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Gótica y los 7 Regentes por Ddai

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Notas del capitulo:

Les dejo esto para que pasen el día y Haide Lululok ve notas fianles.

IX

 

El Ave y el Caballero I

 

Jason había estado vagando sin nada mejor que hacer. El crimen estaba yendo muy lento ese día, contrario a lo que él estaba esperando. Red Robin había dicho que tenía que encargarse de algo personal y que volvería en un par de horas, por supuesto que no podía enterase bruce de que su “niñera” lo había dejado solo por tanto tiempo. ¿Qué estaría preocupando a Tim?

 

Ni siquiera iba a tratar de pretender que le importaba, ya no.

 

Desde que Gótica le había preguntado si podía tener su corazón le había explicado que al principio solo sentiría las últimas emociones que estuviera experimentando, después todo se iría entumiendo, poco a poco, hasta que al final ya no pudiera sentir nada, con el pasar de los años incluso su sentido del tacto iría desapareciendo.

 

Sin las emociones que lo segaran, sin el dolor que lo entorpeciera, entonces él podría ser un mejor vigilante ¿Cierto? Podría llegar a ser lo que Bruce quería, finalmente no estaría decepcionado de él ¿Verdad? Ahora esa idea le parecía irrelevante, ya no podía sentir vergüenza por sus acciones, dolor por las miradas o las palabras de Batman y mucho menos orgullo, por haber hecho algo bien. Lo único que podía sentir eran destellos de las emociones más fuertes que pudiese experimentar. Como la alegría de ver a Alfred, fue algo tan repentino, tan especial, así mismo no duró, pero estaba bien con eso, de esa forma sabría quiénes eran las personas verdaderamente importantes en su vida.

 

Ser un vigilante más eficaz significaba mucho, especialmente si podía mantener a la gente y la ciudad a salvo. Matar no le era una necesidad, tampoco una inconveniencia, cumplir con la regla del Rey debería ser más fácil ahora que su ira no lo cegaría en los momentos importantes.

 

El paso de una sombra distrajo sus pensamientos profundos. Nightwing estaba aterrizando junto a él, con toda su gracia. No había rastro de Robin, el niño seguramente estaría furioso en algún lugar de la mansión, porque Jason dudaba que Dick hubiese dejado al pequeño demonio vagar solo por la ciudad, por muy bien entrenado asesino que fuera.

 

—Hood— no estaba sonriendo. La situación no le parecía entretenida en lo más mínimo. Él tenía una cualidad para leer las emociones de la gente que otros no tenían, aunque no de cualquier persona, le era más fácil leer a aquellos que tuvieran relación con aquella enigmática señora. En este momento todo lo que percibía de Jason era algo parecido a la frialdad. Si lo pusiera en colores el rojo sería la ira, el magenta la pasión, el azul oscuro sería furia contenida, mientras que el claro, irónicamente, sería la calma, Jason ahora era blanco, el blanco, contrario a lo que se podría pensar, no era una buena cosa a percibir, el blanco solo le pertenecía a los muertos.

 

—Nightwing— no estaba sorprendido por eso, por supuesto que el chico de oro, el perfecto, tenía que ir a supervisarlo. Oh, eso había sido un destello de emoción interesante, ¿Ira? ¿Envidia? Eso era nuevo, él sabía que su antecesor le provocaba esas emociones, pero no pensó que fueran las que más profundamente le causara, era algo realmente curioso, de verdad —¿Una niñera no bastaba? Me siento “honrado”, pocos villanos tienen que ser vigilados por ustedes dos—

 

—…— era confuso, hablaba de la misma forma, decía las cosas que le parecían que diría pero… Se sentía diferente —Detente, Jay, es suficiente, no sé lo qué es, pero deja de hacerlo— no le gustaban las pizarras en blanco, mucho menos cuando se trataba de las personas que amaba.

 

—No sé de qué estás hablando Nightwing— en ese momento el que lo llamara por su nombre no importaba, después de todo Jason Todd estaba legalmente muerto.

