿Estás bien? – la voz de Seshomaru lo devolvió a la realidad por segunda vez.

 

 

-          S-Si – intentó agrandar su sonrisa.

 

 

-           Sé que no lo estás. – el mayor sonrió – No creo que seas de los que  tienen sexo sin amor, debes estar muy dolido para haberlo hecho… mas al ser con un hombre… y supongo que mucho mas… al ser conmigo – los ojos del menor  se agrandaron. – No es un secreto para nadie que estés enamorado de esa insípida humana – las lagrimas empezaron a fluir de sus ojos – pero eso no me interesa. – Seshomaru  se acercó a su oreja y la rozó con la lengua – Ahora eres mío Inuyasha – le dijo en un susurro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les  haya gustado, hasta la próxima…

Recuerden quejas y sugerencias…


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