 

—La frialdad, la forma en la que— las palabras para explicarlo se le escapaban, si lo intentaba sería una explicación muy larga de los colores y su significado, entre otras cosas —Tus ojos, no se ven como siempre, parecen…— eso era otra explicación larga de dar, dudaba que su sucesor tuviera la paciencia para escucharlo.

 

—¿Muertos?— él proporcionó una palabra con la que estaba familiarizado en muchos sentidos —Es porque lo están— aclaró, dejando caer el acto de fingir emociones, si le decía ya entonces no tenía porque esforzarse en hacerle gestos.

 

—¿Qué quieres decir?— en su pecho la presión iba en aumento,  no era algo que le gustara escuchar.

 

—¿Alguna vez te preguntó si le darías tu corazón?— un sonrió, una sonrisa genuina, fría y hermosa, reflejaba la travesura de un niño pequeño y, al mismo tiempo, el secreto oscuro de un joven imprudente. Presumir no era lo suyo, pero lo estaba haciendo. Era su sonrisa coqueta con la que conseguía lo que quería de las mujeres ingenuas.

 

—Jay… No lo hiciste…— no lo podía creer, Jason era un idiota y también un imprudente, pero no creyó que fuera tan estúpido como para… —¿Acaso tienes ideas de lo te sucederá? ¿De lo que les pasa a las personas que le entregan su corazón a un espíritu como ella?— esa sonrisa coqueta desapareció, dejando solo la frialdad de una mueca.

 

—Tus emociones se entumen y después desaparecen por completo, todo va perdiendo su “color”, por así decirlo, al final, llega la muerte— recitó de memoria, tal cual Bruce se los había advertido alguna vez —Pero estas olvidando algo muy importante, Nightwing— el mayor lo miró, tratando de comprender —Ya estaba muerto cuando se lo llevó, no hay nada que matar dentro de mí—

 

—¡Eso no es verdad!— Dick gritó, dejando que todos sus miedos se desbordaran. Perder a Jason la primera vez fue horrible, ahora, verlo irse poco a poco sería insostenible ¿Qué demonios estaba haciendo Bruce? ¿Lo sabía Tim? ¿Por qué nadie se lo informó? —¡Eres un buen hombre, Jason! ¡Los muertos no pueden ser buenas personas! ¡Los hombres muertos no ayudan a otras personas y menos únicamente porque desean! ¡No eras un hombre muerto para mí!— y sin darse cuenta ahora estaba llorando, no solo porque estaba enojado y esa situación lo hacía sentir impotente, estaba llorando porque no podía creer que su hermano siguiera creyendo que no era importante para nadie.

 

El abrazo de Dick lo sorprendió verdaderamente, Jason no se dio cuenta hasta que el mayor tuvo sus brazos alrededor de su cuerpo, su cabeza sobre su hombro, apretándolo con fuerza, con miedo de que cuando lo soltara ya no estaría.

 

—Está bien, Dick— él mentiría si dijera que no estaba sorprendido o algo parecido a eso, además de alguna otra emoción que podía nombrar con facilidad, era algo intenso, violento, no estaba seguro si lo había sentido antes o no, porque fue tan breve que no alcanzó a reconocerlo.

 

—No está bien, Jay— susurró, con la voz ligeramente quebrada —Nunca quise que pensaras que no te quería, lo hago y me preocupo por ti— tal vez no era el momento ni el lugar, pero tenía que decírselo antes de que fuera aun más tarde —Todos te queremos, Jay, lo creas o no—

 

Jason le devolvió el abrazo entonces, aunque no con tanta fuerza. Quería consolar a su hermano, por tonto que pudiera parecer, el afectado ahí era solo él, no se suponía que sus acciones deberían causar dolor a nadie más, es decir, él seguía con vida, pero, algo dentro de él le hacía sentir que estaba equivocado, no sería su corazón, porque ya no lo tenía.

 

Dick abrió los ojos, sorprendido, no era ajeno a las sensaciones que estaba sintiendo ahora, él ya había abrazado a Jason así antes, en algún momento… Era una sensación familiar…

 

X

 

Los cinco Regentes I

 

Tim volvía de hablar con La muerte, pensando en lo que dijo, no tenía sentido alguno, pero las entidades eternas eran seres perversos que se aprovechaban de los deseos de los seres mortales. ¿Qué opción tenía? Podía decirles a todos la verdad, pero entonces, si ese ente se enteraba seguro que se llevaría a Bruce, no, no podía correr ese riesgo.

 

Él dijo que no podía decirle la verdad a ningún aspirante, nunca dijo que no podía decirle a los Regentes. Muy bien Timothy, ahí tienes un hueco legal del cual colgarte; La Muerte tampoco dijo que no podía hablar con Bruce. Apropósito de él, seguramente iba a enojarse mucho, muchísimo, cuando supiera que había dejado a Jason solo por ahí, para hacer lo que se le diera la gana, aunque solo fueron un par de horas. ¿Cuánto más podía haber hecho en dos horas? Bien, sabía que esa era una pregunta estúpida…

 

No tardó mucho en volver, Jason no parecía haberse ido del lugar en el que lo dejó, o dejó su  rastreador en aquel techo. No creía que Jason fuera capaz, es decir, no con Bruce prácticamente respirando sobre su nuca.

 

Al menos no lo hubiera hecho antes, pero ahora que era diferente… Ese era otro problema que no sabía cómo se iba a solucionar, Gótica nunca iba a devolver el corazón de Jason sin un buen motivo o sin darle a cambio algo que ella considerara igual de valioso, algo como el corazón de Bruce. Porque ella no parecía interesada más en tener el suyo o el de Dick, tampoco el de Damian, no que se los fuerana  entregar de ser el caso.

 

Para su sorpresa Jason seguía ahí y no estaba solo, Nightwing estaba con él, aferrado a él mejor dicho, como si fuera su tabla de salvación. Oh Dios, seguro que Dick acaba de averiguarlo… No, no sería él quien soportara a ese tormento, que Bruce se hiciera cargo, de todas formas él tenía que planear como iban a  librarse de todos los problemas que se les venían encima. Fue así que se alejó sin intentar interrumpir.

 

Al regresar a la cueva vio a Damian, el niño estaba muy enojado, su vibra se podía sentir desde muy lejos. Eso hizo pensar a Tim que el actual Robin debía de ser un Aspirante, como los demás. Fantástico, sería casi imposible que el niño no se entere. Por fortuna ya le había mandado un mensaje al mayor y habían quedado de Reunirse en otro lado de la cueva. Damian ni siquiera tenía que enterarse de ello. Tim pasó de largo como si no lo hubiera visto, ignorando la mirada fúrica del menor.

 

 No tardó mucho hacerle saber a Bruce de su reunión con La muerte, de lo que Gótica le había dicho al respecto anteriormente y, por supuesto, de que Nightwing era quien se quedó con Red Hood y que, por lo que pudo ver, ya sabía que ella tenía el corazón de Jason.

 

Un problema a la vez, tenían que hacerle frente a un problema a la vez. Bruce obvió por ahora que dejara a Red Hood, se centró más en La muerte y en Gótica.

 

—No hay cinco Regentes en la ciudad, somos solo cuatro— se había quitado la máscara para poder sentirse más cómodo con Tim, el chico también tenía la cara descubierta.

 

—Eso fue lo que señalé, pero La Muerte recalcó que son cinco desde hace muchos años. Y la corona que lleva, me fue imposible identificar a quien pertenece, pero sé que no es la tuya, aunque tiene un tamaño similar— De los otros tres regentes, uno de ellos tenía una corona más grande y la única mujer tenía una corona más chica y sobre el otro regente —Tampoco parecía ser la corona del comisionado Gordon— eso los dejaba con una conclusión.

 

—Esa corona le pertenecería al supuesto quinto Regente— no, la perspectiva era mala, podría no ser una corona real —¿Puedes asegurar que en verdad era una corona de Gótica?—

 

—Ella estaba segura y al examinarla de cerca realmente lo parecía, tenía una palabra grabada en el interior, pero estaban tan rayada que era imposible de leer; No era una palabra muy larga — él había tenido la oportunidad de inspeccionar las cuatro coronas conocidas, ninguna tenía una sola palabra, eso era una particularidad.

 

—Entonces, quien gane la corona morirá, a menos de que seas tú quien la obtenga— no, se oía como un plan arriesgado, La Muerte podía cambiar de opinión y llevarse a su tercer hijo —No me parece una solución razonable—

 

—Por ahora es lo que tenemos. Podríamos preguntarle a ella si La Muerte es de fiar, en caso de que nos diga que no, podemos dejar que alguien la gane— por supuesto que se refería a un criminal.

 

—Dejar morir a alguien no es muy diferente de matar, Tim. No dejaré que suceda— sí, antes de que Tim le dijera él ya había visto a la muerte con la corona y también había pensado que era la suya, o la del comisionado, pero según lo que decía Red Robin había alguien más, posiblemente alguien muerto, tendría que hablar con ella de nuevo.

 

—Prefiero que muera un criminal que alguno de ustedes, Bruce— el muchacho miró a su mayor con determinación, no importando si a Batman le parecía bien o no —Si es la única opción iré por ello— ahora él sabía por qué bruce había hecho todo lo que hizo, él ya sabía que La Muerte estaba cerca, por eso los estaba alejando a ellos.

 

—Hallaremos una forma en la que no tenga que morir nadie— no importaba si era un criminal, no, en realidad porque no podía dejar que la corona la tuviera un criminal, ninguno de ellos entendía lo que significaba convertirse en algo como un Rey o Reina de Gótica, no se trataba del poder, las capacidades o su favoritismo en ciertas formas, significaba cargar con las cosas malas que se destinaban a la ciudad o dejarlas pasar, muchos Reyes habían muerto anteriormente por eso mismo.

 

Ahora Batman tenía que organizar su reunión con los demás, James Gordon, Selina Kyle y Killer Croc, cada uno de ellos habría de conocer a algunos aspirantes, todos debían de saber que estaban en peligro.

 

Reunirlos no sería lo difícil, sino el que lo escucharan y ponerse de acuerdo con ellos, esta vez tendría que idear un plan muy complicado para evitar que se mataran entre ellos mismos, ya que Un Rey con dos coronas tenía mucho más poder para gobernar que aquel que tenía solo una, la razón por la cual él gobernaba sobre Gótica más que los otros tres era porque ella lo había escogido como su favorito.

 

XI

 

Esa sensación familiar

 

La noche pasó lentamente, Dick había abrazado a Jason casi por una hora completa, después lo dejó ir lentamente, sin dejar de mirarlo, Red Hood le había dicho, con algo que quizás pretendería ser torpeza, que volvería a la cueva por sí mismo y no causaría problemas. Nightwing no lo quería dejar, pero entendía que ambos necesitaban un poco de espacio ahora, ya sea para pensar o para no hacerlo.

 

Él esperó en el techo por casi veinte minutos antes de irse, todo para resistir la tentación de ir detrás de él. Buscó un edificio más alto, desde donde pudiera ver la ciudad, aunque esa noche no se creía en condiciones de poder hacer nada correctamente.

 

Haber abrazado a Jason no fue una mala idea, pero se sentía como que lo fue, por todo lo que lo hacía sentir ahora, no porque estuviera arrepentido. Quería sostenerlo un poco más, llorar por él y con él, hacer reír, hacerlo enojar, era una cosa estúpida de verdad. Era como si estuviera descubriendo algo que no existía… No era la primera vez que se sentía así, era que no estaba seguro de cuando fue. Abrazó a Jason, cuando él aún era Robin, un par de veces, tal vez cuatro o cinco si se ponía meticuloso en su memoria, ya que el muchachito que fue alguna vez era tan huraño que no se lo ponía sencillo, especialmente después de su mala manera de comportarse con él cuando se conocieron, fue joven y también estúpido, no lo había olvidado.

 

Pero no era esa misma sensación.

 

Lo había abrazado cuando volvió a la familia, arriesgando su pellejo en el proceso. Se había sentido aliviado de tenerlo de vuelta, sim importar lo que eso implicara. También había notado, desde el principio desde luego, que no sólo era más alto y más fuerte, también era atractivo y, cuando quería, podía hacer gala de todos esos trucos galantes que Bruce usaba frente a la multitud.

 

Tampoco fue igual a aquella vez.

 

Abrazar a Jason ahora era casi doloroso, se preguntó si se habría sentido igual de no saber que su corazón le hacía falta, si todo ese lío que sentía no era solo su imaginación. Él suspiró audiblemente y miró al cielo, no había estrellas que se apreciaran en esa ciudad, la Luna solo era visible por su tamaño, pero había algo reconfortante en mirar la negrura del manto a esas horas.

 

¿Sería por eso que Bruce lo había sacado de Arkham? No lo descartaba, pero tampoco era que lo pudiera asegurar y preguntarle a Batman casi siempre generaba más preguntas que respuestas, tal vez Alfred podría decirle o quizás… ¿Pero no había dicho el propio Jason que Batman no lo había hecho por qué quisiera? Desde luego tenía que Jason nunca había sido muy bueno en leer las intenciones de Bruce, muchos de los problemas entre ellos eran porque creían cosas que no eran y se quedaban callados en lugar de hablar…

 

—Hombres estúpidos— masculló para sí mismo, aun sabiendo que estaba sonando más como Barbara que como él mismo.  Quizás Tim podría ayudarlo un poco con todo eso, ese muchacho lo sabía todo y si no lo hacía lo averigua de alguna forma.

 

Claro que Tim debía de saber, él estaba ya en la cueva cuando él y Damian llegaron, tampoco se mostró muy sorprendido por las reacciones tan atípicas de Jay. Mocoso listo que era ese Timothy, para no gustarle la forma de ser de Bruce, con tantos misterios y cosas sin decir, sin duda se comportaba como si fuera su meta legar a ser como él.

 

Unos pasos suaves llamaron su atención, no esperaba que tan pronto se volvieran a ver.

 

Tú lo has dicho, Richard, los hombres son difíciles de comprender, aun en los buenos días— ella caminaba con la cabeza dirigida hacia la derecha, parecía estar buscando algo, pero era solo su forma habitual de comportarse —Ni siquiera las mujeres son tan complejas—

 

—Buenas noches— saludó con una sonrisa, pareciendo olvidarse de sus problemas —¿No se pondrán los demás celosos si saben que te veo más seguido que ningún otro?— no podía resistirse a flirtear un poco con ella, verla sonreír valía le pena.

 

Ella se mantuvo en silencio, son una suave sonrisa, mientras miraba hacia la ciudad y el viento hacía ondear su cabello el cual parecía estar siendo pintado en cada movimiento. Era nostálgico, triste, ella parecía que se pondría a llorar mientras sonreía. Era una despedida…

 

—¿De quién te despides?— él no pudo evitar la pregunta, caminando hacia ella lentamente.

 

La Muerte ha llegado más pronto de lo que pensé, él anda por toda la ciudad, llevando una corona, anunciando que se llevará a mi Rey—ella se giró para ver a Nightwing, quien parecía consternado —No te preocupes, Timothy lo ha descubierto y hará todo lo posible por salvarlo— ella lo sabía bien, ninguno de ellos lo dejaría morir.

 

—¿Por qué no me lo dijiste antes?— sí, él estaba tan mal que le estaba reclamando —¡No solo él, ninguno de nosotros dejaría que se lo llevara!— lo sabía, sabía que Red Robin tenía información que no estaba compartiendo.

 

Hay cosas que no les puedo decir libremente, Richard. El Destino, la Línea de la Vida, El Libro de Dios, puedes darle el nombre que desees, hay cosas con las que no podemos interferir, la vida de los mortales es una de ellas— ella lo sabía bien, ellos deberían de saberlo también —La Muerte, cualquiera de ellas, tiene más poder, es más vieja. Son los únicos que pueden tener la opción de cambiar o no la longitud de lo que se escribe en las vidas de los mortales— sí, si Tim no le hubiera preguntado ella nunca le hubiese dicho.

 

—¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo se puede cambiar?— él nunca había tenido el placer, o disgusto, de hablar con La Muerte, la había visto sí, a dos o tres diferentes, pero jamás cruzó palabras con ellas.

 

Toda vida tiene un costo, si tú buscas prolongar una vida su precio has de pagar, tendrás que darle a La Muerte lo que te pida— ella miró a la ciudad de nuevo —Podría ser algo tan sencillo como el juguete de un niño, o algo tan aborrecible como la vida de un pueblo entero, bañado en el río carmesí de sus propios habitantes. La Muerte suele ser un ser voluble, de caprichos aberrantes— pero, no hacía falta aclara ahora, que solo los mortales podían negociar con La Muerte, porque aquellos que no podían morir no tenían nada que ofrecerle.

 

—Entonces hablaré con ella, he de conseguir lo que me pida— sí, él estaba muy dispuesto a intentarlo, aunque a ella tuviera que pedir ayuda para lograrlo.

 

Tú no podrás convencerlo, Richard, esta Muerte en particular le gustan los juegos peligrosos, los hombres de manos rojas y aquellos que no tienen ninguna ambición— era un secreto que ella no podía revelarle libremente, pero esperaba que lo entendiera —Es quien representa a todos aquellos que son adoradores de la muerte—

 

—Encontraremos una manera— lo hacían siempre, demonios malditos, Bruce y Tim tendrían que haberle dicho antes, él, Jason y hasta Damian, que solo era un niño, harían cualquier cosa… Un momento… —Hay algo que quería preguntarte…— acaba de acordarse justo ahora, porque ella lo distrajo antes de poder preguntar.

 

Pregunta entonces, mi Ave ella lo miró directamente ahora, imaginando, tal vez, lo que él quería saber.

 

—¿Por qué el corazón de Jason? Él, de todas las personas, sé que es amable y gentil por dentro, pero sin su corazón… Él morirá, no poder sentir nada lo acabará matando— sí, él también había escuchado esa historia de Bruce, así como le habían explicado lo que le ocurría a las personas en esa condición.

 

No puedes culparme por no resistirme, Richard, es un corazón hermoso, lleno de sentimientos complejos y al mismo tiempo tan transparentes como el agua clara— ella sostuvo su mirada, aunque no buscaba su comprensión, no la necesitaba —¿No, tú mismo, has querido sostenerlo para siempre cuando lo has tenido entre tus manos? Es difícil resistirse a un corazón así cuando un niño como él te lo ofrece libremente—

 

Y Richard se quedó petrificado, sabía que no era la primera vez que sentía algo similar. El corazón de Jason en sus manos… Justo cuando trataba de olvidarse de eso llegaba una nueva razón para desearlo de vuelta fervientemente. Ahora no solo quería desafiar a La Muerte por la vida de Bruce, también quería desafiarla a ella por tener el Corazón de Jason, cueste lo que cueste.

 

XII

 

La Muerte y el Petirrojo

 

Damian había salido de la cueva una vez que vio a Drake llegar, pretendió que volvía a su habitación. Si ellos no lo querían cerca él tampoco iba a estarles rondando, si no querían compartir lo que sucedía, que así sea, ya obtendría información por sus propios medios, no sería la primera vez, estaba harto de que lo trataran como a un niño estúpido que no sabía lo que hacía.

 

Pero ya se entrenarían, Nadie podía dejar a Damian por mucho tiempo ni mantenerle secretos.

 

A pesar de estar por su propia cuenta se las arregló para frustrar el robo a una tienda, esos pobres seguro que eran novatos y no tuvieron suerte, ya que sirvieron como los primeros que pagaron la ira del pequeño Robin, que con ellos nada tenía que ver.

 

Su segundo crimen de la noche fue el asalto a una señora mayor por parte de tres sujetos, Robin no quería saber qué hacía una anciana caminando a esas horas de la madrugada, cuando les partiera la cara a esos maleantes ya podría interrogar a esa señora. Otros novatos, que aburrido era para él, se pusieron a llorar después de darles unos pocos golpes.

 

La señora, como había imaginado, se largó sin darle las gracias siquiera, mantendría las calles vigiladas en caso de volver a ver, no era normal que una sexagenaria estuviera andando ya pasando delas tres. Justo antes de salir tras su posible paradero escuchó un ruido sospechoso. Lo que le faltaba, unos imbéciles estaban entrando a robar una Joyería.

 

Había que aclarar que el pequeño Robin no era una persona con mucha suerte que digamos, sus años de formación y su muerte no fueron precisamente de lo más agradable, aunque al regresar tuvo muchas ventajas de las cuales la que más le gustaría tener ahora sería la fuerza sobrehumana.

 

Esos ladrones fueron astutos, lo tenían todo ensayado. Iban armados con pistolas, un par de metralletas y uno de ellos, Damian le botaría todos los dientes cuando se presentara la ocasión, le había lanzado una granada… Todo el lugar ardió después de la explosión.

 

Y esos malnacidos huyeron con todos los diamantes. Robin golpeó el suelo con furia, Batman iba a estar decepcionado, dejándolos huir no podía probar que era lo bastante mayor como andar por sí mismo, cuidando de las calles.

 

—La humanidad siempre es salvaje— una voz distrajo al niño de sus pensamientos oscuros —Andando entre las sombras al hurtar, dejando una enorme señal ardiendo al momento de escapar. Y Yo pensando en que estos tipos querían ser silenciosos, mira que dejar detrás todo este alboroto— un hombre cubierto con un manto negro, bastante alto y de ciertas capacidades, ya que sus pasos no se oían ni estando a dos metros de él.

 

—¿Quién eres tú? ¿Acaso conoces a esos malvivientes?— el niño se puso de pie en el acto, preparándose para una nueva pelea, si ese hombre tenía las respuestas que necesitaba entonces las conseguiría costara lo que costara.

 

—Oh, eso sí que es una sorpresa— el hombre sonrió, Damian no podía ver su cara pero lo adivinaba por el tono de su voz —Un pequeño petirrojo se ha escapado de la vista del Murciélago— él se inclinó ligeramente para que el niño pudiera divisar su rostro aún bajo la oscuridad de su capucha —El último Petirrojo que vi andando solo no sobrevivió, era imprudente y testarudo— mantuvo su vista en el niño sin apartarla ni un solo instante — Y aunque no tuve mucha diversión, no voy a negar que sin duda era bastante rudo—

 

—¿Quién eres tú?— sentía en el fondo de sus entrañas que ese tipo no era una persona normal, maldita sea que incluso podía no ser una persona. Los bellos erizados de sus brazos eran indicador ¿Con que clase de problema había tropezado ahora?

 

—Saamin Azra, La Muerte del sector, si le place, pequeño señor— se bajó la capucha para dejarse ver, los rizos dorados y la pálida piel no importaron nada, la atención del niño se enfocó en la única cosa que podía reconocer.

 

—¿Cómo es que tienes la Corona del Rey?— él sabía que habían varias coronas, aunque la única que había visto de cerca era de Bruce Wayne.

 

—El Rey que la tenía me la dejó y nunca la reclamó de vuelta ¿No es maravilloso? Sin ser nativo de la ciudad y tengo mi propia Corona— se burló, le hacía gracia ver al pequeño Robin enfurecer como ninguno de los anteriores lo había hecho.

 

—¡Mientes! ¿Cuándo robaste la corona de mi padre?— insistió, preparándose para saltar, si ese ladrón no la devolvía entonces por la fuerza se la iba a arrebatar. Poco importaba que ese demente se hubiese identificado como La Muerte.

 

—Si la corona de un Rey se llega a usar por alguien más, un duelo a muerte el usurpador se acaba de asegurar; Puesto que la ley lo indica, el dueño de la corona ha de proclamar lo que le pertenece y de esa manera asegurar su lugar. Si un Rey usurpara el lugar de otro entonces un duelo Real se habrá de librar, aquel que obtenga la vitoria entonces dos veces Rey será, apoderase del Rey caído toda posesión, eso incluye lo material y lo paranormal, toda tierra, familia o deuda, nada podrá rechazar puesto que lo ha ganado con un pacto de Sangre—dijo él, como recitándolo de un libro — Así que, y por tanto, si esta corona fuera del Rey Bruce Wayne, él no tendría otra opción que venir a reclamar sus posiciones en un duelo a muerte, pero siendo yo un espíritu no puedo realmente iniciar algo tan divertido— si él de verdad pudiera retar a los mortales a duelo tal vez no estaría tan aburrido —Las leyes son muy claras, pero puedes mirarla— en ese momento se quitó la corona para que el niño, el cual estaba parpadeando seguramente, la pudiese examinar con detenimiento. Los Robin, de cualquier edad, eran entretenidos.

 

—No es la corona de mi padre— el niño reconoció de mala gana al mirar el interior, no habían palabras visibles, además de que esta corona era un poco más ligera y de un diámetro menor.

 

—Yo la he puesto a disposición de Reyes y aspirantes— dijo sin  prestar atención a la cara confundida del pequeño —En unos días habrá una “justa” para saber quién se quedará con esta Corona, un Rey podría coronarse dos veces y un aspirante ascendería a ser un nuevo Rey ¿No te parece que sería algo interesante?—

 

—¡Si lo que dices es cierto, quien se la ponga estaría obligado a retarte a Duelo!— y él podía ver esa sonrisa convertirse en algo siniestro, parecida a la que el Joker mostraba algunas veces… ¿No sería que, tal vez, esos dos…?

 

—¿Y quién podría ganarle a La Muerte en su propio juego mortal?—

 

—Mi abuelo lo ha logrado muchas veces— el niño no reprimió la burla en su voz, teniendo que devolver la corona de mala gana.

 

— Ra's al Ghul, mi joven Robin, no es parte de mi sector, si yo fuera La Muerte encargada de llevar su alma podrías apostar la tuya propia a que hace mucho que él ya no estaría en este mundo— y con esas palabras de desvaneció, quedando solo las sombras en su lugar.

 

  —Tengo que decírselo a mi padre— Damian susurró para sí, mirando el piso por unos instantes…

 

Batman no le iba a creer, no confiaba en él. Si quería mantener a su familia a salvo entre las sombras se habría de mover, esperando el momento adecuado para saltar y descubrirse, evitándoles la fatalidad. Averiguaría cuándo y dónde con exactitud y se presentaría en secreto.

Notas finales:

Para Haide:

Sobre la inspiración, no sé cómo contestar exactamente, si te refieres a qué me dio la idea, fueron los sentimientos que me dejó leer Vientos de noche, de Polaris, y un fic en donde Gotham es algo así como un dios o una precensia, no lo receurdo bien porque fue hace mucho tiempo, además que estaba en ingles; Por otro lado, estaba viendo la película de The Grinch, a diario, en lso días en los que escribí el fic (es en serio). Súmale a eso una escena particular que esta en el primer capítulo y en el capitulo cero (sí, existe un capítulo cero, que subiré después) En donde Gótica, Bruce y Jason estan solos, las palabras de ella hieren a Jason, cuando le pregunta a Bruce si tan poco significaba Jason para él. esas cosas fueron las que originaron todo este fic.

Si lo que preguntas es, exactamente, cómo fue que lo escribí, no lo sé, tengo un escritor interno que me dice qué y como ponerlo, me "pasa la película" y yo solo lo escribo =P

saludos!!


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